La seguridad y autoestima son
dos conceptos estrechamente relacionados. Una persona
con una gran autoestima también tendrá una
gran seguridad en sí misma y en sus posibilidades, será capaz de afrontar los
retos que le plantea la vida mientras que una autoestima baja está
asociada a la inseguridad. Por eso, si entre tus objetivos está superarte a ti
mismo debes ganar autoestima, algo que no siempre es fácil.
Para afrontar estos retos con una perspectiva optimista todos deberíamos
aprender a ganar seguridad en nosotros mismos.
Lo primero que debes hacer para ganar seguridad en ti mismo
es trabajar tu autoestima, dejar atrás esas
inseguridades que tanto nos influyen: el miedo a quedar mal, a
ser rechazados o al ridículo suele producirse por temores infundados, pero lo
más grave es que en vez de afrontar esos miedos nos encerramos, creamos una
coraza para protegernos que no hace más que generarnos un tipo de
autoestima que todos
deberíamos conocer: falsa autoestima. La solución al problema es simple, cambiar nuestra mentalidad y empezar a
valorar los
valores que a veces tenemos ocultos.
Y eso pasa por un cambio de actitud, por ejemplo defendiendo
siempre nuestro punto de vista pese a que quienes nos rodean puedan tener una
opinión diferente. Puedes empezar con la familia, luego expandir esa afirmación
en uno mismo en tu círculo de amigos, luego pasar al trabajo... La clave está
en que al falsear la realidad para gustar no somos nosotros mismos, creándonos
una autoestima falsa. Tu opinión o tus ideas son tan importantes como los de
los demás, y tener
confianza en uno mismo es la clave. Por muy distintas que
nuestras ideas puedan parecer al resto.
Otra de las recomendaciones habituales para reforzar la
autoestima es el fijarse pequeños objetivos a corto, medio y largo plazo,
metas que seas consciente que puedes alcanzar. Es una estrategia muy útil, ya
que a medida que vamos alcanzando objetivos nuestra seguridad en nosotros
mismos crece, reforzándose la autoestima y
permitiéndonos enfrentarnos a retos y objetivos más importantes cada vez.
Además, en el caso de no cumplir con el objetivo siempre podemos investigar
dónde estuvo el fallo para evitar que se repitan los errores.
Si se llama zona de confort es
porque en ella nos sentimos cómodos y nos manejamos sin dificultades, pero a la
hora de conseguir la superación personal es
necesario salir de ella. De hecho, entre la zona de confort y el éxito se
interponen dos zonas intermedias. Considerando la zona de confort el núcleo de
nuestra seguridad, si salimos de ella esta seguridad se convertirá en temor, en
miedo: estamos en la zona del miedo, donde nos sentimos
incómodos.
El miedo no puede bloquearnos, tenemos que vencer a
los miedos porque
no podemos dejarnos llevar por la inseguridad.
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