Las sociedades requieren de manera constante apostar por el
conocimiento. Solo así podrán fortalecerse y mejorar las condiciones de vida,
objetivo principal de cada una de ellas. Sin cultura no habrá progreso. Para
que exista progreso, se debe vencer a la ignorancia.
A pesar de los errores cometidos en el área, Paraguay
atraviesa un proceso de fortalecimiento en su sistema educativo, que en lo que
respecta al razonamiento para leer la realidad, tiene sus primeros resultados
en la reacción, sobre todo de la franja joven. El reclamo de los estudiantes
secundarios y universitarios para una mejor educación es una muestra que ese
pensamiento crítico se ha instalado, probablemente de manera incipiente aún, pero
es un avance significativo en las libertades de pensamiento, expresión y
manifestación.
Debemos tratar de entender cuáles son las razones por las
que se afirma que "al paraguayo no le gusta leer". Una de ellas puede
ser el mismo sistema educativo que –si bien con avances– aún tiene resabios del
aplicado por décadas durante el período autoritario en el que pensar
prácticamente no estaba permitido, y sobre todo si era diferente al sistema. La
mayoría de los docentes que hoy están a cargo de la enseñanza son resultado del
anterior sistema, por lo que hasta es entendible el bajo nivel general que
existe en la educación en todos sus niveles.
Otra razón de esa afirmación puede estar sustentada en el
acceso a los materiales de lectura. En esta era en la que un sector puede darse
la comodidad de tener en sus manos dispositivos móviles con miles de
oportunidades de lectura, gran parte de la población sufre la incapacidad
estatal para dotar hasta en las propias instituciones educativas públicas
materiales básicos. La situación económica, además, incide de manera drástica
para el acceso a textos. Para muchos, comprar un libro es un lujo que no pueden
darse.
No se debe tratar de tapar la incapacidad general en ofrecer
mejores condiciones para lograr una sociedad con mayor conocimiento y
pensamiento crítico. El peor enemigo de toda sociedad es la ignorancia. Si
como país deseamos avanzar para salir del subdesarrollo económico es
imprescindible sustituir viejos esquemas en la educación y destinar los
recursos necesarios para vencer no solo la pobreza económica, sino también la
mental
.
El Estado debe esforzarse en fortalecer la educación, esa es
su responsabilidad. Pero el ciudadano no puede esperar que por obra de magia
logre conocimiento. Debe leer, no hay otra forma. Nadie lo hará por él.
La lectura es contagiosa, por lo que si cada uno decidiera
empezar a agarrar un libro de seguro esa costumbre se expandirá como una cura
que, con seguridad, vencerá a la ignorancia.
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