viernes, 9 de marzo de 2018

Si Te Quedas En El Medio


Mediocre es un término que proviene del latín mediocris que significa que algo es mediano, regular o insignificante. La palabra mediocre está formada por dos partes por un lado medium que equivale a algo que está en el medio o a mitad de algo, y ocris que es montaña o peñasco. Por lo que la traducción literal seria que está a la mitad de la montaña.

A través de los años adquiere el significado actual la palabra mediocre. Se entiende por mediocre a un producto o servicio de media a regular calidad o que tiene poco valor. Este adjetivo se aplica también a ciertas personas, cosas o elementos.

El concepto mediocre se utiliza para describir a las personas cuando no tienen demasiado talento para algo o su capacidad para realizar alguna tarea es limitada.

Los individuos mediocres generalmente se conforman con lo que hacen, no buscan destacarse por eso no se esfuerzan demasiado. Por eso es un concepto despectivo decirle a alguien que es mediocre. Las personas mediocres forman parte de la sociedad de masas y no cuestiona nada solo siguen  la corriente o a las autoridades sin analizar demasiado.

Al calificar como mediocre a cierta persona o elemento se alude a que está lejos de la perfección o de la originalidad.




jueves, 8 de marzo de 2018

Nuestros Roles



Dado que cumplimos con nuestros roles basados en nuestras creencias el estudio de nuestro pensamiento nos ayuda a darnos cuenta de que muchas veces "nuestras creencias" no son tan siquiera eso: nuestras, sino que son una recopilación de viejos paradigmas de la sociedad que hemos ido asimilando del mundo que nos rodea sin detenernos a pensar si son erróneos o no.

Un ejemplo puede ser nuestro rol de padres, nos enseñaron y hemos visto en la sociedad en general que " un padre siempre sabe lo que es mejor para su hijo" y pretendemos que nuestros hijos crean lo mismo y nos obedezcan ciegamente como hicimos nosotros sin detenernos a pensar siquiera que nuestros padres muchas veces no supieron lo que era mejor para ellos mismos menos podían saberlo para otro ser.

Es en este sentido que un detenido y exhaustivo examen de nuestro pensamiento nos puede ser de gran utilidad para hacernos tomar conciencia de cuáles son nuestras verdaderas creencias y cuales son proyecciones de pensamientos de una sociedad hoy por hoy obsoleta. 

De esta forma podemos comenzar a cumplir con nuestros roles desde nuestra propia individualidad y bajo nuestras verdaderas creencias aunque el coste social muchas veces sea grande en el sentido de que debamos dejar de pertenecer a un determinado grupo que ya no concuerda con nuestro modo de vivir pues toda persona lógica y coherente vive de acuerdo a lo que piensa.

Cuando comenzamos a tomar conciencia de quienes y como somos realmente y nos aceptamos tal cual nuestro entorno comienza a cambiar, nos damos cuenta entonces que la aceptación de los demás hacia nosotros tiene su origen en nuestra propia aceptación y que el único rol que debemos cumplir es el de realizar nuestro propio Ser y así podremos lograr una convivencia con los demás y con nosotros mismos basados en el respeto y la comprensión mutua.

Actualmente se han producido cambios en la sociedad que la ha hecho evolucionar y van quedando atrás viejos paradigmas que la tuvieron sumergida durante cientos de años en una especie de "oscurantismo" que por largo tiempo detuvo su evolución.

La mayoría de los roles que hoy cumplimos son vestigios de esa época oscura.

Cuando en la antigüedad el hombre comenzó a pensar y a cuestionarse quién es y porqué está aquí formó conceptos en su mente que a lo largo del tiempo definirían su personalidad y creó un entorno basado en roles a desempeñar.

Afortunadamente hoy hemos logrado evolucionar individual y socialmente hasta el punto de aceptar que muchos de nuestros roles pueden ser desempeñados sin afectar nuestro verdadero Ser Interior y que si bien todavía nos falta mucho por recorrer en el camino de la evolución hemos logrado aceptar a las demás personas tal cual son como pasa con la homosexualidad por ejemplo, algo tan repudiado y ocultado en el pasado y hoy logramos asimilarlo.

Lo mismo podemos decir de los roles de cada género, en una época el hombre era el que debía salir a trabajar para traer el sustento a su hogar cumpliendo el rol de "proveedor" lo cual le daba poder absoluto sobre la vida de su familia, en cambio la mujer debía de encargarse de los quehaceres domésticos y la crianza de los hijos dejando de lado sus propias aspiraciones y debiendo obediencia ciega a su esposo.


Hoy en día, la crudeza de las circunstancias, determinan que  la mujer asuma que puede cumplir el mismo rol que el hombre en ese sentido y viceversa.

Vivir En Sociedad



Desde hace miles de años los seres humanos vivimos inmersos en una estructura social. En este sentido, todo grupo humano presenta los siguientes elementos:

1) un sistema político y unas normas que regulan la vida diaria,
2) una serie de actividades económicas que permiten la subsistencia y

3) una serie de aspectos que compartimos (una lengua común, actividades de ocio, costumbres populares, etc.). Todo ello conforma un complejo entramado social.

El hombre es un ser social por naturaleza

El hombre es, al contrario que muchos animales, un ser social. Esto implica que su supervivencia como individuo es imposible sin la interacción con otras personas.

Si estuviéramos solos no podríamos reproducirnos, ni comunicarnos, ni aprender de los demás. En pocas palabras, la vida de cada persona se empobrecería en todos los sentidos.

Se podría decir que la vida en sociedad no es buena ni mala, sino que es prácticamente inevitable.

Para que la vida en sociedad se mantenga en armonía es muy conveniente que se cumplan una serie de condiciones:

1) que existan unas normas que regulen la vida en sociedad y que dichas normas se respeten de una forma mayoritaria,

2) que se viva en un clima de tolerancia hacia cualquier creencia, tendencia o idea y

3) que las personas tengan una independencia económica y puedan vivir en paz y en libertad.

Alternativas a la vida en sociedad

A lo largo de la historia se han dado casos de fórmulas alternativas a la vida en sociedad. Desde un punto de vista religioso o filosófico, ha habido personas que han decidido aislarse de los demás (los ermitaños y monjes que viven en una comunidad o colectivos que no quieren formar parte de la sociedad y crean sus propias comunidades).

La vida en las abadías de la Edad Media, el colectivo Amish o el estilo de vida hippie son tres ejemplos concretos de estructuras organizativas desvinculadas de la sociedad, ya sea parcial o totalmente. Hay que señalar que este tipo de alternativas son una excepción en el conjunto del planeta.


El Patriarcado


Miles de años ha durado el patriarcado y con ello el machismo, miles de años las mujeres y los niños han sufrido la dominación y la esclavitud disfrazada de trabajo doméstico.
· Pero no siempre el hombre ha discriminado y explotad a la mujer. Según varios antropólogos hubo una larga era de la humanidad en la que no existió el patriarcado.

