domingo, 5 de mayo de 2019

Identidad De Los Opuestos


Filosofía
Identidad De Los Opuestos
Spengler cree haber encontrado en el carácter aristocrático del pensamiento de Heráclito la prueba de que “la lucha o la guerra crea toda distinción real tanto en el ámbito de la naturaleza como en el de la historia”, escribe en la Introducción Marcelino Rodríguez Donís. A juicio de Spengler, “Heráclito sería ese gran señor que, aun en medio de la miseria de su tiempo, mantiene con orgullo y altivez una Weltanschauung que, como todo lo noble, profundo, bueno y verdadero siempre triunfa en este mundo”.

Heráclito reflexiona explícitamente sobre la identidad de los opuestos. Sin embargo, “Todas las cosas son una”, escribía a su vez en uno de sus fragmentos. Aunque diferentes y opuestos en su diversidad y oposición, todo existente, tomado absolutamente, es idéntico a los demás. Esta identidad no puede ser algo particular y limitado, sino lo ilimitado, el cometido del filósofo es establecer en qué consiste este nexo que configura y hace una a la realidad múltiple.

Spengler establece la singularidad de Heráclito frente a los milesios. Estos buscan una arce, un origen sustancial de todas las cosas, mientras que Heráclito sostiene que el ser no existe, sino que sólo hay un acontecer puro, desprovisto de sustancia y regido por una ley. La lucha de los opuestos es lo único real en el incesante devenir que es como las aguas de un río que siempre se renuevan.

Heráclito asegura que la identidad de las cosas es su mismo ser diferente y opuesto, su mismo diversificarse y oponerse a las otras, y llama “guerra” (pólemos) a la oposición en la que consiste cada una de ellas y de la cual se genera. Lo que hay de idéntico en cada realidad es la contraposición misma de cada cosa con las otras. La discordancia, el contraste y la oposición son el mismo principio de concordancia, armonía y unidad de las propias cosas.

La identidad de lo diferente no puede ser algo particular, es la oposición de cada cosa con respecto a las otras, su no ser las otras, su ser justamente algo “diferente”. Ese no ser el otro de él no es algo particular y limitado, que concierne sólo a algunas cosas: el no ser del otro de él mismo constituye todas las cosas y por lo tanto es ilimitado, ápeiron. Anaxímenes se preguntaba qué es el ápeiron, y Heráclito contesta: es el no ser el otro de él mismo, o sea, el oponerse de cada cosa a todas las otras.

En este camino, Heráclito retoma la reflexión sobre los conceptos de justicia e injusticia. Aclara cómo cada cosa puede ser lo que es sólo en cuanto se encuentra unida a las otras en la relación de oposición; y la oposición, la disputa, apaga la prevaricación de la injusticia. La justicia es disputa, justamente porque en el contraste de la oposición, o sea en la guerra universal, continúa negada la “arrogancia” de cada cosa singular.

El devenir de las cosas tiene una particular importancia para Heráclito, porque en el universo visible supone la vinculación que une a los opuestos: la paz nace de la guerra, la guerra de la paz… Y más aún: en el devenir, tanto el contraste y la oposición de las cosas como la unidad de los opuestos, se presentan de la manera más manifiesta. En el devenir, cada cosa se convierte en su contrario.

Aunque, según Spengler, en Heráclito no puede hablarse de identidad los contrarios, sino de antinomias, en tanto que ningún opuesto puede darse sin el otro.


La oposición responde al estado subjetivo o sensorial de los sujetos, pero se reduce a una sola y misma cosa que nosotros calificamos de distinta manera según somos afectados por ella. Finalmente, el logos, la razón, marca el compás del movimiento y de la lucha, pero ni se identifica con el fuego, ni con dios, ni es tampoco un principio intelectual.



La Esencia Que Nos Une


Las personas, por más diferencias de pensamiento o ideología que tengamos, siempre tendremos algo más importante que nos une, y es el hecho de que somos humanos, de que todos necesitamos oxígeno para vivir y que al final, todos moriremos y lo único que quedará de nosotros será el recuerdo que hayamos dejado en el resto de las personas.

¿Qué clase de persona fuimos en vida? ¿Buena, mala, dañina, destructiva, constructiva, bondadosa? Eso es lo que quedará de nosotros, eso es lo que seremos una vez que hayamos trascendido de plano espiritual.

Es por eso que es importante que los seres humanos, en vez de enfocarnos en las cosas que nos separan, deberíamos esforzarnos en buscar puntos en común, si lo hacemos, si lo intentamos podríamos lograr cosas maravillosas y construir un mundo increíble y genial en el que todos vivamos bien
.
A veces las diferencias políticas, religiosas o incluso económicas pueden parecer murallas insalvables, pero eso no es así, si nos vamos a la esencia, no importa quién seas, no importa tu poder ni el cargo que ostentes, al final del día igual tienes que beber agua o dormir de la misma forma que lo hace un indigente, quizás tu automóvil tenga asientos de cuero o tu oficina esté en lo alto de una torre de cristal, pero la vida da demasiadas vueltas y el día de mañana por obra y gracia del destino, alguien más malo que tu te lleve a la ruina y ese día ¿qué vas a hacer con todos aquellos a los que le hiciste daño cuando estabas en las alturas? Es por eso que la humildad y el buscar puntos de encuentro es tan importante y es clave para la vida y el crecimiento de las sociedades en el mundo.

Todos los seres humanos tienen su lado positivo, todas las sociedades tienen su lado positivo, y en eso es en lo que hay que enfocarse, si sólo miras lo malo, te aseguro que te estarás perdiendo de algo maravilloso que está justo al frente tuyo pero que no logras ver porque el resentimiento y el odio te tiene ciego.


Por eso es que hay que buscar las cosas que nos unen, porque en la unión está la fuerza. Al final, todos somos humanos, somos hermanos y juntos podemos hacer un mundo mejor.

El Puente De Las Diferencias


Tú que me lees regularmente, sabes de mi alergia a la uniformidad y a todo cuanto reduce al ser humano al rango de soldadito. Este tema me interesa, por cuanto la diferencia confiere una enorme belleza a aquel o aquella que la resalta y que la asume. No hablo aquí de provocación o de espíritu de contradicción, sino de esas diferencias naturales que hacen de cada uno un ser único. No se trata de ser diferente para llamar la atención, sino solo de atreverse con la diferencia por autenticidad.

Nuestras diferencias nada tienen que ver con una fosa que separe, sino que se asemejan más bien a los guiones que unen y complementan. ¿Qué sería del rojo sin el verde, del amarillo sin el azul…? Cada tonalidad completa el mosaico de la humanidad y le confiere toda su belleza. Nada es más bello que una persona asentada en la autenticidad, sin máscara ni artificio, a la vez fuerte y vulnerable.

