jueves, 8 de febrero de 2018

La Práctica Social


Si bien, algunas propuestas buscan el sustento en perspectivas que la reconocen como acuerdo social, finalmente este acuerdo lo configuran en una dirección: como una fijación que debe guiar los procesos de práctica social o como una imposición social que define dichas prácticas.

Pretendemos mostrar que la práctica social es algo más que una actividad, incluso que debe superar los acuerdos sociales desde los cuales se imponen unas funciones que los miembros de un grupo social deben cumplir y en el marco de las cuales debe realizar sus prácticas sociales, que tampoco, por sí mismas definen sociedades; antes que imposición, es una expresión de muchas cosas que se conjugan en el ser humano; es particularidad y socialidad, es creación y reconocimiento sociohistórico, es manifestación ética, estética, comunicativa, política… es todo esto a la vez.

La práctica social debe ser considerada como expresión de toda la humanidad del ser humano representada en sus imaginarios sociales; esto es, que debe reconocer, en primer lugar, que el ser humano, quien realiza la práctica social es un ser socializado, o sea que cuando interactuamos con alguien, ese alguien es de por sí y por herencia social, un sujeto con un complejo entramado socio/histórico el cual influye en una práctica social.

En segundo lugar, que la relación con el mundo de quien realiza la práctica social está mediada por la dimensión simbólica e imaginaria que ese ser humano socializado ha configurado sobre el mundo, el ser humano, la vida y la muerte. 

O sea, quien realiza la práctica social se basa en esa dimensión simbólica / imaginaria del mundo, la cual subsume las otras dimensiones racionales y conjuntistas (ensídicas). Si bien se debe reconocer la existencia de las dimensiones racional, ensídica y conjuntista del mundo, no es sobre ellas que el ser humano configura su realidad y define sus acciones e interacciones, pues cada una de estas acciones en interacciones corresponde a una significación que da sentido a dicha acción.

En tercer lugar, es importante considerar que, pese a esa fuerza de la historia y la tradición en la práctica social, los sujetos particulares matizamos los acuerdos sociales con nuestras propias significaciones sobre el mundo, el ser humano, la vida y la muerte.

Los sujetos damos sentido particular a los acuerdos desde la imaginación radical que cada uno construimos, gracias a esas fuerzas psicosomáticas que permiten ver el mundo con nuestros propios lentes, lo que implica una radical creación, aunque en una relación magmática con lo social.

Y por último las prácticas sociales no son linealmente (unidireccionalmente) producto de nada ni generan condicionalmente nada, sino que estas fuerzas se presentan articuladas a manera de magmas, que configuran significaciones imaginarias sociales en las cuales se funden las formas de ser/hacer, 
decir/representar de los actores sociales que realizan una práctica determinada.

En consideración a ello, pese a su capacidad de generar comportamientos e incluso grupos sociales, son también generadas desde ese magma de significaciones sociales que involucran lo racional, lo ensídico, lo particular (psicosomático) y lo social; pese a estar dinamizadas por los acuerdos sociales (en un aparente estado de inmovilidad respecto de cómo debe ser la práctica en ella misma existe ebullición constante que hace posible permanentes transformaciones por parte de los sujetos particulares o grupos sociales que la realizan.


Lecciones De Una Vaca


Una vaca es como un libro abierto; parece que me está diciendo: 
"tranquilo amigo, sosiégate. Aprende de mí; estoy en paz conmigo misma y con el mundo. Soy algo gruesa –aunque tampoco es para tanto- y mi existencia es modesta. No me doy muchas vueltas: como hierba, doy buena leche, mujo, y ante todo soy una sencilla vaca, feliz de serlo”. Pienso que puede ser un buen mensaje para el hombre de hoy.

Los filólogos nos dicen que el término sereno significa “sin nubes, cosa clara”. Es hermoso contemplar con frecuencia el regalo diario que los amaneceres nos ofrecen en las jornadas de buen tiempo. El turquesa celeste, contrapunteado por la discreta forma de los árboles y la funcional arquitectura urbana, se abre en un haz de luz benefactora. Pero este lujo de las zonas meridionales no está al alcance de todas las latitudes. Hay lugares donde la lluvia, las nubes y el frío tienen una presencia anual muy considerable. Ciertamente hay gente que ha cantado bajo la lluvia; el escritor Chesterton la consideraba como un fenómeno “tonificante y moral”. La nieve tiene también su indudable magia y es campo de juegos y batallas para escolares.

Sin embargo, en ciertas mañanas de invierno alguien puede ver el día más patético que prometedor. Qué decir si además uno tiene la ocurrente lotería de chocar levemente con otro conductor y se dispone a la gravosa firma de partes para las aseguradoras automovilísticas...¡Qué mala pata!...Pero también qué gran ocasión para vivir la serenidad. Las personas podemos penetrar con luz propia en las borrascas de cada día. Frecuentemente nos abrumamos por las situaciones adversas, pero también podemos despejar brumas cuando el periscopio de nuestra alma racional es capaz de ver, por encima del turbio oleaje, contornos más luminosos y nítidos.

La serenidad no es el temperamento del flemático, ni el vacío insustancial de un corazón frío. Tampoco es la lentitud triste del abúlico. La serenidad, aunque nuestro temperamento fuera fogoso, es un ejercicio del carácter por el que lo racional intenta sobreponerse a lo puramente impulsivo. La serenidad es un imperio de la inteligencia sobre los vaivenes de la vida; se trata de un fruto de la templanza. La serenidad da algo de luz en la noche.

Algunos estudiosos relacionan la palabra serenidad con el término latino serum, “la tarde, el anochecer”. Tras un día de trabajo llega la paz de la noche. Surge una pregunta oportuna pero incisiva: ¿Tienen paz nuestras noches?...Dicen que la mejor almohada es una conciencia tranquila. Se trata de una frase feliz dicha por alguien con el cuerpo sano. Sospecho que debe haber más de algún irresponsable que duerme a pierna suelta y un buen número de personas sensatas que tienen problemas de sueño. En cualquier caso la caída de la tarde supone una cierta reflexión sobre el día transcurrido. Cuando se hacen cosas que merecen la pena –y, por tanto, la incluyen- se termina la jornada con cierta satisfacción.

Entre esas cosas destaca como un lucero aquella por la que, según el clásico castellano, seremos juzgados al final de nuestras vidas.



Cuando Todo Está Contigo



El origen de muchas de nuestras decepciones está en esperar a que los demás actúen como nosotros mismos lo haríamos. Aguardamos la misma sinceridad, el mismo altruismo y reciprocidad, pero sin embargo, los valores que definen nuestro corazón no son los mismos que habitan en mentes ajenas.

William James, filósofo, fundador de la psicología funcional y a su vez, hermano mayor de Henry James, comentaba en sus teorías que una forma muy sencilla de encontrar la felicidad, reside en el hecho de minimizar nuestras expectativas. Cuanto menos esperes, más puedes recibir o encontrar. Es un razonamiento sin duda algo controvertido, sin embargo, no deja de tener su lógica.

No esperes nada de nadie, espéralo todo de ti mismo, de este modo, tu corazón almacenará menos decepciones.

Todos tenemos muy claro que en lo que respecta a nuestras relaciones, es inevitable no tener expectativas. Esperamos ciertos comportamientos y anhelamos aspectos como ser queridos, defendidos y valorados. Ahora bien, eso no quita que, en ocasiones, estas previsiones nos fallen. Quien espera demasiado de los demás suele acabar herido en algún detalle, en algún matiz, de ahí, que valga la pena tener en cuenta una serie de aspectos.

