sábado, 4 de mayo de 2019

Hacer Que Las Cosas Sucedan


Los líderes creen en sus sueños con tanta pasión que no paran hasta verlos convertidos en realidad, aplican la alquimia de la audacia, factor detonador para alcanzar resultados.

Realmente podemos contar las semillas que tiene una naranja, pero no sabremos cuántas naranjas puede dar una semilla. ¿Cuántas ideas se han quedado almacenadas para siempre en nuestra mente?, ¿Cuántos proyectos por realizar?, ¿Cuántos sueños sin atrevernos a realizarlos? Cada semilla sabe cómo llegar a ser un árbol, los sueños son semillas los cuales deben germinar, si no, se mueren siendo semillas.

¿Cuántos frutos puede dar una idea? Pregunta que solamente podrá responderse intentándolo, solamente así conoceremos sus posibilidades reales, además con el intento conocemos nuestras propias limitaciones, si no resulta cabe cuestionarnos qué nos falta aún por aprender, además nos mostrará nuestras fortalezas internas. ¿Cuánta constancia y tenacidad poseemos? Para atreverse se necesita la magia de la audacia.

Magia es lo que por medios naturales obra efectos que parecen sobrenaturales, así lo define la Real Academia de la Lengua, y su connotación en esta breve reflexión no se trata de hechizos o conjuros, sino que a través de la audacia se han logrado la mayoría de los proyectos que para los demás eran imposibles y que una vez realizados resultan sencillos, como la bombilla incandescente, el fonógrafo, los rayos X, fundar una empresa mágica como Disney, en fin, millones de realizaciones que ahora nos rodean en nuestra cotidianidad y que en su tiempo cuando aún estaban en proceso, los demás consideraban que de lograrlo sería un milagro.

La envidia ha engendrado odio, el mediocre descalifica fácilmente al triunfador porque en el fondo sus logros son un espejo de sus propias carencias, y todo es resultado de la casualidad y la buena suerte, por lo cual se hace necesario preguntarles: ¿Y si era tan sencillo, por qué tu no intentaste?
La audacia es un factor fundamental para tener buena suerte, entre mayor número de intentos más posibilidades tenemos de alcanzar el éxito.


Los sueños al igual que las semillas contienen el secreto para convertirse en árboles, en realidades, saben que el primer paso es germinar, comenzar a desarrollarse, así las ideas hay que fortalecerlas, alimentarlas y llegar finalmente a enamorarse de ellas con tal pasión que nos impulse a la acción, además con estas fortalezas espirituales podemos vencer las muchas adversidades que se nos pueden presentar.

Los líderes creen en sus sueños con tanta pasión que no paran hasta verlos convertidos en realidad, aplican la alquimia de la audacia factor detonador para alcanzar resultados, saben que entre mayor número de intentos realicen la buena suerte los favorecerá. La audacia es un atrevimiento, un salto a lo desconocido, su mayor riesgo es el fracaso, su mayor prioridad, el triunfo y en ambos existe la gran lección pues la experiencia es el resultado de haberlo intentado; audacia es intento, posibilidad, oportunidad de convertir nuestros sueños en realidad. El ancla de los mediocres es el miedo, tienen pavor a fracasar por eso no lo intentan, juegan en la vida a no perder, en cambio los excelentes siempre juegan a ganar.

El Esfuerzo Personal


Cuando hablamos de esfuerzo casi todo el mundo percibe una connotación negativa y lo asocian al sacrificio, a la lucha o a las privaciones.

Por supuesto que el esfuerzo nunca te garantiza el éxito por sí solo, pero sin él, difícilmente te llegará. Si tienes cualquier atisbo de duda sobre ello, estudia la biografía de cualquier persona que haya alcanzado cotas importantes en su profesión y comprobarás que todo logro viene precedido por él.
Yo suelo poner siempre este ejemplo, sencillo pero clarificador:

¿Cómo aprendiste a andar?
¿Lo hiciste la primera vez que intentaste ponerte de pie o lo hiciste tras lograr sostenerte después de intentarlo muchas veces y tras caerte y volverte a levantar cuando intentabas dar tus primeros y torpes pasos?

¿Cómo aprendiste a hablar?
¿Lo hiciste ya de entrada como un gran orador o te costaba horrores balbucear y apenas se te entendía nada, hasta que a base de repetición lograste poder hacerlo?

Te hago estas reflexiones porque últimamente existe una corriente de pensamiento, sobre todo en las personas de la “new age”, que aconsejan dejarte fluir y no esforzarte por nada. De hecho, no esforzarse es algo que la mayoría ya hacen de forma insconsciente.

Te aseguro que cualquier cosa que realmente puedes valorar requiere esfuerzo, porque precisamente lo que no entraña esfuerzo por nuestra parte no lo valoramos. Ahora bien,

¿Qué es realmente el esfuerzo personal?
Para mí es el conjunto de acciones que llevas a cabo para lograr un fin. Y esas acciones son tanto mentales, emocionales, como físicas. Cuando empleamos mucho esfuerzo y no obtenemos lo que deseamos de forma parcial o total solemos decir que algo no merece la pena.

En términos profesionales o empresariales también lo asociamos a la productividad. Si podemos hacer algo de forma rápida, sencilla y eficaz, decimos que somos altamente productivos. Por ejemplo, en España y los países latinos no lo somos y en cambio los países nórdicos lo son muchísimo.

En mayor o menor medida todo requiere esfuerzo personal. La diferencia es que si ese esfuerzo es realizado con pasión, automotivación y disfrute de lo que hacemos, a menudo no lo vemos como tal. Por ejemplo, cualquier deportista debe realizar un esfuerzo pero si es algo que hace con entusiasmo, no lo observará como algo fatigoso.

Si te apasiona montar en bicicleta, puedes pasarte horas haciéndolo y esforzándote por subir un puerto de montaña, pero ese esfuerzo lo haces muy a gusto y te produce bienestar.

Las personas que reniegan de la cultura del esfuerzo y propugnan el “dejarse fluir” es evidente que consideran que cualquier esfuerzo es algo doloroso y que entraña lucha o competencia.

El esfuerzo personal es algo necesario y propicia nuestro desarrollo individual y colectivo, porque conlleva la aplicación de todas las virtudes que como seres humanos nos hacen evolucionar.

Lo cómodo siempre suele ser no esforzarse y llegados a este punto son muchos los que pretenden que las cosas les sean fáciles y que el esfuerzo lo hagan los demás.

Las personas que poseen una firme voluntad y propósito de vida, suelen vivir en la cultura de esforzarse y superarse de manera continua, mientras otros se limitan a ver la vida pasar sin realizar ningún avance en su vida, porque más que vivir sobrevive.


Todo depende de cuál sea tu escala de valores y principios. ¿Cuáles son los tuyos?

Superar Limitaciones

¿Qué diferencia a las personas que acaban consiguiendo vivir la vida que desean o alcanzar sus sueños de las que no?

Ciertamente no es que sean más capaces o estén hechos de una pasta diferente.

Lo que les diferencia, principalmente, es que no se ponen la zancadilla a ellos mismos. Así es, muchos de nosotros, de forma inconsciente, nos ponemos a nosotros mismos limitaciones que no son reales. Les damos poder a estas limitaciones y se vuelven en contra nuestra.

