viernes, 4 de enero de 2019

Literatura Y Sociedad

La relación entre la literatura y la sociedad es de naturaleza simbiótica. 

En ocasiones, la literatura funciona como un espejo donde se reflejan muchos de los rasgos de una sociedad, por ejemplo las novelas costumbristas. Pero también, algunas publicaciones pueden servir como modelo a seguir, como en el caso de los libros de autoayuda.

Así pues, en esta relación se produce una retroalimentación de doble sentido: especular y modelar. La literatura es un reflejo de la sociedad que revela varios de sus valores y deficiencias. A su vez, la sociedad siempre ha reaccionado e, incluso, ha cambiado sus patrones sociales gracias a un despertar de conciencia producto de la literatura.

Precisamente, la más evidente relación entre literatura y sociedad es esa función correctiva. 

Muchos autores intencionalmente reflejan los males de la sociedad para que los seres humanos se den cuenta de sus errores y hagan las correcciones necesarias. De igual manera, pueden proyectar las virtudes o los buenos valores para que la gente los emule.

Por otro lado, la literatura se constituye en una simulación de la acción humana. Con frecuencia, sus representaciones reflejan lo que la gente piensa, dice y hace en la sociedad.


En literatura, las historias están diseñadas para retratar la vida y la acción humana. Este retrato se hace a través de las palabras, acción y reacción de los distintos personajes.

No Todo Es Como Parece

Es difícil cuando perdemos la pieza fundamental para alcanzar nuestro sueño más grande, especialmente si era tan importante en nuestra vida y representaba gran parte de lo que llegamos a ser. La pérdida dejo un vació profundo y tan doloroso que las palabras quedan cortas para describirlo.

En consecuencia, llega la confusión y la inseguridad, rodeados de miles de preguntas, no sabemos cómo continuara nuestra historia. Nos encontramos en un momento donde comprendemos nuestra incapacidad para actuar.

Es terrible el sentimiento de impotencia. Sentir que el mundo se te viene encima y que no tienes el poder de hacer absolutamente nada, eso te mata poco a poco comiéndote por dentro y aún más si eres de las personas que nunca se quedan con los brazos cruzados, pero esta vez los sientes amarrados sin siquiera poder moverlos.

Cuando sientes que llegaste al fondo de la desesperación aparece una luz de esperanza que te devuelve las ganas de continuar. Tal vez esa diminuta luz no pertenece al sueño que habías pensado, pero si podría llegar a ser parte clave de uno completamente nuevo o tal vez una versión mejorada.


Al final debemos entender que todo pasa por algo, aunque las razones no son tan obvias en el principio, pero ya las vamos a descubrir mientras vivimos la vida. Así vienen los cambios necesarios para el crecimiento de nuestro ser porque nada en este mundo es constante “todo cambia, revoluciona, vuela y se va”.

Lo Que Quiero O lo Que Debo

Filosofía

Al paso del tiempo siempre nos preguntamos qué es lo que haremos con nuestra vida y todo nuestro entorno, el personal, académico, profesional, laboral, familiar; y si somos honestos generalmente pensamos en un futuro próspero, una bonita familia, un excelente trabajo; pero lo que la mayoría de las personas no hacen es pensar en los pasos que los llevara a ello. Algunos dicen que harán lo que sea para conseguir lo que desean, otros para conseguir lo que puedan y unos tantos más para conseguir lo que quieren. La pregunta importante es: ¿Será lo mismo el poder, el querer y el deber?

En los inicios de la filosofía, al hombre le daba temor preguntarse el porqué de las cosas que sucedían, por tal razón la mayoría de los filósofos se dedicó a observar su entorno y contemplar todos los acontecimientos desde su más mínimo detalle tanto en la naturaleza hasta en el comportamiento de los seres humanos. Con respecto a este último, Aristóteles y Sócrates hablaron de la felicidad perfecta y de lo que era una virtud.

Para Aristóteles, la felicidad perfecta consistía en hacer lo que le causara más placer a un ser humano, en su caso, era la contemplación, le gustaba pasarse horas en esta actividad y descubrió que eran los momentos más felices de su vida.
Para Sócrates, aquel ser humano que era capaz de encontrar su virtud o areté, era el ser más dichoso del mundo, en otras palabras, aquella persona que sabe para qué es bueno será feliz desempeñando esa actividad o lo que sea que fuere.

A qué viene lo anterior, que desde hace muchísimos años el ser humano descubrió como ser feliz eligiendo el camino del querer. Pero entonces ¿Qué sucedió? ¿Por qué el cambio repentino de decir “quiero hacer esto” a debo hacer esto” o más aun “solo puedo hacer esto”?

La respuesta, pues simplemente dejamos de hacer lo que queríamos porque consideramos el deber como un mandato, una regla que debo de cumplir para lograr mis metas; debo trabajar para tener una linda casa, debo tener una buena figura para que alguien se fije en mí, debo comportarme según me dicte mi entorno social para ser aceptado(a), etc., y la lista puede continuar y encontraremos miles de cosas que anteponen el “debo”.

Ahora hagámonos la siguiente pregunta: ¿Lo que hago es lo que realmente quiero hacer? A lo largo de nuestra vida, cuantas cosas hacemos cuando ni siquiera tenemos ganas ni el ímpetu de hacerlo, aquí es donde entra el “hago lo que puedo”, lo que significa que hemos entrado en una etapa de conformismo personal “hago lo que puedo porque no debo hacer más”, sin embargo, todas estas frases son las que se utilizan cotidianamente en el léxico de cada persona, si ponemos atención, escuchamos estas frases día a día, se han heredado de generación en generación y le hemos inculcado a las generaciones futuras lo que deben hacer mas no lo que quieran hacer.

Podemos poner como ejemplo a los estudiantes que están por salir de un bachillerato, personalmente me ha tocado escuchar a sus padres decir; que si eligen ser músicos, artistas, cantantes, o profesiones que no son muy comunes; se morirán de hambre; cabe mencionar que si sus progenitores se dedican a la medicina o a la abogacía, pretenden que sus hijos sigan ese mismo camino sobre todo por comodidad laboral, ya que no batallaran para conseguir algún trabajo, tendrán buenas influencias debido al legado de sus padres. En este momento, estas personas que están por salir de su bachillerato se verán influenciadas para tomar la decisión que deben más no la que quieren.

Debido a lo anterior, frecuentemente los seres humanos están acostumbrados a que les faciliten el camino a sus metas y si dentro de esto, está el no hacer lo que se quiere, hará lo que debe por comodidad. Lo anterior en palabras de Ortega y Gasset, quien decía que el ser humano se ha vuelto desagradecido y comodino, por eso lo llamo el “hombre masa”, quien solo espera a ver quién le facilita las cosas para poder hacerlas aunque no lo quiera.