¿Qué es Patriarcado?

Se define como un sistema de dominación sexual que se concibe además, como el sistema básico de dominación sobre el cual se levanta el resto de las dominaciones, como el de la clase, de raza, etc.
“patriarcado, derivado de la palabra patriarca, proviene del griego patriárchees, que significa Patria, descendencia o familia; y archo, que expresa mandato”.

En el Siglo XIII, este vocablo ya se utilizaba para referirse al territorio y al gobierno de un patriarca, persona que por su edad y sabiduría ejerce autoridad en una familia o en una colectividad, y posteriormente, en el siglo XVII, se empleó para nombrar la dignidad del patriarca.

El diccionario de la Real Academia Española define la palabra patriarcado como “una organización social primitiva donde la autoridad es ejercida por un varón, jefe de cada familia, extendiéndose este poder a los parientes aún lejanos de un mismo linaje”.

Las acepciones de esta palabra no se limitan a las arriba señaladas, pues a partir de los años 70 adquirió una nueva significación, generada por la teoría feminista para referirse a la dominación masculina en las sociedades antiguas y modernas.

Con este concepto, las feministas denuncian una situación de dominación masculina en la que los hombres aparecen como agentes activos de la opresión hacia las mujeres.

La antropóloga Marta Moia define al patriarcado como un orden social caracterizado por las relaciones de dominación y opresión establecidas por unos hombres sobre otros y sobre todas las mujeres y criaturas. Así, los varones dominan la esfera pública, gobierno, religión, y la privada, que se refiere al hogar.

Por su parte, la también antropóloga feminista Marcela Lagarde, explica que el patriarcado se caracteriza por tres aspectos:

1. Es la oposición entre el género masculino y el femenino, asociada a la opresión de las mujeres y al dominio de los hombres en las relaciones sociales, normas, lenguaje, instituciones y formas de ver el mundo.

2. Se refiere al rompimiento entre mujeres, basado en una enemistad histórica en la competencia por los varones y por ocupar los espacios que les son designados socialmente a partir de su condición de mujeres.

3. Finalmente, apunta que el patriarcado se caracteriza por su relación con un fenómeno cultural conocido como machismo, basado en el poder masculino y la discriminación hacia las mujeres.

Explica también que el poder patriarcal no se limita a la opresión hacia las mujeres, sino también hacia otros sujetos sometidos al mismo poder, como es el caso de las niñas y niños, la juventud o aquellos grupos que por clase social, origen étnico, preferencia religiosa o política, sean minoritarios o diferentes al grupo dominante.


De esta forma, podemos resumir que el concepto patriarcado designa una estructura social basada en el poder del varón, principalmente en las esferas política y económica y generalizada a todos los ámbitos como dominio masculino sobre las mujeres y la sociedad en general.

Solitarios En La Multitud


Tras un desamor, al aterrizar en una nueva ciudad, por bancarrota. 

A la soledad se puede llegar de muchas maneras: al enfermar, con una depresión, por el fin de una amistad. Y se puede estar solo en medio de la multitud, ya sea en Nueva York, Londres o Madrid. Se puede estar solo en la multitud de internet, por mucho que las redes sociales estimulen esa falsa sensación de cercanía. Ese mirar y ser mirados. 

La soledad es un estado de ánimo en el que vive mucha gente, dice Olivia Laing (Brighton, Reino Unido, 1977). Porque no es lo mismo ser un solitario –vivir en la soledad– que sentirse solo.

«La soledad es una experiencia que produce vergüenza, tan contraria a la supuesta manera de vivir que resulta inadmisible, como un tabú que, al confesarse, parece destinado a forzar el alejamiento y la huida del otro». 

Estar solo, escribe en «La ciudad solitaria. Aventuras en el arte de estar solo» (Capitán Swing, 2017), es como pasar hambre cuando alrededor todo el mundo se prepara para un banquete. 

Y a medida que ese sentimiento de vergüenza se proyecta, la persona sola se aísla poco a poco. «Duele como duelen los sentimientos. La soledad avanza y encierra en un abismo a quien la padece».

Laing, ensayista en medios británicos de referencia y autora de libros tan perspicaces como «El viaje a Echo Spring», en el que se pregunta por qué beben los escritores, llegó a la soledad después de haberse enamorado locamente. 

Se marchó de Inglaterra a Nueva York para estar con él, pero de pronto la relación se acabó. Laing se sintió desamparada, y a falta de amor se aferró a la ciudad. No fue suficiente. Salía a desayunar, caminaba sin rumbo por las calles de una ciudad excesiva, trabajaba. Pero después volvía a casa: «Me sentaba en el sofá y miraba el mundo por la ventana». Por la tarde llegaba lo peor. La autora veía a gente que se reunía para cenar o escuchaba la música de su vecino mientras se horrorizaba con la idea de que pudieran verla sola, con la cara iluminada delante de su ordenador. 

Como si fuera una mujer de un cuadro de Edward Hopper, quizá el pintor que mejor retrató la soledad.

En Hopper, y artistas como Hopper, Laing encontró la salida a esa «sensación irrefutable y omnipresente» de que le faltaba algo. 

La vía para recuperar la entereza no fue conocer a nadie ni enamorarse, sino el arte: acercarse a las creaciones de solitarios irredentos como Andy Warhol, David Wojnarowicz o Henry Darger, y a través del contacto con sus obras asimilar que «la soledad, el anhelo, no significan que uno haya fracasado, sino sencillamente que uno está vivo». «La ciudad solitaria» es un libro brillante y evocador, que muestra el recorrido que Laing siguió para comprender su soledad, resistirla y redimirse de ella.

Al fin y al cabo, Laing no es más que una unidad dentro de ese 45 por ciento de adultos británicos que reconocen sentirse solos a veces o con frecuencia. En Estados Unidos la soledad la sufre una cuarta parte de los adultos. 

Como la sufrió Warhol, el artista pop, un acaparador que se rodeaba de sus creaciones a modo de barreras. «No quiero mezclarme demasiado en la vida de los demás… No quiero estar demasiado cerca… No me gusta tocar las cosas… Por eso mi trabajo es tan distinto de mí», dijo Warhol en una entrevista.

Wojnarowicz, autor de la serie fotográfica «Rimbaud en Nueva York», lo expresaba de otro modo en sus diarios: «De repente me doy cuenta de que voy por la calle, casi siempre solo, o estoy en casa solo, y poco a poco voy cayendo en un estado en el que apenas me comunico con nadie, y todo esto es por el deseo de conservar mi sensación de la vida y de lo que es vivir».

La gente, y no solo los artistas, hace cosas por la necesidad de contacto, dice Laing; para aliviar su dolor o curarse la vergüenza: «Hace objetos para desnudarse, examinar sus cicatrices, y también para resistir la opresión, para crear un espacio en el que pueda desenvolverse con libertad».


Percibir “Lo Virtual”



La realidad virtual es un entorno de escenas u objetos de apariencia real. La acepción más común refiere a un entorno generado mediante tecnología informática, que crea en el usuario la sensación de estar inmerso en él.

