jueves, 24 de enero de 2019

Valores Ético-Morales

La toma de decisiones consiste en el proceso mediante el cual un individuo escoge entre dos o más alternativas posibles. En este proceso juega un importante papel la voluntad al activar unos motivos y atenuar otros en la lucha que se establece entre ellos.

En todo momento un individuo presenta gran cantidad de necesidades y motivos entre los cuales va a existir algún tipo de contradicción ya que no va a poder satisfacerlas todas al mismo tiempo, e incluso para lograr la satisfacción de algunas debe renunciar a la satisfacción de otras. Cuando dos motivos o grupos de ellos son contradictorios o excluyentes estamos en presencia de un conflicto.

La voluntad es precisamente el proceso de selección y jerarquización de determinados motivos de la actividad con respecto a otros, lo cual significa una solución continua de conflictos mediante la inhibición de una serie de motivos y la activación de otros.

La voluntad no existe de forma independiente, sino apoyada por algún objetivo. Ella siempre debe "adherirse" a alguna otra necesidad, iniciadora del comportamiento. 

Todos los motivos y necesidades no tienen la misma intensidad ni potencial inductor de la actividad. Para realizar actividades relacionadas con motivos y necesidades que predominan sobre los demás no es necesaria la voluntad. Esta es necesaria y se expresa cada vez que resultan insuficientes las motivaciones iniciadoras de la actividad y es necesario reforzarlas, o cuando otros motivos competidores son tan fuertes que resulta necesario inhibirlos.

El eslabón inicial del acto volitivo consiste en el establecimiento y comprensión del fin; luego en tomar la decisión de actuar, en elegir los procedimientos más adecuados para dar cumplimiento a la acción.

El acto volitivo se lleva a cabo dentro de un determinado contexto con determinadas características que ofrecerá mayores o menores posibilidades de poder llevar a cabo las decisiones tomadas.
La voluntad puede ser evaluada desde el punto de vista ético moral tanto en su fuerza o debilidad como en su flexibilidad o rigidez.

La fuerza de voluntad es un requisito indispensable para que el individuo sea portador de valores ético morales, fundamentalmente de aquellos relacionados con el autocontrol o fortaleza espiritual. Un componente sumamente importante de estos valores es el compromiso emocional con objetivos, y es en función de ellos que el individuo puede ser paciente, perseverante o valiente.

Si la voluntad es débil el individuo se encuentra a merced de las influencias del medio y de sus propios impulsos y deseos. Generalmente, en estos casos lo que ocurre es que el individuo carece de objetivos con los cuales se encuentra emocionalmente comprometido.


Si en el ejercicio de la voluntad no se tiene en cuenta los cambios que se producen en el medio y en el propio individuo, fundamentalmente cuando estos imposibilitan o aumentan el tiempo y el esfuerzo necesario para el cumplimiento de la decisión tomada, existiendo otras formas menos costosas, estaremos en presencia de la obstinación.

Los Grados Del Saber

El hombre es un ser abierto a las cosas, este "abrirse" a la realidad no es un simple "estar" ante ella, el hombre se caracteriza por su capacidad de conocer, captar y aprehender intencionalmente el mundo. El hombre "se hace" del mundo, trae hacia sí el mundo, este "hacerse" del mundo admite varios grados, el más elemental es el del saber vulgar, al que todos los hombres tienen acceso.

Saber vulgar

Saber científico

Saber filosófico

Saber teológico

Es un conjunto de conocimientos adquiridos mediante el contacto con las cosas, y recibidos espontáneamente del medio en que se vive, nace de la experiencia, es un saber sin estudio, sin esfuerzo, ni método, que comprende hechos concretos, y hechos generales cuyas causas se desconocen.

El conocimiento vulgar es poseído por el hombre sin hacerse problema de él, los dichos populares son el más fiel reflejo de el saber vulgar, por ejemplo: "Dime con quién andas y te diré quién eres", etc.

Características

Es superficial: Se conforma con lo aparente.

Es sensitivo: Se basa en los sentidos.

Es subjetivo: El mismo sujeto organiza las experiencias y conocimientos.

No es sistemático: carece de sistema.

Es verdadero: No podemos descartar que el conocimiento vulgar sea verdad, sus niveles más altos colindan o se confunden con los primeros del conocimiento científico.

Saber científico

Es un saber que tiene rigor, organización y método. Se lo obtiene con esfuerzo, es reflexión, razonamiento lógico, y búsqueda intencionada para saber la verdad.

En el saber vulgar interesaba conocer simplemente lo que hay, era una mera experiencia, en cambio, en el saber científico interesa la ley, la causa, e inclusive el sentido, busca la causa. Obedece al principio de causalidad causa-efecto.

¿Cómo llegar al conocimiento científico?

Por aproximaciones sucesivas.

De lo simple a lo complejo.

Características

El conocimiento científico no es acabado.

No puede dogmático, no hay verdad absoluta.

No es un fin en si mismo.

Está siempre dirigido a la transformación de la realidad.



Saber filosófico

Todo hombre, quiera o no, es filosófico, una vida sin filosofía no puede vivirse, el animal se orienta por medio del instinto, no es libre, no tiene opción, está determinado a hacer lo que hace. El hombre en cambio tiene conciencia de la problematicidad de su existencia, es inevitable en él la búsqueda de orientación y el forzoso discurrir para darse un sentido.

La encrucijada de la vida obliga al hombre a pensar, con el fin de saber a qué atenerse, vivir es tener que pensar sobre el peso de la existencia, y pensar es filosofar.

Características

La universalidad.

El carácter racional.

La unidad sistemática.

La Universalidad

El saber filosófico es la primera forma de saber teórico, es decir, abstracto y ordenado que se quiso desarrollar, seguramente, esta circunstancia llevó a que la reflexión filosófica sintiera el deber de ocuparse de la totalidad de los fenómenos, convirtiéndose en la ciencia del "todo".

Ese rasgo de totalidad fue desapareciendo con el nacimiento y crecimiento de las múltiples ciencias específicas, las cuales se ocupan de muy determinados sectores de la realidad (Física, Química, Biología y demás).

El conocimiento filosófico tiende a la universalidad, mientras que las ciencias particulares solo se ocupan de un sector limitado de los objetos, puesto que estudian solo una parte de ellos.

¿Por qué es universal?

Es universal por que no pretende buscar conocimientos cuya validez se limite a lugares o momentos específicos, sino que persigue aquellos fundamentos o principios esenciales de los problemas.

¿Cuáles son estos fundamentos o principios esenciales?

Cuando los griegos, con Sócrates y los Sofistas, afrontaron el problema del ser humano a través de la pregunta ¿Que es el hombre?, no buscaban una respuesta que sólo hablara del ateniense, o del griego, o del hombre de aquella época, ni del blanco, negro, o amarillo. Para Sócrates la preocupación por la naturaleza del ser humano se dirigía a cualquier persona que existiera, hubiera existido o estuviera por existir en cualquier parte del universo.

Y cuando en materia de moral concluyó que el bien es aquello que conviene a todos los seres humanos, no hizo distinciones entre libres y esclavos, ni entre griegos y extranjeros.

