miércoles, 27 de marzo de 2019

Filosofía Y Capacidad De Crítica


No me parece desatinado sostener que a principios del siglo XXI la incidencia de la filosofía en el rumbo de las cosas está en su punto más bajo desde el despuntar de la modernidad europea. Esto responde sin duda a múltiples factores, algunos de los cuales han sido explicitados, pero en su conjunto muy difíciles de pensar.

 Filosofía existe pero pesa poco. ¿Contribuirá en alguna medida a labrar la insignificancia actual de la filosofía la fuerte propensión al discurso crítico de llamativa parte de la filosofía contemporánea?
 Sería necio negar la inherencia del componente crítico al discurso filosófico tradicional. La filosofía ha ejercido la crítica, en variadas proporciones, desde sus más tempranos orígenes. Crítica a las tradiciones, a las creencias, a los usos y costumbres, al saber establecido, a los sistemas políticos y sociales, a la religión y al arte imperantes. 

Aunque aplicada en diferentes dosis, la crítica tuvo regularmente en el campo filosófico la función de despejar el terreno para proponer  una positividad superior. A partir de tendencias verificables en su circunstancia, la filosofía ha ofrecido, una y otra vez, alternativas, inexploradas y atrayentes posibilidades de pensamiento y de vida. En ocasiones, para pocos; en otras, para todos; no es eso lo que aquí importa. Importa sí que nunca se ha visto, creo yo, semejante condena global del presente por parte de la filosofía, tan furioso encono con el orden vigente como leemos hoy en considerable porción del discurso filosófico contemporáneo.

Conservadora o progresista, crítica acerba e impiadosa e incapacidad casi plena para generar propuestas, salvo la exaltación nostálgica de algún pasado presuntamente idílico, producto adulterado de la falaz memoria, o un candoroso utopismo futurista desamarrado de las tendencias del presente. ¿Exacerbación paródica de  las tentaciones trasmundanas de la filosofía tradicional, ante el bochornoso fracaso de los intentos de realización intramundana de lo Absoluto? En suma, una suerte de romanticismo posmoderno vicia de raíz gran parte de la discreta producción filosófica de nuestros días.

Preguntábamos: ¿qué pasa con la crítica?, ¿cuál es su papel en la sociedad contemporánea? Más determinadamente, ¿cuál es hoy la efectividad de la crítica, su capacidad transformadora?

Filosófico o no, el pensamiento crítico tiene una historia que reconoce un punto decisivo de inflexión con el advenimiento del pensamiento ilustrado. Mientras los valores, las ideas y las instituciones del “antiguo régimen”, en sentido lato, mantuvieron su vigencia, el pensamiento crítico fue un arma temible en manos de la intelectualidad ilustrada. Nada del viejo orden atinó a mantenerse en pie ante los arrasadores embates del formidable poder de la negatividad. Pero esto es ya historia antigua.

Desde hace mucho el “sistema”, si así queremos llamar a la realidad vigente, utilizando un término afecto a la declinante racionalidad marxista; desde hace mucho el “sistema”, digo, en cuanto manifiesto reino de la disolución universal, imperio de la fluidez de todas las determinaciones, integró la “crítica”, a tal punto que ella constituye hoy el corazón del statu quo.


Confiar En La Intuición

Algunas personas consideran a la intuición como un sinónimo de opinión, de presentimiento o bien como un impulso. Entonces, desde este punto de vista, confiar en tu intuición sería un acto impulsivo y no muy recomendable para la toma de decisiones, por ser la facultad opuesta al razonamiento.

Sin embargo, tu intuición es una herramienta muy valiosa para elegir hacia dónde ir y hacia dónde no. Te permite detectar información sumamente importante que no es elaborada a través del pensamiento racional, sino que es percibida a nivel de tu inconsciente.

Cuanto más desarrolles tu capacidad intuitiva, más fácil te resultará seguir este “pálpito” y aprovechar sus beneficios.

¿Qué es la intuición?
La RAE (Real Academia Española) la define como “la facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento” y también como “la percepción íntima e instantánea de una idea o una verdad que aparece como evidente a quien la tiene”.

Las definiciones anteriores resaltan dos aspectos fundamentales de la intuición. Por una parte, que es una verdad evidente e íntima que es percibida solo por el ser humano que la intuye y esto hace que sea muy difícil verbalizar o explicar lo intuido. Por otro lado, que se produce instantáneamente, sin mediación de la razón.

En síntesis, la persona que intuye sabe algo pero no sabe el porqué de este conocimiento.

Para aprender a confiar en tu intuición debes comprender su función, es decir, que es una herramienta te aporta un entendimiento sobre una situación o persona que no puedes obtener a un nivel consciente, utilizando el razonamiento. La intuición te brinda información que no podrías tener de otra manera.

También es importante que no la confundas con prejuicios, opiniones, miedos, instinto o deseos porque, de lo contrario, no sabrás en qué estas confiando a la hora de elegir el camino a seguir ante una determinada situación.

La mejor manera de confiar en tu intuición es tener el coraje de seguirla, sin cuestionarte ni intentar razonar lo intuido. Cuanto más lo practiques, más intuitivo te volverás y más cómodo te sentirás empleando esta habilidad.

Seguir a tu intuición no va en contra del pensamiento racional, sino que se complementan, son instrumentos diferentes y cada uno tiene sus beneficios para ti.


Si quieres racionalizar o hacer deducciones a partir de una verdad intuida, su valor para la toma de decisiones se perderá, ya que su riqueza está en las señales que son percibidas por tu inconsciente y que se manifiestan en ti como una corazonada.

Reconocer Equivocaciones

Cometer errores es de lo más habitual y normal, todos los cometemos, pero dependiendo cómo actuemos ante ese error, creceremos y aprenderemos o nos quedaremos estancados. Hay dos maneras de actuar ante un fallo cometido: esconderlo o reconocer los errores para crecer.

“Si no vas a reconocer los errores, no es justo que señales los errores ajenos”
-Anónimo-

Nos cuesta reconocer los errores porque desde nuestra más tierna infancia hemos seguidos unos patrones de conducta nocivos que nos han instado a hacer lo siguiente.

Intentar esconderlo, culpar a otros o evadirlo. Actuar así trae malas consecuencias, porque no se aprende del fallo cometido y podría repetirse más veces, además, interiormente pueden quedar secuelas de autoculpa y frustración.