Tenemos que comprender que el deber y el querer, no significan lo mismo. El deber es una palabra autoimpuesta por nosotros, por la sociedad en sí; hemos comprado la idea de que el deber es más importante que el querer y que es una regla que debo cumplir.

Querer, significa tener una capacidad de elección y de ejercer voluntariamente mis deseos o de rectificarlos, decidir qué es lo más importante para mí y para cumplir mis objetivos, tomar en cuenta la viabilidad de lo que quiero realizar, las oportunidades y todo lo que tenga que ver con el entorno de mi meta.

¿Y qué sucede con el poder? Bueno, el poder tiene que ver con las circunstancias que rodean mi objetivo, a veces se presentan situaciones que no dependen de nosotros y que hacen que cambiemos de metas o de caminos, lo primordial en este caso, es que no desistamos en ningún momento de lo que queremos, sin embargo, cuando utilizo, el “yo solo puedo…” para quedarme conforme, solo estamos limitándonos de saber de qué somos capaces, hasta donde somos aptos para llegar a conseguir lo que deseamos.

Lo importante hasta este momento es que ya se observe la diferencia entre el querer, el poder y el deber. Ahora ya sabemos que de acuerdo a lo anterior, la frase más importante es “lo que quiero es…” debemos dejar a un lado lo que los demás quieren para nosotros, debemos pensar en que es lo más importante para lograr mis objetivos pero sin afectar lo que realmente estoy dispuesto a hacer.
Y ahora, ¿Cómo vamos a pensar en lo que queremos? En primer lugar debemos discriminar lo que debes hacer de lo que quieres hacer, cambia el tengo o el debo por el quiero, si ya estás en algo que debes hacer, busca el lado bueno y aprende a querer lo que haces, aprende a cumplir lo que realmente debes y que te corresponde solo a ti y por último, no desistas, si fallas en hacer algo que quieres, sigue intentado, no hay límites

jueves, 3 de enero de 2019

Las Preferencias Personales



Cada persona tiene sus propios gustos personales en cualquier ámbito de la vida. Cada persona tiene sus preferencias en relación con el estilo de vida ideal, gustos gastronómicos, gustos de colores, estilo distinto en la decoración de la casa... Una preferencia muestra un interés concreto por una opción que conecta con una afinidad personal o con la subjetividad.

Las personas como seres racionales tienen la capacidad de tomar decisiones, De hecho, cualquier persona toma decisiones de forma constante decantándose por una opción en vez de por otra. Existen preferencias más superficiales como por ejemplo, el look elegido para acudir a una cita de trabajo, pero existen otras preferencias más importantes que requieren de una reflexión más trascendente. Por ejemplo, la compra de una casa, la búsqueda del trabajo ideal o incluso, tener o no pareja.

Siempre que tomas una decisión en tu vida de acuerdo a una preferencia estás optando por un camino pero también estás cerrando otras puertas. Algo que cuesta de una forma especial a aquellas personas que tienen la voluntad caprichosa e infantil, es decir, lo quieren tener todo y eso es literalmente imposible.

Conciliar y negociar entre la preferencia de uno y la de otro
En ocasiones, dos preferencias personales pueden oponerse entre sí dando lugar a un conflicto momentáneo. Así sucede, por ejemplo, en una relación de pareja cuando al organizar las vacaciones de verano, uno opta por un destino mientras que el otro tiene interés por otro distinto. También puede suceder que al ir al cine para ver una película, él quiera ver una historia de acción mientas que ella prefiere una cinta romántica.

Las preferencias son individuales pero con frecuencia, en función de la situación, también hay que dialogar, negociar y aprender a ceder para poner por encima del interés individual, el bien común. Sin embargo, es muy importante que una persona no renuncie por completo a sus propias preferencias por agradar al otro. Así sucede en el caso de aquellas personas que como consecuencia de una baja autoestima piensan siempre en agradar a los demás.

Tienes que darte importancia a ti mismo y encontrar tu propio espacio para dar rienda suelta a tus inquietudes y preferencias personales de una forma libre. Además, en un gesto de amor, también puedes tener en cuenta las preferencias de otra persona. Por ejemplo, si sabes que a tu madre le encanta el cine, puedes invitarle para ver una película solo por el hecho de compartir tiempo en común.

Tirar La Piedra Y Esconder La Mano


Hasta hace algunos años internet sólo posibilitaba la consulta de los portales entonces existentes. La mayoría de las personas eran receptores de contenido, pero con la llegada de la web 2.0 esto cambió: ahora muchos pueden participar, se da una interactividad y una intercomunicación que enriquece y, muchas veces también, es benéfica y constructiva. Ya no sólo se es receptor, también se puede ser emisor.

Muchos portales de internet actuales permiten comentar las noticias, los artículos e incluso videos, audios y fotografías. Esos comentarios nos permiten expresar nuestro parecer, dar nuestra opinión, y esto es algo que ayuda sobremanera al autor e incluso, cuando es sincero y de buena voluntad, da pie a un debate y enriquecimiento recíproco.

Sin embargo, la mayoría de las ocasiones los comentaristas escriben desde el anonimato. En esos casos, el autor de determinado artículo está en disparidad pues mientras él responde dando la cara, el otro “esconde” su identidad verdadera.

Esto es especialmente penoso cuando las anotaciones de los comentaristas son de carácter mordaz, insultante o difamatorio. ¿Cómo puede dar respuesta el autor de un escrito publicado cuando la otra parte rehúye la responsabilidad que conllevan sus afirmaciones y cada una de sus palabras?
                    
Lo que se dice y hace implica una responsabilidad moral. El anonimato es, las más de las veces, fuente de rumor y otras tantas de calumnia y mentira. Son más precisas y valiosas las aportaciones, también las que no concuerdan o incluso cuestionan la opinión de las personas que firman los artículos, cuando se da la cara y no se “lanzan piedras” desde el anonimato. De otro modo, cómo darles valor, cómo sopesar su autenticidad, cómo calibrar su peso y cómo entablar un diálogo.

Todos tenemos un nombre y un rostro. Y si se van a hacer aportaciones, del tipo que sea, nunca está demás vivir en la autenticidad de quien se es realmente.

Suele ser también recurrente el pasar del tema concreto de algún contenido a temas periféricos o ni siquiera relacionados. Hay que tener en cuenta siempre cuál es el tema a discutir y ceñirse al mismo. De otro modo la dispersión es la conclusión y un verdadero debate no es posible. Para eso hay que leer bien e íntegras las entradas, no sacar de contexto las oraciones y reconocer que no siempre se puede tener razón (lo que implica una dosis de humildad para todos).

