Qué noche
obscura
del ser que ya no vive.
Es un cuerpo que vegeta,
es un sol que no da luz.
Infeliz alma en un mero
cascarón en soledad.
Vivir de a
ratos
con sonrisas sin memoria.
Tristeza infinita
de ánimo inmutable.
Tristeza profunda
de días sin fin.
Quietud
permanente
de errantes vivencias.
Peregrino de los tiempos.
Memorias sin fundamento.
Difusas luces
que se mueven y confunden.
Desprecio a las
miradas
que observa indiferente.
Desprecio a la ternura.
Desprecio a los dolores,
a los colores, al perfume,
al verde de los prados.
Luces sin
luces,
de colores sin colores,
sin olfato, sin tiempo
transcurrido en penumbras
de inquietante cinéreo.
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