Padres y madres que esperan que sus hijos actúen de un modo determinado, parejas que lo esperan todo de sus compañeros/as sentimentales, y amigos que aguardan que les apoyemos en cada cosa que hacen, aunque en ocasiones, vaya en contra de nuestros valores. Todas estas situaciones tan comunes son claros ejemplos de lo que se conoce como “la maldición de las expectativas”.

En ocasiones, hay quien llega a creer que lo que él o ella piensa, siente y juzga es algo casi “normativo”, e incluso llega a colocar un listón tan alto en lo que se refiere al concepto de amistad, de amor o de familia, que nadie logra alcanzar dichas cumbres y, por lo tanto, la decepción recae en ambas partes. 

La clave, como siempre, está en el equilibrio y ante todo en la necesidad de ser realistas.

Queda claro que hay determinados tipos de expectativas que entran dentro de lo que es esperable (la no traición, la sinceridad, el respeto, la fidelidad…) todo ello son pilares que sustentan las relaciones positivas y saludables. Sin embargo, en cuanto alguien se obsesiona con la “excelencia” del vínculo, ya sea en materia afectiva, paterno-filial o de amistad, aparece la frustración, el resentimiento o incluso la ira. Es algo a tener en cuenta.

Nadie es ingenuo por necesitar ver siempre el lado bueno de las personas. Tenemos derecho a verlo, a buscarlo e incluso a promoverlo, pero con cierta cautela, con cierta prudencia. Porque la decepción es la hermana de las grandes expectativas, así que siempre será más adecuado “no deslumbrarnos” antes de hora y usar las gafas de la objetividad y el realismo más sereno.

“Un hombre debe ser lo suficientemente grande como para admitir sus errores, lo suficientemente inteligente como para aprovecharlos y lo suficientemente fuerte para corregirlos”.

-Khalil Gibran-

Saber Que Importas


Cuando estás afrontando una situación estresante o atravesando un mal momento, las personas que hay en tu vida pueden ayudarte a afrontarlo. Si alguien a quien le importas sabe por lo que estás pasando, te ayudará a sentirte comprendido, y no tan solo.

Saber que alguien te quiere significa mucho. Y es algo muy importante cuando uno está estresado. Los problemas parecen menores y más fáciles de sobrellevar cuando se habla con la persona adecuada. Somos capaces de afrontar mejor las cosas y de ver soluciones con mayor facilidad cuando compartimos nuestros problemas.

Hay muchas formas diferentes de dar y recibir ayuda. A veces sólo necesitamos unas palabras de ánimo. Otras veces necesitamos que nos orienten o nos den una nueva perspectiva sobre las cosas. La ayuda puede ser algo muy específico e inmediato, como apoyo para llevar a cabo unos deberes en concreto. O puede ser más duradera, como recibir clases de repaso para aprobar una asignatura pendiente o terapia para sobrellevar una situación personal difícil.

Probablemente recordarás los momentos en que alguien te ha ayudado. Uno de tus padres puede haberte enseñado a conducir o haberte apoyado para abandonar un mal hábito. Tal vez un amigo te ayudó a sobrellevar la tristeza o a superar una decepción. O tu profesor favorito puede haberte guiado en el proceso de rellenar la solicitud para ir a la universidad. Y probablemente también podrás recordar momentos en que tú ayudaste a otras personas.

Los amigos, los padres, los profesores y otros adultos pueden ser valiosos recursos cuando necesitamos ayuda. También hay momentos en que necesitamos la ayuda adicional que puede aportar un buen profesional. Los terapeutas, psicólogos y psiquiatras ofrecen ayuda especializada sobre cuestiones de salud mental y problemas personales.

Dirigirse a la persona adecuada para pedir ayuda compensa con creces. Sólo tienes que pedirla.


El Ser Rutinario



La rutina, su hábitat, es el medio donde mejor se desenvuelven, pues aquí su vida y su ambiente nuca ha transcendido,

El tiempo ha pasado, pero ni cuenta se han dado.

El miedo de progresar se ha apoderado de ellos, prohibido vivir nuevas experiencias, e que mejor es “preferible lo malo conocido a lo bueno por conocer”, no saben que afuera hay grandes glorias
Que les esperan, nuevos conocimientos por aprender, pero ellos se asemejan a un fósil, resisten la evolución, la única verdad que prevalece es la mediocridad.

No pueden pensar por sí mismos, puesto que en su mente tienen las doctrinas y dogmas de sus antepasados
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Y si ellos vivieron y murieron, pues ellos también lo harán, claro, sin dejar sombras, menos aún huellas en este mundo.

Metas Y Objetivos


Un objetivo personal cuenta con un propósito. Debe ser un plan.
Es algo que esperas hacer. Debes tener objetivos y la única manera de alcanzarlos es trabajando disciplinadamente.

En primer lugar, con objetivos definidos, liberas tu propia energía y comienza a suceder cosas.

¿Te  imaginas a Sir Edmund Hillary, el primer hombre que conquistó el Monte Everest, explicando su logro?
Imagínatelo diciendo:
“Bueno, yo salí a dar una caminata un día cuando de repente me di cuenta que sin proponérmelo había llegado a la cumbre”.
Probablemente suena absurdo, ¿verdad?

Sin embargo, él se propuso el objetivo personal de llegar a la cumbre y por lo tanto se preparó.

Mira hacia dónde quieres dirigirte, y no cambies la decisión de seguir adelante.
Eres el único que puedes fijar tus metas en la vida y la constancia es una opción que te va ayudar a mantenerte en el camino hacia tus propósitos.

Cualidades De La Persona Con Objetivos Personales Claros.

Si tú eres de las personas que han marcado su norte con objetivos claros, eres un ganador, y debes alumbrar con cualidades como éstas:

Ser parte de la respuesta y no del problema que se presente.

Tener una mentalidad positiva. “Puedo hacerlo” será tu expresión favorita.
Como ganador, siempre has de tener un plan o proyecto, sin excusas para no realizarlo.

Ver la oportunidad frente al obstáculo, y no los obstáculos tapando las oportunidades.

Ser constante. La constancia es una virtud que lleva a dar fruto a quien la posee.


Un Corazón Que Escuche



Hace unos días leí una pequeña historia de la que hablaba de la importancia, a veces, de estar junto a una persona que sufre algún dolor, solo con el corazón... 
Un médico psicólogo atendía una consulta en un hospital... sus pacientes eran adolescentes... Cierto día le derivaron un joven de 14 años que desde hacía un año no pronunciaba palabra y estaba internado en un orfanato... Cuando era muy pequeño, su padre murió... Vivió con su madre y abuelo hasta hacía un año... a los 13 muere su abuelo, y tres meses después su madre en un accidente...
 Solo llegaba al consultorio y se sentaba mirando las paredes....sin hablar... Estaba pálido y nervioso... 

Este médico no podía hacerlo hablar.. Comprendió que el dolor del muchacho era tan grande que le impedía expresarse...y él... por más que le dijera algo, tampoco serviría de mucho. Optó por sentarse...y observarlo en silencio....acompañando su dolor.... 

Después de la segunda consulta, cuando el muchacho se retiraba....el doctor le puso una mano en el hombro: "Ven la semana próxima si gustas....duele verdad?..." el muchacho lo miró, no se había sobresaltado ni nada... solo lo miró y se fue... 

