viernes, 23 de marzo de 2018

El Incentivo Constante Por Saber Más

Filosofía
El Incentivo Constante Por Saber Más
Origen de la Educación Moderna

En la antigüedad, los grandes metafísicos conciben la aprehensión del conocimiento sobre la realidad como un acto natural, producto de las reflexiones que el hombre hace para descifrar sus grandes o pequeñas interrogantes que se presentan en sus diversas realidades.

Por lo que Gorgia y Protágoras en los siglos V y IV a.C., interpelan la realidad del entonces y en consecuencia, Gorgia por un lado, señala que nada existe y que en caso de que algo existiera, no podría ser conocido y suponiendo que pudiera ser conocido, no podría ser comunicado a los demás. 

Y por otro; Protágoras, afirma que la realidad de las cosas es como aparece ante cada quien, ya que, no se puede decir de las cosas como ellas son en realidad, sino como se presentan ante cada quien. Por lo que no se puede emitir un juicio con pretensiones de universalidad, puesto que cualquier juicio es igualmente válido y en consecuencia el hombre sería la medida de todas las cosas. (García, 1979)

Se podría pensar que la realidad a la cual se refiere Gorgia, es al conocimiento como algo mutable; es decir, que no se puede transmitir sin que éste sufra cambios, ya que de alguna manera el conocimiento transmitido despierta una reflexión de los saberes que subyacen en el ser, que en consecuencia lo transforma, según el interés de lo que se quiera.

En otras palabras, el conocimiento, tal cual como lo dice Protágoras, pierde la rigurosidad y concreción de fijarse como un juicio universal sobre determinada realidad, cuando éste es sometido a las diferentes percepciones del pensamiento.
En relación con lo que se viene planteando, Heráclito de Efesio V siglos a.C, de acuerdo a Morente (1983), toma en cuenta los planteamientos de sus antecesores al señalar que todos son complejos y ningunos verdaderos o falsos, puesto que el ser auténtico; es decir, el ser en sí, es todo cuanto cae bajo la percepción humana en cualquier momento en una sucesiva fluencia de cambios.

Para Heráclito el verdadero ser de la realidad, es aquel que a la vez está dejando de ser, para volver a ser en un devenir continuo.

Como se puede apreciar, Heráclito al igual que Gorgia y Protágoras conciben el conocimiento sobre las cosas como algo que se modifica o transmuta según la percepción intuitiva del hombre sobre la realidad del contexto.

En discordancia a los planteamientos filosóficos arriba mencionados, emerge una técnica del pensamiento que pone fin al devenir y los incesantes cambios del conocimiento. 

Es decir, nace la lógica racional como una perspectiva que reduce, por medio de la argumentación del pensamiento, los diversos saberes del hombre a conocimientos inmutables y universales.



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