Dicho entorno es contemplado por el usuario a través de un dispositivo conocido como gafas o casco de realidad virtual. Este puede ir acompañado de otros dispositivos, como guantes o trajes especiales, que permiten una mayor interacción con el entorno así como la percepción de diferentes estímulos que intensifican la sensación de realidad.

El uso del casco HMD permite a los usuarios percibir imágenes 3D estereoscópicas y determinar la posición espacial en el entorno visual a través de sensores de seguimiento de movimiento en el casco. Mientras tanto, los usuarios pueden escuchar sonidos por los auriculares e interactuar con objetos virtuales utilizando dispositivos de entrada como joysticks, varillas y guantes de datos. 

Como resultado, los usuarios sienten que pueden mirar a su alrededor y moverse a través del entorno simulado.


La aplicación de la realidad virtual, aunque centrada inicialmente en el terreno del entretenimiento y de los videojuegos, se ha extendido a otros muchos campos, como la medicina, la arqueología, la creación artística, el entrenamiento militar o las simulaciones de vuelo.

Longevos

El Desconcierto
Actualmente ocurren cosas que superan largamente nuestra capacidad de asombro, todo parece indicar que los acontecimientos se han desmadrado de sus cauces naturales de tal forma que prácticamente todo puede suceder sin una causa aparente que lo amerite ni mucho menos lo justifique.
“El mundo fue y será una porquería 
ya lo sé 
En el quinientos seis 
y en el dos mil también 

Que siempre ha habido chorros 
maquiavelos y estafaos 
contentos y amargaos 
valores y duble 

Pero que el siglo veinte 
es un despliegue 
de maldad insolente 
ya no hay quien lo niegue 

Vivimos revolcaos 
en un merengue 
y en un mismo lodo 
todos manoseados “
Solemos usar el término desconcertado cuando queremos dar cuenta que hemos quedado sumamente sorprendidos, anonadados o alucinados por la sucesión de determinado hecho que no se esperaba sucediera o por una situación fuera de serie, sorprendente y hasta espectacular que descoloca al destinatario o espectador.

Entonces, generalmente, los seres humanos caemos en el desconcierto cuando sucede algo espectacular o algo que no esperábamos, por ejemplo, hace un tiempo participamos en un sorteo llenando un cupón tras nuestra compra en un comercio, pasa el tiempo y nos habíamos olvidado del hecho, sin embargo, recibimos una llamada telefónica del comercio que nos anuncia que hemos ganado el automóvil 0 km. que se sorteaba oportunamente, seguramente, nuestra primera reacción cuando nos digan que somos ganadores de un automóvil, será la de un absoluto desconcierto, luego, cuando nos vayan explicando recordaremos el hecho, saliendo del desconcierto y dando paso a la euforia por la alegría que nos produce la noticia del premio.

También, el desconcierto puede despertarse en otro tipo de situación, por ejemplo, cuando un compañero de trabajo con el cual no mantenemos para nada una relación fluida, sino más bien todo lo contrario, la misma se característica por su tensión constante, pero de pronto, ante la pérdida de un informe importante en nuestra área él nos defiende ante el jefe asegurando que es imposible que nosotros lo hayamos perdido porque ese día justamente no estábamos. Se produce algo totalmente inesperado y quedamos desconcertados


miércoles, 7 de marzo de 2018

Para Crear Siempre Encontramos Algo


La creatividad es algo que, aunque puede estar presente en todas las personas, debe ser paulatinamente desarrollada para que vaya creciendo y cada vez logre mayores cosas. El contar con una mente creativa implica estar en constante renovación. Renovación necesaria para ser quien marque la pauta y así evitar copiar, indirectamente, cuestiones ya creadas.

Pero, ¿qué pasa cuando la mente creativa se limita a atarse a una silla y estar frente a un monitor la mayor parte de su tiempo? ¿Será que se esté limitando sin saberlo? Parece que sí. El no estar en contacto con la naturaleza ni un poco, limita el estado de ánimo y no ayuda a promover la creatividad en nuestra mente.

En la Universidad de Kansas, algunos científicos descubrieron que las caminatas en parques, campos o playas, son grandes alicientes para la mejora del estado de ánimo.  Y que el estar en contacto con la naturaleza, apenas en los primeros tres días, generará importantes cambios en nuestra persona, mismos que podrán incrementar hasta en un 50% nuestra creatividad.

¿Vivir atrás de un monitor? No. Hay que procurar no hacerlo. Es muy cierto que las computadoras pueden ser herramientas muy poderosas en pro de la búsqueda de conocimientos y del fomento de la creatividad, si es que son utilizadas de la manera adecuada. No obstante, el no combinarlas con actividades que nos pongan más en contacto con el mundo natural que nos rodea, no nos beneficia en nada.

Por qué no correr por la ciudad, por qué no emprender caminatas en lugares llenos de paisaje como los parques. Hay que regresar un poco a la natural, es importante mantener un balance para lograr que nuestra creatividad aflore y, sobre todo, para que seamos más felices.




La Mente Activa


Tener un propósito en la vida resulta más poderoso que ningún medicamento y que cualquier tratamiento para mantener el cerebro en buen estado, al menos es lo que se desprende de las investigaciones de la Dra. Boyle, la principal experta en este campo.

La Dra. Patricia Boyle, neuropsicóloga, viene trabajando en este campo desde hace más de 10 años. Ha realizado numerosas investigaciones, una de las que citamos aquí se publica en la revista científica “Stroke” (marzo 19, 2015).

Las más importantes conclusiones de las investigaciones en este campo son:

Con respecto a la tasa de deterioro de las funciones cerebrales: éstas se deterioran un 30% más lentamente entre los que tienen un propósito claro en la vida que en la población en general. ¡Esta es una protección fantástica!

Las personas que tienen un propósito constructivo en la vida, ya a edades avanzadas tienen un 44% menos lesiones cerebrales con potencial nocivo que las que no lo tienen.

Entre las personas que desarrollaron lesiones cerebrales como placas o numerosos microinfartos, las que tienen un propósito en la vida claro y constructivo están en notable mejor estado que las que no.


Todo esto y otras investigaciones nos muestran que tener un propósito constructivo mejora el desempeño, mantiene a largo plazo las facultades mentales y alarga la vida como ninguna otra cosa.

Oscurantismo


El oscurantismo se definió históricamente como una época dogmática (Edad Media) o bien un conjunto de estrategias para mantener sin instrucción a las clases populares. Esta oscuridad intencional se dio bajo la forma explícita de la restricción de la difusión y de forma indirecta al ensombrecer, dificultar el lenguaje en las obras escritas, dotándolo así de cierta “vaguedad” y “exclusividad”.

El término oscurantismo u obscurantismo adquiere su importancia durante la Edad Media. El concepto está ligado a la tutela eclesiástica, pero se registra un uso extendido en el tiempo. Para entenderlo hay que tener muy presente el poder que tuvo la Iglesia sobre los diferentes conocimientos y, de forma inmediata, sobre la moralidad y la vida en general de los poblados.