Hay un video que me gusta mucho y suelo utilizar en mis conferencias. Me gusta porque –aunque está enfocado más bien al ciberbullyng– matiza visualmente lo expresado: si algo no lo diría en público, entonces tampoco habrá que decirlo ocultando la mano que aventó la piedra.

 Creo que, en buena medida, esto ayuda tanto a quienes de modo periódico escribimos en medios digitales: saber con quién podemos entablar un diálogo sincero, independientemente del tema, conociendo el rostro del prójimo.


La Capacidad De Disentir


“Admiro a los hombres y mujeres que han desarrollado un espíritu inquisidor, que  no temen a las nuevas ideas pues son peldaños hacia el progreso. Debemos, por supuesto, respetar las opiniones de otros, pero no debemos tener temor de disentir – si estamos informados. Las ideas y expresiones compiten en el mercado del pensamiento, y en esa competencia la verdad emerge triunfante. Sólo el error teme a la libertad de expresión”.

La profesora de sicología, Charlan Nemeth, de la Universidad de Berkeley ha escrito un interesante libro: In Defense of Troublemakers: The Power of Dissent in Lifeand Business (En Defensa de los Alborotadores: El Poder del Disenso en la Vida y los Negocios). Si bien en él no se acerca al tema religioso, sus observaciones son más que interesantes. Asegura que las personas, en general, no están muy abiertas al cambio en sus creencias e intentan exponerse únicamente a aquella información que confirma lo que ya creen (Hemos analizado en este blog anteriormente la idea de “disonancia cognitiva” y su implicancia en la Iglesia, donde sólo tendemos a escuchar argumentos “promotores de la fe”, aunque tengan un origen falso, antes que una idea novedosa y contradictoria, aunque sea verdadera). El “pensamiento mayoritario” tiende a ser equivocado porque en la práctica no involucra en absoluto el pensamiento. No necesitamos pensar. Simplemente aceptamos el consenso generalizado, como lo hacen casi todos los humanos. En ese proceso, dejamos de lado cualquier información que no apoye el punto de vista de la mayoría.

La investigadora está segura de que el disenso nos ayuda a pensar mejor, pues nos obliga a volver a mirar la evidencia con mayor detención y a hacernos preguntas más difíciles. Nos abrimos a nuevas estrategias para resolver los viejos problemas. Aún un solo disidente puede hacer una gran diferencia si logra romper la barrera del pensamiento consensuado. Y lo que encuentra muy importante es que el disenso es valorable aún en los casos en que se logre demostrar que el disidente está equivocado, pues el proceso de asimilación de la nueva idea y de intentar contradecirla nos obliga a más profunda reflexión y llegamos a un acuerdo de las mayorías de un modo más lógico y bien informado.

                             

La Bandera De La Ilustración

LOS RESTOS de René Descartes fueron enterrados en la iglesia parisina de Sainte Geneviève du Mont 16 años después de su muerte. La Revolución Francesa los trasladó al Panteón, pero su tumba se halla hoy en Saint Germain des Prés, junto a esta inscripción en una lápida de marmol: "Tratando en sus ocios invernales de armonizar los misterios de la Naturaleza con las leyes de la matemática, aventuró la esperanza de poder abrir los arcanos de ambas con una misma llave».

El pensador francés había fallecido a sus 53 años por una neumonía en 1650 en Estocolmo, a donde se había desplazado seis meses antes para dar clases de filosofía a la reina Cristina de Suecia. Dice la leyenda que no pudo resistir el esfuerzo de levantarse a las cinco de la mañana en invierno para acudir al Palacio Real a impartir sus lecciones.

Descartes no sólo era un filósofo. Fue un gran innovador en la física, las matemáticas y la geometría de su tiempo, en abierta rivalidad con el joven Pascal, con el que disputó la paternidad de un experimento sobre la presión atmosférica.

Hay dos libros de Descartes que recomiendo porque contienen las bases de la filosofía moderna: 'El discurso del método' y las 'Meditaciones metafísicas', donde se defiende la autonomía de la razón frente a la fe. Ambos textos fueron fundamentales en mi formación juvenil, aunque he tardado muchos años en comprender su dimensión.

La lectura de Descartes, diplomático, soldado y teólogo, resulta hoy más interesante que nunca porque en su obra encontramos la primera apuesta radical por la separación de la razón y de la fe.

Educado en el escolasticismo filosófico del colegio jesuita de La Flèche, Descartes sostiene que la religión no puede interferir en la ciencia, que se asienta sobre la deducción. A partir del 'res cogitans', el pienso luego existo, construye una explicación del mundo basada en la geometría y las leyes de la física. Es en este contexto en el que Cartesius -que solía escribir en latín- habla de las ideas "claras y distintas", que son el sustento de las verdades científicas.

Pero a la vez que rompe con la visión de Santo Tomás de Aquino y levanta un muro entre fe y ciencia, Descartes sostiene que los seres humanos tenemos grabada en el alma la idea de Dios, que es innata. Por tanto, el Ser Supremo coexiste con una actividad de la razón en la que no interfiere. Dicho con otras palabras, el hombre debe leer el libro abierto del mundo, guiándose por el intelecto.

Otros filósofos de su tiempo tuvieron muchos problemas con la autoridad eclesiástica, pero Descartes era sumamente hábil y estaba muy bien relacionado. Jamás fue molestado, aunque sus escritos llegaron a figurar posteriormente en el 'Índex' de libros prohibidos por su carácter librepensador.

Aunque reafirma la existencia de Dios como algo indiscutible, Descartes lo fía todo a la razón. Por eso, fue reivindicado por los ideólogos de la Revolución de 1789 y todavía hoy su nombre se asocia a la tolerancia y la libertad de pensamiento, que un siglo más tarde fueron bandera de la Ilustración.

El Cerebro Y Las Buenas Noticias

En concreto, la investigación apunta a una parte de la masa cerebral llamada corteza cingulada anterior (ACC, por sus siglas en inglés) como la región que se muestra especialmente atenta a las buenas noticias que afectan a los otros. Eso sí, su respuesta cambia sustancialmente en función de los niveles de empatía. En las personas consideradas como altamente empáticas, la corteza cingulada anterior reacciona solo a las cosas buenas que les suceden a otros individuos, mientras que en los sujetos poco empáticos, la ACC también reacciona a las malas noticias propias. 

Para los investigadores del University College of London, el estudio demuestra la relevancia de esta parte del cerebro en los trastornos relativos a los comportamientos sociales, como la psicopatía y el autismo. También podría ser un punto de partida para investigar los mecanismos cerebrales que producen desórdenes en el comportamiento como respuesta a los éxitos propios o ajenos.


