viernes, 9 de febrero de 2018

El Valor De La Superación


Es una acción que requiere inmediatez, planeación, esfuerzo y trabajo permanente. Por lo que simplemente el tiempo, el deseo y la propia estimulación, no llegan a un buen puerto.

Las aspiraciones que habitualmente tenemos en la vida, tienen su centro en aquellas oportunidades, su provecho y la obtención de los frutos deseados. Por lo tanto, podríamos decir que la superación es aquel valor que nos motiva a perfeccionarnos, ya sea desde lo humano, espiritual, profesional, económico. Por lo cual debemos vencer todos aquellos problemas que se nos presenten. Para ello, desarrollaremos la capacidad de lograr cada objetivo propuesto. Es decir, que la verdadera solución no tiene cantidad, sino por el contrario, calidad
.
Los seres humanos tenemos que saber que poseemos un deseo innato: la superación. Pero a veces, nos paralizamos. ¿Por qué? Diríamos que el principal freno es nuestra persona, ya que muchas veces los temores más profundos, nos paralizan y actuamos como simples conformistas.

Usualmente, nos encontramos con personas que hablan permanentemente de sus planes y del nuevo rumbo que iniciarán en sus vidas, pero finalmente todo se desvanece, y quedan en palabras y deseos, replicando los contratiempos no previstos, los cuales obstaculizaron sus objetivos. 

Ello demuestra lo que mencionábamos anteriormente, y es que la superación no se logra con tiempo, sino con acciones inmediatas y cargadas de esfuerzo y arduo trabajo.

El gran cambio lleno de beneficios materiales, no concuerda con la superación.

La capacidad de plantearnos nuevos retos, disponernos a enfrentar y resolver dificultades, es temida por las personas, ya que el tiempo y permanencia en un determinado lugar, nos asegura estabilidad y seguridad.

Justamente, la manera más fácil de medir el progreso, es la acumulación de recursos económicos y materiales tan necesarios. El problema es que siempre encauzamos la superación hacia ese punto. El hecho aquí, es que existen otros aspectos fundamentales que debe tener en cuenta cualquier persona.

Por ejemplo, como manejamos nuestros hábitos y costumbres (ya sea desde el cuidado de cosas ajenas y personas, a la amabilidad con que nos dirigimos hacia otros). Además como nos desenvolvemos en el ámbito laboral. Si somos padres analizar que tiempo le dedicamos a nuestros hijos y la labor que estamos haciendo en la formación de nuestra familia. Y además ver nuestra cercanía al ámbito espiritual, ya que es muy frecuente que quede descuidado, sin embargo es un espacio que ofrece muchas posibilidades para el conocimiento de valores, preceptos y sacramentos.


Como mencionábamos anteriormente, en los bienes materiales no encontramos la superación; sino por el contrario, está en nosotros mismos. Ahora bien, tampoco importa la edad en el que uno se dispone a superarse, porque renunciar a mejorar, se asemeja a una vida sin falta de aspiraciones, es decir, solamente a conformarse.

Comunidades Virtuales


El humanismo tradicional del siglo XX, inspirado por la cultura del libro, se distanció sistemáticamente de la nueva sociedad de la información digital; el Internet y las herramientas de procesamiento de información revolucionaron el mundo, la sociedad en el transcurso de este periodo desarrolló ciertas características adaptativas, basadas en la convivencia (Humano – Maquina), esta transformación establece su base en el impacto de tres segmentos tecnológicos: 

Los dispositivos, las aplicaciones y la infraestructura de comunicación social, las cuales están envueltas en diversos cambios físicos, conductuales y cognitivos del ser humano; así como el surgimiento de nuevos modelos de influencia y control social, mediante la nueva comunicación ubicua; no obstante en este nuevo proceso de convivencia se desarrollan nuevos modelos como el “pensamiento colaborativo” y el “InfoSharing”; que gestionan la información social bajo tres dimensiones ontológicas Humano – Información – Maquina, el cual es la base de un nuevo ecosistema físico-cibernético, donde coexisten y se desarrollan nuevas unidades sociales llamadas “Comunidades virtuales”.


Esta nueva infraestructura de comunicación y gestión social de información ha descubierto áreas de vulnerabilidad denominada “Perspectiva social del riesgo”, impactando a todas las unidades sociales por medio del vector masivo de impacto; El entorno virtual  y sus componentes, así como el ciclo de vida de la gestión de información social nos permite entender la trayectoria de la integración “Tecno – Social”, y estableciendo de la nueva cibernética, dentro de la convergencia de la tecnología con la sociedad y su nuevos retos de convivencia, encaminados en una nueva visión holística y no pragmática, ya que el componente humano en este entorno virtual es el precursor del futuro y necesita ser estudiado no como una aplicación, sino como el eje de una nueva sociedad.

Esa Emoción De La Nostalgia


Recordar no es malo. Las personas estamos hechas de recuerdos, de experiencias y vivencias que edifican lo que somos en la actualidad. Dejar que la nostalgia nos acaricie de vez en cuando con su aire tibio y evocador no tiene por qué ser algo negativo. Según nos dicen los especialistas, el ser humano pasa gran parte del día “recordando cosas”, pero ahora bien, no debemos anclarnos a esos recuerdos de una forma obsesiva.

En ocasiones, dejamos de lado el momento presente para experimentar un pasado que parece que nunca se va. Nos da miedo soltar los recuerdos que una vez fueron tan importantes para nosotros. Esto puede hacernos mucho daño y evita que podamos disfrutar del ahora y seguir hacia delante.

“El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia”
-Milan Kundera-

Una de las facultades que nos propicia el mundo emocional es sin duda la sensación de nostalgia. Se trata de evocar un recuerdo, pero no un recuerdo cualquiera, sino uno querido, uno añorado de ese nuestro álbum particular del pasado.

Pero a veces la nostalgia trae consigo un perfume triste. Trazos de una vida vivida que nos deja cierta sensación de añoranza y dolor en vista de un ayer que tal vez, concentró mucha felicidad, un bienestar del que carecemos en el presente. Es entonces cuando algunas personas pueden caer en el abismo de ese laberinto, obsesionándose en la nostalgia de recordar el ayer porque su vida, tal vez, solo encuentra sentido en esos momentos.

Un refugio adictivo al que vuelven repetidamente a través de fotografías, cartas, objetos… un exilio personal que les hace perderse el presente para llenar los vacíos actuales de su vida. Por la cabeza no se pasa en ningún momento la posibilidad de deshacerse de todo eso que, en realidad, es inservible e incluso hace daño. Eso, no es bueno.

El pasado nos debe servir como trampolín para nuestra realidad y no como una ventana donde quedarnos asomados diariamente, ahí donde perdernos a nosotros mismos y con riesgo de caer finalmente en una depresión.

La nostalgia debe servirnos para recordar lo que fuimos, lo que tuvimos y lo que vivimos para después sacar una valoración, un aprendizaje de la misma. Toda experiencia es un conocimiento para avanzar, no para quedar estancados.


El pasado nos sirve para aprender. Es una experiencia que nos dota de madurez y nos permite crecer. 

Pero la felicidad se busca cada día en el presente, en las pequeñas cosas, en los pequeños detalles, sin olvidar nunca una cosa que “no hay peor nostalgia que añorar lo que nunca existió”. 

