Hacer un gran esfuerzo para enfrentar un obstáculo. Cuando
alguien hace un gran esfuerzo para disimular el miedo y se sobrepone a la inseguridad
a pesar del temor interior, está poniendo en práctica esta frase. Aunque la
expresión se asocia principalmente a cómo enfrentar situaciones que provocan
temor, también se usa para referirse a situaciones de incomodidad.
Por ejemplo, verse obligado contra toda voluntad o deseo a
cumplir con un compromiso social, como asistir a una cena donde se sirva un
tipo de comida que se detesta, o en compañía de gente a la que no se soporta.
En este caso, hacer de tripas corazón es la única
alternativa. Desde antiguo se ha considerado al corazón como órgano depositario
de las emociones.
El hecho de que su ritmo se viese acelerado por situaciones
como el miedo, el amor o el peligro y que se mantuviese calmo en situaciones de
tristeza o languidez, llevó a tal creencia.
Aún hoy, que se sabe que el corazón
no es recipiente de ningún sentimiento, se le sigue considerando -en un sentido
figurado- como depositario del amor, el valor y los buenos sentimientos, por
poner algunos ejemplos.
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