Toda diferencia es un regalo para quien sabe apreciarlo en su justo valor.
La diferencia implica, pues, respeto, tolerancia y no-juicio. Para que pueda iluminarnos, no necesita ser comprendida ni analizada, sino solo acogida cual semilla, a fin de que pueda germinar. 

Relacionarnos con la diferencia es ponerse a sí mismo en entredicho permanentemente, la mejor forma de no atascarse en la rutina y en los tópicos que llueven por doquier. Nuestras diferencias nos recuerdan, a cada instante, que ninguna verdad es absoluta.

Si bien no puedo adherirme a la noción de partidos políticos y religiosos, me divierto escuchando sus discursos. Aun cuando tengan que ver a menudo con la manipulación o la toma de poder, sus palabras me enriquecen con una mirada distinta, que me permite percibir mejor el engranaje que mueve a la humanidad. Nunca desestimo tajantemente las palabras de un líder político o espiritual porque su etiqueta no me atraiga. Intento, al contrario, captar lo que se oculta detrás del discurso. De esta forma, sus palabras me esclarecen, en lugar de exasperarme o contrariarme.

Allí donde algunos solo ven sombra, yo disfruto buscando la luz que la sombra disimula. Cuando nos preocupamos por mirar con el corazón, todas nuestras diferencias se borran, puesto que estas solo son apariencias. Detrás de nuestro color de piel, de nuestras costumbres, de nuestros condicionamientos y de nuestras heridas brilla una misma luz: la de la vida. Ver más allá de las apariencias equivale a desactivar cualquier posible conflicto o lucha que pueda dividir a la humanidad.


Nuestras diferencias son todos los puentes que franquean la vida ilusoria que nos separa de la unidad.

sábado, 4 de mayo de 2019

Construyamos Un Mundo Mejor


A estas alturas de la vida, hay que valorar el desarrollo humano como pieza fundamental de nuestro día a día ya que el que más y el que menos, es muy consciente de que nuestra sociedad está cambiando demasiado aprisa y cada uno de nosotros también cambiamos sin parar, en este momento, nos enfrentamos a un desafío que nos ha tomado por sorpresa. 

Los apoyos que recibimos de nuestras familias, amigos, organizaciones, instituciones privadas o públicas, no están siendo suficiente, pues de alguna manera también se enfrentan a esta aceleración de circunstancias que se manejan más desde la inmediata urgencia, que desde una pausada, consciente y necesaria reflexión que cada situación merece.

Y nosotros, tenemos que continuar con nuestra vida y nuestro trabajo y no podemos esperar a que las cosas, reposen, se asienten o se tranquilicen para recuperar una supuesta y prometida estabilidad, que nos ha sido inculcada desde siempre y en la que nos sentíamos muy tranquilos y muy cómodos.
Una aparente estabilidad política, el crecimiento económico, el bienestar social, entre otros, han dado paso a la desconfianza en las instituciones públicas, la inseguridad en la estabilidad económica, el miedo al futuro y al recuerdo de épocas que nos parecían más seguras y mas confortables.

Las redes sociales nos invaden de una “información” que nos abruma, los teléfonos móviles cada vez mas complejos y mas ilimitados, nos ayudan a conectarnos mejor, pero paradójicamente, cada vez nos quitan mas tiempo de sueño y de vida.

Ante esta situación, algunas personas han atravesado la frontera que separa una situación de quietud, que espera que pase la tormenta con la esperanza de que todo sea solucionado por quiénes, en teoría, tienen la capacidad y el poder para hacerlo; por un compromiso personal de acción y de implicarse y de evolucionar haciendo algo y formando parte de la solución en lugar de ser parte del problema, desde la certeza absoluta, de que siempre habrá problemas, pero también siempre podremos ofrecer soluciones a los mismos.

No está siendo fácil. Nos enfrentamos a miedos, a resistencias personales y sociales, a la incertidumbre ante lo desconocido. Pero para muchos, no ha habido elección. Cuando la vida confronta nuestra estabilidad e inmovilismo con circunstancias difíciles de asimilar, desplegamos una serie de recursos personales dormidos que tienen que ver con el instinto de supervivencia del ser humano.

Empezamos a explorar mundos internos que desconocíamos, y comenzamos a ver nuevas perspectivas y horizontes que nos amplían nuestra forma de ver, de vivir y de sentir.
¿Por qué debemos esperar a que circunstancias externas nos “fuercen” a renovarnos e reinventarnos? Tenemos capacidad de elección y somos dueños de nuestra vida y de nuestras decisiones. Podemos anticiparnos tomando en consideración todos nuestros recursos y habilidades personales para ajustar nuestra existencia en la forma más favorable para nosotros mismos.

Pero esto requiere de responsabilidad, de responder con habilidad a las circunstancias específicas que nos acompañan. Y parte de esta responsabilidad es tomar acciones distintas que nos permitan abrir nuevas posibilidades ante nosotros.

La pregunta que se impone ahora es ¿cómo hacemos esto? Desafortunadamente, y por la experiencia de nuestro pasado, tenemos la tendencia a pensar que no podemos, a sentirnos insignificantes en un mundo globalizado donde parece que cualquier decisión externa tomada por otros tiene mucho más impacto del que nosotros podamos aportar para el cambio.

Lo cierto es que esto no es verdad. Si atendemos a la experiencia acumulada de la historia de la humanidad, podemos constatar que las grandes crisis fueran resueltas por personas con ideas innovadoras, seguidas por otras que a su vez, inspiraban a muchas más. Las culturas y comunidades, pequeñas o grandes, han subsistido gracias a la aportación individual de cada uno de sus miembros. 

No ha habido en la historia nada ni nadie que haya podido cambiar solo las circunstancias desfavorables en un momento dado.


Por ello, nuestra aportación individual a la comunidad es esencial para el desarrollo de nuestra sociedad. No podemos permanecer inmóviles esperando que las cosas cambien. Al contrario debemos involucrarnos en hacer todo lo que esté en nuestras manos para aportar nuestro granito de arena a la construcción de algo nuevo, de una sociedad mejor.

Hacer Que Las Cosas Sucedan


Los líderes creen en sus sueños con tanta pasión que no paran hasta verlos convertidos en realidad, aplican la alquimia de la audacia, factor detonador para alcanzar resultados.

Realmente podemos contar las semillas que tiene una naranja, pero no sabremos cuántas naranjas puede dar una semilla. ¿Cuántas ideas se han quedado almacenadas para siempre en nuestra mente?, ¿Cuántos proyectos por realizar?, ¿Cuántos sueños sin atrevernos a realizarlos? Cada semilla sabe cómo llegar a ser un árbol, los sueños son semillas los cuales deben germinar, si no, se mueren siendo semillas.