Para llevar a cabo el estudio, los investigadores escanearon mediante imágenes de resonancias magnéticas los cerebros de 30 voluntarios, de edades entre 19 y 32 años, expuestos a la contemplación de imágenes que predecían las posibilidades de que ellos mismos u otras personas ganaran dinero. 

Patricia Lockwood, profesora de Psicología y Ciencias del Lenguaje, explicó que la región de la corteza cingulada anterior siempre se activaba en todos los participantes cuando otra persona iba a ganar dinero. Sin embargo, la activación era mayor en los individuos que se consideraban empáticos.

Obligados A Compartir


Hemos vivido recientemente el cambio en la emisión de las televisiones por ondas a un nuevo mapa de concesiones para la emisión en formato digital lo que se ha venido denominando TDT. Esta nueva tecnología ha permitido reorganizar la recepción de múltiples canales de televisión, donde antes solo se recepcionaba la cadena pública, las autonómicas, y las locales, ahora un nuevo inquilino ha venido a incrementar la oferta audiovisual, los canales temáticos. Ahora todas estas señales luchan por un share, unas con más y otras con menos medios económicos y humanos, en la mayoría de los casos son las ya tradicionales televisiones locales TDTL, que han pasado de emitir en analógico durante las últimas dos décadas, las que ahora disfrutan de la igualdad en cuanto a calidad de señal de cara al telespectador. 

Este hecho sumado a la agilidad y conocimiento de cada una de sus zonas de cobertura favorecen que las televisiones locales, continúen siendo un medio de comunicación a tener en cuenta cuando el telespectador quiere acceder a lo ocurrido en su población o provincia, es decir en su radio de localización más cercano.

Sin embargo las asignaturas pendientes en la televisión local continúan siendo los ingresos publicitarios y la posibilidad de acceder a un amplio catálogo de producción externa que ayude a anular el zapping del telespectador y potencie el visionado de la publicidad emitida, en ambos casos y curiosamente el problema es similar.

De cara a un agencia de publicidad la interlocución con las televisiones locales es difícil por carecer en su mayoría de estudios de mercado que garanticen la cobertura y el share, añadido a la imposibilidad en muchos casos de certificar los impactos de emisión de los spot y a los gastos de envío y recogida de materiales.

En cuanto a la oferta de contenidos externos son muy pocos los proveedores que realmente atienden a este mercado, ya que la logística también es complicada y el mantenimiento de las operaciones comerciales cerradas, significan una gran dedicación y unos costes elevados, que en ocasiones no justifican los márgenes comerciales.

Añadido a esta problemática estos proveedores comparten sector con compañías de distribución sin respaldo legal de los productos que comercializan, aprovechando la desatención de la administración a día de hoy, lo que conlleva a la poca variedad y transparencia en la oferta actual.

Pero si la tecnología va en aumento, ¿cómo podemos utilizarla para solucionar este escollo?

La respuesta es una plataforma online accesible desde cualquier conexión a Internet, para la compartición de contenidos (contribución entre televisiones de diferentes demarcaciones o territorios), la gestión de compras de producción externa a través de un extenso catálogo formado por catálogos de productoras, agencias de publicidad, administraciones y de las propias televisiones que podrán depositar su producción propia incluyendo las coberturas informativas, el acceso a un potente buscador de localización por formato, temática y duración, y la utilización del control de facturación unificada a través de un módulo específico desde donde cada empresa podrá controlar las compras y ventas realizadas en cada momento.


Todas estas ventajas, todas estas herramientas integradas en una, facilitan un equilibrio de costes que reforzará la parrilla diaria de unas televisiones que como anteriormente decíamos, en cuanto a calidad de señal ya están a la altura de sus compañeras de múltiplex. 

Ahora, al prime time local, y mediante una ágil y sencilla gestión, le podrán acompañar, coberturas provinciales, regionales, nacionales, deportivas con un importante acceso a archivos audiovisuales de esta temática y a la más variada selección de formatos televisivos, cine, series, animación, documental o entretenimiento. 

Todo ello, clasificado por territorio y siempre respaldado legalmente por una licencia estándar de adquisición. Todo ello integrado y accesible a golpe de click.

El Ser Individualista


La individualidad necesaria consiste fundamentalmente en establecer criterios personales y pensar por ti mismo bajo cualquier circunstancia [por lo menos intentarlo a diario], en tener una exacta conciencia de lo personal y educarla en la singularidad, en conocer y afirmarnos en nuestra responsabilidad ante el mundo y ante nosotros mismos, en luchar contra la idea de sometimiento a los otros y a las cosas de los otros [y así no sentirnos nunca víctimas, que es la peor de las condiciones que se pueden suponer en un ser humano].
En la individualidad uno siempre fracasa solo y el fracaso del grupo no le afecta porque nunca es su fin el propiciarlo. Tampoco triunfa uno en la individualidad, solo camina, pues el triunfo requiere de la mirada exterior y del aplauso ajeno.
La premisa primera es no dejarse llevar por lo exterior jamás, mantener el camino marcado y no admirar porque otros admiran, ni odiar porque otros odian.
Después hay que percatarse de que los gozos más intensos proceden de uno mismo y desencadenan también en uno mismo [el proceso creativo y estético es quizás la mejor muestra], por lo que hay que cultivarlos hacia adentro, sin valorar sus consecuencias éticas ni los ajustes a la moral, que son circunstancias que requieren del grupo, cuando no las impone ese ‘otro’ emboscado y empeñado en someter.
Solo desde estas premisas, desde esta visión individualista del desarrollo humano, pueden lograse avances revolucionarios que afecten a todos positivamente, pues la ruptura intelectual del sistema [despreciando su ética acomodada y su moral cansina] es la única posibilidad tangible de cambio [y lo demuestra con múltiples ejemplos la historia de las civilizaciones, en las que brillantes individualidades son capaces de armar giros humanistas de 360 grados en breves plazos de tiempo, giros que redefinen el valor de las tecnologías y de las artes, de la ciencia y del pensamiento… y, por tanto, de los sistemas políticos y sus usos].
Sé que desde los diversos pensamientos progresistas de la izquierda moderna (?) y desde los antiguos postulados de la izquierda obrera [aquella de los parias de la Tierra] no se entiende la individualidad como un aspecto positivo del hombre, se la denigra poniéndole el marchamo de ‘liberal’ y propia de cavernícolas conservadores, y eso me duele y me mosquea, porque yo me siento en ese tono de pensamiento obrero en el que los valores de igualdad, justicia o solidaridad son camino de libertad y de progreso, valores de alto humanismo, pero anular al individuo en su desarrollo como tal me parece tan grave como privarle de todos esos valores para convertirle en la fuerza del hormiguero.