Conocer cuáles son, hacernos conscientes de ellas, es el primer paso para que dejen de tener el poder que les concedemos.

Así que aquí van:

 PRIMERA LIMITACIÓN: VER EL PRESENTE O EL PASADO COMO PRUEBA DE LO QUE PODEMOS CONSEGUIR EN NUESTRA VIDA.

 Lo que ha ocurrido hasta ahora no es prueba alguna de lo que somos capaces de hacer o de lo que podemos conseguir en un futuro. No te dejes engañar por esta parte de ti.

Qué hacer: enfócate en la dirección de lo que quieres y hazte las preguntas: ¿cuál es el siguiente paso que puedo dar? y ¿quién me puede ayudar?

Recuerda que cuentas con la capacidad de aprender, con la fuerza de voluntad, la perseverancia, la creatividad, personas que ya saben lo que hay que hacer y te pueden enseñar… es cuestión de que digas sí a lo que quieres y vayas dando pasitos.
El pasado, pasado está.

Crea un futuro que cuando se vuelva pasado y te vuelvas a verlo, te haga sentir orgulloso de ti.

 SEGUNDA LIMITACIÓN: ESPERAR A PASAR A LA ACCIÓN A CUANDO ESTÉS PREPARADO O A CUANDO LAS CONDICIONES SEAN LAS ADECUADAS

 Si haces esto muy probablemente nunca des el paso. ¿Qué significa estar preparado? ¿Sentirse seguro?

Cuando avanzamos hacia lo desconocido es normal que una parte de nosotros se sienta insegura, pero esa no es razón para dejar de avanzar.

Qué hacer: dejar de ver la incomodidad que produce la inseguridad o el miedo como excusa para no avanzar y pasar a la acción incluso en presencia de esta incomodidad.

No es necesario que se vaya la sensación de nervios o miedo para avanzar y, ciertamente, no es necesario que todo esté colocado en el lugar que creemos más adecuado. Esta forma de pensar sólo es una forma de evitar pasar a la acción y mantenernos en la zona de confort. El único problema es que quedarnos ahí no es nada cómodo y nos recuerda 1) que nuestros sueños son inalcanzables, 2) que no somos capaces o que no nos atrevemos a avanzar.

Quedarse en la inacción alivia momentáneamente la incomodidad y los nervios de salir a lo nuevo, pero alimenta la creencia a largo plazo de que no soy capaz.

 TERCERA LIMITACIÓN: TOMARSE LA VIDA EN SERIO

 Cuando nos tomamos las cosas en serio perdemos perspectiva, claridad, elevamos nuestro nivel de estrés e incluso hacemos que la situación parezca más difícil de lo que es.

Qué hacer: una de las frases que recuerdo de mi madre es “todo tiene solución menos la muerte”. Abre la perspectiva para ver que no es tan grave lo que está pasando. Que la vida es algo más que solucionar problemas. Y sobre todo, que la vida siempre es más grande que el problema que estás viendo.

Abre la perspectiva, recuerda lo que sí te va bien, lo que sí funciona en tu vida. Aprecia la belleza a tu alrededor, las personas que te quieren y comparten contigo. Despierta la calma y la paz dando un paseo en la naturaleza o lo que sea que te ayude a despertar la paz en ti y luego vuelve a mirar esa situación.

Asegúrate de que añades humor a tu vida.
El humor es una de las mejores perspectivas que podemos encontrar y que nos reconecta con algo muy valioso, la alegría de vivir.


A partir de ahora si aparecen alguna de estas limitaciones espero que te pares a verlas, las mires a los ojos, sonrías y digas: hoy el poder lo tengo yo.

El Arte De Aprender



Cómo sacarle provecho a todas las situaciones.

No importa tu edad, lo importante es que tengas una actitud activa y dinámica frente al aprendizaje, para siempre estar incorporando nuevas motivaciones que te ayudarán en tu crecimiento personal.

Para la filosofía oriental, la vida es una escuela en la cual tienes la oportunidad de aprender diferentes cosas. Alguna vez te has preguntado:¿se puede aprender de todo lo que sucede, ya sea bueno o malo?
Sí se puede, pero para ello deberías analizar y reflexionar qué es lo que te toca aprender, cuál es el motivo de este aprendizaje y cuál es el significado que posee para tu desarrollo personal.

Existen 3 tipos de aprendizaje:

Lo que debes aprender en esta vida: por ejemplo, a ser caritativo, comprensivo, etc.
Los aprendizajes de cada día: muchas veces se aprende de pequeños detalles tanto de la vida práctica (por ejemplo, arreglar un enchufe) como situaciones más sutiles (por ejemplo, aprender a callar ante un error ajeno).

Lo que puedes aprender de ver actuar a las demás personas a tu alrededor: pueden ser actitudes positivas, por ejemplo el hecho de tratar con una persona que siempre tiene una palabra de aliento para con los demás. También se da el caso de aprender lo que no se debe de hacer en determinada situación, como ante un fracaso laboral, afectivo etc. (por ejemplo, buscar consuelo en el alcohol o las drogas).

Para aprender necesitas:
Desarrollar una actitud activa y positiva frente a la vida. Estar dispuesto a mejorar a no cometer varias veces el mismo error.

Saber virar las situaciones a tu favor, aunque se traten de hechos adversos o negativos. Siempre hay que intentar sacar una sabiduría o aprendizaje para que, si no se vuelve a presentar un hecho similar, puedas afrontarlo desde otro punto de vista y salir victorioso.

Desgraciadamente, muchas veces hay que aprender con dolor, ya que en ocasiones puede ocurrir que te cierres en tu criterio propio, en tener la verdad del hecho, y no te das la oportunidad de ver diferentes ópticas del problema.

Saber aprender, dejar aprender

Al comprender la necesidad de aprender que tienes, verás que todas las personas están en el mismo camino y muchas veces te puedes encontrar ante la difícil situación de tener que dar un paso al costado para dejar que otro pueda aprender tal vez algo que tú ya hiciste.

Nunca dejes de aprender, cada día puedes aprender algo nuevo y no sabes cuánto puede cambiar tu vida.

Soledad Y Silencio


A veces la vida tiene estos silencios, estos paréntesis donde las horas se quedan pétreas en un cabalgar siniestro hacia la soledad infinita del fin. Es como intentar cazar el soplo de un oxígeno azul, indefinidamente transparente, virtual y descarnado. Es el éxtasis del cambio o la certeza de que todo, a pesar de todo, sigue igual.

La vida tiene, a menudo, estos desplantes; estas sorpresas atronadoras de vacíos, estos iracundos vaivenes de nostalgia desmedida y esta paz inaudita que recorre los caminos inhóspitos del futuro. Es la sed entre la carne temblorosa de la convivencia, entre el purpúreo enamoramiento del latido un día más.


Pero siempre, tras la pausa, como tras la calma, viene otra tormenta, otra batalla, otro despliegue de esperanzadora victoria sobre la herida remota de la vida infinita.

Los Sonidos Del Silencio


Cómo escuchar el silencio: Una cuestión que puede parecer evidente a primera vista, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, ¿estás seguro de saber qué es exactamente el silencio? El silencio no es sólo la ausencia de ruido, como pudiera parecer. El silencio es lo que sostiene todos los sonidos, lo que los hace posibles. De hecho, el silencio es mucho más que eso. El silencio es una puerta abierta hacia el Aquí y Ahora, donde los dramas y el estrés de las rutinas mentales no tienen lugar. 