Podemos engañar a la gente, haciéndoles ver que somos “perfectos”, pero jamás nos podremos engañar a nosotros mismos. No reconocer un fallo nos impide madurar y crecer como personas

Cuando se esconden cosas se limita la libertad. En cambio, cuando son reconocidas y salen a la luz, hacemos consciente una realidad que puede ser modificada.

Reconocer el error con humildad y ganas de aprender para la próxima vez. Actuar así nos puede abrir las puertas del cambio. Además nos aportará tranquilidad. Si ignoramos un error y lo escondemos, ¿cómo vamos a aprender? En el momento en el que una persona se abre y es capaz de reconocer lo que hizo mal, todo se transforma.

Aceptar los errores es de valientes, porque demuestra el coraje de enfrentarte a las consecuencias y posibles críticas exteriores. Reconociendo un error, este se hace más pequeño y todo se ve desde otra perspectiva, así analizando la situación se aprenderá para la próxima vez

No hay ser humano perfecto que nazca con todo el aprendizaje. Además, aunque nos aconsejen, se suele aprender más de las experiencias propias vividas. Las personas que afirman no haber cometido errores, probablemente es que no han arriesgado mucho y se han mantenido en su zona cómoda o conocida.

Cuantos menos riesgos haya en nuestra vida, menos errores cometeremos. Si un barco siempre navega por lo conocido y seguro no surgirán problemas, pero tampoco habrá oportunidades de vivir nuevas experiencias y ver nuevos paisajes.

“Me gustan mis errores, no quiero renunciar a la libertad deliciosa de equivocarme”
-Charles Chaplin-

Cuando queremos dar la imagen de perfección y no apostamos por reconocer los errores, nos situamos en una posición que nos perjudica, porque actuamos como un jefe de empresa que siempre tiene razón, que nunca falla y cuando algo sale mal desplaza la culpa hacia el exterior.

Si vamos por la vida con esa actitud, los demás no verán nuestro lado humano, y podría suceder que no quisieran acercarse a nosotros de una manera honesta y amistosa. Nadie busca amigos perfectos que se sitúen por encima de los demás.


Las personas que quieren dar la imagen de jefes o padres perfectos que nunca se equivocan, lo que consiguen es no tener amigos de verdad ni personas realmente interesadas en tener un vínculo honesto y verdadero.

martes, 26 de marzo de 2019

La Autenticidad

Como nuestras sociedades, obsesionadas con la imagen, no enfatizan la autenticidad como valor, pueden pasar años antes de que uno se dé cuenta que ha estado viviendo con poca autenticidad, y es usualmente frente al severo llamado de atención de la muerte (la propia muerte que se intuye cercana o la de un ser querido) cuando surge la pregunta fundamental: ¿estoy realmente viviendo mi propia vida o estoy atrapado en pequeñas farsas cotidianas por miedo, conveniencia o costumbre?

Una práctica para cultivar la autenticidad
Esta semana te invitamos a poner atención a un nivel sutil de tu experiencia. Observa tu sensación de congruencia o incongruencia interna cuando estás con diferentes personas en diferentes contextos. ¿Qué relaciones y qué situaciones te facilitan ser completamente tú mismo? ¿Qué relaciones y qué situaciones favorecen el que uses una máscara y dejes de escuchar la voz interior que expresa tu verdad? Trayendo a tu experiencia la cualidad abierta y ecuánime de mindfulness, observa todo esto sin juzgarte, manteniendo una actitud curiosa, ya que realmente este es un aspecto fascinante de nuestra experiencia humana. En este mismo espíritu de curiosidad puedes preguntarte: ¿cuánto tiempo de mi día y de mi semana siento que soy plenamente yo y cuánto tiempo siento que tengo que aparentar ser algo distinto a lo que soy? ¿Qué es lo que me mantiene ligado a estas situaciones en las que no me siento auténtico? ¿Cómo puedo aumentar el tiempo y las situaciones donde puedo ser auténtico y disminuir las que me obligan a encarnar un personaje?
Deja también algún tiempo para la soledad y la meditación. Si no nos damos el tiempo de estar solos, se hace más fácil perdernos en las actividades y las relaciones con otros, y si estamos constantemente en comunicación, hay poco espacio y silencio para poder escuchar lo que surge desde tu interior. En esta soledad observa cómo te relacionas contigo mismo y, aunque pueda sonar un poco abstracto, pregúntate e investiga si te sientes realmente acompañado por ti mismo en tu soledad. ¿Sientes que es posible ofrecerte una amistad más cercana e íntima a ti mismo? ¿Puedes explorar con tranquilidad y sin juzgarte tus deseos, necesidades y verdades más profundas? Si notas que es común en tu experiencia tratarte con dureza, como alguien que debe cumplir ciertas expectativas impuestas desde fuera, considera que probablemente has aprendido este modo de funcionar por una buena razón y que quizás te ha ayudado mucho en tu vida, aunque tal vez ahora valga la pena reconsiderar los supuestos de base de esta forma y quizás este modo de funcionar ahora puede ser un obstáculo para vivir plenamente.


Por último, nota la relación que hay entre cultivar la autenticidad en tu vida y tu nivel de energía (tu ánimo, tus ganas de vivir y tu creatividad). Generalmente, gastamos mucha energía cuando pretendemos ser lo que no somos y, al volvernos más auténticos, recuperamos energía que estaba perdida y nuevas posibilidades se abren naturalmente. 

Disfruta de esta energía que surge y úsala en parte para crear espacios amables y sinceros donde otros también puedan explorar la posibilidad de ser más auténticos. Esto suena como un gran proyecto, pero en realidad basta con comenzar a introducir pequeñas semillas de autenticidad en nuestra casa, en el trabajo, en la escuela y en nuestras relaciones; sin duda, la libertad y el relajo que surgen empezarán a propagarse en un círculo virtuoso.

Los Caminos Del Alma

No se puede forzar a nadie a que crezca, despierte, o aprenda, sin violar su libre albedrío. Sólo se pueden ofrecer herramientas, cursos probables de acción y apoyo.

Si me paro frente a un mandarino y le digo: ¡dame mandarinas! ¿me las dará? No,  ¿verdad?, debo esperar que el árbol haga su proceso, florezca, y  sus frutos maduren.

Si le doy comida trozada a un bebé que sólo se alimenta de papilla, ¿podrá digerirla?

Lo mismo sucede en el camino espiritual. Todo a su tiempo, cada uno con su nivel de conciencia.
No se puede forzar a nadie a que crezca, despierte, o aprenda, sin violar su libre albedrío.

