lunes, 18 de febrero de 2019

Bienestar Social

Se entiende por bienestar al conjunto de factores que una persona necesita para gozar de buena calidad de vida. Estos factores llevan al sujeto a gozar de una existencia tranquila y en un estado de satisfacción.

El bienestar social, por lo tanto, incluye aquellas cosas que inciden de manera positiva en la calidad de vida: un empleo digno, recursos económicos para satisfacer las necesidades, vivienda, acceso a la educación y a la salud, tiempo para el ocio, etc. Pese a que la noción de bienestar es subjetiva (aquello que es bueno para una persona puede no serlo para otra), el bienestar social está asociado a factores económicos objetivos.

Por ejemplo: en un país donde una familia tipo (cuatro integrantes) necesita 200 dólares mensuales para satisfacer sus necesidades básicas, todas las familias que suman ingresos menores a esa cifra no pueden gozar de bienestar social. Es probable, por lo tanto, que los integrantes de una familia que gana 100 dólares al mes sufran de problemas alimenticios y tengan un menor expectativa de vida.

Sin embargo, detrás de estas cifras estipuladas como las mínimas para alcanzar un nivel de vida sano, existe una serie de preconceptos que obligan a la gente a pensar que no se puede subsistir si no se cumplen ciertos requisitos; por ejemplo, se dice que no es posible crecer y desarrollarse correctamente sin consumir productos lácteos, generalmente provenientes de las vacas, dado que son una fuente de calcio irreemplazable; esto no es cierto en absoluto.

Por lo tanto, esa cifra esconde una lista de objetivos que deben ser alcanzados para vivir bien y, como en toda generalización, no se toman en cuenta las necesidades individuales o especiales, sino que se engloba a todo ser humano que habite en una determinada región y se los considera un ente único. La pregunta que surge, entonces, es: ¿puede una familia de cuatro personas vivir bien con menos dinero del considerado mínimo por el gobierno de su país? Es probable, aunque eso también depende de la cantidad de la que se esté hablando y de la situación económica del lugar en cuestión.

Así como en el bienestar personal, la sociedad debería ahondar en sus necesidades, considerar sus posibilidades y cuestionar la validez del sistema; a través de esta búsqueda, es probable que una situación de crisis generalizada que no provoca otra cosa que malestar y angustia en gran parte de la población se convierta en el punto de partida de un cambio de mentalidad, para dejar atrás los estándares asfixiantes en pos de una flexibilidad que permita vivir bien haciendo uso de los medios actuales.

El Estado debe encargarse de promover el bienestar social entre todos sus ciudadanos. Para esto es menester que se tomen medidas políticas que corrijan las inequidades propias del mercado capitalista. La redistribución de la renta y el desarrollo de servicios sociales libres y gratuitos para todas las personas son condiciones necesarias para alcanzar el bienestar social.

La posibilidad de extender el bienestar social a todas las capas sociales implica la existencia de riqueza (para solventar los gastos estatales); por lo tanto, cada gobierno también debe encargarse de asegurar la generación de riquezas.


Pero no debe entenderse el concepto de gobierno como un grupo de personas sin conexión con el pueblo y con la obligación de solucionar todos los problemas de un país; es a través de la implicación de los individuos en las campañas que buscan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que se obtienen los cambios más significativos. Si cada persona con problemas económicos se detuviera a pensar en su propia situación y buscara posibles soluciones, dejando a un lado la estructura preestablecida, es probable que más del 50% descubriera que sus problemas no son reales.

Egocéntricos

La personalidad egocéntrica es un conjunto de características y conductas que suelen estar vinculadas a la arrogancia, la ambición y en algunos casos, al exhibicionismo. Quienes manifiestan este tipo de personalidad tienden a creerse el centro de las miradas, preocupaciones y atenciones de los demás.

Así, el egocentrismo define a aquellas personas para las que la opinión de los demás no tiene importancia, enfatizando las propias. Cuando decimos que alguien es egocéntrico nos referimos a que esa persona solo ve el mundo desde su punto de vista, es decir, carece de la capacidad de empatizar y no les importa las consecuencias que sus actos tengan sobre los demás. Profundicemos.

El desarrollo de la personalidad egocéntrica

En los primeros años de nuestra vida, todos somos egocéntricos por el simple hecho de que todavía no hemos desarrollado la capacidad de pensar en los demás. Sin embargo, a medida que alcanzamos la madurez y nuestro sistema cognitivo se va desarrollando, en nuestra mente los otros se hacen visibles como individuos independientes.

El psicólogo suizo Jean Piaget estudió el egocentrismo como parte del desarrollo infantil. Observó que los niños pequeños parecen cognitivamente incapaces de asimilar la perspectiva de otra persona. Así, por ejemplo, cuando juegan al escondite tiende a taparse los ojos pensando que como ellos no ven, tampoco los demás podrán encontrarles.

En la adolescencia, la personalidad egocéntrica se hace patente sobre todo en la relación con los iguales. Los jóvenes piensan que son más especiales y mucho más importantes que los demás. Esto les hace considerarse el centro de todas las miradas, ya que consideran que son los únicos que, por lo que dicen o hacen, despiertan interés. Además, se sienten incomprendidos porque creen que los demás, fundamentalmente adultos, no tienen, ni han tenido, sentimientos parecidos a los suyos.

Una vez hemos alcanzado la madurez, esa sensación de exclusividad se va desvaneciendo mientras se comprende que existen diferentes puntos de vista y perspectivas. No obstante, hay personas que mantienen como parte de su forma de ser ese rasgo egocéntrico, que en psicología se considera un sesgo cognitivo, es decir una distorsión en el procesamiento de la información que lleva a interpretar de forma errónea lo que sucede alrededor.

“El canal se complace pensando que los ríos no existen sino para traerle agua”.
-Rabindranath Tagore-

La falta de empatía en la personalidad egocéntrica implica una incapacidad o dificultad para salir de uno mismo y poder entender o sentir lo que experimenta otra persona.

La persona poco empática vive inmersa en su realidad e ignora el mundo de los demás, sus problemas y sus sentimientos. Mirará por su bien de manera egoísta y poco comprometida con su entorno y pensará que todos deben actuar, pensar y sentir como ella.

La Teoría Del Rol

La teoría del Rol, también denominada función social ha sido desarrollada principalmente en Estados Unidos. Algunos de los primeros conceptos sobre ella son enunciados por William James, aunque los pensadores Charles Cooley y George Herbert Mead son sus autores directos. Esta teoría establece que toda persona que participa en una determinada situación social se enfrenta a unas expectativas específicas que exigen de ella unas respuestas concretas. 

Cada situación posee importantes mecanismos de presión para asegurar que estas respuestas sean apropiadas al igual que cada ámbito de la vida en sociedad presenta expectativas diferentes.

Los roles, por tanto, son creaciones sociales, la forma como se relacionan los individuos y las instituciones, que también son otra creación social. Las principales instituciones son la familia, la educación, la religión, la política (el estado) y la economía. Estas instituciones sociales poseen unas normas implícitas (unas pautas de comportamiento) que los individuos aceptan y asimilan, ya que si no siguen estas pautas, pueden ser rechazados o, incluso, expulsados del grupo.