Y lo mejor de todo es que, aunque la mayor parte del tiempo pasa completamente desapercibido para la mente pensante, el silencio siempre está ahí, a tu alcance, aunque ni siquiera te des cuenta.

El silencio, como mencioné antes, es mucho más que la ausencia de ruido. De hecho, incluso cuando el mundo a tu alrededor es más ruidoso, como en un concierto o en una calle muy transitada, puedes reconocer el silencio de fondo si prestas atención. No hablo sólo del silencio interno de la mente, que no depende de ningún factor ajeno a ti, sino también del que hay tras cada sonido, tras cada palabra, tras cada pensamiento… Los ruidos son sólo olas que fluyen sobre un océano de calma, ¿lo habías notado?

El silencio y el ruido no son, en absoluto, incompatibles. De hecho, sin silencio no podría haber sonido alguno. Observa esto ahora mismo. ¿Puedes percibir ese silencio que, pase lo que pase, permanece inmutable?


Presta atención a cuanto te rodea, Aquí y Ahora. Da igual la situación en la que estés: en el metro, en la playa, caminando por una ciudad… No importa los estímulos y los ruidos que te rodean. Tan sólo observa, sin juzgarlos. Seguramente  te resulte fácil sorprenderte inmerso en pensamientos que etiquetan unos ruidos como “buenos” y otros como “malos”, ¿verdad? Pues no luches tampoco contra eso. Deja que tus pensamientos también fluyan con los sonidos, pues son sólo eso, ruido mental. 

Si eres capaz de observar de esta manera, sin juzgar y sin buscar nada, verás cómo escuchar el silencio es mucho más sencillo de lo que parece. Pero, ante todo, no te juzgues si no lo consigues, porque ese juicio también es ruido, también es distracción. Recuerda: sólo necesitas prestar atención, Aquí y Ahora.

Disyunción


Disyunción es la acción y efecto de desunir y separar. El concepto se utiliza en varios ámbitos, como la genética, la gramática y la filosofía.

La disyunción genética es la separación de los cromosomas mediante los procesos de mitosis (la división en la que cada célula hija recibe una dotación completa de cromosomas tras la duplicación del material genético) o meiosis (la sucesión de dos divisiones celulares en el proceso de la formación de los gametos, que deriva en cuatro células donde cada una tiene un cromosoma de cada pareja de la célula original).

En la gramática, se conoce como disyunción o conjunción disyuntiva a la palabra (o conjunto de ellas) que indica una alternancia excluyente o exclusiva. La expresión “Vamos a Miami o a Punta Cana” presenta la disyunción “o”, mientras que la frase “Elige entre Pedro u Oscar” incluye la conjunción disyuntiva “u”. Otros ejemplos de estas conjunciones son “¿Quieres salchichas o hamburguesas?”, “No sé si llamar al gerente o al director ejecutivo”, “Tenemos que pensar el coche u otro bien para saldar la deuda”.

Para la retórica, la disyunción es una figura que se forma cuando cada oración lleva toda sus partes necesarias, aun cuando ninguna de estas oraciones es necesaria para el sentido de la precedente o de la siguiente.

No hay que pasar por alto que dentro de las Ciencias de la Tierra también se recurre a la utilización del término que ahora estamos analizando. En concreto, en ese campo se habla de lo que se ha dado en llamar disyunción columnar, que es una ruptura de las rocas que se produce a consecuencia de que tengan lugar tensiones originadas por el hecho de que la lava se ha enfriado.

En la isla portuguesa de Porto Santo, ubicada a unos 40 kilómetros aproximadamente de Madeira, se pueden observar, por ejemplo, diversas disyunciones columnares en los basaltos que forman parte de su paisaje.

La disyunción filosófica implica la separación de dos realidades, pese a que ambas se refieren intrínsicamente entre sí (arriba/abajo, derecha/izquierda, etc.).

La disyunción lógica, por último, es el enunciado que resulta verdadero cuando cualquiera de los operadores es verdadero.

Precisamente dentro de este último sector, tendríamos que dejar patente que hay un tipo de disyunción lógica que recibe el nombre de disyunción exclusiva. Esta podemos determinar que se define por el hecho de que está formada por dos operandos y de que será verdad si sólo uno de estos dos es cierto.


Este tipo de disyunción, también llamada exclusivo, es habitual que se represente a través de varios símbolos, entre los que se encuentra EOR, XOR o EXOR.

Compartir La Vida

¿Por qué vivir en soledad? ¿Qué sentido tiene guardarnos el amor y la alegría? es mucho mejor poder compartir esta vida en la que tenemos la tarea de ser felices y robar sonrisas a los demás.

Día a día tenemos nuevas oportunidades, nos relacionamos, tenemos altas y bajas emocionales, logramos cosas increíbles, nos deprimimos, nos sentimos al tope de la alegría; a diario experimentamos estar en una montaña rusa de momentos y sentimientos. Esta vida es confusa, extraña, única en sí y además… apasionante. Pero, ¿Saben qué es lo mejor? poder compartir toda esta locura de vivir con alguien más, con las personas que nos apoyan, que queremos y amamos.

Es una delicia poder abrazar a alguien, expresar tus sentimientos, disfrutar en compañía, robarles sonrisas a las personas, reír a carcajadas, sonreír, soñar en conjunto. VIVIR… eso es delicioso, deberían probarlo.

La vida está hecha para compartir, no para competir con los demás y vivir amargados en soledad.
¡Qué maravilloso es encontrar personas con las que puedes ser tú mismo! No tiene explicación.

Estoy decidido a vivir en compañía de la gente que quiero, hasta el fin de mis días.

Con pasión, con amor, a plenitud… así viviré y lo compartiré con el resto de las personas.
¿Te animas a compartir lo mejor y lo peor de ti? ¿Qué tal si dejas salir todo lo que llevas dentro? conviértete en amor, en luz… sólo eso eres.

Vale la pena compartir lo que se tiene, y si es amor… es mucho mejor.




Evolución


“Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.”
Alejandra Pizarnik

En la vida diaria se suele usar la palabra evolución para indicar un cambio que tiende a una mejora, un progreso. Por ejemplo, cuando hablamos de la “evolución de una sociedad”, creemos en general que la sociedad cambia, o debe cambiar, para mejor. A veces, implica además que nosotros podemos lograr esa mejora: si tenemos la intención de evolucionar, podemos lograrlo a través de nuestras acciones. En este uso, la evolución es un cambio que tiene un propósito, es teleológica.

En otras ramas del saber, como por ejemplo en la medicina o en la psicología, la palabra evolución suele significar cambio o desarrollo, sin implicar que necesariamente haya una mejora. Un médico puede sugerir “veamos cómo evoluciona esta enfermedad”, y lo que está queriendo decir es que en ese paciente la enfermedad irá siguiendo un curso y se podrá ver luego si la situación mejora o empeora. En psicología, la psicología evolutiva estudia qué ocurre a nivel psicológico en distintas etapas del desarrollo humano, desde que la persona es bebé hasta que es adulta.

