martes, 14 de agosto de 2018

Polaridad Humana

LA POLARIDAD SON DOS ASPECTOS DE LA MISMA REALIDAD

Para poder contemplar cualquier UNIDAD, siempre la tenemos que dividir en dos polos que solo podremos visualizar de forma sucesiva (primero uno y luego otro). Es lo mismo que ocurre al leer un libro. No lo podemos “leer de golpe” (simultáneamente), sino que tenemos que ir leyendo los capítulos (sucesivamente). De esa “sucesión” nace el concepto de tiempo. Concepto que debe su existencia, al carácter bipolar de nuestra conciencia.

En el dibujo que encabeza este artículo, se muestra claramente el problema de la polaridad y la necesidad de decidir en todo momento. Aquí la polaridad se plantea como “caras o copas”. Ver unas u otras dependerá de si decidimos poner en primer término la superficie blanca o la negra. Las dos formas están presentes simultáneamente, pero solo las puedo visualizar sucesivamente.

No puedo ver la UNIDAD o el TODO simultáneamente (las caras y las copas a la vez), pero si puedo ver el TODO sucesivamente (primero las caras y después las copas, o al revés).

LA SOMBRA
Ahora bien, con cada identificación, que se basa en una decisión, se descarta un polo. Pero lo descartado; que es todo aquello que NO QUEREMOS SER, ni ver, ni admitir en nuestra identidad, va formando nuestro negativo o SOMBRA. Esto es así, porque el rechazo de la mitad de nuestras posibilidades no las hace desaparecer sino que solo las destierra de nuestra conciencia. El polo descartado vive desde ese momento en nuestra sombra.
SIEMPRE QUE AFIRMO “YO SOY ESTO”, ESTOY DICIENDO “YO NO SOY AQUELLO”, Y TODAS ESAS NEGACIONES NUTREN A MI SOMBRA 

Así pues, nacemos como UNIDAD y nos transformamos en POLARIDAD. Esto exige que nos identifiquemos con un polo descartando el contrario. Debemos ser, según lo que dicte nuestro grupo de pertenencia; siempre amables, generosos, intelectuales, éticos, sociables, etc. Aquellos aspectos que no encajen con el sistema de creencias en el que estamos inmersos, serán sencillamente rechazados, reprimidos y “enviados” a la sombra. 

ESTA SERÁ LA DEPOSITARIA DE TODO LO QUE NO “PODEMOS” SER, PERO SOMOS.

LA “MALA” SOMBRA
Con todos esos “desechos” de nuestra identidad oficial, que no tienen cabida “legal” en nuestra vida, y que son “depositados” en la sombra; constituimos nuestro Frankenstein o “alter ego” particular. Crearemos personajes que andarán sueltos por la vida a modo de zombis, habitando una falsa identidad y cuya misión principal será la de “reprimir” todos aquellos aspectos, que por nuestras creencias sean inadmisibles en nosotros.

Por ejemplo, si no se nos ha permitido la manifestación de la más  mínima muestra de desacuerdo o rabia, crearemos el personaje del “hombre bueno y sumiso” (los “buenísimos son “peligrosísimos”  porque están “enfadadísimos”, por haber tenido que “tragar” mucho para ser queridos). Si hemos sido educados en la represión sexual por ejemplo, es más que probable que nos convirtamos en defensores extremos de la moral pública y privada, y así sucesivamente.

Tendrán pautas de conducta muy fijas que atraerán como verdaderos imanes a sus complementarios. Así, siempre que haya un sádico, habrá un masoquista, siempre que haya una madre, aparecerá un hijo … se irán consolidando diferentes melodramas.

Serán personajes sin fisuras, profundamente reprimidos y en peligro constante de “explotar”. Todos hemos oído hablar de personajes públicos; que en un momento dado, gozando de un determinado prestigio, se vinieron abajo al no poder controlar su sombra. Antes o después, se cumple el dicho de “dime de qué presumes y te diré de que careces“.

TENER SOMBRA ES NORMAL Y ESTA, PUGNA POR VOLVER A NOSOTROS, PARA ASÍ COMPLETARNOS

LA INTEGRACIÓN DE LA SOMBRA
La psicoterapia debe ayudar a aprender a gestionar la dualidad luz-sombra, y a “recuperar” lo proyectado en los otros, enseñándonos a ver al “otro”, como un espejo en qué mirarnos, y así aprender a aceptar e incorporar la parte de nuestra sombra que “hemos depositado” en él.

Es absolutamente crucial para nuestro destino físico y espiritual, aceptar, integrar y transformar nuestro lado oscuro o sombra, para poder vivir de forma plena

Cuando dejamos conflictos internos sin resolver y aniquilamos emociones, alimentamos a la sombra, y antes o después, estaremos abocados a comportamientos autodestructivos. 

Por eso Jung decía: “prefiero ser un hombre completo, que un hombre bueno”.


Razón Y Sentimientos


El ser humano se determina como una síntesis entre la razón y los sentimientos que lo conforman.

El tema de discusión reside en qué es lo que tiene mayor importancia, qué factor tiene más influencia en nosotros en nuestro día a día y a la hora de tomar decisiones, qué es lo que verdaderamente predomina en el ser humano, y en qué proporción.

En primer lugar, debemos tener en cuenta que lo que nos hace característicos entre estos dos factores comos seres humanos es la capacidad de razonar. Así lo definió Aristóteles, dándole a la razón una determinación más compleja llamada lógos, que se subdivide en varias dimensiones. 

Poseer lógos significa tener capacidad de decidir de forma inteligible, usar un lenguaje complejo para referirse a la realidad, en una dimensión argumentativa de la razón. Tambíen se divide en una dimensión intersubjetiva de la racionalidad humana, que significa vivir en sociedad, así como una dimensión moral que consiste en llevar a cabo un pensamiento y reflexión razonables.

La razón (lógos) en sus diversos usos hace que podamos utilizarla para alcanzar la verdad, para lograr la felicidad, para tener conciencia, llegar a acuerdos comunes y poder convivir en sociedad. La razón es por tanto un elemento constitutivo de la vida, de manera que ésta no se puede entender sin razón, que predomina en la mayoría de nuestras decisiones.

En segundo lugar, y en contraposición a la razón como nuestra parte fundamental, debemos recalcar el valor primordial de los sentimientos, concibiéndolos como el móvil de nuestras vidas, que se encauza por el factor secundario identificado como la razón.

Si identificamos los buenos sentimientos, seremos capaces de comprenderlos, y poder guiar nuestras acciones en el camino correcto simplemente dejándonos llevar por las pasiones que hacen que actuemos de manera coherente en busca de lo mejor, según lo que sintamos.

Se concibe la razón como un factor incapaz de motivar la conducta humana, que se guía por las pasiones que mueven a las personas a actuar.