¿Cuántos frutos puede dar una idea? Pregunta que solamente podrá responderse intentándolo, solamente así conoceremos sus posibilidades reales, además con el intento conocemos nuestras propias limitaciones, si no resulta cabe cuestionarnos qué nos falta aún por aprender, además nos mostrará nuestras fortalezas internas. ¿Cuánta constancia y tenacidad poseemos? Para atreverse se necesita la magia de la audacia.

Magia es lo que por medios naturales obra efectos que parecen sobrenaturales, así lo define la Real Academia de la Lengua, y su connotación en esta breve reflexión no se trata de hechizos o conjuros, sino que a través de la audacia se han logrado la mayoría de los proyectos que para los demás eran imposibles y que una vez realizados resultan sencillos, como la bombilla incandescente, el fonógrafo, los rayos X, fundar una empresa mágica como Disney, en fin, millones de realizaciones que ahora nos rodean en nuestra cotidianidad y que en su tiempo cuando aún estaban en proceso, los demás consideraban que de lograrlo sería un milagro.

La envidia ha engendrado odio, el mediocre descalifica fácilmente al triunfador porque en el fondo sus logros son un espejo de sus propias carencias, y todo es resultado de la casualidad y la buena suerte, por lo cual se hace necesario preguntarles: ¿Y si era tan sencillo, por qué tu no intentaste?
La audacia es un factor fundamental para tener buena suerte, entre mayor número de intentos más posibilidades tenemos de alcanzar el éxito.


Los sueños al igual que las semillas contienen el secreto para convertirse en árboles, en realidades, saben que el primer paso es germinar, comenzar a desarrollarse, así las ideas hay que fortalecerlas, alimentarlas y llegar finalmente a enamorarse de ellas con tal pasión que nos impulse a la acción, además con estas fortalezas espirituales podemos vencer las muchas adversidades que se nos pueden presentar.

Los líderes creen en sus sueños con tanta pasión que no paran hasta verlos convertidos en realidad, aplican la alquimia de la audacia factor detonador para alcanzar resultados, saben que entre mayor número de intentos realicen la buena suerte los favorecerá. La audacia es un atrevimiento, un salto a lo desconocido, su mayor riesgo es el fracaso, su mayor prioridad, el triunfo y en ambos existe la gran lección pues la experiencia es el resultado de haberlo intentado; audacia es intento, posibilidad, oportunidad de convertir nuestros sueños en realidad. El ancla de los mediocres es el miedo, tienen pavor a fracasar por eso no lo intentan, juegan en la vida a no perder, en cambio los excelentes siempre juegan a ganar.

El Esfuerzo Personal


Cuando hablamos de esfuerzo casi todo el mundo percibe una connotación negativa y lo asocian al sacrificio, a la lucha o a las privaciones.

Por supuesto que el esfuerzo nunca te garantiza el éxito por sí solo, pero sin él, difícilmente te llegará. Si tienes cualquier atisbo de duda sobre ello, estudia la biografía de cualquier persona que haya alcanzado cotas importantes en su profesión y comprobarás que todo logro viene precedido por él.
Yo suelo poner siempre este ejemplo, sencillo pero clarificador:

¿Cómo aprendiste a andar?
¿Lo hiciste la primera vez que intentaste ponerte de pie o lo hiciste tras lograr sostenerte después de intentarlo muchas veces y tras caerte y volverte a levantar cuando intentabas dar tus primeros y torpes pasos?

¿Cómo aprendiste a hablar?
¿Lo hiciste ya de entrada como un gran orador o te costaba horrores balbucear y apenas se te entendía nada, hasta que a base de repetición lograste poder hacerlo?

Te hago estas reflexiones porque últimamente existe una corriente de pensamiento, sobre todo en las personas de la “new age”, que aconsejan dejarte fluir y no esforzarte por nada. De hecho, no esforzarse es algo que la mayoría ya hacen de forma insconsciente.

Te aseguro que cualquier cosa que realmente puedes valorar requiere esfuerzo, porque precisamente lo que no entraña esfuerzo por nuestra parte no lo valoramos. Ahora bien,

¿Qué es realmente el esfuerzo personal?
Para mí es el conjunto de acciones que llevas a cabo para lograr un fin. Y esas acciones son tanto mentales, emocionales, como físicas. Cuando empleamos mucho esfuerzo y no obtenemos lo que deseamos de forma parcial o total solemos decir que algo no merece la pena.

En términos profesionales o empresariales también lo asociamos a la productividad. Si podemos hacer algo de forma rápida, sencilla y eficaz, decimos que somos altamente productivos. Por ejemplo, en España y los países latinos no lo somos y en cambio los países nórdicos lo son muchísimo.

En mayor o menor medida todo requiere esfuerzo personal. La diferencia es que si ese esfuerzo es realizado con pasión, automotivación y disfrute de lo que hacemos, a menudo no lo vemos como tal. Por ejemplo, cualquier deportista debe realizar un esfuerzo pero si es algo que hace con entusiasmo, no lo observará como algo fatigoso.

Si te apasiona montar en bicicleta, puedes pasarte horas haciéndolo y esforzándote por subir un puerto de montaña, pero ese esfuerzo lo haces muy a gusto y te produce bienestar.

Las personas que reniegan de la cultura del esfuerzo y propugnan el “dejarse fluir” es evidente que consideran que cualquier esfuerzo es algo doloroso y que entraña lucha o competencia.

El esfuerzo personal es algo necesario y propicia nuestro desarrollo individual y colectivo, porque conlleva la aplicación de todas las virtudes que como seres humanos nos hacen evolucionar.

Lo cómodo siempre suele ser no esforzarse y llegados a este punto son muchos los que pretenden que las cosas les sean fáciles y que el esfuerzo lo hagan los demás.

Las personas que poseen una firme voluntad y propósito de vida, suelen vivir en la cultura de esforzarse y superarse de manera continua, mientras otros se limitan a ver la vida pasar sin realizar ningún avance en su vida, porque más que vivir sobrevive.


Todo depende de cuál sea tu escala de valores y principios. ¿Cuáles son los tuyos?

Superar Limitaciones

¿Qué diferencia a las personas que acaban consiguiendo vivir la vida que desean o alcanzar sus sueños de las que no?

Ciertamente no es que sean más capaces o estén hechos de una pasta diferente.

Lo que les diferencia, principalmente, es que no se ponen la zancadilla a ellos mismos. Así es, muchos de nosotros, de forma inconsciente, nos ponemos a nosotros mismos limitaciones que no son reales. Les damos poder a estas limitaciones y se vuelven en contra nuestra.

Conocer cuáles son, hacernos conscientes de ellas, es el primer paso para que dejen de tener el poder que les concedemos.