Salvo los literalistas bíblicos más estrictos, que creen que todas y cada una de las especies fueron creadas por la divinidad tal cual son hoy, la mayoría de los naturalistas del siglo XIX creían en algún nivel de cambio de las especies por distintas causas. Lamarck propuso que los animales evolucionan a partir de las presiones del medio ambiente, dentro de un rango determinado por cómo fue creada dicha especie. Esa idea fue dejada de lado por el peso de la evidencia acumulada principalmente por un científico, que definió lo que hoy entendemos por evolución en ciencia:


Charles Darwin planteó lo que hoy conocemos como teoría de la evolución por selección natural. Desde entonces, la teoría fue pulida, completada y mejor comprendida gracias a evidencias científicas de otros campos del conocimiento.

viernes, 3 de mayo de 2019

Recalcitrantes


Recalcitrante es el resultado del verbo recalcitrar, que procede en su etimología del latín “recalcitrare”, vocablo integrado por el prefijo reiterativo “re” y por “calcitrum” derivado de “calcis”, en el sentido de “talón”, pudiendo definirse a la palabra, en sentido literal, como los golpes de talón que se efectúan de modo repetitivo. De allí que se use para calificar a aquel que resulta testarudo, tozudo, aferrado a sus pensamientos o acciones, de modo irreflexivo, y que no piensa modificar a pesar de que resulte obvio su error.

Es muy común que se aplique a aquellas personas de edad avanzada, acostumbradas a ciertos prejuicios propios de la época de su juventud, y que el paso del tiempo ha ido desvirtuando, pero que en ellos quedaron grabados como verdades indiscutibles, y que no están dispuestos a modificar. Ejemplos: “Mi abuelo tiene ideas recalcitrantes acerca del rol de la mujer. Según él, en su época el hogar era el ámbito de ellas, y así debió continuar, ya que el salir a trabajar contribuyó al deterioro de las familias” o “Mi jefe es un hombre mayor, y sus recalcitrantes maneras de gestionar, lo hacen desalentar el uso de todo tipo de tecnologías, y con esa actitud, la empresa jamás progresará”.

También puede ser sinónimo de insistente y tenaz en algo, aun cuando sepa que lo que hace es en vano.

En otro sentido, y en el ámbito agrícola, se denominan semillas recalcitrantes o no ortodoxas, a aquellas que, al almacenarlas para su posterior siembra, no son capaces de resistir la sequía ni el frío que sea menos a 10º C. Se las debe germinar rápidamente si se quiere conservar su viabilidad e impedir su toxicidad. Como ejemplos de semillas recalcitrantes podemos nombrar las de mango y las de aguacat
e.
Se conoce como contaminantes recalcitrantes, a aquellos que son resistentes a ser degradados química o biológicamente, como los que provienen de los hidrocarburos.


En Medicina, se denominan recalcitrantes a las enfermedades que son crónicas y reinciden, como el caso de la dermatosis recalcitrante o las migrañas recalcitrantes.

El Ser Y El Deber Ser

El mundo se rige por diferentes normas. O al menos lo intenta. Las profesiones establecen códices de modo colegiado y así como hay pautas para la conducta médica, periodística o pedagógica, existe —deben existir— para los gremios, desde las secretarias a los panaderos. Obviamente, las normas, las pautas, los cánones tipifican. Si un inspector acepta soborno o procede con coacción, el peso de la ley debería ser el doble de tajante, por el carácter cínico y perverso del culpable.

En la vida cotidiana las normas también tienen compromisos. Ofrezco ejemplo real: un joven lanzaba su pita desde el muro del malecón habanero. Con el molinete que pretendía enviar lejos anzuelo, carnada, plomada y esperanza de captura, puso en riesgo a quienes hacían ejercicios en el área. 

Advertido del despropósito el joven respondió con burla «que tengan cuidado ellos que son los que se van a joder». El imberbe pescador pecó de incivilizado, sin la menor conciencia social. Mostró la más absoluta falta de ética.

Pero el deber ser, sea abstracta axiología o vulgar evaluación interior entre el YO y los demás, necesita florecer primero en el humano. Es cuestión de siembra. Se irriga con el ejemplo de la familia y se cultiva en la escuela.

Según cualquier diccionario, ética —del latín ethica y del griego ethika— es el conjunto de principios y reglas morales que regulan el comportamiento y las relaciones del ser humano. Es también la parte de la filosofía que estudia la moral de los actos del ser humano y los califica como buenos o malos. 

Es también apego a los principios y las reglas morales, que son las normas, conductas, prácticas, comportamiento, proceder y actuación. Y en versión del Gran Diccionario de la Lengua Española —Editorial 2001— la formación ektikos pyretos procede del griego para definir la fiebre constante y la tisis, similar a la tuberculosis. Pero no es el caso. O tal vez sí, metafóricamente hablando de enfermos o enfermedades.

El muchacho de anzuelo pavoroso, está enfermo; enfermo grave como un inspector que acepte coima.

Tiempos difíciles vive el mundo. Sin embargo, la ética sigue siendo la misma filosofía de la Antigua Grecia, una doctrina de lo bueno-malo-correcto-incorrecto-obligatorio-permitido. Y esta Cuba que amamos y padecemos es parte del contexto internacional en crisis en las que no nos faltan ejemplos criollos con anzuelos pavorosos, coimas perversas y doble moral. Muchos debaten si faltan leyes o si urge enseñar ética desde los rudimentos, los conceptos o los paradigmas.


Si es cierto que nacemos individuos pero no sujetos —y en el transcurrir nos trasformamos en tales—, resultan claves los principios ético-cívicos, en el camino de convertirnos en personas respetuosas, con dignidad y responsabilidad hacia nosotros mismos y hacia la sociedad. 

Pero es largo ese camino de ser ciudadanos libres, solidarios, participativos y capaces de sostener criterios humanistas, de defender derechos y de cumplir deberes, en una sociedad que castigue la falta de moral y de virtud, pero igualmente evalúe y encuentre maneras de premiar los paradigmas.

Soberanía Y Seguridad


En los últimos tiempos, se está demostrando que la globalización dista mucho de ser un proceso constante y sin altibajos. Ciertos líderes políticos la han etiquetado irresponsablemente como el origen de todos los males, lastrando con ello el desarrollo de instrumentos de gobernanza multinivel. Y es que las voces de la nostalgia son cada vez más numerosas, y defienden cada vez con más ahínco la necesidad de reforzar los muros y rescatar los vínculos tradicionales entre los conceptos de "Estado", "soberanía" y "seguridad".

Siempre fue ingenuo suponer que las organizaciones internacionales, los actores transnacionales, las regiones o las ciudades desposeerían fácilmente al Estado de su papel central en las relaciones humanas. Sin embargo, sería igualmente ingenuo concluir que fenómenos como el Brexit y la elección de Donald Trump nos han devuelto a un mundo puramente westfaliano, en el que la primacía del Estado era incontestable. La globalización está tan avanzada, y las interconexiones son tan profundas, que desandar lo andado es poco menos que una quimera.

Ahora bien, en materia de seguridad internacional, los mecanismos legales e institucionales existentes a escala global siguen sin ser los adecuados para hacer frente a las actuales amenazas. Esto ya era así antes de que el Brexit y la llegada de Trump empeoraran las cosas, obstaculizando más si cabe la cooperación entre países.

