viernes, 10 de agosto de 2018

Creatividad E Innovación


«Otros han visto lo que es y preguntan por qué.
Yo he visto lo que podría ser, y me he preguntado por qué no»
Pablo Picasso

Nadie como Picasso definió la personalidad de alguien creativo. No es cuestión de ver las cosas como son, sino de ser capaces de vislumbrar todas sus posibilidades. O lo que es lo mismo, tener una mente abierta, una cualidad que permite a quien la posee ver el mundo de una manera totalmente diferente al resto de sus congéneres.

Así lo afirma un estudio encabezado por la psicóloga de origen italiano Anna Antinori para la Universidad de Melbourne, en Victoria, Australia. La psicóloga y su equipo publicaron un artículo en The Conversation explicando su experimento, que había sido publicado antes en el Journal of Research in Personality.

Lo que se viene a decir es que las personas de mente abierta no es que vean las cosas desde una perspectiva diferente, sino que ven cosas diferentes. Y para ello sometieron a 123 estudiantes voluntarios de la universidad a un test de rivalidad binocular.

El sujeto contemplaba una imagen roja por un ojo y otra verde por el otro durante unos minutos. Por lo general, el cerebro solo percibe una imagen a la vez, así que la mayoría de los voluntarios afirmaba haber visto oscilar la imagen entre el rojo y el verde.

Pero una minoría de ellos fueron capaces de ver las dos imágenes fusionadas, algo que se conoce como «percepción mixta». Los participantes que puntuaron con mayor nota en apertura mental fueron los que consiguieron percibir la imagen fusionada.

«Esos momentos de “supresión de la rivalidad”, cuando ambas imágenes son percibidas de manera consciente a la vez, parecen ser una solución “creativa” a un problema presentado por dos estímulos incompatibles», afirmaba Antinori en The Conversation. Es decir, sus cerebros son capaces de encontrar una solución menos convencional y más flexible a ciertos problemas.

«Nuestros hallazgos sugieren que la creatividad de las personas con mente abierta alcanza también a la percepción visual. Estas personas pueden ver experiencias fundamentalmente distintas a la media». Por ello, según la psicóloga, estos resultados podrían explicar por qué las personas más abiertas de mente tienden a ser más creativas e innovadoras.

¿Cómo se traduce esto en la práctica? Anna Antinori lo explicaba con un ejemplo claro. Si a un grupo de personas les ofreces un ladrillo y les preguntas qué pueden hacer con él, es probable que la mayoría responda que levantar un muro. Pero las otras con mente abierta, uno de los principales rasgos asociados a la creatividad, responderán que podría ser un ataúd en un diorama protagonizado por la Barbie.

No solo son capaces las personas de mente abierta de ver el mundo de manera diferente, sino que también pueden prestar atención a detalles que a los demás se les escapan. Sus cerebros dejan pasar más información que el resto de personas. O lo que es lo mismo, están atentos a otros estímulos que a los demás nos pasan desapercibidos: los sonidos del exterior, los olores que nos llegan, que cierto punto de nuestra espalda está apoyado en el respaldo de la silla…

La mayoría de esas decisiones se hacen por debajo del nivel de conciencia y sus resultados constituyen lo que vemos y percibimos, afirma la psicóloga en una entrevista para la agencia EFE.

Según afirma la directora del estudio, hay investigaciones que demuestran que la personalidad es maleable; que puede cambiar a lo largo de la vida y que la forma en que vemos el mundo puede variar en línea con la personalidad.

«Puede ser posible que un cambio en la personalidad de un individuo también pueda afectar a cómo ve el mundo», afirma un artículo de Quartz. Hay, por tanto, diferentes maneras para poder ser más creativos y abiertos.

Pero quizá el ejercicio más poderoso sea el tratar de ponerse en el lado contrario de nuestro pensamiento. Por ejemplo, intentar defender con argumentos válidos temas sobre los que estamos radicalmente en contra. ¿Eres de izquierdas? Trata de defender las ideas de la derecha. Sudarás tinta, pero aprenderás a ver las cosas desde ángulos diferentes.

El último consejo que Antinori da es buscar la manera de dar salida a la creatividad y expresarla. Y para ello, una vez más, debemos abandonar nuestra zona de confort. 

Nuestro cerebro necesita desafíos y si queremos ser abiertos y creativos, debemos entrenarlo.


Sentirnos Útiles


Pocas sensaciones son tan satisfactorias como la que sentimos cuando hemos hecho algo por los demás. De hecho, es muy fácil observar el gesto de alegría que inunda la cara del que ayuda a otro. Cuando nos sentimos útiles se despiertan en nosotros emociones positivas que repercuten en nuestro bienestar general.

Estoy segura de que sabes a qué me refiero cuando digo que sentirse útil es algo muy agradable. La sensación de poder hacer algo de utilidad es profundamente motivadora para el ser humano. Esta sensación nos aparta, durante un tiempo, de la vorágine egoísta y autocomplaciente en la que estamos inmersos.

Vivimos en un momento de la historia en el que cada vez estamos menos conectados unos con otros. Le llamamos la era de la comunicación pero nos comunicamos muy poco y, además, estamos cada día, más separados. Ya no es costumbre, como lo era antes, lo de ayudar a los miembros de tu comunidad como algo natural. 

Actualmente, los niños son educados más en la competitividad que en la cooperación. Sin embargo, por mucho que la sociedad se caracterice por la falta de empatía y el individualismo, dentro de los seres humanos siguen existiendo la necesidad de sentirse útiles y de hacer algo por los demás.

Así mismo, en muchas ocasiones aunque la ganas de hacer algo útil estén presentes, es probable que dudemos si tenemos la capacidad para hacerlo. Tampoco somos educados para encontrar aquello que nos haga brillar y disfrutar haciéndolo y ofreciéndolo a los demás.

La educación se orienta más a que todo el mundo sea exactamente igual, sofocando de esta manera, la originalidad y los talentos innatos de cada persona.


Valoración De Resultados

Como todos sabemos, en el principio de nuestra existencia hubo un tiempo en el que disponíamos de comida en abundancia, el clima era favorable, teníamos nuestras necesidades cubiertas. 

Hace decenas de miles de años tan sólo un puñado de humanos poblábamos la Tierra. Desde entonces, presionados por un número creciente de miembros, con cada vez mayor falta de alimentos, espacio y recursos naturales, nos fuimos internando en un sin número de luchas y crisis. Las nuevas tierras y el clima cada vez menos propicios para nosotros. El anhelo de nuestro bienestar perdido. 

Hoy vamos camino de los 10.000 millones de personas, y nuestra casa, la Tierra, es la misma! Es lógico que la palabra trabajo se asocie a estrés y obligación. Queda ya muy lejos, en nuestros orígenes, como un sueño, el esfuerzo que suponía el mero hecho de recoger los frutos que proporcionaba la tierra en un clima óptimo para nuestra especie. Competición, continua lucha y crisis, han dejado una huella en nosotros. Aquellos tiempos del paraíso donde todo era abundancia a nuestro alrededor, ¿pasó para no volver? 

Dejamos que nuestro subconsciente trabaje mientras hablamos un poco de trabajo, esfuerzo y perseverancia. 

