Comprender que la
vida es movimiento, que nuestro cerebro aprende y reaprende, que nuestras
emociones son impulsos a la acción y nuestros pensamientos pueden
condicionarnos o favorecernos, y que compartir un espacio de Counseling nos
permite ser nosotros mismos en esta travesía de vivir cada día.
El ser humano es un ser emocional que razona, contrariamente a otros supuestos que sostenían que somos seres racionales.
El ser humano es un ser emocional que razona, contrariamente a otros supuestos que sostenían que somos seres racionales.
Como seres
emocionales que razonan, poseemos un cerebro distinto a otras especies, un
cerebro que los investigadores refieren como cerebro triuno, formado por el
cerebro instintivo, el emocional y el racional o de los lóbulos prefrontales.
Respondemos mucho
más rápido instintiva/emocionalmente para cumplir la función principal de
nuestro cerebro que es la supervivencia.
Todo estimulo exterior será captado
por los sentidos, según lo registremos Pro o Contra nuestra supervivencia. Si
percibimos pro o a favor, nuestra tendencia será acercarnos, confiar, etc. Si
por el contrario lo sentimos contra nuestra supervivencia, tenderemos a
alejarnos, huir, atacar, reaccionar, etc.
Para no ser
dominados por nuestros instintos y emociones, de manera que podamos ser conscientes
de las decisiones que tomamos, aprender cómo cuidarnos, prevenir en salud
física, emocional, intra e interpersonal, necesitamos darnos más tiempo.
Para
que nuestra corteza cerebral pueda realizar el llamado camino largo y
desarrollar las importantes funciones cognitivas y ejecutivas de las que son
capaces.
Posibilidades
Un proceso de
Counseling favorece el aprendizaje cognitivo y emocional que permite a las
personas:
Darse cuenta de sus sentires, pensamientos, emociones y comprender su propia biografía de vida.
Darse cuenta de sus sentires, pensamientos, emociones y comprender su propia biografía de vida.
Desarrollar la habilidad de encontrar las propias alternativas, contando con sus recursos, ponerlas en prácticas, tratar de persistir en el tiempo hasta afianzar hábitos y conductas favorables para el desarrollo personal.
Aprender a manejar
las emociones, tolerar las frustraciones que impiden a veces la resolución de
los conflictos interpersonales, etc.
Relacionar, discriminar aquellas cuestiones que nos hacen sentir de determinada manera y nos resultan desfavorables para poder modificarlas, previniendo nuestra salud integral.
Disfrutar del bienestar, generar aumento del bienestar, disminuir el estrés, aprender a cuidarnos, a cuidar.
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