El carácter racional

La filosofía resulta de la lucha por superar las explicaciones mitológicas de los fenómenos del mundo humano y natural, la primera forma de superar esta situación sería la de llevar rigor lógico a las explicaciones y las reflexiones de los problemas afrontados, pero, ¿De dónde obtener ese rigor lógico? Para resolver tal problema se debió acudir a una de las más importantes facultades humanas, la razón.

Y en ella habrían de ser buscados los principios más evidentes, es decir, aquellos que no se prestaran a ninguna discusión respecto de la validez o de su universalidad.

Saber Teológico

El saber teológico es el estudio de Dios, la palabra teología proviene de dos voces griegas: Teo = Dios y Logos = Tratado, en resumen es el conocimiento de Dios por la fe.

La filosofía tiene también como uno de los temas de estudio a Dios, pero lo trata de explicar por medio de la razón.

¿Quién fue el primero en usar la palabra filosofía?

Refiere a la tradición de Pitágoras interrogado por el tirano Leonte acerca de su profesión, le respondió que era filósofo, es decir un simple "amante del saber" y no un sabio (Sofo). Pitágoras quería significar con esto que no poseía la verdad hecha, sino que su amor a ella le llevaba a consagrar la vida a su búsqueda.

¿Cuál es la definición etimológica de filosofía?

La palabra filosofía está formada por las palabras griegas: Philos = Amor y Sophia = Sabiduría, por consiguiente, etimológicamente filosofía significa Amor a la sabiduría.

Pero considerar la filosofía la filosofía como un simple amor a la ciencia de acuerdo con la etimología del vocablo, es darle un significado muy vago, porque sería filósofo el culto de cualquier ciencia o de un grupo de disciplinas especiales, sin embargo, hoy no es éste el sentido de los términos "Filósofo" y "Filosofía".

La filosofía en sus comienzos, indudablemente que abarcaba todas las ciencias, pero desde el siglo XVI, muchas cosas paulatinamente se fueron desprendiendo de su seno, hasta convertirse en disciplinas científicas independientes.

Es preciso saber ¿Qué a quedado como residuo de este gradual desprendimiento, que pueda considerarse como típicamente filosófico? Los filósofos ¿De qué han hablado, a que se han dedicado y cuál es la esencia del quehacer filosófico?.

Los filósofos contestan las eternas preguntas del hombre sobre la vida, la muerte, el hombre, la materia, Dios, el ser absoluto. La filosofía es la ciencia de las primeras causas y principios, por ello, su verdad es más fundamental que la verdad de las ciencias.

El Mundo Que Percibimos

Filosofía
El Mundo Que Percibimos
Durante mucho tiempo, filósofos y científicos se han preguntado cómo percibimos la realidad y cómo adquirimos el conocimiento. En este artículo vamos a hablar de una de las posturas que da respuesta a estas preguntas, el constructivismo. La teoría contructivista nos aporta una visión interesante a la hora de hacer frente al estudio de la psicología.

Antes de hablar del constructivismo per se, tenemos que hacer un repaso de su historia para entender de dónde viene esta postura. Buscando la sencillez en la exposición, vamos a intentar plantearlo siguiendo dos vías diferentes: los antecedentes sobre la adquisición del conocimiento y los antecedentes sobre la percepción de la realidad.

¿Cómo adquirimos el conocimiento?
¿De dónde vienen nuestras ideas y representaciones mentales? Las teorías clásicas que explican esta pregunta se agrupan en dos corrientes: el empirismo y el innatismo.

El empirismo parte de la premisa de que todo nuestro conocimiento viene dado por la experiencia. Hasta la idea más pequeña y simple vendría dada por nuestro ambiente, para luego ser captada por nuestro cerebro y aprenderla.

El supuesto de esta posición es que el conocimiento está por completo fuera del sujeto y este pasa a su mente: puede venir de otros o de la realidad misma, que el sujeto copiaría. El empirismo es una teoría muy acorde al sentido común y ha inspirado a corrientes psicológicas, como el conductismo.
El innatismo nace debido a que el empirismo parece insuficiente. Si bien podríamos aceptar que una buena parte del conocimiento lo hemos adquirido del exterior, no es menos cierto que nacemos con ciertas disposiciones, como la de relacionarnos utilizando un lenguaje sofisticado.

Así, el innatismo parte del postulado de que existen conocimientos o programaciones que no son adquiridas a través de la experiencia. Estos conocimientos -o programaciones- serían, por ejemplo, aquellos que son muy necesarios para organizar nuestra experiencia (categorías de espacio, tiempo, número…).

El problema que nos plantea el innatismo es que se queda corto a la hora de explicar cómo surgen esos conocimientos o por qué aparecen en distintos momentos, y sobre todo por qué existen las diferencias individuales. El constructivismo busca solventar este problema, junto con los problemas que también parece presentar el empirismo.

El constructivismo parte del principio de que la adquisición del conocimiento es el resultado de una interacción continua entre la realidad y el sujeto. El individuo es como un científico intuitivo, recoge datos sobre su realidad y crea interpretaciones sobre su ambiente. Estas interpretaciones nos ayudarían a crear nuestro propio mundo y utilizarlo como base para las siguientes interpretaciones.

¿Cómo percibimos la realidad?
Esta ha sido también una de las grandes preguntas, y han surgido multitud de posibles soluciones ante ella. La respuesta más intuitiva y de las primeras que nos muestra la historia es el realismo. Desde esta postura se piensa que nosotros recibimos una copia exacta de la realidad, lo que vemos, oímos y tocamos es exactamente lo que percibimos; y todos los individuos lo perciben igual.

El realismo pronto cayó por su propio peso, muchos filósofos se dieron cuenta que los sentidos no percibían la realidad de forma perfecta. Descartes y Hume incluso llegaron al punto de decir que era posible que no hubiera realidad detrás de los sentidos. Aquí aparece otra de las posibles soluciones, los sentidos nos dan un reflejo impreciso de la realidad. Ya no observamos la realidad directamente, esta premisa dice que lo que vemos es una sombra de la realidad.

Aun así podemos observas algunas deficiencias en esta última explicación. Por ejemplo a pesar de que todos tenemos los mismos sentidos, no todos percibimos lo mismo en la misma situación. Parece ser que la sombra de la realidad cambia según el individuo que la mire

Aquí es donde el constructivismo nos dice que nuestra percepción no es solo un reflejo, es algo más complejo.

La teoría constructivista nos dice que los sentidos nos aportan información de la realidad, pero esta es demasiado caótica para nuestro cerebro. Por lo tanto para poder procesar esta información, el cerebro tiene que estructurarla, y para ello categoriza toda esa información desestructurada en conceptos e interpretaciones. Con esta afirmación la realidad se vuelve algo inaccesible a nosotros.

Constructivismo y ocioconstructivismo
En resumen, podemos entender el constructivismo como un postulado epistemológico. En el cual nosotros somos agentes activos de nuestra percepción, no recibimos una copia literal del mundo.

Somos nosotros, a través de nuestras percepciones, los que le damos forma al mundo que hay dentro de nosotros, pero también fuera. Ahora bien, si cada uno de nosotros es una persona activa que construye su realidad ¿cómo es posible que todas las personas tengan una visión de la realidad muy parecida?

Para hallar respuesta a esto, podemos acudir al psicólogo Vigotsky y su teoría socio constructivista basada en la cultura. A pesar de que cada uno construye su mundo, todos nacemos en una sociedad y cultura que nos guía. Al nacer inmersos en una cultura, esta no solo orienta nuestras interpretaciones, sino que también cogemos prestada de ella multitud de construcciones. Una evidencia a favor de esto es que nuestras construcciones de la realidad se asemejan más con personas de nuestra cultura que con personas de países distantes.