Así la razón no adquiere importancia, e incluso los juicios morales y la justicia son en su mayoría la consecuencia de afectos y sentimientos, no solo de argumentaciones racionales, puesto que rechazaremos la injusticia, y predominará la compasión o la indignación hacia el sufrimiento de otras personas.

Basándonos en estas argumentaciones podemos construir una opinión propia:
Lo que nos distingue de los animales es nuestro lógos, y para comportarnos como personas racionales la razón es el factor que debe predominar en nosotros, perfectamente capaz de mover a la voluntad para actuar guiados por pasiones o sentimientos, que sin reflexión pueden inducirnos a actuar de manera errónea, puesto que la razón simboliza la objetividad, el acuerdo, la coherencia y los pensamientos profundos y adecuados, perfectamente argumentados que nos llevarán con certeza a lo correcto, mientras que los sentimientos, que también forman parte de nosotros, y en cierta medida estamos sometidos a ellos, constituyen la parte subjetiva del ser humano, por lo que deben de ser guiados por la razón en todo momento.



Cultivar El Buen Humor


“El buen humor es, en la mayoría de las personas alegres,  el satisfactorio resultado de una tenaz disciplina.”  Percy Whipple

El buen humor mejora la calidad de vida.  Se ha demostrado que tiene efectos puntuales en la creatividad, en la capacidad de resolver problemas y en la plasticidad para adaptarse a situaciones nuevas. Sin duda con buen humor la vida propia y la de las personas que cercanas es más llevadera e interesante. 

Se habla de buen humor cuando alguien es propenso a estar alegre. Es una actitud positiva que contribuye a tener una vida más satisfactoria.  
Por el contrario se habla  de mal humor cuando la actitud es negativa y el sujeto se irrita con facilidad.

Hay personas que dicen tener buen humor y otras que son malhumoradas. 
Es muy común escuchar que alguien decrete: “yo siempre me levanto de mal humor”. Otros, en cambio, afirman que todos los días de su vida se levantan de buen humor. Estas personas, las que se levantan de buen humor,  parecen tener una tendencia natural a estar bien. ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué hay personas con buen humor y otras que suelen tener mal humor?  Existen una serie de factores que influyen en el humor. 

Nadie está condenado a ser un malhumorado. Tener buen humor es posible. 
Muchos de nuestros hábitos influyen en el humor que tenemos. Cambiando esos hábitos es posible mejorar el humor. No es difícil. Sólo se trata de querer hacerlo y de  tener perseverancia.

Costumbres que mejoran el humor

1) Realice alguna actividad física
El ejercicio aumenta la dopamina y la serotonina, reduce las hormonas del estrés y la ansiedad.
Investigadores de la Universidad de Vermont reportaron que con tan solo 20 minutos de ejercicio el humor se ve considerablemente mejorado y el efecto dura hasta 12 horas luego del ejercicio. Por lo tanto, las personas activas son considerablemente más felices y están más satisfechas con sus vidas. 


2) Mantenga el contacto con la tierra
Los científicos de la Universidad de Bristol y de University College en Londres aseguran que tocar y pisar la tierra es un antidepresivo natural efectivo. La tierra tiene “bacterias amistosas” que estimulan el cerebro. Practicar la jardinería y caminar descalza por la tierra le ayudará a subir el ánimo.

El Enfado Fácil


¿Pierdes la paciencia y te preguntas por qué? ¿Existen días en que sientes que te despertaste enojado?

Algo de eso se puede deber a los cambios que experimenta tu cuerpo: Todas esas hormonas de las que tanto escuchas hablar pueden causar cambios de humor y emociones confusas. Parte se puede deber al estrés: Las personas que se encuentran bajo mucha presión tienden a enojarse más fácilmente. Otra parte se puede deber a tu personalidad: 

Es posible que seas una persona que siente las emociones de manera intensa o tiende a actuar impulsivamente o a perder el control. Y otra parte se puede deber a tus modelos para imitar: Es posible que hayas visto a otras personas en tu familia "explotar" cuando están muy enfadadas.

Independientemente de lo que te haga reaccionar, una cosa es cierta: estás seguro de que te enojarás en algún momento. Todo el mundo lo hace. El enojo es una emoción normal, y sentirse enfadado no tiene nada de malo. Lo que importa es cómo manejamos el enojo (y a nosotros mismos) cuando estamos enojados.

Herramientas para dominar el temperamento: autoconciencia y autocontrol
Dado que el enojo puede ser poderoso, a veces, controlarlo puede representar un desafío. Controlar sentimientos de enojo implica mucha autoconciencia y autocontrol. Y desarrollar estas habilidades lleva tiempo.

La autoconciencia es la capacidad de observar qué sientes y piensas, y por qué. Los niños pequeños no son muy conscientes de lo que sienten, simplemente lo expresan en su comportamiento. Por eso tienen un berrinche cuando están enojados. Los adolescentes, sin embargo, tienen la capacidad mental de autoconciencia. Cuando te enojes, tómate un momento para observar qué sientes y piensas.

El autocontrol es sobre pensar antes de actuar. Es pone algunos valiosos segundos o minutos entre sentir una emoción fuerte y actuar de una manera de la que te arrepentirás.

En conjunto, la autoconciencia y el autocontrol te permiten tener más opciones sobre cómo actuar cuando sientes una emoción intensa como el enojo.
Prepárate para hacer un cambio.

Decidir tomar el control de tu enojo (en lugar de dejar que el enojo te controle a ti) significa observar de manera profunda las formas en las que has estado reaccionando cuando te enfadas. ¿Tiendes a chillar y gritar o a decir cosas hirientes, malas e irrespetuosas? ¿Arrojas objetos, das patadas o golpes de puño a la pared, rompes cosas? ¿Golpeaste a alguien, te hiciste daño a ti mismo o empujaste o trataste mal a otras personas?

Para la mayoría de las personas que tienen problemas para manejar el mal carácter, reaccionar de esta manera no es lo que desean. Se sienten avergonzados por sus comportamientos, y creen que éstos no reflejan quiénes son verdaderamente, lo mejor de sí mismos.

Todos pueden cambiar, pero sólo si lo desean. Si deseas hacer un gran cambio con respecto a cómo manejas tu enojo, piensa acerca de lo que obtendrás de ese cambio. ¿Más respeto a ti mismo? ¿Más respeto de los demás? ¿Menos tiempo sintiéndote fastidioso o frustrado? ¿Un enfoque más relajado de la vida? Recordar por qué deseas cambiar puede ayudar.

Recordarte a ti mismo que hacer un cambio lleva tiempo, práctica y paciencia también puede ayudar. No sucederá de repente. Controlar el enojo implica desarrollar nuevas habilidades y nuevas respuestas. 

Como con cualquier habilidad, como jugar al básquet o aprender piano, practicar una y otra vez ayuda.