Se opone a lo que en el siglo XVIII se conoció como iluminismo. Éste, por el contrario, llamaría a librarse de la tutela religiosa.

El término se utiliza por primera vez en la sátira “Cartas de los hombres oscuros”, en el siglo XVI. La sátira trata la disputa entre Joahnn Ruechlin, un humanista, y los monjes dominicos, parodiados como oscuros ya que apoyaban la quema de los libros no cristianos.

En el siglo XVIII “oscuro” pasa a significar “conservador” para los iluministas, y entre estos “oscuros” se hallaban particularmente los grupos religiosos.

En el siglo XIX se hace una distinción entre varios tipos de oscurantismo, aquellos pertenecientes a la teología y a la metafísica (filosofía), se trata de un lenguaje deliberadamente abstruso.

En este sentido, se trata de dejar el conocimiento en manos de una élite y al pueblo en la más llana ignorancia.

“Oscurantismo” también adquiere el sentido de hacer más intrincado el lenguaje, en este caso de las obras escritas. Por otro lado, en los siglos XIX y XX se tenía por oscuro a aquello que intelectualmente carecía de interés, que era puro “disfraz”.

Oscurantismo, en su sentido restrictivo, incluye la prohibición explícita del “pensamiento divergente”. Las cuestiones públicas -e incluso la moral de la vida privada- no estaban abiertas a debate. Un caso ejemplar de la prohibición es el uso político de la inquisición.

Gran parte de la literatura medieval es representativa de una época oscura, debido a su tendencia moralizante y el abordaje de temas religiosos. Esta resultaba un medio de conducir a las poblaciones a partir de la ejemplificación del Bien y el Mal. Se propiciaba un carácter sumiso.

La fuente principal de saber era la Biblia. El dogma es el eje del concepto del oscurantismo. Para los iluministas, por ejemplo, el dogma religioso tendría su cuota de irracionalidad. Es interesante pensar al oscurantismo, entonces, como aquello que no obedece a lo “racional”, cuando lo abarcamos en su sentido primario (política restrictiva).

Los dogmas establecían una jerarquización de origen “divino” que repercutía en las escalas sociales.


Dios como centro generaba la siguiente organización: el clero, por supuesto, en situación privilegiada, después los señores feudales y por último los siervos y granjeros: estos eran “instruidos” por los primeros.

Nuestra Arquitectura Mental


La mente no fue concebida originalmente para conocer la verdad sino para sobrevivir.

Cuando alguien sostiene que la ciencia tiene sus limitaciones, que su epistemología no es perfecta, abogando por un relativismo cognitivo, por el “nada se sabe seguro”, todo es opinión”, olvida que las limitaciones no son tanto de la ciencia en sí como de nuestros cerebros.

La mente es un órgano biológico más que una ventana a la realidad. Así pues, es lógico que no seamos capaces de comprender bien todos los descubrimientos de la ciencia, tanto reales como potenciales. Por ejemplo, decía Richard Feynman que quien afirme entender la física cuántica… en realidad es que no la entiende en absoluto.

Sencillamente, nuestra arquitectura mental no está diseñada para entender algo así, nuestras intuiciones sobre el espacio, el tiempo y la materia colisionan con la realidad, y debemos recurrir a herramientas extra-mentales para, al menos, operar con la realidad: por ejemplo, las matemáticas.

Si no entendemos qué ocurre, es normal, tenemos cerebros que no están diseñados para entenderlo.

Por eso no puede dejar de asombrarme que existan personas que consideren que la verdad no existe o que todo es relativo, u que es opinión subjetiva, tú tu verdad y yo la mía.

Me asombra porque ni siquiera están diseñados para entender las verdades de la ciencia, ¿cómo van a entender si existen o no aspectos ajenos a esas verdades? 

(Y si las hay, tengan por seguro que no nos incumben, se alejan tanto de nuestra realidad como especie que preocuparse por ellas es estéril, e invocarlas resulta ser una clara maniobra de distracción, como quien invoca al Espaghetti Volador para explicar los misterios que aún no han sido descubiertos.


Formación Humana


Formación Humana

La formación humana se relaciona con el desarrollo de actitudes y valores que impactan en el crecimiento personal y social del individuo. De esta manera, un sujeto formado desde la dimensión humana, actúa con esquemas de valores, coherentes, propositivos y propios.

Es un ser que reconoce su papel en la sociedad, en la institución para la que trabaja y en la familia; que quiere su cuerpo, sus espacios concretos de acción y comprende la diversidad cultural en la que está inmerso; es en consecuencia un sujeto en crecimiento.

La formación humana integral parte de la idea de desarrollar, equilibrada y armónicamente, diversas dimensiones del sujeto que lo lleven a formarse en lo intelectual, lo humano, lo social y lo profesional. 

Es decir, se debe propiciar que el sujeto desarrolle procesos informativos y formativos. Los primeros darán cuenta de marcos culturales, académicos y disciplinarios. Los formativos, se refieren al desarrollo de habilidades y a la integración de valores expresados en actitudes. 

En la práctica, el término habilidad es usado para denotar el potencial que un individuo tiene para adquirir y manejar nuevos conocimientos o destrezas. 

Las actitudes se pueden definir como una forma de predisposición relativamente estable de conducta que nos hace reaccionar ante determinados objetos, situaciones o conocimientos, de una manera concreta. 

Algunas actitudes son básicas y comunes a todos los individuos y a distintas etapas de su desarrollo, mientras que otras son diferenciadas dependiendo del nivel educativo y del contexto en el que se desenvuelvan. 

Los valores son entes abstractos que las personas consideran vitales para ellas y que se encuentran muy influenciados por la propia sociedad; definen juicios y actitudes, se refieren a lo que el individuo aprecia y reconoce, rechaza o desecha.

El valor, de cierta forma, es el hilo conductor que califica y da sentido a una actitud. Los valores son la parte que mueve a las decisiones y actividades del individuo en el ámbito que se desenvuelva.

La importancia de la formación humana consiste en propiciar en el individuo, una formación integral y armónica: intelectual, humana, social y profesional, para que desarrolle conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores necesarios para lograr:

a) La apropiación y desarrollo de valores humanos, sociales, culturales, artísticos, institucionales y ambientales.

b) Un pensamiento lógico, crítico y creativo.

c) El establecimiento de relaciones interpersonales y de grupo con tolerancia y respecto a la diversidad cultural.

d) Un óptimo desempeño fundado en conocimientos básicos e inclinación y aptitudes para la auto-formación permanente.

e) Tenga una vida armónica, exitosa y tranquila.



Entre El Sueño Y La Visión


El futuro siempre ha sido un tema de interés para los seres humanos, de ahí que en cada época se hable de profetas, oráculos, adivinos…y que también las personas (o por lo menos la mayoría de ellas) trabajen y planifiquen para el futuro.