Trabajo, esfuerzo y perseverancia, el empeño de llevar el trabajo a buen término con esfuerzo y determinación, todos éstos son valores que he visto desde pequeño a mi alrededor. Creo que para cualquiera de nosotros es muy gratificante la sensación que nos queda tras el trabajo bien hecho. 

A través de las siguientes líneas me gustaría trasladarte, de forma amena, unas simples reflexiones acerca de estos conceptos. Estos párrafos no pretenden nada más que invitarte a reflexionar conmigo sobre tan manidos y a la vez tan complejos, conceptos.

Nos agrada ver la imagen de un patito o de un cisne sobre las aguas de un lago, con qué facilidad se desplazan. Diríamos que casi sin esfuerzo. Nada más lejos de la realidad: por debajo del agua sus patitas despliegan una enorme actividad. 

Ser conscientes de estas paradojas nos ayuda a ser justos en nuestras valoraciones. Que una clínica, empresa, ayuntamiento, un cuartel o hasta una parroquia funcione bien, atienda las peticiones de sus clientes, contribuyentes o feligreses y las resuelva en un tiempo adecuado, que el trato sea humano y que económicamente marchen bien, siempre se debe al buen y gran trabajo de los equipos, de las personas que lo integran (aunque no lo apreciemos, no se vea). 

Tiene mucho mérito. Sabemos que en ningún caso se trata de algo fortuito. Es fruto del buen y acertado trabajo de una larga cadena de personas donde todos son importantes, como los eslabones de una inmensa cadena, cada uno en su puesto, realizando la función y responsabilidad que ostenta en ese momento, sea cual sea. 


Y es que sabemos que el trabajo y el esfuerzo no son mera actividad, no sólo consiste en dedicar horas, esforzarse a secas; trabajar no es consumir nuestro tiempo laboral sin más. Sabemos muy bien que consiste en aplicar nuestro esfuerzo eficientemente, productivamente. 

En el mundo empresarial, en el mundo de las artes y por qué no, en el de la ayuda a los demás, consiste en generar para uno mismo o para la organización para la que trabaja, un resultado, un fruto mayor que las energías y gasto que hemos consumido en ello. 

Dar más que lo que recibimos. 

jueves, 9 de agosto de 2018

Aspiraciones


Porque a pesar de la situación por muy adversa que se nos parezca siempre llegará un momento, una razón o un lugar en el que soñar, aquellas expectativas que tenemos y que pensamos que no podremos cumplir, son solo un pensamiento que debemos eliminar porque la esperanza es de todos y es lo único que no se puede perder.

No cabe duda que el sabor a gloria que existe por alcanzar eso por lo que tanto hemos buscado es gratificante. A tal punto de entender que nuestro esfuerzo vale la pena y es siempre recompensado.

La esperanza no debe perderse por muy difícil que se torne el asunto.

Esto porque posiblemente veamos un camino cerrado, duro e incomprensible pero saber que siempre al final del túnel encontraremos un camino es importante.

Por lo que no debemos desesperanzarnos, nosotros somos los responsables de nuestros actos y debemos medirlos lo suficientemente bien para que lo que hagamos no traiga consecuencias a mayores, de esas que sin importar como estén nos hieran, como personas a nosotros y a los demás.

La vida es maravillosa, seamos siempre personas positivas y luchemos porque las adversidades sean derribadas y nuestra calidad humana mejore.


Que esta imagen sea una muestra de las grandes expectativas que debemos tener y que como seres humanos siempre aspiremos a ser mejores personas.

Nuestras Historias


Hay una historia detrás de cada persona, unos pensamientos detrás de sus expresiones, unas emociones detrás de su sentir y un alma bajo su piel.

Cada uno de nosotros, a lo largo de este camino que es la vida, atraviesa momentos, vive experiencias y se encuentra con personas, que inevitablemente dejaran huella en alguna parte de nosotros. Incluso, aquellas circunstancias o personas que creíamos que pasarían inadvertidas, parecen resurgir más tarde de algún modo en nuestras vidas.

“Hay una historia detrás de cada persona. Hay una razón por la cual son como son. Piensa en eso antes de juzgar a nadie”

Todo cuanto acontece, matiza nuestra experiencia y nuestro sentir de la manera que sea, a veces intensamente y otras tan solo de pasada; a veces conscientemente y otras sin darnos cuenta… nos dan luces y sombras, y también tonos a medias

Por eso, cuando a veces observamos a alguien y pensamos que tiene un comportamiento inesperado o inexplicable, ¿de qué nos sirve darle nuestra interpretación o nuestro sentido?

Nosotros tan solo lo entenderemos desde nuestra visión, que no es más que aquella que se compone de nuestras experiencias y vivencias, pero ¿qué sabemos acerca del otro?, ¿qué sabemos de su sentir?

Si ya de por sí es complicado adentrarse en las profundidades de uno mismo e intentar conocerse, cómo vamos a saber cuáles son las intenciones o motivaciones de los demás, o cómo esa persona está viviendo esa situación. Nos pasamos media vida intentando averiguarlas, y casi la otra media, juzgando sus comportamientos, como si no tuviéramos suficiente con hacernos cargo de nosotros mismos.

Cada persona tiene su historia y muestra sensibilidad hacia algunos aspectos más que a otros; como tú y como yo. Que para nosotros sea fácil o sencillo enfrentarnos a una situación o expresarnos de determinada manera, no quiere decir que para el otro tenga que ser así…

“El zapato que le ajusta a un hombre, le aprieta a otro; no hay receta para la vida que funciones en todos los casos”
-Carl Gustav Jung-

Es normal que si estuviésemos en las situaciones de otras personas, hiciésemos cosas distintas… Es que no somos ellos, ni hemos vivido su vidas. Tan solo sabemos un poco acerca de cómo vivir la nuestra. Y digo un poco porque, en ocasiones, creemos que vamos a reaccionar de una manera determinada y cuando nos encontramos en la situación, nos comportamos de otra distinta….

En lugar de juzgarle, intenta comprender su historia
Debemos ver más allá de lo obvio y de la superficie y tener en cuenta que cada persona tiene su historia; un compendio de experiencias, sentimientos, emociones, encuentros, de variables biológicas y personales, a las que tenemos que sumar el poder de la situación y contexto.

Por el contrario, escuchar y tener en cuenta las historias, experiencias y sentimientos con los que se han construido las personas, nos ayudará a comprenderlas. Y a veces, si no podemos hacerlo no pasa nada, quizás nuestra propia situación lo haga imposible en esos momentos.

Tan solo recuerda que detrás de cada piel hay una persona, un alma fuerte pero también sensible que tiene sus heridas y cicatrices, que tiene su historia.


Envidia

La envidia es una emoción tan común y habitual como desagradable.

Etimológicamente viene de la palabra invidere, que significa ‘mirar con malos ojos’. Las personas que tienen envidia anhelan lo que otros han conseguido, tienen, son o hacen.

Sentirla produce una profunda insatisfacción. Está íntimamente relacionada con dos rasgos característicos de la personalidad: la soberbia y el egoísmo.