Ironías Humanas

Recopilamos muchas frases y pensamientos hermosos de humor político y social, algunas de gente famosa, otras de desconocidos, con las que se expresas cosas que pasan a nuestro alrededor en la vida diaria y que a todos nos duelen.
Todas usan el sarcasmo, la sátira y el cinismo
.
El sarcasmo es una forma de expresarse descrita por el escritor Oscar Wilde como "La forma más baja de humor, pero la más alta expresión de ingenio" 
Con el sarcasmo, no todos comprenden lo que se quiere comunicar.

Frases de crítica e ironía a la sociedad donde vivimos
Cuando se destruye algo creado por humanos se le llama: VANDALISMO. Cuando se destruye algo creado por la naturaleza, se le llama: PROGRESO.
Cuando el rico roba al pobre se le llama NEGOCIO. Cuando el pobre pelea por recuperarlo se le llama VIOLENCIA.
Cosas de la vida, a veces se le da nombre a calles de militares genocidas y asesinos de la historia y se premia a los científicos que salvan vidas, dándole su nombre a virus y bacterias.
Si los arboles dieran WiFi, entonces en todo el mundo plantarían arboles como locos... ¡Qué lástima que solo produzcan el oxígeno que respiramos!
Si nuestros políticos hicieran más escuelas de música que militares, en las calles hubiera más guitarras que pistolas y más artistas que asesinos.
Vemos por la TV "gente pobre" con uniforme, golpeando a "gente pobre" con hambre, para beneficiar a "gente rica" sin uniforme ni hambre.
Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas, pero puede alimentar las mentes y hasta a veces cambiarlas.
Hoy en día vale más un vestido caro que un diploma, una cadena falsa que un ramo de flores, vale más parecer... que SER.
Hoy en día algunos prefieren chatear que tener una conversación real, enviar un email que tocar a la puerta del vecino.
En Arabia los ladrones son amputados, en otros países, los llamamos diputados...
La conciencia hoy en día mantiene más gente despierta que el café.
Nunca subestimes a un idiota, un día puede ser tu presidente..



lunes, 13 de agosto de 2018

El Prójimo

Frases

Al que está preparado siempre le molesta tener que esperar. Autor desconocido

Ama a Dios y ama a los otros, y el resto de cosas será consecuencia de este amor en plenitud. P. Rodolf Puigdollers i Noblom SchP

«amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mc 12,31).

“Ámense unos a otros como yo los amo” (Jn 15, 12)

Antes de juzgar al prójimo, pongámosle a él en nuestro lugar y a nosotros en el suyo, y a buen seguro que será nuestro juicio recto y caritativo. San Francisco de Sales

Aquel que procura asegurar el bienestar ajeno, ya tiene asegurado el propio. Kung FuTse, Confucio

Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no a llevarla. Pitágoras

Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro. Platón

Cada uno pida al Señor que le dé un afecto materno hacia su prójimo. San Camilo

Cada uno de nosotros tiene muchos límites personales, pero, cuando nos ponemos al servicio de los demás, nos multiplicamos, y muchas deficiencias desaparecen. P. Aderico Dolzani, ssp 

“Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40).

Casi nadie repara por sí mismo en el mérito de otro. Jean de la Bruyère

Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros. Albert Einstein

Con el amor al prójimo el pobre es rico..., sin él el rico es pobre... San Agustín de Hipona

¡Cuán ridículas son las costumbres de los demás!. Charles Chincholle

Cuando hemos renunciado a nuestra dicha y nos contentamos en ver dichosos a los que nos rodean, es quizá cuando empezamos a serlo. Jacinto Benavente

Cuando tratamos de descubrir lo mejor que hay en los demás, descubrimos lo mejor de nosotros mismos. A. Ward

De ordinario lo que aborrecemos en otros lo aborrecemos por sentirlo en nosotros. No nos molestan aquellos defectos que nosotros no tenemos. Miguel de Unamuno

Debemos ayudar al más próximo que padece necesidad. Pasar y dejar que otro lo haga, porque me urge otro compromiso, no es una actitud cristiana. P. Luis Carlos Aparicio Mesones S.M 

El alma humilde se olvida de sí misma, y en Dios y por Dios se alegra de todo bien. P. Bernhard Häring C.Ss.R.

El don más grande que podemos hacer a otros no es compartir con ellos
nuestra riqueza, sino hacerles descubrir la propia. Benjamín Disraeli



Versatilidad


La versatilidad es la cualidad de hacer cosas distintas. Se dice que alguien es una persona versátil cuando tiene intereses y capacidades muy diferentes entre sí.

Las personas cultas son aquellas que saben sobre temas muy variados: arte, ciencia, deporte... Tener interés con respecto a conocimientos no relacionados y al margen de nuestra profesión, pone de manifiesto una versatilidad. Y ello implica que la persona versátil tiene un carácter abierto y con curiosidad intelectual en varias esferas. En ocasiones, la versatilidad se emplea como un rasgo que no es positivo precisamente, ya que se utiliza como sinónimo de dispersión y algo propio de quien no es capaz de centrarse en algo.

Se aprecia, por lo tanto, que el término versatilidad puede tener dos significados  ( uno positivo y otro negativo ) dependiendo del contexto.

En la acepción positiva, la versatilidad implica pluralidad de intereses, iniciativa, curiosidad, vitalismo, en definitiva, y es entendida como una característica valorable.

En la acepción negativa, la versatilidad es considerada como una actitud ambivalente, poco práctica, propia de aficionados o personas inconstantes. Incluso hay refranes al respecto: aprendiz de todo, maestro de nada. Se distingue un sentido despectivo de la variedad.

Ambas interpretaciones pueden ser válidas, dependiendo de las razones que se argumenten. Un ejemplo puede servirnos para clarificar el debate. A un médico le gusta la medicina en general, interesándole todas las ramas por igual. Esta actitud es positiva, en cuanto que todos los conocimientos son útiles y, paralelamente, es negativa en cuanto que es casi imposible especializarse en una rama de la medicina si el interés es hacia todas. Siguiendo con un ejemplo similar, si un médico está especializado en las patologías de la retina y en su vida personal tiene aficiones muy diversas, estaríamos hablando de alguien versátil y que al mismo tiempo está especializado.

En la historia de la humanidad hay algunos ejemplos ilustres de versatilidad (en este caso en un sentido positivo). Destaca la figura de Leonardo da Vinci, un artista del Renacimiento que pintaba, esculpía, escribía e inventaba y todo ello con gran maestría. Su caso es paradigmático y casi se podría decir que es una excepción, pues es infrecuente un profundo conocimiento en actividades distintas.

