Cada año parece que necesitamos más la llegada de las
vacaciones. Las prisas y la acumulación de tareas es una constante en el hombre
y la mujer actual. La acción, el movimiento, el ruido se ha convertido en
compañeros de viaje inseparables en nuestro quehacer diario.
Sin embargo, las doctoras Montserrat Noguera y Padma
Solanas, autoras de «La fuente de
la salud» advierten que hay que cultivar el silencio
interior, convertirlo en un hábito y practicarlo a diario. Se puede hacer
«cómodamente sentados, por ejemplo, o bien al caminar de una forma consciente.
También la contemplación de la belleza y la grandeza de la naturaleza es una
forma inmejorable de hacerlo».
Otra forma de cultivar el ser es educar el sentido del
asombro «que yace adormecido en nuestro interior ante la predecible
tiranía de la cotidianeidad. En cierta manera —matizan— la felicidad del ser
humano está íntimamente vinculada a la capacidad de asombro» porque la mirada
rutinaria de las cosas nos enferma»
.
En su opinión estamos hiperestimulados, de ahí que se hable
del síndrome del agotamiento profesional, «burn out», una patología severa
relativamente reciente que está estrechamente relacionada con el ámbito laboral
y el estilo de vida que se lleva. «Pagamos un altísimo precio por dicho ritmo
trepidante de vida, la salud y nuestra felicidad.
Es preciso que haya una gestión natural del estrés».
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