De hecho, cuando alguien recoge muchos éxitos a menudo surgen críticas y acosos. Lo que ocurre es que se trata de una reacción interior no confesable. Los que la sienten, incluso niños en edades muy precoces, no lo admiten.

Ahora bien, no hay que confundir la envidia con los celos. Éstos aparecen cuando alguien a quien queremos profesa su respeto o su afecto hacia otras personas, acciones u objetos y nos deja de lado.

En este caso, el miedo a no ser queridos o valorados o a ser abandonados puede dar lugar a un afán de posesión que provoca que seamos celosos.

En cualquier caso, se trate de envidia con sentimientos hostiles hacia los demás o de celos, lo importante es reconocerlo y ponerle remedio, para que no nos limite ni vayamos recogiendo el mismo sentimiento de los demás.

De hecho, existe otro sentimiento parecido pero que respondería a un instinto de superación: la admiración que sentimos hacia los demás, también conocida como envidia sana.

En este caso, si se canaliza adecuadamente y no va acompañada de pensamientos negativos, nos puede ayudar a crecer y desarrollarnos como personas.

Además, si admiramos lo que el otro ha conseguido y nos esforzamos por conseguir los mismos éxitos, si son comunes, nos servirá de guía y nos ayudará a sentirnos más satisfechos.



El Buen Ánimo


La mala disposición de ánimo es hermana de la tristeza y hermano del pesimismo. De hecho, cuando una persona padece ya de una crónica mala disposición de ánimo, al saludarla con la mano o con un abrazo, sentimos que nuestra energía se vacía. Y en cambio, cuando saludamos a una persona con una buena disposición de ánimo, conservamos nuestra energía, o bien, la incrementamos.

Es absolutamente cierto que un ánimo triste y abatido entorpece las funciones fisiológicas del cuerpo, y es cierto también que la actividad física ligera modifica increíblemente, para bien, el ánimo abatido de una persona.

La persona triste y pesimista tiene estropeada la visión de sí misma y del mundo. Por lo general, se mete en su concha y no quiere salir de ella. El mundo le parece difícil y siente que no embona en él. Todo lo ve negro, complicado, y no se siente capaz de hacer lo que quiere. Se esconde en la resignación y renuncia a los placeres de la vida, los que le parecen inalcanzables. Uno de los rasgos dominantes de estas personas consiste en que se sienten depositarias del dolor, como si fueran las únicas que sufrieran en el mundo; por ello, no son solidarias con nadie, pues nada tiene que compartir, y sí en cambio sienten que son los demás quienes deben acudir en su ayuda.

La persona jovial se siente con ganas para hacer las cosas, y goza de la íntima seguridad de que puede lograr muchos objetivos que se proponga. En cambio, quien padece de un ánimo triste y pesimista siente en su interior que no puede hacer lo que quiere. Por esto, no le dan ganas de actuar ni de vivir plenamente.

La gana es el deseo, la propensión y la inclinación hacia una cosa. Hacemos algo con ganas cuando actuamos con diligencia y esfuerzo. Y la desgana es todo lo contrario. La persona jovial tiene ganas para muchas cosas, y la persona con desgana carece de apetito por la vida, y por ello, no quiere salir de su coraza.

No es fácil que una persona con mala disposición de su ánimo pueda dejar la tristeza y el pesimismo como forma de vida. Pero no es cierto, tampoco, que estas personas en muy corto tiempo no puedan lograr extinguir ésta perniciosa disposición de su ánimo. Por lo general, la persona triste y pesimista no se ha dado cuenta de que sus males radican, fundamentalmente, en tres equivocadas distorsiones: a) creen que son incompetentes por naturaleza y que no pueden hacer lo que quiere; b) que el mundo que los rodea no le puede proporcionar lo que necesita, pues su mundo lo ve raquítico y pobre; y c) que su futuro nada tiene que ofrecerle. 

Estas tres suposiciones son falsas, por supuesto.



El Estar En Paz

La paz no está lejos de ti, no está fuera de tu alcance, la paz no la puedes perder.

La paz se esconde, se tapa y se bloquea por:

Otros sentimientos desagradables

Pensamientos en el pasado o en el futuro

Energía bloqueada que no has liberado

Tener a tu cuerpo en desequilibrio

Entonces, ¿cómo acceder a ella?

1. Pregúntate dónde estás poniendo tu atención, a qué le estás dando tanta importancia en tu vida, a qué le dedicas la mayor parte de tu esfuerzo mental y emocional, y atrévete a quitarle un mucho de esa atención y tiempo invertido.

Donde está tu atención está tu realidad…

2. Siéntate durante 10 min, cierra los ojos, respira profundamente un par de veces… y empieza a visualizar cómo vas quitando de tu cuerpo toda la energía acumulada, todos los sentimientos desagradables, y vas liberando capaz como si fueras una cebolla, hasta que no queda más que tú… y la paz que da ser tú y estar vivo.

3. Atrévete a creer que no necesitas realmente de nada más que de estar vivo, existir, respirar, para poder sentirte en paz.

4. Perdónate por lo que tu sientes que te has hecho daño, perdona tu pasado y a todas las personas que necesites perdonar para liberar ese enojo o resentimiento, que al final del día, al único que le impide estar en paz es a ti mismo.

5. Puedes decirte a ti mismo el siguiente decreto “Yo soy la paz que habita en mi interior, yo soy la paz que me rodea, yo soy la paz que respiro, yo soy la paz que necesito, yo soy la paz que transmito a los demás, yo soy la paz”.

6.- Hazte las siguientes preguntas:

¿De qué necesito deshacerme para poder estar en paz?

¿De qué tengo que dejarme de juzgar para poder sentirme en paz?

¿Qué necesito soltar para poder conectar con mi paz?

¿Qué miedos irracionales necesito desmentir para poder sentirme en paz?

7. Por favor, se tu mejor amigo, tu aliado, tu defensor, se compasivo contigo mismo, comprensivo y paciente, haz las paces contigo mismo y cesa la lucha y la guerra interna, amate y respétate como bien pides a otros que lo hagan.

Finalmente, para poder estar en paz, simplemente necesitas DARTE PERMISO de estarlo, darte permiso de dejar de sufrir o pasarla mal, darte permiso de que seas como seas, hagas lo que hagas, estés donde estés, la puedas sentir.

¿Por qué?

Porque lo mereces.

Derechos Y Obligaciones

Uno de los temas que ha hecho correr mucha tinta, es el de los derechos humanos. No así el que ahora ocupa nuestra atención en este trabajo: emparejar a los derechos humanos el tema de los deberes.

Sabemos que la palabra ‘derecho’, es objeto de diversos significados e interpretaciones: así tenemos que puede significar un determinado orden normativo vigente; mientras que por otra parte, puede designar algo diferente: una prerrogativa o facultad de la que estaría dotada una o más personas.

Así, en la expresión "derecho’ hace referencia a un ordenamiento jurídico determinado, en cambio, si digo "toda persona tiene derecho a expresar libremente sus opiniones", aquí, la palabra ‘derecho’, hace referencia a la facultad de externar lo que piensa, que posee el titular del derecho a la libertad de expresión. Aquí ya hablamos de lo que se conoce como derechos humanos.