Solidaridad

9 de agosto, Día Internacional de la Solidaridad con la lucha de la Mujer en Sudáfrica y Namibia

Este día es la fiesta anual de Sudáfrica, así como su día nacional de la mujer. Hoy se rememora la marcha de mujeres de 1956, cuya causa fue la exigencia de que la población negra portase un pase especial para acceder a áreas urbanas reservadas para los blancos. En un primer momento solo se aplicaba a los hombres (1950), pero posteriormente se comenzó a aplicar a las mujeres (1956). 

El 9 de agosto de 1956, veinte mil mujeres convocadas por la Federación de Mujeres Sudafricanas se manifestaron frente a la sede del gobierno sudafricano en la ciudad de Pretoria para exigir la abolición de la Ley de pases, pues reivindicaban no verse limitadas en su libertad. Otra de sus preocupaciones a raíz de los arrestos a hombres, extendidos después a las mujeres, era el ingente número de niños/as desprotegidas y solas que quedarían.  

Esta marcha tuvo gran simbolismo en Sudáfrica, pues representó la valentía, la fuerza y el coraje de las mujeres en ese momento tan delicado de la historia, en pleno contexto de apartheid. Namibia, del mismo modo, sufrió la violencia del apartheid sudafricano, pues estuvo bajo su control hasta que se independizó en 1990.

Precisamente la lucha de la población negra contra el racismo se ha centrado en gran medida en la figura del hombre (con líderes masculinos reconocidos como Nelson Mandela en Sudáfrica o Martin Luther King en Estados Unidos), por lo cual reivindicamos la figura de todas aquellas mujeres invisibilizadas y doblemente oprimidas. Oprimidas por el capitalismo en tanto que relegadas históricamente a un segundo plano por su raza, siendo explotadas o esclavizadas; también oprimidas por el heteropatriarcado, en tanto que mujeres, y más aún si tenían una condición sexual distinta a la norma (Angela Davis). No podemos olvidar que la resistencia y la lucha por la consecución de sus derechos fue desempeñada en muchos casos por activistas mujeres: Albertina Sisulu, Lillian Ngoyi, Thenjiwe Mtintso, o Rosa Parks.

El ejemplo de su lucha contra la desigualdad social, la segregación racial institucionalizada y la miseria perpetuada a lo largo de la historia son una inspiración para la lucha feminista actual, que debe ser lo más inclusiva e interseccional posible como condición indispensable para destruir los cimientos del heteropatriarcado, que son también los que sostienen al capitalismo.

“…por una Sudáfrica democrática, participativa y no racista para todos(as)”– Albertina Sisulu



Altruismo

Altruismo en Filosofía

Auguste Comte acuñó la palabra "altruisme" en 1851 y ésta fue adoptada luego por el castellano. Muchos consideran su sistema ético algo extremo, en el que los únicos actos moralmente correctos son aquellos que intentan promover la felicidad de otros. Esto llevó al desarrollo de la acepción de las personas.
Es aquella conducta que beneficia a otros, que es voluntaria y cuyo autor no anticipa beneficios externos. Aunque la finalidad propia del altruismo puede presentar varias dificultades, el motivo de esto se debe a que los agentes morales presentan toda una serie de prejuicios cognitivos que hacen las labores altruistas y activistas más dificultosas. Algunos de estos prejuicios se reflejan en una parcialidad que lleva a dar prioridad a algunos individuos sobre otros. Esto provoca que se asigne menos importancia a ciertas causas que en realidad son más significativas que otras consideradas como menos relevantes. Algunos de estos prejuicios pueden ser las actitudes sexistas, racistas, xenofobia, chovinistas entre otras. Además, las tendencias egoístas llevan a que nos desentendamos de causas que podrían conseguir un impacto mayor en el mundo.
Por otra parte, otros prejuicios provocan que adoptemos patrones irracionales en nuestra toma de decisiones. Esto se debe a que muchas de nuestras inclinaciones e intenciones a la hora de actuar han sido seleccionadas a lo largo de la historia natural por razones de carácter evolutivo. Esto se debe a que éstas presentaron ventajas en la transmisión de nuestro material genético. Pero, en realidad, éstas no ofrecen ninguna ventaja a la hora de deliberar sobre la forma en la que debemos actuar. Más bien, todo lo contrario. Pero es necesario recalcar que estas intenciones no determinan necesariamente lo que buscamos y cómo lo debemos buscar. Pero es cierto que sí pueden modifican nuestras inclinaciones y condicionan nuestra forma de actuar en muchos casos. A lo largo de la historia evolutiva, las capacidades y disposiciones que se acabaron estableciendo no son las que estimulan la realización de ciertas funciones de la mejor manera, sino las que hicieron que el material genético se transmitiera de forma eficiente. Esto provoca que cuando intentemos formar parte de una causa de forma activa, no utilicemos nuestros recursos de la forma mejor forma por culpa de los distintos prejuicios o sesgos cognitivos que tenemos por causas evolutivas. Algunos ejemplos de estos sesgos cognitivos:
-Una incompetencia a la hora de comparar correctamente distintas magnitudes cuando estas son muy grandes.
-Confundimos aquello que deseamos que suceda con aquello que es previsible que suceda.
-Creemos que nuestras propias experiencias representan adecuadamente el conjunto de lo que ocurre.
-Nos cuesta cambiar nuestra forma de ver las cosas incluso cuando se nos presentan evidencias nuevas que deberían cambiar nuestras posiciones o inclinaciones.
-Tendemos a no incluir en nuestras consideraciones aquellas opciones en las que hay incertidumbre.
Esta solo es una lista reducida. Los prejuicios cognitivos son muy numerosos. Los sesgos cognitivos inducen resultados nefastos cuando se intenta analizar la importancia relativa que puedan tener las distintas causas. Por esta razón presentan dificultades graves a la hora de llevar a cabo nuestra participación en causas de carácter altruista.

Autoexigencia

La autoexigencia tiene que ver con “querer hacer las cosas bien y esforzarnos para ello”, pero la mayoría de las veces no se toma en cuenta que también puede implicar un patrón de comportamiento poco saludable, que conlleva un sufrimiento para la persona que es autoexigente.

El sufrimiento ocurre cuando queremos ir más lejos de lo que nuestras aptitudes nos permiten y la relación entre nuestros recursos, conocimientos y habilidades versus nuestras metas, es desproporcionado. Hay que acompasar el “esto es lo que quiero” con “esto es lo que tengo para conseguirlo” y “esta es la realidad”. 

Se trata de conocer nuestros límites, saber cómo flexibilizarlos (explotando nuestros recursos, ajustando los que tenemos y los que nos hacen falta), gestionar, priorizar, armar un plan de acción y establecer una meta de manera realista. 

Si no, corremos el riesgo de que nuestros “límites” se transformen en “limitaciones”. En síntesis, el objetivo es lograr lo mejor posible dentro de nuestras posibilidades reales.

