Por principio, el término no reconoce superioridad de una
cultura sobre otra, independientemente de la relación entre mayoría-minoría.
La interculturalidad apunta a construir una sociedad más
democrática al visualizar, describir y valorar igualitariamente los modos de
apropiación y reelaboración de significados entre diferentes grupos.
Está referida a los procesos de interrelación y
comunicación de saberes, códigos, patrones y valores entre diferentes grupos
culturales, entendiendo que existe igualdad entre sujetos,
independientemente de la posición que ocupen en el sistema.
La Unesco refiere este concepto en su página web como "la
construcción de relaciones equitativas entre personas, comunidades, países y
culturas".
La pertinencia de esta definición se justifica en el marco
de las sociedades globalizadas actuales, que arrastran históricamente el peso
de la perspectiva colonizadora, en la cual el sector mayoritario o dominante se
ha pretendido erigir como un "modelo cultural superior".
En este contexto, las palabras mayoría o minoría no se
refieren al número de individuos que conforman un grupo, sino al modo en que el
poder es ejercido. Así, será "mayoría" aquel grupo que ejerza la
hegemonía cultural, y será "minoría" el grupo que no tenga el control
del poder.
Se hace evidente que este término tiene como propósito la
reivindicación y comprensión de la diferencia cultural, en atención a variables
de tipo histórico, político, cultural, antropológico, ambiental, entre otras
No hay comentarios:
Publicar un comentario