Cuando volvió a la semana siguiente....el doctor lo esperaba con un juego de ajedrez.. Así pasaron varios meses...sin hablar....pero el notaba que David ya no parecía nervioso... y su palidez...había desaparecido... 

Un día mientras el doctor miraba la cabeza del muchacho mientras él estudiaba agachado en el tablero... pensaba en lo poco que sabemos del misterio del proceso de curación... 

De pronto....David alzó la vista y lo miró: "Le toca - le dijo" 
Ese día empezó a hablar... hizo de amigos en la escuela, ingreso a un equipo de ciclismo... Y comenzó una nueva vida... su vida. 

Posiblemente el médico le dio algo... pero también aprendió mucho de él... Aprendió que el tiempo hace posible lo que parece dolorosamente insuperable... a estar presente cuando alguien lo necesita... a comunicarnos sin palabras. Basta un abrazo, un hombro para llorar, una caricia... un corazón que escuche 

¿Será verdad que el tiempo lo cura todo, aun por doloroso que sea?

miércoles, 7 de febrero de 2018

Puntos De Vista


Te das cuenta que dependiendo de la forma en que veamos las situaciones que nos acontecen serán las reacciones y acciones que asumamos, lo que a su vez genera ciertas consecuencias o resultados. Nuestras conductas guardan estrecha relación con la manera como vemos las situaciones y dependen de nuestro punto de vista personal; de esta manera, podemos afirmar que detrás de cada conducta, hay una actitud.

Así, las actitudes negativas sólo llegan a ser un obstáculo en la vida, en consecuencia no existe una proyección del futuro idóneo que queremos vivir para lograr nuestra superación personal; si por el contrario asumimos una actitud positiva obtendremos resultados favorables que serán proyectados sin lugar a duda en nuestra conducta y en consecuencia de lo que deseamos hacer y ser en la vida. 

Creer que nuestras vivencias cotidianas son producto del destino, la suerte o el azar implica una resistencia a reconocer que todo lo que obtenemos va en función de la manera como lo hacemos, lo pensamos o creemos, es decir, de la actitud que asumimos ente los diversos acontecimientos que se nos presentan
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Las personas que salen adelante en la vida mantienen una actitud positiva ante las circunstancias. En su comportamiento podemos encontrar que suelen ser optimistas, entusiastas, no creen en la suerte o el destino, si no por el contrario son persistentes, luchan y buscan cómo salir adelante o cómo lograr lo que desean; saben  que lo que quieren no les caerá del "cielo" y con esta actitud proyectan seguridad en sí mismas.

Los valores personales determinan las actitudes que asumimos en la vida y que proyectamos con nuestros comportamientos. Algunas personas se dejan llevar por lo que otros piensan porque no cuentan con valores que orienten su decisión para hacer o decir algo, lo cual indica que su actitud ante la vida es la de actuar en función de los intereses de otros y no de los propios.

Si tenemos ciertos valores éstos serán los que determinan nuestra forma de pensar, propiciando actitudes positivas ente la vida que proyectamos con nuestros comportamientos, sin embargo, no siempre es así ya que podemos encontrar personas que piensan de cierta manera y actúan contrariamente a sus pensamientos y/o sentimientos, quedando en juego sus "valores" y viviendo con actitudes negativas.

Si actuamos en base a nuestros valores lo hacemos por convicción y no por obligación o presión de otras personas, estaremos practicando algunos valores que se consideran de índole universal, como la honestidad, responsabilidad, justicia, solidaridad, entre otros.

Las personas pasamos por situaciones en las que se hace evidente que algo nos gusta o nos atrae, manifestando conductas que muestran las preferencias por ciertos tipos de actividades o experiencias, y cuando esto sucede entonces estamos hablando de que algo nos interesa, es decir, nos agrada.

Podemos decir que el interés es una actitud positiva que nos conduce hacia la elección de una situación, objeto o actividad relacionada con nuestros valores.
Los intereses no se manifiestan con palabras, sino con acciones a través de la participación en actividades cotidianas. 


Hacer lo que te gusta y hacer lo que mejor sabes hacer, es un hábito importante para que amplíes los horizontes de tus intereses.

Edad Y Percepción Del Tiempo



En la revista digital Psychology Today, otra de las teorías afirma que “el paso del tiempo que percibimos está directamente relacionado con la cantidad de nueva información perceptual que absorbemos”. Con muchos estímulos nuevos, 
nuestros cerebros tardan más en procesar la información, por lo que el tiempo pasa y nosotros no nos damos cuenta realmente
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Además, en situaciones no habituales nuestro cerebro graba con más detalle los recuerdos y como consecuencia, lo vivido parece más lento y a la vez más extenso de lo que realmente fue.

Una de estas hipótesis en la web Buffer Social es casi contraria, pues explica que “cuanto más edad tenemos, más familiar y reconocible es nuestro entorno.

Nuestra casa o nuestro lugar de trabajo ya no nos sorprende”. Para los niños, el mundo es un lugar desconocido que está continuamente lleno de nuevas experiencias. “En las vivencias cotidianas, el tiempo no se percibe al cien por cien y por ello parece que avance más rápido”.

Peter Mangan, psicólogo en el Colegio Clinch Valley de Virginia, junto a sus compañeros realizó un experimento, publicado en Sun Sentinel, a jóvenes de entre 19 y 24 años y adultos de entre 60 y 80 años. A ambos grupos y de forma separada, se les pidió que contaran 3 minutos, segundo tras segundo y a la vez.

El primer grupo lo hizo de manera casi perfecta: solo se pasaron 3 segundos. Por su parte, los ancianos creyeron que habían llegado al objetivo 40 segundos después.

Mangan reflexiona que “los relojes internos que controlan los ciclos diarios de actividad, perciben el tiempo de forma totalmente diferente según los años”. Así que todas esas veces que miras el reloj y te sorprendes son totalmente normales según tu edad.


La Intuición Humana


Todos estamos acostumbrados a utilizar nuestros cinco sentidos, mente e intelecto para analizar y percibir estímulos. Esto es porque todo nuestro sistema educativo está orientado a enseñarnos sólo a usar nuestros cinco sentidos a la hora de analizar situaciones y resolver problemas. Las ciencias modernas generalmente ignoran la dimensión sutil, ya que no pueden probar su existencia utilizando herramientas tradicionales de medida y análisis…

Desconocido para la mayoría de la humanidad, hay un vasto mundo sutil e intangible más allá de la comprensión de nuestros cinco sentidos, mente e intelecto. 

Este mundo también se conoce como mundo sutil, dimensión sutil, mundo espiritual, reino espiritual o dimensión espiritual. Este mundo sutil influencia nuestra vida en gran medida, tanto positiva como negativamente. 

Muchos de los problemas y dificultades de nuestra vida se deben a influencias dañinas procedentes del mundo sutil. Nuestra ignorancia e incapacidad para percibir e influenciar el mundo sutil nos convierte en víctimas indefensas de estos efectos dañinos. También nos priva de la oportunidad de mejorar nuestras vidas espiritualmente. Como el mundo sutil afecta a cada aspecto y a cada paso de nuestra vida, tener conocimiento sobre él nos ayuda a tomar las decisiones correctas que nos ayudarán a fomentar la felicidad y a protegernos de su influencia dañina.

Se llama percepción extrasensorial a la supuesta habilidad que permitiría adquirir información por medios diferentes a los sentidos conocidos. La percepción extrasensorial se denomina a veces sexto sentido. 