La brecha entre la baja autoestima y una autoimagen super idealizada (su prototipo) se instrumenta por medio de esta gran autoexigencia.
Prefiere instalarse en una falsa ilusión que confunde con la realidad. Es una persona que instrumenta una disciplina férrea en pos de conseguir su objetivo, siente una responsabilidad al respecto que lo excede emocionalmente, siente culpa si no cumple las tareas pautadas, a las que cumple con una minuciosidad más allá de lo razonable.

Sus propósitos y sus actos están teñidos por su actitud perfeccionista y su necesidad de control. Manejarse de esta manera le hace perder mucho tiempo y lo lleva a ser poco eficiente.

La inseguridad ante los posibles errores le dificulta el tomar decisiones, tolerar los cambios y la frustración.

El miedo y la culpa son tan intensos que lo paralizan.

Busca instrumentar mecanismos de control desmesurados para enfrentar la incertidumbre.

La autoestima es pobre, se valora por lo que hace y no por lo que es. Se rige más por la vía racional y las emociones están parcialmente bloqueadas. Esto se traduce en una dificultad en poder empatizar con el otro, lo cual le trae problemas en su vida privada y laboral.

No puede evitar sentir que los demás, en el fondo, lo juzgan con la misma vara alta que él lo hace consigo mismo. Esto lo lleva a seguir esforzándose sin tregua. A la vez, parece que nadie hace tan bien el trabajo como él, con lo cual no confía en los demás, no delega y se sigue sobrecargando más, aumentando el nivel de estrés y sus sentimientos de frustración e impotencia.

Siente que nunca es suficiente. La insatisfacción que siente con respecto a sí mismo se le va cronificando. Por su intensa necesidad de ser valorado y de no decepcionar a otros, y por una errónea evaluación de sus límites, se termina comprometiendo en cosas a las que no puede llegar por falta de tiempo y de fuerzas. 

Así termina muchas veces decepcionándose a sí mismo y a los otros, para quienes termina resultando no creíble.


Enfrentar La Adversidad


Cuando expresamos los sentimientos ya sea hablando o escribiendo, lo que estamos haciendo es liberarlos. Si ponemos palabras a qué o cómo nos sentimos, nos será más fácil aceptar las malas noticias que nos sucedan. Ya que lo que hacemos es asociar nuestros pensamientos con los sentimientos de forma rápida y casi simultánea. Por eso, cuando nuestras emociones sean demasiado negativas, podemos emplear la escritura como medio para expresarlas, librándonos de ellas sin tener repercusiones exteriores.

Cualquier situación adversa puede ser vista como una interrupción de nuestra trayectoria vital, pero si lo relatamos, estaremos más cerca de la posibilidad de aceptarlo y seguir avanzando.

Incluso si tenemos dificultades a la hora de la escritura, también podemos utilizar otro tipo de actividades como la pintura, el baile, el deporte o el teatro, que nos ayudaran a canalizar y reconocer nuestras emociones, puntos imprescindibles para poder llegar a controlar y elaborar lo que sentimos. 

Y tras esto, poner en marcha todo nuestro propio mecanismo de resolución de problemas en el que utilizaremos nuestros propios recursos para avanzar y hacernos paso ante la dificultad que se nos presenta.

Además ante una situación difícil hay veces que nos cuesta aceptar que nos afecta, negándonos a reconocer que en cierto modo nos duele. Pero este dolor, en parte es necesario, porque nos ayudará a elaborar todo lo sucedido, además de poder llegar a asumir la pérdida.

En estas situaciones, las personas de nuestro alrededor quizás puedan intentar con la mejor de sus intenciones que nos volvamos a sentir bien tan rápido como sea posible, pudiendo tener el efecto contrario, ya que pueden originarnos sentimientos de culpabilidad por no responder como los demás esperaban o incluso sentirnos no comprendidos. 

Todos necesitamos nuestro tiempo de asimilación y elaboración, unos más extensos que otros, lo importante es respetarlo, y no acelerarlo o posponerlo, sino manteniendo un cierto equilibrio. Es como atravesar por un proceso de duelo o pérdida, ya que se necesita un período de adaptación emocional necesario, pasando por una serie de etapas.

Y con el tiempo, tras haber superado ese momento difícil, seremos capaces de confiar en nuestra capacidad de sobreponernos a nuevas dificultades. Cada prueba superada nos irá fortaleciendo. Y aunque las dificultades o adversidades nos muestren nuestras partes más vulnerables, el hecho de superarlas nos ayudará a avanzar con más seguridad y confianza

La Libertad Social


Para que el hombre no haga más mal que bien en sus esfuerzos por mejorar el orden social, deberá aprender que aquí, como en todos los demás campos donde prevalece la complejidad esencial organizada, no puede adquirir todo el conocimiento que permitirá el dominio de los acontecimientos.

En consecuencia, tendrá que usar el conocimiento que pueda alcanzar, no para moldear los resultados como el artesano moldea sus obras, sino para cultivar el crecimiento mediante la provisión del ambiente adecuado, a la manera en que el jardinero actúa con sus plantas.

En el sentimiento de excitación generado por el poderío siempre creciente engendrado por el adelanto de las ciencias físicas, y que tienta al hombre, existe el peligro de que éste, "embriagado de éxito", para usar una frase característica del comunismo inicial, trate de someter al control de una voluntad humana no sólo nuestro ambiente natural sino también el ambiente humano.

En realidad, el reconocimiento de los límites insuperables de su conocimiento debiera enseñar al estudioso de la sociedad una lección de humildad que lo protegiera en contra de la posibilidad de convertirse en cómplice de la tendencia fatal de los hombres a controlar la sociedad, una tendencia que no sólo los convierte en tiranos de sus semejantes sino que puede llevarlos a destruir una civilización no diseñada por ningún cerebro, alimentada de los esfuerzos libres de millones de individuos.


Protagonismo

Cualquier persona debe ser la protagonista única e irrepetible de su propia historia. Es decir, se trata de un sentido de protagonismo visto en términos positivos en tanto que debes hacer uso de tu libertad y escuchar los deseos de tu corazón para realizar todo aquello que de verdad deseas. 

Pero el afán de protagonismo también puede tornarse en una realidad negativa de tu carácter que puede llegar a darte más de un problema en tu rutina cotidiana y también, puede llegar a alejarte de los demás.

Siempre debes tener claro cuál es tu lugar. Por ejemplo, en el trabajo no puedes actuar como un jefe cuando no lo eres. Del mismo modo, cuando asistes a una clase nueva sobre un curso que te interesa no puedes corregir constantemente al profesor y querer ilustrar a los demás con tu sabiduría.

Cada actitud debe darse y producirse en un contexto determinado, pero en el fondo, el afán de protagonismo muestra grandes carencias afectivas y un deseo importante de recibir cariño y atención por parte del entorno.

Es decir, aquel que tiene un excesivo afán de protagonismo pretende, sencillamente, llamar la atención de los demás, tal vez porque no sabe poner en práctica la amistad de otro modo.

