sábado, 6 de enero de 2018

Tú Decides


A veces pasamos más tiempo de nuestra vida imaginando cómo sería hacer algo que realmente haciéndolo. Somos capaces de imaginarnos tomando ese tren un día detrás de otro, años si hace falta, con tal de volver a ver a aquella chica que nos sonrió un día. Pero a la hora de la verdad acabamos desistiendo al darnos cuenta del esfuerzo que supone. Claro, imaginar es muy sencillo y pelear por lo que quieres no lo es tanto. Te supone esfuerzo, frustración y cansancio. Pero está en tu mano el perseguir tus sueños, está en ti el poder de decidir qué hacer mañana, qué hacer pasado o qué hacer dentro de cinco minutos.

Tú, y solo tú eres quien toma las decisiones en tu vida, tu propia vida, la que no has de vivir igual que lo haga otro. No debes dejar que la marea de la gente sin opinión propia te arrastre lejos de tu cauce. Por muy seguro y cómodo que sea nadar en aguas tranquilas, déjate llevar libre por los rápidos que te permitan vivir una vida diferente al guión que se hayan marcado los demás. Salta del tren y vuela en busca de la sonrisa de aquella chica de la que te enamoraste un día, en un vagón medio vacío y aún a sabiendas de lo tonto que a sus ojos parecerías allí sentado, mirándola embobado y sin saber qué decir.

Búscala el tiempo que haga falta, pues la vida es eso que pasa a tu alrededor mientras tú te imaginas a ti mismo sentado en un vagón de tren esperando volver a verla un día detrás de otro, es eso que pasa a tu lado mientras te dices “ya mañana empezaré”.

¡No seas idiota! ¿Qué cambia de hoy para mañana? ¡Ja! Me río, pues no por empezar mañana te irá mejor, al contrario, te irá peor pues siempre habrá alguien que haya empezado el día antes y que te llevará horas de ventaja en cualquier cosa que hagas. 

A esa persona le das igual tú y le da igual la gente que se amontona en aguas tranquilas. Esa persona salta por la cascada de una vida que es demasiado corta para dejarse llevar tranquilamente por el camino que sigan todos los demás.

Deja de soñar la vida que te gustaría llevar y empieza a vivirla. Está ahí, al alcance de tu propio esfuerzo. Si te caes, te levantas, miras hacia delante y sigues caminando hasta caer de nuevo. Y sonríes mientras te vuelves a levantar, consciente de que nada puede pararte si de verdad luchas por ello.


Dar Lo Mejor De Si


Todos nos preguntamos alguna vez si estamos dando lo mejor de nosotros mismos, ya sea en el trabajo, en la carrera que elegimos estudiar u otros aspectos personales. Para que analices si efectivamente estás utilizando tu máximo potencial, te acercamos 12 pistas para saber si lo estás dando todo.

1. Perseguir tus pasiones
Haz lo que deseas incluso si te trae problemas. La clave del éxito es ir por lo que quieres sin importar qué encuentres en el camino. Las personas que se rehúsan a perseguir sus pasiones tienen miedo de fallar, pero nunca lo lograrás sin intentarlo.

2. Encontrar nuevas chances
Tener una actitud proactiva en la búsqueda de oportunidades en lugar de esperar que vengan a ti, es el paso más importante hacia el éxito. Toma cada chance que se presente y transfórmala en una acción que expanda tus posibilidades.

3. Continuar intentando
Ser perseverante con tus deseos incluso si fallas intentándolo, es primordial para mejorar tu desempeño probando alternativas que no se te habían ocurrido hasta ahora. Cuando dejas de intentarlo es porque pierdes el interés en lograr un objetivo que inicialmente era fundamental para ti.

4. Aprender de los errores
Los errores hacen que estemos más atentos y evitemos cometerlos nuevamente. De modo que, si logras convertir tus desafíos en lecciones valiosas, entonces tu desempeño es correcto. Los errores son los mejores maestros.

5. Afrontar desafíos
Encontrar nuevos retos e intentar superarlos es un signo inequívoco de que estás dando lo mejor de ti. Las cosas fáciles no te entusiasman tanto como cuando enfrentas un desafío. Cuanto más grande es el desafío más oportunidades de crecimiento ves
6. Enfrenta tus miedos
Cuando superas un miedo te vuelves más fuerte, porque el miedo es un obstáculo para el progreso. Intenta sobreponerte a tus temores para que dejen de serlo y no te impidan perseguir una pasión o desempeñarte en un área determinada.

7. Confiar en ti
Todos tenemos una voz interna que sabotea nuestra confianza con pensamientos negativos para preservarnos de hacer algo nuevo y fracasar. Demuéstrate a ti mismo que puedes lidiar con los problemas porque eres una persona que cree en sus capacidades para enfrentarlos.

8. Dominar tus pensamientos
Dirigir tus pensamientos hacia ideas positivas que concluyan en acciones beneficiosas, es la mejor forma de influir sobre tu destino. Las decisiones que tomamos se convierten en acciones que tendrán consecuencias, así que procura tomar las indicadas guiándote con pensamientos positivos.

9. Ser libre de hacer lo que quieres
La importancia que le des a lo que dicen o piensen los demás afectará tu disposición para lograr objetivos o desarrollar actividades. Ten en cuenta las opiniones de tus allegados y personas que consideres relevantes en tu vida, pero no dejes que condicionen las decisiones que tomes.

10. Ayudar a la gente
Interesarte por otras personas y contribuir con ellas te permite estar a gusto contigo mismo. Pocas cosas dan tanta satisfacción como ayudar a los demás. Además, sentirte bien contigo te dará mayor fuerza de voluntad.

11. Preocuparse por tu salud
Estar todo lo saludable que puedes es fundamental para lograr un objetivo. No darás lo mejor de ti si sufres un problema de salud y no lo tratas. Aprecia tu buena condición física, ya que en parte, gracias a ella es que podrás cumplir tus deseos.

12. Actualizarse
Aprende constantemente, continúa desarrollándote, agrega valor a tu persona todos los días. Los cambios positivos configuran nuevas formas de pensar y nuevas opciones para explorar.




