El Desconcierto
Actualmente ocurren cosas
que superan largamente nuestra capacidad de asombro, todo parece indicar que
los acontecimientos se han desmadrado de sus cauces naturales de tal forma que
prácticamente todo puede suceder sin una causa aparente que lo amerite ni mucho
menos lo justifique.
“El mundo fue y será
una porquería
ya lo sé
En el quinientos seis
y en el dos mil también
Que siempre ha habido chorros
maquiavelos y estafaos
contentos y amargaos
valores y duble
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldad insolente
ya no hay quien lo niegue
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseados “
Solemos usar el término
desconcertado cuando queremos dar cuenta que hemos quedado sumamente
sorprendidos, anonadados o alucinados por la sucesión de determinado hecho que
no se esperaba sucediera o por una situación fuera de serie, sorprendente y
hasta espectacular que descoloca al destinatario o espectador.ya lo sé
En el quinientos seis
y en el dos mil también
Que siempre ha habido chorros
maquiavelos y estafaos
contentos y amargaos
valores y duble
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldad insolente
ya no hay quien lo niegue
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseados “
Entonces, generalmente, los seres humanos caemos en el desconcierto cuando sucede algo espectacular o algo que no esperábamos, por ejemplo, hace un tiempo participamos en un sorteo llenando un cupón tras nuestra compra en un comercio, pasa el tiempo y nos habíamos olvidado del hecho, sin embargo, recibimos una llamada telefónica del comercio que nos anuncia que hemos ganado el automóvil 0 km. que se sorteaba oportunamente, seguramente, nuestra primera reacción cuando nos digan que somos ganadores de un automóvil, será la de un absoluto desconcierto, luego, cuando nos vayan explicando recordaremos el hecho, saliendo del desconcierto y dando paso a la euforia por la alegría que nos produce la noticia del premio.
También, el desconcierto puede despertarse en otro tipo de situación, por ejemplo, cuando un compañero de trabajo con el cual no mantenemos para nada una relación fluida, sino más bien todo lo contrario, la misma se característica por su tensión constante, pero de pronto, ante la pérdida de un informe importante en nuestra área él nos defiende ante el jefe asegurando que es imposible que nosotros lo hayamos perdido porque ese día justamente no estábamos. Se produce algo totalmente inesperado y quedamos desconcertados
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