Dialoga Contigo Mismo




Decía Alejandro Magno que “Conocerse a uno mismo es la tarea más difícil porque pone en juego directamente nuestra racionalidad, pero también nuestros miedos y pasiones. Si uno consigue conocerse a fondo a sí mismo, sabrá comprender a los demás y la realidad que lo rodea”.

No le faltaba razón a este rey macedonio porque a través del autoconocimiento aprendemos a desenvolvernos con eficacia en la vida y a afrontar nuestro día a día de manera óptima. Saber realmente cómo somos, qué sentimos o qué metas queremos alcanzar son capacidades que se asocian a la inteligencia interpersonal.

Tener inteligencia interpersonal significa entender quiénes somos, saber identificar nuestras emociones y actuar en consecuencia. 

Habilidades que nos permiten regular nuestro comportamiento, resolver problemas de modo eficaz y tomar decisiones .Con el autoconocimiento aprendemos a identificar nuestras capacidades, pero también nuestras limitaciones. Esto nos ayuda a planificar metas de manera realista para evitar frustraciones futuras. Las personas dotadas de inteligencia interpersonal saben dominar sus emociones y adecuarlas a las circunstancias.

¿Se puede trabajar la inteligencia interpersonal? Si estás interesado en crecer interiormente y aprender más sobre ti mismo, puedes realizar una serie de ejercicios ayudarán a potenciar esta inteligencia.

Controla tus emociones: una habilidad que tienes que aprender a desarrollar. Controlar no significa no sentir, sino saber cómo actuar ante esa emoción o sentimiento. 

Aprende a identificar las emociones negativas para transformarlas en positivas. 

Un ejemplo: te sientes airado. Analiza el motivo que te hace estar así e intenta reconducirlo. Un truco muy eficaz, ríete de alguna nimiedad, este recurso te ayudará a transformar las emociones negativas en positivas.

Viaja a tu interior. Decía Erich Fromm que “el autoconocimiento comienza por la auto aceptación. Acéptate y te conocerás mejor”. Haz una lista de tus virtudes y otra de tus defectos. Pídele a alguien cercano que haga lo mismo para conocer qué imagen tiene de ti. Compara ambas listas e intenta mejorar aquello que no te guste.

Actúa. Observa cómo influyen tus emociones en tus estados de ánimo y busca la manera de modificar los negativos en positivos. Anota en un papel los comportamientos que te hicieron sentir mal y piensa cómo podrías solucionarlo. Por ejemplo: cuando te sientes triste ¿qué puedes hacer para cambiar esa emoción? Hablar con un amigo. Ponlo en práctica.


Acéptate cómo eres: decía Jean-Jacques Rousseau que “nadie puede ser feliz si no se aprecia a sí mismo”. Analiza cuáles son tus capacidades y tus limitaciones. Fíjate metas a corto y medio plazo en función de las mismas. 

Esto reforzará tu autoestima y te enseñará a aceptarte tal y como eres.

Vivir En El Presente



Casi siempre pensamos en el pasado o en el futuro y entonces dejamos que el presente, que tiene la característica de ser inasible, transcurra sin que participemos de él, sin que nos percatemos de su presencia. Darse cuenta de que el “ahora mismo” es lo único que se tiene es complejo. Si nos diéramos cuenta de ello, tal vez entenderíamos mejor las cosas que nos causan felicidad. A algunas personas que tratan de vivir en el presente les gustan los deportes extremos, porque este tipo de ocupaciones les hacen aprovechar el momento plenamente. 

Estas son algunas buenas razones para empezar a enfocarte en vivir en el presente
:
 1. Encontrarás tu verdadero yo
Te aceptarás como eres. Te darás cuenta de que tu mente quiere cada vez más cosas que realmente nunca te traerán felicidad. Pensar en el ahora evitará que desees más cosas de las que puedas realmente adquirir y que estés inventándote necesidades que no tienes. Te sacudirás el estrés y eso te hará más feliz y alegre porque sabrás que el momento más importante es ahora; ni el futuro ni el pasado, sólo ahora.

 2. Alcanzarás tus metas más a menudo
En efecto. Ponlo en perspectiva. Por supuesto que tienes que dejar que tu mente vague de vez en cuando, pero no debe pasar con recurrencia. Conectarse a algo más profundo que tus pensamientos banales es lo que hace posible la creatividad y la productividad. Piensa en lo que tienes que lograr y ponlo en práctica. 

Reflexiona sobre los hechos. No es que haya una fórmula para alcanzar el éxito, pero por lo general estamos tan concentrados en nuestros propios pensamientos que nos abruman y no comprendemos cómo funciona la realidad; si pusiéramos un poquito más de atención el presente, el éxito no se vería tan lejano.

 3. Nunca te sentirás abrumado
¿Hay días en los que no eres productivo y luego días en los que haces muchas cosas y te sientes realmente abrumado? Miles de personas también, pero no te preocupes, eso se debe al hecho de que no estás viviendo en el presente. 

Darse cuenta de que la mente quiere más, más y más no es sencillo, pero tampoco es el verdadero yo. 

Cuando no haces absolutamente nada y no eres productivo en absoluto te sueles sentir culpable, pero la verdad es que careces de perspectiva. 

Tienes que entender que la realidad está transcurriendo y que esas son sus características en ese preciso momento. No puedes comparar un momento con otro.

Piensa en el ahora, acaba de leer este artículo y vive el momento.



El Poder de Las Palabras


El Poder de Las Palabras
No te calles nunca
No te calles nunca. Se fuerte para levantar la voz contra aquello que consideres injusto.

No te calles nuca. Se valiente para poyar a aquellos que lo necesitan.
No te calles nunca. Alza la voz contra el abuso, contra el maltrato, contra las injusticias.

No te calles nunca. Que tu voz sirva para apoyar la necesidad de que el mundo sea un lugar más justo, que sea un lugar donde todos tengamos cabida.

No te calles nunca. Defiende aquello que es justo, que tu voz se oiga alta y clara cuando sea necesario y cuantas veces lo sea. Si todos alzamos la voz nos oirán, por fuerza nos oirán porque somos muchos.

No te calles nunca. Que la injustica no te sea indiferente, que tu voz sea capaz de alzarse contra aquello que tus ojos vean y no sea correcto, contra aquello que tus oídos oigan y no sea correcto.

No te calles nunca. No dejes que nadie te obligue a callar, no dejes que ganen aquellos que oprimen, que maltratan, que humillan.

Las palabras tienen poder
Somos muchos, somos legión todos los que pensamos que otro mundo es posible, todos los que creemos en que hay lugar para todos en nuestro hogar.

Las palabras tienen un gran poder, no las dejemos morir en nuestra garganta, dejemos que broten, que se oigan altas y claras expresando aquello que debe ser oído, aquello que debe ser entendido.

Alza tu voz, alcemos nuestras voces, que todo el mundo sea un clamor tan alto que nadie pueda ignorarlo, que no les quede más remedio que escuchar.


Libertad De Opinión Y De Expresión


No se pueden controlar las opiniones de las personas. Hacer una ley que limite la libertad de opinión es inútil y ridículo.

Y una vez que una persona tiene una opinión, elegida libremente, debe tener derecho a manifestarla.

El estado no debe hacer nunca una ley que coarte la libertad de opinión y expresión de las personas.

