Filosofía
El Incentivo Constante Por Saber Más
Origen de la Educación Moderna
En la antigüedad, los grandes metafísicos conciben la
aprehensión del conocimiento sobre la realidad como un acto natural, producto
de las reflexiones que el hombre hace para descifrar sus grandes o pequeñas
interrogantes que se presentan en sus diversas realidades.
Por lo que Gorgia y Protágoras en los siglos V y IV a.C.,
interpelan la realidad del entonces y en consecuencia, Gorgia por un lado,
señala que nada existe y que en caso de que algo existiera, no podría ser
conocido y suponiendo que pudiera ser conocido, no podría ser comunicado a los
demás.
Y por otro; Protágoras, afirma que la realidad de las cosas es como aparece
ante cada quien, ya que, no se puede decir de las cosas como ellas son en
realidad, sino como se presentan ante cada quien. Por lo que no se puede emitir
un juicio con pretensiones de universalidad, puesto que cualquier juicio es
igualmente válido y en consecuencia el hombre sería la medida de todas las
cosas. (García, 1979)
Se podría pensar que la realidad a la cual se refiere
Gorgia, es al conocimiento como algo mutable; es decir, que no se puede
transmitir sin que éste sufra cambios, ya que de alguna manera el conocimiento
transmitido despierta una reflexión de los saberes que subyacen en el ser, que
en consecuencia lo transforma, según el interés de
lo que se quiera.
En otras palabras, el conocimiento, tal cual como lo dice
Protágoras, pierde la rigurosidad y concreción de fijarse como un juicio
universal sobre determinada realidad, cuando éste es sometido a las diferentes
percepciones del pensamiento.
En relación con lo que se viene planteando, Heráclito de
Efesio V siglos a.C, de acuerdo a Morente (1983), toma en cuenta los
planteamientos de sus antecesores al señalar que todos son complejos y ningunos
verdaderos o falsos, puesto que el ser auténtico; es decir, el ser en sí, es
todo cuanto cae bajo la percepción humana
en cualquier momento en una sucesiva fluencia de cambios.
Para Heráclito el verdadero ser de la realidad, es aquel que
a la vez está dejando de ser, para volver a ser en un devenir continuo.
Como se puede apreciar, Heráclito al igual que Gorgia y
Protágoras conciben el conocimiento sobre las cosas como algo que se modifica o
transmuta según la percepción intuitiva del hombre sobre la realidad del
contexto.
En discordancia a los planteamientos filosóficos arriba
mencionados, emerge una técnica del pensamiento que pone fin al devenir y los
incesantes cambios del conocimiento.
Es decir, nace la lógica racional
como una perspectiva que reduce, por medio de la argumentación del pensamiento,
los diversos saberes del hombre a conocimientos inmutables y universales.
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