La filosofía se hace las preguntas radicales, aquellas que
necesitamos responder para estar en claro, para saber a qué atenernos, para
orientarnos sobre el sentido del mundo y de nuestra vida, para saber quiénes
somos y qué tenemos que hacer y qué podemos esperar, qué será de nosotros
.
El pensamiento filosófico,
de acuerdo con Walter Riso, vive y consiste fundamentalmente en el intercambio
de preguntas y de respuestas. La pregunta se refiere a la última esencia y a
las más profundas raíces de una realidad.
Riso, en su libro El camino de los sabios, dice
que
"aunque las preguntas y respuestas van juntas y cada
una depende de la otra, ambas se complementan y alteran dependiendo de la
situación: hay momentos en que la resolución de problemas es fundamental para
la supervivencia y hay ocasiones en que las preguntas son más importantes que
las respuestas".
Riso agrega que las preguntas fundamentales de la vida
(¿Quiénes somos o cómo hemos de vivir?) siguen vigentes. Las preguntas fundamentales
sobre la propia existencia –señala Riso-, el sentido de la vida, la felicidad,
la libertad interior,
la relación con el cosmos no son una moda pasajera,
son las preguntas que nos hacen humanos y de las que no podemos prescindir.
El profesor Miguel
Ángel Ruiz García precisa que la filosofía consiste en la sana costumbre de
hacer preguntas y conservarlas.
El filósofo debe preguntarse, ya que el
preguntar filosófico es la actitud por la cual el hombre adquiere
distancia de lo cotidiano. Y la adquiere precisamente al dedicarle mayor atención.
En todo ello queda comprometido el hombre que se admira, ya que este – al
preguntarse – se cuenta por lo que sobrepasa la cerrazón factual de su
existencia.
Por su apertura a las cosas, bajo la formalidad de realidad, el
hombre puede interrogarse acerca de ellas y sobre él mismo. El hombre es el
único animal que se pregunta; vive preguntándose y preguntando a los demás. Por
ser el hombre conciencia abierta a lo real, es
esencialmente preguntón. Sus preguntas no son algo periférico.
El Hombre queda
envuelto en la pregunta, es él mismo pregunta con interrogante siempre abierto.
"Filosofar, según Heidegger,
consiste en preguntar por lo extraordinario, no sólo es extraordinario aquello que se pregunta, sino
el preguntar mismo es un más que
un modo de preguntar es un
buscar.
Todo buscar tiene su dirección previa
que le viene de lo buscado; Kart Rahner señala que "toda pregunta tiene un principio de una posible respuesta de ella
misma".
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