lunes, 5 de marzo de 2018

La Envidia


Envidiar es una emoción que no sólo implica anhelar lo que otro tiene, querer estar pasando por la misma circunstancias que el otro; el acto de envidia implica mucho más: te coloca en un plano de continua insatisfacción y de queja permanente. 

La envidia nace de la sensación o de la creencia de que nunca voy a tener lo que el otro posee.

La excelencia y el triunfo siempre traen envidia. Nadie envidia a un miserable; pero si se envidian los logros, el reconocimiento, la casa, la familia, la pareja, los amigos.

Cuando te digan: "Lo que te digo no es para criticarte", "Te lo digo, pero no para destruirte", es porque te quieren eliminar. La afirmación de alguien en una conversación denota lo que esa persona tiene en su mente, de lo contrario, no necesitaría aclararlo. El envidioso dirá: "¡Ojo! No lo digo para que te vaya mal", pero tu y yo en el fondo sabemos que su intención es que no logres tus objetivos.

Un ejemplo claro de lo que quiero decir, lo encontramos en el siguiente cuento. 

Una serpiente estaba persiguiendo a una luciérnaga.

Cuando estaba a punto de comerla, ésta le dijo: "¿Puedo hacerte una pregunta?"
"Si", contestó la serpiente.
La luciérnaga pregunto: "¿Yo te hice algo?", "No", respondió la serpiente.
"¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?", "No", volvió a responder la serpiente.
Entonces ¿por qué me quieres comer? inquirió en insecto. 

"Porque no soporto verte brillar", respondió la serpiente.

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