Es, por tanto, necesario explicar la relación existente entre las normas y los roles: las normas regulan el comportamiento de los individuos y hacen referencia tanto a prescripciones como a proscripciones. Estas normas de comportamiento emanan de las instituciones y son los individuos quienes legitiman su valor moral y quienes las respetan y cumplen para evitar el rechazo del grupo y/o la exclusión. 

Tres tipos de comportamiento derivan de las normas:
Comportamiento exigido
Comportamiento permitido
Comportamiento prohibido

Los roles traducen a un nivel activo las llamadas instituciones, es decir, nos permiten entrar y salir de las diversas realidades sociales que se nos presentan en el día a día y en general en la vida. Para ello, cada individuo acepta la normativa y la aplica en cada una de estas situaciones sociales. Es decir, la asunción del rol la realizamos voluntariamente para conseguir la aceptación del grupo.

Por una parte, la existencia de roles es restrictiva debido a la necesidad de seguir un guion establecido y/o asumido por el grupo, pero a la vez es también liberadora puesto que facilita las herramientas sociales para desenvolvernos con facilidad por las diversas realidades sociales.


El rol ejercido puede coincidir o no con el comportamiento que se espera por parte del individuo. Cuando coincide se denomina rol esperado.

Satisfacer Nuestro Ego

No hay una única verdad sobre un hecho, sino que hay distintas miradas según las distintas personas. Cada uno interpreta lo que bien puede hacer con su nivel evolutivo. Lo que no permite duda a posibles interpretaciones es cuando hay unas reglas o normativa para hacer algo como, por ejemplo, todos los alumnos de primero de primaria al acabar el primer trimestre sabrán escribir una frase con tres palabras. Hay un objetivo, se ponen en marcha los aprendizajes y se evalúa para ver el resultado. Es un proceso programado y si se ha de ajustar se ajusta.

En caso de que estudies una carrera universitaria sabes que te inscribes a unas asignaturas anuales hasta completar todos los créditos (obligatorias, optativas y créditos de libre elección), vas o no a clase, completas lo que te pide el profesor que pueden ser exámenes o trabajos de investigación, haces prácticas si es necesario, y seguramente hay un trabajo final que tutorizar varias veces hasta entregarlo. Una vez acabado y revisada toda la documentación por la sección académica se entrega la titulación que es la constatación física de todo el proceso realizado. Digamos que hay que dar unos pasos antes de obtener un título.

Pero ¿Qué es un título? Esto lo ha de contestar cada uno porque la respuesta proviene del significado que le demos y lo que representa proviene de nuestra historia conflictual.

Por ejemplo, da valor porque se parte de una desvalorización; te pone a una altura porque ha habido un conflicto de no estarlo; te da la mirada o la escucha de los que te importan porque te ha faltado; te da la sensación de haber atrapado algo porque lo anterior ha sido falta; te da prestigio porque antes hubo descalificación; permite cumplir con una petición parental; sirve para demostrar la capacidad personal y/o familiar; te da un sitio de reconocimiento que buscarás si tienes un conflicto de identidad o muchas otras opciones y te invito a ver cuál ha sido tu posición ante la necesidad de un título de un estudio. A ti te pertenece la respuesta.


Cuando la única motivación es externa como conseguir satisfacer al ego con reconocimiento, poder, valor, importancia, estar en alza o ser cotizados como si se tratara de la bolsa de valores el aprender no da sentido y por lo tanto no se hará el esfuerzo, sino que se tirará de la cuerda de la mentira y así hasta que dure.

Intereses Personales

Los intereses personales vs el altruismo nos presenta una nueva perspectiva de los retos que enfrenta el mundo. El doctor Laitman demuestra al lector que los problemas del mundo son la consecuencia del egoísmo creciente de la humanidad.

En este contexto, el libro sugiere diversas formas de usar nuestros egos para beneficiar a la sociedad, en lugar de tomar en cuenta únicamente nuestros propios intereses.


La primera parte del libro ofrece una singular comprensión de la existencia de la humanidad en el planeta y cómo nuestro egoísmo colectivo ha influido en el desarrollo de nuestra sociedad. Una vez que el lector entiende el ego y sus orígenes, descubre una nueva visión de la existencia global e integral como remedio a los males que sufre la sociedad. 

La segunda parte trata sobre los retos sociales y políticos actuales y nos explica que podemos usar nuestros egos para resolverlos, en lugar de continuar en el ciclo descendente en el que se encuentra la humanidad.

La Mente En Las Alturas

Sistema que se activa cuando nos encontramos con información o retos cuyo significado o solución no es evidente. Cinco formas de pensamiento superior: 1) pensar con conceptos, 2) pensamiento de resolución de problemas, 3) pensamiento crítico, 4) pensamiento basado en reglas, 5) pensamiento creativo. Son las funciones más ricas y complejas que realiza el cerebro, y hacen que aprender sea algo estimulante. Los alumnos con dificultades para formar conceptos no llegan a saber de qué tratan las asignaturas más abstractas. El pensamiento de orden superior puede funcionar muy bien en algunas tareas de la vida y no en otras, esto es importante que los padres lo comprendan. Por ejemplo un niño puede destacar en el pensamiento abstracto verbal, pero sentirse completamente perdido sin las palabras. Otros niños pueden razonar muy bien pero no comprenden las segundas intenciones (pensamiento crítico). Hay infinitas variaciones. Los problemas suelen aparecer en secundaria y en materias muy concretas, y dentro de una materia, en un tipo de pensamiento. Suele haber lagunas sutiles y que pasan inadvertidas. 

- Pensamiento conceptual: concepto es un conjunto de características que confluyen para crear una idea o categoría de ideas. Los conceptos facilitan el pensamiento, porque permiten establecer relaciones lógicas. Ahorran memoria, podemos inferir en vez de solamente recordar. Pueden ser conceptos abstractos o concretos. Otros son conceptos de procesos, como la fotosíntesis. Hay conceptos verbales y otros no verbales, estos últimos requieren visualización. La comprensión débil de conceptos afecta negativamente al aprendizaje, porque el alumno al final no puede con la materia según se va complicando. La técnica de los mapas conceptuales puede ser muy útil en algunos casos. Hay que preguntarse si el alumno está captando los conceptos o si trabaja haciendo un uso excesivo de la memoria. 

- Pensamiento centrado en resolver problemas: hay estudiantes que no desarrollan métodos para resolver problemas, responden a las tareas siguiendo impulsos, no aplican una lógica ni una secuencia. Se les suele considerar con un problema de atención, sin ser ese el caso. Resolver problemas requiere tener un criterio, seguir unos pasos de acuerdo con un ritmo. Las escuelas deberían enseñar estos métodos que van a ser tan útiles en la vida real. Pasos para resolver problemas: 1) saber reconocer un problema cuando lo encontramos, 2) prever los resultados, 3) evaluar la viabilidad, 4) movilizar los recursos, 5) pensar de manera lógica, 6) considerar estrategias y elegir la mejor, 7) ponerse en marcha y elegir el ritmo adecuado, 8) autocontrol, 9) superar los puntos muertos, 10) llegar a la solución. Habría que ejercitar a los niños en resolver problemas en casa y en la escuela, sobre todo problemas de tipo moral. 
- Pensamiento crítico: aprender a juzgar y evaluar las afirmaciones de los demás y evaluarse a sí mismos. Se adquiere con mucha experiencia en el pensamiento de orden superior, hay que estar entrenado en el mismo. Pasos para el pensamiento crítico: 1) enumerar los hechos, 2) revelar el punto de vista del autor o creador, 3) establecer lo que uno piensa, 4) buscar errores y exageraciones, 5) obtener ayuda de otros, 6) sopesar las pruebas, 7) comunicar. Importante en la vida para no ser engañados. 


