domingo, 10 de junio de 2018

Ser Tolerantes


Cada día se nota más en la sociedad la falta de tolerancia y de respeto para con los demás. Quizás las razones son inexplicables, pero todos en algún momento han cruzado el límite de la cortesía y han agredido al otro. Algunas veces sin intención.

El respeto debe ser un valor, según los expertos, infundido desde la infancia, que al contrario de ser conceptual es un hábito que se debe poner en práctica a diario. 

Aunque muchos recibieron la lección de sus padres, es cumplirlo con el prójimo, por eso siempre se debe buscar conocer la opinión, pensamiento e ideas de los demás.

La pregunta es ¿Por qué cuesta respetar las diferencias? El principal motivo, de acuerdo con los especialistas en sicología, es porque muchas veces las personas no logran tener el respeto hacia sí mismos, esto hace que sea imposible darlo a los demás. Otro motivo es debido al egocentrismo que los acapara, en el que persistentemente desea que su posición sea primero, sin importar lo que piensen o sientan los demás.

Los expertos consultados resuelven las inquietudes frente a este tema y dan algunos consejos para evitar caer en faltas de respeto o intolerancia con sus familiares, amigos o conocidos.

Primero respétese usted.

Dora Herrera, Facilitadora de Desarrollo personal, opina que la principal razón por la que cuesta respetar la opinión de los demás es porque no se respetan a sí mismos.

“Este es un valor, una virtud, que para saber qué es, debo iniciar por mí.

Simultáneamente adquiero capacidades de respeto al otro y los otros. No solo la opinión sino el sentimiento. Una vez que comprenda esto, empiezo a saber que debo escucharme y escuchar, lo auto controlo, conozco mis límites, asumo una actitud de respeto, la proyecto a los demás y valoro a los que me rodean”, puntualiza la Facilitadora. 

La Actitud Coherente


Podemos suponer que actuando en base a nuestras propias convicciones basta para ser coherentes, pero existe el riesgo de adoptar una actitud traducida en un “soy como soy y así pienso”. Efectivamente, la coherencia exige esa firmeza y postura, pero se necesita un criterio bien formado para no caer en la obstinación.

Todo indica que en algunos momentos exigimos coherencia en los demás: recibir un justo salario, colaboración por parte de los compañeros de trabajo, que nos procuren atenciones en casa, la lealtad y ayuda de los amigos. Pero esto debe llevarnos a reflexionar si trabajamos con intensidad y en equipo, si correspondemos con creces a los cuidados que recibimos en casa, si somos leales y verdaderos amigos de nuestros amigos. 

Siempre debemos estar conscientes que la coherencia hasta cierto punto es flexible. Por una parte es aprender a callar y ceder en las cosas sin importancia; pero en circunstancias en las que el prestigio y la seguridad de las personas, la unidad familiar o la estabilidad social están en juego, se tiene la obligación de enfrentar la situación para evitar un daño a los derechos de los demás. Este es el motivo por el cual, el ejercicio de la prudencia es determinante, para saber actuar acertadamente en cualquier circunstancia.

¿Qué se necesita para ser coherentes, voluntad o conocimiento de los valores? En estricto sentido, ambos. Voluntad para superar nuestro temor a ser “diferentes” con el implícito deseo de ser mejores y ayudar a los demás a formar los valores en su vida. Con el conocimiento, hacemos más firmes nuestros principios, descubriendo su verdadero sentido y finalidad, lo que necesariamente nos lleva a ejercitarnos en los valores y vivirlos de manera natural.

Para la práctica y vivencia de este valor puedes considerar:

- Examina si tus actitudes y palabras no cambian radicalmente según el lugar y las personas con quien estés. Que en todo lugar se tenga la misma imagen y opinión de ti.

- Piensa en la coherencia que exiges de los demás y si tu actúas y correspondes, al menos, en la misma proporción

- Se prudente para elegir amistades, lugares y eventos. Así no tendrás que esconderte, mentir y comportarte en forma contraria a tus principios.

- Evita hacer trampa o cumplir con tus obligaciones a medias. Aunque sea lo más fácil y nadie se percate de ello por el momento.

- Procura no ser necio. Considera que algunas veces puedes estar equivocado, escucha, reflexiona, infórmate y corrige si es necesario.

- Evita discusiones y enfrentamientos por cosas sin importancia. Si hay algo que defender o aclarar, no pierdas la cordura. Serenidad, cortesía y comprensión

La experiencia demuestra que vivimos con mayor tranquilidad y nuestras decisiones son más firmes, al comportarnos de manera única; que a la larga, todos aquellos que alguna vez se burlaron de nuestros principios, terminan por reconocer y apreciar la integridad de nuestra persona. Por este motivo, la unidad de vida aumenta nuestro prestigio personal, profesional y moral, lo cual garantiza incondicionalmente la estima, el respeto y la confianza de los demás. 

El Aprendizaje

La propia experiencia es el mejor camino para aprender, ya que, de otra forma, no sería nuestro aprendizaje, sino el de aquellas personas que vivieron la experiencia. Solo a través de las vivencias, aceptando los errores y los fallos, podremos sacar nuestras propias conclusiones para seguir adelante.

Aprender es avanzar y crecer, sin que nada ni nadie nos pare, sorteando las dificultades y los obstáculos, reflexionando acerca de los fallos y superándolos. Vivir es experimentar, y  esto forma parte de nuestra esencia humana, y de nuestro instinto de curiosidad.

Podríamos decir que la vida es un camino de aprendizaje, y que por tanto, la única manera de superarlo es viviendo. Nunca aprenderemos a través de la experiencia de otros, a pesar de su consejo, su insistencia y su guía educativa.

El ser humano es mamífero que nace más desprovisto de estrategias de autonomía e independencia. Es cierto, que al nacer dependemos de los adultos para sobrevivir, aunque también es cierto que de forma instintiva e impulsiva buscamos tener nuestras propias experiencias para aprender, y por tanto, para crecer.

“La experiencia es algo que no consigues hasta justo después de necesitarla”
-Sir Laurence Olivier-

Por esto, para aprender, tenemos que explorar, descubrir, fallar y acertar. Es decir, en muchas ocasiones, aprenderemos por ensayo y error, hasta encontrar el camino del éxito. Desde bien pequeños aprendemos más de nuestras propias vivencias que de los consejos adultos.

Ya que al vivir la propia experiencia, la interiorizamos de forma significativa y profunda. Así, aunque esto nos lleve más tiempo y esfuerzo, sin ninguna duda, lo conservaremos toda la vida ya que la mayoría de estos aprendizajes quedaran en nuestra memoria acompañados de su respectiva huella emocional.

“Una espina de experiencia vale más que un bosque de advertencias”
-James Russell Lowell-


Es importante aceptar que, sin ninguna duda, nos equivocaremos, fallaremos y erraremos, sin embargo, es la única manera de avanzar y de llegar donde nos propongamos. Tenemos derecho a equivocarnos, porque no somos perfectos, y esto no es un fracaso, sino parte del aprendizaje de la vida.


Compartir Nuestras Diferencias


Cuando se trata de relacionarnos con otras personas, generalmente preferimos buscar la afinidad, las formas similares de pensar, los individuos que “piensan como yo”. Desafortunadamente, tenemos la falsa creencia de que esta es la mejor forma de tener y mantener relaciones de largo plazo, de tener un mayor crecimiento y mejores resultados, pero la verdad es que esto no es necesariamente así. Puedo afirmar que, en la mayoría de los casos, ocurre todo lo contrario.