Sólo se pueden ofrecer miradas, puntos de vista, herramientas, cursos probables de acción y apoyo, para que cada quien tome las riendas de su vida y decida qué hacer con su camino evolutivo.

Lo hemos dicho ya incontables veces: nadie sana a nadie, nadie saca a nadie desde donde ese alguien no quiere salir.


A veces, incluso, sólo queda acompañar.  Y esperar con amor las mandarinas.

Aciertos Y Desaciertos

La vida es el resultado de indeterminadas buenas o malas decisiones, que durante nuestra existencia nos marcan para siempre. Y siempre hemos  tenido  la oportunidad de decidir qué hacer, como actuar y que seguir o dejar de seguir. Elegimos nuestros amigos, nuestros hobbies, nuestras profesiones. Siempre todos tenemos puntos en nuestras vidas, que quisiéramos haber actuado de forma distinta, así como hay puntos que los recordamos gratamente.

Errores y aciertos están con nosotros todos los días, aun cuando nos damos cuenta mucho después o en el momento, nos marcan para siempre nos gusten o no. La virtud es aprender a vivir con esos aciertos y desaciertos, tratar de crecer internamente para poder trascender.

El miedo al cambio nos mantiene en las mismas, si estamos descontentos o no conformes el miedo al cambio evita que intentemos hacer algo distinto. Tenemos miedo a perder lo poco que nos queda y dejamos la buena vida a otros. Evitamos intentar soñar con metas altas porque creemos que no somos lo suficientemente buenos para poder lograr algo mejor.

Solo cuando nos atrevemos, comenzamos a ver nuevos horizontes, nos encontramos que nos comienza a gustar lo que vemos, al principio lleno de incertidumbre debido a nuestra poca experiencia y temores.

Todos quieren ser felices pero no todos se atreven hacer lo que quieren, por qué están tan atados al sistema o tan endeudados que se les imposible salir. Y cuando son jóvenes con pocas responsabilidades momento ideal para atreverse, prefieren hacer lo que los mayores más complicados hacen. No porque todos hacen lo que están haciendo, significa es lo correcto.

Zona de confianza o confort, es la zona que conocemos y aun cuando no nos va también preferimos mantenernos allí, porque es lo que conocemos. Cuando nos atrevemos a salir de nuestra zona de confort para mejorar, siempre nos tropezamos con errores y aciertos. Pero cuando los aciertos son buenos nos estimulan para seguir trabajando.


Cuando tu vida cambia a tu favor, comienzas a experimentar alegría y satisfacción. Comienzas a darte cuenta que tú también puedes vivir como te gusta. Con tus lujos, con tus hobbies y lo más importante con tus sueños. Deja de hacer las cosas para que los demás aprueben o no, si tienes un sueño trabaja por él y no dejes que nadie te diga no se puede.  

Deja de decirte No se puede, mejor cámbialo por ¿Cómo puedo hacerlo? Algunos los lograras otros no, pero estarás trabajando para que pase. Eso te ayudara a generar destrezas claves para el futuro.

Hablemos De Cultura

La finalidad de la cultura ha variado a lo largo de la Historia de la Humanidad, a la parte que su conceptualización; por ello, la abordaremos en relación con las reflexiones propuestas al principio de este papel de trabajo.

En el sentido lato del término cultura significa: “cultivo”, en la cuarta acepción implica “el resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio de las facultades intelectuales del hombre” (Diccionario de la Real Academia de la Lengua); en este sentido, cultura coincide con la educación intelectual y moral; es decir el hombre culto es el que participa de los más altos valores conservados por esta tradición de la sociedad; en este sentido, la cultura se asocia a la educación intelectual y moral, el concepto de cultura ha oscilado como en un péndulo, entre dos concepciones diametralmente opuestas. Por un lado, la formación de la personalidad, lo que los griegos llamaron Paideia y los latinos Cultus Anima (cultivar el alma); y por otro, lo que el hombre realiza para dominar la naturaleza, modificar el ambiente natural y adaptarlo a sus necesidades, fines, intereses y valores.

La cultura en la antigüedad y su relación con la naturaleza
Como mencionábamos anteriormente para los griegos y latinos “ el sentido de la cultura es armonizarse o cultivar una naturaleza dada de antemano” Martinell, Alfons; Roselló, David: Diseño y elaboración de proyectos culturales .

La cultura en la modernidad
Para la modernidad el concepto predominante fue independizarnos de “ la naturaleza animal para configurar lo verdaderamente humano.” Martinell, Alfons: Roselló, David: Diseño y elaboración de proyectos culturales: www.chaco.gov.ar/PDDC/doc/apuntes%20oei.doc.

Para estos autores, en el siglo el siglo XI dos corrientes circularon X en el mundo, la La tradición ilustrada y la tradición romántica, la primera “ insiste en la noción de universalidad y con ella la de razón y naturaleza iguales para todos los hombres”; la segunda discute el universalismo y valora la diversidad de culturas”. La primera concepción nos independiza y separa de la naturaleza, la segunda intenta incluirnos, a pesar de nuestros instintos, formas de vida, valores y costumbres.

En síntesis, en la concepción ilustrada la civilización europea propicia la oposición entre naturaleza y cultura, pueblos cultos e "incultos", por lo tanto el viejo continente era la cuna de la cultura y de la civilización, considerando algunos pueblos más desarrollados que otros, en tanto que los otros pueblos con catalogados y etiquetas como atrasados e inclusive como bárbaros o salvajes. La tradición romántica, inspirada en Rousseau supone por el contrario una comprensión exhaustiva de los procesos históricos de cada cultura y civilización y cuestionando la idea de progreso como máxima bandera para el desarrollo de los pueblos, “mostrando cómo cada cultura es autónoma y no puede ser juzgada con los parámetros con los cuales se juzgan otras culturas en “Elaboración de proyectos culturales” .

En América Latina es la lucha de la civilización contra la barbarie tantas veces difundida en toda la literatura del siglo XIX y mitad del siglo XX . Dicho con otras palabras, “Se trata de ver que, gracias a la cultura, se supere el "animalitas" para llegar al "humanitas"; es decir; “la cultura en la modernidad es el camino hacia la humanización”. Martinell, Alfons; Roselló, David (cit. ant.). 