Creo que hay una individualidad que vibra en esa línea de pensamiento, sé que la hay y quiero perseverar en ella, empeñarme en sacarla adelante para mi uso y disfrute, buscarle las vueltas para rebatir esa idea oscura de que el individualismo es egoísta y egotista. Poder decirle con argumentos a esa clase que vive ‘cargada de razón’, tanto en sus tramos de poder como de oposición, que el fracaso de uno no es el fracaso de todos… y que el triunfo de uno puede ser también el triunfo de los demás.

Compartir El Conocimiento


El juego del “Antón Pirulero” puede habernos resultado muy útil y ventajoso en la infancia, pero de adultos y gestionando organizaciones, no es buen negocio para nadie.

Para refrescarles la memoria, la canción invitaba a que “cada cual atienda su juego”, ya que el que desatendía su misión de estar concentrado en su tarea era castigado, o como señala el juego, “una prenda tendrá”.

Podemos decir que algo similar se observa en las empresas y en la comunicación entre sus diferentes áreas de gestión: el departamento de Recursos Humanos no cruza datos con Sistemas y Marketing no se comunica con Finanzas. Los directivos están programados para actuar en beneficio de su sector, lo que limita el incentivo de una colaboración interfuncional.


¿Por qué sucede así? Porque a medida que los trabajos se vuelven más especializados y los análisis, más detallados, las personas tienden a proteger la información que resulta relevante para sus responsabilidades. No logran reconocer los beneficios de compartir la información entre las áreas.

Infancia Y Educación

Si la pobreza afecta de manera grave al conjunto de la población de Iberoamérica, parece cebarse especialmente con la infancia, puesto que más de la mitad de los niños y niñas de la región sufren sus efectos. Según datos de CEPAL, el porcentaje de niños de 0 a 12 años en situación de pobreza es del 59% (51% en las ciudades y 80% en el campo). La pobreza infantil está a menudo asociada con una exclusión en el acceso a los servicios y a las oportunidades que les corresponden, lo que contribuye a perpetuar su transmisión intergeneracional. La situación se agudiza especialmente en las áreas rurales donde se muestra como un factor que tiende a su reproducción y que impulsa la emigración a las zonas urbanas y a otros países, generando, con ello, nuevos problemas de integración.

La población analfabeta y los jóvenes con bajos niveles de escolarización constituyen el crudo testimonio de la deuda que tiene la sociedad con una importante parte de la población. Ellos son los desfavorecidos históricos de los sistemas escolares, porque ellos estaban en edad escolar cuando la escolarización primaria tendía a la universalidad, pero el sistema no logró asegurarles la inclusión educativa y los estudios elementales. La cifra de analfabetos se sitúa en torno a los 34 millones de personas, casi el 10% de la población, mientras que el 40% de las personas jóvenes y adultas (cerca de 110 millones de personas), no han terminado sus estudios de educación primaria.

Las familias con muy bajos ingresos y con reducidos recursos personales tienen serias dificultades para promover el compromiso de sus hijos con los objetivos escolares e incluso para garantizar su asistencia a la escuela. Y muchas familias en los países latinoamericanos se encuentran en esta situación. Las familias se ven abocadas a que sus hijos trabajen o a que cuiden de los hermanos pequeños en vez de asistir a la escuela. Para estos alumnos, de poco sirve la ampliación de la educación obligatoria. Posiblemente, la conciencia colectiva de la radical importancia de la familia en la educación conduzca a que este tema forme parte inexcusable de las futuras reformas de los sistemas educativos.

El apoyo a las familias debe ir acompañado de una atención especial a la educación de los niños desde sus primeros años de vida, ya que es en estos años en los que se establecen las bases madurativas, de salud y neurológicas, los esquemas básicos de conocimiento, la provisión de estímulos y de información enriquecedora sobre todo a través del lenguaje, del desarrollo de la socialización, de las rutinas de la vida diaria y, finalmente, de la participación del niño en los procesos de aprendizaje en entornos escolares. 

Por todas estas razones, la OEI considera que su colaboración con los ministerios correspondientes para la educación de todos los niños desde las edades tempranas es la mejor estrategia para combatir la inequidad educativa desde sus raíces.

Por otro lado, es necesario señalar la importancia estratégica de la educación técnico profesional para abrir vías de inserción laboral a los jóvenes y para favorecer el desarrollo económico de los países. La oferta de un sistema integrado de formación técnico-profesional en el que participen las autoridades educativas y laborales, así como la colaboración de los sectores sociales y empresariales en el diseño de los perfiles profesionales y en las prácticas de los alumnos en las empresas es una garantía para que dicha formación responda a las demandas productivas y sea al mismo tiempo una opción atractiva para los jóvenes.

Finalmente, es preciso reconocer que existen colectivos de alumnos especialmente vulnerables: aquellos que forman parte de las minorías étnicas de un país, los que se escolarizan fuera de sus países de origen por haber tenido que emigrar sus familias, los que se encuentran en condiciones sociales desfavorables, o los alumnos que presentan necesidades educativas especiales tienen mayor riesgo de ser excluidos del sistema educativo común. En consecuencia, un sistema educativo sensible a la equidad debe comprometerse en el desarrollo de políticas de inclusión educativa que transformen las condiciones de la enseñanza y garanticen una educación de calidad para todos los alumnos.

Por estas razones, la OEI considera que debe colaborar con los países especialmente en el fortalecimiento de sus políticas de atención a la infancia, de alfabetización y educación básica de las personas adultas, de formación técnico-profesional, de inclusión educativa y de preocupación por las familias inmigrantes, con el fin de asegurar una mayor equidad en los sistemas educativos.



miércoles, 2 de enero de 2019

Autoconfianza


La confianza en uno mismo no es más que una creencia, una cuestión de expectativas. Si tengo expectativas de que seré capaz de tener éxito en los obstáculos que se me presenten, confiaré en mi mismo.

Por el contrario, si  creo que los problemas me van a superar, tendré baja confianza en mis posibilidades.

La confianza no será igual en todas las áreas de mi vida. Donde tenga una autoestima saludable y positiva será más fácil que confié en mi mismo. Quizá tengo mucha confianza jugando a baloncesto, pero muy poca como pianista.

O tengo mucha confianza como amante pero no como pareja. Todo dependerá de la interpretación que haya hecho de mis experiencias pasadas.

