jueves, 22 de noviembre de 2018

Ser Solidarios


El lenguaje afectivo de la solidaridad

Mientras que la solidaridad promueve sentimientos de empatía y nos hace acercarnos al otro sin ánimos de juzgarle ni de disminuirle por encontrarse en situación de vulnerabilidad: se busca ayudar, sanar y hacer crecer gracias a una auténtica voluntad de escucha. Ser solidarios propicia el diálogo, el reconocimiento cercano y la confianza porque el otro es un igual que debe ser escuchado, atendido y promovido.

La solidaridad implica que nos ponemos en lugar del otro y que no tenemos miedo de él ni miedo a que sus circunstancias dolorosas nos salpiquen, más bien, nos fortalecemos junto con él en humanidad sembrando esperanza social porque en conjunto construimos una polis sana eliminando aquello que nos desiguala o que se empeña en distanciarnos como seres humanos.

¿Quién es el otro con el cual ser solidarios?

El otro es la humanidad entera que se presenta en todos los que nos rodean. Es nuestro familiar necesitado, nuestro vecino, nuestro colega, nuestro alumno, el anciano del Metro: son todas aquellas personas sobre las cuales nuestra actitud solidaria y generosa puede repercutir inmediatamente en una mejoría sustancial de su calidad de vida. No podemos cambiar el mundo entero pero sí el entero mundo de aquellos que requieren una mano solidaria y que están a nuestro alcance. Me parece que sólo de esta forma es posible cambiar el mundo entero.


De lo que se trata es que nuestras acciones diarias no sean sólo de crecimiento personal sino, más bien, de crecimiento social junto al otro y gracias al otro; de contribución directa a mejorar las condiciones de vida de todo aquél que nos rodea y que no sean “gritos del silencio” el reclamo justo de aquél que padece situaciones que merman sus derechos humanos a vivir una vida plena. 

Es sumar humanidad para la democracia, generar esperanza y no restar y menos dividir ni distanciar.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Condescendencia


Condescendencia es la acción y efecto de condescender (acomodarse al gusto o la voluntad de alguien por bondad o indolencia). Por ejemplo: “No me trates con condescendencia: quiero que me digas la verdad”, “El abuelo miró al niño con condescendencia y se fue”, “La condescendencia, en este caso, es necesaria”.   
    
Se trata de un concepto cuyos límites son difusos y su definición, poco precisa. Ser condescendiente no es lo mismo que permitir cualquier cosa, como ser una situación o una acción que cause daño o vulnere los derechos de otro. Tener la capacidad de adaptarse a la voluntad de otra persona y mostrar flexibilidad no debe convertirse en conformismo o falta de responsabilidad.

La condescendencia, por lo tanto, no debe avalar la ineficiencia o la incapacidad. Es importante que cada individuo exija aquello que le corresponde y que reclame o se manifieste cuando no se cumpla con eso.

Es posible entender la condescendencia como el acto de descender a un estado menor, renunciando a privilegios de rango o jerarquía. En este caso, la condescendencia implica otorgar honores a alguien de una posición o categoría inferior.

A pesar de que el diccionario de la RAE no incluya una acepción negativa de la palabra condescendencia, en el habla cotidiana suele utilizarse para describir una situación en la cual una persona desprecia a otra a nivel intelectual. Uno de los ejemplos más comunes se puede advertir durante la explicación de un concepto haciendo uso de términos excesivamente simples de entender, o bien resaltando cuestiones básicas que sin lugar a dudas el interlocutor conoce de antemano.

Del mismo modo, es muy común que se trate a los niños y a los animales con condescendencia, dado que son dos objetivos comunes de la subestimación por diversas razones relacionadas con la cultura. 

Frases como “cuando seas grande lo entenderás” o ciertas entonaciones utilizadas al hablar, que tienden a exagerar cada sílaba y a expresarse en forma lenta y con multitud de interjecciones y onomatopeyas, son claros ejemplos de un modo condescendiente de tratar a otro ser vivo.

En este sentido, no cabe duda de la relación entre este concepto y la soberbia, el hecho de creerse más inteligente e importante que los demás. Como es de imaginarse, este trato no resulta agradable para nadie que sea consciente de estar recibiéndolo, ya que denota un desprecio, una falta de confianza en las capacidades ajenas. Sin embargo, este fenómeno tiene lugar en muchos ámbitos de la vida en sociedad, y no siempre es tan evidente


La condescendencia, en definitiva, suele entenderse como un acto piadoso o una aceptación que se realiza para no herir a alguien o para darle un gusto. Aceptar compartir un plato que no nos gusta con alguien porque esta persona se tomó el trabajo de prepararlo y no queremos lastimarla es un acto de condescendencia.

La Manipulación Del Yo

La Individualidad Sagrada está mucho más allá de cualquier forma de Yo, es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será.
La legítima Individualidad es el Ser, y la razón de ser del Ser, es el mismo Ser.

No debemos confundir el Yo con el Ser. Distíngase entre el Ser y el Yo. La Manipulación del  Yo
Necesitamos “desegoistizarnos” para “individualizarnos”, mas quien cree que posee la Individualidad, es imposible que pueda desegoistizarse.

 La Individualidad es sagrada en un ciento por ciento; raros son los que la tienen, mas todos piensan que la tienen.

¿Cómo podríamos eliminar Yoes, si creemos que tenemos un Yo único? Empero debemos ser muy claros en esta enseñanza porque existe el peligro psicológico de confundir a la Individualidad auténtica con el concepto de alguna especie de Yo Superior o algo por el estilo.

Quienes confunden al Yo con el Ser, ciertamente nunca se han Auto-Observado seriamente. El Ser y el Ego son incompatibles.

El Ser y el Ego son como el agua y el aceite, nunca se pueden mezclar.

Sentirse a sí mismos por medio de las cosas exteriores, fundamentarse en ellas, equivale a estar en estado de absoluta inconsciencia. El sentimiento de la SEIDAD (el SER REAL), sólo es posible disolviendo a todos esos Yoes que en nuestro interior llevamos; antes, tal sentimiento resulta algo más que imposible. ¿Cómo podría existir en nosotros el Real Sentimiento de nuestro verdadero Ser, 
cuando esos Yoes están sintiendo por nosotros, pensando por nosotros? 

Lo más grave de toda esta tragedia es que uno piensa que está pensando, siente que está sintiendo, cuando en realidad es otro el que en un momento dado piensa con nuestro martirizado cerebro y siente con nuestro adolorido corazón.

La Sociedad De Consumo


En la mayoría de las sociedades de la actualidad, gracias a la globalización y el avance tecnológico, las personas pueden acceder más fácilmente a los productos, no solo por la interconectividad entre países, sino porque cada vez es necesario menos proporción de renta para alcanzar un consumo, por lo general, innecesario.

