“La soledad es un buen lugar para encontrarse, pero uno muy
malo para quedarse” (Anónimo)
A menudo, la soledad es entendida como algo
negativo, constituyendo así uno de nuestros miedos más importantes tanto al
comienzo como al final de nuestras vidas. Muchas personas tienen miedo a “estar
solos” o “sentirse solos” en algún momento de sus vidas. Pero más allá, de la
connotación negativa que tanto acompaña a la soledad, ¿podemos encontrar algo
positivo?
El sentimiento de soledad se encuentra
relacionado con el aislamiento o la idea de no formar parte de algo o
constituirlo, incluso a veces, las personas lo relacionamos con la creencia de
que a nadie le importamos lo suficiente como para pertenecer a su mundo,
constituyendo por lo tanto una experiencia negativa.
La soledad puede ser entendida en este aspecto como aquella
experiencia interior que deriva del aislamiento o del distanciamiento
físico y/o afectivo. Así, para la mayoría de las personas la soledad supone un
contratiempo, experimentando un bloqueo en su vida afectiva, acarreando
sentimientos y emociones negativas. Aun así, es importante saber que la
vivencia de la soledad depende de cada persona.
Casi todo el mundo alberga su propia soledad, lo que nos
diferencia es nuestra actitud hacia ella, algunos luchando por vencerla, otros
ignorándola y unos pocos profundizando en ella.
Aunque el ser humano sea un ser social por excelencia, estar
solo es un hecho muy común para todos nosotros, ya que no siempre tenemos la
oportunidad de estar acompañados. Y es ciertamente en estos momentos, cuando
podemos disfrutar más de nosotros mismos.
¿Cuántas de las actividades de tu rutina diaria sueles
hacerlas en compañía? Seguro que buena parte de ellas las realizas cuando estás
solo, ya sea leer un libro, estudiar para un examen importante, desempeñar un
trabajo, escuchar música, deleitarse con la visión de un paisaje o pensar en la
forma de solucionar un problema, entre otras. Existen numerosas actividades en
las que nos sumergimos en ausencia de compañía. Y aunque parezcan quizás que son
actividades de ocio, muchas de ellas están ligadas a nuestro crecimiento y
desarrollo personal, ya que permitirnos estar solos con nosotros mismos de vez
en cuando, nos permitirá encontrarnos y pensar sobre nuestra vida. De hecho
aprender a ser persona, es un proceso que también reclama la experiencia de
saber estar solo.
Elegir la soledad en determinados momentos es positivo, ya
que por un tiempo nos alejamos de aquellos estereotipos y creencias que nos
rodean y determinan nuestras vidas, a veces, sin darnos cuenta.
Quizás haya mucho miedo a la soledad en nuestra sociedad,
pero si somos capaces de encontrar un equilibrio entre los momentos
que dedicamos a los demás y a aquellos que nos dedicamos a nosotros mismos,
podremos disfrutar de una grata experiencia cuando estemos en soledad,
liberándonos de ese miedo que tenemos a sentirnos vacíos y quedarnos solos.
Escucharnos,
es tan importante como oírnos.
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