Uno de los mayores errores de esta cualidad del carácter es precisamente el de monopolizar los temas de conversación en un plan de grupo. En una relación de amistad basada en la reciprocidad debes preocuparte e interesarte por los asuntos de tu amigo y saber qué tal le van las cosas.


A veces, hay personas que se convierten en protagonistas de una forma sencilla y natural, sencillamente, porque tienen un gran carisma o una personalidad fuerte por lo que su presencia en el seno de un grupo se nota mucho de forma positiva. Hay personas que dejan huella allí por donde pasan.


domingo, 12 de agosto de 2018

Aspiraciones


No podemos vivir sin utopías, sin intentar retomar y trascender las cosas como están.

No podemos vivir sin una visión que cree o recree nuestro mundo --esta actualidad de la existencia palpitante en nuestra experiencia-- y sin recrearnos a nosotros mismos.

Imaginariamente, la utopía es una alternativa posible, legítima, válida, en la vida, por la vida, por y para su más alta y mejor expresión.

Con plena Serenidad y Aceptación hemos de reconocer como estamos y por donde van las cosas, y en nuestros días y pasos empuñar con firmeza el timón de nuestra vida y experiencia personal y social, comunitaria.

Frente a la deshumanización de esta civilización que nos degrada y oprime con la irracionalidad arbitraria de su modo de vida material, cabe levantar un HUMANISMO ESPIRITUAL, social, libre, abierto, SABIO; incluyente, integrador, UNIVERSAL.

Necesitamos de claridad, de ideas-luz.
Necesitamos de vivirnos y crecer en otra humanidad y sociedad.
 Otra civilización se construye con Inspiración y Aspiraciones, con Visión, con ideas y actitudes.  Y no puede ser más que por la entrega limpia y sincera de los corazones y las mentes.

En el presente la historia está definida en su manifestación concreta y por su inercia en marcha, también está abierta, con potenciales y posibilidades, para el que quiera ver y hacer, contribuyendo a la Evolución consciente, responsable; enarbolando la dignidad humana y la defensa incondicional de los derechos humanos:

El derecho a la vida y la dignidad; a la nobleza, a la sensibilidad, a conocer y entender.
El derecho a la Meditación, a la Luz y a la Iluminación.
El derecho a la Realización y a la Plenitud.

El Derecho a la Espiritualidad Social.

Inteligencias

Todo en la naturaleza es inteligencia
Toda la creación humana es producto de un pensamiento. Los pensamientos surgen de la mente como impulsos creativos y cuando éstos se manifiestan en forma organizada producen una expresión creativa.

Todos tenemos la misma capacidad desde el nacimiento para organizar los pensamientos, por lo tanto se puede considerar a la mente como una estructura que tiene un poder organizador
.
Este poder no está ubicado solamente en el cerebro, abarca todo el cuerpo hasta cada una de nuestras células y se puede decir que todo en la naturaleza posee el mismo poder organizador de inteligencia creativa.

Hasta la materia inanimada demuestra que sus componentes básicos como los protones, electrones y otras partículas están dispuestos en forma organizada e inteligente.

El conocimiento del hombre tiene una estructura de pensamiento que capta al Universo con la conciencia y este es el modo que tenemos de conocerlo.
Nuestros impulsos de inteligencia son los mismos de toda la naturaleza la diferencia es que el hombre los conoce como pensamientos.

Toda la complicada maquinaria que componen todos los sistemas de un cuerpo humano son manifestaciones de un impulso inteligente y creador.
Este razonamiento nos lleva a la conclusión de que la mente, conciencia o inteligencia subyace en todo el Universo.

El ser del hombre es su propia semilla con la capacidad de evolucionar hasta su pleno desarrollo. En esa semilla, a partir de la unión de un óvulo con un espermatozoide, se encuentra almacenada toda la información inteligente de un hombre nuevo y único
.
Se podría decir que la vida es la posibilidad de evolucionar que tiene la materia en forma organizada y con un propósito; y así como puede naturalmente evolucionar la materia también evoluciona la conciencia hacia una etapa superior.

La evolución de la conciencia se manifiesta como sabiduría, que es la organización de la inteligente superior, o sea la posibilidad de síntesis que permite ver la totalidad.

Esta evolución es independiente de la voluntad y es irreversible porque es una tendencia natural.

El libre albedrío nos permite dirigir nuestros pensamientos, y cuando permitimos que los pensamientos negativos de nuestro ego dominen nuestra mente nos hará ver una imagen de la realidad deprimente que nos hará sentir desdichados; en tanto que un estado mental positivo la mayor parte de nuestro tiempo cambiará la imagen de esa realidad y nos hará personas felices; porque la propia conciencia es la que la estructura.

Cada estado mental coincide perfectamente con el funcionamiento del cuerpo, con el humor, con la expresión de la cara, con las relaciones personales, y con el bienestar físico general; y si una persona es buena observadora puede leer el pensamiento de otra por su aspecto.

De manera que solamente si somos conscientes podemos cambiar nuestros pensamientos porque la mayoría de éstos, surgen espontáneamente en forma automática.

La mente altamente evolucionada, con una perspectiva más amplia de la realidad, que no se detiene en los simples sucesos sino que ve sólo la síntesis, no puede ser nunca víctima de una enfermedad si tiene absoluto dominio de lo que piensa.

La evolución no es voluntaria, conoce sus propias metas y se dirige a ellas para cumplirlas sin ningún obstáculo porque sencillamente se trata de algo totalmente natural.


Es nuestro Ego de conciencia limitada el que interfiere en este proceso e impide disfrutar naturalmente de la salud perfecta.

Honestidad E Integridad

La honestidad como valor y la integridad como valor van de la mano, pero hoy en día, pareciera que la gente es tan perezosa que estas características se han ido volando por la ventana. De hecho, si le pregunta a la mayoría de los jóvenes hoy en día “¿Qué es la honestidad?” seguramente responderán que es decir la verdad y probablemente no serán capaces de dar una definición mucho más amplia.

Aunque la mayoría de la gente entiende que la honestidad es “decir la verdad”, ¿realmente entiende lo que “decir la verdad” implica? Por ejemplo, si está mal mentir ¿También está mal no decir toda la verdad o no contar toda la historia, por así decirlo? Mucha gente cree que retener parte de la verdad también es mentir y si eres de esas personas que no dicen toda la verdad, no estás siendo honesto.

La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad de decir la verdad) sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de personas o consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e imprescindible de reconocer.

Pero, retomando lo que dije sobre los jóvenes y su concepto de integridad hoy en día, la mayoría no tiene idea de lo que está hablando. Esta es solo una palabra que sabe cómo se escribe. Tienen una ligera idea de lo que implica pero no tienen una comprensión real de lo que significa tener integridad mucho menos honestidad.