Así que aquí van:

 PRIMERA LIMITACIÓN: VER EL PRESENTE O EL PASADO COMO PRUEBA DE LO QUE PODEMOS CONSEGUIR EN NUESTRA VIDA.

 Lo que ha ocurrido hasta ahora no es prueba alguna de lo que somos capaces de hacer o de lo que podemos conseguir en un futuro. No te dejes engañar por esta parte de ti.

Qué hacer: enfócate en la dirección de lo que quieres y hazte las preguntas: ¿cuál es el siguiente paso que puedo dar? y ¿quién me puede ayudar?

Recuerda que cuentas con la capacidad de aprender, con la fuerza de voluntad, la perseverancia, la creatividad, personas que ya saben lo que hay que hacer y te pueden enseñar… es cuestión de que digas sí a lo que quieres y vayas dando pasitos.
El pasado, pasado está.

Crea un futuro que cuando se vuelva pasado y te vuelvas a verlo, te haga sentir orgulloso de ti.

 SEGUNDA LIMITACIÓN: ESPERAR A PASAR A LA ACCIÓN A CUANDO ESTÉS PREPARADO O A CUANDO LAS CONDICIONES SEAN LAS ADECUADAS

 Si haces esto muy probablemente nunca des el paso. ¿Qué significa estar preparado? ¿Sentirse seguro?

Cuando avanzamos hacia lo desconocido es normal que una parte de nosotros se sienta insegura, pero esa no es razón para dejar de avanzar.

Qué hacer: dejar de ver la incomodidad que produce la inseguridad o el miedo como excusa para no avanzar y pasar a la acción incluso en presencia de esta incomodidad.

No es necesario que se vaya la sensación de nervios o miedo para avanzar y, ciertamente, no es necesario que todo esté colocado en el lugar que creemos más adecuado. Esta forma de pensar sólo es una forma de evitar pasar a la acción y mantenernos en la zona de confort. El único problema es que quedarnos ahí no es nada cómodo y nos recuerda 1) que nuestros sueños son inalcanzables, 2) que no somos capaces o que no nos atrevemos a avanzar.

Quedarse en la inacción alivia momentáneamente la incomodidad y los nervios de salir a lo nuevo, pero alimenta la creencia a largo plazo de que no soy capaz.

 TERCERA LIMITACIÓN: TOMARSE LA VIDA EN SERIO

 Cuando nos tomamos las cosas en serio perdemos perspectiva, claridad, elevamos nuestro nivel de estrés e incluso hacemos que la situación parezca más difícil de lo que es.

Qué hacer: una de las frases que recuerdo de mi madre es “todo tiene solución menos la muerte”. Abre la perspectiva para ver que no es tan grave lo que está pasando. Que la vida es algo más que solucionar problemas. Y sobre todo, que la vida siempre es más grande que el problema que estás viendo.

Abre la perspectiva, recuerda lo que sí te va bien, lo que sí funciona en tu vida. Aprecia la belleza a tu alrededor, las personas que te quieren y comparten contigo. Despierta la calma y la paz dando un paseo en la naturaleza o lo que sea que te ayude a despertar la paz en ti y luego vuelve a mirar esa situación.

Asegúrate de que añades humor a tu vida.
El humor es una de las mejores perspectivas que podemos encontrar y que nos reconecta con algo muy valioso, la alegría de vivir.


A partir de ahora si aparecen alguna de estas limitaciones espero que te pares a verlas, las mires a los ojos, sonrías y digas: hoy el poder lo tengo yo.

El Arte De Aprender



Cómo sacarle provecho a todas las situaciones.

No importa tu edad, lo importante es que tengas una actitud activa y dinámica frente al aprendizaje, para siempre estar incorporando nuevas motivaciones que te ayudarán en tu crecimiento personal.

Para la filosofía oriental, la vida es una escuela en la cual tienes la oportunidad de aprender diferentes cosas. Alguna vez te has preguntado:¿se puede aprender de todo lo que sucede, ya sea bueno o malo?
Sí se puede, pero para ello deberías analizar y reflexionar qué es lo que te toca aprender, cuál es el motivo de este aprendizaje y cuál es el significado que posee para tu desarrollo personal.

Existen 3 tipos de aprendizaje:

Lo que debes aprender en esta vida: por ejemplo, a ser caritativo, comprensivo, etc.
Los aprendizajes de cada día: muchas veces se aprende de pequeños detalles tanto de la vida práctica (por ejemplo, arreglar un enchufe) como situaciones más sutiles (por ejemplo, aprender a callar ante un error ajeno).

Lo que puedes aprender de ver actuar a las demás personas a tu alrededor: pueden ser actitudes positivas, por ejemplo el hecho de tratar con una persona que siempre tiene una palabra de aliento para con los demás. También se da el caso de aprender lo que no se debe de hacer en determinada situación, como ante un fracaso laboral, afectivo etc. (por ejemplo, buscar consuelo en el alcohol o las drogas).

Para aprender necesitas:
Desarrollar una actitud activa y positiva frente a la vida. Estar dispuesto a mejorar a no cometer varias veces el mismo error.

Saber virar las situaciones a tu favor, aunque se traten de hechos adversos o negativos. Siempre hay que intentar sacar una sabiduría o aprendizaje para que, si no se vuelve a presentar un hecho similar, puedas afrontarlo desde otro punto de vista y salir victorioso.

Desgraciadamente, muchas veces hay que aprender con dolor, ya que en ocasiones puede ocurrir que te cierres en tu criterio propio, en tener la verdad del hecho, y no te das la oportunidad de ver diferentes ópticas del problema.

Saber aprender, dejar aprender

Al comprender la necesidad de aprender que tienes, verás que todas las personas están en el mismo camino y muchas veces te puedes encontrar ante la difícil situación de tener que dar un paso al costado para dejar que otro pueda aprender tal vez algo que tú ya hiciste.

Nunca dejes de aprender, cada día puedes aprender algo nuevo y no sabes cuánto puede cambiar tu vida.

Soledad Y Silencio


A veces la vida tiene estos silencios, estos paréntesis donde las horas se quedan pétreas en un cabalgar siniestro hacia la soledad infinita del fin. Es como intentar cazar el soplo de un oxígeno azul, indefinidamente transparente, virtual y descarnado. Es el éxtasis del cambio o la certeza de que todo, a pesar de todo, sigue igual.

La vida tiene, a menudo, estos desplantes; estas sorpresas atronadoras de vacíos, estos iracundos vaivenes de nostalgia desmedida y esta paz inaudita que recorre los caminos inhóspitos del futuro. Es la sed entre la carne temblorosa de la convivencia, entre el purpúreo enamoramiento del latido un día más.