Debido a esa diversidad de significados del término derecho, —Quintana Roldán y Sabido Peniche opinan— que múltiples y de contenidos muy diversos han sido los estudios y reflexiones filosóficas sobre el ser y la esencia, las causas, los valores y los fines de los derechos humanos.

Se trata, sin lugar a dudas, de uno de los temas más complejos del análisis del derecho mismo, porque tiene como centro de especulación al propio hombre que es el creador del derecho, del sentido de su vida y de su existencia; del sentido de su papel en el mundo y de su propia trascendencia.

Y, más se complica el asunto si enfrentamos la polémica permanente sobre algo, de lo cual muchas veces ni siquiera queremos hablar: la reciprocidad y vinculación entre derechos humanos y deberes, si existe o no, ya que por lo general nos inclinamos de manera preferente por los derechos y no por los deberes: más nos gusta exigir que cumplir.


Las Culpas Del Otro

En el mundo existen dos tipos de personas: las que siempre se la pasan culpando a los demás por sus propios errores y las que atribuyen sus fracasos a la suerte.

Debo aclarar que esto no quiere decir que me esté limitando a clasificar en estos únicos grupos a las personas, lo expongo como un ejemplo para demostrarte que ambas creencias son erróneas. Es decir, las personas que culpan a los demás por sus errores, son aquellas que no les gusta asumir la responsabilidad de sus actos.

La palabra responsabilidad significa que uno debe tener el poder de su vida y sus decisiones.

Cuando le echas la culpa al otro, estás cediendo tu poder personal. ¿Más fácil? estás permitiendo que la otra persona tenga el poder de controlar tu vida. Un ejemplo bastante claro para representar este argumento es la típica frase: “tú me hiciste enojar” y no falta aquella persona que le gusta llevarte la contraria y responder con un: “te enojas porque quieres”, de ahí también la frase: “el que se enoja primero, pierde.” ¡Y es verdad! Nosotros decidimos enojarnos. No responsabilices al otro de tus actos.

Más bien, debemos responsabilizarnos de las decisiones que tomamos y sobretodo, de las consecuencias.

Después están esas personas que piensan que les va mal en la vida porque tuvieron “mala suerte”.

En realidad, la suerte tiene que ver con tus pensamientos, ya sean positivos o negativos.

Si tienes un mal día y piensas que es porque estás “quemado” o como comúnmente se conoce el hecho de ser una persona con muy mala suerte, con esas creencias no vas a cambiar tu día y lamento decirte esto pero, tu día seguirá empeorando.

Definitivamente no creo que exista la buena o mala suerte, sino que es el cómo decidimos tomarnos las situaciones.

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Amabilidad Y Tolerancia


En primer lugar, la tolerancia es la capacidad de conceder la misma importancia a la forma de ser, de pensar y de vivir de los demás como si éstas fuesen nuestras propias maneras de ser, pensar y vivir. Como la verdad absoluta no le pertenece a nadie, cada uno de nosotros tenemos que interiorizar el hecho de que cada visión particular, creencia o costumbre puede ser diferente sin que la nuestra sea la correcta. Escuchar, valorar y respetar las opiniones ajenas nos ayudan a seguir aprendiendo día a día.

"Nunca te acostarás sin saber una cosa más" 

En segundo lugar, la amabilidad es una actitud. Con esto me refiero a que es una forma de actuar, de comportarse. Ser servicial, indulgente y tolerante es una cualidad que pone de manifiesto los buenos modales de cada uno. La amabilidad abarca los conceptos de los que os he hablado hasta ahora: naturalidad, respeto, prudencia, discreción, sencillez y tolerancia.

La amabilidad es saludar con una sonrisa al cajero del super, ayudar a cruzar a los mayores, aplaudir cuando otro cumple su objetivo... Existen mil ejemplos para poner en práctica y os aseguro que nadie rechaza un gesto amable.

"Ser amable, es ser invencible" 

En tercer lugar, la simpatía como una forma de ser y de carácter. La simpatía hace que cualquier persona resulte atractiva y agradable a los demás. De esta forma, genera más simpatía a su alrededor. 

Sin embargo, no existe relación alguna entre la simpatía y la ironía, la mordacidad, la sorna y el sarcasmo, pues fusionar esas características no hace que la persona sea más chistosa. La simpatía es comprender al prójimo, interesándonos por su felicidad o su desdicha. Crear un entorno de cordialidad hace que la comunicación y confianza favorezca nuestras relaciones personas y profesionales. 

La simpatía gusta, provoca que te vean agradable, encantador/a, afectuoso/a, inteligente, cordial, ingenioso/a, espontáneo/a. En cambio, la antipatía disgusta, irrita y distancia a las personas hasta el punto de provocar la ruptura de sus relaciones.

"La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz"

Por último, y no por eso menos importante, la cordialidad. Una simbiosis entre el buen humor y la amabilidad, aderezado con un toque de buena educación. Gozar de esta virtud expresa atención, buen gusto, franqueza y seguridad en la persona, haciendo de ella una persona positiva y alegre, cargada de afectuosas palabras. 

Aplicando la cordialidad en nuestros actos, acciones, conversaciones, sentimientos y emociones generaremos aceptación y relaciones de calidad. 


miércoles, 8 de agosto de 2018

Cultura


Cantando, pensando, jugando, rezando, comiendo o haciendo cualquier cosa estamos expresando nuestras formas de ser, de sentir y de pensar: estamos expresando nuestra cultura. ¿Cómo la expresamos? Poniendo en juego una serie de formas culturales escogidas a las que les damos uso y con las que nos identificamos: nos vamos haciendo a nosotros mismos en la práctica de las acciones del día a día.

En ese uso que le damos al vivir la reutilizamos de forma diversa, creando nuevos estilos de interpretar y formas distintas de hacer las cosas.

Cuando las ponemos en práctica nos identificamos no sólo con nosotros mismos -para reconocernos-, sino con los otros. Este acto de identificación y de construcción de uno mismo no es un camino que se recorra sólo en un sentido, pues nos hacemos a nosotros relacionándonos con los demás, pero los demás también se hacen relacionándose con nosotros.

Cada uno de nosotros somos únicos en nuestro hacer. Es precisamente este genuino uso lo que nos advierte que no somos como el de al lado, y que no hay nadie exactamente igual a nosotros: ni mejor ni peor, sólo distinto. Las personas no somos contenedores de cultura, sino sus usuarios.

El pensar que nuestra cultura podría llegar a determinarnos en nuestro comportamiento como ser humano nos hace decir cosas como "un chino es..." o "un gallego diría...". Esta forma de hablar descubre formas de pensar con las que debemos tener cuidado, pues nos estamos refiriendo a un estereotipo con el que equivocadamente -y peligrosamente- pensamos sobre los demás. Estamos pensando precisamente que la cultura -china o gallega- nos determina hasta el punto de acabar siendo de una única forma posible. Los grupos no son homogéneos, son diversos. 

