Un trabajo debe reunir varios factores para ser considerado
un Buen Trabajo. No basta con un buen salario, un buen horario o buenas
relaciones por separado.
Debe existir una integración entre dichos factores y
otros tantos más. Por ello, en hemos desarrollado un
Decálogo del Buen Trabajo para que sepas cuáles son las condiciones mínimas,
más allá de las legales, que un trabajo debiese tener para ser satisfactorio.
El primer requisito y más fundamental es que en tu lugar de
trabajo se respete la dignidad del ser humano. Pero ¿qué
entendemos por dignidad?
La dignidad hace referencia al valor inherente del ser
humano por el simple hecho de serlo en cuanto a ser racional y dotado de
libertad.
Es el derecho que tiene cada ser humano, de ser respetado y valorado como ser
individual y social por el solo hecho de ser persona, independientemente de
cualquier característica particular que pudiera poseer.
La dignidad no es una
cualidad accidental (como la de ser hombre o mujer, sano o enfermo,
rico o pobre), sino que es algo esencial. En otras palabras, no hay
ser humano que esté desprovisto de valor intrínseco, de dignidad.
Para comenzar debemos entender que el respeto a la dignidad
es extensivo a todas las
personas con las que interactuamos o compartimos en nuestros trabajos. Esto
incluye a trabajadores, empleadores, clientes y proveedores. Es necesario considerar al
otro como a uno mismo, cuidando su vida y en la medida de lo posible
facilitándole los medios para vivirla dignamente.
Se oponen a la dignidad humana, los tratos humillantes,
discriminatorios, la violencia y la desigualdad legal. Por
tanto para cuidar la dignidad de las personas en nuestro trabajo debemos pensar
siempre si nuestra acción, actitud u omisión está perjudicando en alguna u otra
forma la dignidad del otro.
La dignidad implica además la libertad de trabajar y el derecho de
acceder a un puesto de trabajo en igualdad de condiciones, sin discriminaciones
de sexo, raza, creencia.
Por tanto, cada vez que una mujer es discriminada
salarialmente, cada vez que un migrante es discriminado en cuanto a que no
posee las mismas condiciones de trabajo que sus compañeros, es una falta a la
dignidad humana.
Cada vez que en nuestro lugar de trabajo se pone en riesgo
nuestra vida por falta de sistemas de seguridad es una falta grave a nuestra
dignidad humana, así como cada vez que somos víctimas de acoso laboral.
La persona denominada trabajador debe considerarse siempre como
sujeto de protección, cuidando tanto la integridad corpórea
como la moral en el desempeño de su labor, no pudiendo posibilitarse
cualquier injerencia hacia su privación o violación.
La dignidad y la sana convivencia son la base fundamental para que
pueda existir una sociedad en armonía, y se pueda lograr el pleno respeto de la
persona. Es a partir del reconocimiento y el respeto a la dignidad humana que
en las comunidades se otorgan e imponen derechos y obligaciones para la vida en
sociedad.
Implica
la obligación de asumir, de manera solidaria, el desarrollo de las
potencialidades, presentes en la naturaleza de todo ser humano y hace posible
la realización de la persona en todos sus aspectos.
Cabe insistir en que todo trabajo es digno e importante por
el hecho de ser realizado por una persona.
La dignidad del trabajo no reside en
el tipo de trabajo que uno realiza sino en la persona humana que lo realiza.
Por ello, es la persona humana quien confiere dignidad a cualquier trabajo y es
el trabajador quien hace digno el trabajo.
El trabajador debe por tanto
siempre, tratar y ser tratado dignamente.