domingo, 6 de enero de 2019

Desarrollar Tus Fortalezas


Vivimos en una sociedad que está enfocada en penalizar las debilidades en lugar de premiar las fortalezas. Por ejemplo, sin un estudiante tiene malas notas en matemáticas y sobresalientes en música, ¿qué crees que le espera al muchacho? Lo más seguro es que inmediatamente se le apunte a clases particulares de matemáticas para mejorar esas notas que no son lo suficientemente buenas. 

Sin embargo, si en vez de esto, a ese mismo muchacho se le inscribe en una escuela de música, algún día podría llegar a ser un virtuoso de la música. Quién sabe cuántos Mozart nos habremos perdido así.

Desde mi punto de vista, es necesario centrarse y potenciar las fortalezas y dejar las debilidades en un segundo plano. Eso sí, los extremos nunca son buenos (demasiado al Este es Oeste) y cuando digo que hay que dejar las debilidades en un segundo plano no me refiero a que haya que olvidarse de ellas. Es necesario tener unos mínimos y si se tiene la oportunidad de mejorar uno de tus puntos débiles siempre va a ser algo positivo. Pero no considero que ese sea el objetivo a perseguir. Si mejoras tus debilidades a lo máximo que podrás aspirar es a ser mediocre en todo, mientras que potenciando tus fortalezas puedes alcanzar la excelencia en esos ámbitos.

Se me ocurren tres razones por las que apostar por tus fortalezas pero seguro que hay muchas más. Las razones son las siguientes:

Trabajar en cosas en las que no eres bueno resulta frustrante y te roba la energía. Por el contrario, trabajar en lo que se es bueno te motiva y te llena de energía.
Tienes recursos limitados. El tiempo que dedicas a mejorar una debilidad va a ser elevado para lograr un escaso resultado, mientras que el mismo tiempo invertido en una fortaleza multiplicará esos resultados.
Mejorarás en las tareas que te gustan hacer y podrán verte como un experto en una de tus facetas clave y como una persona que aporta nuevas ideas.

Esto sirve tanto en el mundo de la empresa como en la vida en general y no hay que tener miedo a ser débil en ciertas cosas, siempre y cuando analicemos y conozcamos bien estos puntos débiles. Por ejemplo, en el caso de una empresa, si se conoce un punto en el que es débil se puede contratar personas que cubran estas debilidades. Aunque suene un poco a frase de maestro de artes marciales, siempre se debe buscar un Yin para tu Yang, alguien que supla tus debilidades con sus fortalezas. Lo mejor para sacar el máximo rendimiento de un equipo es que cada uno ‘juegue sus cartas’, que hagan lo que saben hacer.

Para ello lo primero de todo es conocernos bien y tener claro cuáles son nuestras fortalezas, aquello que nos gusta hacer y en lo que somos buenos. Una manera para saber cuáles son nuestras fortalezas innatas es haciéndonos preguntas a nosotros mismos:

¿Cuál ha sido el mayor éxito que he tenido?
¿Cuál ha sido el mejor día de mi vida?¿Qué estaba haciendo?
¿Cuál era mi asignatura favorita en la escuela?¿Qué parte era la que más me gustaba?
¿Qué es por lo que me suelen alabar los demás?
¿Qué actividades me dan energía? ¿Con qué actividad pierdo la noción del tiempo?


Estas son algunas preguntas que te ayudarán a conocer qué es lo que te gusta hacer y en las que eres bueno. Una vez lo sabes, adelante, potencia estas fortalezas que te hacen destacar, nadie mejor que tú sabe cuáles son y llena tu vida de tareas que estén en línea con tus fortalezas, con tus conocimientos y tus gustos.

Vivir Y Sobrevivir


Sobrevivir implica seguir vivo a pesar de las estrecheces o dificultades de la vida o al menos seguir con lo imprescindible para ello. Sin embargo vivir va mucho más allá. No es solamente respirar, tener vida, crecer, desarrollarse, evolucionar, cambiar... Creo que vivir, además, implica disfrutar de cada momento como si fuera único y especial. Y es que, cada segundo que vivimos pasa y no vuelve a nosotros, por ello es importante saber disfrutarlo con lo que traiga y lo que implique, de la mejor manera posible, para ser capaces de vivir una vida con mayúsculas y saber sacarle todo el jugo.

No hay que dejar de pensar que si nos ocurren cosas, sean las que sean, es porque estamos vivos. Si somos capaces de apreciar cada una estas cosas que nos ocurren como un regalo, o una oportunidad para aprender, desde la aceptación que no la resignación, entonces estaremos viviendo de verdad. 

¿Pero qué sucede cuando sentimos que todo aquello que estamos viviendo es demasiado difícil para enfrentarlo? Puede que adoptemos una posición de victimismo, de resignación o, en el peor de los casos, hasta nos deprimamos. Otra posibilidad es que ese sentimiento de supervivencia emerja desde el valor, la lucha, la rabia, desde una fuerza interna que nos lleva a sentirnos incluso como una especie de héroes o de heroínas.

A mi modo de ver, este sentimiento de supervivencia puede tener su lugar en esas circunstancias concretas, pero si lo prolongamos en el tiempo, haciendo de ello nuestro estilo de vida, nos puede llevar a una situación de estrés e insatisfacción crónica. Ahora vayamos al otro lado del terreno, es decir al de la vida, al de vivir y no sobrevivir. Aquí cambia completamente nuestra actitud y nuestro enfoque, permitiéndonos el espacio y el ambiente ideal para reconocer la vida en todo lo que somos, vemos, hacemos y en aquello que nos ocurre. Hay vida en una sonrisa, en una mirada empática, en la ternura, en el amor, también en la rabia, en el enfado; hay vida en la naturaleza, en todo el universo, y nosotros mismos somos parte de ella.

Les propongo la idea de que hemos sido diseñados para vivir y no para sobrevivir, al menos de manera continuada. Y si le damos la vuelta, podemos pensar que cada momento de esta es el resultado de la supervivencia. Tú decides como quieres enfocarlo. Sea como sea, lo importante es que vivas o sobrevivas tu propia existencia y que nadie lo haga por ti.


sábado, 5 de enero de 2019

Libertad: Clave De La Decisión

Cuando las personas no pueden decidir sobre sí mismas ni sobre sus vidas pierden libertad, se vuelven esclavas de otras personas o bien de sí mismas, de sus propias pasiones, deseos, adiciones y manías. Las personas libres por el contrario son aquellas que pueden tomar decisiones, lo hacen de una manera constructiva para sus vidas y lo hacen basadas en alternativas y posibilidades reales.