Además, la cultura no es diversa porque haya muchos grupos, sino porque cada grupo es igualmente diverso en sí mismo

Si no queremos verlo estaremos negando la realidad plural, compleja y rica en la que vivimos; esto es, la diversidad cultural que precisamente nos caracteriza como raza humana

Las contradicciones, los acuerdos, las negociaciones, las rectificaciones... en definitiva, colaborar y vivir. Eso es cultura.




Nuestros Límites

Es increíble la cantidad de límites que los seres humanos tenemos en nuestra mente y, en la mayoría de las veces, son límites impuestos por nosotros mismos.
Los límites son barreras, demarcaciones, líneas, muros, paredes, obstáculos insalvables que nos restringen y que, aunque no son reales, tienen un poder incalculable en la mente de los seres humanos que les impiden actuar con fluidez en muchos aspectos de su vida.
¿De dónde salen?, ¿quién los define?, ¿por qué se dan dichos límites? Estos tienen muchas causas pero tienen que ver con los pensamientos y las percepciones que cada persona tiene de sí misma y de sus capacidades, más que de las circunstancias externas o el entorno que lo rodea, porque los pensamientos son los que nos definen.
La mente ejerce un enorme poder sobre nosotros porque es la que nos define como personas diciéndonos lo que somos, aunque a veces lo que nos dice no sea verdad. ¿Por qué? Porque ella nos puede estar mintiendo haciéndonos creer que somos algo que en realidad no somos. Sin embargo, esa percepción es la que nuestra mente ha aprendido y es la que nos enseña sin importar si es verdad o no, porque ella también puede haber sido engañada.
En otras palabras, la mente puede ser condicionada a ciertos conceptos, ideas y comportamientos limitantes aprendidos a través de nuestra vida y de nuestras malas experiencias que nos marcan de una manera desfavorable, haciéndonos creer que somos incapaces para alcanzar ciertas tareas o destrezas.
Una vez que estos conceptos limitantes se aprenden son reforzados por nuestra mente hasta convertirse en una verdad irrefutable que nos define y que nos dice a diario “tú no puedes” o “eso es imposible” o “no lo vas a lograr”, haciendo que en verdad sea imposible para nosotros alcanzar lo que queremos. Sin embargo, como son aprendidos pueden ser también cambiados y reemplazados por conceptos positivos.
Aunque no es tarea fácil, estas percepciones o conceptos negativos pueden cambiarse si lo hacemos con mucha consistencia, determinación y perseverancia porque se trata de cambiar malos hábitos por buenos. Recuerde que no es lo mismo escribir sobre un plano vacío, a tener que borrar algo y reescribir sobre él.
Sin embargo, es posible superar esos límites que entorpecen nuestro crecimiento, reforzando la confianza en nosotros mismos y permitiendo desarrollar firmemente ese grande y maravilloso potencial con el que hemos sido creados todos.


Vales Por lo que Eres


Hay personas que necesitan ser valoradas por lo que tienen porque por dentro están vacías, por eso compran toda clase de objetos para sentirse valiosos, necesitan sentir que valen y ese sentimiento solo lo obtienen de acuerdo a lo que poseen.

No es malo tener lo mejor, no es mala la abundancia, el error está en pretender que son nuestras posesiones las que nos hacen valiosos ante los demás. 

Puedes tener la mejor casa, el mejor coche, lo mejor de lo mejor y ser valioso como ser humano.

Las personas que necesitan ostentar lo que tienen es porque no se sienten valiosas y sienten que valen de acuerdo a lo que poseen, no de acuerdo a lo que son, por lo general son personas huecas, que saben que no tienen nada que dar de sí mismos, y por eso buscan tener todo aquello que les otorgue un valor.

Pero no es tu riqueza material la que te hace valioso como persona, son tus principios, tu actitud, tu entereza, lo que hace que las personas te valoren, y te respeten.


No pretendas impresionar a los demás con tus posesiones, tus posesiones son para que las disfrutes, impresiónalos con tus talentos, con tu brillo, impresiónalos con la luz que irradias, con tu alegría y buen humor, con tu capacidad de sobrellevar cualquier situación que se te presente… porque eso si te hace valioso como ser humano.

Avanzar En Cultura

"La cultura debe ser considerada en grande, 
no como un simple medio para alcanzar ciertos fines, 
sino como su misma base social.
No podemos entender la llamada dimensión cultural del desarrollo 
sin tomar nota de cada uno de estos papeles de la cultura"
Amartya Sen

En los últimos tiempos la cultura ha comenzado a redefinir paulatinamente su papel frente a la economía y al desarrollo. Poco se duda ya acerca de su importancia como inductora de desarrollo y cohesión social, de su relevante papel ante la cuestión de la diversidad cultural, la integración de comunidades minoritarias, los procesos de igualdad de género y la problemática de las comunidades urbanas y rurales marginadas.

Los sectores políticos están comenzando a percibir y reconocer que la cultura juega un papel mucho más importante de lo que suponían y constatado que las decisiones políticas, las iniciativas económicas y financieras y las reformas sociales, tienen muchas más posibilidades de avanzar con éxito se si simultáneamente se tiene en cuenta la perspectiva cultural para atender las aspiraciones e inquietudes de la sociedad.

Se realza además de forma especial la contribución de la cultura como factor de cohesión ante los procesos de profundización de desigualdades económicas y de tensiones de convivencia social. Esta tendencia se percibe particularmente, en la dimensión que las mismas representan en el plano de los intercambios de bienes y servicios culturales entre las economías de las naciones.

Amartya Sen
Profesor de la Universidad de Lamont y Harvard - Premio Nobel de Economía 1998.
Extraído de "La cultura como base del desarrollo contemporáneo"; Diálogos UNESCO



Afinidades Humanas


La afinidad, en términos sociológicos, se refiere a un «parentesco de espíritu», interés y otras similitudes interpersonales. La afinidad se caracteriza por altos niveles de intimidad y convivencia, generalmente en grupos cercanos, también conocidos como grupos de afinidad. Se diferencia de la afinidad en el derecho y el derecho canónico en que ésta se refiere a la relación matrimonial. La afinidad social es considerada comúnmente como un «matrimonio» de ideas, ideales y causas compartidas por una estrecha comunidad de personas.

En el libro Who is my neighbor? Social affinity in a modern world (en español, ¿Quién es mi vecino? La afinidad social en un mundo moderno), el profesor James Allan Vela-McConnell del Boston College, explora el surgimiento del concepto de «afinidad social» acercando la noción clásica de cohesión social a la psicología social contemporánea, afirmando que las ideas subyacentes a la afinidad social se centran en el sentimiento de obligación moral que mantiene unida a la sociedad

Se conoce como afinidad a aquella proximidad, analogía o semejanza que un individuo comparte con otro u otros. Por ejemplo, cuando dos personas comparten gustos, pensamientos, ideologías y hasta caracteres se dice que esas dos personas son afines, es decir, mantienen una cierta afinidad entre sí.

Desde la creación del hombre, este ha ido organizándose en clanes, tribus, grupos sociales, entre otros y especialmente siempre lo ha hecho buscando aquellos pares con los cuales comparte motivaciones, gustos, entre otras cuestiones y alejándose de aquellos con los cuales no comparte nada y ni siquiera se identifica.