- Pensamiento guiado por reglas: los niños con dificultades en esta área deberían tener un “cuaderno de reglas” en la escuela y habría que enseñarles explícitamente a interpretarlas y aplicarlas. Enseñar a percibir las regularidades y lo que cambia. 
- Pensamiento creativo: “en el interior de todo niño hay una voz creativa que exige ser oída”. Atender a las chispas de creatividad de los niños. Consiste en descubrir nuevas formas de expresión y de acción, para ello la mente debe “volar libre”. Cualidades que observa Gardner en las personas creativas: 1) pensamiento divergente, 2) procesamiento vertical, 3) recuperar la inocencia, 4) aceptar el riesgo, 5) integración técnica y originalidad, 6) autonomía en relación con las normas y presiones de compañeros o colegas, 7) suspensión de la autoevaluación, 8) descubrir el medio de expresión adecuado y profundizar en él, 9) sello personal. 

El pensamiento intuitivo influye en el pensamiento de orden superior, en todas sus formas. Capacidad instintiva y natural de comprender el núcleo de un problema. Los niños suelen mostrarla en algún área muy concreta. No se puede enseñar a ser intuitivo, pero sí reconocer que cada persona es intuitiva en algún sentido. 

domingo, 17 de febrero de 2019

Compartir Todo Lo Bueno


Hay personas que suelen desearnos aquello de “espero que seas feliz”, pero de algún modo, y casi sin admitirlo, se intuye aquello otro de: “pero no más que yo”. Es como si a mucha gente le inquietara un poco ver cómo otras personas alcanzan todo lo bueno mientras se ven a sí mismas encalladas, sumidas en la cotidianidad, y sobre todo, incapaces de alegrarse de la felicidad ajena.

Las personas felices y auténticas son aquellas capaces de reconocer el mérito de los demás, y alegrarse de todo lo bueno que les sucede como si lo vivieran en piel propia.

Si hay algo que nos caracteriza a cada uno de nosotros es que somos unos buscadores empedernidos de la felicidad. Nos marcamos proyectos, nos alimentamos de sueños, hilvanamos esperanzas y construimos expectativas. Y quizá por ello, más de uno ve con recelo que otros alcancen ese preciado bienestar “antes que ellos”.

Es un error. Mantener esta idea es enfocar la vida desde una perspectiva claramente incorrecta. No deberíamos ser buscadores de felicidad, sino constructores de felicidad. Por ello, algo que nos ayuda a crearla casi cada día es atendiendo todo lo bueno que nos envuelve y a su vez, lo que nos transmiten y viven otras personas.

El corazón egoísta y la mente cerrada que es incapaz de apreciar la felicidad ajena, solo cargará en su interior recelos y envidias. Pocas veces serán capaces de disfrutar de los pequeños detalles, de esas pinceladas cotidianas donde en realidad, se encierra la auténtica felicidad.

Celebrar la felicidad ajena y lo bueno de otros no es una quimera
Voltaire solía decir que las personas buscamos la felicidad como los borrachos buscan sus casas. A tientas y a tropezones, sabiendo que tenemos una pero sin recordar dónde esta. En realidad, es algo complejo, y más si hablamos de felicidades ajenas, de todo lo bueno que les ocurre a los demás y no a nosotros.

Alegrarse de todo lo bueno que viven otros no es una quimera, muchos lo hacemos porque así lo sentimos. Porque la felicidad se transmite y se comparte, porque los corazones auténticos disfrutan viendo el bienestar ajeno.

Sentirse complacido por ver la felicidad y a su vez, por desear que lo bueno arrope cada día a las personas que queremos, ofrece tranquilidad y equilibrio a nuestra alma, a nuestra esencia como persona.

La felicidad no es un estado, no es una cosa que alcanzamos u otros consiguen. La felicidad se cosecha cada día y se aprecia desde la profundidad de los corazones que saben atender, comprender.
Ver lo bueno que tienen otras personas no es desmerecernos a nosotros mismos. Quien sabe identificar la nobleza ajena es que en realidad, la alberga en su interior.

Hay quien se alegra del bienestar de los demás como quien ensalza sus buenas intenciones, sin embargo, en sus rincones más privados lo que siente en realidad es cierta envidia, ciertos vacíos personales y una gran insatisfacción.

Celebrar la felicidad de otros es saber compartir, es mantener ese equilibrio interno donde uno exalta la simple alegría de vivir y de la belleza de la propia vida. 

Suele decirse que a los buenos amigos se les conoce en los malos momentos. Ahora bien, otro instante clave donde apreciar también su sinceridad es cuando la suerte nos abraza, cuando alcanzamos nuestros deseos. Si esa persona muestra una alegría sincera y comparte tu emoción, jamás pierdas ese vínculo.

Yo no anhelo tus felicidades, no envidio tus triunfos o tus logros. Yo celebro tus victorias como si fueran mías y mi corazón late con tus mismas alegrías y pesares. Por ello, desearé cada día de mi vida que todo lo bueno te acompañe.

Hay veces en que alcanzar la felicidad supone tener que hacer algún cambio en nuestra vida, e incluso establecer nuevas prioridades. Porque al fin y al cabo la vida es un viaje de  renovación constante donde de pronto, algo que está fuera de nosotros nos solicita que respondamos con una renovación interna.


Nunca dejes de atender todo lo bueno que te trae el día a día con sus maravillosas casualidades, celebra la felicidad de otros como si fuera tuya porque el amor, es lo único que crece cuando se comparte con sinceridad.

Capacidad De Negociar

Negociar. Todo el mundo ha tenido que usar la negociación en algún momento de su vida. Negociar las condiciones de trabajo, negociar con los padres la hora de llegada a casa, negociar en la compra de un coche, o incluso cuando intentamos regatearle a un vendedor ambulante. Por supuesto, en las empresas los procesos de negociación son clave en el crecimiento económico de cualquier entidad, del tipo que sea.

Podemos definir negociación como el proceso de interacción que se establece entre varias partes con el fin de llegar a un acuerdo. El acuerdo supone la solución del conflicto o la mejora en la gestión del mismo. La negociación se produce cuando se presentan determinadas diferencias entre las partes, ya sea de posición, puntos de vista o intereses. Si una de las dos partes no está interesada en intentar llegar a un acuerdo, la negociación no se produce.

“Un buen negociador es aquel que desarrolla un amplio abanico de habilidades para relacionarse de forma óptima tanto con personas como con grupos.”

