jueves, 3 de enero de 2019

Las Preferencias Personales



Cada persona tiene sus propios gustos personales en cualquier ámbito de la vida. Cada persona tiene sus preferencias en relación con el estilo de vida ideal, gustos gastronómicos, gustos de colores, estilo distinto en la decoración de la casa... Una preferencia muestra un interés concreto por una opción que conecta con una afinidad personal o con la subjetividad.

Las personas como seres racionales tienen la capacidad de tomar decisiones, De hecho, cualquier persona toma decisiones de forma constante decantándose por una opción en vez de por otra. Existen preferencias más superficiales como por ejemplo, el look elegido para acudir a una cita de trabajo, pero existen otras preferencias más importantes que requieren de una reflexión más trascendente. Por ejemplo, la compra de una casa, la búsqueda del trabajo ideal o incluso, tener o no pareja.

Siempre que tomas una decisión en tu vida de acuerdo a una preferencia estás optando por un camino pero también estás cerrando otras puertas. Algo que cuesta de una forma especial a aquellas personas que tienen la voluntad caprichosa e infantil, es decir, lo quieren tener todo y eso es literalmente imposible.

Conciliar y negociar entre la preferencia de uno y la de otro
En ocasiones, dos preferencias personales pueden oponerse entre sí dando lugar a un conflicto momentáneo. Así sucede, por ejemplo, en una relación de pareja cuando al organizar las vacaciones de verano, uno opta por un destino mientras que el otro tiene interés por otro distinto. También puede suceder que al ir al cine para ver una película, él quiera ver una historia de acción mientas que ella prefiere una cinta romántica.

Las preferencias son individuales pero con frecuencia, en función de la situación, también hay que dialogar, negociar y aprender a ceder para poner por encima del interés individual, el bien común. Sin embargo, es muy importante que una persona no renuncie por completo a sus propias preferencias por agradar al otro. Así sucede en el caso de aquellas personas que como consecuencia de una baja autoestima piensan siempre en agradar a los demás.

Tienes que darte importancia a ti mismo y encontrar tu propio espacio para dar rienda suelta a tus inquietudes y preferencias personales de una forma libre. Además, en un gesto de amor, también puedes tener en cuenta las preferencias de otra persona. Por ejemplo, si sabes que a tu madre le encanta el cine, puedes invitarle para ver una película solo por el hecho de compartir tiempo en común.

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