Cuando Es Preciso Cesar De Gatear


Estos son algunos de los consejos que propone el escritor, filósofo y psicólogo Bernabé Tierno en su última obra: ‘Si puedes volar por qué gatear’. ¿Cómo piensa y obra la persona esforzada y eficaz? A continuación presentamos algunas claves: 

1. Transforma los fracasos en experiencias valiosas, en estímulos, en escalones que le lleven antes al éxito. Aprende de todo y de todos, y es humilde. 

2. Es capaz de dar siempre, por más que le cueste, un paso más que los demás; se emplea más a fondo, no escatima tiempo ni esfuerzo y no se permite desmayos ni vacilaciones. 


3. Camina seguro y firme hacia su meta y no admite otra alternativa que seguir en pie y adelante y no se deja engañas jamás por los cantos de sirena de lo fácil y cómodo.

4. Puede ser pobre en casi todo, pero sin duda es multimillonario en entusiasmo, esfuerzo, tesón e ilusiones, empatía, alegría de vivir, confianza en sí mismo y en las buenas formas. 

5. Es realista y reconoce sus limitaciones y carencias, pero tiene muy claro que no hay nada imposible para todo aquel que es la voluntad personificada y tiene el coraje de poner su vida al servicio de una noble y gran idea / pasión, que dé pleno sentido a su existencia.

6. Sabe templar bien su ánimo, su espíritu y mantener la calma, especialmente cuando la situación es extremadamente difícil y todo parece perdido: no hay prueba más evidente de sabiduría que el hábito de la serenidad y el sosiego interior. 

7. Hace cada día, sin excepción, su siembra de acción eficaz; se concede el tiempo necesario, mantiene su propio ritmo de trabajo y no desespera si el éxito tarda en llegar. Mantiene un reto constante consigo mismo y sabe que solo es posible un esfuerzo eficaz mientras siga viva la alegría y la ilusión por vivir y no se pierda ni el buen humor, ni la tenacidad entusiasta. 

8. Jamás olvida que el primero y el mayor de todos los éxitos es triunfar sobre sí mismo, y en esta línea orienta sus esfuerzos en el quehacer diario. 

9. Tiene gran fe y confianza en sí mismo y en sus capacidades y no cesa en su empeño de superación por grave que sea la situación a la que se enfrenta cada día. 

10. Piensa como T. A. Edison, que decía: “Todo llega a quien se afana mientras espera”. No hay excelencia sin el suficiente sudor y sin un esfuerzo mantenido por una voluntad indomable. 

El Arte De Dialogar


Vivir en sociedad sin más, unos junto a otros, nos aporta las ventajas del grupo, de la manada: mejor protección y seguridad, más capacidad de adquirir alimentos y de asegurar la reproducción de la especie; en síntesis: mayor capacidad de supervivencia. Pero para que haya verdaderos factores culturales que provoquen un cambio profundo basado en el mejor aprovechamiento de las capacidades y recursos del grupo, en lo individual y, a la vez, en lo colectivo, es necesaria la “organización”: una sociedad organizada, estructurada, donde hay un sistema de valores que establece una jerarquía que va de la mano de un reparto de funciones, lo cual permite establecer unos objetivos diferentes, pero complementarios, a alcanzar por parte de cada grupo que compone la sociedad organizada; surge así la especialización y el compartir, base del desarrollo y progreso de la humanidad.

El lenguaje hablado es el gran factor determinante de la existencia de la sociedad organizada. Porque una cosa es el lenguaje de gestos, que nos sirve para cosas básicas y materiales, y otra muy diferente el habla, que nos permite expresar ideas, compartir experiencias y transmitir más conocimientos de una persona a otra y de una generación a la siguiente.

Nada sabemos de cuándo comenzó la humanidad a hablar, a utilizar la palabra como expresión de sus ideas, sueños e inquietudes, pero cada vez las fechas se nos pierden más en el pasado. Tras los descubrimientos antropológicos de Atapuerca, en Burgos, dirigidos por D. Juan Luis Arsuaga, se han encontrado restos fósiles de homínidos de 300.000 años de antigüedad cuyo oído es muy similar al nuestro, por lo cual el Sr. Arsuaga plantea la teoría de que dichos restos, hallados todos juntos, fueron reunidos de forma ritual; y si hay ideas religiosas con sus ritos, hay un lenguaje capaz de expresar conceptos metafísicos, como la vida y la muerte y la idea de la inmortalidad.

El lenguaje, al identificar las cosas y reconocer sus características, nos permite desarrollar tres aspectos fundamentales del ser humano: 1) conocer y comunicarnos con los demás y con el mundo circundante; 2) acercarnos a lo transcendente, al sentido íntimo y oculto de la vida, ya le llamemos Dios, Espíritu, Mente Universal, Fuerza, etc.; y 3) conocernos a nosotros mismos, identificando lo que nos sucede e incorporando la experiencia que extraemos de nuestra relación con los demás, con la naturaleza y lo sagrado.


Dios, Universo-Naturaleza y Hombre han sido y serán siempre los elementos sobre los que trabaja la filosofía atemporal o metafísica. Y lo hace a través del lenguaje adecuado, aquel que nos posibilita encontrar las palabras que nos permitan “crear lazos sólidos” que nos unan a nuestro ser interior y al ser interior de la personas y de la Naturaleza, visible e invisible. 

Ese “lazo” es el amor; quizás por ello, ya nos decían nuestras abuelas que “la lengua es un caudal sabiéndola manejar”.

Necedad E Ignorancia


 EFECTIVAMENTE, LA IGNARANCIA ES NATURAL Y COMÚN EN LA ESPECIE HUMANA, Y FORMA PARTE DEL INICIO DE CUALQUIER APRENDIZAJE. DE HECHO, POR MAS QUE APRENDAMOS Y CONOZCAMOS, SIEMPRE SEREMOS IGNORANTES EN MUCHAS FACETAS.

LO IMPORTANTE ES LA DISPOSICIÓN DE ESCUCHAR, VER, INVESTIGAR, CURIOSEAR Y APRENDER. EL NECIO, EN CAMBIO, NECESITA IMPONERSE Y QUE SE LE DÉ SIEMPRE LA RAZÓN.
LA IGNORANCIA ES TOLERABLE, NATURAL, SI SE QUIERE,  PERO LA TERQUEDAD ES FUENTE DE AISLAMIENTO, DE ATASCAMIENTO EN EL PASADO, CAUSA INCOMODIDAD EN LAS PERSONAS PROXIMAS, Y A LA LARGA EL NECIO PIERDE CREDIBILIDAD Y ATRACTIVO EN SUS DIALOGOS.

