Interpretar significa desentrañar el verdadero sentido de
algo, aunque generalmente quien interpreta, no puede hacerlo de modo totalmente
objetivo, poniendo su propia visión o subjetividad en
ello, sobre todo en temas ideológicos o artísticos.
La interpretación puede hacerse de textos, de palabras, de
ideas, de acontecimientos de la realidad, y puede expresarse a través del
lenguaje oral o escrito, por medio de representaciones teatrales, de la música
o de la danza.
Los pintores, o los músicos, por ejemplo interpretan la
realidad o sus estados anímicos en sus obras.
Cuando se interpreta un escrito o un discurso podemos
hacerlo de modo literal u objetivo, ateniéndonos solo a las palabras
expresadas, o de modo subjetivo intentando descubrir la real voluntad del
emisor interpretación libre, o sea darle una explicación según
su propia visión del tema.
Cuando realizamos una interpretación podemos muchas veces
equivocarnos, sobre todo si no existe la posibilidad de
dialogar con el emisor del mensaje para conocer su real intención.
Las palabras poseen la característica de ser ambiguas y vagas, por lo tanto
pueden ser susceptibles de ser entendidas de diversos modos.
En Derecho es importante interpretar las normas jurídicas
para darles su sentido correcto respetando la voluntad del legislador. Los
encargados de realizar esta interpretación son especialmente los jueces, que
deciden los casos concretos sometidos a su decisión,
a través de las sentencias, interpretando las normas jurídicas y también las
pruebas aportadas, para darles su adecuado alcance.
Los teóricos del derecho o
doctrinarios, también realizan interpretación de las normas, que sirven de
apoyo para basar las pretensiones de las partes litigantes, y también pueden
ser consideradas por los jueces en sus decisiones.
Cuando se habla de interpretación de los sueños, se alude a
que esas imágenes y sucesos que se nos presentan en el subconsciente, pueden
tener una significación que las vincule con el mundo real.
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