Pero siempre, tras la pausa, como tras la calma, viene otra tormenta, otra batalla, otro despliegue de esperanzadora victoria sobre la herida remota de la vida infinita.

Los Sonidos Del Silencio


Cómo escuchar el silencio: Una cuestión que puede parecer evidente a primera vista, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, ¿estás seguro de saber qué es exactamente el silencio? El silencio no es sólo la ausencia de ruido, como pudiera parecer. El silencio es lo que sostiene todos los sonidos, lo que los hace posibles. De hecho, el silencio es mucho más que eso. El silencio es una puerta abierta hacia el Aquí y Ahora, donde los dramas y el estrés de las rutinas mentales no tienen lugar. 

Y lo mejor de todo es que, aunque la mayor parte del tiempo pasa completamente desapercibido para la mente pensante, el silencio siempre está ahí, a tu alcance, aunque ni siquiera te des cuenta.

El silencio, como mencioné antes, es mucho más que la ausencia de ruido. De hecho, incluso cuando el mundo a tu alrededor es más ruidoso, como en un concierto o en una calle muy transitada, puedes reconocer el silencio de fondo si prestas atención. No hablo sólo del silencio interno de la mente, que no depende de ningún factor ajeno a ti, sino también del que hay tras cada sonido, tras cada palabra, tras cada pensamiento… Los ruidos son sólo olas que fluyen sobre un océano de calma, ¿lo habías notado?

El silencio y el ruido no son, en absoluto, incompatibles. De hecho, sin silencio no podría haber sonido alguno. Observa esto ahora mismo. ¿Puedes percibir ese silencio que, pase lo que pase, permanece inmutable?


Presta atención a cuanto te rodea, Aquí y Ahora. Da igual la situación en la que estés: en el metro, en la playa, caminando por una ciudad… No importa los estímulos y los ruidos que te rodean. Tan sólo observa, sin juzgarlos. Seguramente  te resulte fácil sorprenderte inmerso en pensamientos que etiquetan unos ruidos como “buenos” y otros como “malos”, ¿verdad? Pues no luches tampoco contra eso. Deja que tus pensamientos también fluyan con los sonidos, pues son sólo eso, ruido mental. 

Si eres capaz de observar de esta manera, sin juzgar y sin buscar nada, verás cómo escuchar el silencio es mucho más sencillo de lo que parece. Pero, ante todo, no te juzgues si no lo consigues, porque ese juicio también es ruido, también es distracción. Recuerda: sólo necesitas prestar atención, Aquí y Ahora.

Disyunción


Disyunción es la acción y efecto de desunir y separar. El concepto se utiliza en varios ámbitos, como la genética, la gramática y la filosofía.

La disyunción genética es la separación de los cromosomas mediante los procesos de mitosis (la división en la que cada célula hija recibe una dotación completa de cromosomas tras la duplicación del material genético) o meiosis (la sucesión de dos divisiones celulares en el proceso de la formación de los gametos, que deriva en cuatro células donde cada una tiene un cromosoma de cada pareja de la célula original).

En la gramática, se conoce como disyunción o conjunción disyuntiva a la palabra (o conjunto de ellas) que indica una alternancia excluyente o exclusiva. La expresión “Vamos a Miami o a Punta Cana” presenta la disyunción “o”, mientras que la frase “Elige entre Pedro u Oscar” incluye la conjunción disyuntiva “u”. Otros ejemplos de estas conjunciones son “¿Quieres salchichas o hamburguesas?”, “No sé si llamar al gerente o al director ejecutivo”, “Tenemos que pensar el coche u otro bien para saldar la deuda”.

Para la retórica, la disyunción es una figura que se forma cuando cada oración lleva toda sus partes necesarias, aun cuando ninguna de estas oraciones es necesaria para el sentido de la precedente o de la siguiente.

No hay que pasar por alto que dentro de las Ciencias de la Tierra también se recurre a la utilización del término que ahora estamos analizando. En concreto, en ese campo se habla de lo que se ha dado en llamar disyunción columnar, que es una ruptura de las rocas que se produce a consecuencia de que tengan lugar tensiones originadas por el hecho de que la lava se ha enfriado.

En la isla portuguesa de Porto Santo, ubicada a unos 40 kilómetros aproximadamente de Madeira, se pueden observar, por ejemplo, diversas disyunciones columnares en los basaltos que forman parte de su paisaje.

La disyunción filosófica implica la separación de dos realidades, pese a que ambas se refieren intrínsicamente entre sí (arriba/abajo, derecha/izquierda, etc.).

La disyunción lógica, por último, es el enunciado que resulta verdadero cuando cualquiera de los operadores es verdadero.

Precisamente dentro de este último sector, tendríamos que dejar patente que hay un tipo de disyunción lógica que recibe el nombre de disyunción exclusiva. Esta podemos determinar que se define por el hecho de que está formada por dos operandos y de que será verdad si sólo uno de estos dos es cierto.


Este tipo de disyunción, también llamada exclusivo, es habitual que se represente a través de varios símbolos, entre los que se encuentra EOR, XOR o EXOR.

Compartir La Vida

¿Por qué vivir en soledad? ¿Qué sentido tiene guardarnos el amor y la alegría? es mucho mejor poder compartir esta vida en la que tenemos la tarea de ser felices y robar sonrisas a los demás.

Día a día tenemos nuevas oportunidades, nos relacionamos, tenemos altas y bajas emocionales, logramos cosas increíbles, nos deprimimos, nos sentimos al tope de la alegría; a diario experimentamos estar en una montaña rusa de momentos y sentimientos. Esta vida es confusa, extraña, única en sí y además… apasionante. Pero, ¿Saben qué es lo mejor? poder compartir toda esta locura de vivir con alguien más, con las personas que nos apoyan, que queremos y amamos.

Es una delicia poder abrazar a alguien, expresar tus sentimientos, disfrutar en compañía, robarles sonrisas a las personas, reír a carcajadas, sonreír, soñar en conjunto. VIVIR… eso es delicioso, deberían probarlo.

La vida está hecha para compartir, no para competir con los demás y vivir amargados en soledad.
¡Qué maravilloso es encontrar personas con las que puedes ser tú mismo! No tiene explicación.

Estoy decidido a vivir en compañía de la gente que quiero, hasta el fin de mis días.

Con pasión, con amor, a plenitud… así viviré y lo compartiré con el resto de las personas.
¿Te animas a compartir lo mejor y lo peor de ti? ¿Qué tal si dejas salir todo lo que llevas dentro? conviértete en amor, en luz… sólo eso eres.

Vale la pena compartir lo que se tiene, y si es amor… es mucho mejor.