Al no existir una ley sobre la opinión y la expresión, todas las personas gozarán de la libertad de opinar y expresarse como quieran, pero esto debe tener unos pequeños pero necesarios límites.

No se debe permitir la difusión de mensajes que inciten a la comisión de delitos como matar, agredir, robar o estafar, ni a actitudes reprobables como odiar o despreciar a otras personas.

Ingenuamente tendemos a creer que si un medio de comunicación difunde una información, esa información debe ser cierta, pero esto no siempre es cierto. 

Como todas las personas, las personas que controlan estos medios de comunicación tienen intereses propios, y estos intereses no siempre coinciden con lo que piensan muchas personas, así que para convencer a muchas personas de que piensen o actúen de una forma determinada se puede recurrir a manipular la información, exagerar la importancia de las informaciones que parezcan avalar una creencia y minimizar la importancia de los hechos que pudieran rebatirla.

Eso hace que los medios de comunicación masiva (prensa, radio, televisión y otros) tengan un poder que, si no se controla de alguna forma, podría ser excesivo.

Por regla general esos mismos medios son controlados por otros medios de la competencia, si un periódico miente los demás periódicos pueden y deben denunciarlo para que las personas, los ciudadanos, puedan decidir si quieren seguir comprando un periódico que difunde mentiras o prefiere pasarse al periódico que lo ha descubierto.

En cualquier caso, siempre que no se difundan mentiras flagrantes, es prácticamente imposible hacer una ley que evite la manipulación de la información.

Por eso el estado no debe meterse en semejantes líos.

Se podrá y deberá hacer una ley contra la incitación al delito o al odio, se podrá hacer otra para perseguir las mentiras y calumnias en medios de comunicación, pero no se puede hacer una ley que evite la crítica de personas o ideas. 

Eso debe quedar siempre en el rango de las libertades.


Solidaridad



Más allá de ser capaces de ponerse en la situación de los demás, es necesario ser activos y diligentes para ayudar a aquellas personas que más lo necesitan y no tienen nada. La iniciativa, Donde Come Uno Comen Dos, nos demuestra que la solidaridad es el valor humano más importante y esencial de todos.  

Este noble proyecto nace gracias a la iniciativa de la señora Hainomir González, quien de la mano de su familia -y en especial de su hija que vive fuera del país- decidieron iniciar “algo que ayudará a las personas que comían de la basura”, o simplemente no tenían que comer, “Iniciamos aproximadamente en el mes de mayo seis personas porque de verdad nos preocupa la situación, nos pusimos de acuerdo, y ahora son muchas las personas que se han sumado, mucha gente y hasta empresas colaboran, hasta la Miss Venezuela, Keisy Sayago, es voluntaria”
.
Donde comen uno comen dos, ha realizado cuatro jornadas en la que no solo llevan un plato de sopa caliente, alguna fruta o hidratación, también gracias a todas las personas que colaboran llevan, ropa, zapatos, artículos de higiene personal y primera necesidad.

Para todos el grupo de voluntarios que hacen posible esta acción es gratificante ver la cara de alegría de las personas que reciben el plato de comida, quienes solo expresan su gratitud por tan noble gesto. Si usted desea colaborar puede ponerse en contacto a través de @dondecomeunocomendos 

“Hay mayor alegría en dar que en recibir”, Hechos 20:35.


jueves, 8 de febrero de 2018

Nuestra Constante Evolución


Recordar que el ser humano aparece poco a poco y en distintos lugares, aunque no al mismo tiempo, ya que las historias y progresos de hombres y pueblos no han ido parejo.

Eso sí, al orden de los primates pertenecemos todos, son nuestros más próximos parientes con los que hemos compartido durante siglos la existencia, y hemos dado lugar a distintos pueblos, pero una sola humanidad.

En un desarrollo lento, difícil, larguísimo, se destacan “momentos” en los que los humanos han logrado reunirse en clanes. Momentos o tiempos o estadios en los que, según los entendidos, los instintos y hábitos sexuales pasan, del puro naturalismo con sus módulos biológicos heredados, a una organización social consciente, adquirida. Ya se van las hordas, y se vislumbra la familia. 

Ya va desapareciendo el emparejamiento, y viene, poco a poco, el matrimonio. Ya se va superando lo de macho y hembra, y van apareciendo los maridos y las esposas.

Más adelante aparecen los hombres cazadores y las mujeres recolectoras de frutos. Ya tenemos el hogar, el fuego familiar que es lo que separa en la caverna una de otra familia.

Seguimos progresando, y llegamos al trabajo de la piedra con los utensilios para hacerlo. Vienen a continuación el arco y las flechas. Y con la caza se da el nomadismo. Al tiempo y con la agricultura, el sedentarismo y la casa que va sustituyendo poco a poco a la caverna.

Vamos avanzando en el tiempo, y nos encontramos con los grupos familiares que se instalan en las costas y en las proximidades de los ríos. El cambio general que supone los hábitos sedentarios y la agricultura; el desarrollo de las facultades mentales, la imaginación y las habilidades manuales… Todo logrado a ritmo lento pero constante y seguro, como quien se propone, sucesivas metas, cada vez más altas. Así fue creciendo el ser humano.

Y seguimos. Ahora la progresiva civilización o humanización se muestra en la región mediterránea y, si pensamos en la Biblia, coincidirá con la etapa de los patriarcas, con Abraham, las antiguas culturas egipcias, mesopotámicas y, más adelante, las griegas y romanas.



La Práctica Social


Si bien, algunas propuestas buscan el sustento en perspectivas que la reconocen como acuerdo social, finalmente este acuerdo lo configuran en una dirección: como una fijación que debe guiar los procesos de práctica social o como una imposición social que define dichas prácticas.

Pretendemos mostrar que la práctica social es algo más que una actividad, incluso que debe superar los acuerdos sociales desde los cuales se imponen unas funciones que los miembros de un grupo social deben cumplir y en el marco de las cuales debe realizar sus prácticas sociales, que tampoco, por sí mismas definen sociedades; antes que imposición, es una expresión de muchas cosas que se conjugan en el ser humano; es particularidad y socialidad, es creación y reconocimiento sociohistórico, es manifestación ética, estética, comunicativa, política… es todo esto a la vez.

La práctica social debe ser considerada como expresión de toda la humanidad del ser humano representada en sus imaginarios sociales; esto es, que debe reconocer, en primer lugar, que el ser humano, quien realiza la práctica social es un ser socializado, o sea que cuando interactuamos con alguien, ese alguien es de por sí y por herencia social, un sujeto con un complejo entramado socio/histórico el cual influye en una práctica social.

En segundo lugar, que la relación con el mundo de quien realiza la práctica social está mediada por la dimensión simbólica e imaginaria que ese ser humano socializado ha configurado sobre el mundo, el ser humano, la vida y la muerte. 

O sea, quien realiza la práctica social se basa en esa dimensión simbólica / imaginaria del mundo, la cual subsume las otras dimensiones racionales y conjuntistas (ensídicas). Si bien se debe reconocer la existencia de las dimensiones racional, ensídica y conjuntista del mundo, no es sobre ellas que el ser humano configura su realidad y define sus acciones e interacciones, pues cada una de estas acciones en interacciones corresponde a una significación que da sentido a dicha acción.

