Psicología:
Las Huellas Indelebles
Oliva Delgado, centrándose en la teoría del
apego, analiza los cambios que se producen al iniciarse la adolescencia
referidos al tipo de relaciones con los “padres” y con “los iguales”, así como
el inicio de las “relaciones de pareja”:
“Los distintos
modelos de apego construidos en la primera infancia van a servir
para predecir en gran medida cómo se desarrollan estos procesos
relacionales. Así, la evidencia indica que los chicos y chicas con modelos
seguros van a resolver mejor la tarea de conseguir autonomía emocional de
sus padres, y también presentan un mejor desempeño en las
relaciones amistosas y románticas. Por el contrario, los adolescentes
preocupados/ambivalentes y autosuficientes/evitativos no sólo muestran más
dificultades relacionales, sino también un mayor desajuste emocional y
comportamental.
Muchos de los
problemas que presentan estos sujetos inseguros están relacionados con sus
limitaciones en la capacidad de regulación emocional que se ve muy
influida por la seguridad en el vínculo de apego establecido en la
infancia”.
Según la Real Academia de la Lengua Española, vínculo significa “unión o atadura de una persona
o cosa contra otra”.
Entonces, entendemos que “vínculo afectivo” sería la unión afectiva que
tenemos con otra persona, pero he de añadir que es importante resaltar que esa
“persona” sería una persona “significativa” para nosotros. Es decir, una
persona “importante” para nosotros con la cual hemos tenido algún tipo de
relación, y fruto de esta relación y del significado que hemos otorgado a ese
“otro significante”, surge la “vinculación afectiva”.
Una figura relevante en el estudio de los vínculos afectivos o del
apego fue el psicoanalista inglés Jonh M. Bowbly.
Bowlby formuló una Teoría del Apego en la cual postulaba “el apego afectivo de
aves y mamíferos es un proceso del desarrollo psicológico del animal,
incluyendo el humano, que se desarrolló como una tendencia de adaptación para
mantener proximidad a la figura del progenitor.”
Mary Ainsworth, realizó diversos trabajos relacionados con el estudio
de los vínculos afectivos. Mediante la creación de una situación experimental a
la cual denominó “Situación extraña”, Mary Ainsworth pudo observar y estudiar
los distintos tipos de apego.
Esta investigación fue desarrollada en 1960 por Ainsworth como parte de
un estudio longitudinal del proceso de apego.
La “situación extraña” es un proceso de laboratorio en el cual se
observa y estudia al niño, en su interacción con la madre (o cuidador) y con un
adulto (extraño) en un entorno no familiar.
Dicho experimento se diseñado para estudiar la calidad de la
relación entre el bebé y su cuidador/a o madre, por ello, durante la
observación es importante estudiar las reacciones que tiene el niño al
separarlo de la madre, así como cuando vuelve a reunirse con ella.
Se obtuvo una información muy valiosa para el estudio de las
diferencias en la “calidad de la interacción” entre la madre y el hijo,
así como su influencia sobre la formación del apego. M. Ainsworth
encontró tres patrones principales de apego:
(1) niños de apego seguro, que lloraban poco y se mostraban
contentos cuando exploraban en presencia de la madre.
(2) niños de apego inseguro, que lloraban frecuentemente,
incluso cuando estaban en brazos de sus madres.
(3) niños que parecían no mostrar apego ni conductas
diferenciales hacia sus madres.
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