Evolución


“Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.”
Alejandra Pizarnik

En la vida diaria se suele usar la palabra evolución para indicar un cambio que tiende a una mejora, un progreso. Por ejemplo, cuando hablamos de la “evolución de una sociedad”, creemos en general que la sociedad cambia, o debe cambiar, para mejor. A veces, implica además que nosotros podemos lograr esa mejora: si tenemos la intención de evolucionar, podemos lograrlo a través de nuestras acciones. En este uso, la evolución es un cambio que tiene un propósito, es teleológica.

En otras ramas del saber, como por ejemplo en la medicina o en la psicología, la palabra evolución suele significar cambio o desarrollo, sin implicar que necesariamente haya una mejora. Un médico puede sugerir “veamos cómo evoluciona esta enfermedad”, y lo que está queriendo decir es que en ese paciente la enfermedad irá siguiendo un curso y se podrá ver luego si la situación mejora o empeora. En psicología, la psicología evolutiva estudia qué ocurre a nivel psicológico en distintas etapas del desarrollo humano, desde que la persona es bebé hasta que es adulta.

Salvo los literalistas bíblicos más estrictos, que creen que todas y cada una de las especies fueron creadas por la divinidad tal cual son hoy, la mayoría de los naturalistas del siglo XIX creían en algún nivel de cambio de las especies por distintas causas. Lamarck propuso que los animales evolucionan a partir de las presiones del medio ambiente, dentro de un rango determinado por cómo fue creada dicha especie. Esa idea fue dejada de lado por el peso de la evidencia acumulada principalmente por un científico, que definió lo que hoy entendemos por evolución en ciencia:


Charles Darwin planteó lo que hoy conocemos como teoría de la evolución por selección natural. Desde entonces, la teoría fue pulida, completada y mejor comprendida gracias a evidencias científicas de otros campos del conocimiento.

viernes, 3 de mayo de 2019

Recalcitrantes


Recalcitrante es el resultado del verbo recalcitrar, que procede en su etimología del latín “recalcitrare”, vocablo integrado por el prefijo reiterativo “re” y por “calcitrum” derivado de “calcis”, en el sentido de “talón”, pudiendo definirse a la palabra, en sentido literal, como los golpes de talón que se efectúan de modo repetitivo. De allí que se use para calificar a aquel que resulta testarudo, tozudo, aferrado a sus pensamientos o acciones, de modo irreflexivo, y que no piensa modificar a pesar de que resulte obvio su error.

Es muy común que se aplique a aquellas personas de edad avanzada, acostumbradas a ciertos prejuicios propios de la época de su juventud, y que el paso del tiempo ha ido desvirtuando, pero que en ellos quedaron grabados como verdades indiscutibles, y que no están dispuestos a modificar. Ejemplos: “Mi abuelo tiene ideas recalcitrantes acerca del rol de la mujer. Según él, en su época el hogar era el ámbito de ellas, y así debió continuar, ya que el salir a trabajar contribuyó al deterioro de las familias” o “Mi jefe es un hombre mayor, y sus recalcitrantes maneras de gestionar, lo hacen desalentar el uso de todo tipo de tecnologías, y con esa actitud, la empresa jamás progresará”.

También puede ser sinónimo de insistente y tenaz en algo, aun cuando sepa que lo que hace es en vano.

En otro sentido, y en el ámbito agrícola, se denominan semillas recalcitrantes o no ortodoxas, a aquellas que, al almacenarlas para su posterior siembra, no son capaces de resistir la sequía ni el frío que sea menos a 10º C. Se las debe germinar rápidamente si se quiere conservar su viabilidad e impedir su toxicidad. Como ejemplos de semillas recalcitrantes podemos nombrar las de mango y las de aguacat
e.
Se conoce como contaminantes recalcitrantes, a aquellos que son resistentes a ser degradados química o biológicamente, como los que provienen de los hidrocarburos.


En Medicina, se denominan recalcitrantes a las enfermedades que son crónicas y reinciden, como el caso de la dermatosis recalcitrante o las migrañas recalcitrantes.

El Ser Y El Deber Ser

El mundo se rige por diferentes normas. O al menos lo intenta. Las profesiones establecen códices de modo colegiado y así como hay pautas para la conducta médica, periodística o pedagógica, existe —deben existir— para los gremios, desde las secretarias a los panaderos. Obviamente, las normas, las pautas, los cánones tipifican. Si un inspector acepta soborno o procede con coacción, el peso de la ley debería ser el doble de tajante, por el carácter cínico y perverso del culpable.

En la vida cotidiana las normas también tienen compromisos. Ofrezco ejemplo real: un joven lanzaba su pita desde el muro del malecón habanero. Con el molinete que pretendía enviar lejos anzuelo, carnada, plomada y esperanza de captura, puso en riesgo a quienes hacían ejercicios en el área. 

Advertido del despropósito el joven respondió con burla «que tengan cuidado ellos que son los que se van a joder». El imberbe pescador pecó de incivilizado, sin la menor conciencia social. Mostró la más absoluta falta de ética.

Pero el deber ser, sea abstracta axiología o vulgar evaluación interior entre el YO y los demás, necesita florecer primero en el humano. Es cuestión de siembra. Se irriga con el ejemplo de la familia y se cultiva en la escuela.

Según cualquier diccionario, ética —del latín ethica y del griego ethika— es el conjunto de principios y reglas morales que regulan el comportamiento y las relaciones del ser humano. Es también la parte de la filosofía que estudia la moral de los actos del ser humano y los califica como buenos o malos. 

Es también apego a los principios y las reglas morales, que son las normas, conductas, prácticas, comportamiento, proceder y actuación. Y en versión del Gran Diccionario de la Lengua Española —Editorial 2001— la formación ektikos pyretos procede del griego para definir la fiebre constante y la tisis, similar a la tuberculosis. Pero no es el caso. O tal vez sí, metafóricamente hablando de enfermos o enfermedades.

El muchacho de anzuelo pavoroso, está enfermo; enfermo grave como un inspector que acepte coima.

Tiempos difíciles vive el mundo. Sin embargo, la ética sigue siendo la misma filosofía de la Antigua Grecia, una doctrina de lo bueno-malo-correcto-incorrecto-obligatorio-permitido. Y esta Cuba que amamos y padecemos es parte del contexto internacional en crisis en las que no nos faltan ejemplos criollos con anzuelos pavorosos, coimas perversas y doble moral. Muchos debaten si faltan leyes o si urge enseñar ética desde los rudimentos, los conceptos o los paradigmas.


Si es cierto que nacemos individuos pero no sujetos —y en el transcurrir nos trasformamos en tales—, resultan claves los principios ético-cívicos, en el camino de convertirnos en personas respetuosas, con dignidad y responsabilidad hacia nosotros mismos y hacia la sociedad. 