En tercer lugar, es importante considerar que, pese a esa fuerza de la historia y la tradición en la práctica social, los sujetos particulares matizamos los acuerdos sociales con nuestras propias significaciones sobre el mundo, el ser humano, la vida y la muerte.

Los sujetos damos sentido particular a los acuerdos desde la imaginación radical que cada uno construimos, gracias a esas fuerzas psicosomáticas que permiten ver el mundo con nuestros propios lentes, lo que implica una radical creación, aunque en una relación magmática con lo social.

Y por último las prácticas sociales no son linealmente (unidireccionalmente) producto de nada ni generan condicionalmente nada, sino que estas fuerzas se presentan articuladas a manera de magmas, que configuran significaciones imaginarias sociales en las cuales se funden las formas de ser/hacer, 
decir/representar de los actores sociales que realizan una práctica determinada.

En consideración a ello, pese a su capacidad de generar comportamientos e incluso grupos sociales, son también generadas desde ese magma de significaciones sociales que involucran lo racional, lo ensídico, lo particular (psicosomático) y lo social; pese a estar dinamizadas por los acuerdos sociales (en un aparente estado de inmovilidad respecto de cómo debe ser la práctica en ella misma existe ebullición constante que hace posible permanentes transformaciones por parte de los sujetos particulares o grupos sociales que la realizan.


Lecciones De Una Vaca


Una vaca es como un libro abierto; parece que me está diciendo: 
"tranquilo amigo, sosiégate. Aprende de mí; estoy en paz conmigo misma y con el mundo. Soy algo gruesa –aunque tampoco es para tanto- y mi existencia es modesta. No me doy muchas vueltas: como hierba, doy buena leche, mujo, y ante todo soy una sencilla vaca, feliz de serlo”. Pienso que puede ser un buen mensaje para el hombre de hoy.

Los filólogos nos dicen que el término sereno significa “sin nubes, cosa clara”. Es hermoso contemplar con frecuencia el regalo diario que los amaneceres nos ofrecen en las jornadas de buen tiempo. El turquesa celeste, contrapunteado por la discreta forma de los árboles y la funcional arquitectura urbana, se abre en un haz de luz benefactora. Pero este lujo de las zonas meridionales no está al alcance de todas las latitudes. Hay lugares donde la lluvia, las nubes y el frío tienen una presencia anual muy considerable. Ciertamente hay gente que ha cantado bajo la lluvia; el escritor Chesterton la consideraba como un fenómeno “tonificante y moral”. La nieve tiene también su indudable magia y es campo de juegos y batallas para escolares.

Sin embargo, en ciertas mañanas de invierno alguien puede ver el día más patético que prometedor. Qué decir si además uno tiene la ocurrente lotería de chocar levemente con otro conductor y se dispone a la gravosa firma de partes para las aseguradoras automovilísticas...¡Qué mala pata!...Pero también qué gran ocasión para vivir la serenidad. Las personas podemos penetrar con luz propia en las borrascas de cada día. Frecuentemente nos abrumamos por las situaciones adversas, pero también podemos despejar brumas cuando el periscopio de nuestra alma racional es capaz de ver, por encima del turbio oleaje, contornos más luminosos y nítidos.

La serenidad no es el temperamento del flemático, ni el vacío insustancial de un corazón frío. Tampoco es la lentitud triste del abúlico. La serenidad, aunque nuestro temperamento fuera fogoso, es un ejercicio del carácter por el que lo racional intenta sobreponerse a lo puramente impulsivo. La serenidad es un imperio de la inteligencia sobre los vaivenes de la vida; se trata de un fruto de la templanza. La serenidad da algo de luz en la noche.

Algunos estudiosos relacionan la palabra serenidad con el término latino serum, “la tarde, el anochecer”. Tras un día de trabajo llega la paz de la noche. Surge una pregunta oportuna pero incisiva: ¿Tienen paz nuestras noches?...Dicen que la mejor almohada es una conciencia tranquila. Se trata de una frase feliz dicha por alguien con el cuerpo sano. Sospecho que debe haber más de algún irresponsable que duerme a pierna suelta y un buen número de personas sensatas que tienen problemas de sueño. En cualquier caso la caída de la tarde supone una cierta reflexión sobre el día transcurrido. Cuando se hacen cosas que merecen la pena –y, por tanto, la incluyen- se termina la jornada con cierta satisfacción.

Entre esas cosas destaca como un lucero aquella por la que, según el clásico castellano, seremos juzgados al final de nuestras vidas.



Cuando Todo Está Contigo



El origen de muchas de nuestras decepciones está en esperar a que los demás actúen como nosotros mismos lo haríamos. Aguardamos la misma sinceridad, el mismo altruismo y reciprocidad, pero sin embargo, los valores que definen nuestro corazón no son los mismos que habitan en mentes ajenas.

William James, filósofo, fundador de la psicología funcional y a su vez, hermano mayor de Henry James, comentaba en sus teorías que una forma muy sencilla de encontrar la felicidad, reside en el hecho de minimizar nuestras expectativas. Cuanto menos esperes, más puedes recibir o encontrar. Es un razonamiento sin duda algo controvertido, sin embargo, no deja de tener su lógica.

No esperes nada de nadie, espéralo todo de ti mismo, de este modo, tu corazón almacenará menos decepciones.

Todos tenemos muy claro que en lo que respecta a nuestras relaciones, es inevitable no tener expectativas. Esperamos ciertos comportamientos y anhelamos aspectos como ser queridos, defendidos y valorados. Ahora bien, eso no quita que, en ocasiones, estas previsiones nos fallen. Quien espera demasiado de los demás suele acabar herido en algún detalle, en algún matiz, de ahí, que valga la pena tener en cuenta una serie de aspectos.

Padres y madres que esperan que sus hijos actúen de un modo determinado, parejas que lo esperan todo de sus compañeros/as sentimentales, y amigos que aguardan que les apoyemos en cada cosa que hacen, aunque en ocasiones, vaya en contra de nuestros valores. Todas estas situaciones tan comunes son claros ejemplos de lo que se conoce como “la maldición de las expectativas”.

En ocasiones, hay quien llega a creer que lo que él o ella piensa, siente y juzga es algo casi “normativo”, e incluso llega a colocar un listón tan alto en lo que se refiere al concepto de amistad, de amor o de familia, que nadie logra alcanzar dichas cumbres y, por lo tanto, la decepción recae en ambas partes. 

La clave, como siempre, está en el equilibrio y ante todo en la necesidad de ser realistas.

Queda claro que hay determinados tipos de expectativas que entran dentro de lo que es esperable (la no traición, la sinceridad, el respeto, la fidelidad…) todo ello son pilares que sustentan las relaciones positivas y saludables. Sin embargo, en cuanto alguien se obsesiona con la “excelencia” del vínculo, ya sea en materia afectiva, paterno-filial o de amistad, aparece la frustración, el resentimiento o incluso la ira. Es algo a tener en cuenta.

Nadie es ingenuo por necesitar ver siempre el lado bueno de las personas. Tenemos derecho a verlo, a buscarlo e incluso a promoverlo, pero con cierta cautela, con cierta prudencia. Porque la decepción es la hermana de las grandes expectativas, así que siempre será más adecuado “no deslumbrarnos” antes de hora y usar las gafas de la objetividad y el realismo más sereno.

“Un hombre debe ser lo suficientemente grande como para admitir sus errores, lo suficientemente inteligente como para aprovecharlos y lo suficientemente fuerte para corregirlos”.