Pero la afinidad no solo se reduce a otras personas, sino que también puede ser que experimentemos afinidad por determinadas cosas u objetos. Por ejemplo, una persona que tiene afinidad con un color determinado y decide entonces pintar su casa o su espacio con ese color, porque de esa manera siente que ese lugar lo identifica y le pertenece aún más.

En tanto, la afinidad es una situación fácilmente detectable en cualquier entorno social, porque si bien en el caso de una reunión casi todos en algún momento interactúan con todos sin excepción, también es una realidad que aquellos que aún sin conocerse demasiado, empiezan, gracias a la charla, a coincidir en diversos aspectos, seguramente se los podrá ver en un costado de la reunión charlando animadamente sobre aquello que comparten. Y por el contrario, aquellos que no encuentran puntos en común, será inevitable verlos discutir por sus posiciones contrapuestas.

De esto se desprende que la afinidad, en un plano estrictamente social, es a lo que mayormente aspiramos los seres humanos en nuestras relaciones con los demás y aunque a veces con un amigo no compartamos o coincidamos en todas las ideas, siempre habrá algo, una actitud, gestos, que hacen que seamos afines con esa persona.

Características Personales


Todos tenemos distintas características personales que nos diferencian del resto y hacen únicos.
Las características personales nos muestran tal como somos, nos hace enfrentar al mundo y hace que el resto nos conozca y sepa cómo tratarnos.
Es importante desarrollar las características positivas para lograr el éxito y llegar a ser mejor persona. Así como también identificar las características negativas para aprender a controlarlas y superar los obstáculos que puedan ocasionarnos.
Acá encontraras un listado de vocabulario con las características personales. Aparece una palabra e inmediatamente abajo de ella aparece su antónimo (opuesto).
Mal genio: Persona que tiene un carácter difícil y se enoja fácilmente.
Buen genio: Persona con un carácter muy agradable.
Atinado: Persona que acierta en algo, que actúa con sentido común.
Desatinado: Persona que no tiene moderación o sentido común.
Ordenado: Persona que le gusta mantener todo en su lugar.
Desordenado: Persona que no puede ordenar las cosas.
Eficiente: Persona que hace bien su trabajo.
Ineficiente: Persona que no realiza su trabajo de buena forma.
Olvidadizo: Persona que repetidas veces olvida las cosas que debe hacer.
Atento: Persona que pone atención a sus quehaceres y no los olvida.
Generoso: Persona que le gusta dar lo que tiene.
Tacaño: Persona que no le gusta dar las cosas que tiene.
Trabajador: Persona dedicada al trabajo.
Flojo: Persona que no le gusta trabajar.
Paciente: Persona que espera sin problemas.
Impaciente: Persona que no le gusta esperar.
Equilibrado: Persona que tiene un carácter armónico.
Desequilibrado: Persona que no puede mantener la estabilidad emocional.
Cambiante: Persona que tiene un carácter no definido, algunas veces es de una forma y otras veces es de otra.
Constante: Persona que no cambia, de una sola línea.
Sumiso: Persona que no le gustan los enfrentamiento y prefiere seguir las ordenes de otros para evitar confrontación.
Dominante: Persona que usa su poder sobre otros para dominarlos y conseguir lo que quiere.
Voluble: Persona que cambia muy rápido en sus opiniones y/o gustos.
Firme: Persona estable y constante, de opiniones seguras.
Puntual: Persona que llega siempre a la hora acordada.
Impuntual: Persona que no llega a la hora acordada.
Exigente: Persona que le gusta auto imponerse metas altas para ser cada día mejor.
Indulgente: Persona que es poco severa y exigente en cuanto a sus obligaciones, metas y aspiraciones.
Testarudo: Persona que no escucha consejos, no sigue las recomendaciones de nadie, siempre hace su propia voluntad.
Transigente: Persona que razona, tolera o acepta recomendaciones y consejos de los demás.
Egoísta: Persona que no le gusta compartir nada con nadie, solo piensa en si mismo.
Solidario: Persona que da o ayuda a las personas necesitadas, piensa en los demás.
Sensato: Persona que actúa de manera prudente, tiene buen juicio y toma las mejores decisiones en el momento preciso.
Insensato: Persona que actúa de manera imprudente, disparatada y no analiza antes de actuar.
Sabio: Persona que tiene sabiduría y conocimiento a través de las experiencias de vida o de estudios adquiridos.
Ignorante: Persona que no tiene educación o que carece de instrucción o formación, desconoce algún tema.
Inteligente: Persona con mucha capacidad de resolución de problemas y conocimiento aplicado a la vida.
Estúpido: Persona con poco cerebro.
Luchador: Persona con una gran capacidad de lucha frente a los problemas y dificultades.
Pusilánime: Persona con poco valor para enfrentar las desgracias o hacer frente a la vida.
Valiente: Persona que no tiene miedo al hacer algo.
Cobarde: Persona con miedo para hacer todo.
Conflictivo: Persona que está constantemente buscando armar un problema.
Pacífico: Persona partidaria de promover la paz y se opone a los conflictos.
Tolerante: Persona que escucha a quienes no comparte las mismas opiniones que él y las respeta.
Intolerante: Persona que no soporta que otra persona piense distinto a él.
Predecible: Persona que predice las actitudes o acciones que realizará.
Impredecible: Persona que no puede predecir las actitudes o acciones que realizará.
Serio: Persona que generalmente no se ríe mucho.
Bromista: Persona que demuestra alegría haciendo bromas.
Diplomático: Persona que actúa muy correctamente ante cualquier situación.
Rudo: Persona que actúa groseramente o toscamente, no demuestra su educación.
Ubicado: Persona que actúa correctamente frente a cualquier situación en la cual se encuentre.
Desubicado: Persona que actúa o se expresa de manera inapropiada frente a distintas situaciones.
Grave: Persona que se toma todo muy serio.
Frívolo: Persona que se toma las cosas a la ligera.
Estricto: Persona que no permite que algo no se realice o se haga de mala forma, todo debe ser correcto.
Permisivo: Persona muy tolerante, que otorga o permite con facilidad.

Creativo: Persona que tiene la capacidad de abstracción y puede inventar cosas nuevas.
(No existe antónimo para creativo)

Motivaciones


La motivación es otro de los tópicos recurrentes que la psicología ha aportado al lenguaje popular. Tengo o no motivación se suele asociar con el empeño que le ponemos a una labor determinada. Se supone que si tenemos “más motivación” nos dedicaremos con más esfuerzo o entusiasmo a ella.

Pero esto no es del todo cierto.
La motivación está compuesta por infinidad de matices que pueden propiciar que alguien se dedique con más o menos dedicación a lo que hace. Hoy les propongo un primer acercamiento a estos matices que nos pueda ayudar a entender que nos motiva y porque.

A grandes rasgos podemos hablar de dos tipos de motivación, la que viene de fuera (extrínseca) o la que viene de nuestro interior (intrínseca). Ambas son necesarias y, en cierto punto, se complementan, pero la clave viene precisamente de esto, como se relacionan ambos tipos de motivación.