Pero es largo ese camino de ser ciudadanos libres, solidarios, participativos y capaces de sostener criterios humanistas, de defender derechos y de cumplir deberes, en una sociedad que castigue la falta de moral y de virtud, pero igualmente evalúe y encuentre maneras de premiar los paradigmas.

Soberanía Y Seguridad


En los últimos tiempos, se está demostrando que la globalización dista mucho de ser un proceso constante y sin altibajos. Ciertos líderes políticos la han etiquetado irresponsablemente como el origen de todos los males, lastrando con ello el desarrollo de instrumentos de gobernanza multinivel. Y es que las voces de la nostalgia son cada vez más numerosas, y defienden cada vez con más ahínco la necesidad de reforzar los muros y rescatar los vínculos tradicionales entre los conceptos de "Estado", "soberanía" y "seguridad".

Siempre fue ingenuo suponer que las organizaciones internacionales, los actores transnacionales, las regiones o las ciudades desposeerían fácilmente al Estado de su papel central en las relaciones humanas. Sin embargo, sería igualmente ingenuo concluir que fenómenos como el Brexit y la elección de Donald Trump nos han devuelto a un mundo puramente westfaliano, en el que la primacía del Estado era incontestable. La globalización está tan avanzada, y las interconexiones son tan profundas, que desandar lo andado es poco menos que una quimera.

Ahora bien, en materia de seguridad internacional, los mecanismos legales e institucionales existentes a escala global siguen sin ser los adecuados para hacer frente a las actuales amenazas. Esto ya era así antes de que el Brexit y la llegada de Trump empeoraran las cosas, obstaculizando más si cabe la cooperación entre países.

Como argumentan Chinkin y Kaldor en su imprescindible libro International law and new wars (Derecho internacional y nuevas guerras), la clásica distinción entre conflictos armados internacionales y no internacionales ha perdido vigencia, y lo mismo puede decirse de la dicotomía entre seguridad interna y externa. Un prototipo de las llamadas "nuevas guerras" es el conflicto sirio, que implica a un enorme abanico de actores (públicos y privados, domésticos e internacionales) y trasciende las fronteras estatales (ejemplo de lo cual era la presencia del Estado Islámico también en Irak, así como sus atentados en muchos otros países). Estas "nuevas guerras" suelen tener un fuerte componente identitario, extenderse durante un largo período de tiempo y afectar en gran medida a la población civil.El reciente repunte de conflictos con un componente intraestatal implica que el modelo westfaliano de soberanía, según el cual los Estados monopolizaban el uso legítimo de la fuerza dentro de sus fronteras, ha quedado totalmente obsoleto. Si pretendemos seguir construyendo una sociedad que merezca el apelativo de "internacional", no podemos entender la soberanía únicamente en términos de autoridad, sino también de responsabilidad. En buena lógica, pues, debemos estar abiertos a intervenir en un país determinado cuando su Gobierno está comprometiendo la seguridad de su propia población. Este razonamiento constituye el núcleo de la "responsabilidad de proteger" (R2P), una doctrina adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2005.

Gustos Y Disgustos

En ejercicio de su individualidad el individuo está comandado por sus preferencias, por eso hay a quienes les gusta la carne de res y a quienes les gusta la de cerdo.

A pesar de los modelos de conducta determinados por la cultura, por el entorno y la herencia genética, cada persona tiene una forma de pensar, de sentir y comportarse, una especie de libreto personal tan irrevocable que ha requerido de pactos que zanjen las diferencias entre seres de la misma especie.

 Dado el carácter fatal de los impulsos humanos, el papel de la educación es fundamental, pero su rol más dificultoso quizá sea moderar, mediante lo concertado socialmente, las insólitas propensiones con que los genes y memes nos arrojan a este mundo. Por ellas hay quienes prefieren Chopin a Diomedes Díaz, el reguetón a las tarantelas, el verano a los inviernos, el tequila a la sangría, el ocaso al amanecer y, los perros o los gatos, los hombres o las mujeres, sin hablar de las malévolas devociones que la química cerebral despierta en el amo del mundo.

Desde el principio de los tiempos nos caracteriza la diversidad, nos iguala la mortalidad y nos abruma la sexualidad, especialmente cuando esta última no corresponde al modelo heterosexual impuesto por el ritual reproductivo predominante.

Pero, aunque una orientación sexual homosexual o bisexual sea reprimida por un individuo –y repudiada por la sociedad–, ella será una inclinación que comandará cada uno de sus actos, y, así como hay quienes son generosos o mezquinos, benévolos o inhumanos, la sexualidad es algo más que una elección, es una circunstancia humana que  está respaldada por el derecho a la igualdad y la prohibición de discriminación en razón de la identidad de género y la orientación sexual.

Desde esta perspectiva, tanto usted, lector, como yo, también tenemos igual derecho a vivir una sexualidad convencional y a criar familias conforme el libreto personal nos exige. Pero hay que tener respeto por las diferencias.

Conceptos como sexo, género, identidad de género y orientación sexual no pueden estar sujetos a rigores religiosos o a contubernios políticos; y ambas cosas han marcado el debate originado por el documento con que el Ministerio de Educación –requerido por la Corte Constitucional– está invitando a los colegios a hacer una reflexión orientada a adaptar sus manuales de convivencia al cambio de imaginario que presenta hoy el concepto de diversidad sexual. 

La decisión de cómo hacerlo es potestad de cada institución, con ayuda de los padres de familia.


Participación Ciudadana

La participación ciudadana es un conjunto de maneras para que la población acceda a las decisiones del gobierno de manera independiente sin necesidad de formar parte de la administración pública o de un partido político

Se debe de tomar en cuenta que la participación ciudadana no solo se refleja a través del voto, sino que existen múltiples maneras de tomar parte en asuntos públicos. Ejemplos de esto pueden ser acciones como expresión, deliberación, creación de espacios de organización y disposición de recursos por medio de los cuales los ciudadanos se involucran en la elaboración y decisión de temas que son de su interés.

El término participación social o ciudadana puede ser conceptualizada desde diferentes perspectivas teóricas, así puede referirse a los modos de fundamentar la legitimidad y el consenso de una determinada población, por ejemplo participación democrática o también puede referirse a los modos de luchar contra las condiciones de desigualdad social y para cuya superación se necesita impulsar la participación.

 En la mayoría de las definiciones de participación ciudadana, existen elementos en común: una mediación entre sociedad y gobierno para que los distintos sujetos sociales intervengan, con base es sus diversos intereses y valores, los cuales influyen en políticas públicas y en las estructuras de gobierno, fundamentándose en el reclamo del derecho a la intervención en los asuntos que les competen.

La participación ciudadana es continuamente seguida por su lado opuesto, que es el abstencionismo

El desánimo y la desconfianza puede ser generalizada entre la población por la falta del contacto institucional con la sociedad civil, es decir por la falta del trato directo institucional. La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 21 indica que toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos. Y en su artículo 29 indica que toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.