La producción en masa y las facilidades de financiamiento han hecho que las personas puedan acceder a productos y servicios a los que antes no tenían acceso y por lo tanto eran considerados productos exclusivos de las grandes élites o personas adineradas; esta mayor accesibilidad y el fuerte interés de las personas por parecerse cada vez más a ese imaginario de persona perfecta, ha generado sentimientos de envidia y deseo ajeno que impulsan a las personas a comprar desmedidamente con la finalidad de mantenerse a la vanguardia y alcanzar un estatus “superficial” que enmascara su verdadera posición en la sociedad a la que pertenece.

El capitalismo y las dinámicas  de evolución de la actualidad han creado una sociedad de esclavos por las compras y el consumo desmedido, personas que pierden su identidad en pro de obedecer al mundo y al sistema, individuos con vidas ajenas, desordenadas y desposeídas de su ser, sobre -endeudadas y sobrevivientes del presente.


La Persona Narcisista


En ocasiones, las personalidades narcisistas suelen atraernos en un principio. Puede que hasta te deslumbren. Pero es un brillo fugaz que acaba haciéndote daño.

Son personas que a primera vista parecen muy seguras de sí mismas, saben ensalzar sus propias virtudes y el mundo, simplemente, parece girar a su alrededor como un satélite alrededor de un planeta.

No debes dejarte engañar por su aparente atractivo… porque en su centro, habitualmente solo hay vacíos e inseguridad. Todo revestido de unas ansias muy afinadas por maquillar defectos de personalidad muy evidentes.

El narcicismo es uno más de esos perfiles tóxicos que todos nos hemos encontrado alguna vez. Es necesario saber defenderse, saber tratarlos para mejorar en lo que podamos su forma de ser y poder convivir con ellos. Siempre que te sea posible, evidentemente, siempre que no veas vulnerados tus valores y tu propia integridad.

Hay unos rasgos marcados que pueden ayudar a identificar a un narcisista. Son los siguientes:
Suelen ser hipersensibles. Sus cambios de humor son casi constantes y varían en función de si son reconocidos o no en sus círculos personales y sociales. Si los demás no ven su valía, sus aciertos y su superioridad, se sienten maltratados y muy dañados. Son hábiles manipuladores.

Buscan siempre sentirse importantes. Les trae sin cuidado el contexto o la situación.
Hemos de ir con cuidado en ocasiones, si les criticamos o les llamamos la atención, su primera reacción será ponerse a la defensiva. Pueden increparnos incluso señalándonos que lo que sentimos en realidad por ellos, es envidia.

Aparentan siempre preocuparse por los demás y expresan su deseo por apoyarnos. Pero ese apoyo esconde siempre un doble filo. Explotarnos. Siempre esperarán algo a cambio.

Su interés no es sincero, puesto que su prioridad es siempre su propia persona a pesar de que a primera vista nos despiste su cercanía y calidez.

Suelen ser adictos a criticar a segundas y terceras personas. Sus palabras siempre son hirientes cuando la persona en cuestión no está delante. Criticar los reafirma a ellos, les hace sentirse importantes, de ahí que casi siempre estén comparándose con los demás.

Son hábiles “traficantes de culpa”. Saben manipular en sus conversaciones para que los demás se sientan mal, para llamarnos la atención y atacar nuestros sentimientos.

Suelen tener bastantes amistades. Pero son amistades vacías sin apenas cercanía o autenticidad.
Debemos tenerlo claro. Tras su solvente apariencia y sus locuaces palabras, hay solo una persona que en realidad, se percibe a sí misma como incapaz. Suele envidiar muchos aspectos que otros tienen, su autoestima es muy frágil y se defienden siempre con una especie de coraza que lejos de protegerle, lo que hace es alejar a los demás.

Hay personalidades narcisistas más dañinas que otros. Si adviertes que en el fondo de dicha persona sobresale más su debilidad de carácter que el continuo ataque del narcisista clásico, vale la pena hacerle entender las siguientes dimensiones:
Con su comportamiento aleja a las personas y lo único que conseguirá es sentirse más vulnerable y más solo.
Debemos también hacerle ver en primera persona sus propios comportamientos. Dale un ejemplo de cómo habla anteponiendo siempre el pronombre “yo”, de cómo no tiene en cuenta a los demás. Pregúntale cómo se sentiría él si fuera tratado así.

Explícale cuáles pueden ser las consecuencias de seguir en esa misma línea: que los demás dejen de tenerlo en cuenta, que lo vean como un personaje ridículo que solo busca aparentar y que al final, se convierta en su propia marioneta. Alguien roto y solo.

Hazle entender que la autoestima se construye desde dentro, con uno mismo. No tenemos por qué necesitar reconocimiento externo para querernos a nosotros mismos. No es de fuera-adentro, sino de dentro-fuera.

Si es necesario, defiéndete

Ahora bien, si la persona narcisista está dentro de tu círculo social o laboral, y no ves forma de poder ayudarla o hacerle ver su “toxicidad comportamental”, debes poner pautas en ti mismo para defenderte. Pon límites desde el principio.

martes, 20 de noviembre de 2018

La Intención Precede A La Acción


La vida está llena de pensamientos, sentimientos, personas negativas… Pero, aunque a veces nos veamos y nos sintamos tentados a dejarnos llevar por esa negatividad, debemos potenciar todo aquello positivo que nos haga sentir bien con nosotros mismos.

Hay muchas cosas que podemos hacer y que nos hacen sentir bien con nosotros mismos. Una sensación que no se puede comparar con nada. Un sentimiento de gratificación que nos produce una gran felicidad.

“Creo que he aprendido que la mejor manera de levantarse uno mismo es ayudar a otra persona”
-Booker T. Washington-

Uno de los pensamientos y acciones en las que más pecamos, es la de dar siempre algo esperando recibir una recompensa por ello. A esto no se le puede denominar dar y ayudar, no recibiremos la misma gratificación que si lo hiciésemos sin esperar nada a cambio, pues en el caso de esperarlo es un intercambio.

¿Alguna vez has dado o ayudado de verdad sin esperar nada?, ¿verdad que has sentido una sensación de bienestar inexplicable? Potenciar estas pequeñas cosas que en ocasiones creemos insignificantes, nos permitirá ser mucho más felices.

Una sonrisa a la cajera del supermercado, ayudar con las bolsas a alguien que va muy cargado, devolver una cartera que se le ha caído al transeúnte que va delante de nosotros… Todo esto, todas las pequeñas acciones que realizamos de forma voluntaria, nos provocan una sensación de placer y bienestar inexplicables.