El término Percepción Extrasensorial (por sus siglas en inglés ESP) fue acuñado por Joseph Banks Rhine  pero la noción de la percepción extrasensorial existe desde la antigüedad. Los antiguos Chamanes u Oráculos basaban su trabajo en el supuesto uso de poderes sobrenaturales para obtener conocimiento como son la Precognición o la Clarividencia. 

Ancestralmente siempre se ha relacionado el uso de estos poderes con alguna deidad o poder diabólico, no siendo hasta el siglo XX cuando, además, se intenta profundizar y darle una explicación científica o más esotérica.

La intuición es el resultado de una serie de fenómenos que no residen en la conciencia. La intuición es la voz del alma y es más poderosa que la razón. El ser humano tiene la capacidad de poder entrenarse para educar sus reacciones inconscientes para hacer juicios de manera efectiva. Porque, efectivamente, nuestros juicios y primeras impresiones pueden educarse.

La evolución ha dotado al ser humano de herramientas esenciales como el lenguaje o la capacidad de abstracción, no debería extrañarnos que también haya sido dispuesto con la capacidad de tomar decisiones de manera rápida y eficaz, y más aún en la sociedad de ritmo tan acelerado que le está tocando vivir
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Hasta finales del siglo XX, pocos eran los científicos que confiaban en este tipo de estímulos inconscientes en la toma de decisiones, y se había determinado que eran estímulos irracionales carentes de fundamentos de peso. Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que la intuición puede llegar a ser mejor que los modelos de elección racional, fundamentalmente porque el cerebro se mantiene alerta las 24 horas, y ante situaciones que requieren respuestas inmediatas, piensa mucho antes de ser nosotros conscientes de ello, y nos envía señales a modo de respuesta, pero que en la mayor parte de las veces ni siquiera podemos apreciarlas porque no estamos lo suficientemente preparados para comprenderlas.

El problema es que el pensamiento consciente y el inconsciente funcionan independientemente y difícilmente se van a poner de acuerdo si el individuo no ha sido preparado para ello
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La sudoración o la variación en el ritmo cardíaco son solo alguna de las consecuencias físicas a las señales que nuestro inconsciente nos puede estar mandando en estas situaciones. Pero hay otras muchas que no apreciamos, porque nuestro cuerpo no está preparado ni entrenado para sentirlas conscientemente, porque la mayor parte de ellas se deshilachan a un nivel tan bajo a nuestra mente que no somos capaces de detectar. Pero como toda capacidad del ser humano, si se practica y ejercita con dedicación, se volverá fuerte y eficaz.

Cuando meditamos, el cuerpo reduce nuestro stress y prepara nuestra mente para recibir información que muchas veces pasamos por alto, porque favorece nuestra concentración, y es una de las mejores maneras de desarrollar y potenciar nuestra intuición.

Un ejercicio muy sencillo y al mismo tiempo efectivo consiste en sentarnos cómodamente en una silla, con la espalda recta y los pies descansando en el suelo, cerrando los ojos y sintiendo como la silla absorbe todo nuestro peso, nuestro estrés y nuestras preocupaciones, centrándonos en todo momento en nuestra respiración, lo que hará que nos sintamos más y más relajados, podamos acallar nuestros pensamientos mas superficiales de modo que podamos llegar a escuchar nuestra voz interior. A medida que más practiquemos, mayor será la capacidad que vayamos adquiriendo.

La mejor manera de desarrollar nuestra intuición es confiando plenamente en ella. Al principio, nos podría asustar la idea de dejar todas nuestras decisiones en manos de nuestra intuición, pero lo cierto es que ella es nuestra guía interior y debemos comenzar a confiar en ella.


Empecemos a escuchar nuestra voz interior. Aquella que nos hace experimentar una sensación en el estómago que nos impulsa a hacer algo sin razón aparente, y prácticamente sin haber tenido el tiempo suficiente para pensarlo. Dejémonos guiar por ella, porque nuestra intuición sabe, por experiencia propia, lo que la razón desconoce.

Nuestro Lenguaje


El idioma español está considerado como una lengua romance del grupo ibérico y uno de los más limpios del habla moderna porque a no ser porque la H es muda, se lee y escribe tal cual se pronuncia. Es rico en conceptos y se los articula fácilmente y con una curiosidad: tiene 15.000 verbos que han sido publicados ya hace mucho tiempo en un diccionario especial (Sopena).

En ese número de verbos están incluidos los de la vieja habla castellana pero ello no impide reflexionar sobre la poca cantidad de verbos que se utilizan en la actualidad. Desde la Academia Nacional del Idioma se dijo que la mayoría de los rioplatenses empleaba alrededor de 600 palabras en el lenguaje coloquial cotidiano. Este achicamiento idiomático está relacionado seguramente con el abandono del hábito regular de la lectura, algo que ha ido decayendo pronunciadamente en los últimos años como consecuencia de la invasión tecnológica y de un cierto debilitamiento en la enseñanza dentro del sistema educativo.

El mundo del idioma español es muy rico y ello se nota en los grandes disertantes y en los escritores. La riqueza que ha dejado Jorge Luis Borges en su producción es inmensa y ha sido considerada mundialmente.

El idioma se articula con palabras y la palabra es la unidad mínima del significado de una lengua. La palabra es considerada específicamente como un conjunto de sonidos que expresa una idea. Por ello, utilizar los términos con precisión impide que quien escucha se equivoque en la interpretación de los significados. 

Esta observación es fundamental para la apreciación del idioma.

Por otra parte, las diferencias generacionales son visibles en el uso idiomático. En principio porque el idioma responde a la realidad de la vida, es decir tiene un presente en su expresión así como un pasado en su estructuración. No obstante, en un amplio sector de los jóvenes se incluyen modismos antojadizos y contracciones en el uso de la palabra, por ejemplo no dicen «vamos a ver una película» sino vamos a ver una «peli». Y, hay que admitir que estas caracterizaciones se llevan aula y que a los profesores de lengua les cuesta poner las cosas en su lugar. Mucho más con la indisciplina tan frecuente hoy en el ámbito escolar.

El aporte más importante que puede hacer una persona al idioma, es hablar bien en la vida cotidiana, es decir expresar correcta y claramente sus ideas para evitar cualquier confusión . 

Hay que hablar teniendo en cuenta que la palabra es el vínculo y que, entendida como tal, mejora y profundiza la comunicación.


Disfrutar De El Ocio


EL CONFLICTO DEL OCIO Y LOS CAMBIOS SOCIALES El título de la ponencia representa en sí mismo una declaración de intenciones porque si entendemos el ocio como esparcimiento y diversión y la diversión como espacio de distensión y relajación de los individuos, no debería de representar ningún problema para la convivencia ciudadana.

Pero no siempre es así, de ahí que debamos calificar el ocio que todos deseamos como ocio inteligente. Y es que parece que estemos hablando de dos tipos de ocio. Por un lado parece que la diversión sea trasgresión sistemática de la convivencia y el orden establecido y, por otro lado hablamos del ocio inteligente que consiste en disfrutar de esos momentos de disfrute y relajación de las obligaciones laborales, de una manera respetuosa para con los demás.

Pero en el fondo esta afirmación es una falacia, no existen dos tipos de ocio tan diferenciados, como la gente no se divide en buena y mala, sino que todos tenemos buenos y malos momentos, si bien es cierto que siempre hay algunos que tienden a buscar los límites de la convivencia, tanto en esta actividad como en cualquier otra. Lo que existen son MODELOS DE OCIO, por un lado tendríamos el carácter mediterráneo o extrovertido, en el que los individuos tienden a ser más abiertos, más sociables, frente a un modelo, más individualista y consumista.