Como argumentan Chinkin y Kaldor en su imprescindible libro International law and new wars (Derecho internacional y nuevas guerras), la clásica distinción entre conflictos armados internacionales y no internacionales ha perdido vigencia, y lo mismo puede decirse de la dicotomía entre seguridad interna y externa. Un prototipo de las llamadas "nuevas guerras" es el conflicto sirio, que implica a un enorme abanico de actores (públicos y privados, domésticos e internacionales) y trasciende las fronteras estatales (ejemplo de lo cual era la presencia del Estado Islámico también en Irak, así como sus atentados en muchos otros países). Estas "nuevas guerras" suelen tener un fuerte componente identitario, extenderse durante un largo período de tiempo y afectar en gran medida a la población civil.El reciente repunte de conflictos con un componente intraestatal implica que el modelo westfaliano de soberanía, según el cual los Estados monopolizaban el uso legítimo de la fuerza dentro de sus fronteras, ha quedado totalmente obsoleto. Si pretendemos seguir construyendo una sociedad que merezca el apelativo de "internacional", no podemos entender la soberanía únicamente en términos de autoridad, sino también de responsabilidad. En buena lógica, pues, debemos estar abiertos a intervenir en un país determinado cuando su Gobierno está comprometiendo la seguridad de su propia población. Este razonamiento constituye el núcleo de la "responsabilidad de proteger" (R2P), una doctrina adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2005.

Gustos Y Disgustos

En ejercicio de su individualidad el individuo está comandado por sus preferencias, por eso hay a quienes les gusta la carne de res y a quienes les gusta la de cerdo.

A pesar de los modelos de conducta determinados por la cultura, por el entorno y la herencia genética, cada persona tiene una forma de pensar, de sentir y comportarse, una especie de libreto personal tan irrevocable que ha requerido de pactos que zanjen las diferencias entre seres de la misma especie.

 Dado el carácter fatal de los impulsos humanos, el papel de la educación es fundamental, pero su rol más dificultoso quizá sea moderar, mediante lo concertado socialmente, las insólitas propensiones con que los genes y memes nos arrojan a este mundo. Por ellas hay quienes prefieren Chopin a Diomedes Díaz, el reguetón a las tarantelas, el verano a los inviernos, el tequila a la sangría, el ocaso al amanecer y, los perros o los gatos, los hombres o las mujeres, sin hablar de las malévolas devociones que la química cerebral despierta en el amo del mundo.

Desde el principio de los tiempos nos caracteriza la diversidad, nos iguala la mortalidad y nos abruma la sexualidad, especialmente cuando esta última no corresponde al modelo heterosexual impuesto por el ritual reproductivo predominante.

Pero, aunque una orientación sexual homosexual o bisexual sea reprimida por un individuo –y repudiada por la sociedad–, ella será una inclinación que comandará cada uno de sus actos, y, así como hay quienes son generosos o mezquinos, benévolos o inhumanos, la sexualidad es algo más que una elección, es una circunstancia humana que  está respaldada por el derecho a la igualdad y la prohibición de discriminación en razón de la identidad de género y la orientación sexual.

Desde esta perspectiva, tanto usted, lector, como yo, también tenemos igual derecho a vivir una sexualidad convencional y a criar familias conforme el libreto personal nos exige. Pero hay que tener respeto por las diferencias.

Conceptos como sexo, género, identidad de género y orientación sexual no pueden estar sujetos a rigores religiosos o a contubernios políticos; y ambas cosas han marcado el debate originado por el documento con que el Ministerio de Educación –requerido por la Corte Constitucional– está invitando a los colegios a hacer una reflexión orientada a adaptar sus manuales de convivencia al cambio de imaginario que presenta hoy el concepto de diversidad sexual. 

La decisión de cómo hacerlo es potestad de cada institución, con ayuda de los padres de familia.


Participación Ciudadana

La participación ciudadana es un conjunto de maneras para que la población acceda a las decisiones del gobierno de manera independiente sin necesidad de formar parte de la administración pública o de un partido político

Se debe de tomar en cuenta que la participación ciudadana no solo se refleja a través del voto, sino que existen múltiples maneras de tomar parte en asuntos públicos. Ejemplos de esto pueden ser acciones como expresión, deliberación, creación de espacios de organización y disposición de recursos por medio de los cuales los ciudadanos se involucran en la elaboración y decisión de temas que son de su interés.

El término participación social o ciudadana puede ser conceptualizada desde diferentes perspectivas teóricas, así puede referirse a los modos de fundamentar la legitimidad y el consenso de una determinada población, por ejemplo participación democrática o también puede referirse a los modos de luchar contra las condiciones de desigualdad social y para cuya superación se necesita impulsar la participación.

 En la mayoría de las definiciones de participación ciudadana, existen elementos en común: una mediación entre sociedad y gobierno para que los distintos sujetos sociales intervengan, con base es sus diversos intereses y valores, los cuales influyen en políticas públicas y en las estructuras de gobierno, fundamentándose en el reclamo del derecho a la intervención en los asuntos que les competen.

La participación ciudadana es continuamente seguida por su lado opuesto, que es el abstencionismo

El desánimo y la desconfianza puede ser generalizada entre la población por la falta del contacto institucional con la sociedad civil, es decir por la falta del trato directo institucional. La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 21 indica que toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos. Y en su artículo 29 indica que toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.


Estos artículos muestran claramente que la participación y el desarrollo son derechos y deberes que impulsan la personalidad de cada persona habitante de este país. 

La Libertad Es Libre

Filosofía
La Libertad Es Libre
“El hombre está condenado a ser libre” es una frase del filósofo francés Jean-Paul Sartre, uno de los máximos exponentes del existencialismo. Significa que la libertad es inherente a la condición humana y que, por ello, el hombre es absoluto responsable del uso que haga de ella.

En esta frase, probablemente la más célebre de las afirmaciones de Sartre, se concentran algunos de los aspectos esenciales de su pensamiento filosófico, como la reflexión sobre la condición humana, la naturaleza de la libertad y el sentido de la existencia.

Para entender en toda su dimensión lo que Sartre quiso expresar con esta frase, es importante señalar que está, al igual que el conjunto de su obra literaria, crítica y filosófica, adscrita al existencialismo, 
que es una corriente filosófica que indaga en torno a cuestiones relacionadas con la vida y la existencia, que interroga conceptos como el de la libertad humana, y reflexiona sobre los alcances de la responsabilidad individual del hombre
.
El existencialismo, como corriente de pensamiento, empieza a anunciarse en el siglo XIX, en el pensamiento de filósofos como Søren Kierkegaard y Friedrich Nietzsche, que ejercieron una notable influencia en la obra de Sartre. No obstante, los eventos traumáticos de la primera y segunda guerra mundial dotarán al existencialismo de una nueva fuerza dentro de las corrientes de pensamiento de la humanidad. Será, pues, en este contexto, en el que Sartre desarrollará el grueso de su obra filosófica y literaria.

Análisis de la frase
“El hombre está condenado a ser libre” es una afirmación filosófica que se construye a partir de una aparente contradicción retórica. Pensemos en la manera en que se relacionan e interactúan los conceptos de la libertad, que se asocia a la facultad para obrar y actuar de manera libre, y el de condena, que convoca la idea de prisión, de no-libertad, dentro de la cual, sin embargo, Sartre sitúa, en toda su dimensión, la voluntad del hombre.

Pero, ¿por qué Sartre expresa la idea de la libertad humana como una condena?