Para confiar más en mi mismo, por lo tanto tendré que reinterpretar de una manera más justa mis experiencias y de generar conductas que me reafirmen en una imagen más positiva de mí mismo. No bastará con generar pensamientos nuevos, también es necesario construir conductas coherentes con esa nueva imagen.  

La confianza en uno mismo es un concepto que tiene varios significados, como por ejemplo, autoaceptación, autosatisfacción, autoconciencia.

Es fundamental saber cuáles son los propios límites y fallos, y también las fortalezas que tenemos, para apreciarlas (Forges), en definitiva, tenemos que aceptar cada elemento que nos pertenece (Goleman, test de los caramelos) y mirar hacia nuestro interior como si tuviésemos que encontrar un potencial.

Generalmente la persona presenta ante a si misma y los demás, una versión mejorada de si mismo y esa evaluación que cada uno hace sobre si mismo muchas veces es más generosa que una evaluación hecha por otros (Seligman).

Es un mecanismo para la supervivencia, la confianza en uno mismo representa la motivación necesaria para cumplir los objetivos, eso se obtiene gracias al fenómeno de la profecía autocumplida. Otras veces la imagen de uno mismo será demasiado injusta debido a una alta exigencia hacia uno mismo. 

La autoconfianza forma parte del ser humano, el resultado de la mezcla entre autoestima y autoeficacia; la autoeficacia es la impresión que tiene una persona de que es capaz de cumplir sus metas, la autoestima está más relacionada a la percepción que tiene una persona sobre sí misma y sus capacidades.


La Persona Excelente


La excelencia no tiene límites de velocidad y para eso se requiere libertad, decisión, voluntad e inteligencia. La libertad se considera como el centro de la vida humana y el utilizarla adecuadamente equivale a perfeccionar tu calidad de vida.

Un ser humano excelente es aquel que influye en los demás y que busca siempre el bien para él y para los que le rodean. La excelencia es saber amar, saber ser amado y ver siempre las cualidades de las otras personas, buscando constantemente su bienestar. La excelencia es saber servir y apoyar con placer a los demás, porque entre todos se puede encontrar una mejor forma de hacer las cosas.

Cuando una persona es excelente quiere decir que es un privilegiado como ser humano porque está en desarrollo constante. Ser excelente es saber comunicar paz a los demás, aprovechar puntos de oportunidad y transformar dificultades en acciones positivas, pero no hacer por otros lo que estos pueden hacer por sí mismos. Un ser excelente sabe proteger sin asfixiar, sabe guiar sin imponer, sabe motivar a los que están a su cargo para que también puedan desarrollarse.

La excelencia es saber construirse sólidamente como ser humano, con piezas de calidad como los buenos principios y los valores. El hombre que vive con excelencia posee, entre otras cosas, las siguientes características: Intuición y alegría, claridad en sus propósitos, originalidad, responsabilidad y libertad. Un ser humano excelente construye a otros, soporta el rechazo, no se frustra, mejor aún, le da sentido a la vida, es equilibrado en su pasión y responde con la razón.

La excelencia personal se define como una manera de vivir, una actitud mental y un pensamiento inclinado a solucionar cualquier problema, la excelencia se refiere a ser cada vez mejor. En otras palabras se puede definir como la manera en que el individuo desarrolla gran parte de su potencial, sin perder tiempo en buscar excusas o razones para demostrar que algo no se puede hacer.

El único camino para lograr convertir nuestra riqueza potencial en real es, precisamente, a través del trabajo intenso y de calidad. Todo individuo que tome conciencia de lo que es, siente, piensa, hace, desea y dice, que se ha dado cuenta de sí mismo y de lo que le rodea, se ha dado cuenta de que lo que importa es el ser y no el deber ser, esto involucra el auto concepto y el autoestima.

El autoestima positiva es la base de la excelencia
Un autoestima positiva es el ingrediente base para que un ser humano pueda llegar a ser excelente. Dos características importantes del autoestima positiva son la dignidad y la capacidad de hacer las cosas de la mejor manera.

Los seres humanos excelentes poseen muchas características valiosas, pero el autoestima es un elemento característico de los que son excelentes. Puede pensarse que las personas excelentes son seres superiores, pero en realidad no es así, lo que pasa es que poseen un autoestima elevada, se sienten muy seguros de si mismos y capaces de concretar lo que tienen en mente.

La excelencia se construye
En la vida todo es posible y naturalmente alcanzar la excelencia no es una excepción. ¿Piensas que las personas excelentes nacieron así? Por supuesto que no, la excelencia se construye sobre la base de un mejoramiento personal continuo. Parte de sus ingredientes son: la autoestima positiva, la responsabilidad, cambiar un bien por un bien mejor, sólidos valores personales, pensar a largo plazo, actitud positiva, la ética, la ambición (que no es igual a la codicia), buscar siempre ser mejores cada día y compartir nuestro conocimiento con los demás.

Pretender siempre algo más de lo que tenemos o de lo que somos, querer e intentar ser mejor cada día, es tener espíritu de superación permanente, es el camino hacia la excelencia. Pero lo más importante para lograrlo, es darnos cuenta de lo que somos y poseemos, valorarnos como hace mucho tiempo no lo hacemos, y decidirnos al cambio, a trabajar juntos, motivados por un espíritu de superación constante, para alcanzar la grandeza y el bienestar de todos, sin excepción.


Practicar La Compasión

La compasión forma parte de los humanos, pero la cólera y el odio también, creo que estas emociones podríamos considerarlas secundarias, es decir, si tengo lo que quiero, si estoy estable, si estoy bien, tengo emociones “buenas”, como la compasión, el afecto y la generosidad, pero si me falta algo, si deseo algo de otro o me han rechazado o quitado algo, salen las emociones negativas, las que me hacen sentir mal, las que responden a la frustración de algo ajeno a mi mismo. 

Recordemos la frase:¨no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita”. Cuanto mejor me sienta conmigo mismo, más compasivo seré, y cuanto más compasivo sea, más me llenaré de ayudar a los demás y de desearles lo mejor, ayudando a quitarles mal estar y sufrimiento. Es un principio que está en la base de las grandes religiones y que cuando el ser humano se ha centrado en él, mejor hemos convivido. Esto implica unas leyes donde se respete al ciudadano, donde haya un sentimiento de igualdad, de protección a la propiedad, a la pareja, la familia, donde se vea justo el castigo por robar o matar. Ante unas leyes justas, y un estado que las haga cumplir, el ciudadano será mejor persona y tendrá más compasión, más intención de ayudar y de hacer que los demás se sientan bien a su alrededor.

Cuando no me siento protegido por el estado o considero que son injustas las leyes, tendemos a cerrarnos más en nosotros y a ser más egoístas, desaparece la compasión y veo a los otros como una amenaza. Esto demuestra que no depende solo de nosotros el cómo somos ni cómo actuamos.