Veamos: es posible crear nuevas posibilidades y nuevas maneras de hacer las cosas, pero solo si tenemos una mente abierta; si poseemos la inteligencia emocional para aceptar las diferencias de los demás (y, sobre todo, para buscar las cualidades, en cada una de las personas que conozca, que sean diferentes a las mías).

La vida me ha enseñado que las relaciones más efectivas que podemos construir se basan precisamente en las disidencias, las diferencias, la diversidad de ideas, las cualidades o los atributos que nos resultan ajenas. En lugar de centrarnos en los defectos o las disimilitudes de los otros, es posible complementar, con esos atributos, la capacidad personal. Como bien señalaba Stephen Covey, “Si dos personas tienen la misma opinión, una de ellas sale sobrando”.

Las palabras que generalmente escucho, cuando tratamos este tema de las diferencias, son las siguientes: “No puedo comunicarme con los que no son afines a mí”.“Nunca nos llevaremos bien”. “Pensamos de forma totalmente opuesta”.

Así, ¿qué resulta más productivo? ¿Un par de personas que, por pensar de la misma forma, da lo mismo escuchar a cualquiera de las dos? ¿O dos personas que, por pensar diferente, ofrecen posibilidades y perspectivas nuevas para hacer las cosas y que, por ende, ayudan a nuestro crecimiento y aprendizaje?

La efectividad del funcionamiento de un equipo, desde una familia hasta una empresa, se basa en apreciar las diferencias positivas que caracterizan a cada uno de sus integrantes. Al valorar la diversidad, el aprendizaje es continuo, gracias a la complementariedad de opiniones y habilidades. 

Toma en cuenta que, para establecer relaciones duraderas en todos los roles de tu vida, lo que señala James Fredericks:“Gran parte de la vitalidad de una amistad reside en el respeto de las diferencias, no solo en el disfrute de las semejanzas”.

Es importante que te cuestiones, revises (y de ser necesario, cambies) tu forma de pensar, y verifiques si no estás bloqueando tus posibilidades de relacionarte sanamente con otros. Esa barrera normalmente se manifiesta en esta frase: “Es que piensa diferente a mí”
.
A manera de reflexión, quiero compartirte una breve historia que leí recientemente:
Hubo en la carpintería una extraña asamblea; las herramientas se reunieron sobre un trozo de madera para arreglar sus diferencias. El martillo fue el primero en ejercer la presidencia, pero la asamblea le notificó que debía renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido, y se pasaba el tiempo golpeando. El martillo reconoció su culpa, pero pidió que fuera expulsado el tornillo: había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. El tornillo aceptó su suerte, pero a su vez pidió la expulsión de la lija: era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. La lija estuvo de acuerdo, con la condición de que fuera expulsado el metro, pues se la pasaba midiendo a los demás, como si él fuera perfecto. En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo, utilizando alternativamente el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Al final, el trozo de madera se había convertido en un lindo mueble.

Cuando la carpintería quedó sola otra vez, la asamblea reanudó la deliberación. Dijo el serrucho: “Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestras flaquezas, concentrémonos en nuestras virtudes”.

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba solidez, la lija limaba asperezas y el metro era preciso y exacto. Se sintieron como un equipo capaz de producir hermosos muebles, y sus diferencias pasaron a segundo plano.

Es importante señalar que es indispensable involucrar al carpintero (es decir, el líder moral) en cualquier equipo o compañía. Es él quien coordina y usa a todas las herramientas para fabricar los muebles. Sin un ‘carpintero’ que fije una visión común, difícilmente se lograrán los acuerdos entre las solas herramientas.

Cuando el personal que compone un equipo de trabajo suele buscar defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, al tratar, con sinceridad, de percibir los puntos fuertes de los demás, florecen los mejores logros. Es fácil encontrar defectos, cualquier necio puede hacerlo. Pero encontrar cualidades es una labor para las personas superiores que son capaces de inspirar el éxito en los demás.

Es vital resaltar que, para que el equipo funcione de manera eficiente, debe tenerse y compartirse una visión común entre sus miembros, y contar con un líder que coordine las habilidades individuales.


El Mundo Del Aquí Y El Ahora


¿Dónde está el límite del pasado y donde comienza el futuro? En realidad, ni el pasado ni el futuro están sucediendo en el presente, porque no son el presente, lo único real es el instante del ahora; como lo único que corta de la espada es el filo.

El pasado lo fue y el futuro aún no está aconteciendo; por tanto, el pasado y el futuro no están existiendo.

Necesitamos coraje para vivir el presente y limpiar el pasado, necesitamos coraje para enfrentarnos –desde lo que realmente somos– al futuro; a un futuro recolector de una cosecha fructífera. También debemos preparar el terreno para el último destino después de la muerte, ya que hay que vivir como si fuésemos a morir hoy mismo y aprender a morir como si fuésemos a vivir eternamente. 

Somos seres de paso, sí, pero de paso para vivir el Aquí y el Ahora, disfrutando de la vida, mirando a un futuro prometedor.

Se puede conocer el pasado y liberarse del sufrimiento conociendo las intenciones o actitudes más profundas que pulsan dentro de cada uno; para ello tendremos que bucear en el Inconsciente. Somos el resultado de la calidad de nuestras intenciones, cosechando según la calidad de la siembra. La intención sincera es semilla que fructifica.

Soy responsable de lo que he hecho o no he querido hacer en mi vida. De todas las vivencias que he tenido, todas ellas dejaron grabaciones en mi memoria y en mi cuerpo, condicionando el presente el modo en que me relaciono conmigo mismo y con el mundo. Estas pautas de comportamiento, con sus aciertos y errores, son rutas habituales que condicionan mi modo de ser en el mundo. Son los comportamientos automáticos, condicionamientos, huellas que he grabado en mi memoria y que voy repitiendo a cada paso.

Mi pasado personal está actuando en el Aquí y Ahora al repetir los programas del ayer. Pero el objetivo es vivir el instante para no ser afectado por la programación de los conflictos de un pasado.

Vivir el momento, el eterno presente; es retornar a uno mismo, a la esencia
Vivir el presente es estar en una dimensión fuera del pasado y del futuro, vivir el instante es puro conocimiento y sabiduría.

El corazón del ser humano tiene la facultad para interpretar las señales que le llegan del cielo, no es la mente mecánica con sus programas la que decodifica estas señales.

Viviendo el instante, es cuando adquirimos conocimiento; no lo adquirimos viviendo el pasado, porque el pasado ya sucedió, ni tampoco adquirimos conocimiento en el futuro, porque el futuro aún no se ha dado.

Si te preguntas, ¿qué hago en este momento? Nada en especial, simplemente hacer lo que ha sido decretado para ti en ese mismo momento.
 

Aceptar lo que viene en cada momento es aceptar el destino; aceptación es amor. Si aceptamos, las cosas se facilitan y nuestras capacidades se despiertan. 

Nuestra actitud en el momento es un estado de alerta, sin juzgar, simplemente observando desde la consciencia. Viviendo el momento, la armonía se manifiesta y se dispersa el sufrimiento

La Etnodiversidad


No se trata de imponerse privaciones ni practicar la ascesis.  