En primer lugar, es importante destacar que Sartre rechazaba la idea de que hubiera un ser superior que determinara el curso de la existencia. Lo cual implicaba que el ser humano era responsable de su existencia, de sus acciones y decisiones, y que, puesto que nada había que prefigurara o definiera su conducta, no estaba atado sino a sus elecciones.

Así, para Sartre el hombre era el responsable absoluto de sí mismo, y, en consecuencia, era el que se inventaba a sí mismo, definiendo, mediante su conducta, sus obras y sus actos, quién era y cuál era el sentido de su existencia.


De este modo, la libertad del hombre, que es parte de la esencia humana, tendría expresión en dos dimensiones: una objetiva, que significa que la libertad es igualmente vivida por todos, y otra subjetiva, según la cual cada quien vivirá de acuerdo a sus peculiaridades.

Oralidad

Al pensar en la oralidad es común relacionarla con el lenguaje hablado, con una manifestación vocal que se exterioriza fonéticamente. Sin embargo, el problema se agudiza si se piensa cuáles son las características socioculturales y sociolingüísticas en que se manifiesta el habla, es decir, al preguntar si un discurso, previamente elaborado por escrito, pertenece al dominio de la oralidad o de la escritura.

Habría, entonces, que responder: a ambos. Haciendo referencia a lo que se conoce como “lengua hablada escrita” o “lengua escrita hablada” según Benveniste. En las investigaciones propuestas por Claire Blanche-Benveniste, se parte por diferenciar lo específicamente oral de aquello que depende de alguna manera de la grafía.

De esta manera se habla de lo que Walter Ong definió como oralidad primaria y oralidad secundaría. La oralidad primaria hace referencias a pueblos en los que no existen sistemas de escritura.

Para investigadores como Havelock, Walter Ong, Benveniste, la oralidad es aquella manifestación fonética que se presenta de forma alejada a la escritura y sus investigaciones, que se desarrollan etnográficamente, describen los rasgos de este tipo de sistema de comunicación. Este grupo de trabajos investigativos, fue llamado la “gran división”.

Como ya se mencionó, la oralidad primaria se manifiesta en pueblos que no poseen grafía, y como tal, han desarrollado sistemas complejos de comunicación, que les ha permitido, incluso, crear una conciencia histórica.

Un ejemplo común son los poemas homéricos, La Odisea y La Iliada, los cuales pertenecen a la historia oral y que fueron transmitidos oralmente, para luego llegar a esta época por medio de la grafía.

Pero, lo que más inquietaba a los investigadores era: ¿cómo Homero había memorizado aquello? O saber si él realmente había existido. Finalmente, Milman Parry, filólogo estadunidense, descubrió algunos rasgos o fórmulas desde las que se manifestaba la oralidad.

Haciendo una lectura de Milman Parry y de lo propuesto por Havelock, Walter Ong propone un número de características que definen la oralidad. Algunas son:

1-.“Acumulativas antes que subordinadas. El discurso oral acude más a la pragmática que a la sintaxis y presenta mayores conectores de tipo acumulativo”.

2-. “Acumulativas antes que analíticas. El discurso oral opta por el uso de un bagaje formulario: términos, locuciones, epítetos. Estas expresiones formularías de las culturas orales se mantienen intactas y no se cuestionan, ni analizan”.

3-. “Redundante o copiosa. A diferencia de la escritura, el discurso oral utiliza la redundancia y la repetición para captar la atención del oyente”.

4-. “Conservadora y tradicionalista. El discurso oral reprime la experimentación intelectual porque sus usuarios dedican gran energía a repetir una y otra vez lo que se ha aprendido arduamente a través de los siglos”.

Por oralidad secundaría entendemos las prácticas orales que dependen de alguna manera del texto escrito: la lectura vocalizada de los poemas homéricos, que han llegado hasta nosotros a través de la grafía, son un ejemplo de esto.

Al igual que los ritos religiosos, cánticos y rezos. Para la “gran división”, la oralidad y la escritura se desarrollan de manera independiente y los estudios de oralidad secundaría se hacen desde el análisis de lo escrito.

Las investigaciones en este campo son aquellas sobre tradición oral, generalmente en el campo literario o litúrgico: las indagaciones sobre la autenticidad de los textos bíblicos o sobre el análisis del discurso religioso.


Los estudios filológicos, permiten, por ejemplo, a través de los textos, identificar algunos elementos sociolingüísticos o socioculturales de alguna época o pueblo determinado.

Calidad Humana

No se puede empezar a escribir sobre calidad sin tener en cuenta que los pilares donde se asienta la CALIDAD con mayúsculas son las personas. Sin éstas, la calidad no adquiere un significado real. 

Las cosas pueden TENER calidad (texturas, sabores, confort, etc.) los lugares pueden TENER calidad (amplios, acogedores, luminosos, etc.) y todo ello está bien. Pero solo  SER de Calidad si el factor humano interviene en ellas.

Cuando hablo de calidad humana me refiero a los valores que una persona debe poseer. Hablo  de respeto, de educación, de espíritu de sacrificio, de espíritu de servicio, de bondad, de amabilidad, de responsabilidad, dulzura, paciencia, compromiso, lealtad, cariño,  etc.

Si pensásemos en el prójimo como aquellas personas que directa o indirectamente reciben el impacto, sufren o gozan en mayor menor medida las consecuencias o repercusiones de nuestros actos, deberíamos ser más cautelosos y más humanos a la hora de realizarlos.

Básicamente todos necesitamos las mismas cosas: alimento para el cuerpo y alimento para el alma. Las necesitamos de forma distinta, es cierto, pero todo se reduce a eso. Y  en la forma en la que recibimos ambos alimentos se encuentra las mil y una diferencias que nos diferencian. Y es en la manera que damos ambos alimentos donde se muestra nuestra condición de humanos.

La Calidad Humana se muestra siempre al DAR y al RECIBIR. Todos somos actores y espectadores al mismo tiempo. 

De todo. Así pues todos hemos de mejorar.


jueves, 2 de mayo de 2019

Decide Tu Rumbo

Imagina que por un momento pudieras saltar a otro plano de la realidad y te sentaras a observar tu vida como un espectador.

¿Crees que te gustaría lo que ves?
¿Crees que te reconocerías y que estarías intrigado por saber cómo sigue tu historia?
¿O piensas que, si fuera una película, tu vida sería de las que apagas a mitad porque te quedas dormido?

Un día me hice estas mismas preguntas y no me gustó mi respuesta. Me encontré viviendo una vida gris, tomando decisiones con prioridades equivocadas y sin ninguna pasión en el día a día. Una vida que podría ser perfecta para otra persona, pero seguro que no podía estar hecha para mí. ¿Cómo podía haber llegado a este punto sin darme cuenta?

Mi yo real aún estaba dentro de mí, escondido en alguna parte, pero en el día a día casi no podía oírme a mí misma. Sabía que estaba haciendo un trabajo con el que no me identificaba y para acallar la voz que no paraba de repetirme que no estaba en el camino correcto, llené mi tiempo de actividades, de listas interminables de cosas pendientes, de personas y de ruido.

Estamos cansados de oír que hoy en día el mundo gira muy deprisa. Que el tiempo es un bien muy valioso y escaso y que estamos demasiado ocupados. Tanto, que la mayoría de las veces no podemos ni siquiera permitirnos parar a preguntarnos hacia dónde nos dirigen nuestros pasos. “– Lo siento – te respondes – no tengo tiempo para eso.”