Muchas veces el vacío existencial de las personas actúa como una aspiradora de elementos elegidos sin sentido, que envuelve a las personas en un círculo interminable de incapacidad para elegir libremente. Los medios masivos de publicidad y mercadeo explotan ese vació que hay en la vida de las personas y lo convierten en un foco de venta de necesidades creadas e irreales, que hacen que las personas compren, consuman y vivan solo con la orientación del sentido que da el mercado, los medios y las organizaciones de poder.


El efecto que esto crea en las personas va más allá de su comportamiento, por que las personas comienzan a experimentar angustias a nivel emocional y mental, valoran solo su ser en referencia a sus cadenas de consumo y no frente la capacidad de buscar la propia satisfacción. La libertad solo es posible si se puede decidir y escoger, solo se puede decidir y escoger, si hay oportunidades, 
alternativas y posibilidades, las oportunidades, alternativas y posibilidades solo se crean a través del sentido que le damos a nuestra existencia, solo le podemos dar sentido a nuestra existencia y vida, si tenemos la posibilidad de decidir, escoger y elegir libremente.

La Imaginación Humana


Harold Bloom tituló uno de sus últimos libros Shakespeare o la invención de lo humano. En opinión de Bloom, Shakespeare no sólo fue un gran dramaturgo, sino también el creador del alma moderna. El ser humano contemporáneo es una criatura shakesperiana.

La idea fue ya adelantada, y Bloom así lo reconoce, por Oscar Wilde, ese frívolo diletante y paradójico que, como dice Borges, casi siempre tenía razón. Wilde decía que toda la época romántica se podía explicar cómo una imitación de Hamlet:

El mundo se ha vuelto melancólico por culpa de una marioneta que se agita en el escenario.
Y añadió:
No es el arte el que imita  a la vida, sino la vida la que imita al arte, y en concreto al arte de William Shakespeare.

Tal vez tienen razón Bloom y Wilde, aunque olvidan que la vida de Shakespeare coincidió casi de manera exacta con los años en los que el carácter moderno se estaba desarrollando. Junto a Shakespeare, o incluso antes, vivieron y escribieron Montaigne y Maquiavelo, Selden y Cervantes, Rober Burton, Erasmo y tantos otros.

Lo que me interesa aquí, sin embargo, no es esa discusión, sino el deseo de llevar la tesis de Bloom y Wilde todavía más lejos: la creación de lo humano se debe a la ficción. A la capacidad inventiva o, si se prefiere, a la imaginación. Al hecho de que un mono antropoide fuera capaz de ver no sólo lo que tenía delante, no sólo lo que está aquí, sino también lo que podría tener delante mañana, e incluso lo que nunca había visto ni vería.

Es mediante esa percepción de lo ausente como se da el primer paso para que una cosa llegue alguna vez a existir.

No sólo cuando alguien ve una rueda inexistente que luego construirá con esas maderas dispersas que tiene delante, sino cuando imagina que podría crearse un sistema político en el que los tiranos o el uso de la fuerza bruta no sean determinantes. La capacidad de ver lo que no se ve, de escuchar lo que no se oye, de paladear una mezcla de sabores que nunca se ha experimentado.

Lo humano se produce precisamente cuando imitamos la ficción, lo que no existe, y la traemos al mundo real. Cuando filosofamos, teorizamos, legislamos, diseñamos edificios, imaginamos sociedades mejores o simplemente ensayamos una situación futura en nuestra mente. 

El gran inventor Nikola Tesla llevaba tan lejos la capacidad imaginativa que prefería no hacer bocetos de sus inventos y ‘probarlos’ dentro de su cabeza:
No me obceco en lo que me traigo entre manos. Cuando se me ocurre algo, comienzo por recrearlo en mi mente. Introduzco los cambios y mejoras precisos, y me imagino cómo funcionaría el aparato en cuestión. Me da absolutamente igual que la turbina funcione en mi cabeza o que esté probándola en el laboratorio. En ambos casos, soy capaz de percibir si no está bien calibrada.


El poder de la facultad imaginativa, que al parecer es sólo rudimentaria en otros animales (por ejemplo cuando presienten el peligro) ha sido importantísimo en la evolución social (y tal vez biológica) de los seres humanos.

Orígenes Humanos

Hace unos 50.000 años, un grupo de hombres y mujeres abandonó África en busca de alimentos. Eran algunos de los supervivientes de una cruda glaciación.

Hoy, 2.000 generaciones después de aquel viaje y con una población mundial de 7.000 millones de habitantes, cuesta pensar que sean los antepasados comunes de todos nosotros.

Nuestro ADN revela que todos somos una única raza. Los distintos caracteres sólo son las adaptaciones que nuestros antepasados desarrollaron al poblar los distintos rincones del planeta. Todos somos parientes, no tan lejanos. Pero, ¿cómo ha sido nuestra historia y evolución? ¿Cuál es el origen del ser humano actual?

Nuestra especie, el homo sapiens, nació hace unos 200.000 años. Si la historia de la Tierra estuviera contada en un día, el hombre moderno aparecería 1,7 segundos antes de la medianoche. Somos unos recién llegados. El homo sapiens fue la especie elegida, la que sobrevivió y evolucionó. Otras especies parecidas lo intentaron sin éxito y se extinguieron, como el neanderthal.

También el homo sapiens estuvo a punto de desaparecer en varias ocasiones. Su inteligencia, creatividad y las mutaciones genéticas le salvaron de la extinción. Los cambios climáticos provocaron el salto evolutivo de la especie humana.

El estudio de los restos fósiles y los análisis genéticos del ADN nos rematan al origen del género homo y su evolución. Los restos humanos más antiguos están en Sudáfrica. Hace unos 65.000 años, una glaciación estuvo a punto de acabar con la humanidad. Sólo unos centenares sobrevivieron, cobijados en cuevas de la costa sudafricana. Se alimentaban, sobre todo, de tubérculos y productos del mar.

Pero llegó un momento en que los alimentos escaseaban. Abandonaron Africa y emprendieron viaje hacia el sudeste asiático. Sorprendentemente, la primera zona que poblaron fue Australia. En aquella época el nivel del mar estaba muy bajo y sólo 250 kms de agua separaban Asia de Australia. Continúa siendo un misterio cómo lograron cruzar, pero es un hecho que lo hicieron. Los restos fósiles de hace 50.000 años lo confirman.

Hace 45.000 años poblaron Asia central, la India y China. El grupo de la India se adaptó muy bien y creció rápidamente. El grupo de China, en cambio, quedó aislado durante muchas generaciones. Desarrolló mutaciones genéticas para adaptarse mejor a su hábitat. Así nacieron los rasgos asiáticos. Pero el clima volvió a cambiar y fuertes sequías asolaron Asia. El grupo de Asia central partió hacia tierras más frías en busca de pastos. Fueron los primeros pobladores de Europa, hace 40.000 años.