Pero si deseamos disfrutar durante mucho tiempo y con plenitud de cuanto nos brinda la vida no nos queda más remedio que modificar nuestra forma de comportarnos. No para mermar nuestra paleta de sensaciones, sino, antes bien, para ampliarla, para enriquecerla, para buscar otras satisfacciones que podrían resultar intensas.

¿No distinguimos, acaso, en lo referente a las fuentes de energía, entre la energía fósil, que se agota y contamina, y las energías renovables, como las olas, la energía eólica o la geotérmica, que no se agotan? Podrían hacerse distinciones así al hablar de nuestro modo de vida. Podemos intentar satisfacer las necesidades y gozar de los placeres de la existencia consumiendo más, lo que supondrá una carga para los recursos del planeta y acarreará tensiones destructivas. 

Pero también podríamos hacerlo de otra manera, haciendo prevalecer el aprendizaje en todas las edades de la vida, animando a todos nuestros contemporáneos a que estudien lenguas, a que se apasionen por las disciplinas artísticas, a que se familiaricen con las diversas ciencias, para que así sean capaces de valorar lo que significa un descubrimiento en biología o en astrofísica. El saber es un universo inconmensurable; todos podríamos pasarnos la vida tomando cosas de él sin tasa y no lo agotaríamos.

Y no se trata solo de proponer el consumo de conocimiento en vez del consumo material: ampliar el conocimiento en cualquiera de sus formas, elaborar productos culturales, contribuir a concebir y resolver problemas, junto a otros, puede dar satisfacciones aún mayores que el simple consumo. La producción cultural y el acceso a su disfrute pueden, pues, constituir un eficaz instrumento para la transición a la Sostenibilidad. 

Así debe de reconocerse en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con metas precisas de promoción cultural, que constituyan, además, ocasión de creación de puestos de trabajo en áreas creativas: medios de comunicación públicos y de calidad, bibliotecas, videotecas, museos, salas de conciertos, teatros, cines, educación artística y musical, etc., etc. 

Una Sostenibilidad satisfactoria para todas y todos precisa de la Cultura, de la riqueza plural de las diversas manifestaciones culturales que constituyen un Patrimonio de la humanidad que es preciso proteger e impulsar.


El Proceso De Aprender


La capacidad de comprender nos acompaña durante toda nuestra existencia y representa una de las expresiones más significativas del conocimiento humano. Gracias a ella disfrutamos de las bondades de la ciencia y la tecnología, los goces del arte y todas las humanidades, hasta nuestro entorno histórico eco sociocultural variado que nos toca significar. 

Sin embargo, no siempre adquirimos las suficientes habilidades y destrezas de comprensión lectora, debido a que los sistemas educacionales no nos aseguraron las mismas, o no tuvimos las suficientes motivaciones personales y sociales para asumir con éxito el reto.

La capacidad de comprender nos acompaña durante toda nuestra existencia y representa una de las expresiones más significativas del conocimiento humano. 

Gracias a ella disfrutamos de las bondades de la ciencia y la tecnología, los goces del arte y todas las humanidades, hasta nuestro entorno histórico eco sociocultural variado que nos toca significar. Sin embargo, no siempre adquirimos las suficientes habilidades y destrezas de comprensión lectora, debido a que los sistemas educacionales no nos aseguraron las mismas, o no tuvimos las suficientes motivaciones personales y sociales para asumir con éxito el reto. 

Así lo reflejan las pruebas aplicadas en nuestros sistemas escolares en los países denominados en desarrollo y lo que se encuentran en vías del mismo, sobre todo aquellos países que reflejan ciertas deficiencias en asegurar una educación de calidad en los primeros años de escolaridad.

No comprender lo que se lee es una experiencia frustrante, es como caminar en plena oscuridad sobre todo en la experiencia escolar. Leer y no comprender es tal vez una de las causas del fracaso escolar que ha causado un impacto negativo de proporciones mayores en las reformas que experimentan sobre todo los sistemas educativos latinoamericanos. Una mayoría de estudiantes de todos los niveles y modalidades comprueban que la lectura no es una actividad que produzca felicidad, al contrario termina por convertirse en un acompañante tedioso, incómodo y hermético por lo que generalmente se abandona la lectura de textos que son fundamentales en el proceso de formación y capacitación humana
Sin vocabulario, como decíamos antes, no hay comprensión, pero a la vez la lectura es la fuente primordial del vocabulario, y para ello es necesario que sea comprensiva” (Sánchez: 1993:). Además en esta parte es importante tomar en consideración que muchas veces se confunde la pobreza de vocabulario con la pobreza de conocimientos o los denominados aprendizajes previos relacionados con el texto, al respecto existen muchas evidencias empíricas que confirman lo expresado.

Durante la lectura el sujeto se manifiesta como un lector estratégico que tiene como objetivo final comprender el texto, en paralelo porque la comprensión no se produce al final sino al mismo tiempo que se está efectuando el procesamiento, prioridad por la búsqueda del significado porque el lector interpreta cada palabra del texto tan pronto como es reconocida, relacionando la información “nueva” con la “dada”, previa en el texto o en los conocimientos previos del lector; la actuación de la memoria operativa en la coordinación de todos los procesos implicados en la lectura como el reconocimiento de los rasgos, acceso léxico, procesador sintáctico, procesador semántico, discursivo, etc.


Por lo tanto, leer es comprender y los procesos comprensivos son en realidad procesos de atribución de significados al texto, son procesos que involucran activamente al lector en la medida que el resultado de la comprensión será fruto no sólo de la información codificada en la página, sino también de los conocimientos  que sobre el tema tenga y utilice durante la lectura. 

sábado, 9 de junio de 2018

El Calor Humano


El café ante el cual conversas con tu mejor amiga… el té que te preparas cuando estás tensa… el chocolate caliente que te reconforta antes de dormir o cuando tienes frío… esa costumbre de ver televisión o leer arrebujada en una cobija…¡realmente tienen el efecto físico y emocional que buscas! Tu cerebro transforma el calor físico en ese calor psicológico que necesitas para sentirte mejor emocionalmente. Y lo mismo funciona viceversa. 

Cuando sientes soledad o estás cerca de una persona que no es cálida, te da frío. 

La temperatura física y la psicológica van de la mano. Por esa razón es que ¡hasta lo que pensamos sobre los demás es resultado del calor o el frío que sentimos!

El calor físico reduce los sentimientos de soledad y aumenta los de generosidad, según el psicólogo John Bargh, de la Universidad de Yale. En uno de sus estudios, los participantes que reportaron sentirse muy solos, tomaban baños más cálidos, largos y frecuentes para compensar por el frío social que sentían. En general, cuando una persona sufre soledad temporal o crónica, se siente mejor después de un baño caliente porque la soledad le causa frío.

El fenómeno de cómo la temperatura física afecta nuestra percepción se ve en otro estudio. Una persona les dio café caliente a los participantes, mientras otra les dio una bebida fría. Los participantes percibieron como cálida y amistosa a la que les dio el café caliente, contrario a la que ofreció una bebida fría.

Esto demuestra que pensamos que alguien tiene “calor humano” de acuerdo a si sentimos frío o calor cuando estamos cerca de la persona. El “calor humano” se considera como el más poderoso rasgo de personalidad porque somos más sensibles a esa cualidad que a la posible incompetencia de una persona.