Hay un dicho que circula y que dice que “quién da más, recibe más“, pero eso sí siempre sin querer recibir recompensa alguna por ello o reciprocidad en sus actos. Una forma desinteresada de ayudar a alguien, una forma de sentirnos bien con nosotros mismos y de hacer sentirse bien a los demás.

Atrévete a caminar aunque sea descalzo, a sonreír aunque no tengas motivos, a ayudar a otros sin recibir aplausos.

En muchas ocasiones te habrá ocurrido que has ayudado a alguien que ha rechazado tu ayuda o que has ayudado, y al final esa ayuda no se ha visto plasmada. Debemos fijarnos bien y observar quién de verdad necesita nuestra ayuda y quien puede “arreglárselas solo”, pues en ocasiones las personas tienen que pasar por ciertas dificultades para hacerse más fuertes y aprender.

También, existen las personas que por orgullo o arrogancia no desean tu ayuda porque se sienten insultadas. Creen que las ves como personas débiles y eso les incomoda. Ante esto, no te esfuerces. Las personas que de buenas a primeras rechazan tu ayuda no merecen que sigas insistiendo, más que nada porque lo harás peor.

Ayuda y da, deliberadamente, a aquellas personas que de verdad lo necesiten. Personas que pueden ser cercanas o totalmente desconocidos.

Dar y ayudar también puede ser una muy buena forma de hacer buenas amistades, de interactuar con los demás y descubrir personas muy especiales y bellas.

Nunca olvides que recibes lo que un día sembraste
Aunque no recibas nada, el placer que sientes al dar y ayudar de forma desinteresada no te lo podrá dar nada más. Además, piensa que las cosas buenas que das, las cosas buenas que tú haces, eso es lo que recibirás el día de mañana.

Todo lo que hagamos influirá en nuestro futuro. ¡Cómo quejarnos de lo mal que nos va si en un pasado actuamos con maldad! La bondad, el bien por hacer el bien, es lo que realmente luego da sus frutos. Da sonrisas y recibirás sonrisas, reparte bondad y recibirás bondad.

El mundo es un lugar que aún tiene muchas cosas que descubrirte. Cosas que son positivas. 

Pero debemos empezar a apreciar esos pequeños actos que, en ocasiones, no le damos la importancia que debiéramos.


Lo que daremos, lo recibiremos, de alguna u otra forma. Empieza desde hoy mismo a practicar aún más si cabe el placer de dar y ayudar. 

Todo Cambia Todo Pasa


Al principio somos como niños ansiosos. Queremos que todo llegue lo antes posible, soñamos con devorar experiencias, con exprimir la vida. Más tarde llegan los triunfos, las desilusiones, las piedras en el camino… No obstante, de eso trata la vida, de avanzar, de asumir cambios y ser humildes en todo ese maravilloso trayecto vital.

¿Quién no ha querido alguna vez que algo llegue lo más pronto posible? ¿Y quién no ha deseado en alguna ocasión que un momento fuera eterno, que el tiempo se detuviera ahí mismo como esas rocas que se alzan firmes en medio del océano?

No importa, porque los buenos momentos siempre se quedarán impresos en nuestra memoria. El hombre, por así decirlo, está hecho de recuerdos y nos pasamos gran parte del día evocando buenos y malos instantes.

Admitir que nuestra vida discurre un poco más cada día y que avanza con un tic-tac que nadie puede detener, es sin duda algo que nos asusta y que nos obliga a reflexionar. No obstante, no hay que tener miedo a ese camino, a ese avanzar.

Todos somos breves inquilinos es este mundo imperfecto lleno de cosas maravillosas. No hay que tenerle miedo a los años, sino a la vida no vivida, a los años vacíos huecos de emociones, de triunfos y por qué no, también de fracasos nunca experimentados. Esos de los que tanto aprendemos.

Reflexionemos hoy brevemente sobre este avanzar de nuestra existencia, hablemos de esos aspectos permanentes que debemos cuidar cada día para llevar una vida más plena.

En la vida todo cambia, excepto las esencias
En efecto, podríamos decir que en esta vida todo llega, todo pasa y todo cambia. No obstante, hay algunos elementos que deben ser puntos fijos en nuestro microuniverso particular:
Tu autoestima, tu necesidad por aprender e ilusionarte
El amor, el respeto, la dignidad y nuestra necesidad por cultivar el crecimiento personal, deben ser pilares esenciales en tu día a día. Veletas que guiar con fuerza y entereza tu camino, sea cual sea.
Hay veces en que en esta extensa aventura vital, declinamos muchos de estos aspectos en favor de otras personas. Hay quien prioriza en algún momento de su vida a sus parejas hasta tal punto, que se olvida de uno mismo.

Y si bien todo es justificable si los sentimientos son intensos, hay que saber mantener el equilibrio. Ofrecernos a los demás hasta el punto de olvidar nuestras necesidades, nos hará caer tarde o temprano en la frustración, y por tanto dejaremos de avanzar.

Cuando pierdes tu capacidad por ilusionarte, cuando tus días están aferrados a la preocupación o la insatisfacción, tu vida ha dejado de avanzar. El peso que acumulas te arraiga ya al sufrimiento. Respira, relativiza todo lo que te aferra y rompe las cadenas que creas necesarias…

Puede que pienses también que otro aspecto que no debe cambiar a lo largo de nuestra vida, son sin duda los valores. Bien, sin lugar a dudas existirán esos esquemas básicos que nunca romperemos, como es el respeto a uno mismo y a los demás, la honestidad, la valentía

Ahora bien, dentro de este avanzar vital, todos podemos llegar a hacer pequeños cambios en nuestra personalidad e incluso en nuestra escala de valores de acuerdo a las experiencias vividas. Y todo será sin duda para bien porque forma parte del proceso de aprendizaje y de crecimiento.

No le tengas miedo a los cambios, son anclas que rompemos para avanzar con un poco más de sabiduría de acuerdo a los actos vividos.

Tú eres la prioridad, el protagonista de tu vida y eres importante dentro de tu mundo. No te aferres a los miedos o a la indecisión porque a largo plazo, llegará la frustración, el lamento por una vida no vivida.

Nunca dejes de cuidar a eseniño interior. Debes ilusionarte por ti y por la vida, ser espontáneo dentro de toda la sabiduría que has adquirido. Disfruta de las cosas sencillas, ama, experimenta, atrévete.

No te ancles a los errores del pasado ni te alimentes de nostalgias, la vida no espera a quien se detiene en sus propias oscuridades. La vida busca luz y su propia libertad, permítete crecer con ella, con optimismo, con ilusión y sencillez.

                                   

El Autor Y Su Trama


La escritura comporta por sí corresponsabilidad palmaria entre texto y autor. Esta obviedad nos ayuda a entender las relaciones legítimas a las que ambos se ven abocados hasta culminar en lo que denominamos obra literaria. Coexisten –texto y autor- en la discusión que mantienen más allá del presunto final, y que el lector arbitra en cada nueva lectura, una vez más, para interrogarse sobre sí y la realidad que vive, siente o sueña.