-Khalil Gibran-

Saber Que Importas


Cuando estás afrontando una situación estresante o atravesando un mal momento, las personas que hay en tu vida pueden ayudarte a afrontarlo. Si alguien a quien le importas sabe por lo que estás pasando, te ayudará a sentirte comprendido, y no tan solo.

Saber que alguien te quiere significa mucho. Y es algo muy importante cuando uno está estresado. Los problemas parecen menores y más fáciles de sobrellevar cuando se habla con la persona adecuada. Somos capaces de afrontar mejor las cosas y de ver soluciones con mayor facilidad cuando compartimos nuestros problemas.

Hay muchas formas diferentes de dar y recibir ayuda. A veces sólo necesitamos unas palabras de ánimo. Otras veces necesitamos que nos orienten o nos den una nueva perspectiva sobre las cosas. La ayuda puede ser algo muy específico e inmediato, como apoyo para llevar a cabo unos deberes en concreto. O puede ser más duradera, como recibir clases de repaso para aprobar una asignatura pendiente o terapia para sobrellevar una situación personal difícil.

Probablemente recordarás los momentos en que alguien te ha ayudado. Uno de tus padres puede haberte enseñado a conducir o haberte apoyado para abandonar un mal hábito. Tal vez un amigo te ayudó a sobrellevar la tristeza o a superar una decepción. O tu profesor favorito puede haberte guiado en el proceso de rellenar la solicitud para ir a la universidad. Y probablemente también podrás recordar momentos en que tú ayudaste a otras personas.

Los amigos, los padres, los profesores y otros adultos pueden ser valiosos recursos cuando necesitamos ayuda. También hay momentos en que necesitamos la ayuda adicional que puede aportar un buen profesional. Los terapeutas, psicólogos y psiquiatras ofrecen ayuda especializada sobre cuestiones de salud mental y problemas personales.

Dirigirse a la persona adecuada para pedir ayuda compensa con creces. Sólo tienes que pedirla.


El Ser Rutinario



La rutina, su hábitat, es el medio donde mejor se desenvuelven, pues aquí su vida y su ambiente nuca ha transcendido,

El tiempo ha pasado, pero ni cuenta se han dado.

El miedo de progresar se ha apoderado de ellos, prohibido vivir nuevas experiencias, e que mejor es “preferible lo malo conocido a lo bueno por conocer”, no saben que afuera hay grandes glorias
Que les esperan, nuevos conocimientos por aprender, pero ellos se asemejan a un fósil, resisten la evolución, la única verdad que prevalece es la mediocridad.

No pueden pensar por sí mismos, puesto que en su mente tienen las doctrinas y dogmas de sus antepasados
.

Y si ellos vivieron y murieron, pues ellos también lo harán, claro, sin dejar sombras, menos aún huellas en este mundo.

Metas Y Objetivos


Un objetivo personal cuenta con un propósito. Debe ser un plan.
Es algo que esperas hacer. Debes tener objetivos y la única manera de alcanzarlos es trabajando disciplinadamente.

En primer lugar, con objetivos definidos, liberas tu propia energía y comienza a suceder cosas.

¿Te  imaginas a Sir Edmund Hillary, el primer hombre que conquistó el Monte Everest, explicando su logro?
Imagínatelo diciendo:
“Bueno, yo salí a dar una caminata un día cuando de repente me di cuenta que sin proponérmelo había llegado a la cumbre”.
Probablemente suena absurdo, ¿verdad?

Sin embargo, él se propuso el objetivo personal de llegar a la cumbre y por lo tanto se preparó.

Mira hacia dónde quieres dirigirte, y no cambies la decisión de seguir adelante.
Eres el único que puedes fijar tus metas en la vida y la constancia es una opción que te va ayudar a mantenerte en el camino hacia tus propósitos.

Cualidades De La Persona Con Objetivos Personales Claros.

Si tú eres de las personas que han marcado su norte con objetivos claros, eres un ganador, y debes alumbrar con cualidades como éstas:

Ser parte de la respuesta y no del problema que se presente.

Tener una mentalidad positiva. “Puedo hacerlo” será tu expresión favorita.
Como ganador, siempre has de tener un plan o proyecto, sin excusas para no realizarlo.

Ver la oportunidad frente al obstáculo, y no los obstáculos tapando las oportunidades.

Ser constante. La constancia es una virtud que lleva a dar fruto a quien la posee.


Un Corazón Que Escuche



Hace unos días leí una pequeña historia de la que hablaba de la importancia, a veces, de estar junto a una persona que sufre algún dolor, solo con el corazón... 
Un médico psicólogo atendía una consulta en un hospital... sus pacientes eran adolescentes... Cierto día le derivaron un joven de 14 años que desde hacía un año no pronunciaba palabra y estaba internado en un orfanato... Cuando era muy pequeño, su padre murió... Vivió con su madre y abuelo hasta hacía un año... a los 13 muere su abuelo, y tres meses después su madre en un accidente...
 Solo llegaba al consultorio y se sentaba mirando las paredes....sin hablar... Estaba pálido y nervioso... 

Este médico no podía hacerlo hablar.. Comprendió que el dolor del muchacho era tan grande que le impedía expresarse...y él... por más que le dijera algo, tampoco serviría de mucho. Optó por sentarse...y observarlo en silencio....acompañando su dolor.... 

Después de la segunda consulta, cuando el muchacho se retiraba....el doctor le puso una mano en el hombro: "Ven la semana próxima si gustas....duele verdad?..." el muchacho lo miró, no se había sobresaltado ni nada... solo lo miró y se fue... 

Cuando volvió a la semana siguiente....el doctor lo esperaba con un juego de ajedrez.. Así pasaron varios meses...sin hablar....pero el notaba que David ya no parecía nervioso... y su palidez...había desaparecido... 

Un día mientras el doctor miraba la cabeza del muchacho mientras él estudiaba agachado en el tablero... pensaba en lo poco que sabemos del misterio del proceso de curación... 

De pronto....David alzó la vista y lo miró: "Le toca - le dijo" 
Ese día empezó a hablar... hizo de amigos en la escuela, ingreso a un equipo de ciclismo... Y comenzó una nueva vida... su vida. 

Posiblemente el médico le dio algo... pero también aprendió mucho de él... Aprendió que el tiempo hace posible lo que parece dolorosamente insuperable... a estar presente cuando alguien lo necesita... a comunicarnos sin palabras. Basta un abrazo, un hombro para llorar, una caricia... un corazón que escuche 

¿Será verdad que el tiempo lo cura todo, aun por doloroso que sea?

miércoles, 7 de febrero de 2018

Puntos De Vista


Te das cuenta que dependiendo de la forma en que veamos las situaciones que nos acontecen serán las reacciones y acciones que asumamos, lo que a su vez genera ciertas consecuencias o resultados. Nuestras conductas guardan estrecha relación con la manera como vemos las situaciones y dependen de nuestro punto de vista personal; de esta manera, podemos afirmar que detrás de cada conducta, hay una actitud.

Así, las actitudes negativas sólo llegan a ser un obstáculo en la vida, en consecuencia no existe una proyección del futuro idóneo que queremos vivir para lograr nuestra superación personal; si por el contrario asumimos una actitud positiva obtendremos resultados favorables que serán proyectados sin lugar a duda en nuestra conducta y en consecuencia de lo que deseamos hacer y ser en la vida. 