Relacionamos tener “calor humano” o ser “cálido(a)” con ser amistoso, cooperador y digno de confianza. Eso explica la popularidad de muchas personas sobre otras, inclusive cuando no tienen el talento que requeriría la profesión a la que se dedican.

Buscamos el calor físico como remedio casero para las necesidades emocionales, sin saber por qué. Pero esa necesidad es tan primaria como los primeros contactos físicos cuando éramos bebés. 

Uno de los estudios de crianza más citados ocurrió en unas guarderías de infantes. En una, los bebés eran correctamente alimentados y atendidos por enfermeras. En otra, los bebés, además de ser atendidos y alimentados, eran arrullados por nanas. Estos últimos demostraron un crecimiento físico y un desarrollo emocional superiores al grupo anterior. En los bebés, ese calor es la expresión primitiva de amor; la única que entienden porque no tienen vocabulario.


Sobre el mismo efecto de la temperatura en el campo laboral, Geofrey Ho, en la Universidad de California en Los Angeles, condujo un estudio donde los participantes tocaron compresas calientes y compresas frías. Luego se les pidió su opinión sobre las empresas donde trabajaban y/o sobre empresas no existentes, y su interés en trabajar en ellas o comprar sus productos. Todos los que tenían cálidas las manos expresaron mayor satisfacción en su trabajo y dijeron que comprarían y trabajarían en las empresas que les mencionaron.

La Vejez No Paraliza La Vida

La estampa es habitual para cualquier persona que haya paseado por las calles de su ciudad al menos un puñado de veces. Hay grupos de abuelos por doquier: se reúnen en las esquinas de las calles observando el ruidoso transitar de las obras, en los bancos de las plazas públicas alimentando a las palomas, a la sombra de un árbol en un parque, cerca de una fuente pública en verano. Siempre están juntos y no aparentan hacer nada. Un símbolo del envejecimiento de un país vetusto.

Merece la pena preguntarse a qué se debe esto y si quizá somos injustos con ellos.

La soledad es un elemento central a la vida de nuestros mayores. Conforme pasan los años, nos volvemos personas más solitarias. No se trata de una elección propia o consciente, sino resultado de distintos procesos al que nos vemos enfrentados las personas conforme nos hacemos mayores. Nuestros hábitos diarios cambian de forma drástica: quizá el más importante de todos sea el aparejado a la jubilación. Dejamos de ser personas activas y nos convertimos en personas pasivas.
Naturalmente, esto tiene consecuencias en nuestro equilibrio psicológico, nuestro estado emocional y nuestra personalidad. Las personas mayores que llevan toda su vida trabajando de repente se encuentran con mucho tiempo libre, no siempre acompañado con suficientes alternativas de ocio. Hay varios estudios que se centran en cómo afrontar este nuevo estatus. Uno de ellos es "Ocio en los mayores: calidad de vida", realizado por Inés Alcalde, psicóloga, y Milagros Laspeñas, socióloga.

Como explican, el proceso de envejecimiento tiene dimensiones socioculturales que se expanden más allá de nuestro progresivo deterioro físico. La vejez, en este sentido, tiene diferentes lecturas y edades, entre las que los distintos mayores pueden moverse en función de su aproximación personal. Hay, sin embargo, un elemento clave: nuestro estilo de vida cambia, porque ya no trabajamos, y también nuestras relaciones sociales, que en muchas ocasiones se reducen. El estatus social se modifica.

El abanico de opciones en el que emplear el tiempo de ocio varía en función de las condiciones sociales, educativas o de salud de cada individuo. En general, según se desarrolla en el trabajo, las personas mayores tienden a elegir patrones posteriores a su vida laboral que imiten a los anteriores, de modo que se sientan realizados con ellos. El ocio estaría relacionado de este modo con esas preferencias determinadas, pero también con su capacidad de acceso a diversas actividades.

El ocio de nuestros mayores debería importarnos. Y cada vez más, dado el envejecimiento de nuestra sociedad. La jubilación debe ser una etapa feliz en nuestras vidas, y no lo es en todos los casos, a menudo por un deficiente empleo del tiempo libre o de cierta estigmatización social (como la realizada por la Bolsa de Madrid). En datos de 2007, nuestros ancianos aún tienen prácticas de ocio hogareñas, recluidas y poco específicas a lograr una realización personal a través de una actividad no pasiva.


Y eso es un problema, no sólo moral en el tratamiento que nuestra sociedad ofrece a la tercera edad, sino también físico y mental: el ocio puede ser terapéutico; la carencia de él puede tener efectos letales, como el suicidio, en los mayores; y, en términos genéricos, contribuye a mejorar su salud y su calidad de vida. 

Es necesario, aunque no estemos prestando la suficiente atención.

Las Riendas De Tu Vida


Hace unos días leí una frase de Albert Einstein que decía: “La vida es como andar en bicicleta, para mantener el equilibrio debes seguir avanzando” y llamó mi atención porque muchas veces nos quedamos paralizados esperando que las cosas sucedan, confiando que la voluntad divina de nuestro Poder Superior se manifieste sin hacer nada, y eso no lo discuto, debemos tener la convicción que será así, pero también nos corresponde hacer nuestra parte, Dios dispone nuestro propósito y nos marca el camino y es responsabilidad nuestra dar los pasos necesarios para transitar ese camino y alcanzar ese propósito.

Debemos hacernos responsables y tomar las riendas de nuestra vida, si queremos que algo suceda tenemos que hacer lo que haga falta para que sea así, dar los pasos necesarios para alcanzar lo que queremos. No podemos esperar y ver qué pasa, hay que actuar. Si bien es cierto que todo tiene su tiempo y que ese tiempo es perfecto, también lo es que si no hacemos lo que nos corresponde, nada sucederá.

Si deseas alcanzar algo porque tienes la convicción y la certeza de que es lo que realmente te conviene y es lo que verdaderamente deseas, entonces debes arriesgarte y hacer lo necesario para conseguirlo, haz tu mayor esfuerzo, hazte cargo de lo que depende de ti, ve dando esos pasos que te corresponden y trabaja en ello. Pide la guía de tu Poder Superior, con Fe, pregúntale si lo que vas haciendo es lo que el desea que hagas y ten la seguridad que recibirás la respuesta, si estas enfocado en lo correcto las cosas se irán dando, y si no es, también lo sabrás y tendrás la voluntad de decir, esto no es lo que le conviene a mi vida. 

Podrás soltar sin problemas esa situación porque tendrás la satisfacción de que hiciste todo lo que estuvo en tus manos para alcanzarlo.

“No se equivoca el hombre que ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas, se equivoca aquel que por temor a equivocarse no actúa”

Arriésgate a luchar por eso que deseas, sin terquedad, y pidiéndole guía y sabiduría a tu Poder Superior. Empodérate de tu vida, no dejes que nada te quite la voluntad y las ganas de luchar por eso que realmente deseas. 

Que es lo peor que puede pasar? Que no resulte? entonces no habrás perdido, ni habrás fracasado, simplemente habrás adquirido aprendizaje y experiencia.


 Eclesiastés 3: 1  “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.”