Los humanos no llegaron a América hasta hace 15.000 años. De nuevo, un cambio climático fue determinante. Durante la última glaciación, un grupo asiático cruzó el estrecho de Bering congelado. Al volver a subir el nivel del mar, quedó aislado en el nuevo continente y desarrolló los rasgos indígenas característicos. Hace tan sólo 500 generaciones que el hombre terminó de conquistar todas las zonas habitables del planeta.


Los cambios en el clima dominan la evolución del ser humano. Hoy nos enfrentamos a un nuevo cambio climático de consecuencias impredecibles. ¿Sabremos adaptarnos a los nuevos retos como lo hicieron los antepasados? Quizás estemos a las puertas de una nueva etapa de la evolución humana.

Leer El Mundo


Leer el mundo, un ciclo basado en que la lectura inspira una vida más plena

La Fundación Germán Sánchez Ruipérez, en su misión por avanzar en la definición de un concepto contemporáneo de lectura, ha puesto en marcha en los últimos años varios proyectos entre los que se cuenta el ciclo de conferencias sobre diversas formas de lectura, denominado ‘Leer el mundo’.

La idea de que leer es una actitud vital, crítica y comprometida que permite crecer y encontrar inspiración para una vida más plena inspiró el ciclo Leer el mundo que seis grandes maestros de la cultura ofrecieron en Casa del Lector.

La programación se fundamentó en la idea de que no solo se leen los libros.
De esta manera, Alberto Manguel abordó el tema Leer imágenes; Carlos García Gual se centró en Leer la mitología; Ramón Andrés se ocupó de Leer la música; Elsa Fernández Santos se aproximó al tema Leer el cine; José Manuel Sánchez Ron abordó Leer la ciencia y Adela Cortina desarrolló Leer la ética.

Alberto Manguel, cuyo seminario trató de cómo leemos las imágenes que nos rodean, sean imágenes artísticas o comerciales, sostiene que “el verbo leer no se refiere únicamente a la lectura de texto, a la lectura de letras” puesto que “venimos al mundo leyendo, creyendo encontrar narraciones en los paisajes, en las caras de los otros, en las constelaciones”.

En su opinión, venimos al mundo como animales lectores, creyendo reconocer en el mundo historias y narraciones. Por eso, a partir de ciertos vocabularios personales y sociales –familiar, religioso, mitológico, literario, simbólico, político– damos coherencia al texto iconográfico, sea una pintura, un cartel publicitario, un monumento, una escultura, una instalación.

Ramón Andrés, afirma que si la lectura se hace a través de la música, del arte, “es una manera de ordenar y de expresar ese mundo interpretado”. Su seminario se propuso ofrecer una visión distinta de la historia musical y evitar la parcelación que comúnmente lleva a centrar su desarrollo entre los siglos XVIII y XX, a partir de pensar el sonido de la naturaleza; ver cómo eso se vuelve entre los seres humanos una imitación y de ahí parte la música hasta que llega a constituir “una base no solo de difusión de las ideas sino también un lenguaje paralelo”

Por su parte, Manuel Sánchez Ron, subrayó que su mirada sobre el mundo es “sobre todo una mirada a través de la ciencia”. En sus charlas sobre Leer la ciencia se ocupó de exponer que se trata de “una disciplina que busca estudiar los fenómenos que existen en la naturaleza y aquellos inventos producidos con esos conocimientos”. Hizo un recorrido por las grandes aportaciones científicas a través de los libros y artículos paradigmáticos que se han publicado a lo largo de la historia de la ciencia. De esta forma, presentó un “canon científico” básico, en el que resaltó los diferentes estilos literarios.

En tanto, el ilustrador Max, diseñador del logo del ciclo, explicó que empezó a pensar en metáforas visuales del mundo y entonces comprendió que el mundo es la totalidad, donde el símbolo es un círculo. Los círculos son también ruedas y por tanto giran y no están nunca en el mismo sitio ni son siempre lo mismo. Dentro de esa totalidad resaltó tres elementos básicos como son la percepción, la imaginación y la interpretación

Elsa Fernández Santos, en Leer el cine, planteó el ciclo a través de la lectura metafórica de tres géneros hegemónicos del cine clásico norteamericano: el cine negro, el western y la comedia romántica como una manera de indagar en tres miradas a esta rama del arte. Cree que durante mucho tiempo el cine ha sido una ventana a la historia, a la ética y a muchísimas otras cosas. De esta manera procuró descubrir las claves de decenas de películas inscritas bajo un orden común “que nos permite leer más allá de la pantalla”.

Aceptar Las Diferencias

Comprender los sentimientos de las demás personas sin juzgarlas se conoce como empatía. No siempre es fácil entender los motivos detrás de las acciones del otro, pero aquí queremos ayudarte a que lo consigas.

Identifica tus emociones
Para comprender los sentimientos del otro es importante conocer nuestras propias emociones. Como ejercicio, identifica cada una de las sensaciones que tienes durante el día y analiza qué las origina y cómo te afectan. Entre más claro sea para ti lo que sientes y lo que provoca en tu personalidad, mejor podrás comprender el comportamiento de los demás.

Recuerda tus propias vivencias
El nivel de empatía de las personas se relaciona con la multiplicidad de experiencias personales que ha vivido cada quien. Si alguien ya experimentó una ruptura amorosa, probablemente comprenda mejor a quien esté pasando por lo mismo. Es importante que si nunca has vivido un evento doloroso o alegre, trates de entender lo que sentirías y, por lo tanto, lo que el otro puede estar pensando.

No reacciones de inmediato
Si no compartes la perspectiva de una persona, trata de pensar los motivos antes de emitir un juicio. Reaccionar de inmediato puede lastimar a los demás.

Escucha con atención
Si la otra persona está expresando cómo se siente, escucha con atención lo que tiene que decir. A veces, mientras una persona está hablando, la otra está pensando en qué responder sin prestar atención real. No te preocupes por eso, mejor escucha.

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Postura atenta
Los gestos, la voz y la expresión del cuerpo en general pueden denotar un interés que ayude a que la otra persona se sienta cómoda al expresar sus emociones. De igual forma, trata de observar el lenguaje corporal del otro para comprender su estado emocional. No sólo las palabras indican las emociones.

Evitar ser el experto
Escuchar sin interrumpir genera empatía con la persona que cuenta sus emociones. Además, no hay necesidad de brindar un consejo para todo lo que diga, bien puedes escuchar sin opinar si crees que no tienes un buen consejo. De cualquier forma, cuando des tu opinión hazlo de manera respetuosa y constructiva. No trates de imponer tu perspectiva.