En nuestra cultura mediterránea nunca ha sido lo normal el no compartir con los amigos los momentos de ocio, para nosotros eso siempre ha sido así, de ahí el carácter lúdico-festivo de nuestra tierra. Además estamos en un momento de ruptura entre dos estilos de vida: la cultura del trabajo y la cultura del ocio, 

las sociedades que vivían por y para el trabajo están dando paso a otra cultura en la que si bien el trabajo es importante, ya no acapara todos los días de la semana he incluso la jornada laboral diaria tiende a acortarse para disponer de más tiempo para el ocio, un ejemplo, la tendencia de las 35 horas semanales.
Nos toca vivir en un momento de cambio que, si bien es lento, es también inevitable, ya que la mecanización de los procesos productivos no necesita tanta mano de obra y dejan mucho tiempo de ocio a la clase productiva. 

El debate se suscita en relación a cómo debe ser la correcta utilización del tiempo de ocio y los retos y oportunidades asociados a su correcta ordenación y regulación. Por un lado debemos reflexionar sobre la generación de más oportunidades laborales en el sector de servicios, sobre todo los relacionados con el ocio, los servicios y el turismo en general y, por otro lado, sobre la mayor calidad de vida vinculada a la mayor disponibilidad de tiempo y recursos para realizar esas actividades. 

Solo hay que darse una vuelta por cualquier ciudad para comprobar que los espacios de ocio no solo son para los más jóvenes – tradicionales consumidores del ocio, especialmente del ocio recreativo-, sino que se ha producido una diversificación de la oferta de ocio por edades. En este sentido ya no es raro ver a la población adulta y madura disfrutando en la calle de su ocio, los fines de semana.

Además este nuevo mercado del ocio recreativo está dando un salto cualitativo en el que es posible ser un ciudadano alemán y el viernes tarde abordar en Berlín un avión y pasar el fin de semana en muchas ciudades españolas por un precio casi simbólico. Si bien esto es bueno para la concepción de la identidad europea, para los negocios vinculados al ocio y para el mestizaje cultural, también es cierto que nos proporciona un nuevo concepto de población flotante fuera del periodo estival, que puede poner de moda algunas ciudades españolas, básicamente por su clima y por su oferta recreativa, y esto a su vez traer una mayor masificación a los espacios de ocio.
Conociendo esta tendencia, se nos presenta un nuevo reto, resultado de la fusión entre todas las variables que hemos comentado: los modelos recreativos y consumistas, el cambio de la cultura del trabajo a la del ocio, los nuevos mercados del ocio, la generación de riqueza y de puestos de trabajo etc.) que debe ser abordado con el mayor rigor, si no queremos que una oportunidad histórica e irrepetible para el desarrollo económico y social de nuestro país se vuelva en nuestra contra. Es imprescindible convertir el ocio en una actividad de consenso, que resuelva el déficit de convivencia y sobre todo de concienciación ciudadana sobre el impacto del ocio.
Cuando una parte de la ciudadanía sale a divertirse, otra opta por quedarse en su casa y cuando las zonas de ocio están debajo de estas casas y existe una masificación de público, se produce un impacto acústico y unas molestias vecinales derivadas de consumos abusivos de alcohol, problemas de drogodependencias, de seguridad vial,.... en fin de convivencia. Y si esto se produce en zonas como son los centros históricos que padecen con frecuencia un elevado grado de deterioro urbanística y/o de marginación social, falta de infraestructuras, dotaciones de servicios etc., normalmente el ocio aparece como el principal responsable de un problema que, en realidad es estructural.
los estudios realizados sobre los hábitos sociales de nuestros ciudadanos son claros: El ciudadano asume su responsabilidad y su falta de civismo como principal responsable del impacto del ocio y, paradójicamente, exige que se pongan en marcha campañas de sensibilización y todo tipo de iniciativas que incidan en la responsabilidad del usuario del ocio en la buena convivencia urbana.
El principal objetivo de estas acciones no puede ser otro que el de promover un clima de reflexión en conjunto de la sociedad sobre las necesidad de que cada uno de nosotros asuma su responsabilidad en la construcción de la correcta convivencia ciudadana.

Todo esto es bastante fácil de decir, pero ¿cómo lo hacemos? quien le pone el cascabel al gato. Llegado a este punto y siguiendo las opiniones de los propios usuarios del ocio y, en general, la mecánica de otros fenómenos sociales,

las instituciones se encuentran atadas de pies y manos para poder abordar este tipo de problemáticas. El discurso institucional cada vez se encuentra más alejado de las prioridades ciudadanas y sus actuaciones se contemplan cada vez más vinculadas a necesidades electorales.


O lo que es lo mismo, el discurso oficial genera reservas y escepticismo entre los colectivos sociales que no confían en la bondad de los argumentos políticos. 

En este contexto debe ser la sociedad civil la que cobre el mayor protagonismo como responsables y líderes de este proyecto, que debe generar el adecuado clima de concertación social, y en cuyo marco se debe plantear la implicación de la acción institucional. 

Solo mediante la activación de un debate social abierto y participativo estaremos en condiciones de legitimar un plan de actuaciones que debe tener, como primer objetivo, generar la complicidad del ciudadano de la calle.

Cuando Haces Lo Preciso


Hay momentos en los que estamos deseando quedarnos, que daríamos lo que fuese por tener motivos para hacerlo pero que, sin embargo, no nos queda otro remedio que volar. Porque a veces, quedarse es ir demasiado lejos.

Decir adiós son palabras mayores. Plantearnos llegar a un punto de “no retorno” nos angustia, así que nos hartamos de los “hasta luego”, de poner puntos suspensivos donde toca un punto y final y decir adiós aunque nos duela el alma.

“Y un día, sin tú esperarlo, me fui. Sin despedida, sin previo aviso, ni reproches. Porque a veces quedarse es ir demasiado lejos.”
-La luz de Candela-

Digamos que es una cuestión de salud emocional. De alguna manera, si queremos que todo siga igual debemos permitir que todo cambie. Y es que al decir adiós nos retumba el alma, pero es la única forma de cerrarle la ventana al dolor, a la desilusión y al desencanto.

Cuando la serpiente tiene que desprenderse de su piel vieja, escoge transitar por dos piedras próximas que le aprieten, le rasquen y le ayuden a eliminar su piel. Ese tránsito le provoca dolor, pero le ayuda a deshacerse de lo viejo para dar lugar a lo nuevo.

Es el final de un proceso y el inicio de otro. Y en ese tránsito sufrimos. Si nos resistimos a atravesarlo, la angustia se incrementa, pues no soltamos lo que ya no nos aporta, lo que no necesitamos, ni damos espacio a lo que quiere nacer. 

Quedarse no es la opción para liberarnos.

Resulta curioso cómo nos desnudamos cuando más frío hace. No nos permitimos conocer más que el fuego abrasador y el frío intenso. La cuestión es que sabemos lo que tenemos que hacer mucho antes de tomar la decisión, incluso antes de comenzar a pensar en ello.

Es normal que nos resistamos a dar el paso, pero lo que está claro es que cuando nos atrevemos a decir adiós comenzamos a construir relaciones sanas y positivas, a no sentir ese vacío emocional que devora las entrañas y a valorar de verdad a las personas que merecen estar en nuestra vida.