Estos artículos muestran claramente que la participación y el desarrollo son derechos y deberes que impulsan la personalidad de cada persona habitante de este país. 

La Libertad Es Libre

Filosofía
La Libertad Es Libre
“El hombre está condenado a ser libre” es una frase del filósofo francés Jean-Paul Sartre, uno de los máximos exponentes del existencialismo. Significa que la libertad es inherente a la condición humana y que, por ello, el hombre es absoluto responsable del uso que haga de ella.

En esta frase, probablemente la más célebre de las afirmaciones de Sartre, se concentran algunos de los aspectos esenciales de su pensamiento filosófico, como la reflexión sobre la condición humana, la naturaleza de la libertad y el sentido de la existencia.

Para entender en toda su dimensión lo que Sartre quiso expresar con esta frase, es importante señalar que está, al igual que el conjunto de su obra literaria, crítica y filosófica, adscrita al existencialismo, 
que es una corriente filosófica que indaga en torno a cuestiones relacionadas con la vida y la existencia, que interroga conceptos como el de la libertad humana, y reflexiona sobre los alcances de la responsabilidad individual del hombre
.
El existencialismo, como corriente de pensamiento, empieza a anunciarse en el siglo XIX, en el pensamiento de filósofos como Søren Kierkegaard y Friedrich Nietzsche, que ejercieron una notable influencia en la obra de Sartre. No obstante, los eventos traumáticos de la primera y segunda guerra mundial dotarán al existencialismo de una nueva fuerza dentro de las corrientes de pensamiento de la humanidad. Será, pues, en este contexto, en el que Sartre desarrollará el grueso de su obra filosófica y literaria.

Análisis de la frase
“El hombre está condenado a ser libre” es una afirmación filosófica que se construye a partir de una aparente contradicción retórica. Pensemos en la manera en que se relacionan e interactúan los conceptos de la libertad, que se asocia a la facultad para obrar y actuar de manera libre, y el de condena, que convoca la idea de prisión, de no-libertad, dentro de la cual, sin embargo, Sartre sitúa, en toda su dimensión, la voluntad del hombre.

Pero, ¿por qué Sartre expresa la idea de la libertad humana como una condena?

En primer lugar, es importante destacar que Sartre rechazaba la idea de que hubiera un ser superior que determinara el curso de la existencia. Lo cual implicaba que el ser humano era responsable de su existencia, de sus acciones y decisiones, y que, puesto que nada había que prefigurara o definiera su conducta, no estaba atado sino a sus elecciones.

Así, para Sartre el hombre era el responsable absoluto de sí mismo, y, en consecuencia, era el que se inventaba a sí mismo, definiendo, mediante su conducta, sus obras y sus actos, quién era y cuál era el sentido de su existencia.


De este modo, la libertad del hombre, que es parte de la esencia humana, tendría expresión en dos dimensiones: una objetiva, que significa que la libertad es igualmente vivida por todos, y otra subjetiva, según la cual cada quien vivirá de acuerdo a sus peculiaridades.

Oralidad

Al pensar en la oralidad es común relacionarla con el lenguaje hablado, con una manifestación vocal que se exterioriza fonéticamente. Sin embargo, el problema se agudiza si se piensa cuáles son las características socioculturales y sociolingüísticas en que se manifiesta el habla, es decir, al preguntar si un discurso, previamente elaborado por escrito, pertenece al dominio de la oralidad o de la escritura.

Habría, entonces, que responder: a ambos. Haciendo referencia a lo que se conoce como “lengua hablada escrita” o “lengua escrita hablada” según Benveniste. En las investigaciones propuestas por Claire Blanche-Benveniste, se parte por diferenciar lo específicamente oral de aquello que depende de alguna manera de la grafía.

De esta manera se habla de lo que Walter Ong definió como oralidad primaria y oralidad secundaría. La oralidad primaria hace referencias a pueblos en los que no existen sistemas de escritura.

Para investigadores como Havelock, Walter Ong, Benveniste, la oralidad es aquella manifestación fonética que se presenta de forma alejada a la escritura y sus investigaciones, que se desarrollan etnográficamente, describen los rasgos de este tipo de sistema de comunicación. Este grupo de trabajos investigativos, fue llamado la “gran división”.

Como ya se mencionó, la oralidad primaria se manifiesta en pueblos que no poseen grafía, y como tal, han desarrollado sistemas complejos de comunicación, que les ha permitido, incluso, crear una conciencia histórica.

Un ejemplo común son los poemas homéricos, La Odisea y La Iliada, los cuales pertenecen a la historia oral y que fueron transmitidos oralmente, para luego llegar a esta época por medio de la grafía.

Pero, lo que más inquietaba a los investigadores era: ¿cómo Homero había memorizado aquello? O saber si él realmente había existido. Finalmente, Milman Parry, filólogo estadunidense, descubrió algunos rasgos o fórmulas desde las que se manifestaba la oralidad.

Haciendo una lectura de Milman Parry y de lo propuesto por Havelock, Walter Ong propone un número de características que definen la oralidad. Algunas son:

1-.“Acumulativas antes que subordinadas. El discurso oral acude más a la pragmática que a la sintaxis y presenta mayores conectores de tipo acumulativo”.

2-. “Acumulativas antes que analíticas. El discurso oral opta por el uso de un bagaje formulario: términos, locuciones, epítetos. Estas expresiones formularías de las culturas orales se mantienen intactas y no se cuestionan, ni analizan”.

3-. “Redundante o copiosa. A diferencia de la escritura, el discurso oral utiliza la redundancia y la repetición para captar la atención del oyente”.

4-. “Conservadora y tradicionalista. El discurso oral reprime la experimentación intelectual porque sus usuarios dedican gran energía a repetir una y otra vez lo que se ha aprendido arduamente a través de los siglos”.

Por oralidad secundaría entendemos las prácticas orales que dependen de alguna manera del texto escrito: la lectura vocalizada de los poemas homéricos, que han llegado hasta nosotros a través de la grafía, son un ejemplo de esto.

Al igual que los ritos religiosos, cánticos y rezos. Para la “gran división”, la oralidad y la escritura se desarrollan de manera independiente y los estudios de oralidad secundaría se hacen desde el análisis de lo escrito.

Las investigaciones en este campo son aquellas sobre tradición oral, generalmente en el campo literario o litúrgico: las indagaciones sobre la autenticidad de los textos bíblicos o sobre el análisis del discurso religioso.


Los estudios filológicos, permiten, por ejemplo, a través de los textos, identificar algunos elementos sociolingüísticos o socioculturales de alguna época o pueblo determinado.