La negociación no solo son técnicas, sino que está relacionada con el desarrollo personal. Las habilidades más importantes que ha de tener un buen negociador son: inteligencia emocional, creatividad, escucha activa, empatía, asertividad, preparación, interculturidad y la habilidad de saber gestionar el tiempo adecuadamente.

La estrategia consiste en intentar llegar a un acuerdo que resulte beneficioso para todas las partes implicadas. Hay salvedades porque en numerosas ocasiones, en la vida personal o laboral, hay personas que inevitablemente terminan ganando o perdiendo en el proceso de negociación.
Mediante esta estrategia se evitan o reducen posibles conflictos o resentimientos de los perdedores, sobre todo en ámbitos organizacionales donde las personas mantienen contacto frecuente.


Desbordados

Esa sensación de nervios, agitación y/o tensión que tenemos ante determinadas situaciones o pensamientos. Si se da en dosis moderadas puede considerarse completamente normal, incluso positiva, ya que nos estimula para la acción.

Por ejemplo ante un examen que nos preocupa nos ponemos a estudiar más motivados que si no nos preocupase. A muchos estudiantes he oído decir "ojala estudiase siempre como los días antes del examen, sacaría todo matrículas". Y es natural, una cierta dosis de ansiedad nos predispone para la acción, nos ayuda a poner en marcha todos nuestros recursos para rendir lo mejor posible.

El problema aparece cuando esa ansiedad es excesiva, cuando en lugar de ayudarnos a superar ciertas situaciones, nos bloquea y no somos capaces ni de hablar o lo hacemos torpemente. Llega un examen y no recordamos nada, llega esa reunión importante y no hacemos más que temblar y tirar al suelo todo lo que tocamos, causando una impresión no demasiado buena.

Formas en que se manifiesta la ansiedad:
Existe un temor constante por el futuro respecto a la familia, al dinero, al trabajo, y a la enfermedad.
Se es víctima de pensamientos catastrofistas. Ante una situación determinada, uno siempre se pone en lo peor.
Es difícil controlar ese estado de constante preocupación.
Inquietud o impaciencia.
Fatigabilidad fácil.
Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco.
Irritabilidad.
Tensión muscular, palpitaciones, temblores, nauseas, sensación de mareo, sudores.
Alteración del sueño: dificultad para conciliar el sueño o sensación de no haber descansado al despertar.

Algunas recomendaciones
Dedica un tiempo diario a tu afición favorita.
Pasea.
Lee.
Sal con tus amigos.
Practica algún deporte.
Organiza tu tiempo.


No olvides que la ansiedad, junto con la depresión es el motivo más frecuente de consulta. Si la ansiedad aparece en más situaciones de las que te gustaría, con una intensidad mayor de la que te gustaría e interfiere en tu vida, no dudes en consultar con un profesional.

Lo Que Duele Enseña

Cuarteto De Nos
Lo Que Duele Enseña
Aprendí a escuchar, gritando.
Aprendí a dudar, confiando.
Aprendí a sufrir, queriendo. 
Aprendí a llegar, esperando.

Guardo bien las marcas de cada lección,
porque lo que duele enseña.
La ignorancia es la cuna del miedo,
pero no me da miedo preguntar por qué
y de cuan profundo es un río me entero
solo cuando meto el pie.

Aprendí a volver mientras fui yendo.
Aprendí para ser quien estoy siendo..
y de gritar, de sufrir, de sangrar, de asumir,
de perder, de fallar, de todo eso aprendo.

Aprendí a evadir, confrontando.
Aprendí a elegir, descartando.
Aprendí a pelear, resistiendo.
Aprendí a acertar, fracasando.

Mi cabeza no es un vaso por llenar,
es una luz a ser encendida.
(y sigue...)


Aprendí a volver mientras fui yendo.
Aprendí para ser quien estoy siendo..
y de gritar, de sufrir, de sangrar, de asumir,
de perder, de fallar, de todo eso aprendo.

Letra powered by LyricFind


Compartimos

Conocimos al escritor español Ray Loriga el ganador del Premio Alfaguara de Novela 2017, sucediendo al argentino Eduardo Sacheri y a la chilena Carla Guelfenbein, ganadores en 2016 y 2015 respectivamente.

De acuerdo al jurado, encabezado por Elena Poniatowska, se ha premiado «una historia kafkiana y orwelliana sobre la autoridad y la manipulación colectiva, una parábola de nuestras sociedades expuestas a la mirada y al juicio de todos. Sin caer en moralismos, a través de una voz humilde y reflexiva con inesperados golpes de humor, el autor construye una fábula luminosa sobre el destierro, la pérdida, la paternidad y los afectos. La trama de Rendición sorprende a cada página hasta conducirnos a un final impactante que resuena en el lector tiempo después de cerrar el libro.»

En Rendición Loriga nos muestra cómo un hombre sencillo (o simple, o ingenuo, o idiota por momentos de acuerdo al mismo autor) se rebela contra las circunstancias que enfrenta tras no poder adaptarse a ellas y, como lectores nos toca evaluar cuánto nos acercamos o alejamos de esta rebeldía.

Lo de Kafka y Orwell es relativamente sencillo de identificar pues el protagonista experimenta un cambio obligado por las circunstancias; circunstancias que lo llevan a una ciudad de vidrio donde todo es transparente y nada hay invisible para todos sus ciudadanos, quienes ven satisfechas sus necesidades, alimento, habitación, empleo (sin remuneración) y esparcimiento, por la misma ciudad.

Al escuchar a Loriga sobre Rendición, el escritor español nos señala que una de las cosas que más le interesa es compartir las inquietudes planteadas en el texto y, en ese sentido, tras pasar por algunos países latinoamericanos como México y Argentina, ha comprobado que éstas no son individuales o únicas.


Asimismo, también destaca que “es complicado dilucidar una sociedad o Estado perfecto, pues en una sociedad de consenso, por muy ideal que sea, siempre hay alguna disidencia”.

Lo Que Sentimos Y Decimos





El apego y el rechazo se dan cuando no somos conscientes de que lo que sentimos está dentro, no fuera.

¿Te has fijado en que cuando piensas algo desagradable de alguien, el primero que se resiente eres tú? Es una puerta para entender algo imprescindible: lo que sentimos lo decidimos nosotros mismos.

Se debe, ésa es la tarea de lo serio. Sentimos casi siempre con palabras y lo que llamamos realidad no es más que un relato. Aprender a sentir es aprender a contarse bien a uno mismo y contar bien a los demás.

Todo verdadero aprendizaje comienza por un desaprendizaje. No sólo se trata de explorar territorios, aunque también: lo imprescindible para iniciarse en esta disciplina es renunciar a los caminos trillados. ¿Cuántos psicólogos y psiquiatras habrán tenido que hacer horas extras para deshacer los entuertos creados por esas letras de canciones, que todos hemos tarareado, y que se resumen en: “eres mío”, “soy tuyo” o “sin ti no soy nada”?

A todos nos troquelan las emociones desde chiquitos, y eso se hace con palabras. Con palabras pues habremos de curarnos: mirando con lupa las que están envenenadas, las que, para conducirnos a la nada, exageran, las que pretenden tener en la barriga demasiado sentido, las abstractas. Para empezar el tratamiento yo pondría a dieta “soledad”, “cobarde”, “miedo”, “envidia”, “celos” o “impotencia”, “todo” y “nada”, y también los posesivos.