Es una pugna salvaje por el carácter atávico que posee. En toda expresión artística pervive la pulsión nueva y el latido antiguo. Es cauce para esa mirada original e inédita que contiene tantas otras que fueron y alumbraron el mundo con su despertar.

En la obra Sin trama y sin final. 99 consejos para escritores, el profesor Piero Brunello, de la Universidad de Venecia, rastrea y profundiza en la correspondencia epistolar que mantuvo Antón Pávlovich Chéjov a lo largo de su vida con amigos, escritores, editores y deseosos de ser escritores. De ella selecciona fragmentos relacionados con el proceso creativo, su sentido y trascendencia, pero también la creación de los personajes, descripción de paisajes terrestres y emocionales.


Así, nos dice el autor ruso en una carta dirigida a María Kiseliova el 14 de enero de 1887, “Para un químico no hay nada sucio en la tierra. El escritor debe ser igual de objetivo. Tiene que liberarse del subjetivismo de la vida y saber que en un paisaje un montón de estiércol a veces representa una parte digna de todo respeto y que las malas pasiones son inherentes a la vida, lo mismo que las buenas”. 

Otros dos aspectos que enfatiza son la claridad y brevedad con los que el registro literario, vivo retrato sin añadiduras desmerecedoras, se consuma y enaltece de sencillez.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Creer Es Crear


Creer es crear, entonces, ¿tú podrías crear tus sentimientos/emociones, podrías no sentir, pero creer que sientes? Es una pregunta que surge en mi mente, al ver a todos esos muchachos, parejas, que creen quererse, creen sentir, pero desde fuera, se ve lo contrario, que solo están juntos, porque creen sentir algo por el otro, cuando ese algo puede ser solo atracción física, y a partir de eso, creen que siente algo más allá. ¿Pero cómo sabes si es o no es así?

Es difícil, sobre todo si eres uno de los implicados, y más aún si ya estás metido hasta el cuello en esa creencia, pero yo creo que los que pasan por esto es que aún no han aprendido a sentir con el corazón, el amor, el sentimiento de unión, de compenetración, de entendimiento, de aceptación, aún no han sentido realmente, y es por sus creencias, aquí no falla el corazón de la persona afectada, sino que falla la mente, la conexión mente-corazón es inexistente o está muy mermada.

Por esto pido reflexión, sobre la conexión que hay entre mente y corazón, y cuando logramos esto, podemos añadir la sabiduría que da el amor, el conocimiento universal, la energía universal, que es el amor, y cambiando un poco una frase del Tao, el amor nombrado, no es propiamente el amor, ya que, el amor no tiene nombre. 

El amor se siente, y como podemos sentir la energía universal, si no tenemos conectado mente y corazón. Para hacerlo solo necesitáis una cosa, y es usar el poder de visualización, y unir con un cordón dorado la mente y el corazón, y visualizarlo siempre que se acuerden, tenerlo presente siempre, intentar sentir, no pensar, y con paciencia se consigue.


Superarse A Sí Mismo


Vivimos en una sociedad muy competitiva y muy comparativa. Nos pasamos el día comparándonos con los demás, deseando lo que otros tienen, intentando ser mejores, compitiendo por los mejores puestos, intentando subir más arriba, ganar puestos, etc.

Sin embargo la clave del éxito no radica en superar o vencer a los demás, 
sino en superarse a uno mismo. La mayor batalla se libra en el interior de cada uno, y es, únicamente  cuando somos capaces de conocernos, amarnos y aceptarnos tal y como somos, que podemos superar nuestros propios obstáculos.

Los muros más altos los construimos nosotros mismos en nuestra mente, y la buena noticia es que también está en nosotros el poder para derribarlos y superarnos. 

Cuando aceptamos nuestra propia responsabilidad y dejamos de culpar a los demás por nuestra situación, es cuando damos con la clave del éxito.


“La batalla más grande se combate en nuestro interior, y es ahí donde se consiguen las mayores victorias”

Aspirar A Lo Mejor


Una buena base para triunfar en la vida es aspirar a lo mejor en todo, porque existe suficiente abundancia para que cada persona obtenga aquellas cosas que le satisfacen.

Muchas personas viven limitadas porque aspiran a muy poco:

La expectativa que una persona va construyendo a lo largo de su vida luego se vuelve una profecía hecha realidad, quienes aspiran a muy poco, al final obtendrán poco, porque así trabajaron en su programación mental.

Existen algunas frases e ideas generalizadas que muestran los pensamientos de escasez, por ejemplo los siguientes:
“del lobo un pelo”
“Hay que ser agradecido, otros están mucho peor”
“al morir nadie se lleva nada”
“es pecado aspirar a tanto cuando hay mucha pobreza”
Etc.

Todas estas ideas negativas son paradigmas que alejan la prosperidad y que no tienen ninguna validez, porque la gente usa esos argumentos basados únicamente en aquello que observan, cuando lo material tiene un origen en el Poder Mental y por ello ninguna persona debe experimentar sentimientos de culpa por aspirar a lo mejor, el sentimiento debe ser todo lo contrario.

¿Por qué aspirar a lo mejor?
Los recursos son ilimitados:
Esto contradice la lógica conocida, se observa que el petróleo va disminuyendo, al igual que los árboles, algunos animales, etc. Sin embargo eso es el resultado de ciertas expectativas y el uso del criterio racional. Una persona consciente de la naturaleza infinita de su mente, sabe que al hacer un gran trabajo sobre sí mismo, después de un gran trabajo, modificará el entorno. Cuando se observa el enorme crecimiento de países como China, se entiende que el deseo de productividad hace que las mentes creativas encuentren soluciones geniales a los problemas.

El buen ejemplo sirve de inspiración a muchas personas:
Cada vez que una persona es capaz de Alcanzar El Éxito, más gente se da cuenta que también poseen el suficiente potencial para cumplir sus sueños. En la historia de los juegos olímpicos se ha observado un predominio de medallas de ciertos países. ¿Por qué? Porque existe una tendencia basado en personas ejemplares que inspiran a otros a hacer lo mismo u obtener mayores logros.

La persona que obtiene metas grandes crea muchas oportunidades para los demás:
Las ciudades y países con mejor calidad de vida es donde se concentra la mayor cantidad de personas con grandes logros, por ejemplo en el campo empresarial, hay muchos millonarios y una sola persona que aspire a lo mejor y cambie sus creencias, dará enormes oportunidades a una enorme cantidad de gente.