.Con el pensamiento postmoderno el hombre se ha percatado en primer lugar que la naturaleza posee una suprainteligencia (Gea) y que a lo largo de más de mil años el ha tratado de dominarla, sin poder hacerlo; puesto que cada vez cobra más fuerza; en este sentido; durante el pasado siglo XX, erupciones volcánicas, sismos, y los fenómenos climatológicos (fenómeno el Niño) ha provocado lluvias torrenciales han cobran más vidas humanas y pérdidas materiales que en las dos guerras mundiales; por consiguiente el hombre se ha visto en la necesidad imperiosa de comprender que en su esencia proviene de la naturaleza misma y por lo tanto debe armonizar con ella. 

Recuérdese que en el año 2001 varios países de distintas latitudes del planeta firmaron el Tratado de Kioto, donde se evidencia el deterioro de la capa de ozono, reconciliándose con la naturaleza. Día tras día cobran más fuerza los grupos ecologistas como el Greenpeace que procuran conducir a la humanidad hacia un desarrollo ecológico sustentable.

Las últimas tendencias en lo que respecta al turismo como estrategia cultural convienen en desarrollar complejos sin dañar el ecosistema original; por cuanto se convierten en negocio rentable que puede financiar proyecto o programa cultural concebido en función del beneficio de toda una comunidad; por ende, la elaboración, ejecución y seguimiento de una política cultural debe estar encausada hacia la participación de todos los agentes de esa comunidad en relación con la armonía con la naturaleza.

Reflexiones

Filosofía
Reflexiones
La filosofía ha sido un tema considerado oscuro para muchas personas que intentaron aproximarse a esta disciplina. Sin embargo, día a día se van sumando adeptos que ya no temen sumergirse en las profundidades complejas del saber filosófico y que por el contrario permanecen entusiasmados y asombrados al darse cuenta del cambio mental que operan estos conocimientos en las personas que se atreven en incursionar en este campo.

Como toda introducción a cualquier otra área del saber, se necesita un método, o sea una forma de encarar el abordaje que sea más sencillo que haga posible que esta tarea sea menos gravosa.

Ante todo es importante tener bien claro cuál es el objeto de estudio de la Filosofía, después que haber quedado aislada y de haber sido diezmada por el desarrollo de las ciencias naturales y el rigor del método científico.

La filosofía no se limita a tener información objetiva de un objeto de estudio sino que también reflexiona sobre si mismo y es de esta reflexión que surge la problemática con la que la filosofía se enfrenta.

El filósofo se encuentra frente a las dificultades como el ser o el sentido del conocimiento, el misterio de la vida, el origen del universo y del hombre, por el sólo hecho de pensar.

La filosofía se ocupa no sólo de detectar estos problemas sino que trata de considerarlos y de resolverlos.

Para lograr este propósito la filosofía debe utilizar un sistema teórico coherente y lógico que explique el mundo de la manera más amplia posible.

Esta explicación a todo lo que existe tiene que lograr justificar la vida del hombre como tal, de manera que le permita adoptar una cierta actitud.

La filosofía puede tratarse de modos de ver el mundo que incluyan otros niveles de conocimientos además de la razón, sólo alcanzables a través de una experiencia mística.

El propio objeto central de la filosofía es difícil de definir y comprender. Se trata del Ser. El Ser expresa lo más general que puede decirse de una cosa, sea cual sea, real, posible o concebible.
El problema del Ser presenta dos aspectos: la realidad del ser o el ser como algo pensado.

Este Ser para poder definirse no puede ser algo que cambie, por lo tanto debe ser algo que no cambie o algo que haga posible los demás seres o como algo único que tiene distintas formas de manifestación.

El problema del ser conduce al problema de Dios, al que siempre se considera como el ser por excelencia.

Por otro lado existe el problema del cosmos que se relaciona con todo lo que la ciencia puede promover.

El problema del hombre es el enigma más grande. El hombre forma parte del cosmos, pero al mismo tiempo es capaz de pensar, reflexionar, sentir, preguntarse por el sentido de la vida y de las cosas que lo rodean.

Por último es el problema del conocimiento desde dos puntos de vista, desde él mismo y su estructura y desde su relación con lo conocido.

Estos problemas en toda filosofía dependen uno de los otros.
Por esta razón la filosofía se divide en distintos campos: la filosofía del conocimiento, la filosofía teórica y la filosofía práctica.

Del problema del conocimiento se ocupa la lógica que a su vez se divide en formal y metodológica según se ocupe de la estructura del conocimiento o de los sistemas para obtenerlo; y la teoría del conocimiento que estudia la relación del conocimiento con la realidad.

La filosofía teórica es la que se ocupa principalmente del ser y se denomina ontología.
Si se distinguen diversos tipos de seres origina disciplinas teóricas especiales como la cosmología que es el estudio del ser físico, la psicología que es el estudio del ser espiritual y la teodicea que es el estudio del ser divino.

La filosofía práctica estudia todo lo hecho por el hombre y comprende temas como la ética, la religión, la historia, etc.


Lo cierto es que la respuesta a la pregunta ¿qué es la filosofía? ha variado a través de la historia de la humanidad.

Los Límites Y La Modernidad

Filosofía
Los Límites Y La Modernidad

La frontera es necesaria también para los ámbitos culturales. Aunque se diga que en la modernidad los interdictos se levantan y se amplía al infinito el campo de lo permisible, siempre se establece un principio de autocontención de la experiencia humana ante ciertos temas básicos. Bell hace una revisión conservadora de la experiencia de la modernidad norteamericana y sostiene que la modificación constante de los límites entre lo sagrado y lo profano pueden llevar a la destrucción de la civilización actual. Retomando el debate de la sociología clásica, acerca de que las civilizaciones tienen que sostenerse sobre la base de una diferencia entre lo sagrado y lo profano, lo permitido y lo prohibido, este autor afirma que se deben restablecer esos límites para que la civilización sobreviva y salga adelante (Bell, 1997: 139). Si las fronteras culturales se eliminaran caeríamos en un estado de confusión y desorden que no permitiría la convivencia humana. Los límites, las fronteras y las prohibiciones se imponen en algún aspecto. 

¿Entonces a qué viene esa visión posmoderna de ampliación de las oportunidades al infinito? ¿Cómo es posible vivir en los límites sin caer en un estado de confusión total? ¿Que acaso la demarcación no ayuda a establecer un orden espacial y simbólico en la existencia humana? En realidad, la experiencia posmoderna nos acerca a los límites, nos hace vivir en ellos, pero existen límites imposibles de franquear y siempre volvemos a tratar de reimplantar la geografía en la vida humana. 