Cuando nos imaginamos cómo serán las cosas dentro de un tiempo, podemos sentir alegría o bien tristeza; pero también podemos percatarnos de qué tan cerca o lejos estamos de alcanzar nuestros sueños o bien, podríamos tener una visión que más adelante nos permita ejecutar acciones y así lograr cosas increíbles.

Como todos tenemos o hemos tenido, pero algunos pueden confundir una cosa y otra; a continuación te diremos cuál es la diferencia entre sueño y visión.

Visión
La visión en este caso, no tiene nada que ver con el sentido de la vista; sino que se refiere al pensamiento y la previsión que nos permite más adelante ejecutar acciones por medio de las cuales podemos alcanzar nuestras metas.

La visión es siempre un programa o proyecto orientado hacia el futuro. Es una idea que se pretende hacer realidad. No se trata solamente de tener una idea sobre algo, sino también de lo que se espera que ese algo llegue a ser.

La visión es amiga de la expectativa, y para ella se requiere de imaginación y de conocimiento; tanto de uno mismo como del entorno.

Una persona con visión mira cualquier objeto exterior y se inspira. Cada visión tiene su propósito, un objetivo general; que es el de inspirar a quien la tiene.

La visión es el acto o poder de anticipar lo que será o puede llegar a ser algo más adelante. Tiene diversos nombres dependiendo del contexto, desde visión profética hasta visión empresarial.

Sueño
En este sentido, no nos estamos refiriendo a los sueños que se tienen al dormir; sino a aquellos que se tienen despiertos. Los sueños son imágenes, ideas y pensamientos que el individuo se forma en relación a su persona o a ciertas cosas que quisiera vivir, experimentar o alcanzar.

A diferencia de los visionarios, los soñadores (hay excepciones) no siempre intentan o se preocupan por realizar acciones que les permitan hacer sus sueños realidad. Se puede decir que un soñador es más pasivo que un visionario.

Los sueños no necesariamente son realistas, sin embargo, es común que las visiones sí lo sean. A diferencia de la visión, los sueños los tenemos todos; unos sueñan una cosa y otros sueñan otra, pero al final la frase “soñar despierto” no es ajena a ninguno de nosotros.

Diferencia entre visión y sueño
La visión muchas veces va de la mano con un plan que se piensa ejecutar en un futuro, mientras que un sueño es una idea o pensamiento que tenemos y que constituye un deseo de lo que se espera en un futuro.

Los soñadores suelen ser más pasivos que las visionarios.

Un sueño no necesariamente tiene que ser realistas, pero generalmente las visiones sí lo son.


martes, 6 de marzo de 2018

Opinar Con Criterio


Todo el mundo tiene opinión, pero, ¿cuántos criterio?, es el planteamiento de base que me acomete desde hace muchísimos años, cuestión nada fácil de explicar y menos aún de entender, pues hacerlo implica trascender los esquemas tradicionales a los que estamos acostumbrados, es decir, el sentir general.

Si recurrimos a nuestro DRAE, nos define la opinión como juicio que se forma de algo cuestionable, o concepto en que se tiene a alguien o algo. Más nos podría valer lo que se dice de opinión pública: estimación en que coincide la generalidad de las personas acerca de asuntos determinados, definición que, en general, se asemeja más al concepto propio del término, ya que es compartido por una pluralidad de individuos que refuerzan, así, las opiniones de cada sujeto.

Podríamos considerar ya aquí un primer nivel de diferenciación entre ambos conceptos, quizá imperceptible para muchos pero en cambio tan sólido que marca una importante categorización. 

Mientras que la opinión se establece como reacción primera y básica ante un hecho determinado, y es por tanto deudora de una multiplicidad de factores, la mayor parte de ellos tan subjetivos como el individuo que opina, el criterio atiende, para su consideración, al conocimiento de la verdad en que pueda incurrir ese hecho, es decir, precisa, necesariamente, de una profundización en la realidad circunstancial del hecho, por encima, desde luego, de la engañosa apariencia o la simple subjetividad.

No entraremos en debates de mayor calado –innecesarios en esta ocasión y, además, fuera del alcance de nuestras profanas limitaciones–, como sería desentrañar el significado filosófico de ambos conceptos, es decir, profundizar en la doxa, o conocimiento fenoménico engañoso, que es tanto como decir opinión, y la episteme, o conocimiento científico metodológicamente establecido.

De modo que, según supongo y si no estoy equivocado, que podría perfectamente ser, hay una apreciable diferencia entre opinar y conocer qué se está diciendo. Sé, también, que lo más usual entre nosotros, pobres bípedos peludos sometidos al imperio de los sentidos, que son lo más a mano que tenemos, y algunos lo único, es hablar, aunque no se sepa de qué ni se espere siquiera a dejar explicarse al otro antes de echar la lengua a paseo.

Es verdad igualmente que si sólo habláramos de lo que en realidad conocemos deberíamos enmudecer por decreto-ley, de modo que toda esta argumentación que acabo de escribir quizá solamente sean palabras, opiniones, en suma, sin más sustento que mi propia subjetividad, y aunque podría traer aquí infinidad de ejemplos para tratar de defender estos puntos de vista, no lo haré, ya que no es mi cometido formar opinión, y mucho menos conocimiento epistemológico.


Mentalidad De Servicio


Existen distintas maneras de entender la vida. Todos somos conscientes de ello. Y esas maneras tienen mucho que ver con las diferentes men­ta­li­da­des que afloran y se ex­tienden en nuestra sociedad. 

Hay humanos que pasan la vida buscando el provecho propio, la ventaja que le ofrece el acontecer..., olvidando si las dichas ventajas perjudican a los demás… 

Y hay otros hu­manos, por el contrario, que cruzan por la vida intentando ser útiles, olvidándose de egoís­mos, rapiñas y co­rrup­te­las, y ayudando a los próximos y defendiendo al grupo, a la tribu, eligiendo lo mejor para la mayoría, aun a costa de renunciar a ventajas propias previsibles, o posibles. 

También existen quienes, al margen de las preocupaciones transcendentes, pasan por la vi­da ‘tirando palante’ sin pen­sar mucho en lo que hacen y porqué lo hacen... Y es que “de todo hay en la viña del señor”. Egoístas, altruistas, pancis­tas... Cada uno tiene una visión completa del acontecer, una concepción del mundo que le da sentido a sus comportamientos.

Resulta que, de alguna manera, las mentalidades proliferan, se extienden y, unas veces por imitación y otras por influencia natural, la verdad es que no siempre somos lo que espontáneamente nos sale ser, sino que nos comportamos como nos han dicho que debemos hacer, según lo que ‘se espera’ de nosotros, al modo ‘políticamente correcto’ y sin arriesgar mucho a la búsqueda de lo que es mejor entre lo posible. 