LA TERQUEDAD ESTÁ ASOCIADA CON ESE INTENSO DESEO DE IMPONERSE,  DE TENER LA RAZÓN, DE SOBRESALIR A COMO DE LUGAR,ASÍ SEA  DESCALIFICANDO LAS OPINIONES AJENAS.  OYE, PERO NO ESCUCHA.  ES DECIR, APARENTA QUE PRESTA ATENCIÓN, PERO NO ESTÁ PONIENDOSE EN TU LUGAR, SINO DEFENDIENDO SU VERSIÓN.  EL NECIO PERCIBE LAS VERSIONES AJENAS COMO QUE LE ESTÁN LLEVANDO LA CONTRARIA, A PROPOSITO, EN VEZ  DE ENFOCARLAS SIMPLEMENTE COMO ARGUMENTOS DIFERENTES, QUE IGUALMENTE MERECEN RESPETO.  EL NECIO CREE QUE SOLO HAY DOS POSICIONES: LA DE ÉL, Y LA DEL ATREVIDO QUE SE LE ENFRENTE. LO CUAL ES FALSO. PARADOJICAMENTE, EL NECIO PERCIBE A LOS DEMASA COMO NECIOS, PERO EL NO RECONOCE SU INFLEXIBILIDAD.

EL IGNORANTE, POR SU PARTE, PUEDE APRENDER MUCHO, PORQUE ESTÁ DISPUESTO A ESCUCHAR, A INDAGAR, A ANALIZAR, A REFLEXIONAR SOBRE OTRAS PISIBILIDADES. DE HECHO, ASI NACEMOS TODOS., SIENDO INGENUOS EN TODOS LOS ASPECTOS, PERO NOS DESARROLLAMOS Y AVANZAMOS EN DIFERENTES ÁREAS, PRECISAMENTE PORQUQE NOS CONVERTIMOS EN "ANTENAS RECEPTORAS"  QUE ANALIZAN LA INFORMACIÓN Y MENSAJES  CIRCUNDANTES. PERO EL NECIO TIENE DESACTIVADA ESA ANTENA. LA UNICA ANTENA QUE CUENTA ES AQUELLA POR DONDE EL TRANSMITE, MAS NO RECIBE, ES DECIR, SIEMPRE ESTÁ DISPUESTO A DECIR COMO TIENEN QUE SER LAS COSAS; PERO NO A A ACEPTAR MENSAJES DISTINTOS.  ELLO IMPLICARÍA UNA FALTA DE AUTORIDAD, UNA HERIDA EN SU AUTOESTIMA, BAJA CREDIBILIDAD Y PERDIDA DE PODER. TODO ESTÓ ESTÁ EN SU MENTE AUNQUE SEA IRREAL!!!

EN TALES CONDICIONES, ES PREFERIBLE NO ENGANCHARSE EN DISCUSIONES ESTERILES, PORQUE A FIN DE CUENTAS, LO IMPORTANTE ES HACER DEL DIALOGO UNA CONVERSACIÓN AMENA Y AGRADABLE, Y NO UN PLEITO ESTRESANTE. 

BASTA CON REPETAR LA OPINIÓN DE CUALQUIERA, SEA NECIO  O NO, PARA QUE CESEN LAS DISCUSIONES.  ¿POR QUE NO RESPETAR INCLUSIVE UN ENFOQUE ERRADO  DE LOS DEMÀS, SOBRE DETERMINADO TEMA?  ¿ES NECESARIO ESTAR EN LO CIERTO O TENER RAZÓN PARA SER RESPETADO? ACUERDENSE QUE RESPETAR, SIGNIFICA NO DESCALIFICAR, NO JUZGAR, NO OFENDER, NO QUERER CAMBIAR A LOS DEMAS. 



La Percepción Del Otro


La visión romántica sobre nuestros propios atributos, conocimientos, cualidades, imperfecciones, rara vez suele coincidir con la que los demás tienen de nosotros.

El ego, la autocompasión, la falta de objetividad sobre nuestras acciones,

distorsiona la realidad en determinados grados, dependiendo de la autoestima de cada uno de nosotros. Por otro lado y dependiendo del nivel de atracción química o empatía que tengamos hacia los demás, nos condicionará también en cómo les veremos o sintamos. Ni los unos ni los otros (receptor y emisor), tendrá un acierto del 100%, siempre nos dejaremos condicionar por lo que vemos, oímos, o pensamos, aunque esa información no esté completa (nunca lo está), y por eso ni uno mismo sabe cómo es en realidad, ni los demás aciertan en cómo es uno a la hora de definirnos o juzgarnos.

Hablamos alegremente en voz alta, de los fallos de quien creemos conocer, de sus capacidades, de sus taras, de sus logros, y lo hacemos sin pensar que esas palabras están condicionando a que quien las escuche, tienda a prejuzgar sin conocimiento de causa. 

Encasillamos a las personas, por cómo nosotros percibimos una parte de la información sobre ellas, o por cómo nos caen, sin pensar en que nuestras frivolidad al encajarles en un prototipo, puede causarles problemas, o malas interpretaciones. 

Por eso casi siempre nos equivocamos, y esos errores son los que van circulando de boca en boca de los que nos rodean, haciendo que un rumor, una interpretación de la vida de los demás, les condicione para siempre.

Prejuzgamos con tal alegría a los demás y a la vez estamos tan seguros de lo perfectos que somos nosotros mismos, que no nos damos cuenta de que la realidad es totalmente diferente. No solo eso sino que caemos en la trampa de pensar que los demás nos ven tan perfectos como nosotros mismos nos vemos, y cuando descubrimos que es todo lo contrario, nos extrañamos, y en bastantes ocasiones nos sentimos ofendidos e incomprendidos.

Saber y entender que ni somos los mejores ni los demás son los perdedores, es lo que más nos cuesta conseguir. Si conseguimos callar y pensar antes de hablar sobre los atributos o defectos de los demás, estaremos en el buen camino para aprender a respetar y conocer mejor a los que nos rodean.


viernes, 5 de enero de 2018

Inconformistas

Todas las personas, en algún momento de nuestra vida, hemos experimentado una sensación de insatisfacción por la cual hemos deseado que las cosas ocurrieran de otra manera. 