Además, como siempre hay malos momentos en los que nos vence la tentación de simplificar, deberemos hacer acopio y utilizar con frecuencia esas frases, hay muchas, que nos disuaden cuando nos tienta ponernos auto lesivos:

El Placer De “Saber”

Hay que tener presente que no existe un método fijo, que a la manera de una "fórmula mágica" te convierta inmediatamente en un buen estudiante.

Eso sí, existen determinadas pautas o técnicas que aplicadas convenientemente, te llevan a conseguir logros. La parte técnica del aprendizaje nos puede ayudar a adquirir habilidades para aprender mucho más en menos tiempo y recordar lo estudiado el tiempo deseado.

Una vez aprendidas las técnicas, el método de estudio lo debemos realizar individualmente, según nuestra forma de ser, de sentir, de actuar, y así incorporarlo de forma natural a nuestra vida cotidiana. Para ello nos apoyaremos en la auto-observación, que requiere a su vez capacidad para relacionar y ordenar las propias experiencias.

La capacidad de aprendizaje será proporcional a la atención, al esfuerzo y a la voluntad de aprender.

-Atención- 
La atención es un reflejo de nuestra conciencia, una propiedad psicológica que nos lleva a centrar nuestras energías para lograr mayor eficacia. Por lo general, mientras tratamos de centrarnos en nuestra tarea acuden a nuestra mente pensamientos, sensaciones y emociones que nada tienen que ver con lo que estamos haciendo o estudiando en ese momento.
Las distracciones deben durar lo menos posible. Los ejercicios de concentración nos ayudarán a combatir la falta de atención. Es decir, si nos hemos propuesto dedicarle, por ejemplo, dos horas diarias al estudio, debemos intentar que ese tiempo sea realmente efectivo. Podemos estar ante un libro dos horas, pero, ¿cuánto tiempo de ese periodo estamos atentos y concentrados?

-Memoria- 
La "falta de memoria" no existe. No se trata de que tengamos una mala memoria, la memoria no es buena ni mala. Todo se debe a no prestar atención y conciencia a lo que se hace, se dice, se piensa o se estudia. Cualquier persona puede desarrollar y perfeccionar sus capacidades memorísticas, adquiriendo a través del esfuerzo y la práctica lo que comúnmente llamamos "buena memoria".
Se recuerda mejor el principio y el final de lo que se quiere memorizar. Por lo tanto, debemos hacer hincapié en la parte central del contenido, estableciendo los enlaces necesarios para recordar todo el conjunto. Difícilmente recordaremos lo que no entendemos, ya que se recuerda aquello que se comprende a través de la práctica y el razonamiento.


Es de gran ayuda contrastar lo aprendido con algún compañero, o plantear como tema de conversación la materia estudiada. Las repeticiones nos ayudan a fijar el conocimiento y evitar el olvido. La asociación de ideas, poner por escrito lo que se aprende y realizar ejercicios específicos de concentración y mnemotecnia son buenos puntos de apoyo para robustecer nuestra capacidad de memorizar.

sábado, 16 de febrero de 2019

Cultivar La Tolerancia

Hay pequeñas grandes situaciones de la vida diaria que pueden llegar a robarnos la paz. Practicar la tolerancia se convierte en un instrumento para lidiar con muchos de los prejuicios, ideas preconcebidas o desacuerdos que surgen en todo grupo humano.

En la sociedad actual cada vez es más difícil para las personas convivir los unos con los otros. Nos volvemos cada vez más intolerantes y agresivos, dominados por emociones que no podemos controlar. Y a pesar de que nadie disfruta de enojarse, pocos tienen la fuerza de voluntad para no hacerlo.

Este es un tema de gran actualidad, de vigencia permanente y de gran ayuda para alcanzar equilibrio mental y emocional. En el trabajo, en la escuela, en una reunión familiar y hasta en la fila del banco o del supermercado, topamos con situaciones que desafían el control de nuestras emociones.

Cómo cultivar dentro de nosotros mismos la tolerancia, para poder convivir en armonía independientemente del ambiente y circunstancias en las que estemos. Esto nos permitirá lograr ese estado de serenidad interna que todos deseamos.


La tolerancia se refiere a la capacidad de respetar todo aquello que es diferente a lo propio, las ideas que no compartimos y en aquellos momentos en donde nos es difícil expresar nuestro punto de vista de forma respetuosa o sin herir susceptibilidades con respecto a opiniones, creencias, sentimientos o costumbres.

Una Salida “Negociada” Para Venezuela


Aunque muchos venezolanos consideran que la intervención militar estadounidense es su única salvación, podría ser una bendición para Maduro, pues uniría las fuerzas populares bajo la bandera. 

Pero una intervención militar tampoco sería una victoria segura. Venezuela no es Panamá ni Haití. Aunque su Ejército no está probado en combate, es una fuerza grande y bien equipada con cuarteles repartidos por todo el país. Además, el ex embajador de Estados Unidos y experto en América Latina, John Feeley, observó: "Venezuela ya se encuentra en una situación tan caótica que cualquier fuerza invasora se vería obligada por razones humanitarias a permanecer como una fuerza de ocupación para mantener el orden y brindar servicios gubernamentales interinos hasta que el gobierno de Guaidó fuera capaz de asumir esas responsabilidades".

Además, "la administración Trump está retirando la presencia militar en Siria y Afganistán; creo que es poco probable que envíen nuevas tropas a algún lugar durante mucho tiempo", agregó.
Evan Ellis, profesor de investigación sobre América Latina del War College Strategic Studies Institute del Ejército de Estados Unidos, advierte que una intervención militar estadounidense "no solo causaría pérdida de vidas, sino que también se arriesgaría a fragmentar el ya frágil equilibrio entre entidades criminales y de otra índole, lo cual desataría una ola de la violencia y de refugiados que superaría con creces la tragedia que se ha presenciado hasta la fecha".

Aunque los militares venezolanos podrían ser derrotados rápidamente en una convencional, Maduro podría escapar y montar una prolongada resistencia en la clandestinidad.

Además, cualquier esfuerzo por conseguir el respaldo de la ONU para una fuerza de intervención extranjera probablemente sería bloqueado en el Consejo de Seguridad por Rusia y China.

Por lo tanto, para evitar la potencial reacción adversa a un embargo petrolero, la Casa Blanca parece estar explorando una estrategia para redirigir los pagos del petróleo venezolano —y quizás de oro— hacia manos de la incipiente administración de Guaidó para ayudarlo a fortalecer su intento de tomar el control.

Ya ha autorizado 20 millones de dólares en ayuda humanitaria que planea canalizar a través de la Asamblea Nacional. Pero no está claro cómo se entregará ese dinero, a menos de que se pueda encontrar una manera de evitar el control de Maduro sobre el sistema financiero estatal.