Es una forma eficiente de vencer el paradigma de escasez:

Si miras a tu compañero más descuidado y desordenado de la clase obtener increíbles éxitos, te darás cuenta que tú también puedes cumplir tus sueños si aplicas las estrategias correctas. Luego puede hacerse un efecto dominó donde muchas personas estén gozando de una gran calidad de vida.

Si estás en este mundo debes aprovechar lo mejor que puedas el viaje, aunque vivieras 100 años, sentirás que el tiempo de estadía es corto, por ello usa muy bien tu tiempo para construir tus sueños.

Imponderables


Las evoluciones del destino, los posibles ISLOTES humanos con cierta autonomía, conforman un conjunto caótico, quizá ordenado por reglas desconocidas, pero caos al fin. No somos capaces de medir, ni con mediana exactitud, la inmensidad de los factores influyentes en el devenir vital. Unos por estar relacionados con esa Física profunda de los mundos, pero los condicionantes biológicos no le van a la zaga, por su dinamismo complejo. De tal guisa, pescamos en la vorágine apenas intuida, con las consiguientes inseguridades.

Solemos pasar por alto algunos desatinos importantes, con frecuencia son apreciados por cualquiera, pero con la dificultad de su deslinde adecuado.

Parece fuera de duda la exagerada presencia de la INSENSATEZ, aunque se den pocos acuerdos para delatarla nominalmente. Desde la imbecilidad por falta de intelecto, por la indolencia de mucha gente desinteresada del asunto, por el orgullo irracional de quienes medran a pleno rendimiento, desde las perversas mentalidades que todo lo malician; son cuatro frentes apuntando a las mayores insensateces. Con ese número de impulsos, entenderemos mejor la abundancia de actitudes insensatas en la vida diaria y sobre todo en las movidas sociales.

El mundo es injusto por su propia constitución. Para cada propiedad, las posibilidades de utilizarla son discordantes, ningún paralelismo es concluyente. 

La inmediatez de la justicia rápida, deja abarrotado el tintero de las circunstancias no analizadas. Cuando el retraso es notorio, la evolución temporal modificó las realidades. Las leyes y las personas ocupan espacios disociados. Las primeras fijan las situaciones, que los comportamientos individuales modifican. El buen juicio para un equilibrio es complicado. Los desequilibrios provocan la INJUSTICIA, acaso irremediable, pero acentuada por las participaciones irresponsables, sea por posición social, corrupción o por el nulo respeto por los razonamientos francos, que lamentamos a diario.

¿Se requiere la franqueza para unas relaciones gratificantes? ¿Qué papel juega la mentira o la simple ocultación en dichas actividades? Entre las respuestas viaja una gran parte de la felicidad a la que podamos aspirar o de los malos tragos en perspectiva. Pero enseguida notamos la distancia crucial que separa las vivencias íntimas de lo expresado hacia los demás; esa distancia que nunca sabremos con exactitud. Tratamos con la SINCERIDAD, imprevisible e inabordable; por lo tanto, tampoco vislumbramos los alcances de su ambigüedad, ese suelo resbaladizo dependiente de las circunstancias personales o ambientales, de las que menos podremos estar prevenidos.

Avanzamos hacia una sociedad caracterizada por la FRAGMENTACIÓN absoluta, de rasgos intolerantes; prevalecen las versiones fragmentarias sobre los planteamientos comunitarios. La gravedad no reside en la existencia de posiciones discordantes, propias de la diversidad; sino en la ausencia de razonamientos dialécticos, con franqueza, para la convivencia. 

Hay posiciones ilógicas, perversas, destructivas, de imposible acomodo en comunidades conformadas a base de experiencias y proyectos. Cualquier ocurrencia no puede pretender su imposición al conjunto. Tampoco la judicialización resuelve las discrepancias. La delimitación satisfactoria con la integración aceptada por sus miembros suena a ensoñación irrealizable.

En otro ejemplo, podemos fijarnos en todo lo que se ha discurseado, parloteado por charlatanes apoltronados, o disparatado, que también; sobre el asunto del ARRAIGO o desarraigo de las personas en un determinado lugar, en una comunidad concreta. Es una condición con gran variedad de matices. Si echamos un vistazo por los entornos, observamos, sobrepasado el asombro inicial, a los grupos políticos imbuidos del suficiente poder clasificatorio para discriminar de manera excluyente a los desafectos.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Criterios De Certeza

Filosofía
Criterios De Certeza
La base de la racionalidad humana es la aplicación universal de ciertos principios básicos de orden abstracto, filosófico, sin los cuales es imposible conocer, aun en el nivel más elemental.  Tales son: el Principio de Identidad, el Principio de no-contradicción, y el Principio de Razón Suficiente. 

Todo conocimiento científico, filosófico o teológico necesita seguir estas leyes lógicas, que manan de la misma naturaleza de la realidad, desde la grandeza de Dios hasta el nivel más ínfimo.

Pero la ciencia en el sentido técnico de la palabra, y especialmente la Física, exige más. El criterio último por el que se acepta una hipótesis o teoría es la comprobación experimental de sus predicciones y no se concede valor científico a ninguna elucubración, aun muy atrayente, si es imposible verificarla en un experimento. Incluso si hay limitaciones tecnológicas que hacen imposible actualmente el experimento necesario, por lo menos éste debe ser posible en principio. Por este criterio queda reducida a mera ciencia ficción toda hipótesis de ”otros Universos” (por definición, incognoscibles y sin interacción alguna con el Universo en que existimos), o de parámetros con valores estrictamente infinitos: todo instrumento de medida es siempre limitado en su rango de actuación, y no puede nunca dar una medida de infinitud real.

Esta exigencia de comprobación experimental puede decirse que es la que define a las ciencias de la materia como hoy las entendemos, en cuanto distintas de un conocimiento filosófico.  Incluso la Matemática es más afín a la pura Lógica desde este punto de vista, y la Matemática pura se gloría en su pureza, que desdeña cualquier aplicación de tipo tecnológico, mientras la Lógica actual utiliza simbolismos matemáticos como expresión de la concatenación exacta de sus argumentos.

La Filosofía, en todas sus ramas, tiene como único criterio de certeza el rigor de sus deducciones.  El argumento más definitivo contra una posición filosófica es que lleva necesariamente a un absurdo, en contra del Principio de no-contradicción.

En el campo de la Teología, el criterio de certeza es la Revelación, con el respaldo de infinito valor de la Inteligencia y Santidad de Dios.  Sus desarrollos, estudiando el contenido de la fe, deben ser de estricta lógica, y si llevan a conclusiones que desafían nuestra comprensión, no por eso deben rechazarse, con tal de que no terminen en un absurdo.  No es de esperar que la realidad suprema de Dios sea perfectamente comprensible para nosotros, pues ni lo es la materia ni nuestra propia personalidad humana.

