El principio básico del cual
emerge es simple: juicios que se basan en la experiencia y la experiencia es
interpretada por cada individuo en términos de su propia cultura
El relativismo cultural parte de la idea de que la sociedad
cambia rápidamente, por lo que cada vez más culturas poseen una interacción más
estrecha entre sí. Esta interacción puede ser positiva o negativa, dependiendo
del nivel de sensibilidad y respeto que la gente tenga por otros grupos
culturales.
Según
esta corriente de pensamiento, gran parte del conocimiento humano tiende a
estar socialmente condicionado. En otras palabras, el pensamiento está
determinado por la sociedad, y además es dirigido de acuerdo con lo que el
grupo social indique (Mannheim, 1936).
Características
del relativismo cultural
El relativismo cultural es en esencia un enfoque de
la naturaleza y el papel de los valores en la cultura. Algunas de sus
características son:
Utiliza datos frescos y transculturales que han
sido obtenidos por el estudio de los sistemas de valores subyacentes de las
sociedades, con el fin de argumentar, a partir de hechos, sobre las diferencias
entre las perspectivas culturales y así dar una conclusión sobre el estado de
la moralidad.
Afirma que la cultura es flexible y que tiene
muchas posibilidades de elección dentro de su marco, debido a que se reconoce
que los valores mantenidos por un pueblo determinado no implican que los mismos
serán una constante en la vida de generaciones sucesivas del mismo grupo.
Señala que la cultura no es un sistema cerrado de
moldes rígidos, a los que el comportamiento de todos los miembros deben
conformarse.
Existen diversas categorías
en el relativismo cultural, como por ejemplo: la conceptual, la histórica, la
objetiva, la ontológica, la metaética, entre otras. Sin embargo, existen tres
tipos clásicos que son: el metodológico, el cognitivo, y el moral y ético.
El relativismo cultural es una teoría sobre la
naturaleza de la moralidad. A primera vista, parece bastante plausible. Sin
embargo, como todas estas teorías, puede evaluarse sometiéndose al análisis
racional y cuando se analiza, encontramos que no es tan plausible como parece
ser.
Lo primero que se debe notar es que en el corazón
del relativismo cultural hay una cierta forma de argumento. La estrategia
utilizada por los relativistas culturales es argumentar, a partir de hechos,
sobre las diferencias entre las perspectivas culturales, para poder una
conclusión sobre el estado de la moralidad.
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