La Capacidad De Pensar

El pensamiento es lo que caracteriza al ser humano, es la capacidad que ha generado todas las consecuciones de la cultura y la civilización creadas por nuestra especie. Pero, aparte de los avances colectivos, también nos sirve para gobernar nuestra vida personal, para reflexionar sobre lo que queremos, lo que necesitamos, lo que podemos y los pasos a dar para conseguirlo.

Las relaciones con nuestros semejantes transcurrirán de uno u otro modo según la manera en que pensemos en ellas, las enfoquemos y tengamos claro qué significan para nosotros. La manera en que nos conducimos en las situaciones por las que atravesamos, la posibilidad de posicionarse en cada momento vital, con realismo, es algo que también atañe a la actividad de pensar.

Cualquier movimiento, actividad, decisión, relación, han de ir precedidas por esta actividad mental.

Cada ser humano nace con igual potencial respecto al desarrollo de sus funciones cerebrales, el cerebro de los humanos haciendo una analogía con un maquina es eficiente en cuanto a consumo y transformación de la energía, posee una asombrosa capacidad de optimización   en la manera de memorizar y un constante aumento de la velocidad de procesar información, un órgano realmente asombroso, pero lo que en verdad me propongo tratar en este escrito no es el funcionamiento de nuestro cerebro, ni sus capacidades, tampoco sus cualidades,
sino que quiero abordar una pregunta la cual todos los seres humanos alguna vez en nuestra vida nos hemos hecho : ¿Por qué nos resulta tan difícil pensar?

Lo que sí que es cierto es que nunca usamos todas nuestras neuronas a la vez. Claro, dirán algunos, eso es lo que ocurre: como no las usamos a la vez, no podemos, por ejemplo, desarrollar poderes telepáticos. Pues tampoco. La actividad simultánea de todas las neuronas nos arrojaría al suelo víctimas de convulsiones como las de un ataque epiléptico.


Cuando las neuronas se disparan al mismo tiempo, el cerebro queda inundado de actividad eléctrica y se anula toda capacidad para pensar y actuar de manera coordinada. Para impedir ese infierno, al menos la mitad de las neuronas funcionan como un filtro atenuador o moderador de flujo. 

De modo que la próxima vez que alguien nos diga que no usamos todo el cerebro, contestemos que menos mal.

El Cerebro Y La Lectura


“Leer es una gran manera de expandir nuestro horizonte de experiencias".

Así opina Raymond Mar, doctor en Psicología de la Universidad de York, en Canadá, que estudió el comportamiento del cerebro cuando una persona lee.
Y es que leer la historia de un personaje en una novela es casi igual a vivirla, según estudios sobre la actividad cerebral.

Pero este es solo uno de los descubrimientos de los científicos sobre el enigmático funcionamiento del órgano más complejo del humano y su relación con la lectura.

BBC Mundo entrevistó a tres investigadores que estudiaron qué pasa en nuestro cerebro cuando leemos.

Si hay algo que los científicos destacan desde un principio es la diferencia entre cerebro y mente.

"Con el fin de entender lo que hace el cerebro, tenemos que entender lo que hace la mente. No podemos hablar del cerebro por sí solo", señala Keith Oatley, profesor emérito de Psicología Cognitiva de la Universidad de Toronto, Canadá.

"No es el hecho de saber simplemente si un área particular del cerebro se activa cuando leemos, sino en conocer cómo funciona la mente en ese proceso", coincide Raymond Mar, doctor en psicología de la Universidad de York, también en Canadá.

"Hay evidencia de que cuando se lee, la mente crea o recuerda objetos que se asemejan a la descripción", afirmó Mar a BBC Mundo.

"Básicamente, si lees una rica descripción de una escena, podrás ver la activación cerebral en la corteza visual. Hay similitudes entre percibir y leer acerca de la percepción", añadió.

Oatley y Mar concluyeron que el cerebro, al parecer, no distingue claramente entre leer sobre la experiencia de un personaje de ficción y vivir esa actividad en la vida real.

"Aparentemente hay similitudes en la forma en que el cerebro reacciona a leer sobre algo y experimentarlo", explicó Mar.

Según el especialista, cuando una persona lee que un personaje ficticio está realizando determinada actividad, las áreas del cerebro que se activan son las mismas a las que esa persona utiliza para llevar a cabo esa acción.

"Como sabemos, cuando leemos una historia cuyo protagonista enfrenta una situación peligrosa o temerosa, nosotros sentimos miedo", ejemplificó Mar.

No sólo dieta y ejercicio: qué hacer para tener un cerebro joven
Y esto está claramente relacionado con la empatía, el sentimiento de identificación con algo o alguien.

"Se descubrió que hay áreas del cerebro que se pueden supervisar para saber si la gente es empática en la vida ordinaria, y esas regiones son las mismas que se activan cuando se está leyendo acerca de los personajes, porque el proceso psicológico es similar", advirtió Oatley a BBC Mundo.

Si leemos un verbo que denota actividad, ¿el cerebro interpreta que la estamos haciendo?

"Las regiones motoras en el cerebro que se activan cuando leemos en silencio una palabra de acción, están muy cerca de las regiones que se activan cuando se lleva a cabo el movimiento", señaló Véronique Boulenger, investigadora en Neurociencia Cognitiva del Laboratorio de Dinámicas de Idioma en Lyon, Francia.

La falta de ejercicio a los 40 "reduce el tamaño del cerebro"
Si se lee una acción realizada con la pierna como patear, caminar o correr, el cerebro activará la región motora, según la investigadora.

"De alguna manera, el cerebro simula la acción que lee", añadió Boulenger a BBC Mundo.

También existe una superposición entre las regiones cerebrales que parecen estar involucradas en el proceso de comprensión de historias y las que utilizamos para entender a otras personas.

Entonces, al leer y sentir empatía con personajes de ficción ¿se puede entender mejor a las personas en la vida real?
Así lo cree el doctor Mar.

"Esto puede significar que podríamos aprender algo o mejorar nuestra capacidad para entender a otras personas si frecuentemente leemos y nos involucramos en historias y personajes dentro de ellas", analizó.

"Por ejemplo, puede que nunca sepamos cómo es como vivir como una persona con discapacidad, pero podríamos acercarnos a entender esa experiencia si leemos un relato muy bien escrito que nos pone en el lugar de la persona que lo está viviendo", finalizó.


Este artículo es parte de la versión digital del Hay Festival Querétaro, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza en esa ciudad mexicana entre el 1 y 4 de septiembre de 2016.


La Tecnología Que Piensa Por Ti

La Tecnología Que Piensa Por Ti
Puede parecer ciencia ficción, pero no lo es. Imagine que el ordenador delante del que está sentado fuera capaz de visualizar lo que usted está pensando en cada momento. ¿Imposible? No para Guohua Shen, Tomoyasu Horikawa, Kei Majima y Yukiyasu Kamitani, los cuatro científicos de la Universidad de Kyoto que han conseguido hacer precisamente eso en su laboratorio. Los resultados se publican en la plataforma BioRxiv.

Hasta ahora, el llamado "machine learning" (la capacidad de aprendizaje de una máquina) se había utilizado para hacer escáneres cerebrales o para generar visualizaciones sencillas de los pensamientos de una persona, siempre que éstos se refirieran a imágenes binarias simples y en blanco y negro, como letras o formas geométricas dibujadas en un papel.