 Acepta las diferencias

Ser empático implica entender que no todos somos iguales. Cuando una persona te cuente algo que sucede en su vida y tú no estés de acuerdo, trata de no juzgarlo. Recuerda ser paciente y tolerante con lo demás y también contigo mismo. 

viernes, 4 de enero de 2019

Valores Para La Convivencia Social


El respeto, el diálogo y la responsabilidad son solo algunos de los valores que los expertos recomiendan a los padres y educadores fomentar en los más pequeños. Estos son parte fundamental en la formación y representan las referencias vitales que conviene inculcar para que las personas crezcan de forma integral, convivan armónicamente con los demás y tengan una vida más feliz.

Igualmente, estos elementos significan los soportes que sostienen a la cultura e impulsan el desarrollo de los potenciales humanos, por lo que, si bien los colegios y universidades tienen parte de la responsabilidad, los padres y las familias también están en la obligación de compartir el compromiso de su enseñanza.

“Tener una buena formación en valores nos ayuda a desarrollar todas nuestras habilidades intelectuales y talentos, pero no se puede esperar que sean las instituciones las encargadas de que los estudiantes se desarrollen en esta materia, que debe ser una preocupación de toda la familia”, asegura Henry Condía, profesor de Ética de la Universidad del Rosario.

“La enseñanza de valores es fundamental para que las personas encuentren el sentido de su vida y, en el caso de los jóvenes, estos cumplen la misma función que una brújula, pues les muestran la ruta que deben tomar en su vida, ruta cuyo último objetivo es alcanzar la felicidad”, agrega Condía.

Por su parte, Francesc Torralba, director de la cátedra Ethos de Ética aplicada de la Universidad Ramón Llull de Barcelona (España), agrega que la importancia de los valores también está en que estos apuntan a la necesidad de prestarle atención a lo inmaterial en un mundo cada vez más volcado hacia el consumismo.

“El mejor legado que podemos dejar en herencia a nuestros hijos no son los bienes materiales, sino los intangibles, los cuales les trasmitimos informalmente a través de la vida cotidiana, del contacto diario con ellos, del ejemplo, y del testimonio que les comunicamos. Aquí se incluyen todos los valores y principios”, señala Torralba.

Para el académico, “los padres y educadores tienen que implicarse activamente en la apasionante y compleja tarea de ayudar a crecer a sus hijos y alumnos, y en la ardua y extraordinaria aventura de educarlos”.

Jesús Blanquet, licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Barcelona y autor del libro Avanzar en valores, asegura que, aunque la misión de transmitir valores no es fácil, tampoco es imposible si se tienen ideas claras de lo que se pretende y “se actúa con sentido común, paciencia y afecto”.

Según este pedagogo, “la familia debe ser la primera escuela de valores, pues esta sigue siendo el espacio idóneo para que los hijos reciban los consejos y las orientaciones más importantes para la vida”.

En ese sentido, Condía recalca que los valores y principios son una fórmula efectiva para eliminar formas de violencia como el bullying o acoso escolar, que ponen en peligro la convivencia en los colegios y otros espacios vitales.


“La igualdad, la solidaridad, la libertad y el respeto son las mejores armas para que los niños entiendan que es posible compartir con los otros por más versátiles que sean nuestras posturas y opiniones”, finaliza el experto.

Exclusión Con Cara De Niño


La exclusión tiene muchas caras. La cara de los niños y niñas que no tienen para comer y luchan por sobrevivir cada día. La de los que se ven obligados a trabajar para que su familia pueda llegar a fin de mes. La cara de una niña a la que le dices que no puede ir a la escuela por ser chica. La exclusión son los millones de niños obligados a crecer en zonas de guerra, viviendo todos los días con miedo, sin saber si vivirán un día más, sin esperanza por un futuro.

La pobreza, el conflicto y la discriminación que sufren las niñas ponen a más de 1.200 millones de niños y niñas, la mitad de la infancia mundial, en riesgo a acabar su infancia antes de tiempo. Muchos de estos niños y niñas sufren varias amenazas a la vez, haciendo imposible que lleguen a ser lo que sueñan ser en el futuro. Esto no debería ser así.

En Save the Children hemos lanzado nuestro segundo índice sobre la infancia para analizar detenidamente los sucesos que roban a los niños y niñas la infancia e impiden que alcancen su máximo potencial.

Si nos preguntamos por qué a estos niños y niñas se les ha robado la infancia, encontramos ocho motivos principales: embarazo prematuro, matrimonio infantil, mortalidad, desnutrición, violencia, trabajo infantil o tener que huir por culpa de la guerra. Esta es la realidad a la que se enfrentan los niños más vulnerables y excluidos, incluidas las niñas, los refugiados, los niños más pobres y los discapacitados. 


Es importante saber qué roba la infancia a los niños y las niñas para poder llegar hasta el último niño, tal y como nos hemos propuesto en nuestra campaña global Hasta el último niño.

Literatura Y Sociedad

La relación entre la literatura y la sociedad es de naturaleza simbiótica. 

En ocasiones, la literatura funciona como un espejo donde se reflejan muchos de los rasgos de una sociedad, por ejemplo las novelas costumbristas. Pero también, algunas publicaciones pueden servir como modelo a seguir, como en el caso de los libros de autoayuda.

Así pues, en esta relación se produce una retroalimentación de doble sentido: especular y modelar. La literatura es un reflejo de la sociedad que revela varios de sus valores y deficiencias. A su vez, la sociedad siempre ha reaccionado e, incluso, ha cambiado sus patrones sociales gracias a un despertar de conciencia producto de la literatura.

Precisamente, la más evidente relación entre literatura y sociedad es esa función correctiva. 

Muchos autores intencionalmente reflejan los males de la sociedad para que los seres humanos se den cuenta de sus errores y hagan las correcciones necesarias. De igual manera, pueden proyectar las virtudes o los buenos valores para que la gente los emule.

Por otro lado, la literatura se constituye en una simulación de la acción humana. Con frecuencia, sus representaciones reflejan lo que la gente piensa, dice y hace en la sociedad.


En literatura, las historias están diseñadas para retratar la vida y la acción humana. Este retrato se hace a través de las palabras, acción y reacción de los distintos personajes.

No Todo Es Como Parece

Es difícil cuando perdemos la pieza fundamental para alcanzar nuestro sueño más grande, especialmente si era tan importante en nuestra vida y representaba gran parte de lo que llegamos a ser. La pérdida dejo un vació profundo y tan doloroso que las palabras quedan cortas para describirlo.