"Después de haber atizado el fuego, Estados Unidos y los gobiernos democráticos afines (...) deben estar listos para proteger y apoyar a largo plazo a los venezolanos que están valientemente defendiendo el restablecimiento de un gobierno democrático en Venezuela", dijo Ellis. Washington ha indicado hasta el momento que respaldará a Guaidó en todo momento, y desafió la orden de Maduro de expulsión de todos los diplomáticos estadounidenses del país.

Finalmente, ¿quedan incentivos para persuadir a Maduro para que se vaya? Antiguamente, a los tiranos se les permitía escapar con una maleta llena de dinero hacia un exilio dorado en lugares como Panamá.

Ahí es donde terminó el Sha de Irán, así como el general Raoul Cédras de Haití, Abdalá Bucaram de Ecuador y Elías Serrano de Guatemala.

El marco legal internacional moderno dificulta esto, y los grupos de derechos humanos insisten en que se debe hacer justicia por el bien del estado de derecho — y para disuadir a futuros delincuentes. 

Pero Guaidó parece dispuesto a hacer sacrificios para restablecer la democracia. En una entrevista con Univision, dijo que estaba dispuesto a considerar una amnistía para Maduro bajo una nueva ley aprobada por la Asamblea Nacional que le ofrezca beneficios a "todos los que estén dispuestos a ponerse del lado de la Constitución a recuperar el orden constitucional".

Es imposible predecir si Maduro, o cualquiera de sus partidarios, elegiría esta opción. Sería humillante e, inevitablemente, se consideraría una traición al lema de "socialismo o muerte" de los llamados revolucionarios "bolivarianos" de Venezuela.

Una salida más ordenada y respetable para Maduro, según muchos expertos, sería una nueva ronda de elecciones supervisadas por la comunidad internacional. Esa parece ser la estrategia favorita de la Unión Europea, así como del Grupo de Lima de 14 países que se creó para encontrar una salida pacífica a la crisis en Venezuela.

"La única solución a la crisis de Venezuela radica en un proceso negociado creíble que conduzca a elecciones libres y justas que les permitan a los venezolanos elegir a sus propios líderes", según una declaración conjunta de tres importantes grupos a favor de la democracia en la región; la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), Conectas Derechos Humanos en Brasil y De justicia en Colombia.


"Combinar la presión con la diplomacia creativa es la mejor manera de facilitar un regreso a la democracia", añadieron.

El Amor Humano


Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana. La vida que habría podido ser está escondida en la que es.

Se necesita sólo una persona para cambiar tu vida, TÚ.

Relajación guiada “el amor hacia nosotros como punto de partida para compartir con los demás”…estamos aprendiendo a saber lo que es amar cuando nos sentimos amados y aceptados por nosotros mismos, damos las gracias conscientes de todo aquello que hemos recibido, y nos comprometemos con la vida, aceptándonos y amándonos a nosotros mismos como seres de la creación, nos proponemos ser más conscientes de todo aquello positivo que nos sucede en el día a día con el fin de crearnos un futuro mejor, alejándonos de la fijación en el pensamiento negativo…


“En el Alma está la consciencia profunda del individuo y en la psicoterapia del Alma se encuentra la posible sanación. Sanación profunda del individuo que al producirse puede recuperar su sentido de vida”.

El Signo más evidente de que has encontrado la verdad es la paz interior. 
Amadeo Nervo.

Las Ilusiones


La energía es el motor de cualquier vida y no hay mayor causa motora que la ilusión para provocar un efecto en nuestras acciones. Ella nos guía desde que somos pequeños y comenzamos a tener uso de conciencia por las pequeñas cosas, impulsándonos a llegar más allá de los límites que nos creemos tener.

Por eso no podemos vivir sin ilusiones que se renueven constantemente y nos conduzcan a nuestros sueños. Si quieres ser actriz, adoptar un niño, montar una empresa, no importa, inténtalo. ¿Quién te dice que no puedes? La ilusión que pongas en ello te llevará más cerca de la recompensa y puede que incluso te demuestre que eres capaz de conseguirla.

 “Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo.
Ni siquiera yo, ¿vale? Si tienes un sueño, tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer

Algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo ve por ello y punto”
-Película: En busca de la felicidad–

Huele cada ilusión como si nunca lo hubieras hecho, saboréala como si fuera la primera vez que hubieras probado algo igual, disfrútala como si fuera únicamente tuya y siéntete llena: no dejes nunca que se apague, pues va a ser la luz más grande que vas a tener siempre.

La doble cara de la ilusión
Tener ilusiones es completamente irracional, de ahí su adrenalina y peligro al mismo tiempo. Sobre todo porque, si las expectativas no se cumplen, probablemente sentiremos que hemos fracasado. Justamente esto es lo que nos ha llevado siempre a pensar que hay personas muy “ilusas” que pasan la mayor parte del tiempo sin tocar el suelo, de manera que cuando caen, la caída siempre es más dolorosa.

Tarde o temprano todos pasamos alguna vez por ese momento de fantasía personal en el que la ilusión se apodera de nuestra mente y no nos deja pensar con claridad: nos movemos con el corazón, de manera que el riesgo de acertar o fallar se equilibra. Ese es el problema de su otra cara, que la razón pierde control sobre nuestras acciones.

Mi mayor ilusión es seguir teniendo ilusiones
Más allá de ese matiz negativo, no podemos levantarnos por la mañana si no tenemos una ilusión por la que enfrentar el día: el cuerpo necesita de esa positividad y de esa fuerza anímica para mantenerse en pie y conseguir las metas que le hemos marcado.

“Hay algo que da esplendor a cuanto existe,
y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina”
-G. K. Chesterton-

No es cierto aquello de que “de ilusiones vive el tonto”, lo que es verdad es que sin ilusiones no se vive. Nos damos cuenta de esto cuando estamos en un mal momento y nos decimos: “necesito recuperar la ilusión”. Un trabajo nunca estará del todo bien hecho si no tiene las ganas suficientes, 
una relación no funcionará sin esperanza, no alcanzaremos un reto si no existe.

Esa es realmente la razón por la que no podemos negarnos a ellas. El futuro lleno de ilusiones es probable que llegue a ser totalmente incierto, pero son ellas la energía que nos conduce hacía él. 

Sin ilusión el futuro es un presente indefinido y un camino cansado, una órbita de adversidades que no querríamos enfrentar.


Los planes y los sueños se van cerrando poquito a poco. Prácticamente nadie ha conseguido eso que tanto anhelaba de un solo paso, si no que ha caminado despacio y ha ido recogiendo los frutos de pequeñas metas. Eso nos ayudará a ir ganando en autoestima y superación personal.

Convivir Con La Justicia Ajena


El calificativo de justo hace referencia a la idea de que todo funcione tal y como queremos que funcione. Cuando sucede así, decimos que hay justicia y nos sentimos felices y tranquilos, pero cuando no, nos encolerizamos con el mundo, nos decimos que somos unos desdichados y que la vida es muy injusta. Buscar la justicia es algo parecido a buscar el elixir de la eterna juventud. Simplemente es algo que no existe, es un concepto inventado por los humanos.

Para demostrar esto, solo tenemos que echar un vistazo a nuestro alrededor, a la misma naturaleza. Observaremos que los leones cazan antílopes para alimentarse y que las plantaciones de los huertos se pierden si ese año no llueve lo suficiente.