Pero los investigadores de Kyoto han conseguido ir mucho más allá, y han sido capaces de desarrollar nuevas y más poderosas técnicas de "decodificación" de los pensamientos utilizando complejas redes neuronales o, lo que es lo mismo, Inteligencia Artificial. El nuevo sistema, en efecto, permitió a los científicos descodificar imágenes mucho más complicadas, con múltiples capas de color y estructuras complejas, como pájaros, insectos o incluso un 'cowboy' con sombrero y todo.

Según explica a CNBC Make it Yukiyasu Kamitani, "hemos estudiado métodos para reconstruir o recrear la imagen que una persona está viendo basándonos solo en su actividad cerebral. Nuestro método anterior se basaba en suponer que una imagen solo consiste en píxeles o formas simples. Pero se sabe que nuestro cerebro procesa la información visual extrayendo jerárquicamente diferentes niveles de características o componentes de diferentes complejidades".

Y el nuevo sistema de Inteligencia Artificial desarrollado por los investigadores permite a los ordenadores precisamente eso: recrear objetos complejos, y no solo simples píxeles. Durante los 10 meses que duró la investigación, los científicos estuvieron mostrando imágenes naturales (como aves o personas) a tres voluntarios, además de una serie de formas geométricas y letras impresas. 

En algunos casos, la actividad cerebral se midió mientras un sujeto miraba una de 25 imágenes. En otros, se registró después, cuando se les pidió a los sujetos que pensaran en la imagen que se les había mostrado anteriormente.

Una vez escaneada toda esa actividad cerebral, un ordenador llevó a cabo un proceso de "ingeniería inversa", decodificando la información y usándola después para generar visualizaciones de los pensamientos de los sujetos. 

Según los investigadores, los resultados de las visualizaciones fueron mejores cuando escaneaban la actividad cerebral al mismo tiempo que el sujeto observaba las imágenes, y algo peores cuando les pedían que las recordaran. La razón es que para un humano resulta difícil recordar con toda exactitud la imagen de un guepardo o de un pez que ha visto previamente.


La tecnología utilizada, sin embargo, tiene un enorme potencial de desarrollo. A medida que la precisión mejore será posible, por ejemplo, dibujar o crear arte simplemente pensando en algo. Incluso los sueños podrían ser visualizados por un ordenador, o las alucinaciones de un paciente psiquiátrico. 

Para Kamitani, su técnica permitirá también algún día que nos comuniquemos con las máquinas utilizando solo nuestros pensamientos.

Los Logros Personales


Nadie puede determinar cuánto valen las cosas, los precios no indican el valor de los productos, las críticas no indican el valor de éxitos, las caídas tampoco indican el valor de los fracasos, el valor es personal, se encuentra en la experiencia de cada proceso y disfrute lo que determina el valor subjetivo para cada persona.

Los logros alcanzados por nosotros mismos valen mucho más de lo que vale el logro para otra persona, es esa persona quien sufrió, disfrutó y llegó hasta que lo alcanzó. Pero, sin embargo logro también es subjetivo, ya que no es lo mismo un logro para una persona que para otra, por ejemplo aprobar una asignatura puede ser un logro para un estudiante, pero para otro puede ser estar galardonado por una entidad o institución.

El cierre de año es el mejor momento para determinar cuáles fueron nuestros logros personales o cuales fueron nuestros fracasos personales, cada año es un nuevo comienzo, es el punto de partida para empezar a medir (por medio del tiempo) lo que queremos lograr en el transcurso del año.

Sin duda alguna, no hay mejor recompensa que obsequiarte por el esfuerzo y trabajo arduo que mantuviste durante el año, justo igual que tachar de tu lista esas tareas tan complejas que te habías propuestos a principios de año u años atrás.

Posponer, es sinónimo de no hacer en estos tiempos y no es más por otra razón, que porque tenemos tanto abanico de actividades por hacer que es complicado en enfocarse en esas que pensábamos hacer, nuestro coste de oportunidad es mucho mayor que nuestros antecedentes y el preferir hacer actividad que recurren menos esfuerzo también son otro obstáculo dentro del camino.

Piensa y determina el valor de los logros personales dentro del año o de tu vida, la sensación de haber logrado lo que previamente te habías planteado o ese escalón que superaste sin tener que utilizar esa ayuda o empujón recurrente, es ese el valor de tus logros, tus sensaciones, expectativas y percepciones de los hechos, son tus logros y tus sabores de boca con el cual terminas las cosas.

Por último, la autosuficiencia y autonomía te da la oportunidad de hacer sentir el logro de objetivos, por lo que te da más valor a ti y a tú forma de hacer, el hacer te da el know how y el know how en cierta forma determina lo que vale lo que haces, sobre todo, para los demás.

Los nuevos comienzos, son los valores futuros del porvenir de tus logros, intenta siempre hacerte sentir o intentar percibir por medio de la autosuficiencia, sensación de superación y de mejora, al final cada persona es quién capaz de analizar sus logros y de saber porque tipo de proceso vivió (o sobrevivió).


viernes, 8 de junio de 2018

Solidaridad En La Diversidad

Uno pensaría que a la altura de este siglo no queda mucho por descubrir acerca de los temas más antiguos de la cultura humana. Pero la realidad nos sigue superando con asuntos que no logramos desentrañar al centro mismo de sus misterios.

Sobre el eterno debate de la diversidad étnica, regresó recientemente un estudio publicado en Journal of Personality and Social Psychology por un equipo de Singapore Management University liderado por Jared Nai, profesor asistente de Comportamiento organizacional y Recursos Humanos.

¿Los resultados? Por igual reconfortantes y polémicos: los vecindarios racialmente diversos son más propensos a una conducta prosocial y de solidaridad
.
Pero si uno es de los que dudan de tesis optimistas, habría que asegurarse de que este estudio cumplió con el mayor rigor científico.

Para llegar a estas conclusiones la investigación se concibió en diferentes etapas. Partiendo de la teoría sicológica del contacto —que sugiere que el intercambio con personas de otro grupo étnico crea una percepción más humanizada de estos— el equipo de investigadores de conducta rastreó un corpus de 60 millones de tweets e identificó con cuánta frecuencia eran usadas palabras asociadas al deseo de ayudar a personas extrañas.

Al analizar las palabras usadas por los usuarios de 200 zonas urbanas, se observó que los tweets de las áreas racialmente más diversas se distinguían por un uso del lenguaje más pro social, según los vocablos registrados en el diccionario de James Pennebaker como palabras de solidaridad.

En una segunda etapa de la investigación, el equipo intentó aumentar la precisión de los resultados.

Por aquello de que el lenguaje es un constructo social, y con un alto grado de subjetividad, se decidió analizar una muestra de 128 diferentes naciones. La Encuesta Mundial Gallup, de 2012, proporcionó las respuestas a una pregunta perfecta para este estudio: «¿En el pasado mes, has ayudado a algún extraño?»

El resultado iba nuevamente hacia la fórmula mayor diversidad/mayor solidaridad, pues la cantidad de respuestas afirmativas nuevamente coincidía con países de superior diversidad étnica.

Tal vez otro estudio hubiera terminado en esta etapa y publicado rimbombantes titulares inflados en la prensa especializada de su área, pero el equipo de Nai decidió proseguir hacia mayor contrastación de datos antes de dar por probada su hipótesis.