En consecuencia, llega la confusión y la inseguridad, rodeados de miles de preguntas, no sabemos cómo continuara nuestra historia. Nos encontramos en un momento donde comprendemos nuestra incapacidad para actuar.

Es terrible el sentimiento de impotencia. Sentir que el mundo se te viene encima y que no tienes el poder de hacer absolutamente nada, eso te mata poco a poco comiéndote por dentro y aún más si eres de las personas que nunca se quedan con los brazos cruzados, pero esta vez los sientes amarrados sin siquiera poder moverlos.

Cuando sientes que llegaste al fondo de la desesperación aparece una luz de esperanza que te devuelve las ganas de continuar. Tal vez esa diminuta luz no pertenece al sueño que habías pensado, pero si podría llegar a ser parte clave de uno completamente nuevo o tal vez una versión mejorada.


Al final debemos entender que todo pasa por algo, aunque las razones no son tan obvias en el principio, pero ya las vamos a descubrir mientras vivimos la vida. Así vienen los cambios necesarios para el crecimiento de nuestro ser porque nada en este mundo es constante “todo cambia, revoluciona, vuela y se va”.

Lo Que Quiero O lo Que Debo

Filosofía

Al paso del tiempo siempre nos preguntamos qué es lo que haremos con nuestra vida y todo nuestro entorno, el personal, académico, profesional, laboral, familiar; y si somos honestos generalmente pensamos en un futuro próspero, una bonita familia, un excelente trabajo; pero lo que la mayoría de las personas no hacen es pensar en los pasos que los llevara a ello. Algunos dicen que harán lo que sea para conseguir lo que desean, otros para conseguir lo que puedan y unos tantos más para conseguir lo que quieren. La pregunta importante es: ¿Será lo mismo el poder, el querer y el deber?

En los inicios de la filosofía, al hombre le daba temor preguntarse el porqué de las cosas que sucedían, por tal razón la mayoría de los filósofos se dedicó a observar su entorno y contemplar todos los acontecimientos desde su más mínimo detalle tanto en la naturaleza hasta en el comportamiento de los seres humanos. Con respecto a este último, Aristóteles y Sócrates hablaron de la felicidad perfecta y de lo que era una virtud.

Para Aristóteles, la felicidad perfecta consistía en hacer lo que le causara más placer a un ser humano, en su caso, era la contemplación, le gustaba pasarse horas en esta actividad y descubrió que eran los momentos más felices de su vida.
Para Sócrates, aquel ser humano que era capaz de encontrar su virtud o areté, era el ser más dichoso del mundo, en otras palabras, aquella persona que sabe para qué es bueno será feliz desempeñando esa actividad o lo que sea que fuere.

A qué viene lo anterior, que desde hace muchísimos años el ser humano descubrió como ser feliz eligiendo el camino del querer. Pero entonces ¿Qué sucedió? ¿Por qué el cambio repentino de decir “quiero hacer esto” a debo hacer esto” o más aun “solo puedo hacer esto”?

La respuesta, pues simplemente dejamos de hacer lo que queríamos porque consideramos el deber como un mandato, una regla que debo de cumplir para lograr mis metas; debo trabajar para tener una linda casa, debo tener una buena figura para que alguien se fije en mí, debo comportarme según me dicte mi entorno social para ser aceptado(a), etc., y la lista puede continuar y encontraremos miles de cosas que anteponen el “debo”.

Ahora hagámonos la siguiente pregunta: ¿Lo que hago es lo que realmente quiero hacer? A lo largo de nuestra vida, cuantas cosas hacemos cuando ni siquiera tenemos ganas ni el ímpetu de hacerlo, aquí es donde entra el “hago lo que puedo”, lo que significa que hemos entrado en una etapa de conformismo personal “hago lo que puedo porque no debo hacer más”, sin embargo, todas estas frases son las que se utilizan cotidianamente en el léxico de cada persona, si ponemos atención, escuchamos estas frases día a día, se han heredado de generación en generación y le hemos inculcado a las generaciones futuras lo que deben hacer mas no lo que quieran hacer.

Podemos poner como ejemplo a los estudiantes que están por salir de un bachillerato, personalmente me ha tocado escuchar a sus padres decir; que si eligen ser músicos, artistas, cantantes, o profesiones que no son muy comunes; se morirán de hambre; cabe mencionar que si sus progenitores se dedican a la medicina o a la abogacía, pretenden que sus hijos sigan ese mismo camino sobre todo por comodidad laboral, ya que no batallaran para conseguir algún trabajo, tendrán buenas influencias debido al legado de sus padres. En este momento, estas personas que están por salir de su bachillerato se verán influenciadas para tomar la decisión que deben más no la que quieren.

Debido a lo anterior, frecuentemente los seres humanos están acostumbrados a que les faciliten el camino a sus metas y si dentro de esto, está el no hacer lo que se quiere, hará lo que debe por comodidad. Lo anterior en palabras de Ortega y Gasset, quien decía que el ser humano se ha vuelto desagradecido y comodino, por eso lo llamo el “hombre masa”, quien solo espera a ver quién le facilita las cosas para poder hacerlas aunque no lo quiera.

Tenemos que comprender que el deber y el querer, no significan lo mismo. El deber es una palabra autoimpuesta por nosotros, por la sociedad en sí; hemos comprado la idea de que el deber es más importante que el querer y que es una regla que debo cumplir.

Querer, significa tener una capacidad de elección y de ejercer voluntariamente mis deseos o de rectificarlos, decidir qué es lo más importante para mí y para cumplir mis objetivos, tomar en cuenta la viabilidad de lo que quiero realizar, las oportunidades y todo lo que tenga que ver con el entorno de mi meta.

¿Y qué sucede con el poder? Bueno, el poder tiene que ver con las circunstancias que rodean mi objetivo, a veces se presentan situaciones que no dependen de nosotros y que hacen que cambiemos de metas o de caminos, lo primordial en este caso, es que no desistamos en ningún momento de lo que queremos, sin embargo, cuando utilizo, el “yo solo puedo…” para quedarme conforme, solo estamos limitándonos de saber de qué somos capaces, hasta donde somos aptos para llegar a conseguir lo que deseamos.