Relaciones Física – Teología
Una vez descrito el campo de aplicación y los criterios de certeza de las diversas formas de conocer, es obvio que la Física, limitada a la descripción de la actividad de la materia en sus aspectos cuantitativos y experimentables, no puede directamente decir nada que afecte el contenido de la Teología, que nos habla de la realidad inmaterial de Dios y de sus planes para el Hombre. Ni siquiera puede la Física tratar de los aspectos artísticos o éticos de la actividad humana: no hay instrumento alguno que mida el valor literario de un poema, la bondad o malicia de una acción, o la satisfacción de una amistad o del deber cumplido, ni puede establecerse experimentalmente el contenido de verdad de un pensamiento, ni su existencia.

La Física reconoce solamente cuatro interacciones (fuerzas) y define a la materia por su capacidad de actuar por alguna de ellas: la fuerza gravitatoria, la electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil. Si hay una realidad que no puede describirse en términos de estas interacciones (como son la consciencia, el pensamiento abstracto y la actividad libre), no entrará dentro del concepto de materia y la Física no tendrá nada que decir de ella.

Consecuentemente, es improcedente preguntar si la Física puede demostrar la existencia de Dios o negarla: ningún experimento puede lógicamente contestar a la pregunta. Lo mismo puede decirse del espíritu humano, o de la existencia después de la muerte.  Tampoco puede la Física responder a preguntas sobre la razón suficiente de que exista el Universo, ni acerca de su finalidad: no son objeto de comprobación experimental posible, ni tienen expresión cuantitativa en una medida o fórmula matemática.

De modo correlativo, no puede pedirse a la Teología que nos aclare conceptos de la estructura y actividad de la materia a ningún nivel.  Ni la Biblia ni la enseñanza de la Iglesia nos dirá cómo ni cuándo comenzó el mundo, frío o caliente.  Nada hay en el Credo ni en el reciente Catecismo de la Iglesia Católica que nos evite el estudio científico de algún aspecto del mundo material. Ciencia y fe son dos maneras limitadas y complementarias de conocer la realidad total de Dios, el Universo y el Hombre. Son dos alas con que el Hombre puede volar en búsqueda de la Verdad, y que colaboran en el único esfuerzo de profundizar más y más en el misterio que es nuestra existencia y la del mundo que nos rodea y del que somos parte.


Entendimiento


El entendimiento es aquella facultad que diferencia a los seres humanos de los animales.

El entendimiento permite la comprensión de la realidad a partir de esta facultad mental. Desde el punto de vista filosófico, este concepto también recibe el nombre de intelección o aprehensión de la realidad a través de la que se accede a la esencia de las cosas.

El entendimiento muestra la capacidad de discernimiento racional que potencia la deliberación en la toma de decisiones. Esta capacidad de discernir muestra la posibilidad que tiene el ser humano de diferenciar aquello que es correcto de aquello que no lo es. El entendimiento muestra el valor del buen juicio, es decir, de obrar a partir del sentido de la prudencia.

El entendimiento es uno de los aspectos esenciales en el proceso de conocimiento por parte del sujeto. Una facultad que muestra la relación entre la mente y el objeto a través del ejercicio de conocer.

El conocimiento que es la base del entendimiento es una acción inmanente cuyo origen y término se encuentra en el propio sujeto. El entendimiento implica poner atención en cada cosa para poder captar la raíz esencial.

Además del plano del conocimiento, la capacidad de entendimiento también tiene una gran influencia en el contexto de la comunicación interpersonal puesto que dos personas pueden llegar a un entendimiento mutuo a través del poder de la palabra, es decir, pueden comprenderse al escucharse.
Desde el punto de vista de la comunicación, es positivo utilizar argumentos concretos que respalden el valor de un mensaje determinado a través de la organización adecuada de ideas principales e ideas secundarias. Se trata de aportar razones que tengan una validez sólida en la expresión de un mensaje determinado. 

Existe una actitud que dificulta la capacidad de entendimiento mutuo: querer llevar siempre la razón.

La reflexión sobre el propio entendimiento ha sido objeto de reflexión filosófica como muestra la epistemología que muestra la capacidad del filósofo de admirarse de esta facultad humana que aporta una gran libertad a la existencia. Y es que, el entendimiento permite poner conciencia a la existencia al tener la capacidad de reflexionar sobre los propios actos y sus consecuencias.

Esta reflexión también es base en la ética.

Preferir No Saber


Un total de cinco estudios realizados por la Asociación Americana de Psicología (APA) en Estados Unidos y Canadá sugieren que las personas menos informadas sobre temas sociales clave, como el cambio climático o la crisis económica, se sienten felices con esta actitud. Además, los individuos que ignoran estos asuntos también depositan más su confianza en que los Gobiernos sabrán encontrar soluciones a estos problemas. Los resultados obtenidos podrían ayudar a establecer estrategias para que la ciudadanía se involucre en cuestiones sociales, señalan los autores de la investigación.

Las personas que menos saben sobre temas difíciles e importantes como la economía, el consumo de energía o el medio ambiente son las que más evitan estar bien informadas, sugiere un nuevo estudio publicado por la Asociación Americana de Psicología (APA). Y lo que es peor, cada vez más gente prefiere seguir ignorando este tipo de temas, según un artículo publicado por la revista de la American Psychological Association. 

"Diseñamos este estudio para intentar comprender el dicho ‘la ignorancia es felicidad’ con un enfoque social, ha señalado el autor de la investigación, Steven Shepherd, un estudiante graduado de la Universidad de Waterloo, en Ontario (Canadá). "Los resultados obtenidos podrían ayudar a los educadores a hacer frente a importantes barreras a la hora de que la sociedad se involucre y participe en cuestiones sociales", añade Shepherd. 

A través de una serie de cinco estudios realizados entre 2010 y 2011 con una muestra de 511 adultos de Estados Unidos y Canadá, los investigadores hallaron "una reacción en cadena que comenzaba en la ignorancia acerca de un tema y terminaba en la dependencia y confianza plena en el Gobierno para tratar dicho asunto". 
Cuanto menos conocimiento, más confianza

En uno de los cinco estudios, los participantes que se sentían más afectados por la recesión económica evitaban la información sobre la capacidad del Gobierno para manejar la economía. Sin embargo, estos mismos participantes no eludieron la información cuando se trataba de noticias positivas.

En este caso, la muestra incluyó a 197 estadounidenses con una edad media de 35 años (111 mujeres y 89 hombres), que habían recibido información compleja sobre la economía y habían respondido a una pregunta acerca de cómo les afectaba esta situación de manera directa.

En otro estudio, realizado para poner a prueba los vínculos entre la dependencia, la confianza y la actitud de evitar la información, los investigadores proporcionaron una descripción que podía ser simple o compleja sobre la economía a un grupo de 58 canadienses, con una edad media de 42 años y compuesto por 20 hombres y 38 mujeres. 