Ahora, en un tercer momento, se trataba de averiguar si lo que movía a las personas de comunidades diversas hacia una mayor solidaridad era un autoconcepto más amplio, el sentirse parte de la humanidad toda.

Para indagar sobre esa posibilidad utilizaron la misma pregunta, pero esta vez con usuarios de internet en Estados Unidos. Se eligió a 500 participantes equilibrados en cuanto a género y con una edad promedio de 33 años.

También realizaron una segunda pregunta a los encuestados. Se les propuso que eligieran entre la pertenencia a uno de estos tres grupos:
La población de mi comunidad
Los estadounidenses
Todos los seres humanos del mundo.

Otra vez, como en las etapas anteriores, fueron los vecindarios más diversos en orígenes étnicos los que arrojaron más respuestas hacia una identidad más global.
Sin embargo, este análisis estadístico podía sugerir que la solidaridad estaba asociada a la identificación con toda la humanidad, pero no lo probaba indefectiblemente.

Para ello, los investigadores apostaron por trabajar con el indicador de ayuda a personas extrañas en medio de una crisis.

Para este paso se utilizaron datos reales sobre el auxilio prestado   tras el atentado a la maratón de Boston. Tras analizar un sitio web creado para buscar voluntariado tras el ataque, se evidenció que la mayoría de los ofrecimientos provino de códigos postales asociados a lugares más diversos racialmente.

Y por si nos resultara aún poco convincente, en una muestra de 300 usuarios de internet, la mayoría de los que se sintieron dispuestos a ofrecer ayuda a extraños luego de un bombardeo respondió afirmativamente luego de que se les pidió que imaginaran vivir en una comunidad diversa.

De esta manera, la correlación entre diversidad y una identificación con la humanidad se reiteró en los resultados del estudio, que manejó variables como los niveles educacionales, la diversidad religiosa, y la nacionalidad.

Así vuelve a ponerse sobre el tapete el asunto nunca cerrado de la interacción entre diferentes grupos humanos.

¿Cuán reales son las divisiones? ¿Cuán distintos nos percibimos según los constructos culturales o según la percepción neurológica más básica? ¿Cómo cambian estos modos de percepción con ambientes diversos y en largos periodos de tiempos? Esos son temas que aún alimentarán otros estudios desde las más diversas disciplinas.

Por lo pronto, a la investigación de este equipo se le aplaude haber dialogado con la tesis del prestigiado politólogo estadounidense Robert Putnam, profesor de la Universidad de Harvard, cuya teoría afirmaba que en comunidades interraciales los niveles de confianza son menores.

Se señala también que este ensayo solo realiza un corte en un periodo de tiempo específico, y no a través de varios años. Pero los resultados aportan, sin duda, al debate.

Las miradas contrapuestas se enriquecen y animan a mayores pesquisas para develar un misterio tan terco como el de las relaciones humanas.


La Soledad Que Reconforta


“La soledad llega a enseñarte todo lo que la compañía te oculta…”
A todos nos resulta agradable disfrutar de momentos de soledad, de silencio y de serenidad, así como a todos nos agrada tener compañía en momentos especiales, sin embargo, para muchas personas no es posible estar solos, aunque para ello deban adaptarse a situaciones que no son las más deseadas.

Muchas personas huyen de la soledad, la idea de no sentir el calor y la seguridad de la compañía, las atemoriza, las confunde, y en muchos casos prefieren tener cualquier compañía a su lado, que verse completamente solos, por un tema de seguridad, por un tema de costumbre o por cualquier otra razón de índole psicológica, esto es una realidad latente.

Ocurre que la soledad nos muestra facetas propias que en compañía jamás se nos muestran, estando solos surgen emociones, pensamientos, angustias y dudas, pero también grandes ideas y sentimientos que reconfortan, el caso es que todo reposa en nuestro interior, de una manera inconsciente, no percibimos lo que en realidad ocurre, qué nos aleja de la soledad, el motivo por el cual no deseamos estar solos.

La soledad puede llegar a ser una gran maestra, capaz de hacerte ver tus cualidades más sutiles y tus defectos más terribles…quizás a eso se deba la tendencia de muchos a estar solos y la necesidad de muchos otros de jamás llegar a estarlo.

Pero en la vida todo se conecta, todo se vincula, y estar solos o acompañados, pueden resultar caras de una misma moneda, que además tiene que ver directamente con algo que se activa en nuestro interior ante estas situaciones, pues evidentemente el hecho de preferir estar atado a alguien más, aunque no signifique nuestra felicidad, por el simple hecho de no estar solos, también muestra una faceta de nosotros mismos, trata entonces de un juego amargo entre lo que somos y lo que no queremos descubrir y aceptar.

Puede no haber un motivo específico o claro, si huyes de aquello que la soledad quiere y puede enseñarte de ti mismo, quizás sea el mejor momento para disponerte a recibir ese aprendizaje, para observar, para sentir y aceptar lo que está sucediendo, incluso puedes llegar a darte cuenta de que no ocurre nada, tan simple como eso.

Vive la soledad, no tiene que ser eterna, esto es una mera elección, pero de seguro será la mejor antesala para una mejor compañía.

En lugar de conformarte con cualquier cosa, que te proteja y resguarde de ti mismo, camina de frente y atrévete a ver siempre más allá…



La Utilidad Del Pensamiento


No podemos negar la importancia que el pensamiento tiene en nuestra vida. Sin embargo, pocas veces estamos conscientes de que somos nosotros quienes tenemos el control sobre lo que pensamos.

Una parte importante de nuestros pensamientos determinan la intensidad y duración de nuestras emociones. Lo mismo sucede en relación a nuestras conductas y actitudes y es precisamente por eso, por lo que es tan importante aprender a detectarlos y a modificarlos.

Cuando aprendemos a cambiar los pensamientos negativos, exagerados, pesimistas y en general, todos aquellos que nos causan problemas innecesarios, la vida no sólo se vuelve más sencilla, sino que podemos disfrutarla mucho más.
No es fácil aprender a modificar dichos pensamientos, porque no siempre nos damos cuenta de qué es lo que estamos pensando. 

Con frecuencia los pensamientos son tan rápidos y automáticos, que ni siquiera los percibimos, por lo tanto, el primer paso es aprender a detectarlos y esto podemos hacerlo a partir de nuestras emociones.

Sí. La manera más fácil de ver qué estamos pensando es preguntarnos: ¿Qué podría pensar una persona que estuviera sintiendo...(La misma emoción que tenemos nosotros). Si escribimos todos los pensamientos que podría tener esa persona, seguramente vamos a encontrar aquellos que nosotros tenemos en esos momentos.

Cuando hablamos de manejar nuestros pensamientos, debemos tener en cuenta que no podemos pensar en dos cosas al mismo tiempo. El cerebro trabaja a tal rapidez que puede dar la impresión de que si se puede hacer, pero es imposible. Así como es imposible que dos personas ocupen exactamente el mismo espacio.


Esto es importante porque una manera de dejar de pensar en algo que nos afecta, es pensar en otra cosa diferente.

Lamernos Las Heridas


En muchos momentos importantes de mi vida no me di tiempo de detenerme para sanar mi dolor; pensé que pasaría, que no era necesario, que yo era fuerte y debía seguir adelante en pos de objetivos “más importantes” ¿Más importantes que yo?