La conclusión que subyace a esto es que todas las ideas, conocimientos y teorías son constructos sociales. La realidad es ajena a nosotros, hasta las leyes físicas tendrían una parte de construcción social en un marco conceptual compartido. En este aspecto la ciencia ya no explicaría los acontecimientos de la realidad, sino los acontecimientos de nuestra construcción conjunta de la realidad.

Estos postulados han supuesto en cierta medida una revolución en la historia de la psicología y en otras ciencias. Gracias al socio constructivismo muchas áreas de la psicología han cambiado totalmente de paradigma y han ampliado su espectro. La pregunta que nos puede surgir ahora es: ¿el constructivismo es la respuesta correcta o todavía nos queda mucho por saber?


Saber En Soledad

Si me lo permiten, quiero completar esto. Pienso que el conocimiento nunca es sufrimiento. Simplemente las cosas son como son. A veces las personas están como “dormidas”. Estas son aquellas que no quieren pensar. A lo mejor no quieren ver, porque si vieran no podrían soportar en qué estado están. El conocimiento sí que tiene un inconveniente: la soledad.

Todos estamos en una llanura. Todos estamos teniendo la misma visión de lo que nos rodea porque todos tenemos el mismo campo de visión. Al fondo de la llanura hay una montaña. De repente, a un grupo se le ocurre ir a la montaña porque se sienten picados por la curiosidad. Y suben un poco la montaña. Ahora desde la altura que han alcanzado ya tienen una visión distinta de cuando estaban abajo. Pero ya no están abajo con todos los demás.

Algunos de los que han subido se sienten satisfechos con lo que están viendo. También, de repente a algunos de estos, se les ocurre ¿y por qué no subimos más? ¿Qué veremos cuando subamos más? Y deciden subir.

Ya estos están teniendo otra visión superior y distinta de los de la llanura y de los que se quedaron en el primer tramo de la montaña. Pero ya son menos.

Y al poco tiempo, algunos de estos pocos deciden subir más a lo alto. Y consiguen otra perspectiva, porque su campo de visión ha cambiado. Pero ya estos pocos están separados de los de la llanura, de los del primer tramo, de los del segundo tramo.

Nadie es mejor ni peor. Todos están en el mismo. Pero las visiones de unos y de otros han cambiado. El que está más arriba saborea más porque su visión es más amplia. Pero está más solo. Y así pasa conforme vas subiendo.

Yo me dedico a acompañar a la gente a subir a la montaña. En este sentido soy como un sherpa. Te acompaño a subir la montaña. Pero la montaña la tienes que subir tú. Y en la montaña estaremos más solos. Eso es el conocimiento.


Sinceridad

La sinceridad es una virtud que caracteriza a las personas por la actitud congruente que mantienen en todo momento, basada en la veracidad de sus palabras y acciones.

Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto que parece tan sencillo, a veces es lo que cuesta más trabajo. Con aires de ser “francos” o “sincero”, decimos con facilidad los errores que cometen los demás, mostrando lo ineptos o limitados que son.

Pero no todo esta en la palabra, también se puede ver la sinceridad en nuestras actitudes. Cuando aparentamos lo que no somos, (normalmente es según el propósito que se persiga: trabajo, amistad, negocios, círculo social...), se tiene la tendencia a mostrar una personalidad ficticia: inteligentes, simpáticos, educados, de buenas costumbres... En este momento viene a nuestra mente el viejo refrán que dice. “dime de que presumes... y te diré de que careces”.

Cabe enfatizar que “decir” la verdad es una parte de la sinceridad, pero también “actuar” conforme a la verdad, es requisito indispensable.

El mostrarnos “como somos en realidad”, nos hace congruentes entre lo que decimos, hacemos y pensamos, esto se logra con el conocimiento y la aceptación de nuestras cualidades y limitaciones.

Ser sincero, exige responsabilidad en lo que decimos, evitando dar rienda suelta a la imaginación o haciendo suposiciones.

Para ser sincero también se requiere “tacto”, esto no significa encubrir la verdad o ser vagos al decir las cosas. Cuando debemos decirle a una persona algo que particularmente pueda incomodarla principalmente debemos ser conscientes que el propósito es “ayudar” o lo que es lo mismo, no hacerlo por despecho, enojo o porque “nos cae mal”, eso tiene otro nombre, y no es el de sinceridad, aunque lo que digas no falte a la verdad. Hay que encontrar el momento y lugar oportunos, esto último garantiza que la persona nos escuchará y descubrirá nuestra buena intención de ayudarle a mejorar.

En algún momento la sinceridad requiere valor, nunca se justificará el dejar de decir las cosas para no perder una amistad o el buen concepto que se tiene de nuestra persona. La persona sincera dice la verdad siempre, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al que dirán.

Al ser sinceros aseguramos la amistad, somos honestos con los demás y con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la veracidad que hay en nuestra conducta y nuestras palabras. A medida que pasa el tiempo, esta norma se debe convertir en una forma de vida, una manera de ser confiables en todo lugar y circunstancia.

“La sinceridad y la humildad son dos formas de designar una única realidad”


Para ver la realidad de tal modo que sirva de base para una progresión personal, hace falta distinguir entre lo importante y lo secundario. Si la persona no quiere mejorar, si entiende la vida como una condición en que puede encontrar el placer y no le incumbe ningún esfuerzo de mejora en función de la finalidad última por la cual ha sido creado, distinguir entre lo importante y lo secundario no vale la pena.

Esfuerzo Y Constancia

No tienes que ser un experto para saber que la constancia es el ingrediente clave para cambiar tus hábitos y tener los resultados que quieres.

Estoy seguro de que tú quieres ver la recompensa de tus acciones diarias. Quieres ver que tu esfuerzo por formar hábitos ha dado excelentes resultados. Y para eso necesitas ser constante.

El problema aparece cuando las cosas se complican y nos damos cuenta que ser constante es complicado.

Quiero empezar con una cruda realidad: No existen las historias de éxito espontáneo.

Como en la imagen del iceberg. Todas las historias de triunfo que has escuchado alguna vez, son solo la punta que podemos ver. Pero tienen una base mucho más grande y sólida. Como el gran antecedente en proporción con lo poco que vemos.

Seguramente alguna vez te ha pasado escuchar una canción nueva en la radio. La típica canción pegajosa que no te puedes sacar de la cabeza y la cual se ha convertido en el éxito número uno en más de 50 países.

Y tú solo te preguntas: – ¿Quién es el cantante? ¿De dónde salió? 

Lo que pocos saben es que ese artista, empezó con sus clases de canto desde los 4 años y tiene una larga trayectoria en el mundo musical (la base del iceberg).

Y así es como esas historias de éxito espontáneo se convierten en un mito urbano.


Con lo anterior no tengo la intención de desanimarte, sino todo lo contrario. Después de leer este artículo creerás que puedes ser constante y no solo eso: serás más constante en todo lo que hagas.

miércoles, 23 de enero de 2019

Entrometidos

Sobra decir que preocuparnos por los demás en un grado saludable es bueno. Los niños necesitan a toda costa nuestros cuidados, los amigos agradecen que les preguntemos por su vida, conviene estar enterados de los problemas de nuestra comunidad por si podemos echar una mano y a cualquier empresario le preocupa resolver los problemas de sus clientes.