Creer que nuestras vivencias cotidianas son producto del destino, la suerte o el azar implica una resistencia a reconocer que todo lo que obtenemos va en función de la manera como lo hacemos, lo pensamos o creemos, es decir, de la actitud que asumimos ente los diversos acontecimientos que se nos presentan
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Las personas que salen adelante en la vida mantienen una actitud positiva ante las circunstancias. En su comportamiento podemos encontrar que suelen ser optimistas, entusiastas, no creen en la suerte o el destino, si no por el contrario son persistentes, luchan y buscan cómo salir adelante o cómo lograr lo que desean; saben  que lo que quieren no les caerá del "cielo" y con esta actitud proyectan seguridad en sí mismas.

Los valores personales determinan las actitudes que asumimos en la vida y que proyectamos con nuestros comportamientos. Algunas personas se dejan llevar por lo que otros piensan porque no cuentan con valores que orienten su decisión para hacer o decir algo, lo cual indica que su actitud ante la vida es la de actuar en función de los intereses de otros y no de los propios.

Si tenemos ciertos valores éstos serán los que determinan nuestra forma de pensar, propiciando actitudes positivas ente la vida que proyectamos con nuestros comportamientos, sin embargo, no siempre es así ya que podemos encontrar personas que piensan de cierta manera y actúan contrariamente a sus pensamientos y/o sentimientos, quedando en juego sus "valores" y viviendo con actitudes negativas.

Si actuamos en base a nuestros valores lo hacemos por convicción y no por obligación o presión de otras personas, estaremos practicando algunos valores que se consideran de índole universal, como la honestidad, responsabilidad, justicia, solidaridad, entre otros.

Las personas pasamos por situaciones en las que se hace evidente que algo nos gusta o nos atrae, manifestando conductas que muestran las preferencias por ciertos tipos de actividades o experiencias, y cuando esto sucede entonces estamos hablando de que algo nos interesa, es decir, nos agrada.

Podemos decir que el interés es una actitud positiva que nos conduce hacia la elección de una situación, objeto o actividad relacionada con nuestros valores.
Los intereses no se manifiestan con palabras, sino con acciones a través de la participación en actividades cotidianas. 


Hacer lo que te gusta y hacer lo que mejor sabes hacer, es un hábito importante para que amplíes los horizontes de tus intereses.

Edad Y Percepción Del Tiempo



En la revista digital Psychology Today, otra de las teorías afirma que “el paso del tiempo que percibimos está directamente relacionado con la cantidad de nueva información perceptual que absorbemos”. Con muchos estímulos nuevos, 
nuestros cerebros tardan más en procesar la información, por lo que el tiempo pasa y nosotros no nos damos cuenta realmente
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Además, en situaciones no habituales nuestro cerebro graba con más detalle los recuerdos y como consecuencia, lo vivido parece más lento y a la vez más extenso de lo que realmente fue.

Una de estas hipótesis en la web Buffer Social es casi contraria, pues explica que “cuanto más edad tenemos, más familiar y reconocible es nuestro entorno.

Nuestra casa o nuestro lugar de trabajo ya no nos sorprende”. Para los niños, el mundo es un lugar desconocido que está continuamente lleno de nuevas experiencias. “En las vivencias cotidianas, el tiempo no se percibe al cien por cien y por ello parece que avance más rápido”.

Peter Mangan, psicólogo en el Colegio Clinch Valley de Virginia, junto a sus compañeros realizó un experimento, publicado en Sun Sentinel, a jóvenes de entre 19 y 24 años y adultos de entre 60 y 80 años. A ambos grupos y de forma separada, se les pidió que contaran 3 minutos, segundo tras segundo y a la vez.

El primer grupo lo hizo de manera casi perfecta: solo se pasaron 3 segundos. Por su parte, los ancianos creyeron que habían llegado al objetivo 40 segundos después.

Mangan reflexiona que “los relojes internos que controlan los ciclos diarios de actividad, perciben el tiempo de forma totalmente diferente según los años”. Así que todas esas veces que miras el reloj y te sorprendes son totalmente normales según tu edad.


La Intuición Humana


Todos estamos acostumbrados a utilizar nuestros cinco sentidos, mente e intelecto para analizar y percibir estímulos. Esto es porque todo nuestro sistema educativo está orientado a enseñarnos sólo a usar nuestros cinco sentidos a la hora de analizar situaciones y resolver problemas. Las ciencias modernas generalmente ignoran la dimensión sutil, ya que no pueden probar su existencia utilizando herramientas tradicionales de medida y análisis…

Desconocido para la mayoría de la humanidad, hay un vasto mundo sutil e intangible más allá de la comprensión de nuestros cinco sentidos, mente e intelecto. 

Este mundo también se conoce como mundo sutil, dimensión sutil, mundo espiritual, reino espiritual o dimensión espiritual. Este mundo sutil influencia nuestra vida en gran medida, tanto positiva como negativamente. 

Muchos de los problemas y dificultades de nuestra vida se deben a influencias dañinas procedentes del mundo sutil. Nuestra ignorancia e incapacidad para percibir e influenciar el mundo sutil nos convierte en víctimas indefensas de estos efectos dañinos. También nos priva de la oportunidad de mejorar nuestras vidas espiritualmente. Como el mundo sutil afecta a cada aspecto y a cada paso de nuestra vida, tener conocimiento sobre él nos ayuda a tomar las decisiones correctas que nos ayudarán a fomentar la felicidad y a protegernos de su influencia dañina.

Se llama percepción extrasensorial a la supuesta habilidad que permitiría adquirir información por medios diferentes a los sentidos conocidos. La percepción extrasensorial se denomina a veces sexto sentido. 

El término Percepción Extrasensorial (por sus siglas en inglés ESP) fue acuñado por Joseph Banks Rhine  pero la noción de la percepción extrasensorial existe desde la antigüedad. Los antiguos Chamanes u Oráculos basaban su trabajo en el supuesto uso de poderes sobrenaturales para obtener conocimiento como son la Precognición o la Clarividencia. 

Ancestralmente siempre se ha relacionado el uso de estos poderes con alguna deidad o poder diabólico, no siendo hasta el siglo XX cuando, además, se intenta profundizar y darle una explicación científica o más esotérica.

La intuición es el resultado de una serie de fenómenos que no residen en la conciencia. La intuición es la voz del alma y es más poderosa que la razón. El ser humano tiene la capacidad de poder entrenarse para educar sus reacciones inconscientes para hacer juicios de manera efectiva. Porque, efectivamente, nuestros juicios y primeras impresiones pueden educarse.

La evolución ha dotado al ser humano de herramientas esenciales como el lenguaje o la capacidad de abstracción, no debería extrañarnos que también haya sido dispuesto con la capacidad de tomar decisiones de manera rápida y eficaz, y más aún en la sociedad de ritmo tan acelerado que le está tocando vivir
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Hasta finales del siglo XX, pocos eran los científicos que confiaban en este tipo de estímulos inconscientes en la toma de decisiones, y se había determinado que eran estímulos irracionales carentes de fundamentos de peso. Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que la intuición puede llegar a ser mejor que los modelos de elección racional, fundamentalmente porque el cerebro se mantiene alerta las 24 horas, y ante situaciones que requieren respuestas inmediatas, piensa mucho antes de ser nosotros conscientes de ello, y nos envía señales a modo de respuesta, pero que en la mayor parte de las veces ni siquiera podemos apreciarlas porque no estamos lo suficientemente preparados para comprenderlas.