Podrían quejarse los antílopes y decirse a sí mismos ¡no es justo! ¡yo debería tener garras y colmillos como los leones, para poder defenderme! y también las plantas, podrían decir que es injusto que no llueva, ya que eso hará que se mueran. Sería absurdo si lo hicieran, ¿no es cierto?

Ya sabemos que así es la vida y que para alimentarse, los leones tienen que cazar y que la lluvia aparece cuando se dan las condiciones necesarias para ello y no cuando las plantas lo necesitan. ¿Es injusto?

En definitiva, podemos quejarnos, lamentarnos y pensar que somos unos desgraciados cuando la vida no nos sonríe, pero eso no hará que nos sonría más. El hecho de que tú te sientas más o menos desgraciado e iracundo con el mundo en el que te ha tocado vivir, responde más a una elección personal que a la propia naturaleza de la vida.

Tu malestar viene de ti, que decides nombrar a las cosas como injustas y enfadarte con ellas, pero no de la propia injusticia que puedas observar a tu alrededor. ¿Vas a dejar que tu felicidad dependa de aspectos que no puedes controlar?

Cómo el ¡no es justo! se carga tus relaciones.

En las relaciones personales, el tema de lo que es justo o injusto está a la orden del día, pues las personas tenemos la tendencia a compararnos con los demás, a intentar ser mejores, competir y superarlos de alguna manera. Aunque en realidad es una costumbre que sirve para poco, aparte de para ponernos muy ansiosos y servir como un elemento de presión. Así, aun conociendo sus daños seguimos haciéndolo.

Desde niños, adoptamos la costumbre de decir ¡no es justo que tú puedas ver la tele hasta tarde y yo no! o ¡es injusto que a ti te hayan comprado más regalos que a mí! Ya desde bien pequeños aprendemos a creernos el centro del Universo, a engordar nuestro ego y a que si los demás tienen cosas o bien, pueden hacer cosas que nosotros no podemos, eso ya es injusto y debe solventarse de alguna manera.

Aprendemos a sentirnos perturbados por lo que otros hacen o dejan de hacer y por lo tanto, nos convertimos en esclavos de las conductas de otros.

Esta actitud es una auténtica pérdida de tiempo, además de una bomba para las relaciones personales. Si estamos continuamente comparando lo que hacemos con lo que hace el otro, ya sea nuestra madre, hermano o pareja, estaremos restando tiempo de disfrute con esas personas en el momento presente, además de auto generarnos unas buenas dosis de malestar.

Es mucho más beneficioso para nuestra salud emocional, ocuparnos de nosotros mismos, de nuestros pensamientos, emociones y conductas e intentar que los proyectos, las relaciones y las cosas en general, nos salgan mejor. Hacerlo sin gastar tiempo en comparaciones improductivas, que a su vez crean pensamientos recurrentes tan destructivos como la envidia, el rencor o la venganza.

Puedes Contar Conmigo


Mario Benedetti
Poemas
Puedes Contar Conmigo
Compañera 
usted sabe 
puede contar 
conmigo 
no hasta dos 
o hasta diez 
sino contar 
conmigo.

Si alguna vez 
advierte 
que la miro a los ojos 
y una veta de amor 
reconoce en los míos 
no alerte sus fusiles 
ni piense qué delirio 
a pesar de la veta 
o tal vez porque existe 
usted puede contar 
conmigo.

Si otras veces 
me encuentra 
huraño sin motivo 
no piense qué flojera 
igual puede contar 
conmigo .
Pero hagamos un trato 
yo quisiera contar 
con usted 
es tan lindo 
saber que usted existe 
uno se siente vivo 
y cuando digo esto 
quiero decir contar.
Aunque sea hasta dos 
aunque sea hasta cinco 
no ya para que acuda 
presurosa en mi auxilio 
sino para saber 
a ciencia cierta 
que usted sabe que puede 
contar conmigo.


El Origen De Nuestras Opiniones

Nuestras opiniones son el resultado de nuestras experiencias y de la información que recibimos, pero ¿y si todos estamos equivocados?

Aquí es donde entra el sesgo de confirmación, que corrobora que nuestras opiniones, al contrario de lo que pensamos, no son lógicas y objetivas. Prestamos atención de forma selectiva a la información que defiende nuestras ideas, a la vez que rechazamos inconscientemente aquella información que no está de acuerdo con estas.

En 1960, el psicólogo Pete Cathcart Wason demostró a través de una serie de experimentos que las personas tienden a buscar información que confirme sus creencias. Esta tendencia hace que no seamos objetivos en algunas situaciones y puede influir en nuestras decisiones.

Buscamos de manera selectiva aquella explicación que confirme nuestras teorías, por lo que analizamos mucho más positivamente los hechos que confirman nuestras opiniones previas. Este sesgo cognitivo afecta a la manera en la que seleccionamos la información, por ejemplo, que periódico leemos, que cadena de noticias vemos, con quien nos relacionamos, e influye también en la forma en la que interpretamos esta información.

Este sesgo conlleva distintos peligros como falta de criterio, cuando tendemos a ver y escuchar únicamente lo que nos interesa, es decir, lo que confirma que tenemos razón. Esto sucede muchas veces cuando los datos que contradicen nuestras ideas los damos por falsos o erróneos o los minimizamos para no cambiar nuestra forma de pensar.

A la hora de comprobar nuestras ideas, buscamos información de forma sesgada, en medios que son afines a nuestras creencias intentando encontrar la información que confirme lo que pensamos.
Esto nos lleva al prejuicio, con el que desvalorizaremos a las sociedades, comunidades o personas que son diferentes a nosotros y, por otro lado, juzgaremos como más inteligentes y honestas a las personas que comparten valores y creencias con nosotros.

Nuestros recuerdos también se ven afectados por este sesgo, tendemos a recordar los datos del pasado que más nos convienen, los que reafirman nuestras historias y nos benefician ya que es muy difícil luchar contra esta tendencia natural.


viernes, 15 de febrero de 2019

La Intencionalidad

Filosofía
La Intencionalidad
La intencionalidad es una expresión filosófica que trata acerca de las características de los hechos, con relación a la mente, por lo que esta señala o se encamina hacia un objeto. La intencionalidad se encuentra vinculada con el pensamiento o la conciencia. Gracias a la intencionalidad un individuo tiene la capacidad para identificar la realidad que lo rodea y que se inclina de forma natural hacia ella y, a la vez, al propio yo, no solamente como objeto sino como sujeto del hecho.

Franz Brentano fue el filósofo que introdujo por primera vez el concepto de intencionalidad. El sostenía que los estados mentales eran los únicos que eran intencionales y que por lo tanto venían marcados con ella. Esto quiere decir que si una persona tiene una creencia, dicha creencia es sobre algo, si tiene una ambición ésta es sobre algo y así sucede con los demás estados mentales.

Sin embargo algunos filósofos contemporáneos afirmaban que Brentano se estaba equivocando en su teoría, ya que existían algunos estados mentales como la percepción del dolor que no son referentes a algo, es decir que no se asemeja a otros estados mentales estándares. El dolor puede estar localizado en una zona específica, por ejemplo en una muela, en un dedo del pie, en la cabeza, etc,  dicho dolor no presenta ninguna orientación y mucho menos va dirigido hacia alguna cosa.