Esta sensación nos ha llevado a un estado pasajero de inconformismo, aún incluso cuando la forma en que se acabaron desarrollando los episodios no fue tan desafortunada. Sin embargo, en algunas personas, esta sensación es mantenida en el tiempo, llegando a un punto en que es generalizada a muchos ámbitos de su vida, generando una situación de inconformismo crónico. Y esto, ¿a qué se debe?

El inconformismo es una condición personal y subjetiva por la cual la persona siente que no se cumplen sus expectativas ante ciertos aspectos de su vida. 

En términos generales, podría decirse que es una situación que todas las personas hemos sufrido alguna vez y que, produciéndose en momentos puntuales, resulta beneficiosa y positiva, pues nos ayuda a superarnos, ser mejores cada vez y progresar en la búsqueda de nuestros valores y prioridades en la vida, en busca de la autorrealización y el crecimiento personal.

Sin embargo, en casos extremos, se puede experimentar la sensación de que la vida no es lo que uno esperaba, generándose un estado de insatisfacción crónica generalizada. Esta situación se acompaña de todo un conjunto de emociones displacenteras, fundamentalmente la tristeza, la ira o irritabilidad, la frustración e incluso el miedo. De ellas se derivan estados como desmotivación, apatía, desesperanza, ansiedad, etc. Todo esto genera fuertes sentimientos de malestar en el individuo.

Las personas inconformistas de manera constante suelen experimentar con frecuencia sentimientos de tristeza e indefensión que no son capaces de manejar. Además, todo esto suele ir acompañado de altos niveles de apatía y anhedonia (incapacidad para disfrutar de la vida o de aquellas actividades que para esa persona antes resultaban placenteras), todo lo cual, a su vez, lleva a la persona a realizar cada vez menos actividades y, por tanto, refuerza y aumenta sus niveles de insatisfacción con su vida.

Otra consecuencia derivada de la insatisfacción crónica tiene que ver con las relaciones sociales, y hace referencia a un nivel progresivo de aislamiento social por parte de la persona, por el cual ésta se va poco a poco distanciando de los demás o de las personas significativas de su entorno, quedando la persona sola y con la sensación de ser diferente de los demás.  


También los aspectos profesionales, académicos y laborales se ven afectados, ya que muchas de estas personas tienden a cambiar constantemente de trabajo, de estudios, etc., buscando a toda costa alguna opción que les satisfaga pero, desafortunadamente, obteniendo generalmente poco éxito en dicha búsqueda.

Miopía Intelectual


La miopía es una enfermedad moderna. Es un mal que se desarrolla por mirar de cerca; por no forzar la vista para observar más allá en el espacio y el paisaje, algo muy parecido a cómo se desarrolla la miopía intelectual.

Mencionamos como se recortan derechos en aras a la religión y como sin pudor alguno se justifican medidas y ordenanzas medievales. Pues aunque a muchos les parezca mentira por esa miopía intelectual a la que me refería, Israel en cuestiones de carácter social está retrocediendo en libertades y derechos.

Un retroceso, hablemos hoy de eso, que estoy seguro sorprendería a los fundadores del estado judío por la influencia de la religión en la política y por el uso y abuso que de la religión hacen los políticos cuando les viene en gana.

No entiendo la permisividad del estado y sus poderes con personajes como el judío ultra ortodoxo que lanzó gas lacrimógeno a una mujer que andaba por una acera, sólo para hombres, del barrio de Mea Shearim. Claro que también hay que hacer esfuerzos para tratar con normalidad el asunto de la separación de sexos en los autobuses públicos.

Algo más de un año y medio ha tardado el Ministerio de Transportes en disponer de un informe que afirma que cada uno puede sentarse en el asiento que le plazca en el transporte público. 

Los Haredíes -creyentes en dios- ven como una ofensa el que no estén separados hombres y mujeres en los autobuses o que al paso de uno de éstos por las zonas ultra ortodoxas ellas no se desplacen a la parte trasera del transporte.

Este tema, que como ya hemos contado ha supuesto agresiones y vejaciones a mujeres, no es más que otro episodio de la expansión fanático/religiosa que vive el país y que a pocos parece interesar el poner coto.

Con las Patrullas de la Moralidad ampliando su campo de acción desde Mea Shearim a otros barrios no religiosos de Jerusalén -esta semana atacaron a un joven del que decían tenía pornografía en su casa- al gobierno de Benjamín Netanyaju le ha salido un grano de desobediencia y ha sido, precisamente, por la influencia de la religión en la política. 

Grupos de soldados han protestado por ser enviados a desmantelar asentamientos ilegales.

Y es que, piano piano, se ganan metros y se conquista territorio. Un ejemplo más de la presión religiosa puede ser la campaña de la conocida cadena israelí de ropa joven FOX quién ha decidido retirar una campaña de publicidad por la amenaza ultra. La campaña en cuestión presenta a la modelo israelí, Bar Rafaelli, tumbada en una cama, vestida sólo con pantalones vaqueros y cubriéndose el pecho con un edredón.

Esto ha hecho que al rabino, Mordejai Bloi, líder del grupo ultra-ortodoxo Guardianes de la Santidad y la Educación, se le salten los colores y amenace con iniciar un boicot a los productos de la cadena. Para no calentar más la cosa, Fox, ha decidido retirar las fotos de una modelo que desata tantas críticas como alabanzas en Israel. 

Baste con recordar la negativa de Rafaelli a cumplir con el servicio militar en un país al que solo le falta la fiesta de Los Quintos para rendir más pleitesía a su ejército.

Que la población religiosa puede convertirse en un problema de gran calado en Israel es un hecho a medio y largo plazo. Su proyección aumenta y su influencia en lo político está en alza aun a pesar de que algunas encuestas aseguran todo lo contrario.

Separar poderes, como puede comprobarse por estos lares, no está de moda y si entre los judíos es un hecho manifiesto aún quedan aspectos que me demuestran que puedo estar equivocado o todo lo contrario. Los contrasentidos son los que a veces nos dan vida o los que nos enseñan que aún quedan esperanzas. 

Digo esto por una historia que he leído en un periódico israelí y que tiene que ver con un colono judío ultra ortodoxo en Cisjordania y un joven gay palestino.

El muchacho escapó de su pueblo en Cisjordania tras muchas amenazas de muerte por su homosexualidad y se estableció fuera de los territorios con su pareja israelí con la que vive hace diez años. Precisamente por esas amenazas, las visitas a su familia tienen que realizarse a varios kilómetros de su aldea. 