Les cuento una historia. Ana tiene éxito. Compite los fines de semana en pruebas de triatlón,  en su categoría de veteranas siempre está en los primeros puestos. Todos la saludan por su nombre y le alaban sus logros deportivos. Es feliz.

El lunes Ana llega a su oficina. Se sienta tras su mesa a completar su tarea diaria. Apenas habla con nadie. Apenas cuestiona su trabajo. Piensa que podría hacer otras cosas pero no lo comenta. No la escucharían.

La misma persona con dos tipos de motivaciones. Los fines de semana hace algo que le gusta, le llena. El sentido de la motivación viene desde dentro, aunque también el reconocimiento que obtiene juega un papel muy importante en lo que hace. Al llegar el lunes la motivación es exclusivamente externa, su salario a fin de mes.

Es verdad que en los tiempos que corren (¡ya está! he utilizado la frase de moda), no parece que estemos para experimentar mucho con nuestro trabajo asalariado o no. Tenemos suerte si lo tenemos.
Pero lo paradójico es que esto mismo es lo que nos lleva a no levantar cabeza, tanto a nivel individual como colectivo. Si no innovamos, si no nos adaptamos o, en definitiva, si no cambiamos nuestra fuente de motivación es muy probable que no consigamos superar la coyuntura actual.


Y esto no tiene que ver solo con Ana, tiene que ver con sus jefes, sus clientes o sus compañeros. 

Es un cambio de actitud imprescindible y radical que nos puede llevar a un modelo de sociedad distinto.

Los Medios Sociales

Contar con una estrategia de medios sociales es básico para cualquier emprendedor, marca o empresa. Y la primera pregunta que debes plantearte es ¿En qué medios estar presente?

El consejo siempre es analizar este punto con detenimiento antes que lanzarse a todas las redes y generar una dinámica que no puedas sostener en el tiempo. El precio de tener perfiles en desuso o blogs sin contenido resulta muy alto para cualquier emprendedor o empresa que comienza a dar sus primeros pasos en los medios sociales.

Por eso, recuerda que no es necesario estar en todos lados, sino en aquellas redes y medios que son relevantes para ti y tu audiencia, dependiendo de los contenidos e intereses.

Existen varios puntos a evaluar a la hora de tomar esta decisión:
¿Cuál es tu público? Por intereses y edades los usuarios de los medios sociales suelen inclinarse por uno u otro medio. Es muy importante que conozcan exactamente dónde está tu público, para lograr que tus acciones de marketing y comunicación den resultados concretos en tu negocio. Para ayudarte, existen algunos estudios que muestran segmentaciones más o menos generales en cuanto a las edades o hábitos de los usuarios en las diferentes redes y que pueden servirte como una primera guía de orientación.

¿Cuáles son tus fortalezas? Hay medios sociales que requieren de capacidad para generar contenido visual, como Instagram o Pinterest; mientras que en otros, deberás ser capaz de generar contenido informativo, interesante y atractivo para tu audiencia, por ejemplo, para publicar posts en un blog.

¿Cuánto tiempo dispones para gestionar tus medios sociales? Si eres nuevo en el mundo de las redes, lo mejor es calcular al menos una hora o dos al día por cada medio que desees mantener activo. De a poco, irás descubriendo que existen herramientas que te ayudarán a gestionar estos medios de un modo más veloz. Pero, para comenzar, considera al menos dedicarle algo más de tiempo a cada red, para poder llevar adelante una estrategia efectiva.

Considerando estos puntos anteriores, seguramente tendrás información suficiente para decantarte por unos medios sociales u otros. Una vez que hayas consolidado un perfil en un medio, podrás avanzar con nuevas estrategias. Pero recuerda que siempre será preferible estar activo y generar un intercambio favorable con tu público en una sola red social o blog, que tener varios perfiles abiertos y en desuso. ¡Cuida tu imagen y potencia tu negocio!



Identidad Cultural

“Nunca la uniformidad, ideal de imperialismos estériles: sí la
unidad, como armonía de las multánimes voces de los pueblos”.
Pedro Henríquez Ureña


El sentimiento de lealtad y pertenencia a una nacionalidad es muy difícil de desarraigar en América Latina. Esa identificación cultural forma parte del inconsciente colectivo y ha resultado irreductible a las influencias de la publicidad comercial y la propaganda política. La Conferencia de la UNESCO reunida en Bogotá en 1978 recordaba que la identidad brota del pasado y se proyecta en el porvenir, justamente por continuar viva en el presente. Se entiende así que para los pueblos del Cono Sur americano la identidad cultural sea un concepto central, sin que ello pueda confundirse - insistimos - con esencialismo filosófico ni negación del multiculturalismo o la diversidad. Fernando Ainsa, desde la UNESCO, recuerda que para los iberoamericanos la identidad es un concepto primordial que “refleja las tensiones de nuestro imaginario entre la identidad cultural y la utopía”.
 
Ese proceso colectivo identificatorio radica en la continuidad de una conciencia profunda”, que nos dice que - a pesar de los cruzamientos, la hibridación y los cambios - somos nosotros mismos. La identidad consiste, simplemente, en ser lo que somos.

¿Por qué resulta tan importante para nuestra región la afirmación identitaria? 
La razón es que la identidad es la fuerza espiritual que actúa frente a los proyectos hegemónicos; la fuerza que posibilita enfrentar al autoritarismo y al centralismo avasallador, característico de muchos regímenes latinoamericanos.
  
Sabemos que en nuestro tiempo posmoderno existen cambios en la estructuración del sujeto y cruces diversos en un mismo sujeto individual o colectivo. Un juego de fragmentación, afirmación y deconstrucción del sujeto que explica la autoconciencia de diferentes identidades. Pero no podremos entender bien esta realidad válida para cierto contexto témporo-espacial si no estudiamos en profundidad la particular realidad del mundo latinoamericano.

Cabe decir que el problema de la identidad se plantea sólo donde existe la diferencia. Este es un punto clave, porque la diferencia, para los países latinoamericanos, se presenta no solamente como diversidad, sino también como asimetría en las relaciones internacionales de poder. Solo nos afirmamos en nosotros cuando nos sentimos discriminados o manipulados por los otros. 

Una cultura crítica implica siempre resistencia. Por eso el estallido de las identidades es la revancha de la memoria colectiva y la afirmación de un presente resistente.

No puede extrañar, en consecuencia, que el tema de la identidad resulte indiferente a los países desarrollados del G-7 y, en cambio, sea considerado crucial por los pueblos del Tercer Mundo afectados por la oleada globalizadora.

El desafío de nuestros pueblos - dirá Achúgar - consistirá en “construir una identidad colectiva, narrar una historia cultural o construir políticas culturales válidas y democráticas para nuestros países”.

martes, 7 de agosto de 2018

Soberbia E Ignorancia


Muchos me han acusado de soberbio, pero yo me pregunto, ¿quién es el verdadero soberbio, el que trata de compartir lo que sabe o el que se niega a aprender lo que no sabe?.

Generalmente la ignorancia se suele acompañar de soberbia, porque el arrogante trata de minimizar sus carencias de sabiduría y autoestima usando la arrogante soberbia como mecanismo de defensa. "Yo no quiero saber nada de política", "todos son iguales" o "aquí no hay nada que hacer", afirma el ignorante pontificando por encima del bien y del mal, o mejor dicho escondiendo su propia incapacidad, su propia ignorancia y su propia falta de autoestima.

