Identidad: algo que nos define
Con un simple vistazo a diferentes perfiles en las redes sociales podemos
ver las pequeñas descripciones que hacemos de nosotros mismos. Hay quien se
define como estudiante, futbolista, reportero, cinéfolo; mientras que otros se
definirán como una persona alegre, simpática, divertida, curiosa, pasional,
etc.
Como puede observarse, estos dos tipos de definiciones son
las más comunes y presentan una diferencia fundamental entre ellas. Unas
personas se definen por los grupos de los que forman parte, mientras que otras
se definen por sus rasgos personales. La Psicología define el autoconcepto, el yo o “self” como un mismo constructo formado
por dos identidades diferentes: La identidad
personal y la identidad
social.
La identidad social
La identidad social define
al yo (el autoconcepto) en términos de los grupos de pertenencia. Tenemos
tantas identidades sociales como grupos a los que sentimos que pertenecemos.
Por tanto, los grupos de pertenencia determinan el grupo un aspecto importante
del autoconcepto, para algunas personas lo más importantes.
Pongamos como ejemplo a un famoso cantante latino. Ricky
Martin forma parte de numerosos roles, y él mismo podría definirse como hombre,
artista, moreno, cantante, homosexual, millonario, hijo, latinoamericano,
padre, etc. Él podría definirse con cualquiera de ellos, pero seleccionará identificarse con aquellos
adjetivos que sienta que le diferencian más y le aportan un valor diferencial
al resto.
Otro ejemplo representativo lo podemos ver en las pequeñas
biografías que cada uno de nosotros tenemos en la red
social Twitter. Definirse en base a los grupos de pertenencia es tan
humano como juzgar a otras personas en función de su atuendo y conducta no
verbal.
Al formar una parte tan amplia de nuestro autoconcepto, de
forma irremediable, los
grupos determinan nuestra autoestima.
Recordemos que la autoestima
es una valoración emocional-afectiva que realizamos de nuestro propio
autoconcepto.
Por ello definirse en base a grupos de alto estatus social
supondrá una alta autoestima, mientras que quienes formen parte de grupos poco
valorados socialmente, tendrán que utilizar estrategias de apoyo en la
identidad personal para lidiar el decremento en su valoración.
De esta forma vemos el alto impacto que tienen en nuestra
autoestima y autoconcepto, los distintos grupos a los que pertenecemos.
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