Otro atributo que el conocimiento da, es el de hacer
poderosas a las naciones: el país que promueve a sus inteligencias y las dota
con el acopio suficiente de conocimientos, llega a alcanzar un enorme poder,
pues la inteligencia y el conocimiento provocan el surgimiento de un avance
hacia el progreso casi sin límites y no precisamente un poder bélico, sino
propicio para tener un pueblo bien alimentado y mejor vestido, con un hogar cómodo,
y una familia satisfecha, con buenas perspectivas para los hijos y para una
vejez digna, que contribuyó, a su vez, en el progreso de su nación, lo
cual vaticina un devenir sin mayores sobresaltos.
Tenemos el ejemplo de Japón, nación que no posee arma atómica
y que sólo con sus inteligencias y el acervo de conocimientos que atesora ha
alcanzado un poder económico inmenso. Aún la bomba atómica que fue creada por
la mente del hombre dotado de conocimientos bastos, es obra de la inteligencia,
pero esa energía, bien utilizada y bien manejada en todos sus aspectos podría
dar buenos frutos, sin peligro. Aquí es donde interviene la aplicación de
la ética, de la moral, del control de las ambiciones y del amor a la
humanidad.
Otro ejemplo sería la nación estadounidense, poderosa
no por su arma atómica, sino por sus inteligencias que le han dado un brillo
singular.
¿Quiénes crearon la electricidad, el telégrafo, el teléfono,
la computadora, la imprenta, la penicilina, etc. sino las inteligencias que
bebieron de la fuente: del conocimiento?
Esto demuestra que la inteligencia sin conocimiento es nula.
¿Quién puede negar el valor supremo del conocimiento que es
la base del avance de las inteligencias y por lo tanto de los pueblos del
mundo?
Hombres esforzados, que no perdieron el tiempo y que sus
sociedades de alguna manera les abrieron el camino, creando las condiciones
idóneas para que lograran todas sus aspiraciones, aspiraciones que son las
mismas que las de todo el género humano.
De ahí que, reitero, el conocimiento eleva a un país ayudando
a la solución de sus problemas complejos y también dotándolo de bienestar
y satisfacción.
Las necesidades del ser humano y de la sociedad, han
promovido la búsqueda del conocimiento para ser creativo. Los países que
desarrollan la ciencia, la cultura y el arte están a la vanguardia. Los pueblos
que no se han preocupado por darle mayor importancia a la preparación de la
inteligencia de sus ciudadanos, quedan rezagados.
Los pueblos avanzados
lo son, porque sus políticas van encaminadas a apoyar en todos
sentidos a sus ciudadanos, sobre todo, les brindan el acceso a las
fuentes del conocimiento para hacer realidad la formación de personalidades
eficientes. Por las anteriores razones pongo a consideración que
Bacón no estuvo equivocado en afirmar en su frase célebre que le hizo
inmortal:
“El conocimiento es poder”.
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