La familia, el trabajo, el bienestar común me arrastraban en una vorágine que no me dejaba estar conmigo mismo.

Últimamente la vida me ha puesto a prueba y me ha hecho detenerme, hacer una pausa y darme la oportunidad de encontrarme con mi dolor físico y emocional para lo cual  siento que muchas veces no estamos preparados, no estamos entrenados para encontrarnos con nosotros mismos, es por ello que es más fácil culpar al entorno, a las obligaciones, a la familia o a la vida del descuido en el que vivimos respecto a nosotros mismos.

Si un animal tiene una herida no sigue adelante, sabe replegarse, buscar el lugar más seguro y darse tiempo de lamer sus heridas y sanarlas; es así  como después podrá continuar su camino.

En este proceso de sanar cuerpo y mente se establece un encuentro personal, un espejeo de nuestro ser con lo mejor y lo peor de nosotros mismos. con nuestra esencia , y entonces el dolor físico se transforma en dolor emocional y viceversa.

Esto es algo para lo que nuestra sociedad no nos prepara.
Seguramente el hombre primitivo también, siguiendo a los animales, se retiraba a lamer y sanar sus heridas. Proceso en el que se confía en la habilidad de nuestro Ser para curarse, para sanar.

No es fácil ver la herida y aceptarla y sobre todo confiar en nuestro poder de recuperación, de renacer, de reconstruir y sin embargo es lo único que nos hará lograrlo.

Te invito a darte un tiempo para lamer tus heridas, para reconocerlas y aceptarlas, ya sean físicas o emocionales.

Es en el silencio, en la oscuridad y en la paz de tu Ser más íntimo donde puedes encontrar la curación.


Superar Obstáculos


Todos nos encontramos obstáculos en los caminos de la vida, pequeños o grandes, pero a todos nos tocan.

A veces tenemos tantos problemas o tantas cosas en la cabeza, que llegamos a pensar que otros la tienen más fácil.
Y no es así.

Realmente, sin importar tu nivel de éxito, ni cuánto dinero tengas, ni dónde vivas, es casi seguro que vas a tener algunos obstáculos y momentos difíciles por superar en la vida.

Por lo tanto, la diferencia entre las personas exitosas y las personas promedio, es cómo lidian con esas dificultades.

En serio: Todos tenemos dificultades, todos nos encontramos con piedras en el camino.

Nuestra mente nos quiere hacer creer que sólo a nosotros nos pasan cosas malas, que somos los únicos que a veces no logramos las cosas como lo pensamos, etc.

Lo que pasa es que cada uno vivimos tan “ensimismados”, que no nos fijamos realmente (ni nos importa) la vida de los demás y los obstáculos que atraviesan.

De hecho, incluso somos buenos en esconder los problemas que estamos teniendo.

Hoy en día están de moda las redes sociales llenas de fotos de alegría, de gente sonriendo a cada instante…

Que terminan por hacernos creer que ellos siempre son así, sonrientes y alegres, con una vida suave y 100% tranquila.

O por ejemplo la gente que tiene dificultades financieras, cree que los ricos no sufren problemas con el dinero.
eso es mentira.

De hecho, con más dinero los problemas son aún más complicados.

Cuando hablamos de una persona que no tiene nada de dinero, sus problemas son relativamente simples:
Poder conseguir dinero para desayunar, almorzar, cenar, y de pronto un lugar donde vivir, y ya.

Pero cuando hablamos de una persona rica, de pronto con una compañía de miles de empleados, que hace una transacción de millones de dólares y algo le sale mal, o que el mercado de su negocio va cayendo y está perdiendo millones de dólares al mes, etc…
Imagínate el tamaño de los problemas.


Esto es tan sólo un ejemplo, pero aquí puedes ver que muchas veces por estar en nuestra situación, nos olvidamos que hay gente que está enfrentando sus propios obstáculos y momentos difíciles, porque esto nos pasa a todos.

A Dónde Va Vicente…

“Hemos construido un sistema que nos persuade a gastar el dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, para crear impresiones que no duran, en personas que no nos importan”, Emile Henry Gauvreay.

Si nos dejamos llevar por lo que nos rodea, es mucho más común copiar e imitar lo bueno o malo que hacen otros, simplemente porque lo vimos, nos gustó; no nos pusimos a pensar si eso era apropiado para nosotros o no, pero nos pareció que estaba bien y lo asumimos para nosotros. 

Por lo mismo, nuestra sociedad ha caído en un círculo vicioso en que alguien saludó de un modo y todos lo correspondemos y hacemos igual sin preguntarnos qué implica o de dónde proviene; o bien, por qué alguien empieza a usar un tipo de ropa y nosotros también.

Claro está que no debemos ser ni excéntricos ni raros, si queremos convivir armoniosamente con nuestro entorno y pretender conservar nuestra manera de ser y todavía conservar comunicación con los que nos rodean, pero es lamentable cuando nos dejamos llevar por lo que hace el resto hasta el punto de perder nuestra identidad, la manera en la que fuimos formados y lamentablemente no podemos negar que perdemos los valores y costumbres en que nosotros fuimos criados por nuestros mayores.

Si se invirtiera el proceso y nos tomáramos el trabajo de analizar y evaluar lo que nuestro derredor hace y preguntarnos qué es lo que quieren comunicar o qué mensaje están comunicando los que me rodean, posiblemente seríamos mucho más cuidadosos de asimilar costumbres, prácticas y modalidades que vemos en los demás. Y seguramente valoraríamos lo que se nos enseñó y trataríamos de afirmar nuestra identidad, al punto que podamos ser ejemplo no para que se nos reconozca, sino que puedan ver un modo de vida.

No podemos negar que nuestro medio busca modelos para copiar o alguien que los ayude a hacer las cosas de diferente modo, que no se hagan por el simple hecho de hacer, sino porque tiene razón de hacerse. A la luz de esta realidad, ¿por qué no ser iniciadores propositivos que puedan generar cambios para recuperar el terreno perdido en lugar de estar simplemente ensayando con lo que vemos en otros? Así viviríamos la vida, con sentido y propósito.

El dicho tan popular que se dice en la calle termina siendo verdad: “A dónde va Vicente, va toda la gente” Claro está si no sé a dónde ir, seguiré a alguien más, pero no es así en el caso que sé qué quiero en la vida y sé dónde quiero llegar. 

Averiguo si el modo y camino me permitirán llegar a buen destino y de ese modo no vivir con frustraciones y disgustos.

En primer lugar debemos aceptarnos, luego determinar, o bien, fijar nuestras metas con claridad y de allí empezar a definir la vida que queremos vivir, no tanto por lo que los demás hacen o dejan de hacer. Si me miro en el espejo, ¿qué quiero comunicar? Si hablo, ¿qué es lo que quiero comunicar? Cada cosa que hago debe tener sentido, propósito y valor. Así puedo proyectar un modo de pensar personal que no solo lo tengo, pero también lo puedo comunicar a mi gente.

Cada minuto que vivimos tiene valor y razón para la totalidad e integralidad de la vida que con el favor de Dios viviremos, por ello empecemos a valorar la vida como tal, acciones y conducta que la acompañan y dejemos de ser como el resto para ser lo que queremos ser en lo que nos resta para vivir.

Bienvenido a una vida con propósito y disciplina productiva.