Cuando la preocupación es saludable buscamos el bien de la otra persona (no el propio), asumimos que nuestras opiniones son discutibles y pretendemos dar más apoyo que consejos. Hasta ahí bien.

Sin embargo, hay un tipo de preocupación que se vuelve obsesiva y soberbia. Obsesiva porque nos pasamos las horas, los días y las semanas, rumiando los asuntos de otras personas (lo cual es una forma de pensar en bucle inútil e improductivo). Y soberbia porque pensamos que la solución al problema de tal o cual persona no la va a encontrar ella misma sino que lo haremos nosotros (¡qué casualidad!)

En este artículo vamos a revisar tres motivos por los que es inútil y contraproducente inmiscuirnos en los asuntos de los demás cuando no nos han pedido ayuda. El mero hecho de comprender, profundamente, que esta forma de actuar no trae beneficios a nadie puede abrirnos los ojos para dejar de hacerlo.

Y si en tu caso te sientes atacad@ por personas que no dejan de entrometerse en tu vida y darte consejos que no les has pedido te recomiendo tres cosas:

Paciencia
Poner límites (diles que NO trae beneficios a nadie ese comportamiento,
Prestar atención a tu comportamiento porque si has vivido con personas entrometidas o que te repetían en todo momento “lo mucho que se preocupaban por ti” es más que probable que tú tiendas a hacer lo mismo con los demás…  aunque sea sin darte cuenta.


Deambular Por La Vida


Caminar es una de las 4 dignidades del ser humano y aunque habitualmente lo hagamos con el fin de llegar de un lado a otro, sin realmente disfrutar del camino y de cada paso, andar puede volver a ser una forma de conectar con el mundo. 

Deambular sin un fin, permitiéndonos ser sorprendidos por el entorno, es una actividad que nos invita a estar  presentes de nuevo y conectar con la vida tal cual está sucediendo. Con cada pisada, con cada encuentro con el suelo.

En palabras de Henry David Thoreau:

¿Por qué resulta a veces tan arduo decidir hacia dónde caminar? Creo que existe en la naturaleza un sutil magnetismo y que, si cedemos inconscientemente a él, nos dirigirá correctamente. No da igual qué senda tomemos. 

Hay un camino adecuado, pero somos muy propensos, por descuido y estupidez, a elegir el erróneo.

Nos gustaría tomar ese buen camino, que nunca hemos emprendido en este mundo real y que es símbolo perfecto del que desearíamos recorrer en el mundo ideal e interior; y si a veces hallamos difícil elegir su dirección, es-con toda seguridad- porque aún no tiene existencia clara en nuestra mente.


Ampliar Horizontes

Registro del presente y pasado son dos elementos que son comunes a todos los seres vivos con los que podemos interactuar. Pero el ser humano trajo al mundo la proyección y construcción del futuro. 

Lo hizo por una ampliación de conciencia, y una ampliación del registro del pasado que sumado a una mayor capacidad intelectual le permitió aprender del pasado, proyectar al futuro y por tanto actuar distinto en el presente. Esto amplió su horizonte, y así evolucionó como especie muy por encima de otras especies que solo pudieron evolucionar más en su aspecto físico, en su adaptación al medio, pero no en su horizonte de acción.

A cada paso de su evolución la observación, el estudio, el análisis y las conclusiones (ciertas y erradas) le permitieron avanzar ampliando su horizonte, superando el conocimiento establecido y llevando el conocimiento y las explicaciones un paso más allá. Así fue, por ejemplo, como la supuesta tierra plana se convirtió en redonda, y la visión de estrellas y planetas girando en torno a la Tierra se convirtió luego en lo que hoy es el sistema solar. 

Y aún estamos yendo más y más lejos buscando explicaciones al propio sistema solar, al comienzo de este sistema, a nuevas partículas, e incluso a las supuestas realidades paralelas y modificaciones genéticas. Cada avance obliga a re-reflexionar sobre la visión que se tenía de las cosas. 

Desde ese sistema de creencias, desde ese sistema de conocimiento, tomamos decisiones. Entonces es importante entender que según sea nuestro horizonte, así son las decisiones que tomamos, mejores o peores. De ahí que la curiosidad y el espíritu de investigación del niño no deberíamos nunca perderlo, y deberíamos incentivarlos en todos los niveles. Lamentablemente el Sistema en que vivimos no permite que miles de millones de personas tengan esta posibilidad, y así miles de millones de ideas, de investigaciones, de nuevos conocimientos, no puedan surgir. El conocimiento es poder, poder para elegir, poder para entender mejor la realidad, poder para entender mejor lo que nos pasa fuera y dentro, poder para entender lo que nos podría pasar. 

La experiencia por su parte es el conocimiento puesto en práctica, y cada ser humano es un cúmulo de conocimientos convertidos en experiencias de formas completamente nuevas. Y así como cada ser humano tiene genes completamente distintos, de igual forma cada ser humano tamiza sus conocimientos convirtiéndolos en experiencias, visiones y acciones de formas totalmente nuevas, totalmente únicas. Dejar de estudiar, dejar de aprender, dejar de curiosear, dejar de investigar, y dejar de compartirlos, es dejar de crecer y de vivir en pos de esa ampliación del horizonte que es el motor primigenio, el motor genético humano. Detrás de esa ampliación del horizonte se encuentra la superación del dolor y el sufrimiento, la búsqueda de la felicidad, el desarrollo de la vocación, entre otras tantas acciones humanas fundamentales.

Pero esto se choca con una dura realidad que muchas veces nos condiciona al punto de aprisionarnos en rutinas donde la creatividad, la investigación, ni tan siquiera son bienvenidas. Pero ahí es donde tenemos que recurrir al mismo motor genético y a no dejarnos avasallar por esa realidad, para entonces insistir, en todos los espacios que podamos hacernos, para avanzar en esa ampliación del horizonte. Y muchas veces esa experiencia y ese conocimiento que precisamos se encuentra en otras personas, por eso es tan importante avanzar en ampliar el horizonte de personas que conocemos, cuantas más personas, más vidas, más experiencias, más amplio será nuestro horizonte, mejor serán nuestras decisiones.


Por esto, optemos siempre por abrirnos a la creatividad, al estudio, a la curiosidad, al desarrollo de ideas, al compartirlas con otros, al conocer nuevas personas con las que compartir y crear, y eso sin duda nos va a mantener en el camino del desarrollo de la vida, de la propia y de la de los demás.

Esclavos De Las Excusas

Los seres humanos somos expertos en crear pretextos. Somos capaces de crear mil y una excusas con el mero fin de sobreprotegernos, de mantenernos en nuestra zona de confort, donde sabemos lo que tenemos; pero jamás sabremos lo que podríamos llegar a tener. Y es que las excusas son pequeñas ladronas de oportunidades.

Una vez hemos convertido nuestras acciones en hábitos y, por lo tanto, en rutinas, es posible (sucede a menudo) que nos estén privando de lo que más queremos. Las excusas siempre están más cerca del engaño que del argumento. Existen infinitos pretextos para no llevar a cabo alguna acción que a priori, y en teoría, sí queremos llevar a cabo.