El juego de los límites y las fronteras se vuelve más intenso en la globalización y la crisis de la modernidad, ¿pero podemos sostenernos sin un marco de definiciones? Aunque sea en menor medida, pero la frontera se restablece y se impone de algún modo. Queda más debilitada y está más abierta que nunca, pero siempre fija un parámetro existencial.

lunes, 25 de marzo de 2019

Lo Humano Entre Los Objetos


Seamos sinceros, la crisis no es un huracán que pasa y deja todo desolado donde a veces es posible reconstruir lo que una vez hubo.

Las crisis que padecen los países de uno y otro lado, son la excusa de la explotación, de la sumisión, del robo descarnado de las soberanías.

De todas las soberanías.

La crisis no va a desparecer de repente, como por arte de magia, es la médula, el latido primitivo del capitalismo.

Y si creemos que alguien, quien sea, nos va a sacar de ella, que va a dar un golpe de timón y va a poner en primer lugar de su agenda las necesidades más urgentes, el pan, el techo y el abrigo, estaremos dejando que una vez más hagan con nuestra piel, nuestros propios látigos.

Pienso en el legado de miseria que vamos a dejar a los niños si no lo evitamos de manera contundente ahora mismo.

Pienso en el mañana y en el paisaje espantoso en el que estaremos si no lo evitamos de manera contundente ahora mismo.

Pienso en la salud y en ver morir a la gente de enfermedades curables.

Pienso en el futuro y en los libros y en el pensamiento que será sólo para unos pocos que puedan comprar esto como un privilegio
.
Nadie nos salvará, no nos engañemos.


La cuestión es si vamos a ceder el puño y la palabra, si vamos a permitir que continúe esta utilización del ser humano como objeto, como máquina, como mano de obra barata o como sudario mientras hablan en nuestro nombre y dejan democráticamente que se enriquezcan los mismos.

Trascendencia

Trascendencia es un concepto que designa aquello que va más allá o que se encuentra por encima de determinado límite. En este sentido, la trascendencia implica trasponer una frontera, pasar de un lugar a otro, superar una barrera. Como tal, proviene del latín transcendentĭa, derivación de transcendĕre, que a su vez se compone de trans, que significa ‘más allá’, y scendere, que traduce ‘trepar’ o ‘escalar’.

De allí que algo que trasciende es algo que supera su importancia circunstancial o su ámbito particular: la trascendencia de las declaraciones de un político, la trascendencia de un acontecimiento íntimo en la vida de un artista. En este sentido, la trascendencia hace referencia al resultado, la consecuencia o la importancia de algo.

Trascendencia en Filosofía
En la Filosofía, la trascendencia es lo opuesto a la inmanencia. Como tal, el concepto de trascendencia hace referencia a aquello que se encuentra más allá de la conciencia, por encima de sus límites naturales. De allí que haya asociado a la idea de superioridad. 

De hecho, en un principio, el término se vinculaba a la naturaleza de lo divino y su relación con el mundo. Desde el punto de vista de la metafísica, la trascendencia se refiere a aquello que no forma parte de la realidad tangible y que, en este sentido, se considera infinitamente superior. Para Kant, por su parte, la trascendencia es la capacidad de la razón para acceder a un nivel de conocimiento superior de los objetos del mundo.

Trascendencia en religión

En las religiones, el concepto de trascendencia hace referencia a la condición de no estar ligado al mundo material y finito, sino, por el contrario, formar parte de lo inmaterial y lo infinito. En este sentido, la trascendencia es una condición divina que se atribuye, principalmente, a Dios, pues Él está por encima del mundo terrenal, y es su existencia es perfecta e infinita. 

El concepto de trascendencia, como tal, tiene particular importancia para la teología y para la comprensión de la naturaleza de lo divino.

Coherentes Y Enfocados

La determinación, la decisión, el compromiso que aceptamos con nosotros mismos es la más fácil y a la vez la más peligrosa de todas las decisiones que podemos tomar…peligrosa por el hecho de las mil excusas y razones que pueden aparecer en nuestro camino y que pueden tentarnos y llevarnos a la deserción en medio de nuestro proceso, en medio de nuestro pacto con el mejor y el peor de los socios que podemos encontrarnos: nosotros mismos…

Por eso hoy me aventuro a hablar de la Coherencia y el Enfoque como las claves fundamentales del éxito en cualquier proceso, en este caso hablando de los procesos de cambios físicos y de estilos de vida de nocivos a saludables, todo el mundo anda en la “ONDA” en la “MODA” pero estas palabras suenan efímeras y vacías… lo suficiente como que para que cualquiera te pueda decir: no caigas son modas que pasan…

La coherencia nos define, es lo que demuestra que no perdemos nuestra esencia que podemos cambiar de opinión, pero que siempre debemos ser consecuentes y files a nuestros principios y pensamientos… abiertos a un mundo de posibilidades de enseñanzas y de innovación pero conservando nuestro norte, que puede sufrir matices pero nunca dejar de definirnos como quienes somos realmente, como diría el recién fallecido García Márquez “Se puede ser infiel pero nunca desleal” nunca podemos ser desleales a lo que realmente somos, y en este mundo donde todos queremos ser “Gurús del Fitness” y motivadores debemos revisar si lo que predicamos o los lineamientos que estamos siguiendo nos están permitiendo convertirnos en una versión mejorada de nosotros mismos o en seres irreconocibles tanto física como mentalmente, recordemos que estos cambios hacia lo fitness, hacia lo saludable ya hemos conversado que son tanto físicos como mentales, ya que durante el proceso logramos comprobar y tomar conciencia de que es lo que realmente beneficia a nuestro organismo…en resumen que la coherencia en este aspecto nos llevara al éxito, si siempre evaluamos y repasamos que continuamos siendo nosotros mismos, que simplemente estamos haciendo ajustes para sentirnos mejor pero que no debemos cambiar nuestra esencia, siempre y cuando nos sintamos a gusto con ella y sean positiva…