¿No te parece que antes todo era más sencillo?

De pequeño tenías unos sueños concretos y sabías que para alcanzarlos tendrías que dar una serie de pasos: acabar el colegio, ir a la universidad, viajar… Sin embargo, en algún momento empezaste a dudar de esos sueños y decidiste que por el momento era mejor dejarlos a un lado y centrarte en algo más productivo. La vida es larga – pensaste – ya tendré tiempo más adelante.

Pero ya nunca te permitiste volver a pensar en lo que querías hacer con locura y, cuando lo hiciste, siempre fue de manera melancólica o hipotética. “- A mí me habría gustado ser guitarrero y fabricar las mejores guitarras clásicas del mundo, pero mis padres me hicieron ver que era más práctico que estudiara económicas.” Y dijiste adiós a las guitarras y empezaste a trabajar en un banco.

En algunos momentos de nuestra vida, llevados por algún estímulo que no suele salir de nosotros mismos, tomamos una decisión errónea que nos lleva a un sitio en el que realmente no queremos estar. Otras veces, el camino se complica sin que nos demos cuenta de qué ha pasado y cómo se han ido desarrollando los problemas. Y un día te das cuenta de que no te sientes satisfecho con tu vida y empiezas a pensar que necesitas un cambio. 

Pero el estrés, la rutina y el miedo a lo desconocido te paralizan y al final optas por no hacer nada y sigues recorriendo sin ilusión un camino que sabes que no te gusta y que te llevará a un sitio al que no te apetece especialmente ir.

Lo bueno de este mundo que avanza tan deprisa, es que también viene de serie con palanca de freno. Puedes bajarte en cualquier momento del tren con destino al mundo de otro y subirte en el que quieras. Nunca es demasiado tarde para intentar hacer realidad tus sueños y cambiar de rumbo, si te arriesgas, eres paciente y crees en ti mismo.


Nunca es demasiado tarde para ser la persona que podrías haber sido (George Eliot)

Las Frustraciones

Frustración: definimos el concepto y explicamos cómo evitar caer en sus garras.
Se oye mucho en el día a día, en los medios de comunicación. "El entrenador acabó frustrado al no poder remontar el partido", "Le invadió una fuerte sensación de frustración al no poder lograr ese puesto de trabajo", etc. 

Pero, ¿qué es exactamente la frustración y qué implicaciones tiene para nuestro éxito en el terreno laboral y personal?

El concepto de frustración se define como el sentimiento que se genera en un individuo cuando no puede satisfacer un deseo planteado. Ante este tipo de situaciones, la persona suele reaccionar a nivel emocional con expresiones de ira, de ansiedad o disforia, principalmente. 

Considerando como un aspecto inherente a la vida humana el hecho de asumir la imposibilidad de lograr todo aquello que uno desea y en el momento en que se anhela, el punto clave reside en la capacidad de gestionar y aceptar esta discrepancia entre lo ideal y lo real. 

Así, el origen de la problemática no se encuentra en las situaciones externas en sí mismas, sino en la forma en la que el individuo las afronta. Se entiende, desde esta perspectiva, que la frustración se compone tanto de una situación real ocurrida como de la vivencia a nivel emocional elaborada a partir de dicha situación.

La adecuada gestión de la frustración deviene una actitud y, como tal, esta puede trabajarse y desarrollarse;  la frustración es un estado transitorio y, por ende, reversible. De esta manera, una adecuada gestión de la frustración consiste en entrenar al individuo en la aceptación tanto del evento externo -lo que ha ocurrido- como del interno -la vivencia emocional de ello-.

La frustración puede categorizarse como una respuesta primaria o instintiva. Es una reacción que de forma natural muestra un estado emocionalmente desagradable cuando se da la ocurrencia de una interferencia ante la persecución de un objetivo propuesto. 

Este es el planteamiento que propusieron autores como Dollard, Miler, Mower y Sears en 1938, originando un nuevo campo de investigación sobre esta temática poco explorada anteriormente. La intensidad de la reacción de frustración puede variar sustancialmente, hasta el punto de propiciar afectaciones incluso a nivel cognoscitivo en situaciones de elevada gravedad, como por ejemplo, la aparición de alteraciones en la capacidad de memoria, atención o percepción.

A las personas que de forma usual reaccionan manifestando frustración se les atribuye una característica funcional llamada baja tolerancia a la frustración. Este estilo parece ser más prevalente en la sociedad actual occidental, donde la mayor parte de los fenómenos que la componen se basan en la inmediatez y la incapacidad de espera.


Los individuos que presentan este modo de hacer se caracterizan también por poseer un razonamiento rígido e inflexible, con escasa capacidad de adaptación a los cambios no programados. Por otra parte,  suelen disponer de una serie de cogniciones distorsionadas que no se adecuan a la realidad, debido a la cual interpretan como insoportable el deber lidiar con emociones más desagradables como el enfado o la tristeza y les conduce, por otra parte, a elaborar una serie de expectativas previas alejadas de lo racional, desmesuradas y extremamente exigentes.

Sincerarnos Desde Dentro


Quiero compartir con vosotros una frase que me ha acompañado a lo largo de mi vida y qué seguirá haciendolo durante mucho tiempo:

No somos responsables de quienes somos, pero sí de quienes seremos.

Hay momentos en la vida en lo que te paras a reflexionar sobre dónde estas y hacia dónde vas. Muchas personas empiezan a compadecerse de si mismos de todas las cosas que no hicieron en el pasado y que les ha llevado a la situación actual. ERROR. No se puede cambiar el pasado, no tenemos que enfocar nuestro futuro con ejemplos pasados porque sino cometeremos los mismos errores. Tu situación actual es tan mala como quieras verla, si quieres que sea peor, encontrarás la forma fácilmente. Y lo que es más sorprendente, si quieres que sea mejor también encontrarás la forma fácilmente. Aunque lo mismo te requiere algo más de esfuerzo.

El futuro es incierto, así que tampoco hay que fijarse objetivos a largo plazo y obsesionarse con cumplirlos. La vida cambia, nuestras metas también. Es mucho más importante centrarse en el presente y en uno mismo. El cambio empieza en uno mismo: desde el interior y desde el exterior. 

Si queremos mejorar (¿y quién no quiere mejorar?) tenemos que cambiar como somos por dentro y para conseguirlo tenemos que ser capaces de vernos desde fuera. La autocrítica es fácil cuando se hace de forma subjetiva valorando nuestros puntos fuertes o débiles, pero muy difícil hacerlo de forma objetiva, y es de esta última forma como realmente encontraremos los pasos que queremos dar.

Gracias a nuestra empatía somos capaces de situarnos ponernos en el lugar de otra persona. Esta es una habilidad que resulta de gran utilidad. Seguro que alguna vez has visto a algún jugador de futbol meter un gol, a alguna cantante famosa en un concierto o a Steve Jobs presentando y te has imaginado en su situación, siendo todo un triunfador en la vida. 

Seguramente también lo hayas hecho en situaciones más cotidianas, como en tu trabajo o en clase cuando felicitan a un compañero. Pero, ¿alguna vez te has puesto en el lugar de una persona a la que has encontrado un defecto? Todos tenemos virtudes y defectos, también es importante ponerse en lugar de las personas cuando se equivocan. 