Porque si eres tan valiente de decir adiós vas a darte cuenta de que precisamente es ese peso el que te quitas de encima. Quizás es porque te vas a permitir alcanzar tu temperatura ideal y no ese frío intenso o ese calor abrasador al que vives sometido.

“Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo.

Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.
¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!”
-Paulo Coelho-


El Valor Persona



Todos somos iguales porque tenemos los mismos derechos y, a la vez, todos tenemos diferencias que forman parte de nuestro origen o de nuestra historia personal.

Cada persona tiene sus propias emociones, cultura, lengua, en fin, una serie de valores que conforman la propia identidad. Cada persona es una ser único.

Los hombres y las mujeres, en tanto que seres humanos, somos iguales, y esto hace que tengamos las mismas necesidades y los mismos derechos: a la educación, al trabajo, a un trato digno, a ser valorados, al respeto a nuestras ideas y decisiones, a ser libres.

Pero nos diferencian nuestras costumbres, nuestra forma de vestirnos, nuestros gustos, la forma de hablar, de pensar, las creencias religiosas, la edad, e incluso aquellas cosas en las que cada uno de nosotros destaca por encima de los otros. Y todas esas diferencias nos hacen ser personas únicas.

Pero lo que a mí me parece evidente es que, por encima de todas las diferencias, nuestro valor como personas es el mismo.


martes, 6 de febrero de 2018

Caminemos



La vida es una experiencia y hay que aprender de ella en cada paso.

En el camino suele haber días tan dulces y días tan tristes, pero en esto me pregunto, qué sería de mi si no conociera la tristeza, el dolor, no lo sé, simplemente he dado respuesta a esto con más preguntas.

Dentro del camino suelen tener la compañía o la presencia en algunos momentos, pero también puede reinar la soledad. Puedes observar las huellas que han quedado impregnadas dentro de tu camino y puedes darte cuenta de lo que en realidad necesita tu vida
.
Dentro de este camino hay espinas que nunca salen de tu interior, hay estrellas que suelen señalar, pero quizás nunca llegues a palpar su calor. Hay momentos que rebasas tu felicidad y momentos en agonías en tu dolor, pero la vida es un subir y bajar de emociones, es una vida peligrosa pero a la vez suele ser hermosa.

El ser no es más grande por su tamaño si no por la fuerza que se encuentra en su interior: ¿Qué pasaría con las ilusiones y con los logros si entre ellos no existe un esfuerzo? ¿Qué pasaría con caer y no levantarse? No podríamos conocer el éxito, hay personas que luchan y consiguen llegar a la meta sin limitarse en ella, sino seguir más adelante.

“En el camino en algunos momentos es necesario mirar hacia atrás, pero no es necesario retroceder, es necesario escuchar el silencio, tal vez del silencio escuches algo más profundo de lo que escucharás en la turbulencia, trata de observar a tu alrededor; cada uno tiene un universo diferente, tal vez inexplorado o sin descubrir, tal vez tu sólo estés soñando, y yo sólo sea parte de tu sueño”
Autor Desconocido.


La Vida es un proceso que hacer germinar dentro de nuestro corazón las semillas de la Esperanza, la Fe y El Amor. 

Nunca exterminemos esas semillas, por el simple hecho que no entendamos los momentos críticos de la Vida.

Que Percibes En Mí


¿Quién eres tú realmente?
Una pregunta bastante profunda… y difícil de responder. Pero no es difícil porque no se pueda llegar a descubrir quién eres tú realmente, sino porque es difícil expresarlo con palabras.

Es relativamente fácil que cualquier persona conecte con su identidad profunda y que la vea por sí misma. Al fin y al cabo, estamos hablando de nosotros mismos. No tenemos que ir demasiado lejos para encontrarnos.

Lo que no es tan fácil es ponerle palabras. Lo que somos se encuentra más allá de las palabras.

Por esta razón, normalmente no hablo mucho de este tema. Ya sea aquí en el blog, o en charlas y cursos, me gusta mucho más hablar del sentido de nuestra vida: el motivo por el cual estamos aquí. Este tema sí tiene una respuesta clara y concreta, y se puede expresar con palabras.

La cuestión de quién somos realmente, en cambio, es mucho más escurridiza.
Pero por muy escurridiza que sea, no deja de ser un tema importante. Así que intentaré hablar un poco de él. Pero siempre teniendo en cuenta que no hay ninguna palabra que pueda describir quién eres tú. Tú eres mucho más grande que cualquier palabra.

Describir quién eres tú con palabras no es fácil. Pero hay otra cuestión muy relacionada con ésta que sí se puede abordar más fácilmente: quién NO eres tú. Así que podemos empezar por aquí.

Tú no eres cualquier cosa que tenga una etiqueta fija. Tú no eres tu cuerpo, ni tu personalidad, ni tus sentimientos ni tu manera de pensar, por ejemplo. Cualquier cosa que se pueda etiquetar fácilmente es algo que no eres tú.

En el fondo, esto lo sabemos todos perfectamente, y se ve muy claramente en nuestra manera de hablar. Fíjate que cuando hablas de tu cuerpo, no utilizas la palabra “yo”, sino que usas la expresión “mi cuerpo”. Y lo mismo sucede con “mis sentimientos”, “mis pensamientos” o “mi personalidad”.

Cuando usas estas expresiones, implícitamente estás diciendo que por un lado estás tú, y por otro los pensamientos, los sentimientos y el cuerpo. Si te fijas, son expresiones idénticas a otras como “mis zapatos”, “mi coche” o “mi trabajo”. Son cosas que forman parte de tu vida, pero que no son tú.

Si tú no eres tu cuerpo ni tu personalidad, entonces ¿quién eres?
Pues la mejor manera que se me ocurre de describirlo es decir que eres el creador de tu persona. Eres el creador de lo que aparentemente eres. Eres el creador de tus pensamientos, tus sentimientos y de la persona que ves cuando te miras al espejo.

Piensa un momento en todo aquello con lo que normalmente te sientes identificado: tu cuerpo, tus sentimientos, tus ideas… Pues esto es tú obra, no tú. Tú eres el creador de esta obra.

Tu personalidad, tu cuerpo y tus experiencias son como una obra de arte, y tú eres el artista que la ha creado.

Lo que pasa es que es una obra tan fascinante, que te ha cautivado completamente. Tu atención está totalmente fija en tu creación, y no ves lo que hay alrededor. No ves el pincel que la dibuja, ni la mano que sostiene el pincel, ni la inteligencia que guía la mano.

Imagínate a un pintor que está tan metido en su obra que ya no ve nada más. Se ha olvidado de sí mismo y sólo ve el cuadro.

Pues esto es lo que te ha pasado a ti. Y a mí también.

Pero tú eres el pintor, no el cuadro.


Tiempos Modernos: Dismorfofobia



Muchas personas en todo el mundo tienen una apreciación de si mismas que no tiene relación con la realidad, puede que se vean demasiado gordas, demasiado delgadas, se sientan poco atractivas o con una nariz muy deforme, la mayoría de ellas padece un trastorno de la autopercepción.

También denominada trastorno dismórfico corporal o síndrome de distorsión de la imagen, la dismorfofobia es un trastorno de la percepción y valoración corporal que consiste en una preocupación exagerada por algún defecto inexistente en la apariencia física, o bien, en una valoración desproporcionada de posibles anomalías físicas que pudiera presentar un individuo aparentemente normal.

