Negociar. Todo el mundo ha tenido que usar la negociación en algún momento de su
vida. Negociar las condiciones de trabajo, negociar con los padres la hora de
llegada a casa, negociar en la compra de un coche, o incluso cuando intentamos
regatearle a un vendedor ambulante. Por supuesto, en las empresas los procesos
de negociación son clave en el crecimiento económico de cualquier entidad, del
tipo que sea.
Podemos definir negociación como el proceso de interacción
que se establece entre varias partes con el fin de llegar a un acuerdo.
El acuerdo supone la solución del
conflicto o la mejora en la gestión del mismo. La negociación se produce cuando
se presentan determinadas diferencias entre las partes, ya sea de posición,
puntos de vista o intereses. Si una de las dos partes no está interesada en
intentar llegar a un acuerdo, la negociación no se produce.
“Un buen negociador es aquel que desarrolla un amplio
abanico de habilidades para relacionarse de forma óptima tanto con personas
como con grupos.”
La negociación no solo son técnicas, sino que está
relacionada con el desarrollo personal. Las habilidades más importantes
que ha de tener un buen negociador son: inteligencia
emocional, creatividad, escucha
activa, empatía, asertividad, preparación, interculturidad y la
habilidad de saber gestionar el tiempo adecuadamente.
La estrategia consiste en intentar llegar a un acuerdo que
resulte beneficioso para todas las partes implicadas. Hay salvedades porque en
numerosas ocasiones, en la vida personal o laboral, hay personas que
inevitablemente terminan ganando o perdiendo en el proceso de negociación.
Mediante esta estrategia se evitan o reducen posibles
conflictos o resentimientos de los perdedores, sobre todo en ámbitos
organizacionales donde las personas mantienen contacto frecuente.
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