Todo lo contrario sucede, cuando la persona desea comer helados, en este caso el deseo tiene un objetivo, es decir una dirección y que en este caso es el helado.


Todo lo anterior demuestra que los dolores no representan estados mentales intencionales, pero los deseos sí.

El Gusto Por El Trabajo

Trabajar es solo el primer paso, hacerlo bien y con cuidado en los pequeños detalles es cuando se convierte en un valor.

Alguna vez un cómico dijo “Tan terrible es el trabajo que hasta pagan por hacerlo”, sin embargo el trabajo es un valor fundamental.

Cuando alguien se refiere a nosotros por “ser muy trabajadores” nos sentimos distinguidos y halagados: los demás ven en nosotros la capacidad de estar horas y horas en la escuela, en la casa o en la oficina haciendo “muchas cosas importantes”. Efectivamente esa puede ser la razón, pero existe la posibilidad de carecer de un sistema de trabajo que nos lleva a “trabajar” más tiempo de lo previsto. Esto se identifica con claridad cuando iniciamos varias tareas y sólo terminamos algunas, generalmente las menos importantes (las que más nos gustan o se nos facilitan), además de ir acumulando labores que después se convertirán en urgentes.

La laboriosidad significa hacer con cuidado y esmero las tareas, labores y deberes que son propios de nuestras circunstancias. El estudiante va a la escuela, el ama de casa se preocupa por los miles de detalles que implican que un hogar sea acogedor, los profesionistas dirigen su actividad a los servicios que prestan. Pero laboriosidad no significa únicamente “cumplir” nuestro trabajo. También implica el ayudar a quienes nos rodean en el trabajo, la escuela, e incluso durante nuestro tiempo de descanso; los padres velan por el bienestar de toda la familia y el cuidado material de sus bienes; los hijos además del estudio proporcionan ayuda en los quehaceres domésticos.

Podemos, fácilmente, dar una apariencia de laboriosidad cuando adquirimos demasiadas obligaciones para quedar bien, aún sabiendo que no podremos cumplir oportunamente; también puede tomarse como pretexto el pasar demasiado tiempo en la oficina o la escuela para dejar de hacer otras cosas, como evitar llegar temprano a casa y así no ayudar a la esposa o a los padres.

Al crear una imagen de mucha actividad pero con pocos resultados se le llama activismo, popularmente expresado con un “mucho ruido y pocas nueces”. Es entonces cuando se hace necesario analizar con valentía los verdaderos motivos por los que actuamos, para no engañarnos, ni pretender engañar a los demás cubriendo nuestra falta de responsabilidad.

La pereza es la manera común de entender la falta de laboriosidad; las máquinas cuando no se usan pueden quedar inservibles o funcionar de manera inadecuada, de igual forma sucede con las personas: quien con el pretexto de descansar de su intensa actividad -cualquier día y a cualquier hora- pasa demasiado tiempo en el sofá o en la cama viendo televisión “hasta que el cuerpo reclame movimiento”, poco a poco perderá su capacidad de esfuerzo hasta ser incapaz de permanecer mucho tiempo trabajando o estudiando en lo que no le gusta o no le llama la atención.

Para ser laborioso se necesita estar activo, hacer cosas que traigan un beneficio a nuestra persona, o mejor aún, a quienes nos rodean: dedicar tiempo a buena lectura, pintar, hacer pequeños arreglos en casa, ayudar a los hijos con sus deberes, ofrecerse a cortar el pasto… No hace falta pensar en grandes trabajos “extras”, sobre todo para los fines de semana, pues el descanso es necesario para reponer fuerzas y trabajar más y mejor. El descanso no significa “no hacer nada”, sino dedicarse a actividades que requieren menor esfuerzo y diferentes a las que usualmente realizamos.

Podemos establecer pequeñas acciones que poco a poco y con constancia, nos ayudarán a trabajar mejor y a cultivar el valor de la laboriosidad:

– Comenzar y terminar de trabajar en las horas previstas. Generalmente cuesta mucho trabajo, pero nos garantiza orden para poder cubrir más actividades.
– Establecer un horario y una agenda de actividades para casa, en donde se contempla el estudio, el descanso, el tiempo para cultivar las aficiones, el tiempo familiar y el de cumplir las obligaciones domésticas o encargos.
– Terminar en orden y de acuerdo a su importancia todo lo empezado: encargos, trabajos, reparaciones, etc.
– Cumplir con todos nuestros deberes, aunque no nos gusten o impliquen un poco más de esfuerzo.
– Tener ordenado y dispuesto nuestro material y equipo de trabajo antes de iniciar cualquier actividad. Evitando así poner pretextos para buscar lo necesario y la consabida pérdida de tiempo e interés.
– Esmerarnos por presentar nuestro trabajo limpio y ordenado.

Cuando nos decidimos a vivir el valor de la laboriosidad adquirimos la capacidad de esfuerzo, tan necesaria en estos tiempos para contrarrestar la idea ficticia de que la felicidad sólo es posible alcanzarla por el placer y comodidad, logrando trabajar mejor poniendo empeño en todo lo que se haga.

El trabajo es mucho más que un valor: es una bendición.


Sentirnos Útiles


El t

rabajo y trabajar es un aspecto muy importante en nuestras vidas para la gran mayoría de las personas. Es difícil definirlo pero podríamos describirlo como la realización de cualquier acción física, social, cultural, moral o intelectual en beneficio propio y para los demás, reflejados o no a través de una profesión, arte u oficio.
De esta manera, podemos pensar que existen dos tipos de trabajo: el trabajo como persona y el trabajo como ente social. El trabajo como persona es aquel que realizamos propiamente para nuestra satisfacción y superación personal de la vida y hacia lo que moralmente uno siente y quiere hacer. Es un sinónimo de ayudar a los demás en función de tu personalidad y pensamiento moral, mientras que el trabajo como ente social es aquel que realizamos para contribuir como mano de obra a la sociedad, el cual nos ayuda entre todos a cubrir las necesidades propias de comunidad de manera profesional y laboral.

Ambos están relacionados y unidos y normalmente los complementamos para alcanzar nuestra plenitud realizadora.

En mi opinión son imprescindibles, ya que considero que una persona no se siente plenamente útil solo trabajando en su profesión, ni tampoco solo ayudando a los demás. No podemos sentirnos plenamente útiles porque necesitamos reconocimiento propio y salarial que solo se consigue trabajando de forma personal y profesional.

A raíz de esto, nos puede surgir la pregunta existencial de: ¿nacemos para trabajar y aportar un granito de arena a la sociedad y a nosotros mismos o nacemos para disfrutar de la vida sin aportar nada a nadie, ni hacer nada por nosotros y para la sociedad? Pues bien, yo pienso que las personas, innatamente, tenemos la necesidad de hacer, de contribuir a nuestro entorno social y laboral. Creo esto porque me hago la siguiente pregunta ¿puedo vivir sin hacer nada? Y mi respuesta claramente es no, no puedo dejar de hacer cosas, de trabajar para sentirme bien.