Lo importante hasta este momento es que ya se observe la diferencia entre el querer, el poder y el deber. Ahora ya sabemos que de acuerdo a lo anterior, la frase más importante es “lo que quiero es…” debemos dejar a un lado lo que los demás quieren para nosotros, debemos pensar en que es lo más importante para lograr mis objetivos pero sin afectar lo que realmente estoy dispuesto a hacer.
Y ahora, ¿Cómo vamos a pensar en lo que queremos? En primer lugar debemos discriminar lo que debes hacer de lo que quieres hacer, cambia el tengo o el debo por el quiero, si ya estás en algo que debes hacer, busca el lado bueno y aprende a querer lo que haces, aprende a cumplir lo que realmente debes y que te corresponde solo a ti y por último, no desistas, si fallas en hacer algo que quieres, sigue intentado, no hay límites

jueves, 3 de enero de 2019

Las Preferencias Personales



Cada persona tiene sus propios gustos personales en cualquier ámbito de la vida. Cada persona tiene sus preferencias en relación con el estilo de vida ideal, gustos gastronómicos, gustos de colores, estilo distinto en la decoración de la casa... Una preferencia muestra un interés concreto por una opción que conecta con una afinidad personal o con la subjetividad.

Las personas como seres racionales tienen la capacidad de tomar decisiones, De hecho, cualquier persona toma decisiones de forma constante decantándose por una opción en vez de por otra. Existen preferencias más superficiales como por ejemplo, el look elegido para acudir a una cita de trabajo, pero existen otras preferencias más importantes que requieren de una reflexión más trascendente. Por ejemplo, la compra de una casa, la búsqueda del trabajo ideal o incluso, tener o no pareja.

Siempre que tomas una decisión en tu vida de acuerdo a una preferencia estás optando por un camino pero también estás cerrando otras puertas. Algo que cuesta de una forma especial a aquellas personas que tienen la voluntad caprichosa e infantil, es decir, lo quieren tener todo y eso es literalmente imposible.

Conciliar y negociar entre la preferencia de uno y la de otro
En ocasiones, dos preferencias personales pueden oponerse entre sí dando lugar a un conflicto momentáneo. Así sucede, por ejemplo, en una relación de pareja cuando al organizar las vacaciones de verano, uno opta por un destino mientras que el otro tiene interés por otro distinto. También puede suceder que al ir al cine para ver una película, él quiera ver una historia de acción mientas que ella prefiere una cinta romántica.

Las preferencias son individuales pero con frecuencia, en función de la situación, también hay que dialogar, negociar y aprender a ceder para poner por encima del interés individual, el bien común. Sin embargo, es muy importante que una persona no renuncie por completo a sus propias preferencias por agradar al otro. Así sucede en el caso de aquellas personas que como consecuencia de una baja autoestima piensan siempre en agradar a los demás.

Tienes que darte importancia a ti mismo y encontrar tu propio espacio para dar rienda suelta a tus inquietudes y preferencias personales de una forma libre. Además, en un gesto de amor, también puedes tener en cuenta las preferencias de otra persona. Por ejemplo, si sabes que a tu madre le encanta el cine, puedes invitarle para ver una película solo por el hecho de compartir tiempo en común.

Tirar La Piedra Y Esconder La Mano


Hasta hace algunos años internet sólo posibilitaba la consulta de los portales entonces existentes. La mayoría de las personas eran receptores de contenido, pero con la llegada de la web 2.0 esto cambió: ahora muchos pueden participar, se da una interactividad y una intercomunicación que enriquece y, muchas veces también, es benéfica y constructiva. Ya no sólo se es receptor, también se puede ser emisor.

Muchos portales de internet actuales permiten comentar las noticias, los artículos e incluso videos, audios y fotografías. Esos comentarios nos permiten expresar nuestro parecer, dar nuestra opinión, y esto es algo que ayuda sobremanera al autor e incluso, cuando es sincero y de buena voluntad, da pie a un debate y enriquecimiento recíproco.

Sin embargo, la mayoría de las ocasiones los comentaristas escriben desde el anonimato. En esos casos, el autor de determinado artículo está en disparidad pues mientras él responde dando la cara, el otro “esconde” su identidad verdadera.

Esto es especialmente penoso cuando las anotaciones de los comentaristas son de carácter mordaz, insultante o difamatorio. ¿Cómo puede dar respuesta el autor de un escrito publicado cuando la otra parte rehúye la responsabilidad que conllevan sus afirmaciones y cada una de sus palabras?
                    
Lo que se dice y hace implica una responsabilidad moral. El anonimato es, las más de las veces, fuente de rumor y otras tantas de calumnia y mentira. Son más precisas y valiosas las aportaciones, también las que no concuerdan o incluso cuestionan la opinión de las personas que firman los artículos, cuando se da la cara y no se “lanzan piedras” desde el anonimato. De otro modo, cómo darles valor, cómo sopesar su autenticidad, cómo calibrar su peso y cómo entablar un diálogo.

Todos tenemos un nombre y un rostro. Y si se van a hacer aportaciones, del tipo que sea, nunca está demás vivir en la autenticidad de quien se es realmente.

Suele ser también recurrente el pasar del tema concreto de algún contenido a temas periféricos o ni siquiera relacionados. Hay que tener en cuenta siempre cuál es el tema a discutir y ceñirse al mismo. De otro modo la dispersión es la conclusión y un verdadero debate no es posible. Para eso hay que leer bien e íntegras las entradas, no sacar de contexto las oraciones y reconocer que no siempre se puede tener razón (lo que implica una dosis de humildad para todos).

Hay un video que me gusta mucho y suelo utilizar en mis conferencias. Me gusta porque –aunque está enfocado más bien al ciberbullyng– matiza visualmente lo expresado: si algo no lo diría en público, entonces tampoco habrá que decirlo ocultando la mano que aventó la piedra.

 Creo que, en buena medida, esto ayuda tanto a quienes de modo periódico escribimos en medios digitales: saber con quién podemos entablar un diálogo sincero, independientemente del tema, conociendo el rostro del prójimo.


La Capacidad De Disentir


“Admiro a los hombres y mujeres que han desarrollado un espíritu inquisidor, que  no temen a las nuevas ideas pues son peldaños hacia el progreso. Debemos, por supuesto, respetar las opiniones de otros, pero no debemos tener temor de disentir – si estamos informados. Las ideas y expresiones compiten en el mercado del pensamiento, y en esa competencia la verdad emerge triunfante. Sólo el error teme a la libertad de expresión”.

La profesora de sicología, Charlan Nemeth, de la Universidad de Berkeley ha escrito un interesante libro: In Defense of Troublemakers: The Power of Dissent in Lifeand Business (En Defensa de los Alborotadores: El Poder del Disenso en la Vida y los Negocios). Si bien en él no se acerca al tema religioso, sus observaciones son más que interesantes. Asegura que las personas, en general, no están muy abiertas al cambio en sus creencias e intentan exponerse únicamente a aquella información que confirma lo que ya creen (Hemos analizado en este blog anteriormente la idea de “disonancia cognitiva” y su implicancia en la Iglesia, donde sólo tendemos a escuchar argumentos “promotores de la fe”, aunque tengan un origen falso, antes que una idea novedosa y contradictoria, aunque sea verdadera). El “pensamiento mayoritario” tiende a ser equivocado porque en la práctica no involucra en absoluto el pensamiento. No necesitamos pensar. Simplemente aceptamos el consenso generalizado, como lo hacen casi todos los humanos. En ese proceso, dejamos de lado cualquier información que no apoye el punto de vista de la mayoría.