“El verdadero enemigo del éxito no es el fracaso, como muchos piensan, sino el conformismo y la mediocridad. Todos cargamos con más vacas de las que estamos dispuestos a admitir; excusas que ni nosotros mismos creemos, con las que pretendemos explicar por qué no hemos hecho lo que sabemos que tenemos que hacer”
Camilo Cruz

El ser humano tiene una conversación interna constante, que en coaching denominamos la columna izquierda. En esa conversación tratamos de autoconvencernos o de autoimponernos excusas que nos “permitan” no realizar la tarea que teníamos pensada “sin sentirnos mal”. El problema de ese “no sentirnos mal” es que es momentáneo. Porque, en el fondo, sabemos que esas excusas son mentiras que nos contamos, y una vez volvemos a la consciencia de nuestros objetivos se produce un efecto rebote que hace que no sólo nos sintamos mal, sino que comencemos a maltratarnos psicológicamente por haber hecho tal cosa.

Una vez que el diablo que tenemos dentro ha vencido a nuestro “Pepito Grillo”, comienza la lucha externa. Esa lucha externa nos hace poner en práctica todas esas excusas que nos hemos puesto, y nos quedamos paralizados sin llevar a cabo la acción.

Las excusas nos “protegen” del fracaso. Hacen que nos preparemos a nosotros mismos, que no intentemos algo “por sí sale mal”. Y lo que hacemos en realidad es no intentarlo, y así privarnos de la posibilidad de tener éxito; además de la generación de nuevas experiencias que siempre nos enseñarán algo.

“Una excusa es peor y más terrible que una mentira”
Alexander Pope

Caín Y Abel




En vez de psicologías personales o caracteres de grupo, priman en estos enfoques la ideología, el ángulo político y las novedades mediáticas. Entre tanto, la impronta del reality televisivo y sus flujos chismográficos hacen de las suyas. Es frecuente que, en medio del vértigo informativo, se pase del análisis a la interpretación y de la crítica a la propuesta. No está de más anotarlo. 
Una pugna que empieza con K

Véase cómo a propósito del polémico indulto al ex mandatario las posturas asumidas a diestra y siniestra parecen multiplicar los Keikos y los Kenjis, ya por la aprobación a la iniciativa consumada o por el cuestionamiento esgrimido ante tal arbitrariedad. Por un lado están los partidarios del perdón y quienes califican el indulto como una aberración; los que aparean el olvido con la superación del trauma y los que aducen, a capa y espada, que el recordar evita la repetición del crimen. 

Con harta frecuencia se opina desde el sentido común: he allí las redes de la democracia. En otras ocasiones se buscan argumentaciones más sofisticadas: se trata de la solvencia en la que se instala el discurso intelectual. 

Freud y el parricidio
Volvamos a los Fujimori: crecen los menores y ocupan lugares mayores, distintos episodios corroboran que están lejos de apuntar al mismo objetivo o, peor aún, que a fuerza de coincidir en él se van tornando mutuamente excluyentes. Asesinar al padre para luego gobernar entre hermanos: esa era la hipótesis que, con lujo de detalles, extendió Freud. Mantener vivo al padre mientras se prolonga la pugna entre hermanos: he allí este complejo fraterno que, a la fecha, parece no tener visos de resolverse. ¿Acaso los crímenes y despropósitos del padre son hereditarios y la rivalidad entre hermanos el mejor pretexto para validar tal malditismo? 

Crisis políticas al margen, las hostilidades entre descendientes no parecen tener buena tribuna, aunque, hay que decirlo, cuenten con harta vitrina. Quizá no sea casual que Huáscar y Atahualpa confirmen, para la historia del Perú, la visión catastróficamente criminal que Caín y Abel escenificaron en el relato bíblico. En el ámbito de los grandes pensadores pocos saben, por ejemplo, que los hermanos William y Henry James, connotado filósofo pragmatista el primero y una de las plumas cumbres de la literatura el segundo, no podían verse ni en foto. Digamos que la anormalidad atribuida a lo defectuoso y conflictual del vínculo fraterno supone también una lectura moralista que no debemos perder de vista. Algo parece asemejar la frustrada armonía entre hermanos y la supuesta inocencia infantil. ¿No se tratará de dos mitos seculares esgrimidos contra una realidad que nos sobrepasa diariamente? 

La cultura de los pares
A pocos tramos de un parricidio innombrable, ese que cristaliza en lo real el trágico desenlace edípico, se yergue el fratricidio innoble. Es un traspié que tira por tierra la labor civilizadora de la familia mientras certifica el ocaso de las jerarquías adultas y da paso a otro régimen más homogéneo donde la cercanía y la paridad suelen distanciar a los protagonistas. Quizá sea preciso recordar que la modernidad trajo consigo toda suerte de trajines, vértigos y aceleraciones. Su ocurrencia pretextada por aspiraciones económicas y empoderamientos diversos habría de rebotar, tarde o temprano, en toda convivencia y, por abrumadoras probabilidades, en el núcleo de lo familiar. Las jerarquías hogareñas de ayer empezaban a sufrir severos descalabros, cual si se tratara de sacudones sísmicos experimentados a pequeña escala. Los derechos individuales de cada cual crecieron desproporcionados, mientras que los deberes y obligaciones de otrora se encontraban en severa tela de juicio. Hablamos del advenimiento, con sus pros y contras, de la cultura, hoy vigente, de los pares. 

Reino competitivo sobre el que ya se ha dicho demasiado. 

Más allá entonces de las ventajas tomadas por uno de los contendientes/descendientes de la dinastía Fujimori, lo cierto es que en el balance tanto debe incluirse al que pierde cuando gana (que lo diga PPK), como los modos con que se benefician los aparentes perdedores. Habría que evitar, eso sí, lo que indica el proverbio oriental: que cuando de perpetrar una venganza se trata mejor sería cavar dos tumbas. 

Lo Que Debes Hacer


¿Te encuentras bloqueado? ¿Pero qué tengo que hacer?  ¿Estás pasando por un mal momento y no sabes cómo continuar? ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Te da la sensación de que por más que te levantes siempre hay alguna cosa que te vuelve a hacer caer? Da igual si subes o bajas en tus emociones… ¡al final el mundo se revela contra ti y siempre te tumba de nuevo! ¿Pero por qué tiene que ser todo tan difícil?

¡Pero si a todo el mundo le va muy bien! ¡Veo a la gente feliz y no tienen problemas todo el día! ¡Todos mis amigos están la mar de contentos con sus vidas! ¿Pero por qué me tiene que pasar siempre a mí? ¿Es que soy menos que todos los que me rodean? ¿Alguien me puede explicar qué hago mal para no ser tan afortunado como ellos?

¡Pero si me he leído los cinco mejores libros en Amazon para ser feliz! ¡Me los he estudiado por completo! ¡Y no lo he conseguido!¡qué tengo que hacer! ¡Quiero ser feliz ! ¡Quiero encontrarme siempre bien! ¡Quiero poder tomar un café todos los días y sentirme que no llevo problemas en mi mochila! Dime, ¿qué tengo que hacer?

¿De verdad que no sabes lo que tienes que hacer en la vida? ¿Cómo que no me habías preguntado aún? Es sencillo, ¡es muy fácil! ¡es un secreto que las personas de más éxito te pueden compartir! 