El enfoque la otra palabra clave para el éxito, si bien tenemos que ser coherentes, ser nosotros mismos, estamos claros que estamos buscando cambios así que debemos hacer varios ajustes, no pretendas que veras cambios y lograras tus objetivos si permaneces estático y negado a lo nuevo, “innovar” no significa cambiar quien eres significa reinventarte y renovarte para ello necesitas estar muy enfocado, conocer quién eres conocer tus limitaciones para de esta manera trazarte metas…en este proceso de vida saludable es muy importante siempre tener una meta, la clave es mantenerse no llegar ni ganar la carrera, vale más mantenerse y disfrutar del éxito reinventarse y trazarse cada día nuevas metas que llegar a la meta y que el éxito sea efímero, llegando a un fracaso del que nos costara un poco salir (ojo en caso de que pase esto saldrás bien y victorioso igualmente, recuerda que rendirse nunca es una opción)…resumiendo el enfoque… creo que parte de lograrlo está en la motivación convirtiéndose esto en un espiral de energía positiva que generas tú mismo y que refuerzas según con quien te rodees…inspirate, motívate a continuar, vas a tener días buenos y días malos esto es universal y le pasa a todo el mundo lo que marca la diferencia entre exitosos y fracasados es que los exitosos siempre se levantan, los fracasados con la primera caída deciden no levantarse más…forma parte del grupo de los exitosos archivando los fracasos que siempre aparecerán de vez en cuando pero que TU sabrás vencer…

Los Tiempos Del Tiempo

Cómplice del destino o, tal vez, enemigo irreconciliable, el tiempo nos muestra que la naturaleza humana tiene un designio fatal: perecer. Perecer en el tiempo y a través del tiempo, pero no con él. No con él que no responde a nuestros parámetros. No con él que nos transciende, que nos gobierna, hasta agotarnos.

Desde un tiempo sin tiempo, el tiempo amenaza con ser agujero negro de la existencia: y resulta sospechoso adivinar que en la edad biológica se plasma su acecho, ese del que jamás nos veremos libres hasta que el cuerpo mismo se convierta en ultimátum del tiempo. Nacemos en el seno del tiempo. Y nos hacemos a través del tiempo, transcurrimos en él, hasta escurrirnos en él… y perecer.

Tal vez porque no nos es develado su secreto estamos destinados a querer descifrarlo. A querer ser como el tiempo sabiendo existente un reloj biológico que da por tierra instantáneamente con semejante superchería. Temerarios por naturaleza, pretendemos violar las leyes del tiempo, desafiarlo. No sólo persistir a través de él en una sucesión indefinida de unidades temporales (eternidad creo que la llaman) proyectando una falsa juventud hacia un futuro impreciso, viviendo más años de los que el cuerpo soporta a cuestas, sino además viajar en el tiempo retrocediendo y avanzando según le plazca al chofer, infringir los paradigmas que conectan tiempo y espacio acortando la ruta que comunica dos lugares, o estando en ambos sitios a un solo tiempo. Esto y más se nos antojaría pese a que, no hace falta mencionarlo, es todo en vano.

El cuerpo es un dibujo que va trazando el tiempo a lo largo de los años y que nos identifica. Si el tiempo se materializa en nosotros de alguna manera, creo que no es otra sino a través del cuerpo. Cuerpos que cambian con el tiempo que los gobierna y que inútilmente intentamos disfrazar gracias a los avances tecnológicos de la cirugía plástica y la cosmética. Es que el tiempo nos oxida. 

¿Coquetería? A veces, sí… y preferiblemente sí, porque si algo le está vedado a nuestro libre albedrío es escaparle al tiempo, esquivarlo, vencerlo. Aún así, la realidad es tiempo y el tiempo se nos esfuma.
Para empezar, el mito. Qué mejor, cuando de tiempo se trata, que comenzar por esa instancia de límites difusos, de principios inciertos, borrosos y oscuros como es el mito. 

Ese relato de nadie y de todos, como el tiempo, es a la vez que el tiempo algo existente desde el principio (o, al menos, algo que podría tomarse como dado). Y, como el tiempo, el mito también tiene algo de misterioso. No es menester que la analogía respalde mi alusión al mito, pero sí, a lo mejor, nuestro propio recorrido a través de los pedregosos senderos del tiempo.

Desde que habitamos el tiempo (es decir, desde un primerísimo principio) estamos condenados a elegir. Elegir implica una fuga, un salto en el camino de ramas que se bifurcan. Somos algo, porque no somos otra cosa. Optar: esta es la máxima, una emperatriz cruel en la linealidad del tiempo. Nos está vedado hacer dos cosas a la vez, que coexistan p y ~p en un mismo segundo es siempre imposible. 

Tomar decisiones, descartar, recorrer una sola de las ramificaciones en las encrucijadas
donde el tiempo se escinde. Los nórdicos supieron plasmar nuestra condena temporal en la sencilla pero mística figura de un árbol: el fresno Yggdrasill.

Según el mito, este árbol no sólo conecta todas las cosas y todos los mundos, sino que a sus pies se encuentran el Pasado, el Presente y el Futuro. Sus ramas, que se extienden a través de todos los países y de todos los tiempos, representan, cada una de ellas, una elección. Es decir, eso que está ausente en nosotros porque estamos obligados a optar

Es gracias a la literatura que podemos degustar un tiempo gourmet. Ella sabe meter el tiempo en la licuadora y procesarlo a varias velocidades caprichosamente. La hoja es el tiempo del cuento. La hoja reúne, aglomera, aquello que nuestro tiempo no nos dejaría concebir paralelamente. 

Es posible infringir los límites, desdoblarnos, hacer un collage de presente y pasado en un plano único, gracias a la hoja que permite insertar dos momentos en un mismo lugar, hacer de dos tiempos uno solo y acomodarlos en un torbellino para nada lineal, para nada real… si es que nuestra realidad es tiempo.


He aquí nuestra anhelada revancha: sudor de tinta sobre la hoja desierta.

Tal vez el tiempo sea tiempo porque, en nuestra enferma necesidad de ponerle a todo un nombre, la eternidad hubo de ser nombrada y la llamamos «tiempo». Tal vez, por esa sed de significantes, tuvo que hacerse palabra para poder ser desafiado verbalmente. Tal vez porque no podemos ser eternos en la vida, en esta agónica batalla contra los límites de nuestra biología sólo podemos alcanzar el botín de eternidad a través de la literatura y, quizá, la mitología. Y tal vez, y sólo tal vez, en esta breve victoria literaria la palabra tenga algo que ver en el asunto. 

(Ahora, qué paradoja que sea algo breve, en cuanto finito, lo que nos haga eternos).