En realidad alguien definió la ignorancia no como la falta de conocimientos sino como la negativa a adquirirlos. Pero al ignorante su propia soberbia le impide experimentar mínimamente lo ignorante que es y, por tanto, darse cuenta de su situación y de poner algún remedio a la misma. El soberbio ignorante se hunde él solo cada vez más en un círculo vicioso.

Al no poseer herramientas mentales de cierto calado, tampoco es capaz de percibir las que sí poseen los demás, y de las que se podría servir para salir de su lamentable estado. Se encastilla en sus propias creencias y conclusiones y tan pronto ve que algún razonamiento le puede llegar a apartarse de las mismas -o, ¡qué digo yo!, siquiera fuera a sembrar algún mínimo atisbo de duda-, sencillamente lo ignora, lo deja de atender. Se niega a aprender. Le falta humildad para aprender y aquello que no comprende es una paparrucha o un cuento.

El soberbio ignorante no es capaz de entender que las posturas que él defiende no sean asumidas por el resto y no sean vistas por los demás con la misma claridad que él. ¡Son tan evidentes! Mitifica y se agarra al sentido literal de las cosas, sin preocuparse de si están actualizadas o siguen siendo válidas a día de hoy. Los que no asumen y comparten sus puntos de vista lo hacen, según él, por razones extrañas y malvadas: son de otro bando, buscan hacer daño, están financiados por la CIA o por los Illuminati, son traidores. Toda idea o proyecto que él no entienda, le parece mala y digna de ser derribada.

Pero no solo compagina la ignorancia con la soberbia, también lo hace con el narcicismo,.. y que hay más narcisista que la típica frase "A mí nadie me dice lo que tengo que hacer". Evidentemente el narcicismo postmoderno se rebela ante cualquier idea de profundidad o jerarquía. Empieza diciendo que todas las opiniones son válidas y termina diciendo que todas las opiniones valen lo mismo, como si todos tuviésemos el mismo grado de conciencia, de experiencia y de conocimientos. 

De las leyes que describen y tipifican la conducta humana podemos enunciar algo así como la Ley de la Conservación de la Ignorancia, "Es casi imposible cambiar un estado de cosas arraigado. Y es tanto más difícil cuanto menos sabe la persona o personas de la cuestión."


O dicho de otro modo, que cuanto más ignorante se es, más resistencia se ofrece a salir de esa ignorancia.

Moral Y Justicia

Filosofía
Moral Y Justicia
El principio fundamental de la moralidad es la justicia, entendida como la aplicación escrupulosa de las normas que regulan las relaciones de los individuos o grupos de individuos en cuanto partes del todo social: de donde se deduce que la aplicación de la justicia en el sentido moral, puede conducir a situaciones injustas desde el punto de vista de otras morales. Pueden llegar a ser morales actos que aun siendo muy poco éticos están orientados a eliminar a un individuo dado de un puesto social (lesionando sus intereses y aun poniendo en peligro su subsistencia), si sólo de este modo, es decir, “poniéndole en su lugar”, se hace justicia a este individuo y a la sociedad que lo alberga.

La Justicia, es sin duda una de las palabras más usadas y conocidas en el mundo a lo largo de los siglos y a lo largo de las diversas culturas que han habitado el planeta tierra, es una palabra que engloba muchas características y cada una de ellas es diferente entre si y del modo que cada ser las quiera valorar o entender, en mi opinión personal el termino Justicia seria dar la tolerancia y congruencia a las cosas y a las personas, no juzgar los hechos por la sola observación de las diferencias o características que nos son afines, la Justicia es una virtud del ser humano, es una cualidad personal de un individuo y de ella depende su desarrollo en sociedad, si se cae en la tiranía se aplicara Justicia de un modo cruel.

Este conjunto de reglas tiene un fundamento cultural y en la mayoría de sociedades modernas un fundamento formal y cultural.


Se basa en un consenso amplio en los individuos de una sociedad sobre lo bueno y lo malo, y otros aspectos prácticos de cómo deben organizarse las relaciones entre personas. Se supone que en toda sociedad humana, la mayoría de sus miembros tienen una concepción de lo justo, y se considera una virtud social el actuar de acuerdo con esa concepción. 

EL FUNDAMENTO FORMAL: Es el codificado formalmente en varias disposiciones escritas, que son aplicadas por jueces y personas especialmente designadas, que tratan de ser imparciales con respecto a los miembros e instituciones de la sociedad y los conflictos que aparezcan en sus relaciones.

La Justicia no es el dar o repartir cosas a la humanidad, sino el saber decidir a quién le pertenece esa cosa por derecho. La Justicia es ética, equidad y honradez. 

Es la voluntad constante de dar a cada uno lo que es suyo. Es aquel sentimiento de rectitud que gobierna la conducta y hace acatar debidamente todo los derechos de los demás. 

Retrospectiva


El ser humano vive en el tiempo. A nivel de existencia, vive en presente, es decir, no existe más realidad que el ahora. Sin embargo, desde el punto de vista mental, una persona puede analizar lo que ha ocurrido a través del recuerdo y traer al presente momentos del ayer a través de la memoria. Es muy positivo vivir centrado en el presente pero también es importante hacer una pausa en determinado momento para hacer balance.

Existen etapas en las que es especialmente habitual hacer balance, por ejemplo, a final de año. Un momento en el que la persona realiza una retrospectiva, es decir, enumera los momentos más importantes que han ocurrido a lo largo del año. Dicha retrospectiva puede aplicarse a un contexto concreto, por ejemplo, al trabajo, al ámbito personal o al familiar.

Es muy positivo hacer esta retrospectiva también acerca de la relación de pareja para hacer balance del camino recorrido en común y para dar valor a los momentos felices. Es decir, es posible hacer una retrospectiva de todo lo bueno que se ha compartido en común. La sociedad actual está marcada por la prisa, sin embargo, es muy importante encontrar tiempo para pensar y hacer una pausa con el objetivo de poner la realidad en perspectiva y tomar conciencia de qué es lo verdaderamente importante.

A nivel periodístico, también se realiza una retrospectiva en los telediarios a final de año, momento en el que a modo de resumen se hace un repaso de los acontecimientos políticos, sociales y económicos más importantes que han ocurrido a lo largo del año justo cuando se cierra un ciclo y se comienza otra etapa en el calendario. Del mismo modo, también es posible realizar una retrospectiva de la carrera profesional de un artista con el objetivo de presentar sus éxitos más recordados.

Desde el punto de vista cognitivo, una retrospectiva es una recapitulación que permite ordenar y clasificar distintos elementos con una coherencia interna. Es importante analizar el camino recorrido porque ese camino es el que aporta un valor añadido al presente.

Las personas que de verdad reflexionan sobre sus vivencias son las que extraen grandes lecciones vitales a partir del propio vivir. Existe una forma sencilla de realizar una retrospectiva. Por ejemplo, escribir en un diario las vivencias y pensamientos frecuentes del día a día.