La fobia a la deformidad física es un cuadro clínico bastante frecuente; quienes poseen la convicción obsesiva de tener una parte o todo el cuerpo deformes sufren angustia por su supuesta fealdad y tienden a que imperfecciones minúsculas asuman una importancia desmesurada. Las quejas pueden concretarse en cualquier parte del cuerpo y afectan por igual a personas atractivas y a quienes no lo son.

Los estudios demuestran que en el 45 % de los casos la queja se centra en la forma de la nariz, si bien, las alteraciones, imaginarias o mínimas, pueden corresponder a la cara, el peso, la estatura, el trasero, la barriga, el cabello, los pechos, pies, manos, genitales, piernas, y extenderse a cualquier parte del cuerpo.
Esta fobia o miedo a no tener un aspecto normal se observa con más frecuencia en los adolescentes de ambos sexos y esta extremadamente ligada a las transformaciones que se dan en la pubertad, comenzando hacia los doce años y finalizando, en los casos no patológicos, hacia los dieciocho o veinte años.


La dismorfobia es mucho más común entre jóvenes de clase alta, con pocos o ningún defecto físico. Influenciados por los medios de comunicación y los altos estándares de belleza actual, empiezan a tener una percepción errónea o exagerada de defectos físicos imperceptibles o imaginarios.

Deambulando A Tientas


Ni los siglos ni las luchas sordas y ciegas consiguen enderezar la condición humana y convertirla en goce. Y no me refiero a la dicha liviana de la abundancia ni al orgullo de la fama. Sólo aludo a la esencia competitiva que palpita en cada persona y fatalmente se expande en los demás hasta formar multitudes, pueblos, naciones enfrentadas en el crimen de la guerra.

El gran saqueo
Como si el único destino del Hombre estuviera sellado sobre el fatalismo, es absurdo imaginar la paz. Toda negociación es un retrato anticipado del fracaso.

Ahí tenemos la muerte programando su nueva victoria en tierras de Oriente, al ritmo de las armas que fabrica, incansable, el Occidente "pacifista”. Otra comedia brutal está abriendo su telón. Mientras tanto, la estrategia de los rivales de hoy, es que en ambos sectores preparan la reconstrucción de los daños (segunda etapa de endeudamiento). El negocio es completo para los patrones del mundo. Ellos encienden las ciegas y sordas luchas entre pueblos inocentes. Levanta estatuas a los asesinos meritorios.

Hombre desteñido
Pero el ser humano, saqueado en su individualidad, se destiñe y va resignando su condición más orgullosa y entrañable. Tanto fuego de artificio va disolviendo la inteligencia de todos, sustituyéndola por una tormenta de estafas que embriagan las sensaciones primarias y montan el esqueleto del progreso. 

Toda esta arquitectura del ilusionismo, sin embargo, se derrumba cuando alguien (desde su estatura social, sea cual fuera) descubre su soledad y a partir de ella reconoce el desvalor de su existencia y se desbarranca hacia el peor de los abismos.

Los anónimos
Allí, apenas podrá cruzarse con un ejército de seres anónimos, renovando su muerte y su olvido. Y mientras el Hombre no busque la redención del amor más humilde, la única señal del más allá, seguirá deambulando a tientas.


El Rol De Las Religiones


El ser humano como ser pensante tiene una motivación suficiente, según lo dictamina su intelecto, para investigar acerca de las religiones. Es así que vale la pena preguntarnos fundamentalmente ¿qué necesidad tienen el ser humano de la religión y que beneficios le ofrece está a la humanidad? (¿Qué espera la humanidad de la religión?)

La respuesta general a esta pregunta es que el ser humano espera de la religión que ésta lo guie hacia la felicidad última en el mundo y en la otra vida. Y esta expectativa es tan grande que únicamente la religión puede satisfacerla y no hay nada que le reemplace.

Por su puesto, junto a esta necesidad fundamental y global, también existen expectativas más particulares.  La expectativa que tiene el ser humano de la religión es:
1. Que sea posible demostrarla y argumentarla. Es decir, que sea corroborada por el intelecto y la lógica, en otras palabras; que sus principios doctrinales validos frente al juicio del intelecto
2. Que le da significado a la vida: Que libere al ser humano del vacío existencial y elimine esa idea de que la vida del hombre no tiene sentido alguno.
3. Que le de tranquilidad y le sea motivadora.
4. Que tenga el poder de darle santidad a los objetivos del individuo y la sociedad.
5. Que sea comprometedora y conceda responsabilidad

Entre estas expectativas, la primera y segunda son las más fundamentales. La primera expectativa: El que los principios doctrinales de una religión sean lógicos posibilita su aceptación y remueve todo tipo de confusiones y oscuridades ideológicas.

Acerca de la segunda expectativa, podemos decir que: Para nosotros los seres humanos la vida en este mundo está acompañada de dolor y dificultades, siempre nos enfrentamos a lo desagradable. Algunas  veces este dolor y sufrimiento se elimina a través del pensamiento y la ponderación, así como por medio del desarrollo industrial, o se hace posible el eliminarlos. Pero hay un grupo de adversidades que no son de este tipo y el ser humano nunca podría hacerles frente con su propio poder. Entre ellos:
a) El ser humano es un buscador de la verdad, y puesto que es posible caer en la ignorancia y el error, entonces sufre.
b) El ser humano busca el bienestar y quiere ser impecable e infalible, y le lastima el llegar a cometer errores y malas acciones.
c) El ser humano quiere la inmortalidad, ve a la muerte como el fin de la vida y esto le aterra.
d) El ser humano busca la infinitud y los defectos y limitaciones le causan dolor.
e) El ser humano sufre al ver que desde su mismo nacimiento y a lo largo de la vida tiene menor o igual beneficios corporales y mentales que otros, o se ve con menos posibilidades que los demás y esto le causa sufrimiento.
Solamente la religión puede darle significado a la vida del hombre, sosegarlo y hacerle fácil el soportar los sufrimientos.

LO QUE LA RELIGIÓN ESPERA DEL HOMBRE

Es obvio que la religión en tanto que es un conjunto de creencias y normas, no es un fenómeno del cual pueda hablarse sobre qué espera del ser humano o de algo más, sin embargo, la finalidad de lo que la religión espera del ser humano, es una expectativa que tiene el Legislador y el Originador de la Religión, Dios Todopoderoso en la humanidad.

En pocas palabras, la expectativa del Legislador de la religión en el ser humano es que éste acepte las creencias de la religión, forje una fe arraigada y sólida en ésta,   practique sus normas e instrucciones,  adorne su forma y su comportamiento como lo quiere la religión, y que aleje de él todos los vicios reemplazándoles por virtudes.


Debe decirse que este tema es para el beneficio del ser humano, es decir; si decimos que la religión tiene expectativas en el ser humano, no es que quiera utilizar una parte de su componente existencial, extraerlo y añadirlo a la religión. Por el contrario, el que esto tenga lugar, no es más que para el propio beneficio del hombre. 

En otras palabras; lo que la religión espera de la humanidad es que ella misma se conduzca hacia la perfección y se beneficie de los más elevados y exaltados dones divinos.

Línea De Pobreza


Paradójicamente el empresario inglés Charles Booth fue el primero en dedicarse a estudiar y medir la pobreza. Perteneció a la tercera generación de una familia de exportadores de Liverpool y fundó una empresa naviera, la Booth Stemship Company con la que logró acumular mucho dinero. 