Nuestro entorno nos marca más de lo que pensamos. Teniendo esta premisa en mente, la compasión es una de las cualidades más importantes en el ser humano puesto que está enfocada a como somos con los otros y cómo los percibimos. No es sólo un acto de generosidad, es una forma de llenarnos nosotros mismos, de sentirnos bien aliviando el sufrimiento del otro, sabiendo que el malestar es algo que nos perjudica a todos, no sólo al que lo padece, de esa forma el bienestar de los otros también lo percibimos como algo positivo en nosotros.

Una consecuencia clara de la falta de compasión en nuestros días es la soledad, pero no pensemos en una persona mayor arrinconada en una residencia, la soledad está afectando a la gente joven y en general a todas las edades. la gente entra en redes sociales para no estar sola, en plataformas donde quedar con gente, donde buscar pareja o amigos, porque ya se están perdiendo las habilidades sociales para abrirse hacia los demás, las de escuchar y hablar respetando lo que nos dicen, y sobre todo y más importante, es conocer a alguien con una actitud compasiva, sin querer nada de esa persona, con la actitud de ayudarle o darle compañía, de hacerle pasar un rato agradable tan solo con nuestra conversación, esta actitud hace que los demás se relajen y no estén en tensión pensando que queremos algo de ellos, pues por desgracia, casi siempre que alguien se acerca es por su egoísmo y no por su compasión.

Se ha demostrado que las relaciones íntimas, donde hay empatía, afecto y confianza, mejoran tanto el bienestar psicológico como el físico.

Somos animales sociales por naturaleza y en nuestras sociedades debemos tener claro que el ser independiente ya no existe, lo que comemos está en una tienda que llevan personas, que lo compran a otras personas que lo llevan hasta ahí, procedente de unas tierras donde se ha cultivado o criado donde trabajan otras personas, que manejan herramientas hechas por otras personas, igual ocurre si pensamos en la ropa o en donde vivimos, estamos en una sociedad donde dependemos de otros y nuestra felicidad o bienestar, depende de nuestras relaciones sociales, aunque en ocasiones supongan disputas y momentos difíciles. Debemos mantener una actitud de cordialidad y amistad por nuestro bien y el de ellos. No pretendamos buscar a alguien que nos dé una intimidad y conexión especial, que nos quiera y nos dé estabilidad y al mismo tiempo queramos ser independientes.

Aunque sea un concepto, en principio, religioso, que parece tener un enfoque de sacrificio por el prójimo, quiero que entendamos el concepto como algo bueno y satisfactorio en primer lugar para el que lo realiza, y en segundo lugar para el que lo recibe.

Pensemos como humanos, con el principio básico de buscar la felicidad y nos daremos cuenta que el ser compasivo nos acerca más a ello que nos separa.

Por desgracia, la psicología y las ciencias humanistas han cogido el concepto de la persona, como un ser egoísta y partimos de ello para entendernos y explicar nuestra civilización y formas de actuar. Ya desde los romanos, se decía:”El hombre es un lobo para el hombre” Plauto (250-184 a.c.) frase que popularizó en el s. XVIII Thomas Hobbes, quien tenía un concepto muy pesimista del ser humano, considerándolo como seres egoístas, violentos y competitivos, sin ningún atisbo de bondad; Thomas fue descubierto en cierta ocasión dando dinero a un mendigo, y al ser preguntado por ello, afirmó: “No lo hago para ayudarle, sino para aliviar mi propia angustia al ver su pobreza”. S. Freud dijo: ”La civilización está permanentemente amenazada por la desintegración, debido a la hostilidad primaria del hombre”. 

El filósofo español Santayana, dijo que los impulsos generosos y de preocupación por los demás, son generalmente débiles, fugaces e inestables y si se escarba un poco por debajo de la superficie se encontrará un hombre feroz, obstinado y profundamente egoísta. Podría seguir poniendo ejemplos de grandes pensadores que han considerado al hombre, como el peor de los animales por sus sentimientos egoístas, pero también encontramos otros muchos que opinan y argumentan lo contrario, Hume, habla de las virtudes y bondades del ser humano, de una moral innata que nada tiene que ver con las religiones. Rousseau, considera que el hombre es bueno y nace bueno, y es la sociedad y el estado quienes lo corrompen, pensamiento divergente con el de Marx, que opina que el ser humano consigue, gracias a sentirse integrado en la sociedad, mejorar su autoestima y proyectar una imagen positiva de sí mismo y la forma fundamental de conseguirlo es a través del trabajo.

Parece claro que los seres humanos tenemos las dos semillas, las del bien y las del mal, y para desarrollar la compasión, debemos combinar una sociedad justa, con unas leyes que nos hagan sentir seguros, con opciones de desarrollar nuestros deseos y ganas de conseguir objetivos a través de un trabajo justo, junto con una educación que desarrolle mi potencial intelectual y mi moral.

Más Allá Del Horizonte

Filosofía
Más Allá Del Horizonte
El horizonte ha sido siempre un espacio inalcanzable: retrocede a medida que uno avanza hacia él y cuanto más corre uno, más adelanta; no hay modo de atraparlo; y es que el horizonte no es una meta, ni un lugar, ni un confín, por eso no se inscribe en ninguna geografía y no puede ser representado en ningún mapa, ni descrito en texto alguno; sin embargo está allí, más o menos lejano, siempre expectante, atendiendo a lo que sucede frente a él, inmiscuyéndose en los avatares que tienen lugar en su dominio. 

Podríamos decir que el dominio del horizonte es absoluto, ocupa todos los lugares sin estar en ninguno, es real y sensible, y es mental e imaginario, es representable pero no identificable. Su origen griego lo define como lo que limita y Cicerón lo tradujo como finiens y era un término esencialmente vinculado a la astronomía hasta que en el siglo XVII su significado científico se amplió, aunque siempre evocara el lugar del amanecer o del ocaso y permitiera distinguir lo visible y lo invisible, el día y la noche.

La literatura clásica, y también la pintura, siempre fueron fieles al sentido etimológico del horizonte como aquello que determina y limita, y es que el mundo clásico era un mundo cerrado, limitado, finito y ordenado. Lo infinito, ilimitado y abierto causaba estupor hasta en el maestro Pascal que tanto apreciaba los jardines donde las perspectivas convergían en el horizonte y cerraban una totalidad mensurable y armoniosa. Mensurable como la razón, como los límites del conocimiento y como la finitud del entendimiento, que si es capaz de concebir la idea de infinito es porque la ha heredado de Dios. La finitud de la razón y de la existencia tienen por horizonte un orden trascendente que les sobrepasa y les puede santificar.

