domingo, 20 de mayo de 2018

Aprender Haciendo


Desde la romántica idea de “querer cambiar el mundo” hasta la más realista; “querer trabajar para uno mismo”, existen infinidad de razones y motivaciones que nos llevan a querer emprender. Aunque muchas veces es la combinación de varias de esas razones la fórmula que definitivamente nos lleva a ello, siempre hay una que predomina. 

Trabajar para uno mismo, con independencia, es una de las razones más comunes y comprensibles que nos lleva a querer emprender. La idea de que todos los beneficios que obtengamos a través de nuestro trabajo sean “íntegros” para nosotros nos llama mucho la atención.

No obstante, no hay que olvidar que el tener toda esa libertad e independencia, genera a su vez muchas responsabilidades, ya que al ser emprendedores y dueños de nuestro propio Trabajar de manera rutinaria, sin motivaciones, sin metas… se convierte en todo lo contrario cuando decides emprender. 

Cuando eres emprendedor te transformas en un apasionado de tu idea y, por ello, no te falta ni motivación ni ganas para trabajar en sacarla adelante. Cada día es un reto y una satisfacción personal, ir superando las dificultades, demostrándose a uno mismo su valía y perseverancia.

De este modo, experimentamos un constante y veloz crecimiento tanto personal como profesional.

En este punto también entra en juego cuando queremos poner en valor los conocimientos y experiencia que poseemos en un sector determinado, en el cual estamos muy metidos y creemos que podemos aportar más valor. 

Los emprendedores que desarrollan ideas de negocio basadas en sus propias vivencias y sapiencias, tienen muchas más posibilidades de triunfar, ya que el conocimiento del mercado en el cual se integra tu proyecto, además del público y la competencia, agrega muchos puntos a tu favor.

En este sentido, muchas veces a lo largo de nuestra vida y carrera profesional nos topamos con personas con las que formamos increíbles equipos y junto a las que consideramos que podemos ser capaces de realizar proyectos con mucho potencial. 

Aquí nace otra de esas razones que nos pueden llevar a querer emprender, si contamos con un buen equipo humano de calidad, tenemos mucho ganado para conseguir sacar adelante un proyecto emprendedor.

A través de las startups es la mejor forma de acceder rápidamente a muchos conocimientos y experiencias, querer aprender tanto del equipo como de los clientes, puede ser otra razón importante que nos lleve a querer emprender.


La típica frase que se escucha mucho en el sector emprendedor de “aprendí más trabajando un mes en una startups que trabajando cinco en una empresa” aunque suene a tópico, se cumple a la perfección.

Trabajar en una startups te aporta un conocimiento que fundamenta tus futuras decisiones.

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