Sentir La Vida


En la vida nos enseñan una gran cantidad de cosas desde que nacemos. Primero aprendemos cosas básicas como andar o hablar, luego en la escuela nos enseñan matemáticas, lengua e incluso religión. Sabemos escribir sin faltas de ortografía, sumar sin utilizar los dedos y quien es el actual rey de España. Sin embargo, hay algo muy importante que a pocos nos enseñan. Se trata de aprender a sentir para vivir cada instante como si fuera el último. Porque esto nos dará las claves para alcanzar nuestra felicidad y ser más auténticos.

Y es que la vida nos da una gran cantidad de golpes. Hay quien los sufre más fuertes, otros más largos y otros más hirientes, pero la verdad es que todos hemos sentido esa sacudida que merecida o no, no trae la vida de vez en cuando. En estas situaciones, vivir se vuelve cada vez más complicado. Nos despedimos de personas, de relaciones, de trabajos y de situaciones, y a veces, deseamos despedirnos de la vida. Entonces nuestros sentimientos nos juegan malas pasadas porque nos hemos olvidado de nosotros mismos. Pero no hay nada que no se pueda remediar, al contrario, hay algunas cosas que podemos hacer para aprender a sentir y exprimir cada instante que la vida nos regala.

Pero cuando peor lo pasamos es cuando más tenemos que comprender la importancia de sentir. La vida nos trae cosas buenas y cosas malas, y aceptarlas y seguir hacia adelante, es lo único que puede llevarnos a superar las adversidades y a conseguir una vida más feliz. Y es que, para ser feliz hay que conocer lo que es la tristeza, y para llorar de alegría es necesario haber llorado antes de tristeza.


A nadie le gusta sufrir. La tristeza, la ira o la desesperación son emociones que nadie quiere sentir. Aceptar un duelo es un ejercicio valiente, y mientras muchos piensan que llorar es de débiles, no se dan cuenta que hay que ser todo un valiente para aceptar que la vida nos trae cosas malas y que es posible seguir adelante y superarlas.

domingo, 24 de marzo de 2019

La Buena Actitud

Una buena actitud puede hacer la diferencia en muchas experiencias de la vida, la gente que posee una actitud positiva es capaz de enfrentar con valentía las vicisitudes de la vida, mantiene la calma cuando surgen los problemas, tiene la mirada puesta en todo lo que puede lograrse hacia el futuro, supera con inteligencia emocional los conflictos interpersonales, y más.

Una buena actitud ante la vida no es algo que se crea de la noche a la mañana. Una persona puede decir “desde hoy mi actitud será diferente”. Y comienza el día con el pie derecho, sin embargo al poco tiempo, se olvida de la meta inicial y vuelve a caer en las quejas, la conducta reactiva, pereza, etc.

Esto se debe a que la programación mental es muy poderosa y esta se construye a lo largo de años de trabajo concentrado en metas de crecimiento personal.

Si quieres adquirir una buena actitud, entonces necesitas un trabajo disciplinado en base a un plan de trabajo exigente que te permita una alta concentración en ideas positivas.

Es fundamental realizar una autoevaluación continua de las actividades que se están realizando, al igual que una introspección de como se anda a nivel de las ideas. Así se van haciendo las correcciones en el momento adecuado y poco a poco se superan los malos hábitos, el pesimismo y la actitud negativa.

El tipo de palabras que te dices a ti mismo y las que escuchas en el medio ambiente, también influyen en tu actitud.


Después de adquirir una buena actitud, podrás ver el lado positivo en todo, tu capacidad de resilencia será muy alta, emplearás palabras de motivación de forma constante, te mantendrás sereno en medio de las dificultades y experimentarás una gran creatividad para resolver cualquier problema.

Subiendo La Cuesta

Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy cuajada de bombillas.
Y pusieron un cartel
con las fotos de los tres
y banderas de papel
verdes, rojas y amarillas.
Y al darles el sol la espalda
revolotean las faldas
bajo un manto de guirnaldas
para que el cielo no vea,
en la noche de San Juan,
cómo comparten su pan,
su mujer y su galán,
gentes de cien mil raleas.
Apurad
que allí os espero si queréis venir
pues cae la noche y ya se van
nuestras miserias a dormir.
Vamos subiendo la cuesta
que arriba mi calle
se vistió de fiesta.
Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol
magreando a una muchacha.
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre al portal,
la zorra rica al rosal,
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.

Autores de la canción: Juan Manuel Serrat Teresa
Letra de Fiesta © Emi Melograf Sa, Ed. Musicales Polygram S.A. - Discorama



El Silencio Que Aturde


En el silencio que inquieta los tímpanos,
La mente despierta ruidosos recuerdos de algún momento,
Del helado olvido o de un tierno reflejo atesorado.
Así es esta vida, quizás es lo único que nos da la pauta de que es eso:
La vida… nacer, crecer, reproducirse, envejecer y morir.
 El silencio es un filósofo ermitaño y sabio
Si lo escucháramos más a menudo sin temor alguno        
La mente aprendería a respetar la soledad,
Aunque somos seres que vivimos conectados a otros,
La soledad es para los que tienen en el alma el silencio como amigo.
El silencio aturde cuando tu interior está lleno de  trabajos inconclusos, de rabia, desazón.
Está lleno de frustraciones desvalidas… de caos y encuentros de nuestras propias convicciones pero es eso  la vida.
Un aprendizaje constante. Hasta el mismo día en que cruzamos a lo desconocido.
Aprendemos desde el primer respiro…hasta el último expiro.

Decimos conocer todo y no es mas que la frase redicha de Sócrates:   “solo sé que no se nada”.

El Trato Humano

“Humanizar el servicio y realizarlo con un trato más personalizado es garantía de aceptación y reconocimiento”

Humanizar el servicio y realizarlo con un trato más personalizado es garantía de aceptación y reconocimiento. Es una garantía de éxito.

Es por eso, que evitar conductas automatizadas, y dar prioridad al trato individualizado, indica a los clientes la preocupación y el interés por hacer su estancia en nuestra empresa más agradable.

Al fin y al cabo, es lo que deseamos la mayoría cuando somos consumidores, el reconocimiento de que NO somos uno más, que el cliente importa y mucho. 

El cliente es nuestra razón de ser y cómo se sienta en todo momento debe ser nuestra preocupación.
¿Cómo se sentiría un cliente si, en el momento de irse, después de disfrutar de un buen almuerzo o cena en un restaurante se cruzara con personal de cocina o de limpieza y ninguno le saludara?
¿Qué pensará un cliente si mientras disfruta de su momento dentro de un local de hostelería escuchara reiteradamente la "cantinela" buenos días señores, entendiendo que es un mensaje "lorito repetidor" sin verdadero sentimiento?