Junto a su actividad empresarial, Booth emprendió un estudio en el que por primera vez se midió la pobreza y que concluyó en un libro publicado en 1902 denominado “La vida y el trabajo de la gente de la ciudad de Londres”.

A Booth se le atribuye haber creado el concepto: “línea de pobreza”, metáfora a la que llegó observando los barcos de su empresa. La línea que marcaba, en el caso de las naves, el nivel de flotación, era considerada una referencia importante para Booth. Entendió que si una persona no reunía el dinero necesario para vivir estaba por debajo de esa línea de flotación que luego en sus libros transformó en la “línea de la pobreza”.

El estudio que realizó sobre la pobreza demoró 17 años, pero mientras avanzaba en sus informes no abandonó sus actividades empresariales: escribía a la noche, en los fines de semana y durante sus viajes. Tampoco les pagaba a otros para que levantasen los datos de su estudio. Aunque tenía ayudantes, él mismo convivía en la casa de las familias pobres estudiando su vida y sus hábitos. Llegaba a pasar semanas completas viviendo en los barrios más humildes de Londres. 

Presentando los resultados de su trabajo cuantitativo y cualitativo en la Real Academia Estadística de Londres afirmó: “En la vivencia con los pobres… y no en la estadística radica el poder de cambiar el mundo”.

“El origen de la línea de la pobreza.” Los Andes. Miércoles, 21 de mayo de 2008.
Desde: http://www.losandes.com.ar/noticia/sociedad-359932



El Camino Correcto


¿Qué tanta diferencia habrá entre robar y aprovechar algo que no le sirve a nadie, aunque… no sea exactamente tuyo? Hay ocasiones en las que la vida te enfrenta al dilema de querer hacer algo que dentro de ti sabes que no deberías. Una parte de ti te dice que “más vale pedir perdón que pedir permiso” pero otra te detiene porque, en el fondo, sabes que no es lo correcto.

Creo que es algo que pasa todo el tiempo, incluso ante pequeñas decisiones… el problema está cuando te encuentras en el momento de elegir entre un camino y otro con algo realmente importante que puede incluso afectar a terceros. Y es aquí donde me ha surgido la duda sobre el verdadero significado de “hacer lo correcto”; tal vez lo que para ti está bien para los demás no lo es del todo o puede ser que sepas que no es lo ideal pero a largo plazo todos se darán cuenta de que fue lo mejor.

Y el dilema puede ser aún peor cuando sabes que cualquier decisión que tomes tendrá serias consecuencias. Por eso te recomiendo que, ante esta situación, hagas una lista de los pros y contras de cada uno de los posibles caminos; valora los beneficios y perjuicios de cada uno y elige… siempre con la conciencia de que tendrás que enfrentarte a los resultados.

Es posible que tus decisiones puedan lastimar a alguien, por eso intenta tomarlas con la cabeza bien fría pero sin olvidar tus valores. Descarta aquellos caminos en donde será inevitable herir a otro y, si no encuentras una mejor opción, platícalo con la persona involucrada… tal vez esté de acuerdo contigo o juntos logren encontrar otra solución.

Hagas lo que hagas siempre habrá peros, frustraciones y hasta decepciones porque no eres perfecta y puedes equivocar el camino; pero si no decides ni arriesgas, no serás dueño de tu destino.


Perseverancia Y Constancia

Frases:
En lo ideal todo depende del impulso; en lo real, de la perseverancia.
Goethe.         
De todos los medios que conducen a la fortuna, los más seguros son la perseverancia y el trabajo.
Marie Roch Louis Reybaud.
Sin prisa, pero sin descanso.
Johann W. Goethe.
Si el hombre fuera constante, sería perfecto.
William Shakespeare.
La perseverancia en el mal no es conciencia, es más dureza o pertinencia. 
Fernando de Rojas.
La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que supone la lucha, y no en la victoria misma.
Mahatma Gandhi.
Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.
Mahatma Gandhi.
Perseverar es perseguir alguna cosa, es lucha contra todo. El universo hace lo posible para impedir que una desgraciada idea llegue a su término.
Paul Valery.
La marca esencial que distingue a un hombre digno de llamarse así, es la perseverancia en las situaciones adversas y difíciles.
Beethoven.
Hay que seguir la lucha con lo que podamos hasta que podamos.
Benito Juárez.
Se quiere más lo que se ha conquistado con más fatiga.
Aristóteles.
Dios concede la victoria a la constancia.
Simón Bolívar.
Un camino de mil millas comienza con un paso.
Benjamin Franklin.

lunes, 5 de febrero de 2018

La Riqueza Del Saber


Cuentan de un hombre al que se le dio un aparato para que lo armara; poco después el gerente cayó en la cuenta de que se le había olvidado entregarle el papel con las instrucciones. Y volvió para excusarse y entregarle el papel. Para su sorpresa se encontró con el aparato armado y funcionando. “No importó mucho no tener las instrucciones, le informó el hombre. No hubieran servido de mucho, porque no sé leer. Por suerte soy consciente de que el que no sabe leer tiene que saber pensar”.

No se trata naturalmente de criticar los programas de alfabetización, ni mucho menos. Se trata de señalar el fracaso de la educación en general. Cada vez se invierte más tiempo y más dinero en mayor número de gente sin que se vea por ningún lado los resultados.

Nuestra cultura no ha tenido mucho éxito; nuestra educación, nuestra política y nuestra economía conducen a la guerra; nuestras medicinas no han acabado con las enfermedades; nuestra rebelión no ha abolido la usura y el robo; nuestro decantado humanismo permite aún que la opinión pública apruebe los bárbaros deportes de la caza, la pesca, las corridas de toros, el boxeo y las peleas de gallos; nos amenazan nuevas guerras mundiales; los progresos de la época son meros progresos mecánicos, en radio, televisión y electrónica, satélites artificiales y aviones de propulsión a chorro.

Cada día estamos más informados y conocemos más cosas. Y, sin embargo, los problemas por resolver son también cada día más abrumadores: cómo vivir en paz, cómo alimentar y vestir una población cada día más numerosa, cómo persuadirla para que no crezca con excesiva rapidez y cómo educarla. No se enseña a los jóvenes cómo usar la información en forma creadora. Formamos autómatas, no personas con iniciativa, imaginación y confianza en sí mismos, dispuestos a enfrentarse a los problemas con sus propias ideas.
Y es claro que el hombre educado, el hombre verdaderamente triunfador, el hombre libre y feliz, el hombre provechoso para su patria y la sociedad no es el que más conocimientos tiene, sino el que sepa utilizar mejor esos conocimientos, valga decir el que sepa pensar. Y eso, pensar, es lo que no sabemos.
Solo el pensamiento puede hacer al individuo realmente libre, verdaderamente independiente y sólidamente feliz. Nada hay más interesante para los humanos que la actividad humana. Y la actividad más propiamente humana es pensar. Pensar es el método, propio únicamente del hombre, de evadir, esquivar o vencer, mediante la reflexión, los obstáculos que, de otro modo, tendrían que atacarse con la fuerza bruta. 
No podemos vivir humanamente sin ideas. De ellas, de nuestro pensamiento depende lo que hagamos. “Nuestros actos siguen a nuestros pensamientos como la rueda de la carreta a la pezuña el buey”, dice el proverbio hindú.
Claro que esto supone que nos liberemos de muchos prejuicios, de muchas ataduras, de muchísimas esclavitudes. Esto supone, como dijera Ortega, una reforma de la inteligencia. Ser no es tener. La vida del hombre, la felicidad del hombre no es lo que tiene.