“Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien
canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se
muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice
lo que dice y además más y otra cosa.”
Alejandra Pizarnik
En la vida diaria se suele usar la
palabra evolución para indicar un cambio que tiende a una
mejora, un progreso. Por ejemplo, cuando
hablamos de la “evolución de una sociedad”, creemos en general que la sociedad
cambia, o debe cambiar, para mejor. A veces, implica además que nosotros
podemos lograr esa mejora: si tenemos la intención de evolucionar,
podemos lograrlo a través de nuestras acciones. En este uso, la evolución es un
cambio que tiene un propósito, es teleológica.
En otras ramas del saber, como por ejemplo en la medicina o en la psicología, la palabra
evolución suele significar cambio o desarrollo, sin implicar que necesariamente
haya una mejora. Un médico puede sugerir “veamos cómo evoluciona esta
enfermedad”, y lo que está queriendo decir es que en ese paciente la enfermedad
irá siguiendo un curso y se podrá ver luego si la situación mejora o empeora.
En psicología, la psicología
evolutiva estudia
qué ocurre a nivel psicológico en distintas etapas del desarrollo humano, desde
que la persona es bebé hasta que es adulta.
Salvo los literalistas bíblicos más estrictos, que creen que
todas y cada una de las especies fueron creadas por la divinidad tal cual son
hoy, la mayoría de los naturalistas del siglo XIX creían en algún nivel de
cambio de las especies por distintas causas. Lamarck propuso que los animales
evolucionan a partir de las presiones del medio ambiente, dentro de un rango
determinado por cómo fue creada dicha especie. Esa idea fue dejada de lado por
el peso de la evidencia acumulada principalmente por un científico, que definió
lo que hoy entendemos por evolución en ciencia:
Charles Darwin planteó lo que hoy conocemos como teoría de
la evolución por selección natural. Desde entonces, la teoría fue
pulida, completada y mejor comprendida gracias a evidencias científicas de
otros campos del conocimiento.
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