Se debe implantar conductas de mejora en la atención. Son necesarias porque generan satisfacciones y éstas repercuten positivamente en la empresa.

En mi opinión, y creo que en la de muchos clientes, no se está haciendo todo lo correctamente que se podría.

Además existe otra estrategia que está empezando a ver resultados muy positivos y que también tiene que ver con destacar en el trato personalizado y huir de métodos globales. Los nuevos inversores y sus asesores siguen apostando por la hostelería pero se alejan de empresas rentablemente contrastadas y eligen invertir en compañías nuevas que no están ligadas a una marca o una franquicia.

De esta manera, se humaniza y personaliza la oferta de productos y servicios sin seguir pautas ya marcadas que desestiman en parte el trato más humanizado y personificado. Se evitan las globalizaciones comerciales.


Una de las múltiples ventajas de las empresas no franquiciadas, aparte de la tan ansiada diferenciación, es la posibilidad de implantar o realizar cambios y ofertas según necesidades marcadas en un momento determinado con mucha más celeridad. Esto les permite ofrecer esa sensación, tan admirada y alejada de lo estructurado en exceso, como es generar asombro; y además pueden realizar actualizaciones al momento, siendo más rápidos y, por lo tanto, más efectivos y sorpresivos.

El Precio De La Civilización

Los hombres eran tan pocos y el mundo manifiestamente tan extenso que habría sido extraño que se limitase a reflexionar filosóficamente sobre su condición y sobre el destino de las riquezas naturales. Incluso en el siglo actual, los hombres se vanaglorian de los resultados obtenidos en lo que consideraban su obligación de vencer al desierto. Los que estudian la condición humana, aunque defiendan la idea de la conservación, habrán de aceptar, sin embargo, la pérdida de muchas riquezas naturales, como precio de la civilización. ¿En qué momento crucial el hombre se dará cuenta de esta acción demoledora y sustituirá la simple explotación de la naturaleza por la unida a la regeneración? Ese momento ha llegado ya quizá. Es posible lograr una regeneración o bien las causas y las consecuencias de esta acción destructora se propagarán como las ondas en el agua hasta el punto de no poder dominarse.

Conviene intentar una clasificación de los efectos de la actividad humana sobre la biosfera, teniendo en cuenta, si es posible, sus características intrínsecas y su evolución para poder situarlos en un diagrama ecológico de factores correlacionados. Este puede ser muy extenso y dar una nueva visión del problema. No hay que considerar siempre los efectos de la actividad humana como destructores de riqueza, aunque así sea en general. Ciertas transformaciones introducidas por el hombre en el medio que le rodea pueden representar un sistema ecológico de igual o mayor valor de producción y de creación de riquezas que las condiciones naturales. La creación de riqueza en este sentido significa la acumulación de capital orgánico, como ocurre en la selva tropical o en los suelos Chernozem.


Es preciso también identificar los nuevos problemas que plantea el desarrollo acelerado y determinar las diversas disposiciones tomadas hasta ahora por el hombre para mantener la calidad del medio que le rodea.

sábado, 23 de marzo de 2019

El Poder De La Paciencia

 “Si la impaciencia implica impotencia, la paciencia implica poder, un poder nacido del entendimiento. En vez de convertirnos en rehenes de la fortuna, la paciencia nos libera de la frustración y sus males, nos lleva al momento presente y nos habilita la calma y la perspectiva para pensar, decir y hacer lo correcto de la mejor manera y en el mejor momento”, dice Neil Burton, autor del libro “Heaven and Hell: The Psychology of the Emotions” (El cielo y el infierno: la psicología de las emociones).

¿Qué haría un adulto enfrentado al marshmallow? Probablemente se lo comería de un solo bocado, porque esa incapacidad de retrasar la satisfacción no es territorio exclusivo de los niños. La incertidumbre, esa sensación de tensa expectativa que no siempre es negativa, ha ido tendiendo a desaparecer. Hay aplicaciones destinadas específicamente a dar certezas: la del pronóstico del tiempo, la que dice cuánto tiempo tardará el siguiente ómnibus en llegar a la parada, la que dice cuándo comenzará el próximo ciclo femenino, la que dice qué están pensando los demás, la que nos muestra fotos de lo que están haciendo antes de que nos lo preguntemos, la que dice cuánto pagaremos de luz antes de que llegue la factura.

Es difícil escapar a la búsqueda de confort y de certezas, pero entonces, cuando estamos esperando que suceda algo que no sabemos cuándo pasará y que ninguna aplicación puede anticipar, viene la crisis.

“Un amigo que sirvió en Vietnam me contó cómo los soldados en las trincheras no podían aplastar los mosquitos cuando los picaban en los brazos. El sonido del golpe podría delatar su ubicación. En ese ejemplo hay al menos dos fuerzas opuestas en juego, y los soldados eligieron la vida antes que el confort”, dice la terapeuta Jane Bolton, que también ha investigado y escrito sobre la paciencia. 

Según ella, “es nuestra mente la que genera la incomodidad, no las circunstancias externas. (…) Así que la solución es un trabajo interior”.

Paciente con los otros. “Ejercitar la paciencia puede compararse con hacer dieta o plantar un jardín. Sí, involucra una espera, pero también necesita tener un plan y trabajar en ese plan. Cuando se habla de relaciones con otros, la paciencia no se limita a la tolerancia, sino a un compromiso cómplice con su lucha y bienestar”, sostiene Burton, el autor del libro “Heaven and Hell”.

Llevada al plano de las relaciones, la paciencia también puede hacer la diferencia, pues habilita a invertir más tiempo en un vínculo, en encontrar la manera de que funcione.

Aquellos que pueden jactarse de tener paciencia, logran sostenerla porque confían en que, ev
entualmente, llegará su momento. “Una vez que has hecho todo para lograr un fin, implica confiar en el fluir natural de las cosas”, dice Orloff. La intuición es, según ella, una gran aliada para saber cuándo es momento de esperar y cuándo de actuar. La paciencia “te deja intuir la situación para tener una visión mayor y más amorosa para determinar la acción correcta a tomar. La paciencia, un regalo cuando se da o se recibe, llega aún más allá cuando puedes leer los motivos más profundos de alguien”.


Mientras el pan leuda, el surfista espera la ola perfecta, la cerámica se seca, el vino fermenta y el fotógrafo espera para capturar un instante, la paciencia encuentra su propósito y los que esperan reafirman una virtud cada vez más rara.