Desde la romántica idea de “querer cambiar el mundo” hasta
la más realista; “querer trabajar para uno mismo”, existen infinidad de razones
y motivaciones que nos llevan a querer emprender. Aunque muchas veces es la
combinación de varias de esas razones la fórmula que definitivamente nos lleva
a ello, siempre hay una que predomina.
Trabajar para uno mismo, con independencia, es una de las
razones más comunes y comprensibles que nos lleva a querer emprender. La idea
de que todos los beneficios que obtengamos a través de nuestro trabajo sean
“íntegros” para nosotros nos llama mucho la atención.
No obstante, no hay que olvidar que el tener toda esa
libertad e independencia, genera a su vez muchas responsabilidades, ya que al
ser emprendedores y dueños de nuestro propio Trabajar de manera rutinaria, sin
motivaciones, sin metas… se convierte en todo lo contrario cuando decides
emprender.
Cuando eres emprendedor te transformas en un apasionado de tu idea
y, por ello, no te falta ni motivación ni ganas para trabajar en sacarla
adelante. Cada día es un reto y una satisfacción personal, ir superando las
dificultades, demostrándose a uno mismo su valía y perseverancia.
De este modo, experimentamos un constante y veloz
crecimiento tanto personal como profesional.
En este punto también entra en juego cuando queremos poner
en valor los conocimientos y experiencia que poseemos en un sector determinado,
en el cual estamos muy metidos y creemos que podemos aportar más valor.
Los
emprendedores que desarrollan ideas de negocio basadas en sus propias vivencias
y sapiencias, tienen muchas más posibilidades de triunfar, ya que el
conocimiento del mercado en el cual se integra tu proyecto, además del público
y la competencia, agrega muchos puntos a tu favor.
En este sentido, muchas veces a lo largo de nuestra vida y
carrera profesional nos topamos con personas con las que formamos increíbles
equipos y junto a las que consideramos que podemos ser capaces de realizar
proyectos con mucho potencial.
Aquí nace otra de esas razones que nos pueden
llevar a querer emprender, si contamos con un buen equipo humano de calidad,
tenemos mucho ganado para conseguir sacar adelante un proyecto emprendedor.
A través de las startups es la mejor forma de acceder
rápidamente a muchos conocimientos y experiencias, querer aprender tanto del
equipo como de los clientes, puede ser otra razón importante que nos lleve a
querer emprender.
La típica frase que se escucha mucho en el sector
emprendedor de “aprendí más trabajando un mes en una startups que trabajando
cinco en una empresa” aunque suene a tópico, se cumple a la perfección.
Trabajar en una startups te aporta un conocimiento que fundamenta tus futuras decisiones.
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