“Si tuviésemos suficiente
voluntad, casi siempre tendríamos medios suficientes”. (La Rochefoucauld).
No desfallezco en la búsqueda de nuevas opciones, oportunidades y alternativas.
El optimista vital, inteligente y tenaz, cuando ya no hay motivos para la esperanza, no pierde ni un átomo de su energía ni de su tiempo en lamentos que le debilitan. Por eso lo sigue intentando con nuevas acciones y renovado esfuerzo, porque sabe muy bien que es en la persistencia, en la fe y en la esperanza inquebrantable en el terreno propicio en el que se producen los “milagros”.
El optimista vital es la voluntad personificada y si cae siete veces se levanta ocho con mayor y más renovado entusiasmo y piensa como William Thomson que la casualidad favorece a las mentes y a las voluntades entrenadas. Al final, lo imposible se hace posible, con pasión, persistencia inteligente y amor.
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