Integridad, significa que vives que vives con moral y ética. Moral, es todo aquello que en determinado momento, se considera que tiene características en favor de la supervivencia. Una acción en favor de la supervivencia es una acción moral. Se considera inmoral lo que se considera que va en contra de la supervivencia.

La honestidad se refiere a encubrir una mentira, pero la integridad aparentemente abarca todos los demás ámbitos de nuestra vida.

Una vez que crecemos y nos vemos obligados a enfrentarnos a la realidad, nos enteramos de que el mundo puede ser un lugar frio, duro y cruel. A medida que trabajamos nuestro camino por la vida, muchas veces despojamos a nuestros propios valores de su sitio.

Hoy en día, todo el mundo lucha por lograr pagar las cuentas, criar hijos bien educados, cuidar de nuestros padres ancianos, tratamos de mantener un matrimonio sólido y estable e intentamos vivir lo suficiente como para llegar a jubilarnos y llegar a ver a nuestros nietos; pensando en esto – aparentemente la mayor parte del tiempo – no es difícil perder de vista nuestros valores, que a su vez, afectarán nuestra honestidad e integridad, aún cuando no nos propusimos que eso sucediera.

Antes de poder vivir una vida con honestidad e integridad, primero tenemos que tener un buen sentido de lo que son y de lo que implican en nuestras vidas. Todos tenemos puntos de vista firmes sobre ciertos temas, como el aborto, las armas de fuego y cosas de esa naturaleza. Pero mientras más grandes es la discusión de estos temas, más nos apegamos a nuestros valores.

Antes de que pueda vivir su vida con honestidad e integridad, primero tiene que tener un buen sentido de lo que son y lo que significan en la vida. Todos tenemos sentimientos fuertes sobre ciertos temas, como el aborto, armas de fuego, y cosas de esa naturaleza. Pero tan grande como estos temas son, estas son las más fáciles. Aquí están o en un lado de la valla, o el otro.

Pero ¿Qué tanto te apegas a tus valores? Por ejemplo, hablando de la honestidad y la integridad, supongamos que la cajera del supermercado te dio mal el cambio y te das cuenta ¿le devolverías el dinero extra que te dio? Tu honestidad e integridad entran en juego y lograrías una buena acción al hacer posible que la cajera recupere ese dinero.

Lo correcto y lo incorrecto forman una fuente común de disputa y lucha. Lo que es correcto y lo que es incorrecto no es necesariamente definible para todo el mundo. Esto varía de acuerdo a los códigos morales y disciplinas existentes.


Para vivir una vida basada en la honestidad y la integridad, debe saber qué son y lo que representan, y también debes vigilarlas día a día, para garantizar que no estés haciendo nada que te haga entrar en conflicto con tus propios valores o código moral.

Nueva Perspectiva


Formamos parte de una sociedad materialista, completamente desencantada del mundo en el que vivimos. Por eso en general solemos creer que nuestra vida es un accidente regido por la suerte y las coincidencias. Es decir, que no importan nuestras decisiones y nuestra acciones, pues en última instancia las cosas pasan por «casualidad». Esta visión de la existencia nos convierte en meras marionetas en manos del azar.

En paralelo, muchos individuos nos hemos vuelto «nihilistas». No es que no creamos en nada. Simplemente «negamos cualquier significado o finalidad trascendente de la existencia humana». De ahí que orientemos nuestra vida a saciar nuestro propio interés, tratando de escapar del dolor y el malestar que nos causa llevar una existencia vacía y sinsentido. Y lo hacemos por medio del placer y la satisfacción que proporcionan a corto plazo el consumo y el entretenimiento.

Pero, ¿realmente la vida es un accidente que se rige de forma aleatoria? ¿Estamos aquí para trabajar, consumir y divertirnos? ¿Acaso no hay una finalidad más trascendente? Lo irónico es que la existencia de estas creencias limitadoras pone de manifiesto que todo lo que existe tiene un propósito, por más que muchas veces no sepamos descifrarlo. No en vano, creer que no tenemos ningún tipo de control sobre nuestra vida refuerza nuestro victimismo. 

Y pensar que la existencia carece por completo de sentido justifica nuestra tendencia a huir constantemente de nosotros mismos por medio de la evasión y la narcotización.

Es decir, que incluso estas creencias tienen su propia razón de ser. No están ahí por casualidad, sino que cumplen la función de evitar que nos enfrentemos a nuestros dos mayores temores: el «miedo a la libertad» y el «miedo al vacío». Mientras sigamos creyendo que nuestra propia vida no depende de nosotros, podremos seguir eludiendo cualquier tipo de responsabilidad. Y mientras sigamos pensando que todo esto no es más que un accidente, podremos seguir marginando cualquier posibilidad de encontrar la respuesta a la pregunta ¿para qué vivimos?

Estamos tan cegados por nuestro egocentrismo, que solemos preguntarnos por qué nos pasan las cosas, en lugar de reflexionar acerca de para qué nos han ocurrido. Y eso que existe una diferencia abismal entre una y otra forma de afrontar nuestras circunstancias. Preguntarnos por qué es completamente inútil. Fomenta que veamos la situación como un problema. Y esta visión nos lleva a adoptar el papel de víctima. De ahí que nos haga sentir impotentes.

Por el contrario, preguntarnos para qué nos permite ver esa misma situación como una oportunidad. Y esta percepción nos lleva a entrenar el músculo de la responsabilidad. De hecho, esta actitud es mucho más eficiente y constructiva. 

Favorece que empecemos a intuir –e incluso a ver– el sentido oculto de las cosas

Es decir, la oportunidad de aprendizaje subyacente a cualquier experiencia, sea la que sea.

Y esto es precisamente de lo que trata la «física cuántica». En líneas generales, establece que «la realidad es un campo de potenciales posibilidades infinitas». 

Sin embargo, «sólo se materializan aquellas que son contempladas y aceptadas». Es decir, que ahora mismo, en este preciso instante, nuestras circunstancias actuales son el resultado de la manera en la que hemos venido pensando y actuando a lo largo de nuestra vida.


Si hemos venido creyendo que estamos aquí para tener un empleo monótono que nos permita pagar nuestros costes de vida, eso es precisamente lo que habremos co-creado con nuestros pensamientos, decisiones y comportamientos. Por el contrario, si cambiamos nuestra manera de pensar y de actuar, tenemos la opción de modificar el rumbo de nuestra existencia, cosechando otro tipo de resultados diferentes. 

El simple hecho de creer que es posible representa el primer paso para que, a través de un proceso, podamos hacer que muchos sueños se vuelvan realidad.

Tomar Distancia Al Observar

“Aquellos aspectos de las cosas que son más importantes para nosotros permanecen ocultos debido a su simplicidad y familiaridad (no somos capaces de percibir lo que tenemos continuamente ante los ojos)” escribió en algún momento Wittgenstein.

