Algunas emociones son positivas: como sentirte feliz,
cariñoso, seguro de ti mismo, inspirado, alegre, interesado, agradecido, o
incluido. Otras emociones pueden parecer más negativas: como sentirte enojado,
resentido, asustado, avergonzado, culpable, triste o preocupado. Tanto las
emociones positivas y negativas son normales.
Todas las emociones nos dicen algo acerca de nosotros mismos
y de nuestra situación. Pero a veces nos resulta difícil aceptar lo que
sentimos. Podemos juzgarnos a nosotros mismos por sentirnos de cierta manera,
como cuando nos sentimos celosos, por ejemplo. Pero en lugar de pensar que no
debemos sentirnos de esa manera, es mejor darse cuenta de lo que realmente
sentimos.
Tratar de evitar los sentimientos negativos o fingir que no
nos sentimos de la forma en que lo hacemos puede ser contraproducente. Es más
difícil superar sentimientos difíciles y que puedan desaparecer si no nos
enfrentamos a ellos y tratamos de entender por qué nos sentimos de esta manera.
No tienes que vivir obsesionado con tus emociones o hablar constantemente de
cómo te sientes. La conciencia emocional significa simplemente reconocer,
respetar y aceptar tus sentimientos a medida que ocurren.
Crear conciencia emocional
La conciencia emocional nos ayuda a conocernos y aceptarnos
a nosotros mismos. Así que ¿cómo puedes ser más consciente de tus emociones?
Comienza con estos tres sencillos pasos:
Trata de revisar lo que sientes en diferentes situaciones durante
el día, hazlo una práctica diaria. Puedes notar que te
sientes emocionado después de hacer planes para ir a algún lugar con un amigo.
O que te sientes nervioso antes de un examen. Puedes sentirte relajado cuando
escuchas música, inspirado por una exposición de arte, o contento cuando un
amigo te dice un cumplido. Simplemente observa cualquier emoción que sientas, y
dale un nombre a esa emoción en tu mente. Hacer esto solo toma unos segundos, pero
es muy buena práctica. Date cuenta de que cada emoción pasa y deja espacio para
la siguiente experiencia.
Califica qué tan fuerte es el sentimiento. Después que observas y
le das un nombre a una emoción, llévalo un poco más lejos: Califica cuán fuerte
sientes la emoción en una escala del 1 a 10, siendo 1 el sentimiento más leve y
el 10 el más intenso.
Comparte tus sentimientos con las personas más cercanas a ti. Es la mejor manera de
practicar poner las emociones en palabras, una habilidad que nos ayuda a
sentirnos más cerca de amigos, novios o novias, padres, entrenadores, cualquier
persona que nos rodee. Haz que el compartir sentimientos con un amigo o miembro
de la familia sea una práctica diaria. Podrías compartir algo muy personal o
algo que es simplemente una emoción cotidiana.
Al igual que cualquier otra cosa en la vida, cuando se trata
de emociones, todo mejora con la práctica. Recuerda que no hay buenas o malas
emociones.
No juzgues tus sentimientos, solo sigue notando y dándoles un nombre
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