En una de estas para ver a su padre enfermo y al intentar regresar a territorio israelí le retienen la documentación en un control policial. Por seguridad de Israel le dicen que no puede volver a su casa. Reclama y le extravían sus papeles. El peligro para su vida aumenta y aquí se produce lo sorprendente. La ayuda viene de quien menos se espera. Un ultra ortodoxo judío que vive en un asentamiento en Cisjordania junto a su aldea le asila aun a pesar de que también se expone a un enfrentamiento muy grave con su comunidad por su condición de palestino y por la orientación sexual del joven.

Será verdad eso de que “quién salva una vida salva a la humanidad”.


Impresiones Intelectuales



La inteligencia se construye adquiriendo información y conocimiento a partir de fuentes externas como escuelas, profesores, libros de texto y Gurus. La inteligencia nos ayuda a adquirir conocimiento.

El intelecto se desarrolla a través del esfuerzo individual al ejercitar la facultad de preguntar, pensar y razonar – sin aceptar nada que no nos resulte lógico o razonable.

A través del descubrimiento espiritual desarrollamos el intelecto para atraer los poderes de discriminación lo que se traduce en una mayor funcionalidad.
Es decir, podemos adquirir conocimiento pero esto no significa que éste juegue a nuestro favor. El conocimiento adquirido no es útil sin el intelecto.

Necesitamos llevar al intelecto al siguiente nivel; y a través del descubrimiento, y de atraer esas energías sutiles tan poderosas que residen en nuestro interior, nuestras facultades de discriminación se vuelven intuitivas.

La verdadera intuición reside más allá del intelecto pero usa nuestras emociones  para volverse tangible.

Cuando el conocimiento adquirido es completamente asimilado, se convierte en sabiduría. Hay una gran distancia entre el entendimiento intelectual y la sabiduría. 

El conducto que conecta ambos es la meditación. ¡Así que medita!



Igualdad De Oportunidades



La igualdad de oportunidades es un principio basado en la idea de que una sociedad justa sólo puede lograrse si cualquier persona tienen las mismas posibilidades de acceder a unos mínimos niveles de bienestar social y sus derechos no son inferiores a los de otros grupos. Para ello, se establecen mecanismos que prohíben la discriminación por motivos de raza, sexo, etnia, edad, religión o identidad sexual.

Para medir hasta qué punto la igualdad de oportunidades es un valor presente en la sociedad, se estudian diferentes indicadores, que pueden ofrecer una visión aproximada de la cercanía de ésta a dicho principio. Entre estos indicadores se encuentran la permeabilidad social (hasta qué punto la procedencia social de los progenitores determina la pertenencia a un estrato) o la comparación de las retribuciones económicas entre ambos sexos para tareas similares.

Aunque la igualdad de oportunidades parece, en la teoría, un principio universalmente aceptado como justo, hay un intenso debate en torno a su aplicación práctica. La razón para este debate se centra en la realidad de que las personas nacen y crecen en entornos y grupos sociales distintos, algunos de los cuales gozan de mejor situación que otros.

Partiendo de esta situación, no existe una igualdad de oportunidades real entre los grupos más favorecidos y los menos, ya que los primeros, por su situación económica y social podrán acceder a oportunidades que a los otros permanecerán vedadas.

Sin embargo, el principal punto de debate surge del hecho de que, para que ambos tengan las mismas oportunidades, uno habría de renunciar a parte de sus privilegios para dárselos a otro, lo cual es intrínsecamente injusto, ya que la existencia de un grupo desfavorecido no es consecuencia directa de que exista otro con una situación previa más favorable.

Esto crearía una situación en la que se favorece a un grupo a costa de perjudicar a otro que no tiene responsabilidad alguna en la existencia de esa desventaja.

Así pues, vista la dificultad de una aplicación de la igualdad de oportunidades a nivel práctico en muchos campos, hay quien aboga por la maximización de oportunidades o la erradicación de la discriminación como fórmulas más cercanas a este concepto.

La primera se centra en impulsar y potenciar sistemas que permitan que incluso los grupos menos favorecidos dispongan de herramientas que les permitan igualar las oportunidades de los más favorecidos, mientras en el segundo caso, el foco se pone en anular todas aquellas desventajas existentes en la sociedad como consecuencia de creencias fuertemente implantadas.


Intermitencias De La Muerte


Muchas veces, cuando nos juntamos con amigos, solemos hablar sobre cuestiones banales con la misma seriedad y concentración con la que un cirujano utiliza el bisturí. Entonces nos preguntamos cosas como: ¿Qué pasaría si el hombre pudiera volar? ¿Y si hubiera vida en Marte? ¿Qué nació primero, el huevo  o la gallina? Luego nos levantamos, nos saludamos, y cada uno se va a dormir, sin considerar la posibilidad de escribir libros basándose en esas alocadas y trilladas preguntas.

A no ser que poseamos la capacidad narrativa, reflexiva e imaginativa de José Saramago, ese inolvidable Nobel que nos abandonó físicamente el año pasado y que en sus perfectas obras literarias suele desmenuzar temas contrarios a los acontecimientos cotidianos.

Es lo que ocurre con Las intermitencias de la muerte: la novela, ambientada en un país que no se menciona, desarrolla la historia de cómo a partir de la medianoche del uno de enero la muerte deja de matar.

La gran mayoría, entre los que se encontrarían esos amigos que se juntan a tomar cervezas y a pensar banalidades, festejarían ante un acontecimiento tan maravilloso. Es lo que hacen los habitantes de este libro. Aunque solo al comienzo…

Porque a las primeras reacciones de euforia ante “la huelga de la muerte” le siguen las inimaginables consecuencias de este inusual fenómeno; ya que si bien es verdad que la muerte dejó de matar, también es real que el tiempo continúa avanzando. El futuro se avizora entonces incontrolable, con una población en constante envejecimiento y crecimiento y una estructura incapaz de hacer frente a las consecuencias.

Es que ya lo decía alguien por ahí: todo extremo es malo, para bien o para mal. Y este “Las intermitencias de la muerte , que bien podría llamarse “Ensayo sobre la inmortalidad”, viene a confirmar esa afirmación.