¿De verdad te vas a quedar sin que Te diga el maravilloso secreto? Me he leído infinidad de libros, he visto multitud de conferencias y además de haber compartido maravillosas experiencias con algunos de los más laureados gurús del mundo. ¡Sé lo que tienes que hacer!

 ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué es lo que tengo que hacer? Bueno, no te enfades ni enojes. Te lo voy a confesar, desde el corazón, desde mi más profundo interior. No tengo ningún doctorado en alguna famosa universidad, pero tengo una cosa que se llama sentido común. Eres la persona que mejor se conoce, y eso tiene un valor. 

Deja de buscar las respuestas en los demás, tómalas como simples experiencias de otras personas que siempre te pueden ayudar con referencias, pero fíltralas a tu propia realidad. Al final tú, las personas que te rodean, tu contexto, los familiares que te acompañen, tu situación profesional, cada segundo que tiene tu vida, son únicamente experiencias  tuyas. No eres dueño de ninguna estadística, así que tú y sólo tú, sabrás lo que mejor te conviene.


¿A qué esperas para aceptarte en lo bueno y malo, dejar de engañarte, y empezar a hacer lo que de verdad te gusta en la vida? Eres el único responsable de todo. Los demás, sólo te acompañan. ¡Ánimo!

martes, 22 de enero de 2019

Nuestras Aspiraciones

Uno de los primeros pasos para tomar conciencia de nuestra capacidad creativa para  trabajar en nuestro propio desarrollo personal y alcanzar el éxito, es descubrir cuáles son nuestros dones o habilidades especiales.

Una vez sabes cuáles son esas destrezas que te hacen especial y en las que destacas, es importante visualizar todo el potencial que puedes desarrollar si las pones a trabajar y las utilizas para el logro de tus aspiraciones de vida, con objetivos concretos.

Por muy grandes que sean tus dones innatos, si en la práctica no tomas acción, no serán útiles. Por ello, es básico que a través de tu imaginación, crees un cuadro mental de lo que deseas hacer con ellos para lograr diferentes objetivos y metas en las distintas áreas de la vida, ya sean materiales, de educación, de salud, espirituales o de otro tipo.

Anticipar mentalmente tus aspiraciones de vida, es algo fundamental, porque tus pensamientos son los cimientos donde construyes tu futuro, son la base que sustenta lo que tu denominas tu realidad.
De forma habitual, sólo anticipamos tareas cotidianas, como nuestro trabajo diario, las compras rutinarias, nuestras aficiones del fin de semana, o los viajes que deseamos hacer, por poner unos ejemplos. Pero debes saber que tienes plena potestad para poder crear mentalmente la vida que deseas tener y más tarde crear el plan de acción para que pueda materializarse.

Normalmente no lo hacemos con los sueños grandes, porque estamos condicionados desde la niñez y también por nuestras propias experiencias del pasado, en las que nos hemos sentido fracasados. Todo ello conforma una programación mental, que no nos beneficia para tener grandes objetivos, ya que a menudo los vemos como algo imposible de lograr.

La mayoría de los inputs que desde pequeños hemos recibido están basados en fijarnos y centrarnos únicamente en la realidad actual y no en crear la realidad que deseamos, como si no estuviera en nuestra capacidad el poder construir el propio destino y tuviéramos que conformarnos y resignarnos al que nos imponen.

Frases como “deja de soñar”, “vaya fantasías o aspiraciones tienes” o “eso no es para ti”, limitan mucho más de lo que creemos la capacidad innata que todos tenemos para desarrollar nuestros dones y poder vivir la existencia que deseamos con un propósito de vida.

Basado en este condicionamiento que en mayor o menor medida todos hemos recibido, la persona que desea romper con esas cadenas mentales que lo limitan, debe saber que sólo cuenta con el poder de su mente y su voluntad para transformar su realidad, pero que sólo eso le basta para lograrlo.
Si en las primeras etapas de la juventud no se realizan estos cimientos sólidos, cada vez será más difícil poder transformarnos, puesto que nuestra estructura mental será muy rígida. Esto lo puedes observar en muchas personas que llegados a los 40 años, parecen no tener más aspiraciones en la vida que el llegar a la jubilación para dejar de trabajar.

En otras ocasiones, algunos no tienen aspiraciones porque les hicieron creer que eso es propio de personas ambiciosas y egoístas. La ambición de este modo suele verse de forma peyorativa porque se asocia a quién sólo desea riqueza y fama desmedidas, pero también es el deseo puro por lograr nuestras metas y superarnos personalmente.

Elimina de tu mente que las aspiraciones son propias de los seres con ambiciones avariciosas, materialistas y sin escrúpulos que pisan a los demás con tal de lograr sus propósitos.

Sin aspiraciones vivimos una vida insulsa y carente de motivación, por el contrario, quien manifiesta aspiraciones auténticas y sanas, es alguien que posee determinación y está dispuesto a esforzarse para ser la mejor persona que pueda ser.



Valioso Aporte Femenino


El pasado 2 de octubre, en conmemoración del Día Internacional de la no violencia, se celebró en Barcelona el V encuentro de espiritualidad y no violencia, esta vez centrado en los aportes de la mujer a la espiritualidad.

En estas jornadas participaron representantes de diversas espiritualidades, que intercambiaron sobre el aporte que las mujeres habían realizado en sus religiosidades.

Munira Kawthar de la Comunidad Sufí de Barcelona
El sufismo es la esencia del Islam y se le conoce como la vía del corazón. Es un camino espiritual y un modo de vida que tiene como objetivo conducir a aquel que va en busca del conocimiento al encuentro directo e íntimo con Dios. Para ello debemos vaciarnos, limpiar nuestro corazón y luchar contra nuestro ego y así poder ser llenados por la inmensidad de Dios, pues el conocimiento divino solo se instala en un corazón limpio.

Practicamos 5 oraciones diarias, además de leer el Corán y meditar sobre él, además intentamos ser conscientes de Dios en cada momento de nuestras vidas. Para seguir el trabajo, el discípulo debe tomar un maestro que lo guie, el objetivo es fundirse con la divinidad, pero antes habrá de pasar por una serie de estados y estaciones.

La forma del sufismo es el Islam, que tienen una parte externa llamada sharía o ley islámica y otra interna que es el sufismo. Aquel que quiere iniciar el camino interior, además de cumplir la sharía ha de experimentar los estados elevados del alma en vida, antes de nuestra muerte, que es cuando cae el ultimo velo de la realidad. Por ello decimos que en el camino espiritual hay que morir antes de morir, es decir morir al mundo a los deseos y a nuestra propia personalidad para entrar en la amplitud de la divinidad.

En cada uno de nosotros se encuentra la chispa divina, hombre o mujer, pues ambos somos iguales a los ojos de Dios.

En el Islam no tiene sentido competir contra el hombre o la mujer y ciertas ideas provenientes de gente musulmana son erróneas y provienen de costumbres que no tienen nada que ver con el Islam, que es una religión de paz y misericordia.

La primera persona en hacerse musulmana fue una mujer, Jadiya, esposa del profeta y como ella muchas otras mujeres tuvieron un papel importante en el Islam: Aisha, Fátima, Râbica al-Adawiyya. Dentro del sufismo reconocemos importantes místicos como Rumi, Hafiz, Ibn Arabi o Râbica al-Adawiyya, que fue una mujer musulmana del siglo XIII de familia humilde que no dejó ningún texto escrito pero fue comentada por gente de su época. 