La investigadora está segura de que el disenso nos ayuda a pensar mejor, pues nos obliga a volver a mirar la evidencia con mayor detención y a hacernos preguntas más difíciles. Nos abrimos a nuevas estrategias para resolver los viejos problemas. Aún un solo disidente puede hacer una gran diferencia si logra romper la barrera del pensamiento consensuado. Y lo que encuentra muy importante es que el disenso es valorable aún en los casos en que se logre demostrar que el disidente está equivocado, pues el proceso de asimilación de la nueva idea y de intentar contradecirla nos obliga a más profunda reflexión y llegamos a un acuerdo de las mayorías de un modo más lógico y bien informado.

                             

La Bandera De La Ilustración

LOS RESTOS de René Descartes fueron enterrados en la iglesia parisina de Sainte Geneviève du Mont 16 años después de su muerte. La Revolución Francesa los trasladó al Panteón, pero su tumba se halla hoy en Saint Germain des Prés, junto a esta inscripción en una lápida de marmol: "Tratando en sus ocios invernales de armonizar los misterios de la Naturaleza con las leyes de la matemática, aventuró la esperanza de poder abrir los arcanos de ambas con una misma llave».

El pensador francés había fallecido a sus 53 años por una neumonía en 1650 en Estocolmo, a donde se había desplazado seis meses antes para dar clases de filosofía a la reina Cristina de Suecia. Dice la leyenda que no pudo resistir el esfuerzo de levantarse a las cinco de la mañana en invierno para acudir al Palacio Real a impartir sus lecciones.

Descartes no sólo era un filósofo. Fue un gran innovador en la física, las matemáticas y la geometría de su tiempo, en abierta rivalidad con el joven Pascal, con el que disputó la paternidad de un experimento sobre la presión atmosférica.

Hay dos libros de Descartes que recomiendo porque contienen las bases de la filosofía moderna: 'El discurso del método' y las 'Meditaciones metafísicas', donde se defiende la autonomía de la razón frente a la fe. Ambos textos fueron fundamentales en mi formación juvenil, aunque he tardado muchos años en comprender su dimensión.

La lectura de Descartes, diplomático, soldado y teólogo, resulta hoy más interesante que nunca porque en su obra encontramos la primera apuesta radical por la separación de la razón y de la fe.

Educado en el escolasticismo filosófico del colegio jesuita de La Flèche, Descartes sostiene que la religión no puede interferir en la ciencia, que se asienta sobre la deducción. A partir del 'res cogitans', el pienso luego existo, construye una explicación del mundo basada en la geometría y las leyes de la física. Es en este contexto en el que Cartesius -que solía escribir en latín- habla de las ideas "claras y distintas", que son el sustento de las verdades científicas.

Pero a la vez que rompe con la visión de Santo Tomás de Aquino y levanta un muro entre fe y ciencia, Descartes sostiene que los seres humanos tenemos grabada en el alma la idea de Dios, que es innata. Por tanto, el Ser Supremo coexiste con una actividad de la razón en la que no interfiere. Dicho con otras palabras, el hombre debe leer el libro abierto del mundo, guiándose por el intelecto.

Otros filósofos de su tiempo tuvieron muchos problemas con la autoridad eclesiástica, pero Descartes era sumamente hábil y estaba muy bien relacionado. Jamás fue molestado, aunque sus escritos llegaron a figurar posteriormente en el 'Índex' de libros prohibidos por su carácter librepensador.

Aunque reafirma la existencia de Dios como algo indiscutible, Descartes lo fía todo a la razón. Por eso, fue reivindicado por los ideólogos de la Revolución de 1789 y todavía hoy su nombre se asocia a la tolerancia y la libertad de pensamiento, que un siglo más tarde fueron bandera de la Ilustración.

El Cerebro Y Las Buenas Noticias

En concreto, la investigación apunta a una parte de la masa cerebral llamada corteza cingulada anterior (ACC, por sus siglas en inglés) como la región que se muestra especialmente atenta a las buenas noticias que afectan a los otros. Eso sí, su respuesta cambia sustancialmente en función de los niveles de empatía. En las personas consideradas como altamente empáticas, la corteza cingulada anterior reacciona solo a las cosas buenas que les suceden a otros individuos, mientras que en los sujetos poco empáticos, la ACC también reacciona a las malas noticias propias. 

Para los investigadores del University College of London, el estudio demuestra la relevancia de esta parte del cerebro en los trastornos relativos a los comportamientos sociales, como la psicopatía y el autismo. También podría ser un punto de partida para investigar los mecanismos cerebrales que producen desórdenes en el comportamiento como respuesta a los éxitos propios o ajenos.


Para llevar a cabo el estudio, los investigadores escanearon mediante imágenes de resonancias magnéticas los cerebros de 30 voluntarios, de edades entre 19 y 32 años, expuestos a la contemplación de imágenes que predecían las posibilidades de que ellos mismos u otras personas ganaran dinero. 

Patricia Lockwood, profesora de Psicología y Ciencias del Lenguaje, explicó que la región de la corteza cingulada anterior siempre se activaba en todos los participantes cuando otra persona iba a ganar dinero. Sin embargo, la activación era mayor en los individuos que se consideraban empáticos.

Obligados A Compartir


Hemos vivido recientemente el cambio en la emisión de las televisiones por ondas a un nuevo mapa de concesiones para la emisión en formato digital lo que se ha venido denominando TDT. Esta nueva tecnología ha permitido reorganizar la recepción de múltiples canales de televisión, donde antes solo se recepcionaba la cadena pública, las autonómicas, y las locales, ahora un nuevo inquilino ha venido a incrementar la oferta audiovisual, los canales temáticos. Ahora todas estas señales luchan por un share, unas con más y otras con menos medios económicos y humanos, en la mayoría de los casos son las ya tradicionales televisiones locales TDTL, que han pasado de emitir en analógico durante las últimas dos décadas, las que ahora disfrutan de la igualdad en cuanto a calidad de señal de cara al telespectador. 

