La impunidad es la imposibilidad de ser sancionado. Se
trata de una excepción de condena o una forma de escapar de la justicia. Es común en algunos países en
los que se carece de un sistema político limpio y que repercute en un sistema
judicial corrupto y débil.
Etimológicamente, procede del vocablo latino impunitas.
Se trata de la circunstancia resultante al no recibir un castigo o no ser
juzgado. Y al hablar de castigo, se trata de alguna pena o condena que se ha
impuesto y que tenga que cumplir el acusado por haber intervenido en algún
hecho delictivo.
Se habla de impunidad cuando el acusado de cometer algún delito en particular no recibe la
pena que le corresponde por su accionar. Por lo tanto, no se enmienda su conducta, ni aprende de ella. Es entonces
cuando la maniobra de evasión de castigo -o impunidad- se produce por motivos
políticos o de otro tipo, y éste que es acusado por transgredir la ley, no
recibe ningún castigo ni condena.
En los casos de impunidad que más resuenan hoy en día, nos
entregan un sentimiento de fracaso e impotencia voraz al vislumbrar la
inacción de la justicia, sobre todo con los que conocemos a través de las noticias. El sabernos
desprotegidos, sin un sistema de justicia que nos ofrezca la seguridad de que los crímenes son
juzgados y castigados, hace que nazcan en nosotros estos pensamientos.
¿Qué
sentirías tú si algún amigo es asesinado y su asesino queda libre por falta de
pruebas o corrupción al juez y al jurado?
Fuente: https://concepto.de/impunidad/#ixzz5dk2Z0dWN
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