A lo largo de quince capítulos, el escritor portugués nos regocija con el estilo particular de sus libros, ese que contiene ironía y reflexión constante como principales características. Los diálogos entre los personajes (incluidos dentro de la narración, evitando las tradicionales formas de escritura de diálogos) poseen una gran profundidad y dejan al descubierto la condición humana en todo su esplendor; altamente recomendable es la acalorada discusión entre el Primer Ministro y el Cardenal acerca de la ausencia de la muerte, que además de ser ácida, mordaz y divertida, nos presenta de forma clara y contundente la reconocida postura crítica del escritor acerca de la iglesia y la política.

Página tras página veremos (porque cuando uno lee los libros de Saramago no solo lee, sino que además ve) a la iglesia intentando evitar que su discurso sobre la resurrección quede obsoleto, a los encargados de los asilos y los hospitales desesperados ante el colapso de sus instalaciones, a los vendedores de seguros buscando qué asegurar, ahora que la vida no corre peligro de muerte, y a los políticos buscando explicar lo inexplicable, con sus gastadas técnicas dialécticas. 

Allí aparece la “imaginación” ante la crisis, con situaciones tragicómicas e inolvidables que dejan en clara evidencia los recursos (salvajes) de los diversos sectores para no perder el negocio; claro ejemplo es el fragmento en el que las empresas funerarias proponen al gobierno declarar obligatorio el entierro de los animales, especie que es ajena a esta “no muerte”.

Se crea, de este modo, un debate acerca de la pluralidad de la muerte: ¿Cuántos tipos hay? ¿Una para todo el mundo? ¿Varias? ¿O una muerte para los humanos, otra para los animales y otra Muerte (con mayúscula) que acabaría con todo lo que existe en la galaxia? Allí aparece Saramago, una vez más, con su amplio repertorio de conocimientos en búsqueda de respuestas satisfactorias.

Estructuralmente hablando, la novela se divide claramente en dos etapas; la primera, la ya mencionada descripción general de la ausencia de muerte, y la segunda, particular, con la aparición de un solitario violonchelista que le da un giro a la historia, agradable personaje que acapara la atención de la muerte debido a la imposibilidad de matarlo, ya que cuando le envía la carta violeta (desopilante recurso informativo que la muerte dispone emplear luego de tantos años de matar sin previo aviso) ésta siempre vuelve rechazada.

Y antes de que nos demos cuenta, así como quien no quiere la cosa, nos encontramos absolutamente rodeados por la pasión, ese sentimiento universal que aparece como un punto determinante de la historia, lo que sumado a los brillantes análisis, razonamientos y reflexiones de Saramago, nos hace pensar (y mucho) acerca de la delgada línea que separa lo finito de lo infinito y nos convence plenamente de que el amor es lo contrario de la muerte.

Les dejo a ustedes el placer de leer esta maravillosa novela de la que, para ser objetivo, marcaré un punto negativo: es demasiado corta y nos deja con ganas de más. Como la vida.


Luces Difusas


Soledad
Rosalí­a Estela Salas



                
Qué noche obscura
del ser que ya no vive.

Es un cuerpo que vegeta,
es un sol que no da luz.

Infeliz alma en un mero
cascarón en soledad.

Vivir de a ratos
con sonrisas sin memoria.

Tristeza infinita
de ánimo inmutable.

Tristeza profunda
de días sin fin.

Quietud permanente
de errantes vivencias.

Peregrino de los tiempos.
Memorias sin fundamento.

Difusas luces
que se mueven y confunden.

Desprecio a las miradas
que observa indiferente.

Desprecio a la ternura.

Desprecio a los dolores,
a los colores, al perfume,
al verde de los prados.

Luces sin luces,
de colores sin colores,
sin olfato, sin tiempo
transcurrido en penumbras
de inquietante cinéreo.

El Correlato



Muchas de las emociones están por encima de las culturas: son universales. La esperanza, el miedo, el abandono, la alegría, el enamoramiento, la muerte son comunes al ser humano. La literatura no es más que el reflejo artístico de dichos sentimientos. Contar es emocionar.

¿Cómo podemos, entonces, narrar la reacción emocional de un personaje sin nombrarla de manera explícita; cómo enunciar que nuestro protagonista está triste, o se siente desamparado, sin pronunciar estas dos palabras?

Existe un recurso retórico denominado “correlato objetivo”. Es la sucesión de imágenes simbólicas, encadenadas una tras otra, que, en su conjunto, evocan un sentimiento. Dicha emoción, si bien se la ha callado el narrador por motivos artísticos, es reconocida por parte del lector. La construcción de esta técnica literaria se da por acumulación y relación, como si tirásemos tres piedras a un estanque hasta que las tres ondas confluyeran en el agua.

Tomemos un ejemplo en que queramos describir el dolor de una viuda en el entierro de su marido. Sumaremos primero objetos: paraguas negros, una alianza, lápidas, cipreses, estatuas funerarias… Incorporemos una atmósfera o escenario: un cielo gris que se oscurece aún más, nubarrones, lluvia, viento entre los cipreses… Añadamos acciones hasta recrear una escena: la viuda se quita la alianza, se seca las lágrimas, se oyen sollozos a su espalda, pero se aleja del cortejo fúnebre.

Entonces acumularemos nuevos objetos o imágenes simbólicas en otro episodio (o conjunto de escenas) que marque un cambio en el personaje. La viuda abandona sobre una lápida su abrigo negro, el cielo se despeja, sale el sol y el rocío se seca en los rosales de los jardines, hasta que se abren los pétalos de una rosa. Y, así, podríamos continuar con la narración.

Como vemos, el correlato objetivo es la descripción de objetos elegidos adecuadamente o la combinación de imágenes que, narradas de manera secuencial, se combinan hasta lograr una emoción universal en el lector. Así, la suma es superior a las partes y se amplía con nuevas secuencias correlativas hasta crear otras emociones.

El arte de transitar de un sentimiento a otro crea un tejido emocional que se expande de manera concéntrica y que nos puede servir de trama en nuestros argumentos:
dolor + tristeza + resignación + alejamiento + esperanza + vida.
La génesis del correlato objetivo data de 1840, cuando el pintor estadounidense Washington Aliston lo enunció como concepto artístico. Aunque este recurso retórico lo amplió al campo de la literatura en 1919 el escritor, poeta y ensayista Thomas Stearns Eliot (1888-1965), dentro de su ensayo Hamlet y sus problemas, incluido en su libro Criticar al Crítico.