Y así tenemos una sociedad que camina hacia su propia perdición. Decía Demócrates que “todo está perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos de burla”. Solamente podremos mejorar el mundo que nos ha tocado vivir si nuestra mentalidad nos mueve a la ayuda mutua, al colaboracionismo, a la tolerancia, al esfuerzo compartido y alentador, al caminar con los demás en la dirección del proyecto compartido.

Estamos viviendo una época en la que la clase política ha dilapidado el prestigio de la labor hecha con mentalidad de servicio por muchos de ellos, porque, en casos abundantísimos, ahora, estos responsables políticos han optado por una mentalidad de privilegio. Y así, la inmensa mayoría de los cargos electos, a cualquier nivel, no quieren dejar el statu quo alcanzado y, flacos de memoria, pronto olvidan los compromisos adquiridos durante las campañas electorales, dedicándose, no a la tarea de eficacia sino a la aproximación al beneficio propio o de los suyos.

Churchil decía que la di­fe­ren­cia entre un ‘político’ y un ‘hom­bre de Estado’ radicaba en que mientras que el ‘hom­bre de Estado’ miraba per­ma­nentemente a las pró­ximas generaciones, los ‘po­lí­ti­cos’ solo miraban a las si­guientes elecciones, cen­trando su labor en obtener apoyos y votos de nuevo para perpetuarse en el poder.

Durante la crisis de 1929, la llamada Gran Depresión, la secuencia seguida fue la siguiente: deterioro brutal de la economía, un crecimiento del paro aterrador, des­con­ten­to generalizado, cre­ci­mien­to de los populismos y autori­ta­ris­mos, cierre de filas de las economías más po­de­ro­sas, deterioro de la soli­da­ridad entre naciones… y ¡la guerra!, la más grande de cuantas habían conocido los tiempos: la Segunda Guerra Mundial.
 
Las guerras comienzan en las mentes de los hombres. En to­dos los casos. Y las actitudes personales derivan a mo­vi­mientos colectivos, que, en ocasiones, producen desgracias descomunales.

Aun a costa de que me tachen de utópico y ñoño, me permito recomendar a quienes lean este artículo, especialmente a quienes detentan poder, que, por el bien de todos, descartemos los egoísmos personales y las opciones interesadas por las pequeñas ventajas alcanzables. Solo así cabe esperar una opción manifiesta por la mentalidad de servicio.

Si somos capaces los humanos de, colectivamente, abandonar las mentalidades de privilegio que nos ofrecen los cargos, los puestos electos, los oportunismos, desde el más pequeño al más grande, sustituyendo el devenir por una mentalidad de servicio, razonada, razonable y solidaria, cabe esperar que se rompa la secuencia que vivió la humanidad tras la Gran Depresión; si no, estamos condenados a repetir el desastre. 



Egocentrismo


Egocentrismo y grandioso sentido de la propia valía.

El psicópata tiene una autoestima muy elevada, un gran narcisismo, un egocentrismo descomunal y una sensación omnipresente de que todo le es permitido. Es decir, se siente el “centro del universo” y cree que es un ser superior que debe regirse por sus propias normas. Se comprende que con esta percepción de sí mismo aparezca ante el observador como alguien sumamente arrogante, dominante y muy seguro en todo lo que dice. Es claro que busca poder controlar a los demás, y parece incapaz de comprender que otras personas tengan opiniones diferentes a las suyas.

En realidad, creen que sus capacidades les permitirán lograr cualquier cosa.
Falta de remordimiento o sentimiento de culpa
No experimentan ninguna preocupación por los efectos de sus actos en los demás y, en ocasiones, lo manifiestan claramente. Cuando aseguran que “lo sienten” no es más que por dar una buena imagen; sus palabras anteriores y posteriores y sus hechos suelen contradecir ese arrepentimiento. Junto a esto, encuentran todo tipo de excusas para explicar los desmanes que cometieron y, en muchas ocasiones, niegan en absoluto que ellos fueran los responsables o que tales acontecimientos que se imputan existieron en realidad.

Falta de empatía
Si mantienen lazos con algunas personas, será por puro interés, no por sentir algo profundo hacia ellas; son, en realidad, como posesiones que tienen, seres que tienen la misión de proveerles de sus necesidades sin que hayan de recibir nada a cambio.

Mentiroso y manipulador
Mentir, engañar y manipular son talentos naturales para el psicópata. Cuando se demuestra su engaño, no siente apuro alguno; simplemente cambia su historia o retuerce los hechos para que se encajen de nuevo. “El resultado es un conjunto de oraciones contradictorias y un oyente completamente confuso”
.

En buena medida, las mentiras no pretenden ningún objetivo concreto, sólo demostrar su habilidad para engañar. La gente suele creer, cuando escucha al psicópata, que éste no se da cuenta de sus mentiras y, en ocasiones duda de su estado mental.

lunes, 5 de marzo de 2018

La Riqueza Interior



He escuchado decir que una de las tragedias más grandes que pueden ocurrir en esta vida es ver morir la riqueza interior de una persona sin haberse utilizado. Sin embargo, una tragedia mucho mayor es ver, sentir, palpar, oler su riqueza interior sin que esta se libere y expanda. 

Es probable que la mayoría de las personas en este planeta nunca descubran quiénes son en realidad, mientras que otras, únicamente, desarrollarán una parte de su verdadero yo, evitando que su vida simplemente transcurra. 

Sólo unos pocos tomarán la decisión de maximizar cada fibra de su ser y pondrán en ejercicio todas sus habilidades y conocimientos, sólo unos pocos harán con su vida algo más que dejar que simplemente pase. A esto lo llamamos vivir al máximo. Cada uno de nosotros tiene la oportunidad de hacerlo. 

La pregunta es: ¿lo haremos?
1. La riqueza interior es duradera. La belleza externa dura muy poco pero la riqueza interior es inagotable. Con el transcurso del tiempo los años se anidarán en tu piel, en tu cabello, en tus manos, mientras que la riqueza interna si la practicas día a día será mayor y no se destruirá, sino que será más profunda y perfecta. 
2. Dejarás atrás el pasado. Cuando tomas la decisión de ejercitar tu riqueza interior, dejarás atrás el pasado. El pasado sólo es útil si es usado como una fuerza positiva en tu vida, si te impulsa a ser mejor persona. La clave es conseguir que los recuerdos no te obsesionen ni te destruyan, sino que te fortalezcan.
3. Harás un bien a los demás. A veces tu riqueza interior te llevará hacer un bien a otros, y ello te hará doblemente feliz. Es hermoso saber que con tu riqueza interior, estás ayudando a otras personas y contribuyendo a su felicidad. 
4. Tendrás una vida más plena. El saber que estás usando toda tu riqueza interior, extendiéndote a ti mismo hacía la cúspide de tu propia vida, produce una enorme satisfacción. Tus capacidades ya no están atrapadas dentro de ti, sino que están siendo desarrolladas y transmitidas. 
5. Vivirás con dirección. Todas las personas tienen escritas en su alma las coordenadas correctas que guiarán su vida. Tu riqueza interior te orienta y te advierte de cuál es el camino que debes elegir. Si decides liberar tu riqueza interior, tu vida tendrá dirección, tendrá objetivos y metas. No serás una hoja en manos del viento.
6. Vencerás tus límites. Ser mediocre es vivir por debajo del potencial conocido y verdadero. Descubrir que eres capaz de alcanzar mucho más de lo que tú piensas, te ayudará a recuperar la fe en ti mismo, a liberar todo tu potencial escondido y en consecuencia a actuar diferente la siguiente vez. 
7. Serás coherente contigo mismo. Cada persona tiene un tesoro que vive dentro de ella. El saber qué es y ejercitarlo impedirá que muera. Si eliges practicarlo,  demostrarás que no tienes miedo a ser quién eres porque tú eres, a fin de cuentas, tu riqueza interior. 