Los participantes que recibieron la descripción más profunda sobre el tema indicaron altos niveles de sensación de desamparo por la crisis económica, una mayor dependencia, y confianza en el Gobierno a la hora de manejar la economía, así como un deseo muy bajo de saber más sobre la materia. 

"Y esto sucede a pesar de que deberíamos tener menos confianza en alguien para gestionar con eficacia algo que es más complejo", ha explicado el coautor de la investigación, Aaron C. Kay, doctorado de la Universidad de Duke. "En cambio, las personas tienden a responder a este tipo de situaciones ‘externalizando’ el problema y dejándolo en manos del Gobierno, lo que a su vez hace que se deposite más confianza y se sea más dependiente. En última instancia, se evita aprender más sobre la situación, para así poder seguir confiando ciegamente en la labor Gobierno", comenta Kay. 

En un tercer estudio, 163 estadounidenses con una edad media de 32 años (70 hombres y 93 mujeres) aportaron su opinión sobre la complejidad de la gestión de los recursos naturales y luego se les comunicó que las reservas de petróleo de Estados Unidos durarán menos de cuarenta años. Posteriormente, se les pidió que respondieran a diferentes preguntas para evaluar su resistencia a aprender más sobre el tema. 


A partir de estos resultados, los autores de la investigación señalan que "más allá de restar importancia a los aspectos catastróficos, los educadores deberían aprender a explicar los temas sociales problemáticos de manera que los hagan fácilmente digeribles y comprensibles, con un claro énfasis en lo local y la causas que estos problemas pueden tener a nivel individual". 

Por otro lado, los investigadores recomiendan realizar más investigaciones para determinar cómo reaccionaría la gente cuando se enfrenta a otros asuntos importantes como la seguridad alimentaria, la seguridad nacional, la salud, la desigualdad social, la pobreza o los conflictos morales y éticos, y bajo qué condiciones las personas tienden a responder con más o menos participación e interés.

Mitos Y Leyendas


Cuando hablamos de mitos y leyendas, estamos hablando de formas de expresión narrativa que forman parte del imaginario colectivo de un pueblo con la intención de intentar explicar un aspecto de la realidad para la que en el momento del nacimiento del relato aún no había explicación, o cuyo origen se ha pretendido engrandecer. Se trata de relatos que han sido transmitidos oralmente a través de las generaciones, llegando muchos de ellos hasta nuestros días. Pero, ¿qué entendemos por mito y qué por leyenda?

Se considera mito a aquella narración que se sitúa fuera del espacio-tiempo real y que suele tener por protagonistas entes divinos o sobrenaturales, o grandes héroes que realizan gestas increíbles y cuya figura no ha existido en el mundo real. En general pretenden explicar conceptos abstractos cuyo origen es incierto, como el mundo, la vida, el amor o el odio. Su función principal es intentar dar sentido a las cosas, utilizando para ello analogías entre lo que no entendemos y elementos presentes en nuestra vida.


Una leyenda, si bien también es un relato en forma de narración que se transmite a través de las generaciones y que suele tener elementos sobrenaturales y ficticios, intenta por norma general dar una explicación de un hecho histórico concreto. Suelen basarse en hechos históricos reales, si bien incorporan elementos fantásticos que alteran, modifican o dan un sentido diferente a la historia. 

Su función se encuentra en hacer resaltar las características de un personaje o pueblo reales, no tratando tanto de dar un sentido a la realidad sino de fomentar valores sociales e ideologías concretas.

El Final Incierto



Este es un mundo donde la mayoría nos la pasamos corriendo a toda velocidad sin un rumbo. Malgastando los días, persiguiendo metas ilusorias e impulsadas por nuestra propia negación omnipotente de la finitud de la vida. En un contexto así, pareciera que recordarle a todo el mundo el “Carpe diem” es una buena idea, y posiblemente lo sea. Tiene poco sentido que nuestro tiempo se escape mientras estamos siempre con el foco puesto en la postergación, en la obtención de metas distantes que nunca llegan. Así, la gratificación sistemáticamente escasea, y el “Carpe diem” puede ayudarnos a recuperar cierto balance perdido.

Pero esta idea al pie de la letra es también peligrosa. Hay una frase que dice “vive cada día como si fuera el último, porque algún día, sin duda, estarás en lo correcto”. Pero esa frase olvida que, muy probablemente, ¡antes de ese día habrás errado decenas de miles de veces!

Me tomo la licencia de ser un tanto “literal” para marcar el punto: imagínense por un minuto que supieran que mañana es el último día de sus vidas y piensen qué harían con ese día. Casi con seguridad sería un día horrible, dedicado a ordenar asuntos pendientes y a despedidas entre lágrimas. ¿Queremos vivir cada día como si fuera el último?

Sí, ya sé. La idea de “como si fuera el último” no se refiere a despedirnos sino a enfocarnos en hacer aquello que nos gusta y nos gratifica a corto plazo, “como si no hubiera un mañana”. Pero… ¿qué cosas gratificantes se pueden hacer que se inicien y concluyan en un sólo día? Charlar con amigos, jugar a la Wii, tomar solcito en la plaza… Imaginen su último día bajo esta nueva lógica. ¿Queremos vivir cada día como este día?

Hay dos palabras en inglés de difícil traducción que expresan para mí los adjetivos que quisiera sentir respecto de mi propia vida: estos son “fulfilling” y “meaningful”.

“Fulfilling” tiene que ver con la sensación de gratificación asociada a alcanzar aquello que uno se propone, sea lo que sea que uno se haya propuesto.

“Meaningful” tiene que ver con la sensación subjetiva de tener un “sentido”, un propósito que va más allá de nosotros mismos.

La trampa reside en que muchas de las cosas que son “fulfilling” (nos gratifican a corto plazo), nos hacen sentir vacíos desde el punto de vista del “meaning”. Las cosas “meaningful” (significativas) no se construyen de un día para el otro. No pueden hacerse sin un horizonte más largoplacista en el que pensemos nuestra felicidad como algo intertemporal, más que como algo inmediato.

Con muchos de los hábitos saludables pasa lo mismo. Si la vida es finita, ¿dormimos menos? ¿No dormimos nada? ¿Comemos hamburguesa de Burger King (o la comida poco saludable de tu preferencia) todos los días hasta que el colesterol nos desborde por las orejas? Mi problema con el “Carpe diem” es que subraya hasta el exceso la realidad de nuestra finitud.

Encontrar un balance entre el “fulfilling” y el “meaningful es un arte difícil. Pero lograrlo, a mi modo de ver, nace de no olvidar el “Carpe”, pero reemplazar “diem” (día) por “vitam” (vida).