Así, la cercanía, nos nubla, nos enceguece; es decir, ser parte de un ambiente determinado, con personas que vemos diariamente, en una rutina compartida e irrefutable, inmodificable, nos crea la percepción de simplicidad, de esa familiaridad de la que hablaba el filósofo austriaco.

“El mar es para los que están lejos” leí hace muchos libros atrás, quizá, esto ejemplifique el punto: los que están lejos evocan, reviven, desmenuzan el lugar en sentimientos, en sensaciones y entienden por qué quisieran estar ahí, en el mar, al que ya le dan otro significado porque lo han comprendido, han visto esos detalles que no ven los locales, porque para ellos es sólo algo que está ahí.

Y habría que colocar esta afirmación en el contexto social actual. Ahora que vienen las elecciones conviene traer a cuento la cotidianeidad.

Sí, la mayoría de los individuos sociales entienden su realidad, porque la viven; es decir, en la práctica van consiguiéndose verdades, lógicas y razonamientos que nos sirven para identificar los signos problemáticos familiares y de país.

Entendemos de cierta manera qué es la corrupción y qué se deriva de ésta, porqué de la violencia, porqué de ciertas reformas, porqué la injusticia y demás, pero pocas veces profundizamos en el tema.

Bourdieu decía que ahí es donde entraban los estudiosos, los analistas, los expertos, etcétera, para explicar aquella comprensión empírica que tienen las personas con relación a su entorno, decir los porqués: agregar los elementos sustanciales que servirán de impulso a las verdades que se requieren para lograr cambios.



El Ser Constantes


Muchas veces nos obcecamos con los objetivos y metas a los que queremos llegar pero no prestamos suficiente atención al proceso, parte muy importante para lograr nuestros propósitos, por eso nos quedamos bloqueados en un punto del proyecto del que esperamos salir sin hacer nada. Aquí es donde la constancia y el esfuerzo nos ayudaran a avanzar y seguir hacia adelante.

TRABAJAR LA CONSTANCIA
Tomarte un café, leer un libro, lavarte los dientes… estos son hábitos que haces a diario de manera inconsciente y que demuestran que la constancia es una cualidad que todos tenemos. Sólo hay que aprender a potenciarla y trabajarla de manera consciente para conseguir nuestras metas.
Por muchas ideas y talento que tengamos, si no sabemos ser constantes no lograremos el éxito en lo que nos propongamos.

Algunos consejos para aprender a ser constantes sin dejarnos la vida en ello.

DESCUBRIRTE Y MOTIVARTE
Lo más importante para conseguir todo lo que nos propongamos es estar motivados. Y para ello es fundamental que nos conozcamos muy bien. Parece absurdo pero muchas veces no nos prestamos la atención suficiente.
Reflexionar sobre nosotros mismos nos permitirá saber en qué punto nos encontramos y qué queremos para nuestra vida. Saber qué ganamos y qué perdemos escogiendo un camino u otro nos ayudará a enfocarnos en lo que realmente queremos para nosotros y ser constantes para conseguirlo.

CENTRARNOS EN NUESTRO DÍA A DÍA
Una vez sabemos qué camino coger y cuáles son nuestras intenciones, hemos de centrar nuestra atención en el ahora, en las acciones que llevamos a cabo a diario.
El apartar las expectativas sobre nuestros objetivos y enfocarnos en el día a día nos ayudará a verlo con una nueva perspectiva y encontrar múltiples opciones para llevar a cabo aquello que nos ocupa.

DESARROLLA UN PLAN DE ACCIÓN
Para comenzar cualquier proyecto que tengamos en mente, hemos de tener claro que acciones llevar a cabo. Plasmar estas acciones (y concretarlas) en un papel nos ayudará a tener claro cuál es el camino a seguir.
Conocer nuestro plan de acción nos ayudará a pensar a corto plazo, ser constantes e ir desarrollando nuestro proyecto sin sentirnos abrumados.

TEN UN PLAN ALTERNATIVO
Como ya hemos dicho, lo mejor que podemos hacer es centrar la atención en el proceso y no en los resultados. Esto nos ayudará a encontrar alternativas en caso que nos quedemos estancados en un punto determinado del proceso.
Ser conscientes del proceso, nos permite ver en qué circunstancias nos encontramos y detectar si hemos de modificar algún aspecto del proceso. Esta flexibilidad nos ayudará a ser constantes y evitar que nos obcequemos en hacer las cosas de una única manera.

BUSCA APOYOS
Saber que contamos con apoyos o compañeros de viaje nos hace el camino más ligero y ameno. Por eso lo mejor que podemos hacer es rodearnos de personas que sean valiosas e importantes para nosotros y que compartan nuestra visión y forma de vivir.

Contar con personas que nos apoyen en nuestros momentos de duda, miedo o inseguridad y adquirir compromisos con otras personas fortalecerá nuestra motivación y nos ayudará a ser más constantes.


Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa. Mahatma Gandhi (1869 – 1948)

Entusiasmo



Soplo interior de Dios. Este es el significado original de entusiasmo, un término procedente del griego y que sentimos en nuestra piel cuando algo bueno se aproxima

El mayor ejemplo gráfico de entusiasmo lo encontramos en el brillo de los ojos de un niño durante la tarde del 5 de enero, a solo unas horas de que lleguen los Reyes Magos cargados de regalos. Por lo tanto, el entusiasmo es una motivación extra que va un paso más allá de lo que generalmente nos mueve.

Del mismo modo que al hablar sobre las particularidades del miedo señalaremos que este se produce con el fin de tomar consciencia de la necesidad de trabajar algo para lograr tus objetivos, con el entusiasmo sucede de forma similar. La diferencia reside en que en vez de sentir una sensación de fracaso si no preparas algo, una fuerza interior te transmite las buenas vibraciones para moverte hacia aquello que quieres lograr.

Por ejemplo, entusiasmo es ver las ganas con las que tu hijo saca los libros de su mochila para estudiar si le has prometido que tendrá un premio en el próximo examen en el que obtenga una buena nota. La sonrisa no desaparecerá de su cara porque está anticipando la vibración que sentirá cuando consiga su éxito.

Cuando trabajamos duro para alcanzar un objetivo, además de sentir una fuerza inusual, eres capaz de percibir la sensación de haber hecho bien las cosas al poner todo de tu parte en la consecución del logro. Ni tú ni nadie te reprochará que no hicieras todo lo que podías o exploraste únicamente una parte del conjunto de posibilidades.


Así, el mejor beneficio se centra en sentir paz, sosiego y tranquilidad contigo misma por haber tenido la mejor actitud posible. Aunque existe la posibilidad de que los resultados no sean los esperados, tendrás la garantía de que exprimiste al máximo cada una de las opciones posibles.