El aprendizaje en los niños debe desarrollarse por etapas.
Como padres o madres que somos, no podemos exponerlos directamente y de un día
para el otro ante la realidad como tal; debe haber puentes entre su realidad
infantil y el mundo que los rodea. Esa es otra de las funciones atribuidas a
los juegos para niños.
Con la ayuda de estas actividades lúdicas, nuestros pequeños
adquieren un conocimiento más amplio de todo lo que les rodea y van
comprendiendo poco a poco las normas, los valores y los patrones culturales que
nos rigen como sociedad.
Los juegos para niños son universos en sí mismos. Cuando les
enseñamos a nuestros hijos a respetar las normas que los rigen y les hacemos
ver la importancia de temas como la convivencia y la diversidad social, entre
otros, no solo los animamos a respetar ese pequeño escenario, sino también, de
paso, la realidad en sí misma. O dicho de otra manera: nos ayudan a educarlos en
valores y principios.
Esta temática ayudará a que los niños aprendan las funciones
que deberán desempeñar cuando crezcan, y les ayudará a comprender el papel que
desarrollan sus padres y familiares en el día a día. Todo esto incluye también
el estudio de las relaciones interpersonales, los diferentes ambientes en los
cuales se desarrolla la vida (la escuela, la casa, el trabajo…) y las
diferentes responsabilidades, derechos y obligaciones que se emplean en cada
uno de esos ambientes.
Asimismo, se incluyen las relaciones de parentesco
existentes, las características y formas en que se estructuran los diferentes
espacios (la calle, la casa, el colegio…), los medios de transporte que
utilizamos o las normas de educación vial.
Con todas estas actividades los más pequeños adquirirán
responsabilidad social y conciencia en torno a la importancia de una vida
segura.
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