El problema es que el pensamiento consciente y el inconsciente funcionan independientemente y difícilmente se van a poner de acuerdo si el individuo no ha sido preparado para ello
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La sudoración o la variación en el ritmo cardíaco son solo alguna de las consecuencias físicas a las señales que nuestro inconsciente nos puede estar mandando en estas situaciones. Pero hay otras muchas que no apreciamos, porque nuestro cuerpo no está preparado ni entrenado para sentirlas conscientemente, porque la mayor parte de ellas se deshilachan a un nivel tan bajo a nuestra mente que no somos capaces de detectar. Pero como toda capacidad del ser humano, si se practica y ejercita con dedicación, se volverá fuerte y eficaz.

Cuando meditamos, el cuerpo reduce nuestro stress y prepara nuestra mente para recibir información que muchas veces pasamos por alto, porque favorece nuestra concentración, y es una de las mejores maneras de desarrollar y potenciar nuestra intuición.

Un ejercicio muy sencillo y al mismo tiempo efectivo consiste en sentarnos cómodamente en una silla, con la espalda recta y los pies descansando en el suelo, cerrando los ojos y sintiendo como la silla absorbe todo nuestro peso, nuestro estrés y nuestras preocupaciones, centrándonos en todo momento en nuestra respiración, lo que hará que nos sintamos más y más relajados, podamos acallar nuestros pensamientos mas superficiales de modo que podamos llegar a escuchar nuestra voz interior. A medida que más practiquemos, mayor será la capacidad que vayamos adquiriendo.

La mejor manera de desarrollar nuestra intuición es confiando plenamente en ella. Al principio, nos podría asustar la idea de dejar todas nuestras decisiones en manos de nuestra intuición, pero lo cierto es que ella es nuestra guía interior y debemos comenzar a confiar en ella.


Empecemos a escuchar nuestra voz interior. Aquella que nos hace experimentar una sensación en el estómago que nos impulsa a hacer algo sin razón aparente, y prácticamente sin haber tenido el tiempo suficiente para pensarlo. Dejémonos guiar por ella, porque nuestra intuición sabe, por experiencia propia, lo que la razón desconoce.

Nuestro Lenguaje


El idioma español está considerado como una lengua romance del grupo ibérico y uno de los más limpios del habla moderna porque a no ser porque la H es muda, se lee y escribe tal cual se pronuncia. Es rico en conceptos y se los articula fácilmente y con una curiosidad: tiene 15.000 verbos que han sido publicados ya hace mucho tiempo en un diccionario especial (Sopena).

En ese número de verbos están incluidos los de la vieja habla castellana pero ello no impide reflexionar sobre la poca cantidad de verbos que se utilizan en la actualidad. Desde la Academia Nacional del Idioma se dijo que la mayoría de los rioplatenses empleaba alrededor de 600 palabras en el lenguaje coloquial cotidiano. Este achicamiento idiomático está relacionado seguramente con el abandono del hábito regular de la lectura, algo que ha ido decayendo pronunciadamente en los últimos años como consecuencia de la invasión tecnológica y de un cierto debilitamiento en la enseñanza dentro del sistema educativo.

El mundo del idioma español es muy rico y ello se nota en los grandes disertantes y en los escritores. La riqueza que ha dejado Jorge Luis Borges en su producción es inmensa y ha sido considerada mundialmente.

El idioma se articula con palabras y la palabra es la unidad mínima del significado de una lengua. La palabra es considerada específicamente como un conjunto de sonidos que expresa una idea. Por ello, utilizar los términos con precisión impide que quien escucha se equivoque en la interpretación de los significados. 

Esta observación es fundamental para la apreciación del idioma.

Por otra parte, las diferencias generacionales son visibles en el uso idiomático. En principio porque el idioma responde a la realidad de la vida, es decir tiene un presente en su expresión así como un pasado en su estructuración. No obstante, en un amplio sector de los jóvenes se incluyen modismos antojadizos y contracciones en el uso de la palabra, por ejemplo no dicen «vamos a ver una película» sino vamos a ver una «peli». Y, hay que admitir que estas caracterizaciones se llevan aula y que a los profesores de lengua les cuesta poner las cosas en su lugar. Mucho más con la indisciplina tan frecuente hoy en el ámbito escolar.

El aporte más importante que puede hacer una persona al idioma, es hablar bien en la vida cotidiana, es decir expresar correcta y claramente sus ideas para evitar cualquier confusión . 

Hay que hablar teniendo en cuenta que la palabra es el vínculo y que, entendida como tal, mejora y profundiza la comunicación.


Disfrutar De El Ocio


EL CONFLICTO DEL OCIO Y LOS CAMBIOS SOCIALES El título de la ponencia representa en sí mismo una declaración de intenciones porque si entendemos el ocio como esparcimiento y diversión y la diversión como espacio de distensión y relajación de los individuos, no debería de representar ningún problema para la convivencia ciudadana.

Pero no siempre es así, de ahí que debamos calificar el ocio que todos deseamos como ocio inteligente. Y es que parece que estemos hablando de dos tipos de ocio. Por un lado parece que la diversión sea trasgresión sistemática de la convivencia y el orden establecido y, por otro lado hablamos del ocio inteligente que consiste en disfrutar de esos momentos de disfrute y relajación de las obligaciones laborales, de una manera respetuosa para con los demás.

Pero en el fondo esta afirmación es una falacia, no existen dos tipos de ocio tan diferenciados, como la gente no se divide en buena y mala, sino que todos tenemos buenos y malos momentos, si bien es cierto que siempre hay algunos que tienden a buscar los límites de la convivencia, tanto en esta actividad como en cualquier otra. Lo que existen son MODELOS DE OCIO, por un lado tendríamos el carácter mediterráneo o extrovertido, en el que los individuos tienden a ser más abiertos, más sociables, frente a un modelo, más individualista y consumista.

En nuestra cultura mediterránea nunca ha sido lo normal el no compartir con los amigos los momentos de ocio, para nosotros eso siempre ha sido así, de ahí el carácter lúdico-festivo de nuestra tierra. Además estamos en un momento de ruptura entre dos estilos de vida: la cultura del trabajo y la cultura del ocio, 

las sociedades que vivían por y para el trabajo están dando paso a otra cultura en la que si bien el trabajo es importante, ya no acapara todos los días de la semana he incluso la jornada laboral diaria tiende a acortarse para disponer de más tiempo para el ocio, un ejemplo, la tendencia de las 35 horas semanales.
Nos toca vivir en un momento de cambio que, si bien es lento, es también inevitable, ya que la mecanización de los procesos productivos no necesita tanta mano de obra y dejan mucho tiempo de ocio a la clase productiva. 

El debate se suscita en relación a cómo debe ser la correcta utilización del tiempo de ocio y los retos y oportunidades asociados a su correcta ordenación y regulación. Por un lado debemos reflexionar sobre la generación de más oportunidades laborales en el sector de servicios, sobre todo los relacionados con el ocio, los servicios y el turismo en general y, por otro lado, sobre la mayor calidad de vida vinculada a la mayor disponibilidad de tiempo y recursos para realizar esas actividades. 