“La única manera de expresar la emoción en forma de arte es encontrando un correlato objetivo; dicho de otro modo, un grupo de objetos, una situación, una cadena de acontecimientos que habrán de ser la fórmula de esa emoción concreta; de modo que cuando los hechos externos, que deben terminar en una experiencia sensorial, se den, se evoque inmediatamente la emoción”, escribía en dicho ensayo Eliott.

Como vemos, la elección de lo externo (objetos, atmósfera, escena, episodios) se crea a través de una combinación de elementos que teje una red emocional que, pese a ser simbólica, la detecta el lector avezado como un conjunto sensorial.

En el artículo "Hamlet y sus problemas", Eliot lo explica de esta forma:


“La única manera de expresar la emoción en forma de arte es encontrando un "correlato objetivo"; dicho de otro modo, un grupo de objetos, una situación, una cadena de acontecimientos que habrán de ser la fórmula de esa emoción concreta; de modo que cuando los hechos externos, que deben terminar en una experiencia sensorial, se den, se evoque inmediatamente la emoción”


jueves, 4 de enero de 2018

El Sentido De La Vida


Un antiguo proverbio africano reza: “Si quieres ir rápido, camina solo. Si quieres ir lejos, camina con otros”. Fuimos creados para vivir en relación con otros, para amar, reír, y vivir juntos. Sin embargo, hay momentos en el camino de la vida que puede ser extremadamente solitario, especialmente, si le dimos nuestro corazón a otra persona y ella lo maltrató o ignoró.

Cuando estamos heridos anhelamos que alguien se lleve nuestro dolor, suavice las heridas y nos brinde esperanza. A menudo, esos anhelos no son satisfechos. En nuestro intento por encontrar el amor, nos entregamos a otros una y otra vez, solo para resultar más lastimados en cada ocasión.

Todo el mundo se pregunta por el sentido de la existencia. Posiblemente es la cuestión que conduce a más preguntas cada vez que pensamos tener una respuesta o idea sobre ella. Muchos dicen que esta interrogación no tiene lógica en cuanto que la vida carece de fin último. Sin embargo, para llegar a sostener con consistencia y rigor que la vida carece de significado o de sentido teleológico se requiere, previamente, haberse preguntado sobre el sentido de la vida.

De este modo, convenimos que en el hombre se halla de modo innato la cuestión sobre la existencia. Entonces, cabe una cuestión: ¿por qué el hombre se pregunta sobre la existencia?, ¿puede ser que en el hombre se halle presente de algún modo el sentido trascendente como elemento característico de su esencia metafísica? Ciertamente estas cuestiones carecerían de sentido y de significado lógico si la vida en sí no tuviera sentido, pero si los hombres, por su naturaleza racional, se interrogan sobre el sentido de su vida, ¿es posible afirmar tajantemente que no hay sentido alguno sobre la existencia? ¿Por qué si no hay sentido el hombre se pregunta por el sentido? ¿Si el hombre no es obra de Dios por qué no actúa como el resto de los seres sin interrogarse sobre él mismo y sobre la realidad? ¿Qué es lo que nos mueve a preguntarnos? Ciertamente aquello que nos mueve no es ‘nada’ intrínseco a nosotros.

La negación de la existencia de un fin último jamás responde a ningún ejercicio de rigor científico o filosófico. Quienes se consideran ateos reaccionan frente a la consideración de un sentido teleológico de la vida construyendo un tabique entre ellos y dicha cuestión, aunque tal postura se revista de contenido científico o filosófico. La afirmación ‘no hay sentido’ es una continua suspensión frente a la duda real sobre el sentido, pues el hombre jamás puede dejar ni deja de cuestionarse sobre él y el mundo.

Una de estas posturas ‘tabique’ es el pensamiento hedonista, para el cual no importa la cuestión sobre la existencia y la vida tras la muerte. Epicuro señala cuatro causas de infelicidad en el ser humano, a las que propone cuatro respectivos remedios treta fármacos: el temor al destino – el remedio es el conocimiento de que todo fenómeno es explicable en función de los átomos y que hay que aceptar estas leyes de manera racional y serena –, el temor a los dioses – que se resuelve considerando que éstos también están compuestos de átomos negándose así cualquier providencia –, el temor a la muerte – tanto el cuerpo como el alma se hallan compuestos de átomos y la muerte destruye a ambos, por lo que no hay nada después de la vida –, y el temor al dolor – el remedio es el placer como fuente de felicidad, como el hombre es un ser racional el placer debe ser de carácter intelectual y debe estar iluminado por la prudencia (frónesis): aceptar el placer presente, rechazarlo si la inteligencia considera que causará dolor, rehuir el dolor presente y aceptar el dolor presente y conducirá a un placer futuro superior –.

Ciertamente los ateos no responden a la cuestión sobre la existencia, sino que su afirmación es una postura contra la búsqueda de sentido. El ateísmo es una actitud que acepta el pensamiento epicúreo – y que se refleja muy bien en el filme enlazado –: cuando yo soy la muerte no está presente, cuando la muerte esté presente yo ya no seré. Por tanto no tiene sentido alguno preguntarse por la existencia después de la muerte. Ciertamente, esta actitud puede agradar a muchos o a pocos, pero sinceramente carece de valor lógico pues sólo es un ‘tabique’ – sólo es la búsqueda de un sentido dentro de la dificultad que entraña la cuestión del sentido – pues la cuestión sobre el sentido sigue en el aire.       


Los Golpes De La Vida


En el recorrido por el mundo y la vida se van teniendo una diversidad de experiencias, algunas son positivas, mientras que otras son negativas y cuando se experimenta bastante dolor, normalmente se le llama “un golpe de la vida”
Son todo tipo de experiencias que generan descontento, frustración, enojo, dolor y sufrimiento, las cuales pueden tener secuelas emocionales que llevan un tiempo en sanarse.

Al igual que un recibir un golpe físico causa dolor, también existe el dolor emocional por diversos motivos y la persona debe aprender a superar esos malos episodios.

¿Por qué ocurren los golpes en la vida?

Si un evento negativo tiene lugar, es normal que las personas se pregunten ¿por qué a mí?, ¿acaso tengo mala suerte?, etc. 

