Ante tantas cosas que tengo por delante, todas con el rótulo
de “tareas a realizar” que prácticamente al apilarse unas sobre otras ocultan
mi mesa de trabajo a un punto de no tener la menor idea de por cual empezar, téngase
presente de que mi labor profesional es la de asesoramiento en gestión de
empresas y que en esta época del año se suelen analizar los resultados obtenidos
en el ejercicio cerrado al 31 de diciembre, hace solamente dos días atrás, para
luego trazar las previsiones para el ejercicio en curso, ajustar las cuentas de
resultados, hacer el balance de situación con la correspondiente liquidación de
impuestos.
No voy a dramatizar
sobre algo que me gusta mucho realizar y que además tengo la mayoría de los
datos sujetos a analizar totalmente cerrados y listos para presentar, esto no
quiere decir que no estén diseminados por varios lados, que tapen literalmente
mi escritorio, que sueñe con ellos por las noches ni que me invada, como me
invade, una tremenda pereza que se manifiesta justamente a la hora de tener que
ordenar la tarea.
Además creo que merece cierta consideración el hecho
innegable de que de todas mis tareas pendientes de realización algunas de ellas
ocupan casi toda la atención de mi mente en una manera tal que pareciera que me
condicionan el pensamiento, entonces claro, la conclusión no puede ser otra que
la de admitir que lo primero es lo primero, es por esta razón de que estoy
escribiendo en mi notebook, voy a publicar este artículo como base de partida
para la realización de todos mis asuntos pendientes.
Esta es la razón del encabezado de este artículo, no voy a
avanzar sobre los granos de maíz como las gallinas de mi niñez, tomando la
tarea que tengo por delante una por una hasta terminar todo lo que tengo para
hacer, sino que voy a sentarme a tararear una canción que me consuela y me trae
mucha paz en medio de tantos desafíos.
Escuchen e imaginen como si viniera de lejos este burrito
cordobés:
“Tranquilo al trotecito, tranquilito en el andar, total no
tiene apuro, apuro por llegar, uy uy uy, no
lo apures, uy uy uy, no lo silbes, total no tiene apuro mi burrito cordobés.”
Hugo W Arostegui