En conclusión, el punto que quiero marcar es que es un sinsentido vivir nuestra vida como si fuera eterna, pero no es menos absurdo vivirla como si la muerte fuera inminente (aun cuando lo sea). La vida es como una película que nadie sabe cuándo termina. Pero no tiene sentido por eso hacer que, por las dudas, cada momento sea como un final, por si justo “la peli” termina en ese momento.

Hay que vivir teniendo presente la muerte, pero vivir atemorizados e influenciados por su inminencia nos debilita. En el fondo, parafraseando a Lennon cuando dijo que “la vida es eso que nos pasa mientras estamos ocupados haciendo otras cosas”, yo creo que lo ideal es que apliquemos esa misma filosofía a la muerte: que nos agarre viviendo, sintiéndonos haciendo otras cosas, entretenidos, no luchando contra ella.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Naturaleza Humana

Filosofía
Naturaleza Humana
Desde una óptica filosófica, todos los seres humanos comparten un conjunto de rasgos sumamente particulares y constitutivos, que abarcan la manera de actuar, pensar y sentir dentro del contexto en el que se manejan. Existen muchas teorías acerca de lo que significa la naturaleza del hombre

Filósofos como Platón consideraban que la esencia del hombre se encontraba integrada por un alma inmortal que puede llegar a obtener el conocimiento.

En este sentido, platón opinaba que el alma se encontraba fragmentada en tres partes: la parte que complace los anhelos y las necesidades de la persona. La parte del razonamiento y la parte que controla el temperamento. Como se puede observar, cada una de estas partes del alma cumple con un desempeño específico, sin embargo, es la parte de la lógica o razonamiento la que debería dirigir a los seres humanos.

Lo cierto es que la naturaleza humana es aquella que muestra la esencia del hombre, es decir, cómo piensa, se comporta, se desarrolla en lo personal, en lo físico, en fin, ese instinto que impulsa al hombre a querer realizar cosas.

Desde que el ser humano nace tiene un destino reservado. Durante su vida, el hombre se ha dedicado a indagar y a explorar el mundo en que vive, queriendo siempre aprender y obtener, nuevos conocimientos; es por esto que siempre trata de entender todo lo que lee, observa y escucha, para luego enfocarse en la búsqueda de la verdad de todo cuanto existe.

Tanto los sentimientos, como los sueños y las metas son características propias de la naturaleza humana, aun cuando sean propiedades que no se puedan tocar. Sin embargo cuando el ser humano comienza a evolucionar en el plano físico y mental, va exteriorizando poco a poco algunos aspectos de sí mismo, que lo más seguro, era que lo tenía desde su infancia, pero que no habían aflorado.


El ser humano de forma espontánea va estructurando su vida, ya que su deseo es salir adelante, progresar de muchas formas diferentes, por ejemplo estudiar, tener su propia familia, obtener valores humanos, satisfacer sus necesidades, llevar a cabo sus metas, inventando cosas nuevas, vincularse con la naturaleza y seguir unos principios religiosos.

Tu Tono De Voz


El tono de voz es uno de los elementos con mayor influencia sobre la comunicación de cuantos existen. En tal tono hay una serie de parámetros sonoros que le dan sentido, consciente e inconsciente, al mensaje que se está transmitiendo. Algunos de ellos son: el timbre, la intensidad del sonido, la velocidad de la dicción, la claridad, la proyección, etc.

Varias personas pueden decir exactamente la misma frase. Sin embargo, el tono de voz que emplea cada una comunica una información psicológica diferente. Es entonces cuando se descubre que en las palabras hay un contenido verbal y no verbal. La esfera no verbal es menos controlable y, por lo mismo, más auténtica.

El 60% de la comunicación humana es no verbal: lenguaje corporal. El 30% es tu tono de voz. Eso significa que el 90% de lo que estás diciendo no está viniendo de tu boca”.
-Hitch-

Se puede saber mucho del estado de una persona examinando su tono de voz. Incluso cuando alguien habla en otro idioma que no conocemos, seríamos capaces de perfilar algo de su forma de ser y de sentir con solo escuchar cómo habla. 

El Laboratorio de Análisis Instrumental de la Comunicación sobre locución e imaginario, de la Universidad Autónoma de Barcelona, realizó un estudio sobre voz y percepción. Sus conclusiones son curiosas e interesantes. Veamos:

El tono de voz grave sugiere madurez y genera confianza en los demás. Es el más utilizado en los anuncios publicitarios.

Si el tono de voz es extremadamente grave, remite a sensaciones sombrías
Una voz firme y segura nos hace pensar en que el hablante es alguien distinguido e importante
Hablar en un tono de voz bajo nos sugiere que la persona tiene grandes debilidades o que es torpe
Quienes emplean un tono de voz muy agudo transmiten baja credibilidad.

La voz es un patrón tan personal, que actualmente se emplea para verificar la identidad y dar acceso a muchos sistemas informáticos. También sirve como evidencia en un juicio. Su confiabilidad es tan grande, o más, que la de una huella dactilar.

Algunos psicólogos se han tomado el trabajo de identificar los significados ocultos en el manejo de la voz. El resultado es todo un catálogo de interpretaciones para esas sutilezas, esas que muchas veces pasan desapercibidas para la mayoría de nosotros. Veamos.

Respiración
La forma de respirar mientras se habla da una idea del ritmo al cual se vive:
Tranquila: habla alguien equilibrado.
Profunda y constante: energía y dinamismo.
Profunda, constante y fuerte: ira reprimida.
Superficial: falta de realismo.
Corta y rápida: ansiedad, angustia.
Intensidad o volumen
Define de manera general cómo interactúa una persona consigo misma y con los demás:
Normal: autocontrol y capacidad de escucha.
Alto: debilidad, egoísmo y falta de paciencia.
Bajo: inexperiencia y represión.

Articulación o vocalización
La vocalización tiene que ver con la capacidad de comprensión y el interés en ser comprendido:
Bien definida: claridad mental, apertura a la comunicación.
Imprecisa: engaño o confusión mental.
Muy marcada: narcisismo, tensión.
Con trabas: agresividad, represión.

Velocidad
Habla del tiempo emocional en el cual está inmerso el hablante:
Lento: falta de interés, desconexión con el mundo.
Rápido: tensión, deseo de ocultar información.
Regular: contención, represión, falta de naturalidad.
Irregular: confusión, ansiedad, ruptura de la comunicación.


El tono de voz imprime un sello a la forma que una persona emplea para comunicarse con el mundo. Aunque su interlocutor no sea un experto en el tema, recibe inconscientemente una serie de mensajes a través de la voz del otro. Esos mensajes le dan forma a la imagen que tiene sobre la otra persona.