Egocentrismo y grandioso sentido de la propia valía.
El psicópata tiene una autoestima muy elevada, un gran
narcisismo, un egocentrismo descomunal y una sensación omnipresente de
que todo le es permitido. Es decir, se siente el “centro del
universo” y cree que es un ser superior que debe regirse por sus
propias normas. Se comprende que con esta percepción de sí mismo aparezca ante
el observador como alguien sumamente arrogante, dominante y muy seguro en todo
lo que dice. Es claro que busca poder controlar a los demás, y parece incapaz
de comprender que otras personas tengan opiniones diferentes a las suyas.
En realidad, creen que sus capacidades les permitirán
lograr cualquier cosa.
Falta de remordimiento o sentimiento de culpa
No experimentan ninguna preocupación por los efectos de sus
actos en los demás y, en ocasiones, lo manifiestan claramente. Cuando
aseguran que “lo sienten” no es más que por dar una buena imagen; sus palabras
anteriores y posteriores y sus hechos suelen contradecir ese arrepentimiento.
Junto a esto, encuentran todo tipo de excusas para explicar los
desmanes que cometieron y, en muchas ocasiones, niegan en absoluto
que ellos fueran los responsables o que tales acontecimientos que se imputan
existieron en realidad.
Falta de empatía
Si mantienen lazos con algunas personas, será por puro
interés, no por sentir algo profundo hacia ellas; son, en realidad, como
posesiones que tienen, seres que tienen la misión de proveerles de sus
necesidades sin que hayan de recibir nada a cambio.
Mentiroso y manipulador
Mentir, engañar y manipular son talentos naturales para el
psicópata. Cuando se demuestra su engaño, no siente apuro alguno;
simplemente cambia su historia o retuerce los hechos para que se encajen de
nuevo. “El resultado es un conjunto de oraciones contradictorias y un oyente
completamente confuso”
.
En buena medida, las mentiras no pretenden ningún objetivo
concreto, sólo demostrar su habilidad para engañar. La gente suele
creer, cuando escucha al psicópata, que éste no se da cuenta de sus mentiras y,
en ocasiones duda de su estado mental.
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