Una de sus oraciones era: “Oh Ala no te serviré como un trabajador a la espera de un salario, si te adorase por miedo al infierno arrójame a él, si te adorara esperando el paraíso niégamelo, pero si te adorara por ti mismo, no me niegues tu eterna belleza.”


Poemas: El Desprendimiento


Esta última parte del poemario vuelve al planteamiento: igual que la retina, cansada de ver tanto, se deslumbra en la no luz, cae del ojo como las hojas caen y con ellas los sueños; igual que se atropellan las imágenes aceleradas de nuestra vida mientras se van apagando, o eso puede llegar a  parecernos, cada uno de nuestros sentidos: voz-melodía-vista-roce-aroma; cada uno de nuestros entusiasmos, igual, decía:

se ha marchado el futuro:
Sin avisar siquiera.
 Y ya ni la ciudad que acogía y nombraba sigue siendo la misma. Su habitante feliz de antaño se ha convertido en “transeúnte vencido luchando contra el tiempo”, esa lucha perdida de antemano , pues el azul Alicante es, en su presente, más que nunca, Alacant blues.
Afirmaba Mariano en una entrevista reciente que “escribiría desde el mismísimo infierno”. Pero quizás nunca pensó que ese infierno fuera el que traiciona la memoria y retrata en
DESTELLO:

En mi lugar de infancia
que apenas sobrevive
al margen de mi tiempo,
mientras tan solo espera
que las excavadoras
urbanicen el mar.

Esperanza y jarros gélidos, naufragio y mares desolados que se atraviesan a vela rasgada, y aun así, cuántos intentos por salir a flote, y aun así cuánto sentimiento de derrota, cómo uno es al fin hombre deshabitado de todo lo que fue, en su quimera de eternidad, carne y sangre de afectos, huesos de furia gloriosa y tan brevemente ardidos.

  Y el amor como leño de salvación y franela del consuelo,
  y la partida de lo más amado,
  y la melancolía que se combate a duras penas con un “¡enfréntate a la vida!” que es, a la postre, un ¡enfréntate a la muerte! “mirándola fijamente a los ojos”, como anuncia en
TOMBSTONE:

Se me hace tarde ya, debo marcharme,
pero debéis saber
que me enfrenté a la vida
como en un duelo a muerte,
mirándola directamente a los ojos.

 Directamente a los ojos, sí.

Como miran los niños y los valientes.

Superar Obstáculos

Cómo superar obstáculos y convertirlos en oportunidades, guía rápida para transformar los problemas en aliados en tu carrera hacia el éxito. En este vídeo que te compartimos a continuación conocerás todo lo que debes hacer para superar obstáculos en tu vida y transformarlos en oportunidades. Cuando los tropiezos superan los éxitos, siempre hay una forma en la que puedes enmendar el camino y continuar intentándolo.

Si quieres superar obstáculos en tu vida debes comenzar por percibirlos como un mero desvió hacia tu objetivo final. Siempre ten en mente que tus objetivos son alcanzables y una vez que te enfoques en tu meta final, no permitas que los obstáculos te distraigan.

Igualmente ten presente que siempre existirán obstáculos en tu camino, por lo que esperar que desaparezcan o que todo se acomode en su lugar no es la respuesta. Superar obstáculos también requiere de crear objetivos que sean alcanzables y realistas, ya que de esta manera se puede asegurar el éxito. Por lo tanto es conveniente que tus objetivos sean sencillos, claros, deseables y medibles.

Medir tu progreso te permitirá celebrar tus logros, lo que a su vez te mantendrá motivado para continuar adelante a un ritmo más acelerado. Tus objetivos deben cumplir estándares mensurables, realizables, realistas y deben estar basados en el tiempo para que puedas conocer cuánto más fácil es cumplir tus metas en medio de obstáculos.

Superar obstáculos requiere además enfocarse en lo que se puede hacer y no en aquello sobre lo que no se tiene control. En lugar de pensar en aquello que no puedes hacer, piensa en lo que si puedes conseguir. Utiliza los obstáculos como un medio para mejorar o pensar formas creativas de superarlos. Te golpeas contra una pared, debes encontrar la manera de subirla o hacer un agujero para poder llegar al otro lado. No consigues nada quedándote estático preguntándote por qué golpeaste la pared. En otros artículos hemos hablado sobre los paradigmas que gobiernan nuestra vidas y cómo superarlos.

Controlar nuestra actitud
Una cosa importante sobre el tema de superar obstáculos tiene que ver con que no siempre podemos controlar los eventos que suceden a nuestro alrededor, pero si podemos controlar nuestra actitud. Si quieres transformar obstáculos en oportunidades debes tener una actitud y mantenerla en tu día a día.
Debes desarrollar una creencia inquebrantable sobre ti mismo y en tus capacidades; tener la confianza para ser la excepción, aquello que supera todos los obstáculos y alguien que está dispuesto a apostar por sí mismo.

Afronta los problemas
No olvides tampoco que los problemas a menudo escalan desde algo muy pequeño hasta algo tan grande que se sale de control. Ignorar los problemas pequeños no hace que desaparezcan.

La Lucha Interior


El pensamiento racional puede encontrarse ante dos situaciones: la certeza o la duda. Si dudamos es porque hay elementos que provocan cierta incertidumbre, lo cual puede llegar a un debate personal profundo, también conocido como lucha interior.

La idea general de lucha interior implica que hay dos elementos o fuerzas opuestas y nuestra mente se encuentra en medio. Así, la lucha interior se dirige hacia uno mismo, quien dialoga, discute y razona con su conciencia. El debate que se produce no es solamente de carácter racional, ya que también entran en juego nuestras emociones.


Cada lucha interior es estrictamente personal y no hay una descripción general válida para cada individuo. No obstante, sí resulta posible mencionar algunos trazos comunes en la mayoría de casos. Por una parte, hay una división entre lo que queremos hacer y lo que deberíamos hacer (entre los sentimientos y la razón). Es habitual que la lucha interior esté influida por elementos externos (por ejemplo, la opinión de los demás). Existe igualmente un aspecto contradictorio en la pugna interior, ya que las valoraciones a favor y en contra de algo están generalmente equilibradas. Al mismo tiempo, toda lucha interior debe ser resuelta de alguna manera (con una decisión determinada), aunque cabe la posibilidad de que se mantenga la duda de forma permanente.

En mayor o menor medida, todos las personas han tenido alguna lucha interior. Los adolescentes tienen que decidir sobre su futuro y es inevitable que tengan una confrontación de ideas e intereses en su mente. En el ámbito religioso también se presentan este tipo de luchas (el compromiso de servir a Dios puede entrar en contradicción con otras inclinaciones individuales).

La religión cristiana reconoce la existencia de una lucha interior como algo normal en cualquier creyente. Es una "amenaza" permanente y el buen cristiano debe afrontarla, pues en el fondo sabe que Dios le va a ayudar a vencer en esa lucha.

Desde un punto de vista moral, hay una pregunta que todos nos hemos planteado alguna vez: qué debo hacer. Este interrogante ya lleva implícito un componente de lucha o, dicho con otras palabras, hay un conflicto personal ante un acontecimiento que no nos deja indiferente (pensemos, por poner un ejemplo clásico, en el conflicto de un soldado que recibe la orden de matar).

