viernes, 30 de marzo de 2018

Romper Limitaciones


Hay momentos en la vida en los que buscas cambios y en medio de ellos se encuentra con crisis en las que no sabes a dónde ir, todo parece desplomarse, momentos en los que crees que nadie está ahí para ayudarte.

Momentos en los que crees que la mejor solución es echar reversa y retomar lo que habías dejado atrás, tal vez la peor decisión que puedes tomar.

Son esos momentos de la vida en los que uno decide echarse al agua, dar la pelea, enfrentarse al mundo, tal cual. Porque ya es hora de hacer lo que realmente le apasiona, porque ya es hora de dejar las máscaras atrás o simplemente porque cree que hay un mejor rumbo que tomar, esos momentos en los que uno decide renunciar a muchas cosas con el sueño de conseguir muchas otras.

Y es que no es fácil dedicarse a hacer lo que uno realmente quiere hacer, ni ser quien uno de verdad es. Yo sé que parece extraño, pero para muchos es más fácil llevar máscaras con tal de ser aceptado por su entorno, o mejor dicho, por la sociedad. 

También es fácil seguir haciendo lo que siempre hemos hecho, igual lo sabemos hacer muy bien y será difícil que alguien nos quite el “privilegio” de seguir en esa zona de confort que seguramente nos da mucha tranquilidad pero también nos hace infelices.

No nos digamos mentiras, siempre es mucho más fácil ser lo que todo el mundo quiere que uno sea, porque desde pequeños nos están vendiendo un mundo en el que lo importante es ser aceptado, tener un trabajo estable y ser uno más del montón, como si eso fuera suficiente para muchos a quienes los estigmas, los esquemas y los lineamientos de la sociedad nos saben  muy mal.

De un momento a otro la vida va pasando y uno se da cuenta que todo el tiempo se la pasó haciendo lo que los demás querían: porque era la carrera que toda mi familia ha estudiado, porque era la empresa donde han trabajado todos mis ancestros, porque en mi familia no pueden haber artistas, porque ser homosexual es un pecado, porque casarse y tener hijos es lo que todo el mundo debe hacer, porque hay que estudiar algo que de plata, porque y porque y porque…, y nos pasamos la vida con una cantidad de justificaciones inútiles que solo nos llevan a ser lo que realmente NO SOMOS.

Ley Cangreja: “La vida es eso que pasa mientras sigues siendo todo lo que a los demás les da la gana que seas y cada vez estás más lejos de quien realmente quieres ser”.

Uno tiene que aprender a soltar, a soltar todos esos pesos que nos echan desde pequeños y que a medida que vamos creciendo nos afianzan y nos van echando cada vez un poco más de peso, como para que no nos podamos mover de ese punto, de esa situación “ideal” que a todos hará felices por siempre, porque en últimas “es lo que debemos ser y hacer” ¡Puras patrañas!

Nos vendieron una idea muy errada de la vida, en donde los sueños propios no se pueden hacer realidad porque hay que hacer realidad los sueños de los demás.

Qué horrible estar toda la vida atado a lo que los demás piensan, hay momentos en los que hay que volar sin importar las consecuencias, sin importar el qué dirán. Pero nadie ha dicho que esto sea fácil, salir de la zona de confort es un tema muy complicado, sobre todo cuando el cambio en el estilo de vida es radical.

Las crisis hacen parte de la vida de los seres humanos, sin ellas no podríamos crecer ni superarnos, porque son las crisis las que le enseñan a uno lo valiente que puede ser a la hora de enfrentarse a cualquier situación.

Para muchos que hemos decidido tirarnos al agua, hacer lo que queremos y ser lo que realmente somos, estos momentos de crisis han llegado en uno u otro momento, es allí donde uno se pregunta si realmente valió la pena luchar por sus sueños o si hubiese sido mejor quedarse en esa zona de confort que lo llenaba a uno de nada.


Pensar en echarse para atrás es una de esas cosas que es normal en algún momento, pero es la peor decisión que se pueda tomar. 

La vida siempre será justa con quienes deciden enfrentarse al mundo para lograr ser y hacer lo que realmente desean, porque todo en la vida se devuelve y quienes trabajan para bien y hacen bien tarde o temprano reciben su recompensa, yo sé que suena a cuento de hadas pero es más cierto de lo que ustedes creen, todo en la vida se devuelve, pero tengan cuidado, porque lo malo también y a veces en cantidades superiores.

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