  

La Importancia De Saber Expresarse



Los seres humanos tenemos la necesidad vital de relacionarnos. Estas relaciones en el contexto social son posibles gracias a la comunicación, que implica entrar en relación con los demás y en un intercambio de pareceres, por cuanto que alternativamente somos emisores y receptores.

Comunicarse es, entonces, expresar o manifestar a los otros nuestros pensamientos, deseos y nuestras interpretaciones de las cosas y del mundo. Todo esto, sin embargo, no es posible sin el lenguaje, ya que es a través de éste que se establecen las relaciones de comunicación.

Ahora bien, ¿qué es entonces el lenguaje? Bueno, en un sentido amplio y hasta metafórico, se suele hablar del "lenguaje" de las flores, de las estrellas, de los cerros, etc. Los animales que viven en comunidad tienen, también, unos procedimientos de comunicación de gran sutileza, tal como ocurre en las abejas y las hormigas. Sin embargo, todo ello no es lenguaje en el sentido estricto.

El lenguaje viene a ser una actividad única y exclusivamente humana, el cual nos permite comunicarnos y relacionarnos con nuestros congéneres mediante la expresión y comprensión de mensajes. En otros términos, el lenguaje es la capacidad que toda persona tiene para comunicarse con los demás haciendo uso de signos orales, escritos o de otro tipo.

Este concepto de lenguaje, como puede entenderse, tiene una significación más amplia que la producción de sonidos articulados que conforman las palabras y frases. Así:

 Hay lenguaje a través de símbolos como las señalizaciones de tráfico, señales militares, etc.
 Hay lenguaje corporal como la mímica y los gestos.

 Hay lenguaje expresado a través de códigos lingüísticos, que es el más importante medio de comunicación humana, al que se denomina lenguaje oral o habla.

Esta última forma de lenguaje es la que se aborda en este libro. Viene a ser un acto personal en el que el hablante emite un mensaje empleando los signos y reglas que en un determinado momento necesita.

El lenguaje, entonces, es una cualidad muy importante del ser humano gracias al cual se comunica, conoce su pasado, puede analizar, interpretar y comprender su presente y, consiguientemente, proyectarse hacia el futuro como individuo y ser social.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL HABLA?

Para destacar su importancia, cabe señalar en primer lugar, que los seres humanos vivimos inmersos en un verdadero océano verbal, en un mundo o una realidad social eminentemente competitiva, donde la palabra, en especial la expresada verbalmente, es un factor decisivo que viene a constituir el puente, el lazo, el arma, el medio o instrumento importante de unión o desunión; de comprensión o incomprensión; de éxito, reconocimiento o indiferencia; de fracaso, frustración o marginación entre los seres humanos.

En otros términos, el habla viene a ser un proceso vital que posibilita la comunicación con los demás, aumentando la oportunidad de vivir mejor en una sociedad como la actual.

Así pues, todos los seres humanos necesitamos del lenguaje verbal para expresar nuestras necesidades, pensamientos, sentimientos y emociones; lo necesitamos incluso para solucionar lo más elemental de nuestra vida: hambre, sed, abrigo, trabajo. También lo necesitamos para adquirir conocimientos, para abstraer y proyectarnos simbólica y realmente en el tiempo y espacio, así como para comunicarnos y adaptarnos al medio.

Todo esto podemos hacer gracias al lenguaje verbal; pero cuando hay defectos en esta cualidad se generan una serie de problemas que pueden limitarnos y marginarnos socialmente.


El lenguaje verbal, entonces, es un aspecto instrumental imprescindible para la vida de relación. Sin él el hombre es un ser socialmente mutilado, sin capacidad para proyectarse simbólicamente. También se le considera como un aspecto fundamental para el desarrollo de la inteligencia y para toda actividad cognoscitiva relacionada con la vida. Empero, es bueno señalar que esta cualidad no se refiere a un hecho puramente "mecánico", ni tampoco a algo que se adquiere o se da de una manera natural, como aprender a caminar, sino que es algo mucho más complejo, y que detrás de todo esto está el hecho de sentir y pensar bien, el tener personalidad y ser hombre.

Educación Inclusiva


La educación es la base para mejorar nuestra vida y el desarrollo sostenible. Por tanto, el acceso a una educación de calidad ha de ser universal.  

En los últimos quinquenios, se han producido importantes avances con relación a la mejora de su acceso a todos los niveles y con el aumento  en las tasas de escolarización, sobre todo, en el caso de las mujeres y las niñas. También se ha mejorado en gran medida el nivel mínimo de alfabetización.

Sin embargo, es necesario redoblar los esfuerzos para conseguir mayores avances. La Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura tiene confiada la coordinación del logro de este Objetivo. Conoce su propuesta sobre la que ha de ser la educación del siglo XXI.

El logro de una educación universal inclusiva y equitativa de calidad exigirá esfuerzos cada vez mayores, especialmente en África Subsahariana y en Asia Meridional, así como para alcanzar a las poblaciones vulnerables, tales como las personas con discapacidad, los pueblos indígenas, los niños refugiados y los niños pobres de zonas rurales.

En 2014, aproximadamente casi dos tercios de los niños en el mundo recibieron enseñanza preescolar en el año anterior a la edad oficial de ingreso en la escuela primaria. Sin embargo, en los países menos adelantados esa proporción fue solo del 40 por ciento.

A pesar de los considerables avances en la matriculación en la enseñanza durante los últimos 15 años, en todo el mundo las tasas netas de matriculación ajustadas fueron del 91% en la enseñanza primaria, el 84% en el primer ciclo de la enseñanza secundaria y el 63% en la enseñanza secundaria superior en 2014.

Unos 263 millones de niños y jóvenes no estaban escolarizados, entre ellos 61 millones de los que están en edad de acudir a la enseñanza primaria. Las regiones de África Subsahariana y Asia Meridional registran más del 70% de la población no escolarizada en primaria y secundaria.

A pesar de que asisten a la escuela más niños que nunca, muchos no adquieren los conocimientos básicos de lectura y matemáticas. 