En el transcurrir del XVII el horizonte sufre una transformación, se difunde en la lengua literaria y su significado se amplía: designa no únicamente la línea del horizonte, sino todo lo que se ofrece a la mirada del espectador. La introducción de este sentido nuevo provocará una inversión de los valores simbólicos del horizonte, se liberará de la idea de límite para asociarse al de extensión y en lo sucesivo se vinculará a adjetivos incompatibles con su etimología, como inmenso, infinito, ilimitado, y esta modificación coincidirá con la profunda transformación de las ideas y de la sensibilidad: la extensión del campo visual es inseparable del crecimiento de los poderes del espíritu. 

En la segunda mitad del XVIII la metáfora se asimila a la actividad del pensamiento humano, puesto que la multiplicación y la extensión de los horizontes desarrollan la inteligencia y favorecen el progreso de la razón. Helvetius afirmará: “El horizonte de nuestras ideas se extiende cada vez más, cada día”.

Esta transformación no únicamente da cuenta de una mutación ideológica e intelectual, sino también de la aparición de una sensibilidad y de una estética nueva que se caracteriza por una reacción contra el clasicismo y que inicialmente se manifiesta en el arte del paisaje, tanto en el de los jardines como en el de la pintura. El jardín clásico, a la francesa, cede frente al jardín inglés con sus pequeños valles, claros y repliegues que sugieren una profundidad que se escapa a la mirada, perdida en una lejanía invisible y misteriosa. El horizonte, entonces, retrocede, huye, se hunde o se cubre, como el horizonte de que, cubierto por el monte y la cuesta, despierta en el poeta la idea de infinito, quietud y eternidad. 

El paisaje pictórico abandona la perspectiva geométrica y se transforma en una perspectiva atmosférica; ya no es el fondo estable de la figuras sino la profundidad indefinida en la que ellas se muestran. Diderot recomendaba a los pintores que “los campos deben extenderse hasta donde el horizonte se confunde con el cielo, y el horizonte se hunde en una distancia infinita”.

La ilimitación del horizonte es una idea constante y fundamental del paisaje romántico, tanto plástico como literario. A Baudelaire le atraían las “perspectives fuyants”, “les gouffres amers”, la “profondeur des perspectives” y para los románticos el horizonte crepuscular suponía el encuentro entre el aquí abajo y el más allá y la necesidad de franquear el horizonte que separa los dos mundos. 

Esta imagen expresa la necesidad de salir de los límites del universo sensible e intelectual del hombre, y la dificultad de acceder a este más allá que se mantiene misterioso y distante, inasible. 

Para Hölderlin, como para tantos alemanes, seguir el curso del sol poniente le permite dejar los límites terrenales para acceder a la patria ideal que el horizonte crepuscular sugiere como infinito y protector. 

A partir del romanticismo el horizonte cubrió todas las analogías posibles, desde la idea de horizonte político en expresión de Tocqueville a la imagen de la nostalgia o del tiempo por venir a la espera de nuevas perspectivas, como metáfora del espacio íntimo o el lugar donde se realiza el deseo, la idea y el amor: “Tu ressembles parfois à ces beaux horizons / qu'allument les soleils des brumeuses saisons”, de Baudelaire.


A Nuestro Alrededor


Para poder entender mejor todo lo que ocurre a nuestro alrededor, es esencial que dediquemos un cierto tiempo cada día conocernos a nosotros mismos, para lo cual podemos aprovechar frases y textos de otras personas que previamente han pasado por la misma situación que nosotros.

Al día de hoy es muy habitual sentirnos perdidos con el entorno que nos rodea, y es que vivimos en una sociedad en la que prácticamente han desaparecido los valores, de manera que parece que el objetivo único y exclusivo es el de cumplir con nuestras obligaciones, solucionar los problemas que van surgiendo y, básicamente, ser un robot que cumple con el papel para el que ha sido predestinado.

Sin embargo, a través de la experiencia de otras personas vamos a poder conocer los caminos correctos que nos ayudarán a entender mejor qué es lo que ocurre a nuestro alrededor y, por supuesto, cómo podemos alcanzar la felicidad.

La importancia del autoconocimiento en la sociedad actual
El autoconocimiento es un elemento imprescindible en la sociedad actual, ya que en primer lugar nos va a permitir saber el mejor modo en que podemos orientar nuestra vida para garantizar nuestro éxito personal, el cual mantendrá un adecuado equilibrio entre nuestras emociones y nuestra capacidad para hacer frente a nuestras responsabilidades.

Hay que tener en cuenta que en la sociedad actual son muchas las tentaciones que tenemos a nuestra disposición, y es que, miremos donde miremos, tenemos a nuestro alcance el beneficio de lo inmediato, es decir, nos encontramos en una situación en la que lo tenemos todo al alcance de la mano, con lo cual no es necesario que optemos por el sacrificio siempre y cuando lo que queramos es la simple y temporal satisfacción de los falsos valores.


Por ello debemos ver nuestra vida y nuestra existencia desde una perspectiva global que nos ayude a entender mejor todos esos valores que realmente dan sentido a nuestra vida, lo cual es sin duda la mejor forma de comprendernos a nosotros mismos, entender nuestras razones y situación y, por supuesto, también poder hacer todo lo que esté a nuestro alcance por ayudar a las personas que hay a nuestro alrededor, ya que no debemos olvidar que ellos están también sometidos a la misma sociedad del camino fácil y del autoengaño.

Observar El Entorno


“El modo de observar nuestro entorno y preguntarnos ¿cómo quiero ver el mundo?, determina aquello que posteriormente nos encontraremos día a día. Tomamos decisiones constantemente pero necesitamos entender de qué modo nos planteamos nuestras vidas y tomar conciencia de las situaciones que se nos presentan.

En algunas ocasiones, al observar nuestro entorno cotidiano, descubrimos cosas que nos sorprenden pero que nunca antes habíamos reparado en ellas, esas observaciones suelen ser fruto de la curiosidad que todos llevamos dentro, el ser humano no podría sobrevivir, al menos mentalmente, sin esa hermosa cualidad.


Para mantener viva esa curiosidad, es importante que cuando caminamos, ya sea por el campo o por la ciudad, nos dejemos llevar por el paso lento del tiempo abandonando la marcha acelerada de nuestra existencia. De esta forma podremos reparar en las cosas que nos rodean, en los detalles aparentemente insignificantes de los objetos, o de la propia naturaleza, y de algunas otras cosas que en algún momento nos llamaron la atención pero que ahora yacen abandonadas cerca de los caminos, en el monte, o en antiguos caserones.