Solo hay que darse una vuelta por cualquier ciudad para comprobar que los espacios de ocio no solo son para los más jóvenes – tradicionales consumidores del ocio, especialmente del ocio recreativo-, sino que se ha producido una diversificación de la oferta de ocio por edades. En este sentido ya no es raro ver a la población adulta y madura disfrutando en la calle de su ocio, los fines de semana.

Además este nuevo mercado del ocio recreativo está dando un salto cualitativo en el que es posible ser un ciudadano alemán y el viernes tarde abordar en Berlín un avión y pasar el fin de semana en muchas ciudades españolas por un precio casi simbólico. Si bien esto es bueno para la concepción de la identidad europea, para los negocios vinculados al ocio y para el mestizaje cultural, también es cierto que nos proporciona un nuevo concepto de población flotante fuera del periodo estival, que puede poner de moda algunas ciudades españolas, básicamente por su clima y por su oferta recreativa, y esto a su vez traer una mayor masificación a los espacios de ocio.
Conociendo esta tendencia, se nos presenta un nuevo reto, resultado de la fusión entre todas las variables que hemos comentado: los modelos recreativos y consumistas, el cambio de la cultura del trabajo a la del ocio, los nuevos mercados del ocio, la generación de riqueza y de puestos de trabajo etc.) que debe ser abordado con el mayor rigor, si no queremos que una oportunidad histórica e irrepetible para el desarrollo económico y social de nuestro país se vuelva en nuestra contra. Es imprescindible convertir el ocio en una actividad de consenso, que resuelva el déficit de convivencia y sobre todo de concienciación ciudadana sobre el impacto del ocio.
Cuando una parte de la ciudadanía sale a divertirse, otra opta por quedarse en su casa y cuando las zonas de ocio están debajo de estas casas y existe una masificación de público, se produce un impacto acústico y unas molestias vecinales derivadas de consumos abusivos de alcohol, problemas de drogodependencias, de seguridad vial,.... en fin de convivencia. Y si esto se produce en zonas como son los centros históricos que padecen con frecuencia un elevado grado de deterioro urbanística y/o de marginación social, falta de infraestructuras, dotaciones de servicios etc., normalmente el ocio aparece como el principal responsable de un problema que, en realidad es estructural.
los estudios realizados sobre los hábitos sociales de nuestros ciudadanos son claros: El ciudadano asume su responsabilidad y su falta de civismo como principal responsable del impacto del ocio y, paradójicamente, exige que se pongan en marcha campañas de sensibilización y todo tipo de iniciativas que incidan en la responsabilidad del usuario del ocio en la buena convivencia urbana.
El principal objetivo de estas acciones no puede ser otro que el de promover un clima de reflexión en conjunto de la sociedad sobre las necesidad de que cada uno de nosotros asuma su responsabilidad en la construcción de la correcta convivencia ciudadana.

Todo esto es bastante fácil de decir, pero ¿cómo lo hacemos? quien le pone el cascabel al gato. Llegado a este punto y siguiendo las opiniones de los propios usuarios del ocio y, en general, la mecánica de otros fenómenos sociales,

las instituciones se encuentran atadas de pies y manos para poder abordar este tipo de problemáticas. El discurso institucional cada vez se encuentra más alejado de las prioridades ciudadanas y sus actuaciones se contemplan cada vez más vinculadas a necesidades electorales.


O lo que es lo mismo, el discurso oficial genera reservas y escepticismo entre los colectivos sociales que no confían en la bondad de los argumentos políticos. 

En este contexto debe ser la sociedad civil la que cobre el mayor protagonismo como responsables y líderes de este proyecto, que debe generar el adecuado clima de concertación social, y en cuyo marco se debe plantear la implicación de la acción institucional. 

Solo mediante la activación de un debate social abierto y participativo estaremos en condiciones de legitimar un plan de actuaciones que debe tener, como primer objetivo, generar la complicidad del ciudadano de la calle.

Cuando Haces Lo Preciso


Hay momentos en los que estamos deseando quedarnos, que daríamos lo que fuese por tener motivos para hacerlo pero que, sin embargo, no nos queda otro remedio que volar. Porque a veces, quedarse es ir demasiado lejos.

Decir adiós son palabras mayores. Plantearnos llegar a un punto de “no retorno” nos angustia, así que nos hartamos de los “hasta luego”, de poner puntos suspensivos donde toca un punto y final y decir adiós aunque nos duela el alma.

“Y un día, sin tú esperarlo, me fui. Sin despedida, sin previo aviso, ni reproches. Porque a veces quedarse es ir demasiado lejos.”
-La luz de Candela-

Digamos que es una cuestión de salud emocional. De alguna manera, si queremos que todo siga igual debemos permitir que todo cambie. Y es que al decir adiós nos retumba el alma, pero es la única forma de cerrarle la ventana al dolor, a la desilusión y al desencanto.

Cuando la serpiente tiene que desprenderse de su piel vieja, escoge transitar por dos piedras próximas que le aprieten, le rasquen y le ayuden a eliminar su piel. Ese tránsito le provoca dolor, pero le ayuda a deshacerse de lo viejo para dar lugar a lo nuevo.

Es el final de un proceso y el inicio de otro. Y en ese tránsito sufrimos. Si nos resistimos a atravesarlo, la angustia se incrementa, pues no soltamos lo que ya no nos aporta, lo que no necesitamos, ni damos espacio a lo que quiere nacer. 

Quedarse no es la opción para liberarnos.

Resulta curioso cómo nos desnudamos cuando más frío hace. No nos permitimos conocer más que el fuego abrasador y el frío intenso. La cuestión es que sabemos lo que tenemos que hacer mucho antes de tomar la decisión, incluso antes de comenzar a pensar en ello.

Es normal que nos resistamos a dar el paso, pero lo que está claro es que cuando nos atrevemos a decir adiós comenzamos a construir relaciones sanas y positivas, a no sentir ese vacío emocional que devora las entrañas y a valorar de verdad a las personas que merecen estar en nuestra vida.

Porque si eres tan valiente de decir adiós vas a darte cuenta de que precisamente es ese peso el que te quitas de encima. Quizás es porque te vas a permitir alcanzar tu temperatura ideal y no ese frío intenso o ese calor abrasador al que vives sometido.

“Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo.

Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!”
-Paulo Coelho-


El Valor Persona



Todos somos iguales porque tenemos los mismos derechos y, a la vez, todos tenemos diferencias que forman parte de nuestro origen o de nuestra historia personal.

Cada persona tiene sus propias emociones, cultura, lengua, en fin, una serie de valores que conforman la propia identidad. Cada persona es una ser único.

Los hombres y las mujeres, en tanto que seres humanos, somos iguales, y esto hace que tengamos las mismas necesidades y los mismos derechos: a la educación, al trabajo, a un trato digno, a ser valorados, al respeto a nuestras ideas y decisiones, a ser libres.

Pero nos diferencian nuestras costumbres, nuestra forma de vestirnos, nuestros gustos, la forma de hablar, de pensar, las creencias religiosas, la edad, e incluso aquellas cosas en las que cada uno de nosotros destaca por encima de los otros. Y todas esas diferencias nos hacen ser personas únicas.

Pero lo que a mí me parece evidente es que, por encima de todas las diferencias, nuestro valor como personas es el mismo.