Estudios recientes de evaluación del aprendizaje muestran que en 9 de los 24 países de África Subsahariana y en 6 de los 15 países de América Latina sobre los que existen datos, menos de la mitad de los alumnos habían alcanzado niveles de competencia mínima en matemáticas al final de la enseñanza primaria. En 6 de los 24 países de África Subsahariana sobre los que hay datos, menos de la mitad de los alumnos que terminaron la enseñanza primaria habían alcanzado niveles de competencia mínima en lectura.

Las cuestiones relacionadas con la igualdad constituyen un desafío importante en la educación, según una evaluación reciente. 

En todos los países sobre los que hay datos, los niños del 20% de los hogares más ricos lograban mayores niveles de competencia en lectura al final de la educación primaria y el primer ciclo de la secundaria que los niños del 20% de los hogares más pobres. En la mayoría de los países que disponen de datos, los niños de las zonas urbanas obtuvieron mayor puntuación en lectura que los niños de las zonas rurales.

La falta de profesores capacitados y las malas condiciones de las escuelas de muchas zonas del mundo están poniendo en peligro las perspectivas de la educación de calidad para todos. 

África Subsahariana tiene un porcentaje relativamente bajo de docentes capacitados en los niveles de enseñanza preescolar, primaria y secundaria (44%, 74% y 55%, respectivamente). Además, la mayoría de las escuelas de la región no tienen acceso a electricidad ni a agua potable.

Según los datos de 65 países en desarrollo, el porcentaje promedio de escuelas con acceso a computadoras e Internet para fines docentes supera el 60% tanto en la enseñanza primaria como en la secundaria. Sin embargo, esa proporción no alcanza el 40% en más de la mitad de los países subsaharianos sobre los que hay datos.

La Asistencia Oficial para el Desarrollo (AOD) destinada a becas ascendió a 1000 millones de dólares en 2015, lo que representa una disminución respecto a los 1200 millones de dólares de 2014. Australia, Francia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte fueron los países que más aportaron para ese concepto.


La Envidia


Envidiar es una emoción que no sólo implica anhelar lo que otro tiene, querer estar pasando por la misma circunstancias que el otro; el acto de envidia implica mucho más: te coloca en un plano de continua insatisfacción y de queja permanente. 

La envidia nace de la sensación o de la creencia de que nunca voy a tener lo que el otro posee.

La excelencia y el triunfo siempre traen envidia. Nadie envidia a un miserable; pero si se envidian los logros, el reconocimiento, la casa, la familia, la pareja, los amigos.

Cuando te digan: "Lo que te digo no es para criticarte", "Te lo digo, pero no para destruirte", es porque te quieren eliminar. La afirmación de alguien en una conversación denota lo que esa persona tiene en su mente, de lo contrario, no necesitaría aclararlo. El envidioso dirá: "¡Ojo! No lo digo para que te vaya mal", pero tu y yo en el fondo sabemos que su intención es que no logres tus objetivos.

Un ejemplo claro de lo que quiero decir, lo encontramos en el siguiente cuento. 

Una serpiente estaba persiguiendo a una luciérnaga.

Cuando estaba a punto de comerla, ésta le dijo: "¿Puedo hacerte una pregunta?"
"Si", contestó la serpiente.
La luciérnaga pregunto: "¿Yo te hice algo?", "No", respondió la serpiente.
"¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?", "No", volvió a responder la serpiente.
Entonces ¿por qué me quieres comer? inquirió en insecto. 

"Porque no soporto verte brillar", respondió la serpiente.

Pensar En Nosotros


Puede que conozcamos a alguien o puede que nosotros mismos formemos parte de ese grupo de personas que están permanentemente obsesionadas con quedar bien. Y, en algunos casos, el adjetivo es precisamente ese: obsesionadas

A (casi) todos nos preocupa quedar bien y queremos ayudar a los demás; es normal y forma parte de nuestra presencia en la sociedad, pero hay una barrera bastante fina entre estar preocupados por los demás y que nos preocupe la imagen que tengan de nosotros y que nuestra vida se vea trastornada por ello. Hemos tomado un caso extremo, hablando con una persona que ha sufrido este problema y con la terapeuta que la ayudó a sobrellevarlo, para que arrojen un poco de luz sobre un asunto que afecta a más personas de las que pensamos.
A todos nos gusta quedar bien. Que los demás tengan buena opinión de nosotros, formar parte de ese grupo de gente de los que todos dicen «es muy buena persona» y sentirnos satisfechos con lo que hacemos por los demás. A priori, no tendría por qué haber un problema en todo esto. Pero, en ocasiones, lo hay. Es lo que le ocurrió a M.P., una mujer de 33 años que, en un momento de su vida en que todo parecía ir bien, empezó a sufrir episodios fuertes de ansiedad y decidió pedir ayuda.

En la consulta de su terapeuta, encontró una respuesta que ella ya imaginaba. 

«Vivía completamente obsesionada por quedar bien con los demás. Era algo a medio camino entre ayudar a la gente que quiero y reforzar la imagen que tenían de mí como alguien servicial. Si me enteraba de que se había muerto la tía abuela de una conocida, me escapaba al sanatorio en la hora de comer; si una amiga estaba enferma, aunque solo fuera un catarro, sacaba horas de donde fuera para ir a verla, a llevarle una revista o una sopa; si cualquier amigo me pedía que lo acompañara a un lugar, por muy aburrido que me pareciera, no tenía la capacidad de decir que no».

El problema de M.P. se encontraba, como ella misma reconoce, y como su terapeuta le hizo ver, a medio camino entre la obsesión por quedar bien y el complejo de rescatador, es decir, la constante necesidad de cuidar de los demás. «Llegó un momento de mi vida en que me di cuenta de tres cosas: la primera, que el estrés que nunca me había generado ni el trabajo ni ninguna otra cosa me lo estaba generando la necesidad de quedar bien con los demás; la segunda, que mi vida estaba a la cola de mis prioridades, y las de los demás siempre le pasaban por encima; y la tercera, que fue la que me hizo espabilar, que no me apetecía absolutamente nada todo lo que hacía. 

Se había convertido en una tortura ir a visitar a amigos enfermos, llamar constantemente para preguntar por la salud de sus familias y estar informada de si podía hacer algo por ellos. Y eso me hacía sentir hasta mala persona».
M.P. considera que haber buscado ayuda fue la mejor decisión de su vida. 

Había sufrido un par de episodios de ansiedad y decidió encontrar la causa. Su terapeuta nos explica brevemente cómo pudo ayudarla a ella (y, nos aclara, a bastantes más personas con este problema de las que imaginaríamos): «El primer paso fue localizar el origen de esa ansiedad que sufría. No fue difícil. Pronto se reveló que era la obsesión por quedar bien con la gente la que estaba afectándole profundamente».


El segundo paso llegó con la reformulación del término 'egoísmo'. «La idea de ser egoísta tiene una connotación negativa en la sociedad, y puede serlo en ocasiones, pero también es necesario. 

El egoísmo, como forma de poner nuestras necesidades por delante de las de los demás y, sobre todo, aprender a decir que no, es necesario»