Este hecho sumado a la agilidad y conocimiento de cada una de sus zonas de cobertura favorecen que las televisiones locales, continúen siendo un medio de comunicación a tener en cuenta cuando el telespectador quiere acceder a lo ocurrido en su población o provincia, es decir en su radio de localización más cercano.

Sin embargo las asignaturas pendientes en la televisión local continúan siendo los ingresos publicitarios y la posibilidad de acceder a un amplio catálogo de producción externa que ayude a anular el zapping del telespectador y potencie el visionado de la publicidad emitida, en ambos casos y curiosamente el problema es similar.

De cara a un agencia de publicidad la interlocución con las televisiones locales es difícil por carecer en su mayoría de estudios de mercado que garanticen la cobertura y el share, añadido a la imposibilidad en muchos casos de certificar los impactos de emisión de los spot y a los gastos de envío y recogida de materiales.

En cuanto a la oferta de contenidos externos son muy pocos los proveedores que realmente atienden a este mercado, ya que la logística también es complicada y el mantenimiento de las operaciones comerciales cerradas, significan una gran dedicación y unos costes elevados, que en ocasiones no justifican los márgenes comerciales.

Añadido a esta problemática estos proveedores comparten sector con compañías de distribución sin respaldo legal de los productos que comercializan, aprovechando la desatención de la administración a día de hoy, lo que conlleva a la poca variedad y transparencia en la oferta actual.

Pero si la tecnología va en aumento, ¿cómo podemos utilizarla para solucionar este escollo?

La respuesta es una plataforma online accesible desde cualquier conexión a Internet, para la compartición de contenidos (contribución entre televisiones de diferentes demarcaciones o territorios), la gestión de compras de producción externa a través de un extenso catálogo formado por catálogos de productoras, agencias de publicidad, administraciones y de las propias televisiones que podrán depositar su producción propia incluyendo las coberturas informativas, el acceso a un potente buscador de localización por formato, temática y duración, y la utilización del control de facturación unificada a través de un módulo específico desde donde cada empresa podrá controlar las compras y ventas realizadas en cada momento.


Todas estas ventajas, todas estas herramientas integradas en una, facilitan un equilibrio de costes que reforzará la parrilla diaria de unas televisiones que como anteriormente decíamos, en cuanto a calidad de señal ya están a la altura de sus compañeras de múltiplex. 

Ahora, al prime time local, y mediante una ágil y sencilla gestión, le podrán acompañar, coberturas provinciales, regionales, nacionales, deportivas con un importante acceso a archivos audiovisuales de esta temática y a la más variada selección de formatos televisivos, cine, series, animación, documental o entretenimiento. 

Todo ello, clasificado por territorio y siempre respaldado legalmente por una licencia estándar de adquisición. Todo ello integrado y accesible a golpe de click.

El Ser Individualista


La individualidad necesaria consiste fundamentalmente en establecer criterios personales y pensar por ti mismo bajo cualquier circunstancia [por lo menos intentarlo a diario], en tener una exacta conciencia de lo personal y educarla en la singularidad, en conocer y afirmarnos en nuestra responsabilidad ante el mundo y ante nosotros mismos, en luchar contra la idea de sometimiento a los otros y a las cosas de los otros [y así no sentirnos nunca víctimas, que es la peor de las condiciones que se pueden suponer en un ser humano].
En la individualidad uno siempre fracasa solo y el fracaso del grupo no le afecta porque nunca es su fin el propiciarlo. Tampoco triunfa uno en la individualidad, solo camina, pues el triunfo requiere de la mirada exterior y del aplauso ajeno.
La premisa primera es no dejarse llevar por lo exterior jamás, mantener el camino marcado y no admirar porque otros admiran, ni odiar porque otros odian.
Después hay que percatarse de que los gozos más intensos proceden de uno mismo y desencadenan también en uno mismo [el proceso creativo y estético es quizás la mejor muestra], por lo que hay que cultivarlos hacia adentro, sin valorar sus consecuencias éticas ni los ajustes a la moral, que son circunstancias que requieren del grupo, cuando no las impone ese ‘otro’ emboscado y empeñado en someter.
Solo desde estas premisas, desde esta visión individualista del desarrollo humano, pueden lograse avances revolucionarios que afecten a todos positivamente, pues la ruptura intelectual del sistema [despreciando su ética acomodada y su moral cansina] es la única posibilidad tangible de cambio [y lo demuestra con múltiples ejemplos la historia de las civilizaciones, en las que brillantes individualidades son capaces de armar giros humanistas de 360 grados en breves plazos de tiempo, giros que redefinen el valor de las tecnologías y de las artes, de la ciencia y del pensamiento… y, por tanto, de los sistemas políticos y sus usos].
Sé que desde los diversos pensamientos progresistas de la izquierda moderna (?) y desde los antiguos postulados de la izquierda obrera [aquella de los parias de la Tierra] no se entiende la individualidad como un aspecto positivo del hombre, se la denigra poniéndole el marchamo de ‘liberal’ y propia de cavernícolas conservadores, y eso me duele y me mosquea, porque yo me siento en ese tono de pensamiento obrero en el que los valores de igualdad, justicia o solidaridad son camino de libertad y de progreso, valores de alto humanismo, pero anular al individuo en su desarrollo como tal me parece tan grave como privarle de todos esos valores para convertirle en la fuerza del hormiguero.

Creo que hay una individualidad que vibra en esa línea de pensamiento, sé que la hay y quiero perseverar en ella, empeñarme en sacarla adelante para mi uso y disfrute, buscarle las vueltas para rebatir esa idea oscura de que el individualismo es egoísta y egotista. Poder decirle con argumentos a esa clase que vive ‘cargada de razón’, tanto en sus tramos de poder como de oposición, que el fracaso de uno no es el fracaso de todos… y que el triunfo de uno puede ser también el triunfo de los demás.

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El juego del “Antón Pirulero” puede habernos resultado muy útil y ventajoso en la infancia, pero de adultos y gestionando organizaciones, no es buen negocio para nadie.

Para refrescarles la memoria, la canción invitaba a que “cada cual atienda su juego”, ya que el que desatendía su misión de estar concentrado en su tarea era castigado, o como señala el juego, “una prenda tendrá”.

Podemos decir que algo similar se observa en las empresas y en la comunicación entre sus diferentes áreas de gestión: el departamento de Recursos Humanos no cruza datos con Sistemas y Marketing no se comunica con Finanzas. Los directivos están programados para actuar en beneficio de su sector, lo que limita el incentivo de una colaboración interfuncional.


¿Por qué sucede así? Porque a medida que los trabajos se vuelven más especializados y los análisis, más detallados, las personas tienden a proteger la información que resulta relevante para sus responsabilidades. No logran reconocer los beneficios de compartir la información entre las áreas.