Aunque detrás de los golpes de la vida, existen diversas causas como las que se mencionan a continuación:
Por el descuido de las acciones y decisiones:

Si una persona tiene un accidente serio en su trabajo por un acto inseguro, después de haber recibido una capacitación intensa ¿podrá buscar otros culpables? Claro que no, debe aceptar que ese “golpe de la vida” fue la consecuencia de su descuido. Lastimosamente algunas personas caen en una especie de “masoquismo”, porque no aprenden de las malas experiencias y continúan insistiendo en el dolor.

Es el medio para propiciar un cambio importante que en primera instancia no se comprende:
Si una persona rompe una relación, la despiden de su trabajo o fracasa en un proyecto. Todas estas situaciones encierran enormes oportunidades. Está el caso de Steve Jobs que fue despedido de su propia compañía, en primera instancia se sentía devastado. Gracias a eso fundó otras empresas y fue ahí donde su creatividad alcanzó un punto muy alto para de nuevo volver a Apple. Los golpes de la vida sirven para mostrar un camino mejor, depende de cada persona aprender a encontrar el punto positivo.

Es una forma de encontrar el camino correcto, cuando los consejos no dan resultados:
Una persona que no desea cambiar, se puede dialogar con ella miles de horas y no se tendrá un efecto positivo. En estos casos el poder subconsciente detecta que no hay respuesta positiva, así que envía una prueba dura para que esta persona entre en razón. 

Una considerable cantidad de gente ha reflexionado seriamente el rumbo de su vida y propiciado un cambio, después que se recibió un golpe. Aunque no es necesario ser víctima del sufrimiento para renovar la vida.


El Exceso De Amor Propio


Quererse a uno mismo es necesario para tener una elevada autoestima; sin embargo, el exceso de amor propio puede llevar a desarrollar ciertos problemas psicológicos como es el caso del narcisismo, un desorden de la personalidad que hace a quien lo padece sobreestimar sus habilidades y tener la necesidad excesiva de admiración y afirmación.

Los psicólogos explican que el narcisista se cree enormemente importante, considerándose por encima de cualquier persona, incluida su pareja o sus amistades. Ellos señalan que el trastorno de personalidad narcisista generalmente comienza a principios de la edad adulta.

El narcisista se caracteriza por no aceptar las críticas, utiliza a otros para lograr sus propias metas, es prepotente, exagera sus logros y talentos, tiene un interés obsesivo en sí mismo, requiere atención y admiración constantes, descuida los sentimientos de otros y persigue metas egoístas.

La autoestima y el amor propio son importantes para desarrollar una personalidad equilibrada, pero cuando ese cariño a sí mismo es exagerado estamos frente a un egocéntrico. 

Desde el punto de vista psicológico, se trata de alguien que se considera el centro de atención de los demás, está totalmente convencido de que siempre tiene la razón y por ello todos deben considerarlo de la misma forma.

Los psicólogos indican que la diferencia entre egocentrismo y amor propio es que este último es necesario porque es la expresión del respeto por uno y la lucha por sentirse bien; en cambio, el egocéntrico utiliza a los demás para su propio beneficio, los ve como objetos y no como seres con sentimientos.

Una persona egocéntrica siempre tendrá problemas en su entorno laboral, pues se niega a aceptar las opiniones de otros y a aquellos que de alguna manera intentan hacerle ver su equivocación los califica de envidiosos. Además, su excesiva vanidad lo vuelve un ser superficial que no acepta consejos ni críticas.

Este problema se trata con terapia conductual de grupo, donde el paciente aprende a reconocer los problemas de otros y colabora en su solución.


Diversidad Social



Dentro de una sociedad, las personas tienen formas particulares de vivir y expresarse, tienen gustos, ideologías y costumbres diferentes y pertenecen a uno o más grupos. La pluralidad se refiere a la existencia de esa variedad de características y factores dentro del grupo social. La diversidad, por su parte, hace referencia a las diferencias entre las personas en cuanto a su etnia, orientación sexual, raza, origen, lengua, religión, opinión y género, entre otros aspectos de la identidad de cada persona. 

La existencia de pluralidad y diversidad favorece la convivencia, aunque en ocasiones, estas diferencias en vez de ser tomadas como oportunidades para enriquecer nuestras relaciones interpersonales, son motivo de disgusto, intolerancia, conflicto, violencia y, en los casos más extremos, son motivo de grandes violaciones a los derechos humanos.

Enseñarles a los niños, niñas y adolescentes a reconocer su identidad y las diferencias que existen con respecto a la de los demás, previene que a futuro desarrollen prejuicios y discriminen a otras personas. 

La construcción de paz requiere la garantía de los derechos fundamentales de las personas en un contexto que valore la tolerancia y el respeto por la pluralidad y la diversidad.

En general, el contexto y las condiciones en las que cada ser humano crece y se desarrolla van a ser determinantes en las escogencias, comportamientos y creencias que van a guiar sus acciones y decisiones a lo largo de su vida. De manera particular, contextos de violencia y conflicto armado como el que ha vivido Colombia por décadas pueden profundizar esas variaciones entre individuos que hayan vivido realidades diferentes. 

Por ejemplo, quien ha vivido en una ciudad puede haber enfrentado problemas como la violencia urbana, la inseguridad asociada a bandas criminales o grupos involucrados en el negocio del microtráfico de drogas. 

Quien ha vivido en una zona expuesta constantemente al conflicto armado, probablemente ha enfrentado situaciones como la violencia hacia la población civil, el enfrentamiento de grupos armados opuestos o el reclutamiento forzoso. 

Estas dos personas seguramente tendrán creencias, pensamientos y formas de vivir diferentes que podrán llevarlos a tomar decisiones o posiciones divergentes.

Uno de los retos en la construcción de paz consiste precisamente en hacer que personas como las que acabamos de describir logren convivir en armonía, canalizando los conflictos para solucionarlos de manera no violenta y aceptando las diferencias de los otros en una cultura de diálogo y respeto. Asimismo, que los agentes educativos inculquen ese respeto a los niños, niñas y adolescentes que tienen a cargo para promover, en espacios educativos y familiares, comportamientos incluyentes y tolerantes con quienes no piensan o creen lo mismo que ellos. 

El escenario ideal es que ese respeto se extienda a todas las formas de identidad de una persona, ya sea su etnia, la religión que practica, su orientación sexual, sus características físicas, gustos o sus costumbres, entre otros aspectos.