Al igual que cuando nos posicionamos y empatizamos con las virtudes de otro encontrando los puntos de similitud, también podemos encontrar esos puntos de similitud en los defectos. Y sabiendo los puntos que tenemos que mejorar, es todo cuestión de ser introspectivos con nosotros mismos y cambiar nuestra actitud. Se necesitan 21 días para crear un nuevo hábito o cambiar uno ya existente. 

Así que recuerda, no eres responsable de quien eres hoy, pero si de quién serás en 3 semanas.


Peculiaridades

Día a día, maestros y profesores ven en sus salas a esos pupilos que, sentados en las últimas filas, se pasan toda la clase en silencio, abstraídos en un punto de la clase o bien garabateando en secreto en sus cuadernos.

No les complace contestar en voz alta las preguntas ni interaccionar en las lecciones. No marchan de esa forma. No obstante, los centros de educación, e inclusive las universidades, prosiguen valorando al alumno que participa.

Ese estereotipo que vincula extraversión de manera exitosa o bien eficiencia, prosigue muy arraigado en nuestras mentalidades y en nuestra sociedad.

Los expertos en sicología social, por servirnos de un ejemplo, nos señalan que en estas últimas décadas el perfil de la persona extravertida, atractiva mas al unísono egocéntrica y poco sensible a las necesidades extrañas.

Las personas mudas no son necesariamente tímidas. Son pausadas, tienen otro ritmo, otros tiempos y otras necesidades. Para ellas, el planeta, va en ocasiones demasiado veloz y no alcanzan a poder examinar tal como desean cada aspecto, cada detalle.

Pues cada matiz de su realidad debe pasar primero por el filtro de las emociones, y tal delicadez, tal minuciosidad lleva su labor, su lenguaje, su artesanía.

Las peculiaridades de la persona callada y retraída
Piensan ya antes de charlar. Son considerados en el momento de comunicar, saben oír, meditan y después responden.

No les complace la superficialidad. Su foco de interés navega en las profundidades de la realidad, son imaginativos, les agrada relacionar ideas, conceptos, son soñadores y acostumbran a charlar con ellos mismos todo el tiempo.

Las personas mudas acostumbran a caracterizarse por una buena autoconfianza. No se dejan llevar tampoco por creencias extrañas, tienen unos valores sólidos y unas ideas claras.

Prefieren redactar a comunicar. Se sienten más cómodos con la palabra escrita.

Para finalizar, como hemos señalado con previamente, la soledad es un cobijo común en la persona retraída.

No obstante, cabe apuntar que no la procuran como mecanismo de escapada, sino más bien como espacio para recobrar la energía y la claridad cuando el planeta les sobresatura con sus estímulos, sus voces y sus prisas.

Inteligencia Intrapersonal


Despuntar en materias como las matemáticas o el lenguaje es importante, pero puede no ser suficiente para alcanzar un desarrollo personal y profesional adecuado. Sin embargo, si esas habilidades se complementan con una buena inteligencia intrapersonal, que es la capacidad de conocerse a uno mismo y actuar en consecuencia, las posibilidades de tener éxito en el trabajo y encontrarse feliz y satisfecho en el plano personal se acrecientan.evolucionó en los años 80 y 90  el concepto de inteligencia, hasta entonces encorsetado por un enfoque básicamente academicista, con su teoría de las inteligencias múltiples

Anteriormente, se consideraba que el cociente intelectual estaba relacionado únicamente con su rendimiento académico, teniendo en cuenta básica y casi exclusivamente las habilidades matemáticas o del lenguaje.

Gardner abrió ampliamente el concepto de inteligencia, dando cabida a una serie de actitudes que, o bien no se tenían en cuenta al valorar la inteligencia de las personas o, como mucho, se consideraban talentos. Howard Gardner diferenció entre las siguientes clases del inteligencia: intrapersonal o interpersonal (capacidad de interactuar con otros), intrapersonal (vida emocional propia), espacial (visualización), lógico-matemática (inteligencia no verbal, relacionada con el cociente intelectual), musical, lingüística (para discernir y dialogar) y sintético-corporal (deportes, danza, movimientos reflejos).

La inteligencia es la capacidad para formarse un modelo ajustado y verídico de uno mismo y ser capaz de usarlo para desenvolverse en la vida. Este tipo de inteligencia está directamente relacionada, por lo tanto, con el conocimiento de la propia persona y la capacidad de tener una imagen individual precisa y objetiva. También implica tener conciencia de los estados de ánimo interiores, intenciones, motivaciones, temperamentos y deseos y capacidad para la autodisciplina, autocomprensión y autoestima.

La inteligencia intrapersonal es también la capacidad de ver con realismo y veracidad cómo somos y qué queremos, estableciendo prioridades y anhelos personales para de esta forma actuar en consecuencia. Las personas con este tipo de inteligencia no suelen engañarse con respecto a sus propios sentimientos y emociones y saben como respetarlos.

Las personas con inteligencia intrapersonal son capaces de analizar el por qué de sus pensamientos y actitudes, siendo capaces de corregir los comportamientos y acciones que no les convienen. También tienen más posibilidades de tomar elecciones acertadas a la hora de elegir qué estudios cursar o qué trabajos aceptar.

Para lograr el equilibrio emocional es fundamental conocer cómo satisfacer nuestras necesidades emocionales, lo que nos permite calmarnos ante situaciones estresantes y actuar con practicidad y eficacia, evitando que tengamos que tengamos reacciones desmedidas ante determinadas situaciones. Todo esto redunda en la consecución de un marcado bienestar emocional que influye positivamente en el resto de inteligencias, así como en el plano físico.

Ligada a la inteligencia intrapersonal encontramos otro tipo de inteligencia: la interpersonal, que es la capacidad de entender a otras personas, interactuar con ellos y entablar empatía. Las personas con este tipo de inteligencia son capaces de discernir y comprender qué le sucede a otra persona en un determinado contexto. Esto supone una gran ventaja, ya que puede actuar de manera apropiada en relación con los estados de ánimo, las conductas y los deseos de las personas que le rodean en el plano familiar, social y profesional.

Por lo general, quienes poseen inteligencia interpersonal son populares, tienen muchos amigos y tienden a mantener una buena relación con los compañeros de trabajo y con la gente que los rodea. Les resulta sencillo captar las necesidades ajenas y, por lo tanto, reaccionan en consecuencia. Tienen una gran facilidad para encontrar las palabras adecuadas y el comportamiento idóneo para lograr la empatía con su interlocutor, y al leer emociones en los demás pueden adoptar una actitud positiva, puesto que es necesario tener en cuenta lo que la otra persona siente o necesita para lograr una comunicación realmente efectiva.

Una de las claves de la empatía se encuentran en prestar mucha atención al lenguaje no verbal: tono de voz, expresiones de la cara, movimientos del cuerpo, gestos, accesos oculares, etc. En caso que las palabras y el lenguaje no verbal de una persona no concuerden, es conveniente centrarse en cómo se dice algo más que en las palabras que se utilizan para expresarlo.


La inteligencia intrapersonal sumado a la inteligencia interpersonal dan como resultado la inteligencia emocional, una habilidad muy importante para desarrollarse con normalidad, prosperar en el plano profesional y personal y alcanzar un alto grado de bienestar y satisfacción.