La lucha interior no es aplicable a una simple duda (hago esto o aquello). Es algo más profundo y va acompañado de sufrimiento y de congoja. Podríamos decir que algo se rompe en nuestro espíritu y esa ruptura genera un enfrentamiento, una lucha.



lunes, 21 de enero de 2019

Haz Lo Mejor Que Puedas


Muchas veces nos obsesionamos con la perfección, buscando algo que no existe e intentando pulir detalles que casi siempre lo único que hacen es sembrarnos dudas sobre si estamos logrando lo que tenemos intención de lograr.

¿Puedes mejorar el resultado de lo que has hecho? Si la respuesta es positiva, sigue trabajando. Si la respuesta te genera dudas, quizás es que ya has hecho todo lo que podías hacer para que eso estuviese perfecto. A partir de ahí, todo lo que hagas de más probablemente sea una pérdida de tiempo, porque estarás dándole vueltas a algo que tú mismo no puedes mejorar.

Esto le pasa a mucha gente, acaban un trabajo concreto que a su juicio está mejor que bien, está perfecto, lo dejan reposar unas horas, y en una segunda revisión se dan cuenta de que no les convence. ¿No estaba perfecto? Hacen una tercera revisión. Ahora está bien. Tras un segundo reposo vuelven a revisarlo y tienen dudas ¿Quizá antes ya estaba bien? Esto se convierte en bucle infinito que sólo lo rompe el cansancio.

Pero ¿cómo evitar todo esto? Al final nos vemos envueltos en una rutina diabólica que nos impide avanzar buscando la perfección, gastando fuerzas y tiempo en lo que no podemos mejorar -aunque eso no lo sepamos.

Muchas veces pensamos que la perfección es lo que marca la diferencia entre el éxito y lo común, cosa que nos genera una gran presión y marca un listón muy alto, pero no nos dejemos engañar porque esto no es así. Lo que hace que tengamos éxito es el trabajo duro, constante, intentando hacer las cosas a nuestro mejor nivel y sin perder el foco. A partir de ahí las puertas del éxito se pueden abrir para cualquiera.

Así que recuerda siempre que te encuentres en una situación similar: no lo he de hacer perfecto, sólo lo mejor que pueda

Y tú ¿te sientes identificado con el perfil perfeccionista que busca en todo momento el resultado inmejorable?


Interculturalidad

La palabra interculturalidad se refiere a las relaciones de intercambio y comunicación igualitarias entre grupos culturales que diferentes en atención a criterios como etnia, religión, lengua o nacionalidad, entre otros.

Por principio, el término no reconoce superioridad de una cultura sobre otra, independientemente de la relación entre mayoría-minoría.

La interculturalidad apunta a construir una sociedad más democrática al visualizar, describir y valorar igualitariamente los modos de apropiación y reelaboración de significados entre diferentes grupos.
Está referida a los procesos de interrelación y comunicación de saberes, códigos, patrones y valores entre diferentes grupos culturales, entendiendo que existe igualdad entre sujetos, independientemente de la posición que ocupen en el sistema.

La Unesco refiere este concepto en su página web como "la construcción de relaciones equitativas entre personas, comunidades, países y culturas".

La pertinencia de esta definición se justifica en el marco de las sociedades globalizadas actuales, que arrastran históricamente el peso de la perspectiva colonizadora, en la cual el sector mayoritario o dominante se ha pretendido erigir como un "modelo cultural superior".

En este contexto, las palabras mayoría o minoría no se refieren al número de individuos que conforman un grupo, sino al modo en que el poder es ejercido. Así, será "mayoría" aquel grupo que ejerza la hegemonía cultural, y será "minoría" el grupo que no tenga el control del poder.


Se hace evidente que este término tiene como propósito la reivindicación y comprensión de la diferencia cultural, en atención a variables de tipo histórico, político, cultural, antropológico, ambiental, entre otras

Internet: Los Riesgos Del Entorno

La historia es un constante devenir de acontecimientos, una continua evolución que durante el siglo pasado ha conocido un desarrollo tecnológico sin precedentes. Cambios que antes tardaban varias generaciones en producirse, ahora ocurren en unos pocos años; y objetos que hace apenas veinte años eran una “rareza”, hoy se han convertido en cotidianos y casi imprescindibles.

Pensemos, por ejemplo, en la telefonía móvil... puede parecer que llevamos toda la vida utilizándola, sin embargo hace veinte años vivíamos sin ella.

Los avances tecnológicos que estamos viviendo son vertiginosos, y uno de los principales responsables de esta aceleración ha sido sin lugar a dudas, Internet. La rapidez y facilidad de comunicación hace que el conocimiento se transfiera más deprisa y por tanto los cambios son cada vez más rápidos.

Pero Internet no sólo es un lugar de transferencia de conocimiento; hoy en día ya nadie discute que ha supuesto una auténtica revolución social, hasta tal punto que se ha convertido en un nuevo entorno de socialización.

Durante siglos, el entorno familiar, el barrio, y la escuela eran los lugares donde nuestros menores se relacionaban con otras personas; durante siglos, hemos educado a nuestros menores para vivir en sociedad, les hemos enseñado a conocer y prevenir los “riesgos de la calle” y les hemos educado para que convivan del modo más seguro y saludable posible.

Cada época y cada lugar ha tenido sus riesgos y los padres han educado a sus hijos para prevenirlos conformes al momento en que les ha tocado vivir.

Por poner un ejemplo, hace 200 años la preocupación no era que los menores salieran a la calle y fueran atropellados por un vehículo a motor, básicamente porque no existían. Hace cincuenta años, cuando ya empezaba a incrementarse el número de coches en las ciudades, la circulación comenzó a ser un motivo de preocupación, y los padres y educadores, siempre velando por los menores, comenzaron a inculcarles la importancia de la seguridad vial.

Los padres y educadores de hoy, tenemos que ser conscientes y conocedores que Internet es ya un entorno de relaciones sociales, y por tanto tenemos también que educar a nuestros menores para protegerse en este nuevo medio de socialización, puesto que los “riesgos de la calle” ahora están también en Internet.

Palabras como Ciberbullying, Grooming, Sexting, Phishing… son algunos términos que definen los riesgos actuales en Internet. Además hemos de tomar conciencia que el hecho de que nuestros hijos estén en el hogar, ya no es garantía de que se encuentren libres de riesgos, puesto que Internet es una puerta abierta al mundo.

Puede parecer al leer estas líneas que en Internet nuestros menores están en peligro, pero lo cierto es que no mucho más de lo que pueden estarlo en la calle, pues al fin y al cabo estamos hablando de socialización con todo lo que ello conlleva; cambia el medio, cambian las formas pero en el fondo, los riesgos siguen siendo similares, y al igual que nuestros padres y abuelos nos educaron para vivir en calles repletas de coches, y nos enseñaron a mirar a ambos lados antes de cruzar, del mismo modo nosotros tenemos que educar a nuestros menores a convivir en este nuevo y cambiante entorno.


No debemos perder nunca de vista que el uso de Internet, bien dosificado y administrado, puede ser un gran apoyo para nuestros menores en la vida diaria como herramienta personalizada y útil de información, formación y socialización, en beneficio de su propio desarrollo como ser humano.