Intentar lograr nuestro propio bienestar y beneficio no es
ser egoístas. En primer lugar debemos aprender a valorar lo que tenemos y, a
continuación, luchar por conseguir aquello que nos merecemos.
Aunque nos sorprenda, no todo el mundo tiene claro por qué tipo de cosas luchar en
esta vida. Hay quien se esfuerza cada día por conseguir más
cosas, por tener más objetos, más dinero, más bienes.
Si bien no podemos negar que necesitamos de una remuneración
económica para vivir, no se trata en realidad de priorizar este aspecto en
exclusiva.
Hay aspectos por los que deberíamos exprimir hasta el
máximo de nuestras fuerzas, hasta nuestro último aliento. Hay que luchar por aquellos a quienes amamos,
por nuestros hijos, nuestras parejas y,
sin duda, también por nosotros mismos.
Por nuestro bienestar y equilibrio emocional. Porque nadie es egoísta al luchar por
uno mismo. Es sentirnos bien con lo que somos y tenemos para
poder hacer felices también a los demás.
En ocasiones, la vida nos trae cosas que ninguno de
nosotros merecemos. Nadie merece ser infeliz, ni sufrir
desilusiones, ni ser abandonado, ni padecer dolores o contraer determinadas enfermedades.
Sin embargo, el día a día, o quizá ese destino sutil, nos
pone a prueba casi sin piedad trayéndonos cosas que no esperábamos. ¿Qué
debemos hacer entonces?
No rendirnos. La vida es una lucha continua, una superación
sin descanso. Hay que luchar por vencer a la adversidad y, a su
vez, por conseguir aquello que deseamos.
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