“En 1939, Camus escribió un texto sobre la
libertad de expresión, pero nunca fue publicado. En 2012, 'Le Monde' llevó a
las rotativas el documento con los cuatro mandamientos del periodismo: la
lucidez, la desobediencia, la ironía y la obstinación.”
En noviembre de 1939, cuando Europa era el cultivo de la Segunda Guerra
Mundial, el periodista y escritor Albert
Camus escribió un artículo para el rotativo Le soir
républicaine, en la Argelia francesa, del que era coeditor.
El texto abordó la libre
prensa y expresión durante el ya asentado siglo XX, sin embargo,
nunca se publicó. Fue hasta que Macha Séry, una periodista del periódico francés Le
Monde, encontró el texto en los Archivos Nacionales de Ultramar (Aix-en
Provence),fue así que el documento de tres cuartillas llegó a la prensa.
En su Periodismo libre, el escritor, del que se conmemora el
centenario de su nacimiento este 2013, describe los cuatro mandamientos para la
profesión: la lucidez, la desobediencia, la ironía y la obstinación.
A continuación, fragmentos
del documento, recuperados en español por el periódico El País:
“Es difícil evocar hoy la
libertad de prensa sin ser tachado de extravagancia, acusado de ser
Mata-Hari o siendo convencido de que eres sobrino de Stalin”.
“(La libertad de prensa) es sólo una cara más de la libertad tout
court. La obstinación en defenderla
obedece a que, sin ella, no habrá forma de ganar realmente la guerra”.
“El hecho de que un periódico
dependa de la competencia o del humor de un hombre demuestra
mejor que cualquier otra cosa el grado de inconsciencia al que hemos llegado”.
“Uno de los buenos preceptos de una filosofía digna de ese nombre es el
de jamás caer en lamentaciones inútiles ante un estado de cosas que no puede
ser evitado. La cuestión en Francia no es hoy saber cómo preservar la libertad
de prensa. Es la de buscar cómo, ante la supresión de esas libertades, un
periodista puede mantenerse libre. El problema no concierne a la colectividad.
Concierne al individuo”.
“Ante la guerra y sus servidumbres, los mandamientos del periodismo son
cuatro: lucidez, rechazo, ironía y obstinación. La lucidez, porque “supone la
resistencia a los mecanismos del odio de la ira y el culto a la fatalidad”.
“Un periodista, en 1939, no se
desespera y lucha por lo que cree verdadero como si su acción
pudiera influir en el curso de los acontecimientos. No publica nada que pueda
excitar el odio o provocar desesperanza. Todo eso está en su poder”.
“Frente a la creciente marea de
la estupidez, es necesario también oponer alguna desobediencia. Todas
las presiones del mundo no harán que un espíritu un poco limpio acepte ser
deshonesto”.
La veracidad
“Es fácil comprobar la
autenticidad de una noticia. Y un periodista libre debe poner toda su
atención en ello. Porque, si no puede decir todo lo que piensa, puede no decir
lo que no piensa o lo que cree que es falso. Esta libertad negativa es, de
lejos, la más importante de todas”.
“Sobre la ironía: No vemos a Hitler, por poner un ejemplo entre otros
posibles, utilizar la ironía socrática: la ironía es un arma sin precedentes contra los demasiado poderosos. Completa
a la rebeldía en el sentido de que permite no solo rechazar lo que es falso,
sino decir a menudo lo que es cierto”.
“Un mínimo de obstinación para superar los obstáculos que más desaniman: la constancia en la tontería, la abulia
organizada, la estupidez agresiva”.
“(Después de la guerra) hará falta probar con un método del todo nuevo
que sería la justicia y la generosidad. Pero esto solo se expresa en los
corazones ya libres y los espíritus todavía clarividentes. Formar esos
corazones y esas almas, o mejor despertarlos, será la tarea a la vez modesta y
ambiciosa que tocará al hombre independiente. La historia tendrá o no en cuenta
estos esfuerzos. Pero habrá que hacerlos”.