El conflicto forma parte de la vida y es un motor de progreso, pero en determinadas condiciones puede conducir a la violencia. Para mejorar la convivencia educativa y prevenir la violencia, es preciso enseñar a resolver conflictos de forma constructiva; es decir, pensando, dialogando y negociando.
Un posible método de resolución de conflictos se desarrolla en los siguientes pasos:
Definir adecuadamente el conflicto.
Establecer cuáles
son los objetivos y ordenarlos según su importancia.
Diseñar las
posibles soluciones al conflicto.
Elegir la
solución que se
considere mejor y elaborar un plan para llevarla a cabo.
Llevar a la práctica la
solución elegida.
Valorar los resultados
obtenidos y, si no son los deseados, repetir todo el procedimiento
para tratar de mejorarlos.
Una buena idea
puede ser ir escribiendo las distintas fases del proceso, para facilitar su
realización.
En los programas de
prevención de la violencia escolar que se están desarrollando en los últimos
tiempos, se incluyen la mediación y la negociación como métodos de resolución
de conflictos sin violencia.
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