Sentir, ese verbo tan conocido pero tan lejano para la
mayoría de la gente. Sentimientos, sensaciones, emociones… Son palabras que
usas a diario en muchos contextos. Estás familiarizado con ellas y las sabes
expresar, pero seguramente no sabes cómo vivirlas de verdad. Y no es por nada,
sino porque la mayoría de la gente no sabe hacerlo. Para unos hablar de
las emociones es síntoma de debilidad, para otros es algo demasiado místico,
incluso de locos... Al final el consejo es que lo dejes fluir, que lo
observes y que lo investigues, ¿el qué?, el sentir.
Las emociones son impredecibles, nunca sabes cuándo van a
llegar y te van a tirar por tierra todo.
Crees controlarlas y la mayoría de las
veces lo haces, excepto en ese momento tan intenso que no puedes contenerlas.
Si eres una persona extremadamente racional en pocas ocasiones aparecerán,
porque los sentimientos se bloquean muy fácilmente, demasiado fácilmente. Y
esto no es nada bueno, juega en tu contra.
"Pero debes saber que el control es una de las
fantasías de la mente, la mente cree controlar las cosas hasta que llega la
vida y te pega un viaje y te lo echa todo por tierra"
Sentir es necesario, es vital, es imprescindible. Y muchas
personas dirán: -Yo siento, yo quiero a mis hijos, a mi mujer… Yo siento…
Yo me emociono con ciertas películas, me pongo triste en los entierros…-. Pero
te hablo de sentir más allá de todo eso, te hablo de sentir la vida entera, te
hablo de abrirte totalmente en canal y mirar profundo.
Por ejemplo ¿sientes tu vocación?. La vocación es como un
marido o un hijo, se le puede querer y se le puede odiar. ¿Quieres a tu
vocación?. ¿Qué es lo que te da la vida en el día a día?. ¿Qué es lo que hace
que te levantes cada mañana con más y más energía?. ¿Qué es lo que hace que el
tiempo pase deprisa, que pierdas totalmente esa noción?. Eso es sentir,
sentir de verdad. Es emocionarte, es perderte en algo y no querer volver al
mundo real. Eso es sentimiento, eso es pasión.
"Hay veces que la vocación tiene que ver con hacer lo
que uno siente, no es tanto de cabeza, no es intelectual. ¿Tu vocación está
relacionada con tu trabajo?. ¿Qué sientes por tu trabajo?"
Y si esa emoción tan potente no está en la vocación, ¿está
en la familia? ¿está en la pareja?. Analiza si estás en comunión con tu vida,
con la vida que estás viviendo en estos momentos exactos.
Recapacita,
disecciónala. ¿Estás viviendo la vida que quieres?. Pueden parecer preguntas
sacadas de un libro de autoayuda pero realmente la pregunta es simple, lo que
no es tan simple es la respuesta. Principalmente porque tendemos a contestarla
con la razón: “tengo un buen sueldo y familia” “al menos tengo trabajo y
tengo novio” “tengo buenos compañeros y buenos amigos” “tengo un horario ideal
en el trabajo que me permite hacer más cosas”.
Y esa no es la repuesta, porque la pregunta no es si te
gusta tu vida, la pregunta es ¿SIENTES la vida que tienes?. ¿Te emociona
la vida que tienes?. Y sé que mucha gente vive auténticas penurias, que
tiene familiares enfermos, que ha pasado por traumas inmensos pero, a pesar de
eso, fíjate un momento en ti e intenta evadirte, y vuelve a preguntarte
¿sientes la vida que tienes?.
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