viernes, 5 de enero de 2018

Inconformistas

Todas las personas, en algún momento de nuestra vida, hemos experimentado una sensación de insatisfacción por la cual hemos deseado que las cosas ocurrieran de otra manera. 

Esta sensación nos ha llevado a un estado pasajero de inconformismo, aún incluso cuando la forma en que se acabaron desarrollando los episodios no fue tan desafortunada. Sin embargo, en algunas personas, esta sensación es mantenida en el tiempo, llegando a un punto en que es generalizada a muchos ámbitos de su vida, generando una situación de inconformismo crónico. Y esto, ¿a qué se debe?

El inconformismo es una condición personal y subjetiva por la cual la persona siente que no se cumplen sus expectativas ante ciertos aspectos de su vida. 

En términos generales, podría decirse que es una situación que todas las personas hemos sufrido alguna vez y que, produciéndose en momentos puntuales, resulta beneficiosa y positiva, pues nos ayuda a superarnos, ser mejores cada vez y progresar en la búsqueda de nuestros valores y prioridades en la vida, en busca de la autorrealización y el crecimiento personal.

Sin embargo, en casos extremos, se puede experimentar la sensación de que la vida no es lo que uno esperaba, generándose un estado de insatisfacción crónica generalizada. Esta situación se acompaña de todo un conjunto de emociones displacenteras, fundamentalmente la tristeza, la ira o irritabilidad, la frustración e incluso el miedo. De ellas se derivan estados como desmotivación, apatía, desesperanza, ansiedad, etc. Todo esto genera fuertes sentimientos de malestar en el individuo.

Las personas inconformistas de manera constante suelen experimentar con frecuencia sentimientos de tristeza e indefensión que no son capaces de manejar. Además, todo esto suele ir acompañado de altos niveles de apatía y anhedonia (incapacidad para disfrutar de la vida o de aquellas actividades que para esa persona antes resultaban placenteras), todo lo cual, a su vez, lleva a la persona a realizar cada vez menos actividades y, por tanto, refuerza y aumenta sus niveles de insatisfacción con su vida.

Otra consecuencia derivada de la insatisfacción crónica tiene que ver con las relaciones sociales, y hace referencia a un nivel progresivo de aislamiento social por parte de la persona, por el cual ésta se va poco a poco distanciando de los demás o de las personas significativas de su entorno, quedando la persona sola y con la sensación de ser diferente de los demás.  


También los aspectos profesionales, académicos y laborales se ven afectados, ya que muchas de estas personas tienden a cambiar constantemente de trabajo, de estudios, etc., buscando a toda costa alguna opción que les satisfaga pero, desafortunadamente, obteniendo generalmente poco éxito en dicha búsqueda.

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