Cuando las personas no pueden
decidir sobre sí mismas ni sobre sus vidas pierden libertad, se vuelven
esclavas de otras personas o bien de sí mismas, de sus propias pasiones,
deseos, adiciones y manías. Las personas libres por el contrario son aquellas
que pueden tomar decisiones, lo hacen de una manera constructiva para sus vidas
y lo hacen basadas en alternativas y posibilidades reales.
Muchas veces el vacío
existencial de las personas actúa como una aspiradora de elementos elegidos sin
sentido, que envuelve a las personas en un círculo interminable de incapacidad
para elegir libremente. Los medios masivos de publicidad y mercadeo explotan
ese vació que hay en la vida de las personas y lo convierten en un foco de
venta de necesidades creadas e irreales, que hacen que las personas compren,
consuman y vivan solo con la orientación del sentido que da el mercado, los
medios y las organizaciones de poder.
El efecto que esto crea en
las personas va más allá de su comportamiento, por que las personas comienzan a
experimentar angustias a nivel emocional y mental, valoran solo su ser en
referencia a sus cadenas de consumo y no frente la capacidad de buscar la
propia satisfacción. La libertad solo es posible si se puede decidir y escoger,
solo se puede decidir y escoger, si hay oportunidades,
alternativas y
posibilidades, las oportunidades, alternativas y posibilidades solo se crean a
través del sentido que le damos a nuestra existencia, solo le podemos dar
sentido a nuestra existencia y vida, si tenemos la posibilidad de decidir,
escoger y elegir libremente.
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